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San Mario Una comunidad generosa, que crece en la fe

Ubicada en el suroriente de la ciudad de Bogotá, en territorio de San Cristóbal Sur, esta parroquia fue erigida el 14 de enero de 1992, bajo decreto N° 422.

Con una población aproximada de 20 mil habitantes, condiciones sociales complejas, marginación a nivel estatal, pobreza y temas de seguridad delicados, esta comunidad se caracteriza por ser trabajadora y generosa, con sueños y deseo de salir adelante, así lo destaca su párroco, el sacerdote Jesús Arroyave Restrepo.

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“Son barrios que han estado al margen de Bogotá por muchos años (…) Es una zona que está creciendo, porque hay muchos proyectos de edificios de inversión social; sin embargo, afrontan el problema de la marginación, que se ve, por ejemplo, en que la gente no tiene dónde echar sus basuras; en el estado de las calles, cerca del 40 por ciento de las vías en estos barrios está sin pavimentar”.

A ello se suma las pocas oportunidades para acceder a la educación superior por parte de los jóvenes. También, las dinámicas de familia en cuanto al cuidado de los pequeños, quienes quedan a cargo de sus abuelos mientras sus padres se trasladan largas distancias para llegar a sus trabajos.

No obstante, “la comunidad parroquial de San Mario es muy sencilla, muy generosa. Lo que se ha construido ha sido gracias ellos”, precisa el sacerdote.

En medio de este contexto, el anuncio del Evangelio, el acompañamiento en la vivencia de la fe, se convierte en motor de crecimiento humano, espiritual y social.

Centro de culto y cultura

Es la visión y sueño del párroco de esta comunidad, perteneciente a la Vicaría Episcopal Territorial San José, arciprestazgo 4.2.

“Una vez escuché de mi papá, cuando era niño, que dijo que la parroquia, con los años, se va a convertir en un centro cultural de las naciones, de los pueblos. Y yo me sueño así la parroquia, que sea un centro no solo de culto sino cultural. Que las personas puedan venir a ver cine; que hagan exposiciones; que sirva para la resolución de conflictos dentro de la comunidad; que sea biblioteca, que sea un lugar donde la gente explore, desafíe la inteligencia y crezca en la fe”.

El párroco

Oriundo de Medellín (Antioquia), el padre Jesús Arroyave Restrepo fue ordenado sacerdote el 1 de diciembre de 2018, por el cardenal Rubén Salazar Gómez, para el servicio de la Arquidiócesis de Bogotá. Desde este año, asumió como párroco en San Mario, servicio que manifiesta le llena de gozo, al vivir su vocación y ministerio de la mano de una comunidad cercana y solidaria. El padre Jesús, también, sirve como administrador parroquial en Santa María Micaela y es capellán en el Colegio Parroquial Adveniat, perteneciente al Sistema Educativo de esta Arquidiócesis (SEAB).

Siguiendo esta línea, desde la parroquia se han impulsado iniciativas culturales, educativas, deportivas, medioambientales, de sostenibilidad; jornadas sociales; encuentros de formación, de catequesis, lideradas por el padre Jesús.

Algunas de estas son: escuela de fútbol para niños; becas universitarias; biblioteca y sala de juegos; encuentros juveniles, infantiles; ropero; asesoría psicológica; escuela de niños; vivero-café; programa de reciclaje; jornada de solidaridad con adultos mayores (“tamaladas”); y se proyecta, a mediano o largo plazo, una propuesta para tratamiento de residuos sólidos, se trata de “un proceso de corte industrial, de tratamiento de llantas. Es un proceso que esperamos poder patentar, para empezar a capitalizar y dar un apoyo a la parroquia”, precisa el sacerdote. Actualmente funciona el ropero, el proyecto de reciclaje, la biblioteca y sala de juegos, la asesoría psicológica, y la búsqueda de becas educativas; sin embargo, es fundamental el apoyo de corazones solidarios para retomar los distintos procesos. “Es importante tanto el recurso económico como humano”, estaca el párroco.

Un proyecto adicional, que espera iniciar a mitad de año, es la construcción de una capilla, desde la que se apoyará la acción evangelizadora en la zona.

MARÍA, SERENA LUZ

María, serena luz de amananecer, aurora de la humanidad renovada, ciudad en lo alto del monte lámpara inagotable del mundo: brilla tu humildad y vences el odio, brilla tu amor fiel y vences la guerra.

Tu luz, Santa Madre, en las tinieblas de la indiferencia nos ilumine para compartir el pan, para hospedar a los hermanos y disponernos a acompañar el viaje de los más frágiles.

¡El candelero de la verdad está vacío, ven Virgen María, trae tu luz a nuestra razón!

¡El candelero de la unidad está vacío, ven Virgen María, trae tu luz a nuestro corazón!

¡El candelero del servicio está vacío, ven Virgen María, trae tu luz a nuestras manos!

Tu luz, Virgen María, es llama viva de esperanza, de fortaleza y sabiduría.

Amén

+Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá 5 de febrero de 2023

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