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Silvio Herrera Herrera
Gratitud al padre
Silvio Herrera Herrera, por estos 60 años de vida sacerdotal, de compromiso y servicio evangelizador, social y misionero
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El 17 de febrero de 1963, un domingo, a las 10:00 a.m. fue ordenado en Bogotá, por monseñor Emilio De Brigard, el primer sacerdote de la Comunidad Asuncionista en Colombia: el padre Silvio Herrera Herrera.
Oriundo de Santa Rosa de Cabal (Caldas), el sacerdote, hijo de Juan Antonio Herrera y Julia Rosa Herrera García, adelantó estudios humanísticos en el Instituto Nacional Francisco José de Caldas, de Santa Rosa, obteniendo el título de bachiller en 1955. Ingresó a la facultad de Medicina de la Universidad Nacional en 1956.
Fue allí donde, llevado por el deseo de una comprensión más profunda de los problemas humanos, descubrió su vocación al sacerdocio.
Poco después de ingresar a la Comunidad Asuncionista, de reciente existencia en Colombia, fue enviado a cursar sus estudios de filosofía y teología en la Universidad de Chile.
Al regresar al país, retomó sus estudios en la Universidad Javeriana y se dedicó, de forma paralela, a la docencia en el colegio de esta comunidad: ‘Emmanuel d’Alzón’, y a la obra del Seminario Asuncionista. Fue rector en el colegio desde 1999 hasta 2005. Se le reconoce por su obra invaluable en estas aulas y por ser el autor del himno de los Dalzonianos.
Grandes retos y logros pastorales
El padre Silvio creó el Departamento de la Juventud de la Conferencia Episcopal de Colombia, donde por primera vez realizó un trabajo intenso con la pastoral juvenil en todo el país.
En 1978, desde el episcopado colombiano, fue llamado al mundo de la educación, para trabajar por la enseñanza religiosa escolar; la presencia de la Iglesia en la educación básica en los colegios del Estado.
Trabajó con el Ministerio de Educación por 20 años, siendo Supervisor Nacional de Educación y miembro de la Confederación Nacional Católica de Educación (CONACED). Fue director en los Departamentos de Educación y Cultura del
Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano –SPEC. Acompañamiento a enfermos y guía para las familias
Antes de dedicar su vida al servicio de Dios y de la Iglesia, el padre Silvio soñó con ser médico, pero Dios lo condujo a salvar almas. Desde la pastoral de la salud, acompañó a pacientes terminales y tuvo innumerables experiencias, a través del Sacramento de la Unción de los Enfermos, al ser testigo de que al imponer los Santos Óleos, a algunos pacientes se les prolongaba su vida. Además, pudo palpar la diferencia entre un enfermo terminal creyente y un paciente que no “cree en Dios”.
Pero su bondad infinita con los enfermos de clínicas y hospitales, que él solía visitar, fue más allá, ejerciendo el “apostolado de la oreja”, otra gran virtud que lo caracteriza. Es un excelente confesor.
La pastoral familiar fue, también, una de sus prioridades. Ayudó por más de 10 años a las familias a través de los Equipos deNuestraSeñora, guiando a las parejas en su vida y caminar espiritual.
¡Realmente es un hombre lleno de Dios!
El padre Silvio Herrera Herrera, actualmente, es sacerdote emérito; cumple 60 años de servicio sacerdotal y 88 años de edad, el próximo 19 de junio. Se encuentra con fragilidad en su salud y pasa sus días en la casa de los Padres Asuncionistas, en el sector de Niza, al norte de la ciudad.