Cantos del Maule · Camilo Torres

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DISEÑO Camilo Torres Jara PROFESOR José Ignacio Torres ELECTIVO Diseño editorial PATRIMONIO CULTURAL - REGIÓN DEL MAULE Canto a lo humano y lo divino TÉCNICA Ilustración Digital INSPIRACIÓN GRÁFICA Murales de tierra del Maule TIPOGRAFÍAS -Ruina Regular -Chucaratext Regular


Cantos del Maule ocupa como estética, los murales de tierra realizados en la Región del Maule para interpretar en forma de ilustración grandes composiciones e imagen de reconocidos artistas locales. Estos Murales se ejecutan con estucos de tierra, hechos a partir de una gama de arcillas de colores recolectadas en distintos suelos de la Región del Maule, tradición alfarera, plasmando las representaciones de su identidad con los colores propios de su paisaje cultural.


Ana Margot Loyola Palacios (Linares, 15 de septiembre de 1918-Santiago) fue una destacada folclorista, compositora, guitarrista, pianista, recopiladora e investigadora del folclore chileno. Junto con Violeta Parra y Gabriela Pizarro, es considerada una de las tres investigadoras esenciales del folclore de Chile, y para sus investigaciones, aplicó en terreno un método del más puro estilo antropológico y etnográfico, culminando con la escenificación de una estética. Margot Loyola falleció el 3 de agosto de 2015 dejando un gran recorrido musical a su paso.



La Guitarra Por aquella calle viene una guitarra de plata (x2) Y las cuerdas van diciendo ¡El amor es el que mata! A la vidalita súbete a la torre a la vida mía que viento que corre (x2) La guitarra pide chicha y las cuerdas aguardiente (x2) Y la que la está tocando un joven de quince a veinte A la vidalita súbete a la torre a la vida mía que viento que corre (x2) Ya no puedo tocar más porque me duelen los brazos (x2) Es que no veo venir la bandeja con los vasos A la vidalita súbete a la torre a la vida mía que viento que corre (x2)



La vertiente Alguien ha herido al monte con un puñal Y de la herida brota un manantial El valle dijo al monte: “Quiero beber El agua de tus cumbres deja correr” Vida, vamos al cerro A beber el agua de la vertiente Quisiera yo calmar la sed Que me ha dado tu amor ardiente Ay, ay, ay, ni el agua que brota Mi vida, calmará Esta sed que tengo Mi vida, de tu boca Mi vida, de tu boca Brota entre verde zarza en la gruta oscura Así brotó mi amor, ay, entre amarguras Bien sabes, vida mía, que estoy herido Cual puñal en el alma hiere tu olvido Vida, vamos al cerro A beber el agua de la vertiente Quisiera yo calmar la sed Que me ha dado tu amor ardiente Ay, ay, ay, ni el agua que brota Mi vida, calmará Esta sed que tengo Mi vida, de tu boca Mi vida, de tu boca



Rayén Quitral María Georgina Quitral Espinoza fue una destacada soprano chilena que nació en el balneario de Iloca, VII región. Hija de padre mapuche creció siempre orgullosa de sus raíces indígenas; tempranamente adquirió el nombre artístico de Rayén Quitral y usó atuendos indígenas en sus presentaciones. En 1936 debutó con éxito en el Teatro Central de Santiago y luego fue invitada al Teatro Colón de Buenos Aires donde se lució interpretando el personaje de la “Reina de la Noche” de La Flauta Mágica. De vuelta en Chile, el 4 de diciembre de 1938 cantó en la inauguración del Estadio Nacional acompañada por el tenor mexicano Juan Arvizu. Su carrera internacional fue despegando y Rayén se presentó en varios escenarios europeos. En 1967 se retiró de la escena musical y se dedicó a hacer clases de canto a niños de escasos recursos. La Alondra Mágica murió en Santiago el 20 de octubre de 1979. Hace pocos días atrás Rayén fue recordada por el centenario de su nacimiento.



El Copihue Rojo Soy una chispa de fuego que del bosque en los abrojos abro mis pétalos rojos en el nocturno sosiego. Soy la flor que me despliego junto a las rucas indianas; las que, al surgir las mañanas, en mis noches soñolientas guardo en mis hojas sangrientas las lágrimas araucanas. Nací una tarde serena de un rayo de sol ardiente que amó la sombra doliente de la montaña chilena. Yo ensangrenté la cadena que el indio despedazó, la que de llanto cubrió la nieve cordillerana; yo soy la sangre araucana que de dolor floreció. Hoy el fuego y la ambición arrasan rucas y ranchos; cuelga la flor de sus ganchos como flor de maldición. Y voy con honda aflicción a sepultar mi pesar en la selva secular, donde mis pumas rugieran, donde mis indios me esperan para ayudarme a llorar.



La tranquera Cada vez que azota el viento la tranquera, y a mi oído llega de noche el crujido que más parece un lamento, siento un estremecimiento de muerte, y me quedo fría como me quedé aquel día que me enteré de quién era. ¡Ay, si hablase la tranquera, las cosas que contaría! Ella sola fue testigo de aquel falso juramento que me dio, de que al momento se casaría conmigo. Yo le di en mi pecho abrigo, le di cuanto me pedía, y se marchó al otro día sin despedirse siquiera. En ella están mi inicial y la suya entrelazadas, que un día dejó grabadas con la punta del puñal. Allí estaba su bagual que ansina me veía; como que me conocía, se arrascaba en mi pollera.



Vivió en el sector de Las Tizas, muy cerca del Club Deportivo Las Tizas, nativo de la Comuna de Pencahue, Don Valericio Leppe había comenzado en la música en asociación con Gastón Guzmán, con quien formó hacia 1960 el conjunto Voces del Quelentaro, junto a este grupo, Don Valericio trabajó un total de tres álbumes (también fue parte de las grabaciones del conjunto para La carpa de la reina, el disco de Violeta Parra) y destacó por composiciones suyas como “El letrao”. A su salida del grupo, en 1968, se ocupó de inmediato en el Dúo Coirón, para el cual reclutó a Pedro Yáñez. El golpe de Estado sorprendió a Don Valericio como trabajador de la Empresa Nacional de Distribución de Combustible. Debió salir al exilio, y se estableció de inmediato en Finlandia, donde extendió su residencia por veintitrés años. A su regreso al país, en 1996, Don Valericio se estableció en la tierra que lo vió crecer,decidió reestablecer el dúo, y llamó para ello a Carrasco (2002). Don Valericio falleció en menos de dos años más tarde, el 20 de abril del 2004.



Que si yo quiero volver Que si yo quiero volver claro que si al pueblo de mi niñez donde naci. Y recorrer la ciudad sus viejas calles mirar y por la vega central irme a pasear. ( X2) Que si me encuentro con amigos con qué alegría, les voy a hablar y preguntarles por los suyos y por aquellos que ya no están. Eso que usted conoció ya no estará aquello que tuve yo, ya no es igual. Pero es seguro que habrá manos abiertas en par y generosas vendrán a saludar .(x2) Que si me encuentro con amigos con qué alegría, les voy a hablar y preguntarles por los suyos y por aquellos que ya no están.



Los arRIeros Polvoriento es el camino por donde van los arrieros clavados en sus monturas a buscar un trozodero. Vino el patrĂłn a mi rancho me hizo dejar la cosecha me puso la mula al frente mendigo a la cordillera. (Tonada) Vamos guasqueando la noche el arriero y las estrellas. con la nieve hasta las corvas ya pasamos la frontera Por la quebrada de las marcas va bajando el piĂąo entero. Eso es lo importa el fundo que solo espera al arriero. (Tonada)



Es un libro ilustrado que busca rescatar el patrimonio maulino del canto a lo divino y humano, seleccionando 3 representantes importantes de nuestra región e ilustrando sus obras, a través de la estética de los famosos “murales de tierra” Sumérgete, lee y escucha sus preciosas composiciones que siempre tienen algo que contar.


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