Mensajero Año 5 TLALNEPANTLA
No. 152
Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla
CUAUTITLÁN
ECATEPEC
TEOTIHUACÁN
Domingo 13 de abril de 2014 TEXCOCO
NEZAHUALCÓYOTL
Donativo: $5.00 VALLE DE CHALCO
Edición Especial
Semana Santa Págs. 5 - 12
Voz del Pastor Semana Santa es vivir con alegría el Evangelio Pág. 2
La Iglesia tiene que ser amiga de los que sufren
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Voz del Pastor
Mensajero DIRECTORIO OBISPOS Excmo. Sr. D. Carlos Aguiar Retes Arzobispo de Tlalnepantla Excmo. Sr. D. Ricardo Guízar Díaz Arzobispo Emérito Tlalnepantla Excmo. Sr. D. Guillermo Or z Mondragón Obispo de Cuau tlán Excmo. Sr. D. Oscar Roberto Domínguez Cou olenc, M.G Obispo de Ecatepec Excmo. Sr. D. Onésimo Cepeda Silva Obispo Emérito de Ecatepec Excmo. Sr. D. Héctor Luis Morales Sánchez Obispo de Nezahualcóyotl Excmo. Sr. D. Guillermo Francisco Escobar Galicia Obispo de Teo huacán Excmo. Sr. D. Juan Manuel Mancilla Sánchez Obispo de Texcoco Excmo. Sr. D. Víctor René Rodríguez Gómez Obispo de Valle de Chalco Excmo. Sr. D. Francisco Ramírez Navarro Obispo Auxiliar de Tlalnepantla
Semana Santa es vivir con alegría el Evangelio La Semana Santa de este año está enmarcada en una realidad difícil: nuestro querido Estado de México está padeciendo anticipadamente su Vía Crucis a consecuencia de la violencia que se ha desatado en muchos municipios. Esta situación no se puede ignorar, pues hay aquí una realidad de pecado y de muerte que requiere ser redimida y salvada. La Semana Santa nos ofrece la maravillosa oportunidad de anunciar el Evangelio de la vida y de la alegría en este momento atípico que vive mucha gente de todo México, de modo que los días santos sean verdaderamente una luz entre tanta oscuridad. La auténtica salvación es vida, y vida abundante que excluye toda violencia y maldad. Hoy son muchos los hombres y mujeres que se dejan llevar por una de las tentaciones más dañinas a la dignidad del ser humano: el poder, manifestado en un afán desmedido de tener, que a lo único que conduce es a hacer esclavos. Jesucristo Nuestro Señor, mediante su encarnación, quiso estar cerca de nosotros: “Dios no hizo caer la salvación desde lo alto; lo hace para estar en medio de la gente necesitada de perdón, entre nosotros pecadores y cargar con el peso de nuestros pecados”. Mensaje del papa Francisco para la Cuaresma 2014.
En la actualidad nos hemos hecho sordos e insensibles a esta presencia de Dios que camina con nosotros: “La miseria espiritual que nos golpea cuando nos alejamos de Dios y rechazamos su amor… porque pensamos que nos bastamos a nosotros mismos, nos encaminamos por un camino de fracaso. Dios es el único que verdaderamente salva y libera” (ídem). La Semana Santa hace presente hoy la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, traducido para nosotros en libertad, salvación y felicidad, amor lleno de compasión y de ternura que comparte con nosotros. La inseguridad y la violencia son responsabilidad de todos los ciudadanos, cada uno debe involucrarse como un actor activo. Sin embargo, como recuerda el Papa, ante la miseria espiritual el único antídoto es el Evangelio y también es responsabilidad de cada cristiano llevar el anuncio liberador de que existe el perdón del mal cometido, que Dios es más grande que este pecado y que nos ama gratuitamente. Desde cada templo, pero también desde cada hogar, vivamos y anunciemos el misterio que se aproxima: en Jesucristo el Padre nos ama y en Él nos ofrece la vida y la resurrección.
† Guillermo Francisco Escobar Galicia Obispo de Teotihuacán
Excmo. Sr. D. Efraín Mendoza Cruz Obispo Auxiliar de Tlalnepantla DIRECTOR GENERAL Mons. Víctor René Rodríguez Gómez Presidente de la Comisión Provincial para la Pastoral de la Comunicación DIRECTORA EN TURNO Abril Villanueva SUBDIRECTOR Mons. Luis Mar nez Flores CORRECCIÓN Y ESTILO San ago Ma as DIAGRAMACIÓN Y DISEÑO Samuel Nájera COLABORADORES Equipo de la Pastoral de la Comunicación de la Provincia Eclesiás ca de Tlalnepantla PÁGINA INFANTIL Comisión Provincial para la Pastoral Profé ca Registro en trámite.
Mensajero Es una publicación catorcenal de la Provincia Eclesiás ca de Tlalnepantla. Se distribuye en la Arquidiócesis de Tlalnepantla, y en las Diócesis de Cuau tlán, Ecatepec, Texcoco, Teo huacán, Nezahualcóyotl y Valle de Chalco. periodicomensajero@gmail.com
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Editorial
La Iglesia tiene que ser amiga de los que sufren A un adulto no sólo se le conoce por lo que hace, sino por el contexto donde vive, la familia de la que procede, sus tradiciones, su cultura, etc. De la misma forma tenemos que visualizar la persona de Jesús. En su época, el poder político había creado un desempleo enorme, una miseria espantosa: ciegos, sordomudos, paralíticos, leprosos... Dice una revista médica bíblica: “Estaban enfermos de nutrición, no comían carne, era un pueblo miserable”. Por otro lado estaba el poder religioso que encadenaba conciencias: los sumos pontífices, las sectas de fariseos, los saduceos peleaban entre ellos y dividían al pueblo. En esa realidad creció Jesús. Él era un laico, seglar, marginado. Sabemos que toda su vida fue un continuo crecer en medio de la adversidad. Aun en esa situación siempre luchó por la felicidad, la paz, la alegría, la justicia. Todo lo que hizo lo vivió con pasión. Dice un teólogo: “Lo difícil es creer que Jesús vive como Dios”, “Sólo el que ama crece”. Jesús quiere que vivamos como él vive. Es preciso ponerse en camino y dar frutos, pero no para tener éxito. Nadie ha fracasado tanto como Jesús y ha dado tantos frutos. María no tuvo éxito, José tampoco. Los he llamado amigos para que den fruto, y un fruto en abundancia; esto no debe confundirse con el éxito. El fruto que pide Jesús es espiritual, de amor, no material. Jesús entra en la historia. No son triunfalismos. Jesús rechaza el honor y el éxito. El reinado de Dios está llegando. Por eso los que seguimos a Jesús no debemos dar malas noticias. Jesús se
deja llevar por amor, que es la fuerza de Dios. Todos somos hijos amados del Padre. Jesús no tiene un lugar, no predica su persona. Él predica el Reino, es decir, la dignidad. Dios se preocupa por cada uno de nosotros. Hay que recuperar la dignidad, la salud. La grandeza de Jesús está en la capacidad de entrega hacia los demás. Se podrán tener muchos títulos, diplomas y hablar varios idiomas, pero si no amas qué sentido tiene. “Amen como yo los he amado”. Jesús contagia amor y alegría, ama y
da salud, eso significa que Jesús nos quiere librar del sentido de culpabilidad, desea levantarnos de la tristeza, de la depresión. Jesús valora sin adulación, sufre con los que sufren, llora con los que lloran. Pasa su vida entera perdonando, no vino a juzgar a nadie. Ellos son mujeres y hombres heridos, ellos son los que más necesita la Iglesia. La Iglesia debe permanecer con las puertas abiertas (N. 46 Evangelium Gaudium). La Iglesia es madre con un corazón abierto, todos pueden entrar, se ofrece como un remedio para los débiles. No somos controladores de la gra-
cia. La Iglesia no es una aduana, es la casa paterna. Jesús perdonó a los violentos, aun a los que estaban crucificando, sólo “porque no sabían lo que hacían”. Él come con pecadores y publicanos. Hoy nuestra Iglesia necesita llamar a los pecadores. Necesitamos amigos que vean nuestra miseria. Todos precisamos una mano en el hombro. Jesús decía: “Sólo les pido que se amen unos a otros”. No podemos anunciar a un Jesús derrotado, ya no. Tenemos que predicar más la vida que la muerte. La Iglesia tiene que ser amiga de los que sufren.
Cuentos para vivir... La Semana Santa (Adaptado de “El rey cercano”, cuentos rápidos para leer despacio 3, María Inés Casalá-Juan Carlos Pisano, Ed. San Pablo)
La Cuaresma da paso al Domingo de Ramos, inaugurando así la Semana Santa. Y esta tradicional celebración, en la que se bendicen los ramos de olivo, nos recuerda, antes de introducirnos en el camino de la cruz y de la Pascua de Cristo, que Él es Rey: Un Rey que por amor y por la salvación de todos los hombres da su propia vida. Como la muchedumbre en Jerusalén, vamos camino al encuentro de Jesús, Rey del Universo, y para predisponernos a vivir intensamente esta semana tan especial, les ofrezco un relato para reflexionar.
“Los habitantes de cierto pueblo miraban la carroza real que se acercaba por el camino principal. No sabían que el rey iba a visitarlos y no tenían nada organizado para recibirlo. Ni un canto, ni un ramo de flores, ni una alfombra, ni una ceremonia de bienvenida. Nada. Y así, todos se quedaron estáticos en la plaza céntrica, como si hubieran estado clavados en el suelo, viendo cómo la puerta del carruaje se abría y descendía el rey. -¿Qué ocurre? ¿Por qué me miran así? ¿No me esperaban? -preguntó el monarca. Un gran silencio se hizo presente en medio de la multitud y cubrió al pueblo. Pero como el rey permanecía callado esperando una respuesta, no tuvieron
más remedio que contestar. -No sabíamos que ibas a venir. Nadie nos avisó -dijo un anciano que había sido empujado hacia delante para que hablara. -¿Cómo que no vino nadie a informarles que yo iba a estar unos días con ustedes? El rey hizo bajar de la carroza a un anciano que había permanecido oculto y señalándolo preguntó: -¿Acaso este hombre no vino al pueblo hace unos días para anunciarlo? Era cierto. El anciano había estado en el pueblo, pero nadie le había creído que realmente era un enviado del rey porque vestía muy sencillamente, y no lo tomaron en serio. -¿Ustedes no habían pedido un rey
cercano, humilde, que viviera como ustedes, que los visite, que sea su amigo?”.
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Caminar Diocesano
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Premier de la película “Hijo de Dios” Por: CODIPACS Ecatepec El 3 de abril en Cinépolis, Plaza Las Américas, la Vicaría de Pastoral, coordinada por el Pbro. Eduardo Pierson, y la Distribuidora Diamond films México llevaron a cabo la premier de la película “Hijo de Dios” (Son of God) en la Diócesis de Ecatepec. Fue una grata experiencia ver a nuestro obispo Oscar Roberto Domínguez Couttolenc M.G., sacerdotes, religiosas, seminaristas y laicos comprometidos en este evento. A continuación ofrecemos algunas de las opiniones en torno a esta cinta después de la exhibición. Los invitamos a que la vean y tengan, gracias al cine, un contacto con la Historia de la Salvación. Señor Obispo Oscar Roberto Domínguez Couttolenc M.G.: “En general es una buena película que logra hacer ver que Jesús es el camino, la verdad y la vida, en este tiempo es algo fundamental. Me parece que el papel de María fue preponderante en el ministerio del Señor y no aparece fuerte en la película, pero en general es buena, ya que es un medio de evangelización que nos muestra que el sacrificio de Cristo fue completo para la salvación del género humano”. Seminarista Pedro García de segundo de Filosofía: “Nos hace revalorar lo que Jesús hizo por nosotros: cómo fue capaz de dar todo… Es un buen medio de evangelización”. Hna. Tomasa López (Siervas Guadalupanas de Cristo Sacerdote): “Me pareció muy interesante, sobre todo en este tiempo de Cuaresma y Semana Santa; nos invita a vivir unidos a la Pasión del Señor
y llegar a la Resurrección. Nos invita hacer vida el Evangelio llevando el mensaje a aquellos que no lo conocen”. Sofía Moroslava (Escuela de Pastoral, de San Cristóbal): “Es un recordatorio de que Jesús está vivo, de lo que él ha hecho por nosotros, y de que respondamos a la misión del mandato del Señor
de predicar por todo el mundo el Evangelio”. Manuel Fernández, de la distribuidora Diamond films: “Estamos muy contentos de traer esta película, es una muy buena manera de traer a generaciones jóvenes que a veces están muy separadas de la religión y hacerlas partícipes e
integrarlas a lo que es la historia de Jesús. Abrimos a nivel nacional el jueves 10, en dos versiones: la original en inglés (subtitulada) y la doblada al español, para que todos tengan la oportunidad de disfrutar de la película, con Cinemex y Cinépolis”.
La Compañía de Jesús: 15 años formando a laicos en Valle de Chalco Por: Raúl Arsenio Uribe Ramírez El pasado 29 de marzo del año en curso se celebró con gran entusiasmo el XV aniversario del Centro Comunitario de Teología (CCT). Este centro fue fundado por la Orden de los Jesuitas en 1999, con el fin de proporcionar a los fieles laicos una formación sólida y de calidad que les brinde las herramientas necesarias para descubrir, profundizar y dar testimonio de su fe en la comunidad parroquial, en algún ministerio o donde presten sus servicios. La celebración se llevó a cabo en la Capilla de la Santísima Trinidad, perteneciente a la Parroquia de San Ignacio de Loyola que está bajo el cuidado pastoral del Pbro. José Luis Gonzalo Rosas Morales. Acudieron alumnos del diplomado en Teología Bíblica y ex alumnos,
quienes con su participación expresaron su gratitud hacia este centro de formación. Se contó también con la presencia del Pbro. Gerardo Cortez Padilla, uno de los fundadores del CCT en Valle de Chalco y actual coordinador de la Licenciatura en Ciencias Teológicas de la Universidad Iberoamericana, de donde también nos visitó la Mtra. Crista Godínez, coordinadora del Departamento de Ciencias Religiosas de esa importante Casa de Estudios. Las autoridades académicas hablaron sobre el compromiso que tienen los laicos de formar y nutrir su fe para asumir en su vida la obra de Jesús, y cómo los jesuitas han ido acompañando la formación intelectual de todos estos laicos a lo largo de quince años, quienes se han esforzado con gran esmero en profundizar en el conocimiento del
Evangelio. También se hizo hincapié en que este Diplomado tiene que seguir rindiendo frutos, logrando transformar la vida de los estudiantes, y conforme vayan avanzando en el estudio, deben ir mostrando más un espíritu de conversión, de solidaridad y de servicio hacia los demás. Cabe mencionar que a lo largo de estos ciclos de estudio han sobresalido estudiantes destacados como Ana Lilia Vega, Patricia Moreno y Osvaldo Moreno, quienes ahora son profesores en el Diplomado y becados en la Universidad Iberoamericana, constituyendo así un cuerpo docente sólido y bien preparado, al contar todos ellos con Licenciatura en Filosofía y estudios de Teología Bíblica. Los religiosos jesuitas hacen una invitación a participar en este Diplomado especializado en Teología Bíblica a
todos los laicos de nuestra Diócesis que deseen seguir consolidando su formación, como agentes de evangelización y, sobre todo, como cristianos preparados para afrontar con sabiduría los embates de la vida moderna. Al término del curso se les entrega un diploma avalado por la Universidad Iberoamericana y el Colegio Máximo de Cristo Rey.
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Domingo de Ramos
Inicio de la Semana Mayor
En la celebración del Domingo de Ramos, con el que comienza la Semana Santa, encontramos algunas características particulares que nos ayudan a vivir
con mayor devoción este día. La procesión con las palmas representa la aclamación de la victoria del Señor; mientras que la narración de la Pasión
subraya la misma victoria, obtenida a través del sufrimiento y la muerte. Las palmas y los ramos son signos populares de esa victoria. Debe tenerse
en cuenta el sentido fundamental de la procesión: celebrar la entrada mesiánica del Señor en su triunfo pascual a través de la muerte. Por lo tanto, la procesión no es sólo un recuerdo histórico, sino, sobre todo, una solemne profesión de fe en que la cruz y la muerte de Cristo representan la victoria definitiva. Al comenzar la celebración se lee el Evangelio de Mateo, que relata el camino de Jesús hacia Jerusalén, pasaje en el que manda a dos de sus discípulos a desatar una burra y un burrito para entrar sobre ellos a la ciudad y así cumplir la profecía de Isaías. La multitud, al ver esto, pudo reconocer a Jesús como el Mesías, mientras le gritaban “¡Viva el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en el Cielo!”, lo cual nos invita a proclamar a Jesús como Rey y centro de nuestras vidas. Debemos parecernos a esa gente de Jerusalén que se entusiasmó por seguir a Cristo, y al igual que ellos decir “que viva mi Cristo, que viva mi Rey”. Éste es un día en el que le podemos expresar a Cristo nuestro deseo por seguirlo, aunque tengamos que sufrir o morir por Él. Que queremos que sea el Rey de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestra patria y del mundo entero. Queremos que sea nuestro amigo en todos los momentos de la vida.
La caridad de los Papas Por: Sesgo Diócesis de Nezahualcóyotl El próximo 27 de abril, el papa Francisco canonizará a Juan Pablo II y a Juan XXIII, Papas llenos de caridad y amor, luego de que Juan Pablo II hiciera viajes apostólicos por todo el mundo llevando alrededor del orbe su caridad y amor. Así también Juan XXIII hizo lo propio: visitó a los presos en una cárcel y manifestó estos sentimientos a aquellos que no podían visitarle. Por su parte, el papa Francisco muestra su caridad y amor precisamente al canonizar a sus antecesores, Papas ejemplares. Nosotros como Diócesis de Nezahualcóyotl debemos mostrar nuestra caridad y amor al acompañar estas canoni-
zaciones, si no de manera presencial, al menos con oración, y a su vez rogar a ellos que intercedan ante Dios por nuestros hermanos, nuestros familiares, nuestra sociedad y nuestro mundo. Para acompañar este suceso es importante saber qué son la caridad y el amor. Caridad para elevar una oración por este relevante hecho, y el amor por la intensidad del mismo. Es importante tener la caridad en el corazón y el amor en la mente para que puedan realizarse con una alta magnitud de esperanza. Mucho se ha hablado de estas canonizaciones; sin embargo, lo más importante es mostrar nuestra caridad en señal de que a estos Santos Padres les debemos mucho por lo que hicieron por México y el mundo.
“Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, y esperamos ardientemente que venga de allí como Salvador el Señor Jesucristo” (Fil 3, 20-21)
La Diócesis de Texcoco expresa su más hondo pesar y tristeza por el fallecimiento del Pbro. Pedro Mar nez Molina, sacerdote de esta Iglesia Par cular, y eleva sus oraciones al Dios de la Vida por él, sus familiares y amigos, para que en estos momentos de dolor brille la esperanza y la confianza en el Señor Resucitado. Descanse en paz Pbro. Pedro Mar nez Molina (1976-2014)
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Mar tes Santo
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La Misa Crismal
Por: Pbro. Jesús Zandor Arriaga Lemus, Diócesis de Texcoco Se llama Misa Crismal a la que celebra el obispo con todos los presbíteros y diáconos de su Diócesis. La Misa Crismal es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del obispo, que ha de ser tenido como el gran sacerdote de su grey y como signo de la unión estrecha de los presbíteros con él. En dicha misa se consagra el Santo Crisma y se bendicen los óleos de los catecúmenos y de los enfermos. El origen de la bendición de los Santos Óleos y del Sagrado Crisma es romano, aunque el rito tenga huella galicana. Parece ser que hasta finales del siglo VII, la bendición de los Óleos se hacía durante la Cuaresma y no el Jueves Santo. Haberla fijado en dicho día no se debe al hecho de que el Jueves Santo sea el día de la institución de la Eucaristía, sino sobre todo a una razón práctica: poder disponer de los Santos Óleos, sobre todo del Óleo de los catecúmenos y del Santo Crisma, para la celebración de los sacramentos de la iniciación cristiana durante la Vigilia Pascual. La palabra “crisma” proviene de latín chrisma, que significa “unción”. Así se llama ahora al aceite y bálsamo mezcla-
dos que el obispo consagra en esta misa. Con estos óleos serán ungidos los nuevos bautizados y se signará a los que reciben el Sacramento de la Confirmación. También son ungidos los obispos y los sacerdotes en el día de su ordenación sacramental. Así pues, el Santo Crisma, es decir, el óleo perfumado que representa al mismo Espíritu Santo, nos es dado junto con sus carismas el día de nuestro bautizo y de nuestra confirmación, así como en la ordenación de los sacerdotes y obispos. La liturgia cristiana ha aceptado el uso del Antiguo Testamento, en el que eran ungidos con el óleo de la consagración los reyes, sacerdotes y profetas, ya que ellos prefiguraban a Cristo, cuyo nombre significa “el ungido del Señor”. Con el óleo de los catecúmenos se extiende el efecto de los exorcismos, pues los bautizados se vigorizan y reciben la fuerza divina del Espíritu Santo para que puedan renunciar al mal, antes de que renazcan de la fuente de la vida en el bautizo. El óleo de los enfermos, cuyo uso atestigua el apóstol Santiago, remedia las dolencias de alma y cuerpo de los enfermos para que puedan soportar y vencer con fortaleza el mal y conseguir el perdón de los pecados. El aceite sim-
boliza el vigor y la fuerza del Espíritu Santo. Con este óleo el Espíritu Santo vivifica y transforma nuestra enfermedad y nuestra muerte en sacrificio salvador como el de Jesús. La materia apta para su confección debe ser aceite de oliva u otro aceite extraído de plantas. El crisma se hace con óleo y aromas o materia olorosa. Su consagración es competencia exclusiva del obispo. Es conveniente recordar que no es lo mismo el Santo Crisma (que se utiliza en el bautismo y en la confirmación, y es consagrado) que el óleo de los catecúmenos y de los enfermos (que sólo es bendecido, incluso, en algunos casos, por otros ministros).
El rito de esta misa, que debe ser siempre concelebrada, incluye la renovación de las promesas sacerdotales tras la homilía. Tras la renovación de las promesas sacerdotales, se llevan en procesión los óleos al altar, donde el obispo los puede preparar, si no lo están ya. En último lugar se lleva el Santo Crisma, portado por un diácono o un presbítero. Tras ellos se acercan al altar los portadores del pan, el vino y el agua para la Eucaristía. Tras el Santus se bendice el óleo de los enfermos, y tras la oración, después de la comunión, se bendice el óleo de los catecúmenos y se consagra el Santo Crisma.
VÍA CRUCIS “Por la reconciliación a la paz” Por la señal de la Santa Cruz... Señor mío Jesucristo... Bienaventurados aquellos que luchan por la justicia y promueven la paz (Cf. Mt 5,9-10). Así es como llama Jesús a quienes hacen suya la labor de ser los mensajeros de la buena noticia, aun en tiempos donde el sentido de esas palabras parece haberse perdido. Felices aquellos que son sensibles al clamor de las víctimas y dejan la comodidad para ser cirineos de los desolados. En este camino, memorial del paso que dio Jesús para dar libertad al hombre, no podemos cerrarnos a una contrición en la que no nos interpele nuestro papel ante la situación de inseguridad que vive nuestro país. Hacemos nuestro el llamado que hacen los pastores de nuestra Iglesia en la exhortación apostólica, para unirnos en la celebración de los signos litúrgicos cuaresmales y pensar en la misión, que como pueblo de Dios, tenemos en la construcción de la paz, para la vida digna de los pueblos. Pausa de silencio.
delincuencia organizada, que de manera descarada se impone la mordida como condición a los ciudadanos para recibir un beneficio o servicio gratuito. Este tipo delincuencia se defiende asimismo de manera violenta, llegando a generar muertes para ocultarla. (No. 46) Señor, mensajero de la verdad, ponemos en tus manos a todas las víctimas de la corrupción y a todos aquellos que la propician. Ayúdanos a trabajar por un México más honesto en donde todos trabajemos por el bien común. AMÉN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Oración inicial Señor Jesucristo, tú que no eres ajeno al caminar doloroso del hombre y que no ahorraste ni un solo paso por la senda que te condujo al Calvario. Ayúdanos a seguirte en este recorrido, haciendo nuestro el dolor de nuestra patria que sufre el látigo de la violencia. Llévanos de la mano a la paz que conquista con tu muerte, y permítenos trabajar en tu nombre para devolver la esperanza a los hermanos.
Primera Estación JESÚS ES CONDENADO A MUERTE V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. «Reo es de muerte», dijeron de Jesús los miembros del Sanedrín, y, como no podían ejecutar a nadie, lo llevaron de la casa de Caifás al Pretorio. Pilato no encontraba razones para condenar a
Jesús, e incluso trató de liberarlo, pero, cedió ante la presión amenazante del pueblo que, instigado por sus jefes, gritaba: «¡Crucifícalo, crucifícalo!» ¿Por qué la injusticia crea espacios donde las voces de los débiles no son escuchadas? La corrupción es una forma de violencia, que al inocularse en las estructuras del servicio público, se transforma en
V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mí. R. Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Segunda Estación JESÚS CARGA CON LA CRUZ V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al
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Por: Pbro. José Luis Romero Landeros, Diócesis de Nezahualcóyotl El Jueves Santo se encuentra en la encrucijada entre la Cuaresma y la Pascua. Es el último día de Cuaresma, y su misa vespertina da paso al Triduo Pascual, que es la preparación inmediata para la Pascua, al mismo tiempo que comienza ya su celebración. Domina, pues, en este día un ambiente de preparación. Todo en él se encamina a la Pascua. Así ocurrió el primer Jueves Santo, cuando el Señor envió a Pedro y a Juan para hacer preparativos: “Vayan y preparen para que comamos la Pas-
mundo. Condenado a muerte, Jesús quedó en manos de los soldados del procurador, que lo llevaron al pretorio y, reunida la tropa, hicieron mofa de él. Llegada la hora, le quitaron el manto de púrpura con que lo habían vestido para la burla, le pusieron de nuevo sus ropas, le cargaron la Cruz en que había de morir y salieron camino del Calvario para allí crucificarlo. ¿Por qué existe este abismo que nos separa a los seres humanos? México es uno de los países con mayor desigualdad en la distribución de la riqueza en el mundo, A esta situación se ha llegado por el progresivo deterioro de la capacidad adquisitiva de los trabajadores; por el incremento del desempleo (No.33) Señor, tú que fuiste despojado de todo y maltratado por los poderosos, te pedimos que acompañes a los hermanos que sufren la falta de oportunidades. AMÉN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mí. R/ R. Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Tercera Estación JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ
Jueves Santo cua” (Lc 22,8). Para los fieles se trata de un día de preparación espiritual, cuando se reconciliaban con la Iglesia los penitentes públicos de los primeros tiempos. Se les volvía a recibir en plena comunión con la Iglesia, absolviéndolos de sus pecados mediante un rito público y solemne, para que pudiesen celebrar de nuevo la Pascua y recibir la comunión pascual con los demás fieles. Es muy acorde con la tradición el hacer la confesión pascual en este día, si es que no se ha hecho antes. El Jueves Santo se celebran dos misas: la llamada misa crismal, que tiene lugar únicamente en las catedrales, y la misa vespertina en la cena del Señor, en las parroquias y casas religiosas. La misa crismal incluye la consagración de los óleos que se usan para el bautismo y otros sacramentos. En esta liturgia resalta el tema del sacerdocio y su institución por parte de Cristo. La misa vespertina conmemora sobre todo la institución de la Eucaristía. Ambos temas están íntimamente relacionados entre
sí, pero es conveniente distinguirlos con dos celebraciones. Jueves Santo. Se celebra: La Última Cena. El Lavatorio de los pies. La institución de la Eucaristía y del Sacerdocio. La oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní. En la misa vespertina, antes del ofertorio, el sacerdote celebrante toma una toalla y una bandeja con agua y lava los pies de doce varones, recordando el mismo gesto de Jesús con sus apóstoles en La Última Cena. La Eucaristía Éste es el día en que se instituyó la Eucaristía, el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino donde se renueva incruentamente el sacrificio del Calvario. Cristo tuvo La Última Cena con sus apóstoles, y por el gran amor que nos tiene, se quedó con nosotros en la Eucaristía, con su Presencia Real, para guiarnos en el camino de la salvación. Todos estamos invitados a celebrar la cena instituida por Jesús. Esta noche santa Cristo nos deja su Cuerpo y su Sangre. Revivamos este gran don y comprometámonos a servir a nuestros hermanos.
7 El lavatorio de los pies Jesús en este pasaje del Evangelio nos enseña a servir con humildad y de corazón a los demás. Éste es el mejor camino para seguir a Jesús y demostrarle nuestra fe. Hay que recordar que ésta no es la única vez que Jesús nos habla acerca del servicio. Debemos procurar esta virtud para nuestra vida diaria. Vivir como servidores unos de otros. La noche en el huerto de los Olivos Los monumentos y la visita de las siete iglesias Se acostumbra, después de la misa vespertina, hacer un monumento para resaltar la Eucaristía y exponerla de manera solemne para la adoración de los fieles. La Iglesia pide dedicar un momento de adoración y de agradecimiento a Jesús, un acompañar a Jesús en la oración del huerto. Es por esta razón que las iglesias preparan sus monumentos. Éste es un día solemne. En la visita de las siete iglesias o siete templos se acostumbra llevar a cabo una breve oración en la que se agradece al Señor por todo su amor al quedarse con nosotros. Esto se hace en siete templos diferentes, lo cual simboliza el ir y venir de Jesús en la noche de la traición. Es a lo que refieren cuando se dice: “Traerte de Herodes a Pilatos”.
acceso la educación y el trabajo. Para muchos jóvenes es más fácil conseguir un arma que una beca educativa. La inseguridad se relaciona con la carencia de espacios públicos para la convivencia que sean saludables, sanos, seguros, rurales, plurales e incluyentes (No. 50) Señor, que nos has llamado a vivir en la verdad y en la caridad, haznos testigos de tu amor para que tu caridad resplandezca en medio de los caídos por causa de la violencia. Ayúdanos a levantarnos de nuestras propias caídas y fortalecer a quienes viven con miedo o se sienten inseguros. AMÉN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Nuestro Salvador, agotadas las fuerzas por la sangre perdida en la flagelación, debilitado por la dureza de los sufrimientos físicos y morales que le infligieron aquella noche, en ayunas y sin haber dormido, apenas pudo dar algunos pasos y pronto cayó bajo el peso de la cruz. ¿Por qué hay hermanos y hermanas nuestros que ceden a la tentación de la violencia? La seguridad (…) se relaciona con la inversión que se hace en políticas de
V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mí. R/ R. Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Cuarta Estación JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. En su camino hacia el Calvario, Jesús va envuelto por una multitud de soldados, jefes judíos, pueblo, gentes de bue-
nos sentimientos... También se encuentra allí María, que no aparta la vista de su Hijo, quien, a su vez, la alcanza a ver entre la muchedumbre. Las miradas se encuentran, la Madre ve al Hijo destrozado; Jesús ve a María triste y afligida, y en cada uno de ellos el dolor se hace mayor al contemplar el dolor del otro. ¿Cuántas madres lloran en nuestro país la violencia que han sufrido sus hijos? ¿Cuántas mujeres sufren violencia, sólo por el hecho de ser mujeres? La violencia contra las mujeres representa desafío social y cultural. Esta conducta es aprendida y tolerada socialmente; se relaciona con la comprensión que los hombres y las mujeres tienen de su masculinidad y feminidad (No. 69) Señor, que has hecho que el amor sea
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Viernes Santo
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¡Los cielos se llenan de luto, el sepulcro espera la luz!
Por: Leandro Medina Cabrera CODIPACS Valle de Chalco En este día la Iglesia manda guardar el ayuno y la abstinencia, pues recordamos cuando Jesús muere en la cruz para salvarnos del pecado y darnos la Vida Eterna. En la actualidad es común encontrar la representación escénica del viacrucis, donde un grupo de actores de la misma comunidad recrea cada una de las estaciones que recorrió Jesús en su “Camino de la Cruz” (que es como también se conoce a esta devoción). Sin embargo, estas representaciones en muchos casos rayan más en un espectáculo que en una reflexión real del sacrificio de Cristo, por lo cual es muy importante entender que no se trató de una muerte y ya, fue un momento para el cual Dios tenía dispuesto un doloroso camino que costó sangre, dolor y humillación, pero que derivó en Su Gloria.
Recordemos que Jesús fue traicionado, arrestado como delincuente y negado por uno de los discípulos en quien confió. Fue llevado ante Caifás, el Sumo Sacerdote, y posteriormente trasladado ante el procurador romano Poncio Pilato, quien se desentendió de Él, exponiéndolo al escarnio del pueblo, que lo condenó a muerte, prefiriendo liberar a un asesino. Jesús fue azotado, despojado y coronado de espinas, obligado a cargar una pesada cruz de madera hasta la cima del monte, donde se cumpliría la condena de la gente. El recorrido fue humillante: recibió el agravio de la multitud y su rechazo. Al llegar a su destino, las burlas no cesaron. Ya en el monte fue clavado en la misma cruz y elevado junto a dos ladrones. Alimentado con vino agrio, mutilado en cuerpo mas no en espíritu, recibió la asesta de la lanza que traspasó su costado provocándole la muerte. ¡Los cielos se llenan de luto, el sepulcro
una fuerza extraordinaria, que mueve las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz, haz que en nuestras familias el amor se exprese en el respeto y cuidado de las mujeres que son: madres, hermanas, hijas, esposas. AMÉN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mí. R. Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Sexta Estación LA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Quinta Estación JESÚS ES AYUDADO POR EL CIRENEO
Jesús salió del pretorio llevando a cuestas su cruz, camino del Calvario; tras su primera caída, fue evidente su agotamiento. Temerosos los soldados de que la víctima sucumbiese antes de hora, pensaron en buscarle un sustituto. Entonces el centurión obligó a un tal Simón de Cirene, que venía del campo y pasaba por allí, a que tomara la cruz sobre sus hombros y la llevara detrás de Jesús. ¿Dónde están los cirineos que ayuden
para nuestra salvación, además del gran amor de Cristo, quien dio su vida por ti y por mí, y que está plasmado en un versículo del libro de los Gálatas: “Me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gal 2,20), si esta verdad que está en nuestra cabeza llegara al corazón y experimentáramos el amor de Dios, entonces seríamos esos apóstoles comprometidos que escuchan la voz del pastor, ponen en práctica sus enseñanzas y reciben el envío con un corazón alegre y lleno de confianza, o como afirma una de las Doctoras de la Iglesia, Santa Teresa del Niño Jesús: “Después de haber recibido tantas gracias, ¿no puedo cantar con el salmista cuán bueno es el Señor, cuán eterna es su misericordia? Creo que si todos los hombres se dieran cuenta de tanto amor, nadie tendría miedo a Dios; al contrario, le amarían inmensamente; nadie cometería nunca ni un solo pecado, por amor y no por temor”.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mí. R. Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
espera la luz! Aún hoy persisten la traición, la omisión, el señalamiento y la condena injusta, así como la humillación y el dolor infringido a inocentes, ésos que hoy cargan su propia cruz y son maltratados, olvidados y relegados del mundo. Es por eso que debemos meditar sobre las “Siete Palabras” que Cristo pronunció en su calvario, y que nos invitan a reflexionar y transformar no sólo nuestras vidas, sino las de los demás. Debemos profundizar plenamente en el valor del gran don que el Padre nos ha hecho en Jesús. Cristo tomó sobre sí el peso de nuestros pecados para que, en virtud de su sacrificio salvífico, pudiéramos reconciliarnos con Dios. Nuestra salvación y vida nueva fueron redimidas por Jesús mientras colgaba de la cruz y moría por nosotros. Si cada uno de nosotros tuviéramos presente el gran amor que Dios nos tiene, por el cual entregó a su Hijo único
a llevar su cruz a quienes sufren por causa de la violencia? La vida comunitaria es la primera víctima de la violencia. La percepción de inseguridad y el miedo lleva a las personas a buscar espacios seguros refugiándose en sus propias casas, aislándose, encerrándose en el individualismo y la desconfianza, en el enojo, en el resentimiento y en el deseo de venganza (No. 76). Señor Jesús, enséñanos a llevar la cruz de otros, especialmente que quienes han perdido la esperanza, o viven encerrados por el miedo y la inseguridad. Danos valor para hacer de nuestras familias y comunidades, espacios seguros, de pacífica convivencia. AMÉN.
Dice el profeta Isaías: «No tenía apariencia ni presencia; lo vimos y no tenía aspecto que pudiésemos estimar. Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no lo tuvimos en cuenta». Es la descripción profética de la figura de Jesús camino del Calvario, con el rostro desfigurado por el sufrimiento, la sangre, los salivazos, el polvo, el sudor... Entonces, una mujer del pueblo, se abrió paso entre la muchedumbre llevando un lienzo con el que limpió piadosamente el rostro de Jesús. ¿Dónde están las manos que enjugan las lágrimas de quienes lloran sin consuelo la pérdida de sus seres queridos, víctimas de la violencia?
Las relaciones familiares también explican la predisposición a una personalidad violenta. Las familias que influyen para ello son las que tienen una comunicación deficiente; en las que predominan actitudes defensivas y sus miembros no se apoyan entre sí (No.67) Señor Jesús, rescátanos de la envidia y del egoísmo; fomenta en nuestras familias la caridad fraterna y la experiencia del perdón y de la ayuda mutua. AMÉN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mí. R/ R. Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Mensajero
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Viernes Santo
Palabras nacidas del corazón El misterio de las siete palabras Por: Diócesis de Cuautitlán Con un gran sentido de piedad y humanidad, la Iglesia nos invita a meditar las últimas palabras de Jesús. En ellas Jesús nos entrega los sentimientos más hondos de su corazón. Un tesoro incomparable de religión, de cultura y de humanidad. Con el corazón encogido por el dolor, nos acercamos hoy a la Cruz de Jesús, con María, con Juan, con todos los buenos cristianos del mundo. Como los hijos en torno al lecho de muerte de su padre, queremos vivir cerca de él los últimos momentos de su vida, queremos expiar sus gestos, adivinar sus sentimientos, recoger como perlas las últimas palabras salidas de su boca. Esas palabras que en el lecho de muerte son el último recuerdo, las mejores reliquias de nuestros seres queridos. Estas palabras de Jesús no son improvisadas. Son palabras maduradas en su
Séptima Estación JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Jesús había tomado de nuevo la cruz y con ella a cuestas llegó a la cima de la empinada calle que daba a una de las puertas de la ciudad. Allí, extenuado, sin fuerzas, cayó por segunda vez bajo el peso de la cruz. Faltaba poco para llegar al sitio en que tenía que ser cruci-
oración, en la renovación diaria de la fidelidad y del amor, en la meditación de los grandes textos de Isaías, de los Salmos, de la piedad y la sabiduría de los santos de su pueblo Israel. El sentido de esta meditación es poder conseguir algo más, poder acercarnos casi físicamente a la verdad del Calvario. Tratar de superar las barreras del tiempo para situarnos en aquella tarde memorable en las afueras de Jerusalén donde tres cruces se levantan en el monte Calvario, recortando sus duras siluetas en el horizonte marcando la hora suprema de la historia. Allí está en estos momentos la presencia más intensa de Dios entregando a su Hijo por la vida del mundo. Jesús agoniza en la cruz, rechazado, ignorado, menospreciado por su pueblo, abandonado a su suerte por sus discípulos, ignorado todavía por muchos de los que nos consideramos discípulos suyos. ¿Cómo es posible que
los hombres se atrevan a ejecutar como un criminal a este hombre bueno que ha venido para recuperar la vida de la humanidad del poder del demonio y del temor a la muerte? En la muerte de este Justo se manifiesta la tragedia del ser humano, hecho para la Vida Eterna y sin embargo cargado de sospechas y de resentimientos contra la Verdad de Dios. Con la meditación de las siete palabras no se pretende solamente recordar las que dijo Jesús hace dos mil años, sino escuchar unas palabras vivas, palabras permanentes, porque Cristo sigue muriendo por nosotros. Todos los lugares y las horas del mundo están abrazados, asumidos, metidos en el corazón de este Cristo que agoniza en la cruz. Su justicia es nuestra justicia, su piedad es nuestra piedad, su confianza en Dios es nuestra confianza, su esperanza de vida es nuestra vida y nuestra salvación eterna.
Fuente: Texto tomado de la reflexión de monseñor Fernando Sebastián, Arzobispo Emérito de Pamplona y Tudela.
ficado, y Jesús, empeñado en llevar a cabo hasta la meta los planes de Dios, aún logró reunir fuerzas, levantarse y proseguir su camino. ¿Cuántos jóvenes buscan levantarse de la postración en que se encuentran pero no encuentran los medios? El porcentaje de jóvenes que, incluso teniendo estudios, no tiene acceso los empleos estables y remunerados es alto. Esto hace que muchos de ellos, ante la falta de alternativas, sean oferta laboral para la demanda de quienes se dedican al narco menudeo o la delincuencia organizada (No. 39). Señor, tu vida y tu Palabra son para nosotros anuncio de paz y de vida; danos tu Espíritu, que ilumine nuestra imaginación de la caridad, para que sepamos encontrar alternativas de vida digna para los jóvenes que no encuentran empleo o viven encadenados a alguna adicción. AMÉN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
cimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
R. Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mí. R. Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Octava Estación JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN V. Te adoramos, oh Cristo, y te bende-
Dice el evangelista San Lucas que a Jesús, camino del Calvario, lo seguía una gran multitud del pueblo; y unas mujeres se dolían y se lamentaban por Él. Jesús, volviéndose a ellas les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos». ¿Somos incapaces de indignarnos o condolernos ante el sufrimiento ajeno? La violencia social tiene muchas manifestaciones, entre ellas: la violencia de grupos por razones políticas; la violencia entre relaciones laborales; la violencia vinculada a actitudes discriminatorias que no sólo se da por cuestiones étnicas, sino también por grupos de jóvenes que son ofendidos por su orientación sexual; violencia en las escuelas, en las calles; la que se da en el tránsito vehicular, etc. (No. 59). Cristo Jesús, que escuchas a los que sufren por causa de la violencia y no eres ajeno al sufrimiento humano, te pedimos que nos hagas capaces de compadecernos de quienes sufren por causa de la violencia; modela nuestros corazones conforme al tuyo para que sepamos expresar sentimientos, pensamientos, gestos y palabras de paz. AMÉN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mí.
Novena Estación JESÚS CAE POR TERCERA VEZ
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Una vez llegado al Calvario, en la cercanía inmediata del punto en que iba a ser crucificado, Jesús cayó por tercera vez, exhausto y sin energías ya para levantarse. Las condiciones en que
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Viernes Santo
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La procesión del silencio
Por: P. Gustavo Santana Patiño Diócesis de Cuautitlán Silencio es callar, escuchar, es un viaje al interior y contemplar la rea-
venía y la continua subida lo habían dejado sin aliento. ¿Cuántos hermanos nuestros caen buscando condiciones de vida más favorables? En el contexto de la violencia urbana merecen atención la vulnerabilidad de los migrantes que a su paso por las grandes ciudades, quedan expuestos a todo tipo de vejaciones, maltrato, extorsión e incluso explotación. Se trata de quienes del campo van a las ciudades en busca de mejores condiciones de vida, y de personas procedentes de Centro y Sudamérica (No. 80) Señor Jesús, que recibiste agradecido la hospitalidad de tus amigos, enséñanos a ser hospitalarios con quienes van de camino cruzando nuestro país; bendice a quienes dedican sus esfuerzos a mitigar sus penas y a quienes buscan mejores condiciones de vida, no los dejes caer en la tentación de la ganancia fácil e ilícita. AMÉN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mí. R. Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Décima Estación JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
lidad más profunda de lo que se celebra. Para la Iglesia católica, la religiosidad popular es una realidad predominante que se toma en cuenta como una tarea importante en el proyecto de la nueva evangelización. De esta expresión, la Semana Santa es un conjunto de momentos que manifiestan la fe viva del creyente. En el Viernes Santo se recuerda el viacrucis, la muerte y pasión de Cristo. En muchos lugares representan la crucifixión y muerte; posteriormente, por la noche, se realiza la procesión del silencio donde participa la gente del pueblo. Procesión es caminar, desplazarse de un lugar a otro, moverse; ir acompañados de elementos acústicos y ópticos, además de posturas, gestos y movimientos. Este acto de caminar con otros manifiesta la
común voluntad de avanzar hacia una meta, cuyo origen y fin es Jesucristo. Esta procesión es una manifestación de la fe cristiana indicando la tristeza que tiene la Iglesia de ver a Cristo muerto. Es demostrar al mundo a dónde lleva el egoísmo, la soberbia y el pecado. Se ha ejecutado a un hombre justo sin causa alguna, condenado por haber mostrado a la humanidad qué tanto ama Dios al hombre, que se hizo hombre para salvarlo. Podríamos considerar esta procesión como el cortejo fúnebre de Cristo. La imagen de Jesús crucificado o muerto (muchas veces conocido como el Señor del Santo Entierro) encabeza la marcha. Tras Él, la Virgen María va vestida de luto (la Virgen Dolorosa) y detrás el pueblo de Dios. El pueblo mexicano en un pueblo creyente en Jesucristo. El sentido de esta procesión es acompañar a Cristo y a su madre, en el camino de su dolor, con una profunda fe pascual.
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Señor Jesús, que dijiste «dejen que los niños se acerquen a mí, no se lo impidan» te pedimos por los niños y niñas de nuestras familias y comunidades; conserva en ellos la mirada inocente y no permitas que sufran y sean dañados por nuestro egoísmo. AMÉN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Se recuerda el dolor de la madre de Jesucristo rumbo a la sepultura. La procesión del silencio, como su nombre lo indica, se hace en total silencio. En algunos lugares se acompaña generalmente con tambores, con personas encapuchadas representando a las personas que torturaron y crucificaron a Jesucristo. La procesión es un signo visible a través del cual pueden comprenderse muchos valores espirituales y tiene carácter penitencial en cuanto que, con ella, se busca la conversión a Dios. Es una manifestación de fe, mortificación y penitencia que se realiza el Viernes Santo por la tarde, con el fin de dar testimonio público de su unión con Cristo Redentor en el recuerdo de su pasión, muerte y resurrección. Referencias: catholic.net y naya.org.ar
V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mí. R. Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Undécima Estación JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Ya en el Calvario y antes de crucificar a Jesús, lo despojaron de sus vestiduras ¿Cuántos niños y niñas son despojados violentamente de su inocencia? Desgraciadamente también es un hecho el crecimiento y la frecuencia con que actualmente se hace violencia los niños de diferentes maneras. El hecho de haber sufrido malos tratos durante la infancia o haber sido testigo de la violencia en el seno de la familia incrementa el riesgo de violencia a la edad adulta (No. 71)
«Y lo crucificaron», dicen escuetamente los evangelistas. Había llegado el momento terrible de la crucifixión, y Jesús fue fijado en la cruz con cuatro clavos de hierro que le taladraban las manos y los pies. Levantaron la cruz en alto y el cuerpo de Cristo quedó entre cielo y tierra, pendiente de los clavos. ¿Por qué nos hemos acostumbrado a escenas de dolor como la muerte y al sufrimiento de los demás? Los medios de comunicación contribuyen a la cultura de la violencia al
difundir la cultura del miedo: lucrando con el sensacionalismo sangriento; contando con lujo de detalles los hallazgos macabros; repitiendo una y otra vez, los móviles criminales, todo ello sin el más mínimo pudor respeto por su auditorio, para las víctimas o para sus familiares y sin medir el impacto social o comunitario (No. 88) Señor Jesús, tu nunca fuiste insensible al dolor humano y sin embargo padeciste la indiferencia que quienes como espectadores presenciaron tu crucifixión. Danos entrañas de misericordia ante el dolor humano, para que nunca nos acostumbremos a la violencia fratricida y sepamos hacernos solidarios con quienes sufren. AMÉN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Mensajero
Vigilia Pascual
La victoria de Cristo alegra al mundo entero Por: CODIPACS Ecatepec La Vigilia Pascual es la celebración más importante del año litúrgico. Conmemoramos la noche santa en que Cristo salió del sepulcro victorioso de la muerte. Es la fiesta de Cristo resucitado, y es “vigilia” porque estamos esperando la Venida del Señor. Los elementos de esta celebración son: Liturgia de la luz: La luz es signo de vida, de conocimiento y de salvación que vence a las tinieblas que representan el mal, la desgracia, el castigo y la perdición. Se enciende el fuego que ilumina, quema y purifica. El Cirio Pascual simboliza a Cristo resucitado y su fuego se reparte para encender las velas de todos los fieles llamados a ser iluminados por Cristo resucitado, “Luz del Mundo”. Se canta un himno de alabanza llamado “Pregón pascual” que anuncia a todos la alegría del cielo, de la
V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mí. R. Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Duodécima Estación JESÚS MUERE EN LA CRUZ
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Desde la crucifixión hasta la muerte
tierra y de la Iglesia por la victoria de Cristo sobre las tinieblas. Liturgia de la palabra: Hay nueve lecturas de la Biblia donde se presenta una síntesis de la Historia de la Salvación. En cada lectura hay espacios de silencio, oración y cantos de los salmos. Liturgia bautismal: El elemento que se utiliza es el agua, signo de vida y de purificación. Se dan los sacramentos de iniciación cristiana de los catecúmenos, y los que ya somos bautizados renovamos nuestras promesas bautismales. Se bendice el agua bautismal y son rociados todos los asistentes. Liturgia de la Eucaristía: Eucaristía significa “acción de gracias”. En esta noche se celebra la Acción de Gracias al Padre por habernos dado a su Hijo muerto y resucitado. La Eucaristía es el centro y culmen de la vida cristiana, y tiene su origen en el Misterio Pascual de Cristo.
El papa Francisco, en la homilía de su primer Vigilia Pascual como Romano Pontífice, dio un gran mensaje, el cual puede prepararnos a vivir esta fiesta central de la Iglesia en torno a Jesús: “En esta noche de luz, invocando la intercesión de la Virgen María, que guardaba todos estas cosas en su corazón (cf. Lc 2,19.51), pidamos al Señor que nos haga partícipes de su Resurrección, nos abra a su novedad que transforma, a las sorpresas de Dios, tan bellas; que nos haga hombres y mujeres capaces de hacer memoria de lo que él hace en nuestra historia personal y la del mundo; que nos haga capaces de sentirlo como el Viviente, vivo y
transcurrieron tres largas horas que fueron de mortal agonía para Jesús; en ellas recibimos el testamento vivo del Señor, el testimonio de su amor hasta el extremo, un amor que perdona. Desde la cruz, Jesús pidió perdón para quienes, siendo inocente, lo habían condenado. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, dijo: «Tengo sed». Tomó del vinagre que le acercaron, y añadió: «Todo está cumplido». E inclinando la cabeza entregó el espíritu. ¿En medio de nuestro dolor, sabemos perdonar a quienes nos han ofendido? Son muy lamentables las muertes de miles de personas, entre ellas muchas inocentes y efectivos de las fuerzas de seguridad del Estado. Al amparo de la confusión generada por esta violencia, se consuman crímenes de quienes se hacen justicia por su propia mano por otra clase de agravios entre particulares. (No.24) Señor Jesús, que en la Cruz nos has dado la lección más grande del amor, perdonando a tus injustos agresores, danos tu Espíritu, para que en medio de nuestros dolores, sepamos ponernos por encima de todo resentimiento y perdonando rompamos la espiral de la violencia. AMÉN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Decimotercera Estación JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y PUESTO EN LOS BRAZOS DE SU MADRE
V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mí. R. Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Después, José de Arimatea y Nicodemo, discípulos de Jesús, obtenido el permiso de Pilato y ayudados por sus criados o por otros discípulos del Maes-
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actuando en medio de nosotros; que nos enseñe cada día, queridos hermanos y hermanas, a no buscar entre los muertos a Aquel que vive. Amén” (30 de marzo de 2013).
tro, se acercaron a la cruz, desclavaron cuidadosa y reverentemente los clavos de las manos y los pies y con todo miramiento lo descolgaron. Al pie de la cruz estaba la Madre, que recibió en sus brazos y puso en su regazo maternal el cuerpo sin vida de su Hijo. Hay quienes se acercan a ayudar y quienes prefieren no mirar ¿entre cuáles te encuentras? El dolor de las víctimas inocentes, el sufrimiento, la perplejidad, el egoísmo, y la indiferencia, que la inseguridad y la violencia dejan en las familias y comunidades de México, traen a nuestro corazón el eco de las palabras del apóstol: « Ya es hora que despertéis del sueño. La noche va pasando, el día está encima, despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y revistámonos de la luz. Andemos como en pleno día, con dignidad» (No. 188) Señor Jesús, ayúdanos a mostrarnos disponibles para ayudar a quienes sufren por el miedo, la inseguridad y la violencia. Solos podemos hacer muy poco, despierta en nosotros la conciencia de una ciudadanía responsable que se haga cargo de la noble tarea de lograr un orden social más justo. AMÉN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mí. R, Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
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Domingo de Resurrección
Mensajero
El camino de la fe en la Resurrección
Por: Raúl Ventura Navarro Esta noticia cambia la vida de los hombres. Todo requiere un nuevo sentido a la luz del Domingo de Resurrección. Es interesante seguir el proceso que se desató en los amigos de Jesús, después del Viernes Santo. La tristeza y la melancolía envolvieron su interior durante aquel sábado cuando se celebraba la Pascua. De la tristeza amorosa por la pérdida del Señor, se pasa a la búsqueda. Temprano, al día siguiente del sábado, María Magdalena va al sepulcro a buscar el cuerpo del Señor para acabar de embalsamarlo. No lo encuentra. Aparece entonces la sorpresa y el temor. Un temor que no es sólo a lo sobrenatural, a los ángeles que le dicen que no está allí porque ha resucitado. El temor es a creer en la Resurrección. Y es que siendo tan palpable, tan concreta y tan real la muerte del Señor, que no dejaba la menor posibilidad a otra cosa diferente. Del temor sigue la incredulidad y la incomprensión. Finalmente viene el estallido y la explosión desbordante. Aquel gozo por la nueva vida del Señor
Decimocuarta Estación JESÚS ES SEPULTADO
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo. José de Arimatea y Nicodemo tomaron luego el cuerpo de Jesús de los brazos de María y lo envolvieron en una sábana limpia que José había comprado. Cerca de allí tenía José un sepulcro nuevo que había cavado para sí mismo, y en él enterraron a Jesús. ¿Somos solidarios con quienes son, en nuestras comunidades, víctimas inocentes de la violencia?
ya nadie lo podrá quitar y empiezan a cobrar sentido muchas cosas de las que Jesús les había hablado cuando recorría con ellos los caminos de Palestina. Es verdad, el Señor ha resucitado. No es una quimera, no es una ilusión, no es un cuento. Uno y otro de los discípulos van diciendo cómo tuvo lugar aquel encuentro con el resucitado. Aquellos hombres y mujeres serán otros a partir de su fe en la Resurrección. En ella aparece el triunfo de Dios sobre toda malicia, sobre todo dolor e injusticia, sobre el terrible peso de la muerte. “¿Dónde está muerte tu victoria? ¿Dónde está muerte tu aguijón?”. Todo ha quedado atrás. Un nuevo camino ha sido abierto por Jesús, quien por haberse humillado hasta el polvo en una actitud de obediencia hacia su Padre, es ahora rescatado y glorificado por Él. Así pues, el muro se ha derrumbado, queda al descubierto la plenitud de la vida que un día alcanzarán todos los que ahora vayan siguiendo las huellas de Jesús. La fe en la Resurrección es esencial a nuestra condición de cristianos. Para ser cristiano no basta creer en Dios; muchos lo hacen y no son cristianos.
Tampoco basta con no creer en una vida que no se acaba con la muerte; muchos creen en la eternidad, sin ser cristianos. Ni siquiera podemos decir que la exclusiva del cristiano sea el amor, la justicia, la paz, la libertad, pues incluso los ateos pueden tener esa forma de creer y de vivir. No. Lo verdaderamente cristiano es creer en Jesús que después de hacer el bien a todo mundo, siendo fiel hasta la muerte, resucitó, y que lo que ya es realidad en él lo irá siendo en cada uno de los que sigan su camino. La Resurrección del Señor, su victoria sobre el dolor y la muerte, la nueva vida que ha ganado para todos nosotros, es un hecho real. Sucedió. No es una invención de hombres ingenuos. Su influjo se deja sentir hoy y se hace presente en nuestras familias, en nuestras calles, en el corazón de todos los creyentes. Pues dondequiera que hay esperanza, donde existe amor, donde se lucha contra la pobreza y la enfermedad, donde la luz vence las tinieblas de la ignorancia, de la desorientación y del pecado, donde hay alegría, donde la fraternidad vence la distancia y el egoísmo, donde se gana la batalla en favor de
Hay que ir como buenos samaritanos al encuentro de las necesidades de los pobres y de los que sufren y «crear las estructuras justas que son una condición sin la cual no es posible un orden justo en la sociedad»; éstas nacen del consenso moral de la sociedad sobre valores fundamentales. Donde Dios está ausente, estos valores no muestran toda su fuerza, ni se alcanza el consenso sobre ellos. (No. 165) Enséñanos Señor a dar de lo nuestro, como José de Arimatea que te ofreció el sepulcro que había cavado para él. Que en medio del despojo que viven tantos hermanos nuestros, que apenas tienen lo necesario para comer, sepamos aliviar su sufrimiento, compartiendo con ellos de los bienes que nos has dado. AMÉN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mí. R. Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Decimoquinta Estación JESÚS RESUCITA DE ENTRE LOS MUERTOS V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Pasado el sábado, María Magdalena y otras piadosas mujeres fueron muy de madrugada al sepulcro. Llegadas allí observaron que la piedra había sido removida. Entraron en el sepulcro y no hallaron el cuerpo del Señor, pero vieron a un ángel que les dijo: «Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí». ¿Dónde buscamos a Jesús, entre los muertos o entre los vivos? Perdemos el tiempo cuando buscamos culpables o esperamos pasivamente que sea sólo el gobierno quien dé solución a problemas que son de todos. Debemos actuar ya, cada quien en su propio ámbito de competencia. Las autoridades, con
la vida y contra el aborto, allí está Cristo resucitado y victorioso. Cristo resucitado es el origen de un nuevo mundo, aleluya, aleluya. Vayamos a decirlo a los demás, como lo hizo María Magdalena, la mujer que movida por el amor buscó y encontró al resucitado.
los recursos propios que le proporciona el Estado de Derecho para el ejercicio de su actuación; la sociedad civil, asumiendo responsablemente la tarea de una ciudadanía activa, que sea sujeto de la vida social; los creyentes, actuando en fidelidad a nuestra conciencia, en la que escuchamos la voz de Dios, que espera que respondamos al don de su amor, con nuestro compromiso en la construcción de la paz, para la vida digna del pueblo de México. (No. 106) Señor, ayúdanos como Iglesia a ponernos al servicio de la reconciliación, anímanos a trabajar juntos con todos los hermanos en la construcción de un cielo nuevo y de una nueva tierra. Ayúdanos a permanecer unidos en la construcción de la paz y en el impulso del desarrollo humano integral y solidario de nuestro pueblo. AMÉN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mí. R/ R. Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros. Oración final: Confiamos este momento de la vida de nuestra nación al maternal amparo de Santa María de Guadalupe, nos acogemos a su regazo e imploramos su bendición para que «en su casa, que es toda nuestra patria, logremos reconocernos hermanos y vivir en fraternidad» (No.258).
Iglesia y Cultura
Mensajero
Tlalnepantla, tierra de en medio Situada al poniente del Valle de México, Tlalnepantla es actualmente una comunidad conformada por millones de personas. Cuenta con una rica historia y un gran pasado. Lo que hoy es una dinámica y próspera ciudad industrial y comercial, tiempo atrás fue diferente. El siglo XVI fue el de la evangelización en México y fueron los frailes franciscanos quienes iniciaron esta ardua tarea en un escenario con dos culturas indígenas divididas: mexicas y otomíes. Con la finalidad de fomentar la unidad entre ambas culturas, entre 1550 y 1554 se fundó la Villa de Tlalnepantla (que en lengua náhuatl significa “tierra de en medio”), con el sincretismo propio que fusionó a la Iglesia católica con las culturas ancestrales. Otomíes y mexicas vislumbraron un remanso de paz por medio de la Palabra de Dios y de la fe, encontrando tierra fértil para sembrar los nuevos valores. El convento y templo de Tlalnepantla, llamado Corpus Christi, inició su construcción durante la segunda mitad del siglo XVI. Sus muros alzados por manos mexicas y otomíes constituyen un símbolo de unidad entre ambas cul-
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turas. Como tinta indeleble escrita en la historia, se pueden apreciar las diferentes tonalidades de cantera en los muros y en sus columnas, símbolo de las dos culturas. La sobria belleza de su construcción, de estilo colonial, representa vívidamente la materialización de la evangelización, y con ello la fusión de tres culturas y la instauración de la nueva Iglesia. Durante los siguientes siglos, la región donde ahora se encuentra la actual Diócesis creció y se desarrolló como muchas otras comunidades del país. Surgió una sociedad multicultural donde el catolicismo fue y sigue siendo la principal religión. Siglos atrás, desde tiempos anteriores a los orígenes de nuestra Arquidiócesis, ha existido hasta el día de hoy un concepto como constante: unidad. Ésta se vio reflejada en la paz que trajo a las dos culturas enemigas, y en el hecho de llevar la palabra de Dios a su comunidad, la cual creció y se desarrolló dando lugar a una sociedad sana. Unidad que sembró en cada una de las personas pertenecientes a este pueblo los valores de la Palabra de Dios.
Santa Iglesia Catedral de Corpus Chris de la Arquidiócesis de Tlalnepantla
Claustro de la Catedral de Tlalnepantla
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Sección Infantil
Mensajero
Semana Santa
Hola amiguitos, les invitamos a relacionar las columnas. Une con una línea la imagen que corresponda al nombre del día santo.
Domingo de Pascua
Viernes Santo
Domingo de Ramos
Jueves Santo
Sábado Santo ¡Acompaña a Jesús en su pasión y muerte para que resucite glorioso en tu corazón!
Mensajero
La Sal y Luz del mundo
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El Cirio Pascual: luz de Cristo que se transmite a los demás Por: CODIPACS Ecatepec En este tiempo de Semana Santa, un desafío importante de los laicos católicos es ser mensajeros de la Buena Nueva y salir al encuentro de la gente para invitarlos a compartir la celebración más importante: la Pascua. Muchos católicos limitan su participación en estas fechas al Viacrucis, donde se vive el momento del sacrificio y del dolor, pero no se llega a celebrar la Pascua. Nuestra actitud debe ser reflejo viviente de la fe, esperanza y caridad que en estos días santos nos mueven a recordar y vivir el sufrimiento y sacrificio de Cristo por nosotros, para vencer las tinieblas del pecado y de la muerte, y así llamarnos a la Gloria Eterna. Debemos anunciar a un Jesús que pasó de la muerte a la vida, resucitando de entre los muertos y siendo ejemplo para todos al guiarnos a la Vida Nueva. Uno de los signos más importantes del cristiano es el Cirio Pascual, que es
renovado precisamente en la ceremonia más importante del año litúrgico: la Vigilia Pascual. El cirio sustituye al del año anterior. Su tamaño puede variar, aunque ha de ser mayor que el del resto de las velas. El Cirio Pascual es la expresión más fuerte entre todos los simbolismos derivados de la luz y del fuego, pues los reúne a ambos, representa a Cristo resucitado, vencedor de las tinieblas y de la muerte, sol que no tiene ocaso. Se enciende con fuego nuevo, producido en completa oscuridad, ya que en Pascua todo se renueva. Con él se encienden todas las demás luces. Como laicos comprometidos, invitemos a nuestros hermanos alejados a participar activamente en las actividades de Semana Santa y en la Pascua; llevemos nuestro cirio, luz nuestra en medio de las tinieblas de este mundo, y recordemos que debemos encenderlo constantemente a lo largo del año durante las oraciones personales y de comunidad. Cristo, que es “Luz del
Mundo” (Cfr. Jn 8, 18), nos hace un llamado: “Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas
obras, y por ello den Gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos” (Cfr. Mt 5, 14-16).
La ausencia de utopías Por: P. Oscar Camacho Pastoral Juvenil Vocacional Realidad: La conjunción de diversos fenómenos sociales y culturales ha llevado a la irrupción de una niñez y juventud mucho menos utópica. Se destacan los siguientes fenómenos: fracaso de utopías sociales; colapso de regímenes fundados sobre una utopía, pérdida de confianza en la utopía científica; visión pesimista del futuro; mundo de consumo centrado en la satisfacción de deseos de corto plazo. Dificultades: Los niños y jóvenes que carecen de utopías significativas tienen menos tolerancia a las frustraciones. Sin sentido utópico es muy difícil captar el sentido de realidades, tales como el sacrificio, el esfuerzo, la ascesis, la entrega abnegada por algo o por alguien. Sin utopía existe siempre el peligro de fundar el sentido existencial sobre el “estar bien” (lo cual es momentáneo) y sobre la satisfacción de deseos de corto plazo y baja estatura. Sin utopía se dan mayores dificultades de sentido existencial. Desafíos: Ofrecer la experiencia de Cristo y de su seguimiento como posibilidad para dar sentido completo a la vida, proveyéndola del carácter utópico
que ésta necesita. Desde los valores cristianos, religiosos y sacerdotales –realidades insoportables para los jóvenes de hoy– es posible alcanzar sentido y posibilidad de ser vividos. Grandes dolores y realidades muy difíciles, que pueden ser llevaderos a partir de la experiencia de la utopía cristiana. Es indispensable conectar con los sentidos de los niños y jóvenes de ahora para, sin negar su sentido del momento presente, enriquecerlos con el sentido de la utopía. Oportunidades: Hemos cuestionado el excesivo énfasis que se ha hecho en la vida cristiana y religiosa como vida de sacrificio y en tensión hacia una gran utopía. Aunque esto es cierto, vale la pena valorar el sentido del presente, el gusto y satisfacción por algo que ya podemos vivir. Tanto el seguimiento de Cristo como la vida religiosa, y en particular la vida sacerdotal, constituyen opciones utópicas. Si bien la ausencia de utopías dificulta captar y valorar su sentido utópico, el hecho de que sean utopías en una época sin utopías, las hace atractivas, convenientes y hasta necesarias. La invitación a la vida cristiana, religiosa y sacerdotal puede ser una opción de sentido para muchos chicos.
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Mensajero
50 años al servicio del Reino de los Cielos
La Arquidiócesis de Tlalnepantla celebró con gran júbilo su 50 aniversario de erección como Diócesis el pasado 1 de abril, día en que fue consagrado su primer obispo Mons. Felipe de Jesús Cueto, con cerca de diez mil feligreses congregados en una jornada llena de eventos. Los fieles de las siete zonas pastorales de la Arquidiócesis de Tlalnepantla se dieron cita desde las 8:00 hrs. en la Av. Sor Juana Inés de la Cruz para comenzar con un desfile de carros alegóricos representativos de cada región, dando muestra de la gran diversidad y unidad que hay en esta Iglesia particular. Los contingentes del desfile llegaron pasadas las 10:00 hrs. a la explanada de la Catedral de Corpus Christi, donde el ambiente de fiesta continuaba. Mientras todos se acomodaban en su lugar se proyectó un video documental en el cual se narra la historia de Tlalnepantla desde los tiempos prehispánicos, la importancia de la imagen de la Virgen de los Remedios en la vida diocesana y el caminar de la comunidad con sus pastores como Diócesis desde 1964
hasta nuestros días. Poco antes de las 11:00 hrs. la imagen del Señor de las Misericordias fue trasladada en procesión desde el interior de la Catedral hasta el altar dispuesto para la celebración eucarística en la explanada. Una vez todo listo para la misa, el
coro de mil niños de las parroquias del municipio de Atizapán de Zaragoza entonó el Himno a la Alegría. La procesión de entrada para la misa comenzó desde la Catedral con el Seminario Diocesano, seguida por cerca de 200 sacerdotes y alrededor de 40 obispos venidos de las distintas diócesis del país, así como de Estados Unidos y América Latina, además de los Obispos Auxiliares de Tlalnepantla, el Nuncio Apostólico en México Mons. Christophe Pierre y Mons. Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla, quien presidió esta magna celebración. Al inicio de la Eucaristía se dio lectura a la bula “Aliam ex aliis” con la que S. S. Paulo VI erigió la Diócesis de Tlalnepantla en 1964. Después Mons. Christophe Pierre leyó el mensaje que el papa Francisco mandó a toda la Iglesia que peregrina en Tlalnepantla, con el cual motiva a que den auténtico testimonio de vida cristiana en los diversos ambientes de la sociedad como verdaderos discípulos y misioneros de Jesucristo. La misa continuó y durante la homilía Mons. Aguiar se dirigió a todos los congregados diciéndoles: “En esta Asamblea santa, congregada para agradecer a Dios los 50 años de vida como Iglesia particular de Tlalnepantla, a todos ustedes que de los distintos rincones de la Diócesis han venido a participar de esta inmensa alegría, les pregunto: ¿Quieren convertirse en el cauce de agua viva, del manantial que le devuelva la salud a nuestra sociedad y le dé vida digna y en abundancia?”. Todos respondieron al unísono con un fuerte “sí”. Después elevó una oración de gratitud a Dios por los pastores que han dirigido esta Diócesis, por Mons. Felipe de Jesús Cueto, Mons. Adolfo Suárez Rivera, Mons. Manuel Pérez Gil, quienes com-
parten ya la vida eterna; y por Mons. Ricardo Guízar Díaz, quien estuvo presente en la celebración y por los fieles que han dado lo mejor de sí en el trabajo de la Pastoral Diocesana. Para finalizar la homilía, motivó a
todos a prepararse para vivir la Misión que comenzará en mayo de 2015, pues “la Misión será la forma para convertirnos en ese cauce que dé vida a quienes van extraviados, que dé luz a quienes caminan sin sentido en la oscuridad y penumbra, que dé libertad a quienes
como esclavos no saben a dónde van”, concluyó. Al término de la celebración eucarística, el Sr. Arzobispo agradeció la asistencia de las autoridades civiles de los municipios que conforman el territorio diocesano y de todos los fieles para festejar los 50 años de vida que Dios ha concedido a Tlalnepantla. Los festejos jubilares continuaron por la tarde con la participación de artistas en una verbena popular, y por la noche llegaron los mariachis afuera de la Catedral para entonar, junto con don Carlos Aguiar, las Mañanitas a la actual Arquidiócesis. Después Mons. Aguiar pidió que se repicaran las campanas de la Catedral como signo de que Dios nos llama a seguir trabajando por el Reino de los Cielos y así se dio paso al espectáculo piro-musical con el cual se concluyó la jornada de festejos en la Arquidiócesis de Tlalnepantla.