9 788483 214848
ISBN 978-84-8321-484-8
El Mudéjar es una singularidad hispana que ha logrado el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Aragón es tierra rica en este legado artístico que nació del mestizaje entre formas hispanomusulmanas y cristianas en la Edad Media, y la provincia de Huesca ofrece muestras relevantes del mismo. Las rutas planteadas en esta publicación permiten descubrir estas realizaciones y disfrutar con su contemplación.
El Mudéjar en el Alto Aragón I PASEOS POR LA HISTORIA I
El Mudéjar EN EL ALTO ARAGÓN
El Mudéjar en el Alto Aragón Coordinación: equipo de redacción de Prames Textos: José Antonio Tolosa Urieta Fotografías: José Antonio Tolosa Urieta, excepto: Archivo Prames-Javier Romeo: 8, 33 Diseño, maquetación y tratamiento de imágenes: equipo gráfico de Prames Edita: Prames • Camino de los Molinos, 32 • 50015 Zaragoza www.prames.com ISBN: 978-84-8321-484-8 DL: Z 1458-2018 Imprime: Grupo Ziur Navarra
Foto portada. Detalle del voladizo del coro de la ermita de San Román en La Puebla de Castro
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ÍNDICE
PRÓLOGO 5 INTRODUCCIÓN 6 RUTAS 9 Huesca capital 10 Hoya de Huesca y Monegros 18 Somontano de Barbastro 24 Cinca Medio y La Litera 32 La Ribagorza 38 DATOS DE INTERÉS 46
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I PRÓLOGO I
La colección de libros Paseos por la historia, que la Diputación de Huesca lleva impulsando desde 2014, trata de divulgar el patrimonio cultural oscense por épocas, a través de itinerarios y lugares que ambienten un determinado periodo de la historia altoaragonesa. En este caso, el arte mudéjar es el vehículo para sumergirnos no tanto en un periodo concreto, sino en una corriente cultural que fluye a través de los siglos con el recuerdo de los antiguos moradores musulmanes. El Mudéjar es, al fin y al cabo, la expresión de la herencia artística hispanomusulmana en unas tierras que han pasado a dominio cristiano, y donde las formas de expresión cristianas van a mezclarse con las musulmanas para dar lugar a un estilo muy singular del solar hispano. Este estilo no es el predominante en territorio oscense, donde lo románico es una de sus señas de identidad, pero en él encontramos un número significativo de obras, en algunos casos muy poco conocidas, como son, por ejemplo, las techumbres del antiguo palacio episcopal de la capital, hoy Museo Diocesano. Con este libro, el amante del arte y el curioso en general puede deleitarse con un mundo de fantásticas realizaciones en ladrillo, madera y yeso que, sin duda, le sorprenderán. Miguel Gracia Ferrer Presidente de la Diputación de Huesca
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I INTRODUCCIÓN I
El mudéjar como expresión artística Etimológicamente «mudéjar» procede del árabe «mudayyan», que se traduce como «aquél a quien se ha permitido quedarse», aludiendo a los musulmanes que tras la conquista cristiana continuaron en sus antiguos lugares con una serie de derechos (lengua, religión, leyes, aljamas, etc.) reconocidos a través de las correspondientes capitulaciones; su dedicación principal era la agricultura y las labores de la construcción. Aunque utilizado por diversos escritores desde el siglo XIII, en la España medieval esta población recibía comúnmente el nombre de «moros». Paulatinamente irán perdiendo derechos hasta inicios del siglo XVI, cuando son obligados a bautizarse, convirtiéndose de mudéjares en moriscos. Esta conversión forzosa no tuvo las consecuencias deseadas por los reyes y eclesiásticos cristianos, por lo que, constatada su no integración, se optó, entre 1609 y 1614 por su expulsión (1610 en Aragón), con los consecuentes perjuicios económicos para los reinos peninsulares. Aplicado a la Historia del Arte, el término «mudéjar» lo utilizó por primera vez en 1859 José Amador de los Ríos en su discurso de ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, para designar una manifestación artística caracterizada por el intercambio mutuo de elementos cristianos y musulmanes. A partir de ese momento se inicia una polémica, que todavía perdura en algunos aspectos, entre los historiadores del arte sobre varias cuestiones relacionadas con este concepto, especialmente en torno al problema etimológico y al definitorio del mudéjar como estilo artístico. Menéndez Pelayo definió el mudéjar como «el único tipo de construcción peculiarmente español del que podemos envanecernos». Para Gonzalo Borrás Gualis, el mayor especialista del tema, «el arte mudéjar es la pervivencia del arte hispanomusulmán en la España cristiana». Tan importante como la permanencia de la población musulmana para el desarrollo del estilo mudéjar, fueron los condicionantes físicos de cada área geográfica peninsular; así, la escasez de piedra en el valle del Ebro y sus principales afluentes, resultó un poderoso escollo para la adopción de los sistemas constructivos procedentes de Europa: románico y gótico. De esta manera, surgen los denominados «focos regionales» con elementos constructivos y decorativos propios en cada caso. 6
I INTRODUCCIÓN I
El mudéjar aragonés en Huesca Si algo caracteriza al mudéjar aragonés es la profusa utilización del ladrillo, tanto como elemento constructivo, ya que hasta las bóvedas se hacen con este material, como elemento decorativo con un peculiar desarrollo de motivos (rombos, arcos, lazos…). Esta ornamentación se centra fundamentalmente en torres, ábsides y cimborrios de las iglesias. Una segunda peculiaridad del foco aragonés es la aplicación de la cerámica a la arquitectura, ejemplarizada en las torres e iglesias turolenses, si bien no hay ningún ejemplo de este uso cerámico en tierras oscenses. Además, en Aragón se ha conservado, en una serie de iglesias, una singular decoración interior agramilada y pintada que configura unos espacios con fuerte personalidad propia, ornamentación que acogió la original iglesia mudéjar de Robres, pero de la que quedaron pocos restos tras su remodelación posterior. Al contrario que en otras zonas de Aragón, en la zona oscense no se da ningún caso de la denominada tipología de iglesia-fortaleza, cuyas principales características son una cabecera recta con tres capillas, y una tribuna o andito sobre estas capillas y las laterales, que les confiere un fuerte carácter militar. No obstante lo anterior, serán las torres-campanario las que se conviertan en el principal símbolo del mudéjar en Aragón. En cuanto a este elemento, en la provincia de Huesca no encontramos torres-campanario con estructura de alminar hispanomusulmán, mayoritarias en el mudéjar en Aragón, a base de dos torres entre las que discurre la caja de escaleras, la interior con estancias superpuestas en las torres mayores y en forma de simple machón macizo o hueco en el resto; tampoco las de tipo cristiano con estancias a las que en origen se accedía a través de escaleras de mano, lo que denota un claro carácter defensivo, y sí las huecas. En contraposición, encontramos un alminar musulmán embutido en una torre de sillares en Barbastro. En planta predominan las de tipo cuadrado, aunque también hay un grupo de octogonales, y las denominadas «mixtas», con un primer cuerpo cuadrado, generalmente del mismo material que la iglesia a la que están adosadas, y uno superior de ladrillo y planta octogonal, con funciones de cuerpo de campanas; esta última tipología se generalizará a partir del siglo XVI, perdurando hasta bien entrado el XVIII, aunque poco a poco vayan perdiendo su decoración mudéjar en favor de lo barroco. A pesar de la expulsión de los moriscos en 1610, el profundo arraigo del mudéjar como estilo constructivo y decorativo siguió imperando durante el período barroco, sobre todo en la decoración de yeserías con motivos de tradición mudéjar de interiores de iglesias (Santa María de Dulcis, Juseu, Peralta de la Sal…, en Huesca). También las torres-campanario siguieron incorporando en su ornamentación paños y bandas de rombos y esquinillas en combinación con elementos barrocos, algo que se mantuvo hasta bien entrado el siglo XVIII. 7
I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
Decoración de la bóveda de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Peralta de la Sal 8
RUTAS Huesca capital pรกg. 10
Hoya de Huesca y Monegros pรกg. 18
Somontano de Barbastro pรกg. 24
Cinca Medio y La Litera pรกg. 32
La Ribagorza pรกg. 38
I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
Decoración del aljarfe del «Salón Tanto Monta».
Iglesia de San Miguel «Las Miguelas»
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Plaza de San Juan de la Peña
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Museo Diocesano Ayuntamiento
Catedral
Plaza de los Fueros de Aragón
San Pedro el Viejo Palacio de los Villahermosa
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I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
Huesca capital Palacio de Villahermosa Ayuntamiento de Huesca Salón del Tanto Monta Púlpito de la Sala de las Limosnas Catedral de la Transfiguración Iglesia de San Pedro el Viejo Iglesia de San Miguel «Las Miguelas» Si tanto las ciudades de Zaragoza y Teruel son sobradamente conocidas por las manifestaciones mudéjares que conservan, no ocurre lo mismo con la tercera capital aragonesa, Huesca, que sin embargo atesora algunos de los elementos más interesantes de este estilo que hay en Aragón, como son varias techumbres del tipo alfarje y uno de los pocos púlpitos mudéjares que han llegado a nuestros días, además de pequeños ejemplos de decoración de yeserías barroco-mudéjares que servirán de excusa para visitar sus dos templos más emblemáticos.
Púlpito de la sala de las Limosnas 11
I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
El primer alfarje lo encontramos en el palacio de Villahermosa, en pleno centro histórico de la ciudad de Huesca, concretamente en el número 4 de la calle Duquesa de Villahermosa, junto al Coso oscense, y precedido de una amplia plaza que cierra con una artística verja del siglo XIX. Fue durante las obras de acondicionamiento del edificio para sede del Centro Cultural de Ibercaja cuando se descubrió oculta por un techo raso una techumbre mudéjar que tras su restauración se recolocó en el actual hueco de escaleras. Se trata de un alfarje de madera tallada y policromada formado por tres jácenas o vigas maestras sobre canes que lo dividen en cuatro espacios rectangulares, a modo de grandes casetones, que se cubren en los laterales y en los extremos con tablas de la misma altura que las jácenas.
Alfarje del palacio de Villahermosa
Iconográficamente se considera la segunda techumbre de más relevancia de las aragonesas después de la que cubre la catedral de Teruel, y un eslabón entre ésta y la de La Puebla de Castro, ya que comparte con ellas un buen número de motivos. El repertorio incluye temática de tipo humano, animal, vegetal, geométrico, epigráfico y heráldico, siendo los escudos de armas los que permiten fechar la techumbre. Un reciente estudio de esta heráldica por el historiador oscense Carlos Garcés Manú, ha identificado correctamente los escudos de armas que en ella se representan, y que corresponden al rey Pedro III de Aragón, su esposa Constanza de Sicilia, y a las familias oscenses de los Azlor y los Tovía. La unión de estas dos familias y las fechas del reinado de Pedro III, permiten situar la obra de la techumbre hacia finales del siglo XIII, contemporánea de la techumbre de la Catedral turolense. 12
I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
Dentro de la amplia gama de motivos destacan algunos de los que cubren el papo de sus canes como una bailarina que se dobla por la cintura acompañada de un músico tocando la viola, y que también podemos ver en la catedral de Teruel, o una sirena de doble cola que únicamente se repite en Aragón en la techumbre del Santuario de la Virgen de la Fuente de la localidad turolense de Peñarroya de Tastavins. El papo de los contornos de los casetones se cubre con un motivo de lazos de cuatro octogonales con estrellas de ocho puntas en las que se inscriben los escudos heráldicos acompañados de rosetas de ocho pétalos junto con motivos de cesteado, tallos vegetales, y en el cuarto casetón figuras de dragones, ciervos, toros, jabalís, etc. Por último, las tabicas que rellenan los huecos de las calles entre las jaldetas en su unión con las jácenas incluyen entre su extenso repertorio una curiosa repetición de figuras de peces y cabezas de perros.
Bailarina y músico tocando la viola
Escudos heráldicos y rosetas de ocho pétalos
Lucha entre un toro y un perro Figura con expresión burlona del rostro
Figura canina junto a otra también cuadrúpeda, aparentemente, manteniendo «una conversación»
Figura híbrida de animal con cabeza humana
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I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
Alfarje del ayuntamiento
En la plaza de la Catedral se levanta dos de los edificios más emblemáticos de Huesca, el ayuntamiento y la catedral. En la casa consistorial se conservan dos alfarjes, obra de mediados del siglo XV, que cubren el patio y el llamado «Salón del Justicia». Ambos tienen similar estructura, con nueve vigas mayores o jácenas sobre grandes canes que se decoran con temática vegetal a base de grandes y abultadas hojas y racimos de uva y unas curiosas figuras con rasgos humanos y animales talladas en las quillas. Enfrente del ayuntamiento se sitúa la catedral de Jesús Nazareno y el anexo Museo Diocesano. Antes de acceder a este último merece la pena detenerse a contemplar el 14
Decoración de los canes
I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
Diferentes terminaciones de los canes del tejaroz de la catedral de Jesús Nazareno
tejaroz que protege la portada principal del templo. Al parecer, en origen estaba a menor altura y en época moderna se trasladó a su actual posición para dejar visible el gablete de la portada. Se sustenta sobre ocho grandes canes triples; un pequeño voladizo al frente y laterales lo complementa. El elemento que da relevancia e interés a esta techumbre corresponde a la terminación de los canes, que van tallados con formas de figuras humanas, animales y fantásticas. Su construcción podría situarse en el siglo XV. La siguiente techumbre se encuentra en una de las dependencias del antiguo palacio episcopal anexo a la catedral e integrada en el actual Museo Diocesano. Se trata de un alfarje de grandes dimensiones, acorde con las de la sala rectangular que cubre conocida como «Salón del Tanto Monta» por figurar esta leyenda repetida en los papos de todas las jácenas. Mandado construir por el obispo Antonio Espés en 1478 fue ampliamente modificado en el siglo XVII, quedando estructurado por diez grandes jácenas sobre canes o ménsulas talladas y policromadas con figuras humanas, animales e híbridas que portan escudos de armas en su mayoría del obispo Espés; también figuran el
Aljarfe «Salón del Tanto Monta»
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I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
Senyal Real de Aragón, el escudo de los reinos unificados por los Reyes Católicos y el del obispo Belenguer y Bardaxí. En la última restauración se consolidó la estructura de la techumbre, se eliminaron las tablas añadidas en los laterales de las jácenas y los repintes posteriores, quedando a la vista la decoración de tipo vegetal y geométrica original del siglo XV, además de recuperarse la primitiva policromía de las figuras de los canes. Únicamente se mantuvo la doble leyenda «TANTO MONTA» del papo de las jácenas, por ser la que ha dado nombre a la sala. Diferentes motivos decorativos de la techumbre «Salón del Tanto Monta»
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I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
En el mismo Museo Diocesano se expone el púlpito de la Sala de las Limosnas, uno de los cuatro documentados en la provincia oscense realizados en el siglo XVI y el único conservado. Exento de tornavoz, se ubicaba en el antiguo refectorio del palacio episcopal más tarde convertido en sala de las Limosnas, de donde le viene el nombre. Como estaba adosado a la pared, únicamente consta de tres paneles que se cubren con motivos vegetales y florales formando paños de sebqa, retículas de rombos y combinaciones de cuadrados y hexágonos. Ya en el interior de la catedral, las capillas de Todos los Santos y del Santo Cristo presentan yeserías de tradición mudéjar en la decoración del arco de entrada en la primera y en la bóveda de la segunda. También en la iglesia de San Pedro el Viejo encontramos una pequeña muestra de este tipo en forma de lazos de cuatro octogonal en el intradós del arco de acceso a la capilla de los Santos Justo y Pastor. Por último, a orillas del río Isuela, junto al puente de San Miguel se levanta la iglesia bajo esta advocación, conocida popularmente por los oscenses como «Las Miguelas» por estar establecida en el convento anexo, desde el siglo XVII, una comunidad religiosa de la Orden de las Carmelitas Calzadas. El templo fue fundación del rey Alfonso I en 1110. La nave se cubre con techumbre de madera sobre ocho arcos diafragma apuntados de piedra sillar. En total son ocho armaduras de madera a dos aguas, con dos jácenas en cada uno de los paños. En las tablas de cierre laterales de dos de sus tramos se conservan sendas inscripciones pintadas sobre madera con letra carolingia de color blanco sobre fondo rojo. Ambas hacen referencia a obras realizadas en el templo en el siglo XIV, además de indicar el nombre de sus artífices.
Capillas de Todos los Santos y del Santo Cristo
San Pedro el Viejo
Aljarfe de «Las Miguelas»
Inscripciones pintadas sobre la madera. «Las Miguelas»
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I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
Decoración figurativa de una de las cumbreras de la ermita de San Miguel de Barluenga
Nueno
Bolea Barluenga
Montmesa
HUESCA
Alcalá de Gurrea
Torralba de Aragón
Robres
Alcubierre
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I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
Hoya de Huesca y Monegros Techumbre de la ermita de San Miguel de Barluenga Torre de la iglesia de San Martín Obispo de Nueno Torre de la iglesia de San Miguel de Montmesa Iglesia de San Jorge de Alcalá de Gurrea Capilla de la Colegiata de Santa María la Mayor de Bolea Iglesia de San Pedro ad Víncula de Torralba de Aragón Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Robres Iglesia de Santa Ana de Alcubierre. Comienza esta ruta en la cercana localidad de Barluenga, que conserva en la ermita de San Miguel una muy interesante y desconocida techumbre. En la parte occidental de la Hoya de Huesca visitaremos varios ejemplos de torres mudéjares tardías, así como una pequeña muestra de yeserías en Bolea. Ya en los Monegros, serán también las torres las protagonistas, junto a los restos de la iglesia mudéjar de Robres, obra de Mahoma Ramí, arquitecto del Papa Benedicto XIII.
Decoración agramilada y pintada en los paños interiores del ábside de la parroquial de Robres 19
I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
Muy cerca de Huesca se localiza Barluenga, con su ermita románica de San Miguel integrada dentro del recinto del cementerio. Al indudable interés del conjunto de pinturas murales tardogóticas que decoran la cabecera y el arco triunfal, se une el de la techumbre de madera a dos aguas entre arcos diafragma que cubre los cinco tramos de la nave. Su decoración pintada incluye motivos de lazo, geométricos, vegetales y figurativos, en la que destaca el curioso repertorio de figuras en el interior de las estrellas de ocho puntas de la cumbrera o hilera de los dos primeros tramos.
Techumbre de madera de San Miguel
Diferentes figuras en el interior de las estrellas de ocho puntas de la cumbrera
En la también próxima iglesia de San Martín Obispo de Nueno, se levantó en el siglo XVI una torre mudéjar sobre la primitiva fábrica románica del templo. La torre consta de dos cuerpos cuadrados y uno octogonal que se decoran con rombos y esquinillas, habituales en las torres mudéjares de la época. El único motivo novedoso son los pequeños vanos ciegos que se cierran por aproximación de hiladas en el cuerpo octogonal. San Martín Obispo de Nueno
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I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
Ver el pequeño motivo de lazo que decora la capilla de Santiago en la colegiata de Santa María la Mayor de Bolea será una magnífica excusa para visitar la localidad. En la cabecera del lado de la Epístola abre la capilla de los Dieste, más conocida como de Santiago por el retablo, obra de Damián Forment, que la preside. Separando los muros del cimborrio que la cubre corre una ancha banda de color blanco, agramilada con un motivo a base de lazos de cuatro y cruces en aspa, paralelas y cuya presencia aquí, donde predomina el lenguaje renacentista, además de ser curiosa denota la intervención de artistas mudéjares, al menos, en la decoración de esta capilla. No hay que olvidar detenerse a contemplar el retablo mayor, obra cumbre de la pintura del primer Renacimiento español.
Decoración con un motivo de lazo que decora la capilla de Santiago en la colegiata de Santa María la Mayor de Bolea
Ya en las orillas del embalse de la Sotonera, se encuentra Montmesa con su pequeña iglesia de San Miguel Arcángel de origen románico, profundamente transformada en época barroca. Sobre el ábside de la cabecera se levantó en el siglo XVI una sencilla torre de ladrillo de dos cuerpos octogonales sobre una base poligonal de cinco lados con arcos ciegos. Esquinillas y rombos en el primer cuerpo y vanos de doble punto y esquinillas en el remate del segundo, ocupan sus paños exteriores. Al interior se accede en alto por una moderna escalera metálica. Torre de ladrillo de la iglesia de San Miguel Arcángel en Montmesa
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I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
Ya en último lugar dentro de la Hoya de Huesca, visitamos Alcalá de Gurrea, con su caserío extendido sobre un altozano desde el que se domina un amplio contorno. De origen musulmán, su historia está ligada a la Casa de Gurrea, de la que toma el apelativo. La iglesia gótica de San Jorge se recreció en época tardía con una galería de arquillos, a la par que se elevaba la torre con tres cuerpos de ladrillo que conservan las esquinillas como motivo decorativo, aunque ya en ladrillo aplantillado, lo que denota lo tardío de su construcción. Posteriormente, se le añadió un cuerpo octogonal terminado en chapitel metálico. Sobre un pequeño tozal en plenos llanos de la Violada, dentro de la parte oscense de la comarca de los Monegros, se sitúa Torralba de Aragón. La iglesia de San Pedro ad Víncula es obra renacentista del siglo XVI en mampostería y piedra sillar, con la típica galería corrida de arquillos en su parte alta. La torre se levanta adosada a la que, tras la reorientación litúrgica de época barroca, es la cabecera. De planta cuadrada, con el interior hueco al estilo de las torres de esta época, se divide al exterior en cinco cuerpos con merlones triangulares en la separación de los intermedios. Los motivos en ladrillo resaltado incluyen rombos, en resalte y rehundidos, y esquinillas clásicas y aboceladas de ladrillo aplantillado con las que se trazan los arcos de los vanos para campanas del cuerpo superior. Ya desde la lejanía despunta sobre el caserío de Robres la maciza edificación de su parroquial bajo la advocación de la Asunción de Nuestra Señora. La obra neoclásica de la segunda mitad del siglo XVIII vino a enmascarar completamente la anterior fábrica mudéjar del XIV o principios del XV, en la que Jesús Criado Mainar ha documentado la presencia de Mahoma Ramí. En los paños interiores del ábside, primitiva cabecera y actual tramo de los pies, se han recuperado importantes fragmentos de decoración agramilada y pintada que la emparentan directamente Torre de la iglesia de San Pedro ad Víncula en Torralba de Aragón 22
I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
con las iglesias mudéjares de la comarca de Calatayud, en algunas de las cuales intervino este maestro moro. De lo extraído hasta el momento se deduce que la parte inferior la ocupaban paños de lazos mixtilíneos entrecruzados policromados. Sobre estos paños, una ancha banda, también con temática vegetal, y otras dos simulando despiece de piedra sillar a soga y tizón dan paso a las bóvedas con el clásico motivo de imitación de despiece de ladrillo. Como colofón a esta ruta, llegaremos a Alcubierre, que se sitúa sobre una ladera de la sierra que lleva su nombre, tristemente célebre por los cruentos episodios vividos en la Guerra Civil, de los que ha quedado para el recuerdo las trincheras y fortificaciones visitables en dos recorridos que llevan el nombre de «Ruta Orwell», en homenaje al escritor que combatió en estos lugares. La iglesia de Santa Ana es obra mudéjar del siglo XIV, a la que corresponden los dos primeros tramos de la cabecera, perfectamente diferenciados al exterior del nuevo tramo añadido dos siglos más tarde, en el XVI, y que vino a conectar con la torre de planta cuadrada que hasta ese momento se levantaba exenta. En altura, la torre se divide en tres cuerpos que disminuyen conforme se escalonan, lo que le confiere un cierto aire oriental. Su decoración alterna paños de rombos simples y dobles con cruces rehundidas en su interior, bandas de esquinillas, algunas aboceladas, y vanos de medio punto doblados y sencillos. Se remata con chapitel metálico. Interior (arriba) y vista panorámica (abajo) de la iglesia de Santa Ana de Alcubierre
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I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
Detalle de uno de los canes de las techumbres del Museo Diocesano de Barbastro-Monzón
Morrano Alquézar Buera
Barbastro
El Tormillo
Castelflorite
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I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
Somontano de Barbastro Museo Diocesano de Barbastro Torre exenta de la catedral de Barbastro Iglesia de San Francisco de Barbastro Santuario de Santa María de Dulcis de Buera Colegiata de Santa María la Mayor de Alquézar Torre de la iglesia de San Pedro Apóstol de Morrano Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles de El Tormillo Iglesia de San Miguel Arcángel de Castelflorite Que la permanencia de población musulmana tras la conquista cristiana fue más escasa conforme nos alejamos del valle del Ebro hacia el norte, queda patente en la escasez de obras mudéjares que en las comarcas oscenses del Alto Aragón se conservan. En la del Somontano de Barbastro, esta presencia se reduce al recrecimiento de unas pocas torres, y a los alfarjes del antiguo palacio episcopal de Barbastro, hoy Museo Diocesano. Más abundante fue la producción de yeserías barroco mudéjares entre las que destaca el conjunto del santuario de Nuestra Señora de Dulcis en Buera. A todo ello se une en Barbastro el alminar de la antigua mezquita que se mantiene embutido en la actual torre campanario.
Detalle de las yeserías del santuario de Nuestra Señora de Dulcis 25
I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
Techumbre del que fuera palacio episcopal de Barbastro
El ver las dos techumbres mudéjares que se conservan en el que fuera palacio episcopal de Barbastro, nos servirán de excusa para visitar el Museo Diocesano que se ubica en sus dependencias. Se trata de sendos alfarjes de madera sin policromar datados en el siglo XVI, con decoración tallada en los canes que sustentan las jácenas o vigas maestras. El repertorio incluye figuras fantásticas, ángeles y motivos vegetales en forma de grandes hojas de acanto y de vid con racimos de uva. Dentro de la exposición permanente del museo figura una mitra abacial del siglo XII proveniente del monasterio de San Victorián. 26
Detalle de una mitra abacial del siglo XII
I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
Tejida en lino, luce un curioso galón con motivos moriscos bordados ribeteando las ínfulas en forma de encestado, que alterna con una estrella de seis puntas en el centro acompañada de una pareja de aves afrontadas en cada lateral. Frente al museo y al norte de la cabecera de la catedral se levanta exenta la torre, que en realidad se trata del alminar de la mezquita islámica reaprovechado con campanario. Forrado de piedra sillar y recrecido en diversas actuaciones desde le siglo XIII al XVII, es al interior donde se aprecia su primitiva estructura. Con entrada en alto, recorre su parte inferior de piedra una escalera de caracol que continúa cuando se sustituye por ladrillo, en ambos casos, con bovedillas de cañón. La planta cuadrada pasa a hexagonal con el interior totalmente hueco en la mitad superior, donde se aprecian las dos series de vanos de la parte alta del alminar que cierran por aproximación de hiladas. El actual acceso a esta zona corre por una escalera intramural entre esta torre interior de ladrillo y el forrado exterior de piedra sillar, lo que hace que la fábrica de ladrillo quede totalmente oculta.
Interior y exterior de la torre exenta de la catedral
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I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
No muy lejos de la catedral se encuentra la iglesia de San Francisco de Asís. Las capillas de los Claramún y de San Antonio de Padua, que abren en los paños laterales del ábside de la cabecera, ambas de inicios del siglo XVII, se decoran con yeserías que incluyen motivos de tradición mudéjar.
Yeserías de tradición mudéjar en la iglesia de San Francisco de Asís
Desde Barbastro, tomaremos la A-1232 hasta Buera, desde donde una pista asfaltada nos llevará en unos 2 km hasta el santuario de Nuestra Señora de Dulcis, que se levanta en una gran explanada cuyos alrededores han sido muy apreciados desde antiguo para la colocación de colmenas, dada la abundancia de aliagas, romeros y tomillos. Según la tradición popular, la aparición de la Virgen en el lugar sobre una colmena fue el motivo de la construcción de un santuario, así como el apelativo de «Dulcis»
Santuario de Nuestra Señora de Dulcis 28
I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I
con el que se la conoce. Algunos autores del siglo XVIII, entre ellos el Padre Faci, remontan la aparición al siglo XIII, levantándose entonces un pequeño templo que sería sustituido en el XVII por el actual al quedarse pequeño el anterior para atender a la cada vez más numerosa afluencia de devotos. En su lado sur se sitúa la que documentalmente se denomina como «La Casa», residencia de la comunidad formada por el prior y los capellanes que atendían el culto, además de hospedería para los peregrinos y viajeros. A estas dependencias corresponden los restos consolidados que vemos al lado del templo. La iglesia consta de nave única de cuatro tramos con testero recto, coro alto a los pies y capillas laterales que se abren, a modo de crucero, en el tramo más próximo a la cabecera. Bóvedas de lunetos, arcos perpiaños y cúpula del presbiterio, incluidos sus torales, se cubren con yeserías mudéjares que desarrollan complicados motivos de lazo en la cúpula, y de cuatro, cuatro octogonal, ocho, anudamientos de círculos, etc., en el resto de las superficies.
Decoración interior del santuario de Nuestra Señora de Dulcis
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Un corto recorrido desde Buera nos conduce hasta Alquézar, la islámica Al-Quasr Banu Jasaf o «castillo de los descendientes de Jasaf», por haber sido el caudillo musulmán Jalaf-Ibn-Asad quien erigió una primitiva fortaleza en el siglo IX como cabecera de un waliato independiente de la cora de Huesca. Su enclave privilegiado dentro de la sierra de Guara la ha convertido en un lugar de gran atractivo turístico, tanto por su interés monumental como por ser punto de partida de descensos de barrancos y rutas senderistas. En la parte más alta de la localidad se levanta el conjunto religioso-militar formado por la colegiata de Santa María la Mayor y el castillo, del que apenas quedan unos pocos vestigios. En uno de los laterales del claustro de la Colegiata abre la capilla de San Fabián y San Esteban, con una interesante decoración en yeso en las enjutas de su portada, a base de hojas de palma opuestas, aserradas dentro de un entramado de roleos vegetales. Ya dentro de la iglesia, la capilla de los Lecina
Decoración en yeso en las enjutas de la portada del claustro de la colegiata de Alquézar
Yeserías en la capilla de los Lecina 30
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presenta yeserías con motivos de tradición mudéjar en el intradós del arco de entrada y en la cúpula que la cubre. En la pequeña localidad de Morrano la torre de su parroquial de San Pedro Apóstol, de primitiva construcción románica, se recreció con un cuerpo de ladrillo en el siglo XVII para albergar el cuerpo de campanas. Aunque su decoración en ladrillo resaltado se limita a dos bandas de rombos en cada lado, tiene un interés especial al tratarse del único ejemplo, junto a la iglesia de Alcampell, de decoración mudéjar a base de rombos tan al norte del Ebro. En sendas capillas de la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles la localidad de El Tormillo, en la parte meridional de esta Comarca, y en la cercana monegrina de San Miguel Arcángel de Castelflorite, se localizan dos ejemplos más de yeserías con motivos de tradición mudéjar aplicados en obras barrocas.
Capilla de la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. El Tormillo
Torre de la parroquial de San Pedro Apóstol de Morrano
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Motivos mudéjares en las pinturas de una de las capillas del primer tramo de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Baells
Calasanz
Baells
Monzón
Alcampell
Tamarite de la Litera
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Cinca Medio y La Litera Concatedral de Santa María del Romeral de Monzón Puerta mudéjar en Tamarite de la Litera Iglesia de Santa Margarita de Alcampell Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Baells Iglesia de Santa María de Peralta de la Sal Iglesia de San Cipriano Obispo de Calasanz Al igual que en el Somontano de Barbastro, también en estas comarcas son las yeserías barroco mudéjares las que centran la atención, ya que en Peralta de la Sal y Calasanz se localiza uno de los focos de trabajo de este tipo más importantes de la provincia oscense. Se completa la ruta con la visita a la iglesia mudéjar construida más al norte del Ebro en Alcampell, a Monzón y a Tamarite, donde se conserva una de las cuatro puertas exteriores mudéjares que quedan en Aragón.
Bóveda con motivos de entrelazo en la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Peralta de la Sal
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Comienza esta ruta en la concatedral de Santa María del Romeral de Monzón, construida sobre una antigua mezquita consagrada, algo habitual tras la conquista cristiana. Sobre el cimborrio del crucero se levantó en 1613 una torre de ladrillo de tipología mixta, con un cuerpo cuadrado y dos octogonales que se decoran con motivos mudéjares a base de frisos de rombos y arquillos ciegos, acompañando a los vanos doblados en medio punto que abren en sus paños. En el interior, la capilla que abre a los pies de la nave meridional, bajo la advocación, desde octubre de 23, de los beatos José Jordán y José Nadal, se decora con yeserías barrocas que desarrollan motivos de lazo de tradición mudéjar en el intradós de los arcos y en la cúpula sobre pechinas que la cubre.
Yeserías barrocas con motivos de lazo de tradición mudéjar
Torre de ladrillo de Santa María del Romeral
Uno de los pocos elementos de carpintería mudéjar, exceptuando las techumbres, que se conservan en Aragón, son cuatro puertas exteriores de madera con labores de lazo que cierran otros tantos templos, y de las que tres de ellas las podremos ver en esta ruta y en la siguiente (la cuarta está en la ermita del santuario de la Virgen del Campo de la localidad turolense de Peñarroya de Tastavins). La primera se trasladó de la desaparecida ermita románcia de San Miguel de Tamarite de la Litera al Santuario de Nuestra Señora del Patrocinio en la misma localidad; datada, como el resto, en el siglo XIV, se cubre con una labor de seis formando hexágonos y estrellas de seis puntas, que se completa con clavos de gruesa cabeza de media esfera.
Carpintería mudéjar de la desaparecida ermita de San Miguel en el santuario de Nuestra Señora del Patrocinio
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Desde Tamarite, la A-124 nos lleva hasta Alcampell, cuya iglesia de Santa Margarita está considerada como el templo más al norte del Ebro edificado en estilo mudéjar. Obra del siglo XVI, la fachada principal es la parte más destacada del exterior, y la única con decoración en ladrillo resaltado en forma de banda de rombos debajo de la clásica galería de arquillos doblados que recorre la nave y el ábside, aunque en este último los arcos no se doblan.
Iglesia de Santa Margarita de Alcampell
Las yeserías barrocas que desarrollan motivos de tradición mudéjar van a vertebrar el resto de este recorrido, ya que el resto de los lugares que visitaremos tienen como elemento destacado este tipo de decoración, muy extendido en la parte oriental de Huesca, especialmente a lo largo del siglo XVII. El primer ejemplo lo encontramos en el interior de esta misma iglesia de Alcampell, donde el intradós de los arcos de acceso a las capillas laterales y el sotocoro se cubren con lacerías de hexágonos, cuadrados, rombos y círculos entrelazados.
Intradós de los arcos de acceso a las capillas laterales con lacerías de hexágonos, cuadrados, rombos y círculos entrelazados
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También en la cercana iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Baells, los arcos perpiaños de separación entre tramos y algunas de las bóvedas se decoran con yeserías de este tipo. Además, dentro del conjunto de pinturas que cubren la superficie mural de los laterales se utilizaron motivos mudéjares en las bóvedas de las dos capillas del primer tramo, en forma de lazos de ocho y hexágonos entrelazados.
Bóvedas con yeserías de tradición mudéjar en la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Baells
Peralta de la Sal, lugar de nacimiento de San José de Calasanz, fundador de las Escuelas Pías constituye, junto a la vecina Calasanz, uno de los más importantes focos del trabajo de yeserías barroco-mudéjares en la provincia oscense. Su iglesia de la Asunción de Nuestra Señora fue ampliamente reformada en el siglo XVII, dándole su actual aspecto de planta de cruz latina de tres naves con tribunas sobre las laterales y coro alto a los pies. Todas las superficies de
Bóvedas con motivos de entrelazo en la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Peralta de la Sal
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I EL MUDÉJAR EN EL ALTO ARAGÓN I Detalle de la decoración interior de la Asunción de Nuestra Señora de Peralta de la Sal
bóvedas, arcos, cúpula del crucero y pretiles se cubren con motivos de entrelazo de variada temática en forma de estrellas, cruces, cuadrados con perfiles redondeados y suavizados, etc., rellenándose los huecos que se generan con puntas de diamante y motivos barrocos. Algunos de esos motivos son comunes con los que veremos en la ruta siguiente en Juseu, aunque la mayoría guardan similitud con los de las iglesias zaragozanas de Illueca y Brea de Aragón, lo que la relaciona con Juan de Marca o su taller. Muy cerca de Peralta se encuentra Calasanz, que conserva su trazado medieval sobre la superficie rocosa de una colina cortada por sus lados norte y este. En su parte más elevada se asienta la iglesia de San Cipriano Obispo, donde se utilizó la decoración de lazo para cubrir las cúpulas de las capillas laterales y el intradós de los arcos de acceso y comunicación entre ellas, con temática idéntica a la vista en la vecina Peralta, lo que hace pensar en que sean obra de un taller local que se inspiró en aquéllas.
Bóvedas con decoración de tradición mudéjar en la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Peralta de la Sal
Bajo estas lineas, diferentes decoraciones del interior de la iglesia de San Cipriano Obispo de Calasanz
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Pintura que representa un navío navegando sobre un embravecido oleaje, en La Puebla de Castro
Merli
Roda de Isábena
La Puebla de Castro Torres del Obispo
Aler Aguinaliu
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Juseu
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La Ribagorza Ermita de San Román de la Puebla de Castro Capilla del Santa Cristo de Aguinalíu Iglesia de San Martín de Aguinalíu Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Torres del Obispo Iglesia de San Julián Obispo de Juseu Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Aler Puerta mudéjar de la excatedral de Roda de Isábena Puerta mudéjar de la iglesia de San Antonio de Merli El segundo foco de trabajo de yeserías barroco mudéjares del Alto Aragón tiene como principal referente la iglesia de Juseu, desde donde se extiende a varias localidades cercanas. La ermita de San Román en La Puebla de Castro guarda una de las consideradas como mejores techumbres mudéjares aragonesas. Hacia el norte, Roda de Isábena y Merli, con sendas puertas exteriores mudéjares, marcaran el final de esta ruta.
Detalle de la puerta mudéjar de la iglesia de la Natividad de Nuestra Señora en Merli 39
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Desde La Puebla de Castro, un camino debidamente señalizado nos llevará en 7 km. al que fuera poblado medieval de Castro, en un impresionante emplazamiento sobre el acantilado delcCongosto de Olvena, abandonado cuando sus habitantes decidieron bajar al actual emplazamiento de La Puebla. Su antigua parroquial, hoy ermita de San Román, es una construcción románica del siglo XIII de nave única con cabecera absidial semicircular de cinco paños delimitados por cuatro lesenas centrales y dos laterales y un friso de arquillos lombardos en la parte superior. El amplio espacio interior se divide mediante arcos fajones de separación en cuatro tramos cubiertos con medio cañón. A los pies se levanta a media altura el coro sobre una techumbre mudéjar tipo alfarje que apoya en un amplio arco rebajado. El pretil que cierra el coro está formado por seis paneles de madera con celosías a base de motivos geométricos en forma de lazos de ocho y círculos. Este alfarje está considerado como una de las techumbres mudéjares más interesantes de las que actualmente se conservan en Aragón, no en tanto por su estructura como por el programa iconográfico tan amplio que presenta, solamente superado por las techumbres de la catedral de Teruel y del palacio de Villahermosa de Huesca.
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La curiosa pintura de un elefante es de las más conocidas del conjunto
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Estructuralmente el alfarje consta de 17 jácenas, o vigas principales, entre las que se disponen otras más pequeñas, o jaldetas, que dividen el espacio en cuadrados sobre los que se asientan los plafones con sus correspondientes saetinos que cierran la techumbre. La encuadran cuatro vigas en los laterales del muro, a modo de estribos, que la sustentan. Tanto las zapatas en las que apoyan las jácenas, como
Dragón (arriba) y animal fantástico (abajo) pintados en los laterales de los canes del voladizo
Voladizo exterior
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las terminaciones en forma de quilla de los canes que forman el voladizo exterior se decoran con representaciones de cabezas humanas, que incluyen el nada habitual detalle de una mano sobre la nariz como si la estuvieran sujetando u ocultando.
Detalle de la decoración de los canes con cabezas humanas, que incluyen el detalle de una mano sobre la nariz
La decoración pintada es eminentemente de tipo heráldico en las tabicas que rellenan los huecos entre los estribos y las jácenas, con representaciones de escudos de armas de familias vinculadas con el linaje de los Castro. La excepción se presenta en forma de curiosa figura de elefante, quizás la más conocida y representada de todo el conjunto. Mucho más variada es la temática que cubre los laterales de los canes del voladizo, que incluye representaciones de animales, tanto reales como fantásticos, en las que predomina la figura del dragón, inscripciones en caracteres cúficos, motivos de ataurique y un curioso navío navegando sobre un embravecido oleaje. Tanto por su estructura, como por la temática ornamental y los motivos heráldicos que presenta, su construcción se fecha alrededor del año 1400. A continuación, veremos un grupo de iglesias con yeserías barroco-mudéjares que comparten características similares en su decoración, y que comprende las de Juseu, Torres del Obispo y Aler. 42
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Dentro de este mismo foco se deberían incluir las poco conocidas yeserías de la iglesia de San Martín y de la capilla del Santo Cristo de Aguinaliu, cuyo topónimo, que viene a significar «nido de águilas» ya nos da una idea de su situación. El caserío se extiende por la escarpada ladera de un cerro entre un laberíntico entramado de estrechas y empinadas calles, a veces sendas. Sus casas, adaptadas a la orografía del terreno, dan la impresión en algunos casos de estar casi colgadas. En la parte baja del pueblo, prácticamente a la entrada, se levanta una pequeña capilla o ermita que guarda en su interior unas interesantes yeserías barrocomudéjares íntimamente relacionadas con las cercanas de Juseu, Aler y Torres del Obispo, lo que las sitúa en la segunda mitad del XVII, probablemente obra, sino del propio Juan de Marca, cuya presencia está documentada en Juseu en los trabajos de su iglesia entre diciembre de 1661 y noviembre de 1662, si de alguno de sus discípulos. Bajo la advocación del Santo Cristo fue edificada como capilla privada de la cercana Casa Huguet que todavía conserva la propiedad. Tiene planta de nave única con cabecera plana que se cubre con bóveda de cañón. Tanto el intradós del arco presbiterial como la bóveda del presbiterio se cubren con yeserías que desarrollan, el primero un motivo de lazo de cuatro octogonal, y el segundo uno de ocho a base de cadenas de hexágonos y estrellas de ocho puntas. La iglesia de San Martín se levanta en la parte más alta del pueblo. Nos interesa la capilla más próxima a los pies del lado meridional que cubre, tanto el arco de entrada como la bóveda, con yeserías que se pueden relacionar con las de la cercana iglesia de Torres del Obispo.
Yeserías barrocas de la iglesia de San Martín de Aguinaliu
Yeserías barrocas de la capilla del Santo Cristo de Aguinaliu
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La iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Torres del Obispo es una construcción renacentista sobre una primitiva fábrica románica que también fue ampliada en el XVII, sustituyendo las capillas laterales por naves cubiertas con bóvedas vaídas sobre pechinas. En este caso, las yeserías se localizan en la nave del Evangelio y en el arco de entrada al primer tramo en el contrario quedando el resto sin decorar, lo que indica una interrupción de las obras debido probablemente a motivos económicos. Su temática recoge motivos de lazo similares a los de Juseu y a las iglesias zaragozanas de Las Fecetas y San Miguel de los Navarros. En esta última trabajó Juan de Marca en 1667 tras su paso por Juseu. Yeserías en la nave del evangelio de Nuestra Señora de Torres del Obispo
El conjunto más importante, amplio e interesante de este grupo lo encontramos en la parroquial de San Julián Obispo de Juseu. Como el resto, fue ampliamente remodelada en el siglo XVII, quedando configurada su planta en forma rectangular de tres tramos, capillas laterales en los dos primeros, cabecera plana y coro alto a los pies. Al igual que en Peralta de la Sal, todas las superficies de bóvedas, arcos y cúpula del presbiterio se cubrieron con motivos de lazo, en este caso de ocho y de cuatro octogonal, vinculadas con la decoración interior de la iglesia de la Virgen de Tobed de finales del siglo XIV y principios del XV, y en menor medida con la de las Fecetas de Zaragoza. Documentalmente se conoce que fueron realizadas por Juan de Marca entre diciembre de 1661 y noviembre de 1662.
Decoración con motivos de lazo en la parroquial de San Julián Obispo de Juseu
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También la primitiva fábrica románica de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Aler fue remodelada en los siglos XVI y XVII, añadiéndose en el XVII dos capillas laterales, decorada la del lado de la epístola con lacerías de ocho en el arco de acceso y en la bóveda, estas últimas pintadas en vistosos colores amarillo y verde.
Yeserías en la bóveda de la capilla de la iglesia de Aler
Decoración de la puerta mudéjar en la excatedral de San Vicente y San Valero de Roda de Isábena
El ver la puerta de madera mudéjar con labores de lazo de seis que cierra el acceso a la excatedral de San Vicente y San Valero en Roda de Isábena, similar a la de Tamarite de Litera, solamente debe de ser una excusa para acercarnos hasta el lugar y visitar este magnífico conjunto y su museo, en el que se expone una tira de tela hispanomusulmana con inscripciones en letras cúficas y una prenda litúrgica en la que se aprovechó como motivo central otra tira, igualmente con inscripciones de este tipo. Por último, la pequeña iglesia de la Natividad de Nuestra Señora en la cercana localidad de Merli, cierra con la tercera de las puertas mudéjares de esta ruta que, a menor tamaño, y con una conservación más deficiente, sigue el mismo patrón de lazo de seis que las otras dos. Puerta mudéjar en la iglesia de la Natividad de Nuestra Señora en Merli
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DATOS DE INTERÉS Alquézar Colegiata de Santa María la Mayor www.alquezar.es Tel.: 974 318 267 / 669 681 044 Horarios: de abril a octubre: de 11 a 13.30 h y de 16.30 a 19.30 h; de noviembre a marzo: de 11 a 13,30 h y de 16,30 a 18 h.
Barbastro Museo Diocesano de Barbastro www.museodiocesano.es Plaza del Palacio, 1 (Barbastro) Tel.: 974 315 581 Horarios: del 1 de octubre al 31 de mayo: de martes a sábado, de 10.00 a 13.00 h y de 16.00 a 19.00 h; de junio al 30 de septiembre: de 17.00 a 20.00 h del 1; domingos y festivos, de 11.00 a 14.00 h; lunes cerrado, incluso festivos.
Bolea Colegiata de Santa María la Mayor www.colegiatadebolea.es Tel.: 649 655 125 Horarios: del 1 de junio a 30 de septiembre: de martes a domingo, incluido festivos, de 10.00 a 13.30 h y de 16.00 a 20.00 h; del 1 al 31 de octubre: de martes a viernes, de 10.00 a 13.30 h y sábados, domingos y festivos, de 10.00 a 13.30 h y de 16.00 a 19.00 h; del 1 de noviembre al 31 de marzo: de martes a viernes, de 11.00 a 13.30 h y sábados, domingos y festivos, de 11.00 a 13.30 h y de 16.00 a 18.00 h; y del 1 de abril al 31 de mayo, de martes a domingo, de 10.00 a 13.30 h y de 16.00 a 19.00 h. Lunes cerrados.
Huesca Catedral de la Transfiguraciรณn Plaza de la catedral s/n (Huesca) Tel.: 974 220 676 Horario: de 9.00 a 13.30 h y de 16.00 a 19.00 h. Iglesia de San Pedro el Viejo www.sanpedroelviejo.com Plaza de San Pedro s/n (Huesca) Tel.: 974 222 387 Horarios: de lunes a sรกbado, de 10.00 a 13.30 h y de 16.30 a 18.00 h; domingos y festivos, de 11.00 a 12.15 h y de 13.10 a 14.00 h. Museo Diocesano de Huesca www.museo.diocesisdehuesca.org Plaza de la Catedral, 4 (Huesca) Tel.: 974 231 099 Horario: 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.30 h; sรกbados tarde y domingos cerrado.
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