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Presentación. Natalia Juan, Guillermo Juberías y Jesús Pedro Lorente

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BIBLIOGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA

Presentación ■ Natalia Juan, Guillermo Juberías y Jesús Pedro Lorente

En esta tercera sección tuvimos la oportunidad de contar con los testimonios de tres profesionales que, desde disciplinas diferentes, abordan la compleja relación entre patrimonio, paisaje y territorio, tres elementos que aparecen frecuentemente imbricados. A lo largo de sus ponencias pudimos comprobar cómo la intervención humana sobre el paisaje —desde la modificación del mismo en las acciones del land art, hasta las construcciones decimonónicas destinadas al ocio y a la salud en lugares montañosos— alberga luces y sombras y requiere del compromiso de autoridades, propietarios privados y de los habitantes del territorio para la conservación de ese patrimonio y para hacer de él un motor para el desarrollo local.

El primer ponente, Roberto Ramos, documentalista del CDAN (Centro de Arte y Naturaleza de Huesca), ofreció un recorrido por diversos espacios dedicados al arte y a la naturaleza en Europa. La experiencia del CDAN —surgido en 2006 y especializado en la exposición de intervenciones en las que se ahonda en la relación entre arte contemporáneo, naturaleza y paisaje— tiene su reflejo en muchos otros centros europeos dedicados a cuestiones similares. En su ponencia y en su texto para esta publicación, Roberto Ramos ahondó en la fusión entre arte y naturaleza que existe en el land art. Además, analizó diferentes experiencias de espacios destinados a la promoción de este tipo de prácticas creativas. Entre otros, abordó el PAV (Parco di Arte Vivente) de Turín, Italia; el proyecto Estuaire, en Nantes y Saint Nazaire, Francia; Montanha Mágica, en Serra da Estrela, Portugal; SMACH, en Val Badía, Italia; finalizando con el CDAN oscense, ofreciendo un listado final de muchos otros centros dedicados al land art que resultará de gran utilidad a los estudiosos de esta cuestión.

El segundo de los ponentes de la sección fue Iñaki Arrieta, profesor agregado en el departamento de Filosofía de los Valores y Antropología Social de la Universidad del País Vasco. Entre sus líneas de investigación se encuentran la museología, la relación entre el museo y el territorio sobre el que se asienta desde diferentes puntos de vista antropológicos, sociales y etnográficos. En este sentido, muchas de sus publicaciones se han centrado en el territorio vasco, lo que le ha permitido establecer un buen punto de partida para el asunto aquí abordado, el estudio de los museos y de los centros patrimoniales en los Pirineos. De todos ellos, la entidad en la que ha centrado su capítulo para esta publicación —que firma junto a

Elizabeth Pérez-Izaguirre y Elena Ramírez Boixanderas— ha sido la red PATRIM+, creada en 2008. En ella se enmarcan las actividades y actuaciones del Espacio Pirineos de Graus, centro que acogió las primeras jornadas “Predicar en el Desierto” y que ha continuado impulsando esta segunda edición. El profesor Arrieta analiza las iniciativas de este centro ribargozano en comparación con otro de similares características localizado en Lérida, en la comarca del Pallars Sobirá, el Ecomuseu de les Valls d’Àneu.

La preocupación por la preservación del patrimonio en el territorio montañoso de la cordillera pirenaica también se constata en la tercera de las intervenciones, la de la profesora Viviane Delpech, investigadora del proyecto europeo financiado con fondos FEDER, Thermalisme, culture, villégiature dans les Pyrénées. Su intervención se centró en los graves problemas de conservación del patrimonio termal de algunas localidades francesas del noroeste de los Pirineos. Muchas de ellas, Bagnères de Bigorre, Cauterets o Argèles–Gazost, fueron importantes estaciones balnearias a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Sin embargo, las sucesivas crisis económicas y la transformación de las fórmulas de ocio han desencadenado en el abandono de algunas de las infraestructuras históricas de estos balnearios, interesantes y valiosos no solamente desde un punto de vista histórico-artístico sino también antropológico y sociológico.

Además, en esta sección incluimos también el trabajo firmado por Juana Mª Marco Goñi, Técnico Superior de Museos del Gobierno de Navarra. Su texto, como comprobará el lector, pone de manifiesto toda la labor de difusión que se lleva a cabo en cinco de las trece instituciones actualmente reconocidas por la norma foral. Así, el trabajo titulado “La difusión en el paisaje museístico de Navarra: de lo tangible a lo virtual” analiza las actividades y el impacto social del Museo Etnográfico del Reino de Pamplona (Arteta), del Museo y Yacimiento Arqueológico Las Eretas (Berbinzana), del Centro Henri Lenaerts (Irurre), de la Casa-Museo Julián Gayarre (Roncal) y del Museo de Tudela (Tudela). Ejemplos todos ellos que encarnan la idea de predicar en el desierto por ser, como dice su autora, “proteiformes por naturaleza, milagrosos por su gestión y comprometidos con la conservación, investigación y difusión de los bienes patrimoniales de un territorio” que se reencuentra con su pequeño gran público.

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