Parque Minero

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Parque Minero del Maestrat

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a puesta en valor de los recursos turísticos de la provincia de Castellón se ha convertido en uno de los grandes retos de la presente legislatura, especialmente en el interior de la provincia. Un territorio que guarda tesoros naturales y arquitectónicos que, aún hoy, siguen siendo unos grandes desconocidos para muchos de nuestros conciudadanos. Hoy visitamos uno de los más singulares de todo muestro territorio y que ha experimentado en los últimos años un impulso a su restauración: el Parque Minero del Maestrat.

Una histórica red subterránea, única en su género en la Comunitat, formada por Mina Victoria y Mina Esperanza en los municipios de Culla y la Torre d’en Besora a cuya dinamización turística la institución provincial ha destinado 100.000 euros. La Diputación de Castellón ha ratificado el compromiso institucional por impulsar este recurso turístico que ya cuenta en Mina Esperanza con un museo minero de 300 metros cuadrados de exposición.

En las entrañas de la tierra En las cimas montañosas del interior de Castellón, en el corazón de l´Alt Maestrat, se encuentra el Parc Miner del Maestrat.

Situado a unos 800 metros de altitud y a 3 y 6 kilómetros de las poblaciones de La Torre d´En Besora y Culla, el yacimiento está compuesto por un entramado de galerías longitudinales y dos cavidades unidas que en conjunto suman 1,68 kilómetros de extensión.

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Di s f ru t a la

Provincia Descubre la fascinante historia de la red subterránea entre Mina Victoria y Mina Esperanza que úne los municipios de Culla y la Torre d’en Besora

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Sus orígenes documentales nos hablan de más de 150 mineros que llegaron a trabajar en ellas. La mina subterránea de Culla-La Torre d’En Besora fue un yacimiento de óxidos e hidróxidos de hierro, cuya actividad de extracción cesó en el año 1957. El método de explotación empleado era el de cámaras y pilares de avance y la extracción se hacía por medio de vías y vagones empujados por los 4

mismos trabajadores, que llegaron a ser hasta 100 repartidos en tres relevos, según dichas fuentes.

Los primeros documentos sobre la explotación de Mina Esperanza datan de 1940, cuando un importante número de trabajadores de Torre d’En Besora y Culla, así como de otras localidades cercanas como Albocàsser o Atzeneta, se dedicaban a la extracción de la materia prima

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que posteriormente era transportada hasta la fábrica de Sagunto, perteneciente a los Altos Hornos de Vizcaya. En un breve periodo de 30 años la actividad minera atravesó momentos de apogeo, en los que se convirtió en una de las principales fuentes de ingresos locales, y otros de decadencia, que desencadenaron en el cierre de Mina Esperanza en 1965, a causa del incremento de los costes de distribución.

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Sin embargo, algunos antiguos trabajadores de la explotación minera, como Javier Barreda, de 82 años, recuerdan con especial nostalgia la década de los cincuenta, cuando las cosechas iban muy mal y vecinos de toda la comarca acudieron a las minas de hierro en busca de un jornal para sustentar a sus familias.

Aquellos fueron los años de mayor actividad, con cerca de 150 mineros, haciendo

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tres turnos diarios, que incrementaron la población de La Torre d’En Besora. Asimismo, con la ampliación de las galerías de Mina Esperanza surgió Mina Nueva Victoria, asentada ya en territorio de Culla, la cual también se puso en funcionamiento recién terminada la Guerra Civil, en años de mucha necesidad económica. Al igual que su homóloga, en este yacimiento se extraía mineral de hierro en distintas variedades como la Limonita, Goethita, Siderita así como la Hematites, que posteriormente fundían en Sagunto para crear vigas o alambre.

Recuperando el pasado La creación del Parque Minero del Maestrat se gestó en 2003, cuando el Ayuntamiento de La Torre d’En Besora decidió recuperar la abandonada Mina Esperanza, por lo que instauró un museo minero de 300 metros cuadrados de exposición en las mismas galerías, acondicionándolo para su uso público y preservando al máximo su aspecto original.

Cabe destacar que este vestigio natural fue declarado Bien de Interés Público por la Generalitat, dado las peculiaridades de conservación de sus túneles, grutas y cuevas, siendo el único Parque Minero con estas características de toda la Comunidad Valenciana.

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y el presidente provincial, Javier Moliner, inauguraron el 28 de agosto de 2011 el nuevo espacio turístico con unas palabras que sintetizaban a la perfección la puesta en valor del Parque Minero. “Estamos ante una referencia a nivel de tu7

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rismo industrial en la Comunitat y uno de los hitos más importantes que hay en Castellón. Es importante coordinar el esfuerzo de las administraciones para los tiempos duros que vienen. Y este parque minero es el ejemplo de cómo se pueden conseguir grandes cosas con la unión de todos. Es el fruto de la colaboración de varias consellerias, dos ayuntamientos, la Diputación de Castellón y entidades como la UJI”.

Gracias al apoyo provincial se ha podido llevar a cabo la construcción de un mirador, la pavimentación de un sendero y la dotación de un tren minero que una las dos explotaciones. Actualmente, se ha recuperado parte de las cavidades a través de un itinerario de interpretación, el cual servirá al turista para conocer como funcionaba una de las minas más importantes de la Comunidad Valenciana. El recorrido guiado, de hora y media de duración, permite al visitante la simulación de una explosión en el interior de la mina o la demostración de una extracción.

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Los yacimientos de hierro de la Mina todavía están visibles a los viajeros que se adentren a conocer sus secretos y su historia. En un primer momento, la visita al parque se inicia con la proyección de un vídeo breve en el que se traza la historia de la localidad y la de la mina.

Tras ello, se penetra en la exposición que se ha adaptado a las necesidades actuales. Una completa colección de herramientas con las que los habitantes del lugar extraían el metal, tales como picos, palas y vagones. Siguiendo el itinerario, los viajeros se topan con unos decorados que imitan situaciones que se vivían o podrían vivirse en su interior, como una explosión, de singular impacto.

El hecho singular de la Mina Esperanza es su vivacidad y la sensación de presente que crea, de actualidad, pese a ser ya un símbolo del pasado de Torre d’en Besora.

Los visitantes podrán acercarse por completo a la realidad diaria de los mineros, de sus esfuerzos, de sus peligros y de su mundo en el interior de la tierra. ©Diputación de Castellón