50 aniversario del IES Camilo José Cela

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Coordinadores: María Isabel López Melgar Antonio Romero San Martín

50 años

i.e.s camilo josé cela (1968-2018)

campillos 2018


© Edita: IES Camilo José Cela. 50 aniversario Diseño, Maquetación e Impresión: TADIGRA S. L. Granada. (Taller de Diseño Gráfico y Publicaciones, S.L. Granada) tadigra@tadigra.com Printed in Spain Impreso en España

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A toda la comunidad educativa, por su profesionalidad, esfuerzo, apoyo y dedicaciรณn; porque con su labor seguirรกn educando a los ciudadanos del presente y del futuro.



INDICE

1. Prólogo. Antonio Romero Sanmartín, actual director...................................................7 2. Nuestros directores, nuestros guías.............................................................................13 A. Los inicios. Francisca Guerrero López..............................................................15 B. Recuerdos de un director "por casualidad" (1979-82) Antonio P. Cañabate Pérez..................................................................................17 C. ¿MERECIÓ LA PENA?. Treinta años de responsabilidad directiva en el Instituto “Camilo José Cela”. Diego Gutiérrez Mudarra..................................20 D. Solo se es, lo que se es cuando se está a solas. Paco Linares Artacho.......................................................................................55 3. Secretaría...................................................................................................................... 60 A. Cuarenta años en el IES. Concepción Caballero Fernández............................63 4. Nuestros profesores, nuestros guías........................................................................... 67 A. De mis años por el I.E.S. Camilo José Cela. Milagros Jiménez Hidalgo............69 B. ACTA nº …… En la sala de profesores del IES Camilo José Cela a las ……. horas del ….. de ……… de 2017. Mari Ángeles Berdún Bolaños...........................................................................72 C. Una clase de Historia del Arte en el Museo del Prado, unas semanas después de los atentados de Atocha. Isidoro Otero Cabrera...........................74 D. Filosofía. José Antonio Sánchez Tarifa................................................................78 E. Cuída de tus recuerdos porque no los puedes revivir. Miguel Pozo Chía.......81 F. Conmigo vais... Carmen Puerta Ríos................................................................84 G. 18 años. Manolo Lizana Esteo............................................................................87 H. El alumnado de Agraria. José Miguel del Río Palomino....................................89 I. Recordando los grandes momentos que viví en el IES. Emilio José Checa Hinojo..................................................................................92 J. Desde el patio. José Cándido Sevilla Trigo.........................................................97 K. Departamento de Orientación. Inmaculada Romero San Martín.......................101


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5. La Asociación de madres y Padres de Alumnos “Santa María del Reposo” del IES Camilo José Cela.....................................................107 A. Diez años en el A.P.A. del Instituto Nacional de Bachillerato Camilo José Cela. Salvador Carrión Valencia....................................................109 B. Breve historia del A.M.P.A. Javier Espejo Pinto..................................................111 6. Nuestros pupilos, nuestros alumnos..........................................................................115 A. Disfrutar de la profesión más bonita del mundo, se lo debo al I.E.S. Camilo José Cela. Francisca Rueda Gallardo......................................................117 B. Paseo por el recuerdo y… por el conocimiento. Isabel María Díaz García-Hierro........................................................................122 C. La etapa más entrañable de mi vida. Juan Antonio Morgado Galiano................127 D. Al salir de la patria. José Miguel Carbonero Gallardo.......................................131 E. ¿Qué ha significado el instituto para mí? Diego Manuel Gutiérrez García..........133 F. Querido yo a mis 16. Juan Manuel Lebrón Ramo................................................134 G. Los valores que aprendía me siguen acompañando en el camino Alberto Viseras Ruiz....................................................................................... 135 H. Mi experiencia en el Instituto. Jaime González Rueda......................................137 I. Gracias. Clara Sánchez Trigo..........................................................................139 7. Cuántas actividades; cuántos eventos...........................................................................143 A. Actividades.......................................................................................................145 B. Almuerzos........................................................................................................166 C. Biblioteca.........................................................................................................168 D. Centro..............................................................................................................170 E. Despedida a compañeros......................................................................................173 F. ESPA...............................................................................................................174 G. Graduaciones...................................................................................................174 H. Olimpiada........................................................................................................182 I. Otros................................................................................................................184 J. Prensa y revistas................................................................................................186 K Teatro..............................................................................................................191 L. Ocho apellidos a la Romana. Antonio Javier Parra.........................................191 M. Viajes y excursiones.........................................................................................196


1. prólogo

Antonio Romero San Martín, Profesor de Matemáticas desde 1988 Vicedirector 1995-1996 Jefe de Estudios Adjunto 1996-2000 Secretario 2000-2013 Director desde 2013

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n Campillos, la enseñanza media de los años sesenta sólo tenía un nombre, Colegio San José. Un afamado internado al que acudían alumnos de toda España al reclamo de una firme disciplina que conseguía lograr el éxito académico. Sin embargo la enseñanza privada de esta institución, se convertía en gratuita para los jóvenes de Campillos, gracias a la generosidad de los hermanos Macías, que con D. José al frente de la dirección, así lo tenían establecido. Era fácil decidir entonces, mis padres como otros muchos padres lo tenían claro. En 1970 ingresaba en el Colegio como alumno externo de 1º de Bachillerato. No existía para mí otro centro alternativo. La grandeza de sus instalaciones y la cantidad de alumnos que albergaba, abrumaban a un niño de sólo 10 años. Pero al poco de comenzar mis estudios, supe de la existencia de otro lugar en Campillos dónde se realizaban los mismos estudios que yo hacía en mi Colegio. El Instituto. No tenía nombre aun. Y no entendía entonces, cómo era que aquellos niños que allí estaban, no preferían hacerlo donde yo. En este colegio de renombre y fama, con tantos alumnos de tan grandes familias de toda España, que no dudaban en atravesarla para llegar hasta él.

Sin embargo, recuerdo que había cierto “peluseo” -como se dice por aquí-, con los alumnos del Instituto. A la simple diferencia en la indumentaria, ellos con uniformes grises y azul marino y nosotros con largos baberos color caqui, se sumaba ese “halo de libertad” que gozaban, frente a la férrea disciplina que a diario teníamos en el colegio, y que incluso abarcaba a los fines de semanas, en los que a veces no podíamos ni pisar calle, cuando las notas semanales o los partes de disciplina así lo decían. Con este equipaje en la mochila, recién acabada la carrera de Matemáticas y como no, tras cumplir mis obligaciones con la patria, “la mili”, aterrizaba nuevamente en mi Colegio de siempre, ahora como profesor. En los años que estuve estudiando en Málaga, el Internado había cambiado algo. Ejercí durante 3 años completos (con sus veranos incluidos) manejándome con quienes


8 habían sido mis profesores. ¡Qué sensación más extraña y agradable a la vez!. Pasaron de ser D. Manuel, D. Alejandro, D. José, a simplemente mis compañeros Manolo, Alejandro o Pepe. Todavía recuerdo mis primeros días cuando un alumno no me dejaba pasar al aula donde debía dar clase, creyendo que yo era un compañero que le gastaba la broma de hacerme pasar por el profesor. ¡Todos fuimos jóvenes alguna vez!. Con tristeza me despedía de mi Colegio en el verano de 1989 tras aprobar las oposiciones de Agregado de Instituto. Comenzaba una nueva etapa profesional y personal. Con nervios llegué a mi primer destino como funcionario en prácticas, a esa otra institución dónde se impartía la enseñanza media en Campillos, ahora ya con nombre, y no uno cualquiera, sino el de todo un Nobel español de Literatura, el Instituto de Bachillerato Camilo José Cela. Un lugar desconocido para mí absolutamente en todo. Porque ni su estructura, ni su organización, ni sus normas de funcionamiento, ni profesores, ni alumnos era lo que yo conocía hasta entonces. Fue mi primer contacto con la enseñanza pública después de la Universidad. Me dirigí al despacho del Director para presentarme. Buenos días D. Diego, soy Antonio Romero, profesor de Matemáticas con destino aquí. Un apretón de manos y unas agradables palabras de bienvenida bastaron para comprender que me conocía perfectamente, no en vano mis tres hermanas estudiaron en este centro y mi padre fue presidente del APA unos años. Diego no fue profesor mío, pero tras oír a sus alumnos, ¡cómo me hubiese gustado serlo!. Ha sido para mí un ejemplo de honradez y dignidad. Una persona sencilla y cariñosa con todos. Su dirección del centro evidenciaba que no sólo lo conocía a fondo sino también al sistema educativo. Hombre culto e inteligente cuya visión de futuro predecía a veces a lo que posteriormente se legislaba. El adelanto de la LOGSE o aquel Plan de Centro con más de 30 volúmenes así lo evidencian.

50 años (1968-2018) Con razón fue galardonado en 2005 con el Reconocimiento al Mérito Educativo en la Función Directiva en Málaga. Paso siguiente fue anotar mi nombre en el libro registro custodiado por el entonces Secretario, Efrén Fernández Lavandera, quien estaba en un cuartillo pequeño dentro de la Secretaría y que me parecía el lugar más importante del centro, por lo protegido y escondido que se encontraba. Unos metros antes y separado por un fino tabique de cristal, Conchi y Pepi atendían con soltura la Secretaría. Las recuerdo perfectamente. No imaginaba entonces lo importantes que serían en mi trabajo como directivo, por lo mucho y bien que me han ayudado y aconsejado en mi quehacer diario con las tareas administrativas. Aquel primer año compartí claustro con compañeros que aun hoy recuerdo y añoro. Disfrutamos de buenos ratos y risas y de unos desayunos insuperables en el bar del instituto que regentaba Fernando Escribano y su padre, Antonio, gracias en parte, a los numerosos huecos de nuestros horarios. Hoy en día impensables. Pero menos mal. Benditos huecos que nos permitieron ser algo más que compañeros de trabajo. Las trillizas, Manolo Mira, Casto Gea -hoy inspector de educación, ¡cómo imaginarlo!- y Juan Carlos Escutia (q.e.p.d.) sabían amenizar la sala de profesores con sus ocurrencias y comentarios. José Antonio Sánchez Tarifa nos dejaba boquiabiertos con sus historias, viajes y experiencias por todas partes. María José Gil llenaba de dulzura cualquier estancia. Miguel Pozo compañero y amigo de Matemáticas, Secretario sucesor de Efrén. Pepe Clavijo el que fuera mi profesor de “Gimnasia” en el San José y Carmen Puerta, quien a la postre fuera Jefa de estudios, cercana siempre, atenta siempre, con una extraordinaria empatía y una mano izquierda que a todo el mundo sabía escuchar y atender cordialmente,… Y tantos otros y tan pocos al mismo tiempo, a penas algo más de 30 que no puedo seguir nombrando por no dejar atrás a nadie más, Lola, Marisol, Ana Mesa, …


i.e.s. camilo josé cela Antes de obtener mi destino definitivo en este centro, lo obtuve en el IES Fray Bartolomé de las Casas de Morón de la Frontera (Sevilla) y en el IES Los Colegiales de Antequera. Pero sólo el primer año estuve fuera. El resto permanecí aquí en comisión de servicios. Casi 30 años, ligado al Camilo, y de ellos 24 en cargos directivos. Era lógico. Mi inquietud y condición de campillero, me hacía estar implicado en tareas que abarcaran algo más allá de la propia función docente. Trabajar para conseguir cualquier cosa que pudiera mejorar los servicios de mi centro me atraía, y por consiguiente no me pude negar a la invitación que Diego me hiciera en 1995 de ser Vicedirector, a partir de ahí, los cargos fueron sucediéndose sin más preguntas, Jefe de Estudios Adjunto primero y poco después Secretario, sucediendo a mi amigo Miguel Pozo, quien realizó en ese cargo un excelente trabajo durante más de diez años. Con los primeros años del nuevo siglo, comenzaron a sucederse las primeras jubilaciones de quienes habían estado desde los inicios del centro, Lola, Pepe Clavijo y finalmente Diego. Una nueva hornada

9 de jóvenes docentes, tomaron el relevo y emprendieron las tareas directivas. De esta forma a Diego le sucede Paco Linares, quien tuvo la dicha de vivir la construcción e inauguración de los nuevos edificios que actualmente forman el centro. En 2013 Paco decidió dejar la dirección para incorporarse a su nuevo destino, el IES Emilio Prados de Málaga, y casi sin darme cuenta me encontré una mañana sentado donde antes lo hiciera él. ¡Quién me iba a decir a mí! Dirigir el “Camilo”. Un centro que a lo largo de los años ha ido creciendo en todo, y que sólo la situación geográfica tan cercana a Antequera (que todo lo acaparaba) ha contribuido negativamente a que este crecimiento no hubiese sido mayor. Más de 850 alumnos distribuidos en 31 grupos, 67 profesores, 3 ordenanzas, 1 administrativa, 6 limpiadoras y más de 1500 padres y madres formamos en la actualidad la comunidad educativa del IES Camilo José Cela, denominación actual ratificada por el Claustro de profesores tras la entrada de la LOGSE. Mi etapa como director, desde el curso 2013/14, se ha basado en la continuidad y


10 consolidación de lo que teníamos. Hemos pasado por años difíciles en los que la crisis económica que ha asolado a nuestro país ha influido negativamente en la progresión de nuestro centro. Pese a todo ello, mi equipo directivo ha conseguido mantener en buen estado los edificios y adquirir el material necesario, en buena parte con presupuesto propio, para que nuestros alumnos pudieran disponer y disfrutar de unas instalaciones dignas y acordes a los tiempos que vivimos. ¡Ojalá sepamos inculcarles, que otros tendrán mañana el mismo derecho a disfrutarlas, que ellos tiene hoy! La labor de los equipos directivos es fundamental para la mejora del centro. En este aspecto he tenido suerte. He trabajado con excelentes profesionales docentes y a la vez magníficos directivos. Me gustaría pedir comprensión para ellos, ya que sin dejar de ser docentes y por ende cumplir con sus oportunas labores, deben hacerlo al mismo tiempo con las que son inherentes a sus funciones directivas, que a veces obligan a tomar decisiones complicadas o comprometidas, que no son ni bien entendidas, ni bien comprendidas; pero necesarias. ¡Cuántas veces he escuchado!, no sin razón a mi entender, que todos deberíamos pasar alguna vez por ocupar cargos directivos para comprender bien su tarea. Gracias Ilde, Mariángeles, Inés, Manolo y Mª Isabel por vuestra compañía y compromiso. En estos años hemos afianzado el Programa bilingüe en lengua inglesa, que el próximo curso contará ya con dos líneas en toda la secundaria. La ESPA ha pasado a la modalidad semipresencial, lo que ha supuesto consolidarse con más de 70 matrículas por curso. Diez son los grupos que cada año se matriculan en bachillerato con más de 280 alumnos. La Formación Profesional Básica da salida a más de 30 jóvenes que estaban en riesgo de abandono escolar o de finalizar sus estudios sin alcanzar la titulación en secundaria. El Grado Medio de Producción Agropecuaria tiene suficientes alumnos para impartirse, es decir, no hay peligro que vaya

50 años (1968-2018) a ser eliminado por la Administración, como así ocurriera con nuestro Grado Superior. La Secundaria se estabiliza en torno a los 14 grupos con más de 400 alumnos y este curso 2017-18 contamos con una Unidad Específica de Educación Especial con tan solo dos alumnos, Diego y Jacinto que nos han hecho abrir los ojos a ese otro mundo de la educación. La Orientación educativa es un pilar importantísimo en nuestro sistema educativo. Y nuestro alumnado tiene la suerte de contar con una de las mejores profesionales, Inma Romero lleva más de 20 años al frente de este departamento y gracias a ella muchos niños y niñas han sabido reconducir su vida estudiantil hacia el mejor destino. En estos años como director, he comprobado la importancia de su trabajo y el valor añadido de haberse consolidado en el Centro como un referente en la orientación escolar y profesional no sólo para nuestro alumnado, sino también para muchos de otros centros que le consultan, y que ella atiende con la misma diligencia, la misma delicadeza y la mejor sabiduría. Desde mi ingreso en el centro he conocido a más de 700 profesores, pues Campillos ha sido y es, un sitio de paso para muchos de ellos. Una gran mayoría, tras su marcha, han declarado haber trabajado en un ambiente agradable y con un buen alumnado y manifiestan abiertamente echar de menos nuestro centro, cuando al cabo de un tiempo coincido con algunos. Y esto me llena de orgullo, porque sé que lo dicen de corazón, sin compromiso, porque así lo sienten. Despedirme de tantos compañeros es sin duda, uno de los peores momentos que he pasado cada año y que seguiré pasando mientras continúe en este Centro, pero a la vez, es como si todo empezara de nuevo, desde el principio. La llegada de nuevos compañeros y compañeras procedentes de otros destinos, enriquecen nuestra experiencia como docentes y directivos con nuevas ideas diferentes a las que tenemos y eso nos permite al menos, mejorar.


Este curso 2017/18 celebramos el 50 aniversario de la fundación del IES Camilo José Cela de Campillos. Bueno de Campillos y de Teba, Sierra de Yeguas, Almargen, Ardales,… Ya que la ubicación geográfica no lo es todo. Nuestro centro es también de sus alumnos, sus familias, su personal y su profesorado. Con todos ellos hemos querido celebrar estos primeros 50 años de existencia. De esta forma, antiguos alumnos que hoy en día son grandes profesionales han podido dirigirse a nuestro alumnado para decirles cuales fueron sus vivencias en el Instituto y como encauzaron sus vidas profesionales. La edición de este libro es un acto más de esta conmemoración. Para realizarlo, hemos contado con la colaboración de directores, profesores, alumnos, padres y personal de administración, que con sus artículos resumen para todos nosotros y desde sus vivencias personales este medio siglo de existencia. Entrañables vivencias que nos harán recordar momentos inolvidables, caras y personajes perdidos en nuestra memoria e ilusiones de adolescentes, que vivimos hoy en nuestra realidad. Un libro que nos servirá también como recuerdo gráfico por la cantidad de imágenes de todas las épocas de nuestro centro que contiene. Recuerdos de excursiones a Grazalema, Sierra de las Nieves, Ronda,… actividades deportivas y culturales, viajes a Gibraltar, Santander, Londres, Italia, Budapest,… actividades deportivas, graduaciones, premios, inundaciones, exposiciones,… Debo destacar el trabajo realizado por D. Diego Gutiérrez Mudarra, que más que un artículo, es de por sí un libro de su etapa vivida como profesor y directivo del Centro. Con una extensión de casi 200 páginas, describe los aspectos más significativos de esos primeros 30 años del Instituto con fotos, anécdotas y documentos. Por motivos obvios, hemos tenido que dejar sólo el texto escrito con algunas fotos seleccionadas para que tuviese cabida en la presente obra. Pero para quienes deseen verlo o tenerlo

al completo, se ha dispuesto un enlace en la web del centro www.iescela.com donde se podrá descargar. He de decir que muchos han querido colaborar, pero como es fácil comprender esto ha sido materialmente imposible. Para todos, vaya por delante mi agradecimiento por vuestra valiosa aportación. Gracias también a las empresas que han colaborado desinteresada y generosamente con nosotros, y sin cuya aportación económica no hubiésemos podido hacer esta publicación, ya que desde un principio, teníamos la idea de su distribución gratuita a toda la comunidad. Mi reconocimiento a quien ha cargado con el peso de engranar toda esta cantidad de datos hasta conseguir esta magnífica obra, mi Vicedirectora y profesora de Historia, María Isabel López Melgar. Su capacidad de trabajo no tiene límites, y su implicación y compromiso con el Centro menos aún. Ha sabido llevar a cabo además la organización de las conferencias que antiguos alumnos ofrecieron a nuestro alumnado, coordinar la recopilación de fotos para la exposición gráfica y organizar el acto institucional del 50 aniversario, todo esto sin desmerecer sus tareas docentes con el añadido de residir en otra localidad y ser madre de dos hijas pequeñas, Alejandra y Adriana. Un ejemplo para todos y todas. Gracias María Isabel. Gracias a todos vosotros, compañeros y compañeras, que habéis trabajado con nuestro alumnado para darles la formación necesaria con la que han sabido afrontar con éxito su futuro. Gracias a vuestra labor hoy podemos estar orgullosos de nuestros abogados, empresarios, médicos, obreros, comerciantes, ganaderos y agricultores, arquitectos, ingenieros,… y algunos otros que contagiados por vuestro buen hacer, han optado por compartir con nosotros esta bendita profesión. A todos los que en algún momento de vuestras vidas habéis formado parte de esta comunidad educativa, mi felicitación por estos 50 años.



2. Nuestros directores, nuestros guĂ­as



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Francisca Guerrero López, Directora delegada entre los años 1968-1971.

Inicio del Instituto de Enseñanza Secundaria ies Camilo José Cela de Campillos (Málaga)

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l recibir la invitación de realizar una” reseña-semblanza-nota” sobre mi época como “directora delegada” en el inicio del IES Camilo José Cela, me han venido a la memoria, de golpe, un cúmulo de recuerdos y sensaciones que intentaré sintetizar y despojar, en la medida de lo posible, de toda subjetividad emocional. Abarca los cursos: 1968-69; 1969-70 y 1970-71. Curso 1968-69. Mi primer nombramiento tiene fecha 1 de Octubre de 1968, como” Profesor adjunto interino de Matemáticas del Instituto de Enseñanza Media de Antequera, para prestar servicio en la Sección Delegada de Campillos”, siendo designada Jefe de Estudios para desempeñar las funciones de dirección en la Sección Delegada. El director del Instituto Pedro Espinosa de Antequera era D. Carlos Albiñana, de grato recuerdo y mejor proceder. Se impartió docencia en los tres primeros cursos del Bachiller Elemental, Plan del 57. con dos grupos por curso (masculino y femenino), y veinte alumnos por grupo. En total 120 alumnos. Quiero recordar que fueron algunos más. Las edades de estos

alumnos eran desde los 11 a los 13 años, salvo algunas excepciones. La docencia, de las asignaturas que hoy llamamos troncales, era impartida por dos profesores de Ciencias (Dª Sara Montesinos y la que subscribe) y otros dos de Letras (D. Diego Gutiérrez y Dª Mª Dolores García). El idioma (Francés), a cargo de Dª. Laura Trigueros. Cinco recién licenciados, con nuestro primer nombramiento oficial en las manos. ¡Ilusión, entusiasmo, dedicación…., juventud!. ¡Nos comíamos el mundo!, tanto que se abrieron las puertas del edificio sin estar la luz eléctrica enganchada, y así estuvimos el primer curso. Tampoco línea telefónica, y los móviles ¿dónde estarían?. Ajusté los horarios para terminar a las cinco de la tarde, ya que en invierno se nos venía la noche encima. Tampoco se impartían clases los miércoles por la tarde, para que los alumnos sólo comieran fuera de casa cuatro días a la semana. La Religión estuvo a cargo del párroco Rvdo. Diego Franco, la Política (Formación del Espíritu Nacional, FEN) para los chicos, a cargo del Alcalde D. Juan Cantano, que delegaba la Educación Física en el profesor


16 del Colegio de San José. A las chicas, Dª. Hortensia Marín les daba FEN y Educación Física. Además, estaban las actividades de Hogar (principalmente labores), a cargo de Dª. Maruja Mesa. ¿Cómo se organizaban las inscripciones y las matrículas?. Nuestra querida Dª. Paquita Padilla era la secretaria administrativa. Su profesionalidad y su saber hacer, eran primordiales. Me ayudó mucho, también a nivel personal, ya que yo era nueva en “la plaza”. A todo esto, mención y recuerdo especial merece al bedel, Manuel, guardia civil retirado, que hacía funciones de portero y vigilante, imponiendo orden en pasillos y recreos. La apertura de la Sección Delegada fue recibida con entusiasmo en la comarca, ya que diariamente acudían a clase alumnos de Campillos, Peñarrubia, Teba, Almargen, Sierra de Yeguas, además de Alozaina, Cañete, etc. Los alcaldes de la zona colaboraron con el transporte y creo que marcó al pueblo. El Ayuntamiento de Campillos suministró ayudas a los mejores escolares locales, previa la realización de una prueba. Por supuesto siempre he estado agradecida a estas autoridades, todo fueron facilidades y tengo la obligación de plasmarlo, porque así lo siento. Curso 1969-70. La docencia se amplía un curso, 4º de bachillerato. Otros dos grupos, nuevas asignaturas. Mi nombramiento es de profesor Adjunto interino de Física y Química. Sigo como Jefe de Estudios y este año tenemos la reválida de cuarto. Las pruebas se realizaron en las instalaciones de la Sección Delegada, un Tribunal se desplazó a Campillos y los resultados fueron más que satisfactorios. Reflejo de una buena labor del equipo. Se termina el ciclo de Bachiller Elemental. Una asignatura pendiente, que me rondaba por la cabeza era la de un comedor escolar. ¿Cómo?. Facilidades por parte de la dirección de Antequera todas, pero me las tenía que ingeniar. Conversación con Inés, la señora de la limpieza. Se compromete a cocinar, dando un primer plato, a repetir,

50 años (1968-2018) pan y postre (una pieza de fruta). Compra de un quemador de butano, olla industrial, platos y cubiertos. Aún me acuerdo del menú semanal, pero no lo voy a detallar. De Inés recuerdo su discreción, su cariñosa sonrisa y, por supuesto, su espléndido trabajo. Mensualmente recogía en la secretaría del Instituto un cheque al portador, era para el pago a sus servicios. Parte de la compra la hacía en Antequera y el resto, en almacenes de Campillos, acompañada por Hortensia, que me ayudaba a conocer el comercio. Curso 1970-71. Se inicia el Bachiller Superior, con 5º curso, donde los alumnos eligen entre Ciencias o Letras. Ambas opciones tienen asignaturas comunes y específicas. Los de Ciencias, Matemáticas y Química. Los de Letras, Latín y Griego. Mi nombramiento es el mismo, van apareciendo nuevos profesores, la Sección Delegada va creciendo, las necesidades van siendo mayores. De esto dará buena cuenta mi sucesor en la jefatura de estudios, D. Diego Gutiérrez Mudarra, ya que siguiendo los derroteros de la vida, me traslado a Madrid al final de curso, e inicio la carrera docente e investigadora en la ETSI Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y en el Instituto de Edafología y Agrobiología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas CSIC, terminando como catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid UPM hasta mi jubilación, el 30/VII/2016. He escrito esto basándome en la memoria grabada durante 47 cursos en mi cabeza y en mi corazón. Cada uno siguió su camino, nunca he olvidado mis inicios en la Sección Delegada de Campillos y todo lo que ello conlleva: lo aprendido profesional y humanamente ha sido el pilar de mi desarrollo posterior. Aprovecho la ocasión para expresar mi profundo agradecimiento a quienes hicieron posible la creación y el funcionamiento de la Sección Delegada del Instituto de Antequera en Campillos, el actual IES Camilo José Cela. Enhorabuena a todos en el 50º Aniversario de su creación.


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Antonio P. Cañabate Pérez, Director del Instituto de Enseñanza Media de Campillos durante tres años 1979 a 1982. Vicedirector los siguientes años.

Recuerdos de un director "por casualidad" (1979-82)

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ra julio de 1979. Había terminado el curso en el Instituto "Luis Barahona de Soto" de Archidona, ¡mi primer curso como profesor agregado de Instituto! (He de decir que soy licenciado en Geografía e Historia). Esperaba un ver ano tranquilo. Lo tenía totalmente libre. Había alquilado un piso en Rincón de la Victoria con unos amigos, junto al mar, y en una urbanización con piscina,... y nada parecía oponerse o decir lo contrario. Todo remaba a favor. El verano del año anterior (1978), había sido complicado, bastante complicado, pero exitoso. En julio fueron las oposiciones a profesor agregado de secundaria y pasé todo el mes repasando, de exámenes, con muchos nervios,... En agosto había que trabajar. También en Campillos. Era profesor del Colegio S. José y había que trabajar un mes de verano. Evidentemente tenía que ser agosto (por el tema de las oposiciones no quedaba otra opción). En esas estaba, cuando recibo, de forma muy sorpresiva, una comunicación para que me presentara de forma urgente en la Delegación de Enseñanza, ante el inspector jefe, D. Serafín Quero. Ni idea de que podía suceder, y mucho menos, idea de lo que realmente sucedió. "– Preséntese inmediatamente en el Instituto de Campillos (en aquel momento aún no tenía nombre alguno). Es usted el nuevo director de dicho Instituto. – Eso no puede ser. Yo soy profesor del Instituto Luis Barahona de Soto de Archidona. Me han concedido el traslado al

de Campillos, pero hasta septiembre sigo siendo profesor de Archidona. – Desde este momento es profesor del Instituto de Campillos. Le hemos concedido una comisión de servicios. – Pero si yo no he solicitado ninguna. – Es igual se la hemos concedido. Ya es profesor y director de Campillos. De modo que ya está tardando en irse hacia allá. – ¿No puedo renunciar o dimitir o hacer algo para no ser el director de Campillos? – En cuanto reciba el nombramiento podrá presentar la dimisión y esperar que se le acepte." Nota: El nombramiento lo recibí en octubre y era para tres meses, hasta final de septiembre. Evidentemente ya se me había comunicado un nuevo nombramiento para el resto del curso (hasta junio de 1980). Estaba todo atado y bien atado y, por tanto, el inicio definitivo de mi mandato de director del Instituto de Campillos durante tres cursos (no más, porque conseguí un traslado a Málaga). Bien. Este fue el inicio de mi "mandato" en este Instituto. Y además sólo, como único cargo directivo. La mayor parte del profesorado había conseguido traslado y no podía nombrar a nadie ni para la secretaría, ni jefatura de estudios, ni para ningún otro cargo hasta septiembre.


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Viaje fin de curso a Galicia durante el curso 1980-81.

Al día siguiente, y casi todos los días del resto de aquel julio de 1979 (y también bastantes de agosto), me presentaba (y echaba la mañana) en el Instituto de Campillos. Estaba en funcionamiento la secretaría, pero sin ningún profesor. Sólo los conserjes y las administrativas de la secretaría y en especial Doña "Fifi", al frente de las mismas. El trabajo allí era arduo. Matrículas de nuestros alumnos, revisión de actas propias y ajenas (de los colegios adscritos al Centro), y cientos de traslados de expediente de alumnos y alumnas de los dos colegios del pueblo (S. José, de alumnos, y la Milagrosa; de alumnas), que dependían de nuestro centro. Me habían dicho que mucho cuidadito con todo ello pues había habido ya problemas importantes y no debían repetirse. Todos los firmaba yo, pero había que esperar que algún profesor del curso anterior, aún en activo en el Instituto, pasara por el centro para pedirle que firmara "por orden" en lugar de un secretario inexistente.

50 años (1968-2018) Recuerdo a este respecto que, en uno de estos tres cursos, se presentó en mi despacho un "Fontanero de la Moncloa", exigiendo el paso de curso a su hija (matriculada en el Colegio "La Milagrosa") que el Instituto negaba porque tenía tres asignaturas suspensas del curso anterior y sólo se podía pasar con dos, según ley. Incluso llamó a un alto cargo del Ministerio para que nos obligara a pasarla, pero recordamos al susodicho cargo la ley existente y que sólo pasaría si recibíamos por escrito su orden. Después de consultar con funcionarios de Madrid, se retractó, pidiendo disculpas. Parece que algunos políticos no habían leído dicha ley. En fin, ahí quedó el asunto. El curso, tras los exámenes de septiembre y la incorporación de los nuevos profesores empezó ya con total normalidad. Con el Equipo Directivo completo, entre los que debo citar a D. Diego Gutiérrez Mudarra, como secretario (y muy buen amigo), brazo derecho de los tres años de mi dirección por su mucho saber y gran experiencia al frente del centro. Son tres cursos y muchas experiencias de todo tipo las que nos unieron. Entre ellas me viene a la mente la campaña de propaganda que todos los principios de curso hacíamos los dos por los pueblos vecinos de Málaga (Teba, Sierra de Yeguas, El Saucejo,...), e incluso de Sevilla (La Roda de Andalucía), con visitas y charlas a padres en colegios de Primaria,..., para captar alumnos que se matricularan en nuestro centro. Las matrículas eran escasas y había amenazas de eliminarlo. Pero siempre conseguíamos algunos alumnos nuevos y realmente, ahí sigue, funcionando a pleno rendimiento. Siguiendo con mis recuerdos, he de resaltar que mi primer curso en Campillos (1979-80) fue para mí (y creo que para la gran mayoría de profesores) un año maravilloso en todos los aspectos, compañeros, alumnos, personal no docente,... Llegaron unos profesores y profesoras maravillosos en todos los sentidos, tanto de conocimientos como de didáctica, excelentes compañeros


i.e.s. camilo josé cela y personas. No debo citar a nadie en concreto porque seguro se me olvidará alguno (los años) y no lo deseo en absoluto. No me lo perdonaría. Todos magníficos. Las relaciones eran magníficas. Los claustros los hicieron muy fáciles y agradables, a mí, que era un novato en la dirección, y a los restantes compañeros. Todo iba muy bien, hasta el punto que era normal que al menos una vez al mes, nos reuniéramos a comer, todos o casi, en cualquier venta o en bares - restaurantes del pueblo. Hay que decir (hoy mucha gente ni lo sabe) que en aquellos años el horario del centro era de mañana y tarde (cuatro horas matinales, partidas por un recreo, y dos vespertinas, con la comida de por medio). Además. este Instituto tenía cursos de Nocturno para alumnos mayores, impartidos por los mismos profesores del claustro. Por cierto, me viene a la cabeza la tarde del 23 F (23 de febrero de 1981) y el golpe de estado del Teniente Coronel Tejero. Las clases del nocturno transcurrían con normalidad. Yo veía en TVE el desarrollo de la sesión de investidura de Leopoldo Calvo Sotelo en el Congreso de los Diputados cuando se produce el asalto de Tejero. En ese momento tomo la iniciativa y llamo al conserje (no existían aún los móviles) para que comunique al profesorado la situación, se corten las clases y se cierre el Instituto. Todo ello se lleva a efecto sin problema. Pero he aquí que varias profesoras asustadas, que vivían solas, se vienen directamente a mi casa. Allí estuvimos viendo el desarrollo de los acontecimientos, cenamos, y tras el mensaje real, algo más tranquilas, se retiraron a sus respectivos domicilios. En esta etapa tuvimos también un gran avance en las instalaciones del centro ya que se inauguró un nuevo edificio adjunto destinado a despachos de algunos departamentos, así como, y especialmente, a salón de actos. Hasta ahora cualquier actividad importante y con gran asistencia de público debíamos hacerla en el gimnasio. Como ejemplo,

19 recuerdo, un coloquio - mesa redonda, con los representantes de los partidos políticos existentes en el pueblo, ante el Referéndum sobre la iniciativa del proceso autonómico de Andalucía (celebrado el 28 de febrero de 1.980), con asistencia de profesores, alumnos y padres, y celebrado lógicamente en el citado gimnasio. Un problema importante era la falta de comedor en el centro dadas las circunstancias ya expuestas (horario de mañana y tarde, alumnos de otros municipios,...). Por ello insistimos a Delegación de la necesidad del mismo, hasta que nos avisaron de que existían mobiliario y otros enseres de cocina como freidoras, cocina y otros elementos en un centro de Primaria en Málaga capital, el Colegio de Carlinda. Todo ello a nuestra disposición, aunque teníamos que transportarlo nosotros. Con ayuda del APA alquilamos un camión y fuimos a dicho centro. Hubo un problema para sacarlas a la superficie y necesitamos hasta de una grúa. Pero finalmente conseguimos trasladarlo todo e instalarlo en el Instituto. Con ello, y tras contratar al personal adecuado, se creó la cocina y el comedor del centro, que favoreció a gran cantidad de alumnos (incluso a profesores). Por último quiero referirme a los viajes de estudios de los alumnos de COU, en los que participé personalmente, tanto en el curso 79-80, como en el 80-81, a petición del alumnado. Fueron dos viajes a Galicia, !en autobús¡ (está claro que estábamos jóvenes), con visitas a las Rías Bajas, Santiago de Compostela,... y sus respectivos monumentos histórico-artísticos. También había tiempo para discotecas y comerse un magnífico cangrejo buey o buey de mar. Por cierto, uno de los años nos llovió en Santiago más de 50 litros en el día, lo que supuso el deterioro total de algún calzado. Habría otras muchas cosas de las que se podría hablar, pero de menor importancia e interés para nuestros días. Málaga, 18 de diciembre de 2.027.


50 años (1968-2018)

20 Diego Gutiérrez Mudarra, Catedrático de Historia Secretario 1971-1975 y 1979-1982 Director 1975-1977 y 1982-2003

¿Mereció la pena? Treinta años de responsabilidad directiva en el Instituto “Camilo José Cela” La sección delegada en la nostalgia PRESENTACIÓN En el curso 2017-18 se cumplen los primeros cincuenta años de nuestro Instituto y con este motivo me han pedido que saque del trastero de la memoria algunos recuerdos de los primeros años y de mis vivencias posteriores. No me podía negar, aunque esta solicitud de colaboración me llega en un momento de amplias carencias y de nebulosa situación. Mi amigo Cervantes –y digo mi amigo porque nos ha ayudado a vivir- decía que tenía un pié en el estribo y tengo la sensación de que tengo un pié en el estribo y el otro pié colgando. Aun así y si es menester, a salto de mata, pergeñaré los retales del recuerdo con el hilo de la emoción y del sentimiento.

Antes que nada tengo que agradecer al Equipo Directivo y al Claustro de Profesores del IES “Camilo José Cela” por haberme tenido en cuenta para cooperar en este acontecimiento. Ahora se me agolpan en la mente los nombres de alumnos, profesores, personal no docente y padres y madres que se han quedado por el camino de la vida y no podemos disfrutar de su presencia. Desde aquí mi consideración y mi respeto. Para situarnos en el tiempo se necesitan establecer las etapas que me conciernen. La Sección Delegada duró desde el curso 1968-69 hasta el curso 1974-75. Los tres primeros años la Delegada-Jefa de Estudios fue Francisca Guerrero López y los cuatro últimos un servidor.


i.e.s. camilo josé cela

Los cursos 1975-76 y 1976-77, que ya tenía la denominación de Instituto de Bachillerato, me correspondió el honor de ser el primer Director. Tuve la fortuna de aprobar las oposiciones libres de Geografía e Historia, en el verano de 1977, que no se convocaban desde 1970 y mi destino fue el I.B. “Francisco Pacheco” de Sanlúcar de Barrameda. Cuando llegué muy temprano el primer día a Sanlúcar y pregunté a un viandante donde estaba el Instituto me señaló un edificio céntrico y con buena pinta y allí me dirigí presto. Cuando estaba en un pasillo largo, de pronto comenzaron a aparecer batas blancas, verdes, por todas partes y, por un momento, me sentí perdido. Era el Instituto Nacional de Previsión. Los dos siguientes cursos: 1976-77 y 1977-78, llegaron los primeros profesores numerarios y un nuevo Director, procedente del Ministerio de Educación, Juan Mundo Aragó, con el que mantuve una buena relación. Durante estos dos años mis andanzas particulares transcurrieron en Sanlúcar y en Málaga, dónde me requirieron como Vicesecretario, en Comisión de Servicio, para la puesta en marcha del Instituto Nº 3, de la Zona de Gamarra (hoy Pablo Picasso), con un Director que repartió a todos los cargos por distintas dependencias de la ciudad y a mi me tocó un Colegio de Primaria de Carranque con ocho grupos de Primero de BUP. Aquel hombre, de una categoría excepcional, se llamaba Alfonso García del Paso Carrasco.

21 En la primera convocatoria del concurso de traslados, a la que tenía derecho, volví a Campillos. Me ofrecieron la Dirección del Centro, pero rehusé porque estaba agotado de viajes y el trabajo en Carranque no fue fácil. Nombraron Director a Antonio Cañabate Pérez, en Comisión de Servicio, pues no se incorporaba oficialmente hasta septiembre. Este periodo corresponde a los cursos de 1979-80, 1980-81 y 198182. Antonio me pidió que aceptara ser secretario del nuevo equipo directivo y no supe negarme. Mi última etapa, como Director y profesor, transcurre desde el curso 1982-83 hasta el curso 2002-03. Tiempo que da para mucho y del que habrá que señalar los hitos más interesantes. Conviene precisar que el primer nombramiento como Director del Centro, curso 1983-84, se hizo tal como ordenaba la normativa vigente de entonces, directamente por la Delegación de Educación. En el último claustro de Antonio Cañabate Pérez, de fecha 25 de junio de 1982, se despidió y dio las gracias a los miembros del Claustro y a su equipo directivo, por su traslado al Instituto “del Palo” de Málaga, en el punto 5º. Ruegos y Preguntas. “Algunos Claustrales pusieron de manifiesto su desacuerdo con el sistema de elección de Director de Instituto, por no ser consultado el Claustro. Por lo tanto, a modo de queja, se propone realizar una votación de la que saliera una terna de los profesores que van a continuar en el Centro, para enviarla a la Delegación. Efectuada la votación dio el siguiente resultado: Profesores del Claustro: 21 Asistentes: 20. Abstenciones: 1 En blanco: 2 D. Diego Gutiérrez Mudarra: 13 D. J. Antonio Carmona Casa: 3 D. Fernando Pérez Prados: 1.” En el Claustro celebrado el 14 de mayo de 1984 “para tratar sobre la selección de Profesores para el cargo de Director del Centro como único punto del orden del


22 día…Conocida por el Claustro la Orden de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía y la Resolución de la Dirección General de Ordenación Académica del 12 de abril de 1984 sobre selección y nombramiento de Director para los centros escolares públicos. No habiéndose presentado ninguna candidatura, se procede a actuar según lo establecido en el punto 3.5 del apartado 3º de la Resolución antes citada. Se realiza la votación nominal, directa y secreta de los Profesores asistentes y habiendo finalizado el acto de la votación, se procede por la Secretaria al recuento público de los votos dando el resultado siguiente: Nº DE ELECTORES: 22 ELECTORES QUE VOTARON: 20 PAPELETAS: 20 VÁLIDAS: 20 NULAS: 0 EN BLANCO: 10 El escrutinio da el siguiente resultado: Nº de VOTOS Diego Gutiérrez Mudarra………..9 Milagros Jiménez Hidalgo……….3 Fernando Pérez Prados………......2 Caridad Calderón Rubiales………1 Alberto Castellón Serrano……..…1 A la vista de los resultados obtenidos, el Claustro de Profesores propone al Consejo de Dirección la relación alfabetizada de los profesores siguientes para el cargo de Director: Diego Gutiérrez Mudarra. Hasta el año 2003 nadie se presentó al cargo de Director, ni yo tampoco. (Hubo alguno, en cierta ocasión, pero no obtuvo buenos resultados). ILUSIONES COMPARTIDAS Aquel claustro inicial, nuclear, del primer curso de la Sección Delegada de Enseñanza Media, dependiente del Instituto de Enseñanza Media “Pedro Espinosa” de Antequera, 1968-1969, cabía en un SEAT Seiscientos, que había alquilado en la calle

50 años (1968-2018) Cantareros, frente a la casa donde vivían las tías de Lola. Actualmente el solar se ha convertido en una recoleta plazoleta detrás del ábside de la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, bautizada por el que esto escribe como la plaza de la “cuchipanda”, pues de aquella casa se emitía todo tipo de rumores y chismes familiares, en todo caso, inofensivos. Aparte del conductor, que era un servidor, el pasaje se completaba con María Dolores García González, Sara Montesinos Caballero, Laura Trigueros Núñez y Francisca Guerrero López. Dos profesores de Ciencias, dos de Letras y una de francés. Los demás miembros del claustro eran: Ana Aragón Mesa, Juan Cantano Solís, Maruja Alés Caballero, Hortensia Marín Mesa y un profesor de Educación Física, de cuyo nombre, en verdad, no me acuerdo, que tenía la atlética costumbre de entrar en la sala de profesores por la ventana, desprovista de protección, ufanándose de su hazaña entre risotadas. Y por último, el Párroco de Campillos D. Diego Franco Barea, profesor de Religión, que bautizó a mis tres primeros hijos. Con los anteriores profesores citados se completaba la docencia del Hogar, Formación del Espíritu Nacional y la Educación Física femenina. En la Enseñanza Media, en aquella época, se contaba con servicios y atribuciones que el paso de los años ha borrado, entiendo que para siempre. Puede ser que el progreso no consista en hacer tabla rasa del pasado, sobre todo lo que es útil para las personas y los centros. Teníamos un Médico del Centro, Ángel Tomás Morales Medina, gran internista, que hacía una exploración inicial a los alumnos y muchos problemas detectó, atendía a los alumnos una hora a la semana y visitaba a los profesores enfermos. Para completar el cuadro del personal también ejercía como Director Espiritual Antonio González, hombre afable y que se hacía querer, Párroco de Almargen, muy integrado en el Centro y participó en los viajes a Mallorca y Santander. En este último, en la terraza del hotel, me dijo


i.e.s. camilo josé cela que vio la luz y abandonó los hábitos. En aquellos años, primeros de los setenta, la cuelga de sotanas fue generalizada y Pablo VI se mostró inflexible. El asunto del celibato pudiera ser el detonante de tanto abandono y las Instituciones algunas veces se enredan en problemas ficticios. LOS PRIMEROS PASOS Por el Decreto 2805/1967, de 2 de noviembre, se creó la Sección Delegada de Enseñanza Media, mixta, dependiente del Instituto Nacional de Enseñanza Media “Pedro Espinosa” de Antequera. Me atrevería a decir que la creación de la Sección Delegada se convirtió en la punta de lanza de la extensión de la enseñanza media en la provincia de Málaga, en unos tiempos que ésta estaba reservada a unos pocos. Había un puñado de institutos, como el “Pedro Espinosa” de Antequera, el “Reyes Católicos” de Vélez-Málaga, el “Pérez de Guzmán” de Ronda, el Femenino y el Masculino de Málaga (“Vicente Espinel” y “Nuestra Señora de la Victoria”) y cuando se realizaban las reuniones de la Junta de Directores, en el año 1975, cabíamos en una mesa de comedor. Pronto se crearon más Institutos, como los dos de Antequera, dos en Archidona; más tarde el de la Roda de Andalucía y el de El Saucejo, para desembocar en la eclosión de centros de Secundaria del Consejero Manuel Pezzi. Por Orden de 19 de julio de 1968, por la que dispone el comienzo de actividades de la Sección Delegada el 1 de octubre. Las clases no empezaron hasta noviembre porque el Director del “Pedro Espinosa” no recepcionó las obras a falta de algunos detalles y del ajardinamiento (este era una de las atribuciones de los directores de centros). Lola y yo nos presentamos al Director –Carlos Albiñana Seraín- en octubre y sin anestesia nos metió a dar clase a mi de Griego en Preu y de Lengua en quinto a Lola. Estuvimos todo el mes de octubre. Cuando le recordaba a Carlos esta

23 faena, años más tarde, me decía que no se explicaba como entonces era tan… (Aquí poned lo que queráis). Era un hombre de gran humanidad, a pesar de lo anterior, y de gran talento, malogrado. Mi reconocimiento y gratitud. El número de alumnos de aquel primer curso, si no recuerdo mal, era de 117 repartidos entre los tres primeros cursos del Bachillerato Elemental. A través del tiempo hemos tenido ocasión de hablar con antiguos alumnos de aquellos años y todos tienen la sensación de haber vivido una época amable y placentera, con encantamiento y casi con tintes mágicos, fruto de la conjunción de varios factores que serían difíciles de explicar. Quizás la ilusión de un puñado de profesores, el entusiasmo del alumnado embarcado en una nueva singladura. Acaso el talante de la Delegada-Jefa de Estudios, Paqui Guerrero, que obraba con un tacto exquisito con todo el mundo y, al mismo tiempo, sabía decir “no” con la más amplia sonrisa. Como dato: las clases se daban hasta el sábado y el miércoles, por la tarde, libre. Todavía resuena en mi cerebro el estallido de los cohetes que los alumnos de Cuarto lanzaron al aire por el nacimiento de Diego Manuel. Con la llegada al centro del profesor Antonio de Luque Moraño, con amplia experiencia docente y gran organizador, se hicieron viajes un poco más largos, como en el año 1970 a Lisboa. Tuvimos problemas para pasar la frontera por Elvas porque al autobús le faltaba la carta o tarjeta verde y nos echaron para atrás. Menos mal que mi hermano Camilo conocía al Gobernador Civil de Badajoz que le ordenó al funcionario de la aduana tomar café durante quince minutos. Llegamos de madrugada a la Pensao Alentejo en la plaza del Marqués de Pombal. De Lisboa nos impresionó el entonces llamado puente Salazar, el zoológico y la soledad absoluta de las calles; la “mili” en Portugal duraba cuatro años y el país estaba enfrascado en la guerra colonial en Angola y Mozambique.


24 Al año siguiente fuimos a Mallorca y sobrevivimos a la travesía en barco, con pasaje de cubierta, en una noche toledana de frió intenso y olas considerables. Nuestro alumno Francisco Lago Ayllón socorría a sus compañeros con bebidas espirituosas que nos vimos obligados a requisar. El año siguiente se eligió Santander. Los asiduos a aquellos periplos eran Antonio de Luque Moraño, Salvador Casaus Hazañas, Socorro Fernández Valparís, Antonio González y yo mismo. ALTERNATIVA Y SOLEDAD. NUBARRONES En la boda de Paqui me enteré por ella misma de mi próximo nombramiento de Delegado-Jefe de Estudios. No me podía ni imaginar los cuatro cursos que me esperaban. La Sección Delegada era lo mismo que un instituto pero con un solo cargo y en algunos momentos estuvimos hasta sin conserje y, por supuesto, no había personal administrativo. Como conserje se incorporó Indalecio Montosa Lupiañez, procedente de la Legión, dónde había ejercido como cabo calero. Más tarde Manuel Romero Conejo, guardia civil jubilado. Por último, Salvador Morillo Carrasco, que había sido taxista. Comenzaron a circular rumores sobre la continuidad de la Sección Delegada que se percibían, de forma sutil, con pequeños detalles, como la resistencia a concedernos el quinto curso del bachillerato superior sin el cual las perspectivas de nuestros alumnos se veían cercenadas y se ponía en cuestión la propia existencia de la Sección Delegada. Después de superar varios condicionantes, se nos impuso el ultimátum de treinta alumnos matriculados para su concesión. No me encontré solo en este empeño; Ana Campos Pérez hizo una labor extraordinaria y su grito de guerra era “omá los quintos” y llegamos a treinta y siete matrículas y el quinto se consiguió. Otro síntoma era la cicatería en la financiación de la Sección Delegada, hasta

50 años (1968-2018) el punto que tuvimos que anular los calefactores –calor negro, se llamaba- porque la factura de la electricidad era inasumible. Ante esta situación nos planteamos varias posibilidades. Mucha gente se implicó en esta tarea para los que van estos recuerdos agradecidos. Lo primero era acrecentar el número de alumnos. En Campillos teníamos agotado este campo porque las alumnas del pueblo tenían abiertas las puertas de la enseñanza media oficial gracias a la Sección Delegada. (Esta fue una de nuestras mayores satisfacciones). Por otra parte, los alumnos, en su mayoría, gozaban de la oferta del Colegio San José, que contaba con un cuadro de profesores magníficos y realizaba una labor social encomiable. El objetivo, por tanto, consistía en captar alumnos de las localidades limítrofes, pero encontramos dificultades para alcanzar esta meta. No hay que olvidar que entonces existía la enseñanza libre y, por doquier, había academias y maestros que preparaban a los alumnos para estos exámenes. Todos los profesores interinos de Campillos teníamos que tomar parte de los tribunales en Antequera y en el de Latín, dónde me adscribieron, alcanzaba casi los mil alumnos por convocatoria. El plan consistía en preparar una reunión en cada pueblo con los padres y madres de futuros alumnos. Para ello recurría a las fuerzas vivas de la localidad, como el Alcalde, el Párroco y el farmacéutico o el veterinario. A las reuniones asistían, algunas veces, profesionales del transporte como José Ranea o Juan Torres. La recepción amable y los resultados satisfactorios se dieron plenamente en Sierra de Yeguas, Almargen, Cañete la Real y La Atalaya; también en La Roda de Andalucía y en El Saucejo, de donde vinieron incluso alumnos de Algámitas y Mezquitilla. En Los Corrales visité a su Párroco, Diamantino García, pero en aquel tiempo su prioridad era la lucha a favor de los trabajadores y la emigración temporera. Aun así, algunos alumnos vinieron. Años más


i.e.s. camilo josé cela tarde lo invitamos a nuestro centro a dar una conferencia cuando era Defensor del Pueblo Andaluz. En Martin de la Jara corrí la misma suerte. A Teba no pude ir. Prefirieron desplazarse a Archidona. Aquel despropósito duró poco tiempo. En Peñarrubia hablé con el Párroco y algunos alumnos se incorporaron. Uno de estos alumnos después fue compañero en el Instituto. Para romper las prevenciones de la gente ante el muro de la burocracia acudíamos a algunos pueblos para facilitar la realización de las matrículas. En esta labor tuve la ayuda inestimable, entre otros alumnos, de Francisca Rueda Gallardo y su hermana Carmelina, a las que nunca se lo agradeceré bastante. Otra posibilidad que exploramos fue la de recurrir a aquellas personas que gozaban de gran predicamento, tanto de Campillos como de fuera, y que podían usar su influencia a favor de la permanencia de la Sección Delegada. La concesión por parte del Ministerio de la implantación de la enseñanza en régimen de estudios nocturnos, desde el curso 1973-74, se realizó de un modo sorpresivo y se me instó por parte de la Delegación a buscar profesores y a comenzar de inmediato. Ese mismo día que me lo comunicaron fui a visitar a los profesores del Colegio San José que vivían algunos en un piso, ya a horas avanzadas de la tarde, y les propuse dar clase por la noche en la Sección Delegada. Aceptaron algunos y, gracias a ellos, pudimos poner en marcha estas enseñanzas. Creo que ninguno se arrepintió de esta decisión. Los estudios nocturnos supusieron una oportunidad para muchos trabajadores y aportó a la Delegada un gran número de alumnos que se desplazaban a Campillos desde toda la comarca. Para la transformación de la Sección Delegada en Instituto Nacional de Bachillerato se exigía un número mínimo de 315 alumnos. Este número se superó desde el curso 1971-72, para llegar en el curso 1974-75 hasta los 500 alumnos.

25 A pesar de todo, los rumores no decrecían e incluso se incrementaban los temores del fin de la Delegada. Voces amigas nos alertaban que la cosa iba en serio. Hasta tal punto llegó la situación que no tuve más remedio que interesarme por los procedimientos administrativos para volver Lola y yo a nuestras plazas de maestros. De todo este asunto solo se dibujan algunas hipótesis plausibles, sin datos fehacientes ni documentación precisa, que hacen que se difuminen en el éter evanescente. LLEGARON LAS LLUVIAS Parece que las cosas de palacio van despacio pues por Decreto 2019/1975 se ceden los terrenos al Estado para la construcción de la Sección Delegada. Al solar cedido para la construcción de la Sección Delegada, de 6.210,75 metros cuadrados, los más viejos del lugar le llamaban “Venecia”. La razón de esta denominación se demostró evidente en las seis inundaciones que hemos sufrido desde 1969 hasta 2001. Era la zona más inundable de Campillos. Cada una de ellas nos producía desolación e impotencia. Camiones cargados de muebles desvencijados y libros transmutados en adobes. Había que sacar fuerza de flaqueza para comenzar de nuevo después de cada catástrofe. El tres de octubre de 1969 se produjo la primera inundación. Fecha que se repetiría una década más tarde. Cuando llegamos a clase el aspecto era lamentable y no pudimos acceder ni a los aledaños por la cantidad de barro acumulada. La valla había actuado


26 de represa porque entonces la Delegada era la única construcción de la zona; sus despojos aparecieron a varios cientos de metros. Y como parece que no hay mal que por bien no venga –no me gustan los males- el muro de separación de los niños y niñas de los patios de recreo también se había esfumado. A partir de ese momento el agua resolvió esta anomalía. Casi un mes se prolongó la limpieza del centro. De la siguiente inundación se me ha borrado el día y el año en que se produjo. Solo tengo en la memoria que nos sorprendió de día y en plena actividad lectiva y tuvimos que salir a escape por el único sitio asequible, que era el pequeño muro que nos separaba de la “Sevillana”. Se me aparece la figura borrosa de la profesora Mari Carmen Pieras aupada en volandas por fornidos alumnos que la impulsaban por sálvese sea la parte. EL INSTITUTO EN EL AFÁN Será una empresa complicada resumir los veintitrés años en los que tuve el privilegio y la responsabilidad de la Dirección del Centro. Se corre el riesgo de no elegir los temas esenciales y de olvidarse de nombres y actividades importantes para otros. Aunque pretendo ser objetivo en la valoración de las distintas circunstancias es casi imposible liberarse de las emociones y sentimientos que impregnan la piel del alma. Por el Decreto 170/1975, de 23 de enero, por el que se crean varios Institutos Nacionales de Bachillerato (BOE, de 13 de febrero de 1975) nuestro Instituto recibe el espaldarazo tan deseado. EL PRIMER CLAUSTRO. PROFESORADO Según el acta del seis de octubre de 1975 se constituyó el Claustro de Profesores integrado en su totalidad por profesores interinos. A partir de ahora no tendríamos que escuchar al Director proclamar: “Se-

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ñores interinos abandonen la sala porque vamos a proceder a la votación”. Desde el comienzo de la Delegada hasta nuestros días habrán pasado por nuestro Centro más de mil profesores y, por lo que a mí respecta, me sobran dedos de las manos para designar algunos casos problemáticos. De su situación no tenían ninguna culpa y de sus circunstancias, en algunos casos, trágicas, que me tocaron vivir, no conviene remover por respeto a su memoria. Si alguien hubiera tenido la capacidad de persuasión y de decisión para que muchos profesores excepcionales hubieran permanecido en nuestro Centro, no digo que éste habría sido Harvard, pero casi. Campillos era una estación de paso y de almacenamiento de puntos para arribar a otros destinos. En España contamos con un ejército, entre Maestros y Profesores No Universitarios, de más de quinientas mil almas. No es apropiado llamar ejército a esta tropa que solo blande por armas la pluma y la palabra y más incorrecto es, aun, llamar no universitario a este personal. Tenemos una


i.e.s. camilo josé cela fuerza formidable por sus altos valores éticos y su capacidad intelectual, que entiendo no puede desarrollar todas sus potencialidades -más allá de su acrisolada labor docenteperdidas algunas veces en el desencanto, la monotonía o malgastadas en derroteros estériles. Impresión obtenida en mis contactos con diversos claustros en los que flotaba un cierto acomodo y bastante frustración. Hay que tocar a arrebato y lograr que estas huestes alcancen las cotas de la excelencia. Implántese ya, de una vez por todas, una auténtica carrera docente, desde la guardería a la cátedra universitaria, sin obviar las vías administrativas. Que se establezcan incentivos a la calidad y al esfuerzo en la investigación científica, la creación artística y a la innovación pedagógica y didáctica, complementados con ayudas a la ampliación de estudios académicos. Y acábese, por favor, con el sistema de oposición, una máquina trituradora de años de juventud y de ilusiones, sustituyéndola por un curso, todo lo duro que se quiera, en el que el aspirante demuestre sus conocimientos disciplinares y una base sólida de principios pedagógicos, psicológicos y didácticos. Y, por supuesto, el que supere este curso, a esperar su plaza. Y para terminar esta cura de urgencia, otro brindis al sol: que se dote al Director y equipo directivo de una cierta capacidad de decisión y un poco de autoridad, con todas las cortapisas y controles democráticos habidos y por haber. Todo esto no necesita grandes inversiones, pero si una voluntad furibunda de realizarlo. En el curso 1985-86, la Catedrática de Lengua y Literatura española, Cristina Ruiz Guerrero hizo un trabajo con los alumnos sobre el poeta José Mª Hinojosa Lasarte, perteneciente a la generación del 27 y campillero. Quizás fue la primera vez, desde la posguerra, que en la localidad se abordaba el estudio del citado poeta y el mismo título así lo refleja: “J. Mª Hinojosa, rescatado del recuerdo”. Posteriormente se realizaron jornadas por parte del Ayuntamiento sobre su figura y, sobre todo, la

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labor emprendida por la Asociación Cultural “Poeta Hinojosa Lasarte”, cuya alma mater fue Enrique Romero Barrientos. Sería deseable hacer una reseña de tantos docentes singulares que han dejado una huella indeleble en la historia pequeña, pero nuestra, del Instituto, que se han significado por su entrega y compromiso con el devenir del centro y por sus cualidades didácticas y talante personal. Este relato sin duda superaría los límites de esta exposición; pero dejadme que, al menos, personifique en dos profesoras señeras las virtudes que han caracterizado a la gran mayoría del profesorado. Y no desearía que se me tildare de parcial por la amistad o por el afecto profundo que me une a ellas, porque percibo que sus nombres están en la mente y en el recuerdo de todos: Ana Mesa Morillo y Lola García González. La primera ha demostrado a lo largo del tiempo una permanente disponibilidad para cubrir cualquier frente en los horarios y tutorías y en su trato con los alumnos gozaba de un resorte que abría la espita del cariño. En los últimos años, por su buen hacer, ha convertido la Biblioteca –que con todo merecimiento lleva su nombre- en una institución del Centro. En cuanto a Lola, su bondad y amor por todo el mundo ha llenado hasta el último rincón; su profesionalidad ha sido intachable en todos los sentidos y ha sabido transmitir a generaciones de alumnos su fervor por la Literatura y la pasión por


28 la lectura, en los treinta y cuatro años de permanencia ininterrumpida en el Centro. A la Biblioteca regalé varias docenas de libros con temas pedagógicos, datados en la primera mitad del siglo XX, así como las obras más importantes de Andrés Manjón. Conocí a su sobrino Pedro Manjón y a su epígono José Montero Vives. Por el Colegio del Ave María, de Granada, corría la historia sobre D. Andrés sobre su desplazamiento a la Facultad de Derecho para dar clases todos los días en un medio de transporte como una burra: -¿Por qué va Ud. en una burra? - Para que no digan, ahí viene el burro de D. Andrés. El mejor pedagogo español tenía como lema “Enseñar deleitando”. Vaya desde aquí mi saludo a todos aquellos profesores únicos que arribaron al Centro: rapsodas, cuentistas inagotables de historias, artistas del pincel y de la gubia, escritores, poetas, músicos y hasta un torero. En sus clases de la Complutense Víctor García Hoz nos hablaba de los parámetros y elementos que conformaban el índice de calidad de un centro educativo y realzaba un factor inaprehensible, difícil de cuantificar, pero que su peso era contundente: la armonía, como la suma de un ambiente grato, distendido, dónde impera la confianza y la franqueza. Si te adentras en un centro y te encuentras una mirada franca, una sonrisa pronta y un saludo presto contrasta esta situación si te topas con miradas huidizas y torvas, gestos aviesos y un saludo que no se ofrece ni siquiera con anestesia. Bastantes cursos llegamos a rozar casi esa línea armónica, otros no tanto, y en ningún caso se rompió el suelo de la convivencia. A este aire limpio contribuía una Jefa de Actividades como Marisol Molina, que levantaba el ánimo de los más alicaídos y con ella caminaba la alegría. Una persona como ella es un lujo para un claustro. A Antonio Torres Solís, gran profesor y persona cabal, le hice el compromiso para que nos prestara sus canarios. Jamás ningún

50 años (1968-2018) claustro, sobre la faz de la tierra, habrá coronado sus sesiones de trabajo con un concierto canoro de campeones en diversos certámenes de canto. Aunque no sea un tema de mi estricta etapa no me resigno a dejar pasar la despedida de Antonio Torres del Claustro de Profesores, del que la frase: “estoy seguro que la vida no nos pide otra cosa sino que seamos felices”, es el eje de la filosofía de una vida. Desde el curso 1979-80 elaboramos un Libro-Registro del Profesorado, que aparte de sus virtualidades prácticas, sirvió para una entrada en el Centro jocosa y placentera. Al incorporarse el primer ciclo de la ESO al centro tuvimos problemas de acogida en el viejo edificio y, con la colaboración siempre presta del Colegio “Manzano Jiménez”, se ubicó en un módulo en el citado Colegio. El Instituto tuvo la fortuna de contar para el funcionamiento del primer ciclo con la incorporación a la enseñanza secundaria de un plantel de profesionales de experiencia acrisolada y vocación recia, como Martín Gallardo García, Alfonso Ruiz Padilla, Juan Manuel Infante Viano, José Carbonero Aliaga, Mª Carmen Tejada Domínguez, Pilar Llamas Prados, coordinados por una persona excepcional: Teresa Romero Romero. Del Claustro del IES “Camilo José Cela”, se me nombró Miembro Honorario Perpetuo. EQUIPOS DIRECTIVOS Tengo un enorme agradecimiento a todos los compañeros que han accedido a participar en los distintos equipos que se han conformado tanto en la primera como en la segunda etapa de Director del Centro. El criterio prioritario de la elección ha sido la competencia y valía para el cargo, prescindiendo de cualquier tipo de cercanía o de afinidad. El tiempo me ha confirmado que me he equivocado poco. No cabe en esta reseña la descripción de los distintos equipos, por lo que destaco el primero, constituido en el curso 1975-76:


i.e.s. camilo josé cela Vicedirectora: Rosa María Hernández Pallarés. Secretario: José Luis Cabanillas Fernández. Vicesecretario: Manuel Jiménez Berrocal. Jefe de Estudios: Antonio de Luque Moraño. Jefe de Estudios Nocturnos: Rafael Rodríguez Reina. Solamente les pedía que las decisiones que se tomaran por unanimidad en las reuniones semanales del equipo directivo se defendieran con una sola voz. En este sentido tengo que hacer constar que la lealtad ha sido absoluta, salvo dos alfilerazos en la espalda, que de todas formas fueron indoloros e incruentos. El último equipo directivo se gestó en una fiesta en la Discoteca “Don Manuel” y se llamó “El pacto del barbero de Ronda”, porque en aquella reunión José García Carrégalo nos contó la historia de un barbero de Ronda, ya mayor, que, un día, antes de abrir su local, tomaba un café en un bar de los aledaños de la barbería. De pronto irrumpió en el bar un impetuoso Inspector de Hacienda y, de improviso, le pidió una retahíla de documentación: - Tráigame el HP-200, que lo tiene usted atrasado, también el PCS-12, que no hemos recibido y… - No se preocupe, joven, -le dijo el barbero- ahora mismo vengo. Y al rato volvió con la mano llena de llaves de cortijo: - Tome y abra. El negocio es suyo. Vicedirector: José Antonio Sánchez Tarifa. Jefa de Estudios: Carmen Puerta Ríos. Secretario: Antonio Romero San Martín. Jefe de Estudios Adjunto: José Clavijo Velasco. Jefe de Estudios Adjunto: Miguel Pozo Chía. Jefa de Estudios Nocturnos: María Agustina López Castilla.

29 Con este equipo me sentí como en cierta noche en Madrid que fui al cine para ver “La jauría humana” y, como era costumbre después del NO-DO, nos invitaban a los espectadores a “Visite nuestro bar”. (Las lenguas de doble filo decían que la calefacción se aumentaba unos cuantos grados al principio de la función). Encontrándome en el vestíbulo, de pronto me vi rodeado de todo el equipo de baloncesto del Real Madrid: Emiliano, Brabender, Sevillano, Luyk… Un liliputiense en el país de los gigantes. Sin desmerecer a nadie, aquel equipo directivo y, también el del Real Madrid, era de lujo. ACERCA DEL NOMBRE DEL INSTITUTO Conviene advertir que la normativa en vigor entonces, el Real Decreto por el que se aprueba el Reglamento Orgánico de los Institutos Nacionales de Bachillerato, establecía en su Anexo que: “ARTICULO 3. EL MINISTERIO DE EDUCACION Y CIENCIA, PREVIA PROPUESTA O, EN SU CASO, INFORME DEL CLAUSTRO, DE LA ASOCIACION DE PADRES DE ALUMNOS Y DE LA CORPORACION MUNICIPAL, PODRA ATRIBUIR A LOS INSTITUTOS NACIONALES DE BACHILLERATO UN NOMBRE QUE LOS INDIVIDUALICE. CUANDO SE TRATE DE NOMBRES DE PERSONAS FISICAS, SE PROCURARA QUE CORRESPONDAN A QUIENES A NIVEL NACIONAL, PROVINCIAL O LOCAL, HAYAN DESARROLLADO UNA MERITORIA LABOR EN EL CAMPO DE LA EDUCACION, LA CIENCIA O LA CULTURA.” Algunas veces la memoria te juega malas pasadas y si alguien me hubiera preguntado por la nominación del Centro, antes de enfrascarme en actas y legajos, hubiera contestado que se intentó tres veces y que a la cuarta fue la vencida; que se propuso primero el nombre de Pablo Picasso, después el del Poeta Hinojosa Lasarte y, por


30 último, el de Sierra de Peñarrubia. La idea que teníamos era que los tres habían sido rechazados por el Consistorio, los dos primeros por asuntos de ideología y el tercero, quizás, por problemas de localismos. Respecto del primer nombre consta en el Pleno su aprobación y no he encontrado ningún documento que justifique el traslado de la propuesta al Ministerio de Educación y Ciencia. He hallado la referencia de una entrada de un oficio, procedente del Ayuntamiento, en el Libro de Registro de Entradas del Instituto. Este escrito no lo he encontrado ni en los archivos del Instituto ni del Ayuntamiento. Podría haber sido la justificación para el convencimiento de que no había sido aprobado el nombre de Pablo Picasso y que el asunto se retomara por Antonio Cañabate en el cuso 1979-80. En cuanto al segundo intento de nominación el Claustro aprueba los nombres de Poeta Hinojosa Lasarte y Sierra de Peñarrubia conjuntamente. De dicha propuesta no he encontrado rastro documental alguno en ningún sitio. En la tercera nominación me he topado con la pintoresca aprobación, por parte del Claustro, de “Peña Rubia”. Por lo tanto, el Claustro de Profesores y el APA proponían al Pleno del Ayuntamiento, para su conformidad o desaprobación, el nombre elegido. El segundo Claustro celebrado en el curso 1975-76, de fecha 6 de noviembre de 1975, tenía como primer punto del día la nominación del Centro: …”Inmediatamente se pasó a tratar el primer tema, llegándose a considerar que la nominación del centro debía ser aplazada a un posterior claustro, ya que se pensó debía ser meditada detenidamente tal nominación, si bien se llegó al acuerdo que debía recaer, sin duda alguna, en una personalidad relevante bien del mundo de las artes, letras, ciencias o de la historia, y a ser posible, perteneciente a la provincia.” En el claustro celebrado el 30 de marzo de 1976 en el punto primero de la convocatoria figuraba la nominación del centro: “1. Se discutió en primer lugar la NOMINA-

50 años (1968-2018) CIÓN DEL INSTITUTO. Ya en anteriores claustros este tema había sido pospuesto a fin de que el profesorado meditase qué personalidad reunía méritos suficientes para la nominación. En este claustro varios profesores…”a los relevantes que concurren en Pablo Picasso, al haber nacido en esta provincia, propusieron que su nombre fuese sometido a votación. El Claustro de profesores aceptó por unanimidad el nombre de Pablo Picasso para el Centro. La propuesta de nominación del Centro, de fecha 28 de mayo de 1976, remitida al Ayuntamiento, contenía un error: la votación había sido por unanimidad de los componentes del claustro y no por mayoría absoluta. La respuesta del Ayuntamiento tiene fecha del 1 de junio de 1976, después del Pleno celebrado el 29 de mayo. En los “Asuntos a tratar fuera de la Orden del Día. A) Escrito del Director del Instituto de esta localidad……dando cuenta del acuerdo adoptado…relativo a nominar al Instituto “Pablo Picasso”. El Concejal Sr. Lozano Escribano se opone por creer que debería llevar el nombre de un hijo del pueblo…Juan Macías Pérez, Gobernador que fue de la Provincia de Málaga y Procurador en Cortes. Le contesta el Concejal Caballero Mesa, que dicho Sr. no dejó escrito nada para la posteridad, apoyando la idea de que la nominación fuera Pablo Picasso, toda vez que este Sr. también fue si no de Campillos, sí de la provincia de Málaga. Al no existir acuerdo entre los dos Sres. referidos, se somete a votación…resultando el nombre aprobado Pablo Picasso, por cuatro votos a favor, tres en contra y una abstención.” El tema de la nominación del centro no se volvió a tocar hasta el 3 de diciembre de 1979, siendo Director Antonio Cañabate Pérez. En el punto “6º: Propuesta nominación Instituto. Se han propuesto varios nombres por parte de algunos profesores, acordándose posponer la nominación definitiva a un estudio posterior de aquellos u otros que se piensen.”


i.e.s. camilo josé cela En el Claustro celebrado el 18 de febrero de 1980: “9º. En ruegos y preguntas se formuló de nuevo, por el Director, la nominación del instituto y se votó por los profesores asistentes, resultando con mayor número de votos: Sierra de Peñarrubia, Los Sauces, Salvador Rueda y Sempronio Prisco. Se acordó hacer la propuesta definitiva en una próxima ocasión.” SEGUNDO INTENTO DE NOMINACIÓN Transcurridos casi cuatro años de la primera votación desde el 30 de marzo de 1976, se retoma la cuestión en el claustro celebrado el 17 de marzo de 1980: “Se somete a votación la propuesta de nominación para el Instituto, resultando 11 votos para “Sierra de Peñarrubia” y 11 votos para “Poeta Hinojosa Lasarte”. Se acuerda proponer ambos al informe de la Asociación de Padres y al Pleno del Ayuntamiento.

31 el Ilmo. Sr. Director haciendo una breve historia de los distintos intentos hechos por los claustros anteriores, todos los cuales fracasaron por unos u otros motivos. A continuación pasa a proponer el nombre de D. Camilo José Cela para tal fin con la cual se abrieron rueda de intervenciones en las que se abordaron todos los pros a favor así como todos aquellos motivos por los cuales parece tiene tan ilustre Académico para que este Instituto lleve su nombre. Se procedió a una votación con el siguiente resultado. Asistentes: 18 Votos a favor: 11 Votos en contra: ninguno. Votos en blanco: 1 Total de votos emitidos: 12 Abstenciones: 6 Recontados todo este resultado se pasó al siguiente punto”. CONFIRMACION DEL NOMBRE DE C.J. CELA

TERCERO En el Claustro celebrado el día 13 de octubre de 1980, en el primer punto, Informe del Director, punto g: “Se propone de nuevo la nominación del Centro como “Peña Rubia y D. Joaquín Cort Basilio se ofrece para adjuntar a la propuesta informe al Ayuntamiento. En la sesión del Claustro del día 26 de enero de 1981 en el punto 5º. “Nombre del Centro. Se comunica que el Ayuntamiento desestima el nombre de “Peña Rubia y D. José Luis Hidalgo propone como lógico el del Poeta Hinojosa Lasarte, computándose ocho votos favorables a dicho nombre, no contabilizándose ni abstenciones ni votos en contra. Se acuerda reconsiderar el tema.” Asistieron 21 profesores. CUARTO: DEFINITIVO En el Claustro ordinario de 23 de noviembre de 1982, “En el tercer punto del orden del día: Nominación de I.B. Comienza

Claustro de 29 junio de 1995.- “Informa también el Sr. Director que al pasar a ser un Instituto de Enseñanza Secundaria, tenemos la posibilidad de cambiar la denominación del Centro. En este sentido, la propuesta del Equipo Directivo es que continúe dedicado a Don Camilo José Cela. Se somete a votación con el siguiente resultado: 26 votos a favor, 1 en contra, 5 abstenciones.” CLAUSTRO QUE CONFIRMÓ EL NOMBRE DE CAMILO JOSÉ CELA Con la ausencia justificada de Carmen Aguilera. Ana Mesa Morillo. Antonio Aragón Morales Antonio Romero San Martín. Aurora Mezcua Feria. Carmen Puerta Ríos. Consuelo Vela Uceda. Diego Gutiérrez Mudarra. Enrique Castillo Alba.


32 Eugenio González de Lara. Francisco José Linares Artacho. Francisco Viseras Soler. Inmaculada Padilla Cuenca. José Antonio Rodríguez Jiménez. José Antonio Sánchez Tarifa. José Clavijo Velasco. María del Carmen Hurtado Velasco. José María Pérez Jiménez. Juana Alcántara González. Lurdes Alda Rodríguez. Miguel Pozo Chía. Mª Ángeles Berdún Bolaños. Mª Carmen Ben Fernández. Mª Carmen Elvira Gómez. Mª Dolores García González. Mª José Casero Barrón. Mª José Gil Ruiz. Mª Soledad Molina Rodríguez. Soledad Llamas Prados. Paula Cano García. Rosario Caro Castro Antonio Moriel Espinosa. Inmaculada Ortega Guerrero. ALUMNADO ¿Cuántos alumnos se habrán matriculado en estos años? ¿Cuántos terminaron el bachillerato? ¿Cuál ha sido el destino de cada uno y su lugar bajo el sol? La verdad es que me gustaría responder con datos exactos a todos los interrogantes, pero esta tarea se la dejo a estudiosos concienzudos y con horizontes más amplios. Seguramente serán más de cinco mil, haciendo un cálculo somero.

50 años (1968-2018)

Algunas cosas sí me agradaría precisar como, por ejemplo, lo mucho que hemos aprendido de ellos. Sirva de muestra el lenguaje. Venia uno con muchas ínfulas el primer año y reconvenía a diestro y siniestro por los modismos o expresiones. Regañé a un alumno de un pueblo cercano del uso de la palabra almóndiga y al día siguiente le pedí perdón públicamente por mi ignorancia. A partir de entonces me tentaba la ropa cuando oía alguna expresión que no conocía, como cuando les preguntaba cómo estaba la cosecha y me respondían que el “pejuar” no estaba bueno. Al adquirir por el Departamento de Geografía e Historia el ALEA de M. Alvar, ese monumento de investigación lingüística, comprendimos la inmensa riqueza expresiva de Andalucía. Otros alumnos nos han dado lecciones de esfuerzo y superación admirables. Algunos nos han dejado estupefactos por su brillantez en el dominio del idioma y su capacidad científica. A todos aquellos alumnos que me comunicaron su intención de abandonar trataba de persuadirles de su propósito. Pasados los años, cuando nos veíamos, todos sin excepción se lamentaban que había sido la decisión más errónea de su vida. Esta pesadumbre también ha sido compartida. Una satisfacción: muchas alumnas, de gran capacidad intelectual, tenían muy difícil acceder a estudios superiores porque los aires de la época no eran favorables para la igualdad y muchas visitas y alguna bronca con algún padre me costó el empeño que estudiaran. Cuando hoy las veo se me ensancha el alma. Hay que agradecer a los alumnos su


i.e.s. camilo josé cela respeto y consideración por los cuadros que fuimos colocando por los pasillos con diversos motivos: litografías de rostros de músicos famosos, reproducciones de obras de arte, esquemas de centrales térmicas o hidroeléctricas, etc…No tocaron ni uno solo. No obedecía esta exposición a una simple decoración, sino al convencimiento que el contacto visual o auditivo de cosas interesantes o bellas termina por impregnar la ropa de la mente. Fue imposible conseguir unos aseos para los alumnos dignos de un hotel: seca manos, toallitas, expendedores de jabón, papel…todos estos adminículos duraban un parpadeo. Todavía sigo estupefacto y no acierto a vislumbrar las extrañas circunvoluciones cerebrales que motivan el daño gratuito a los bienes comunes. Tampoco tuve mucha suerte en transmitir la idea, a pesar de campañas y admoniciones, que la limpieza de los espacios públicos era más importante que la de la propia casa, Esto es curioso en un pueblo dónde aprendí la palabra escamondar y dónde cada vivienda es una patena. Los alumnos también nos enseñaron que todos los seres humanos atesoran un talento, unas veces explicito, otras, oculto. Tiene que esforzarse el profesor en tratar de aflorar las potencialidades y valores y no permitir que ningún alumno se quede en la orilla del camino. También hemos aprendido de las críticas de los alumnos, incluso de aquellas con las que no hemos estado de acuerdo y no nos gustaban demasiado. Los oídos siempre

33 abiertos y dispuestos a poner soluciones dentro del límite de nuestras posibilidades. Las revistas de los Departamentos y las del Centro han acogido siempre las inquietudes literarias o sociales de los alumnos, pero no era suficiente y los tablones de anuncios también eran portadores de sus quejas. Del panorama sombrío alagunas luces se vislumbran como la calidad literaria, el concepto de pertenencia del Centro y parece que este fue el templo de la libertad y de la palabra. En la sesión del Claustro celebrada el 9 de mayo de 1983 se hace referencia a un premio de redacción, a nivel nacional, concedido a una alumna. El Director “pidió por último que constara en acta la felicitación a la alumna de COU Ana Bravo Romero por el premio concedido en el Salón del Automóvil, a lo cual todo el claustro se adhirió”. Parece ser que hay cierta unanimidad en considerar a la educación como el instrumento más potente para lograr la igualdad entre los seres humanos. Los equipos directivos nos devanamos los sesos para elaborar los grupos de ESO por orden rigurosamente alfabético hasta donde técnicamente era posible en el encaje del horario, con el reparto equitativo de los alumnos repetidores incluido. Tratábamos de ofrecer el mismo ambiente a todos los alumnos. Arthur Millar me impactó con su obra “Todos eran mis hijos” y para mí ha sido una satisfacción personal tener a mis hijos en clase. Ahora está prohibido, salvo fuerza mayor. La Administración no se entera que todos los alumnos son nuestros hijos.


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50 años (1968-2018) LA SECRETARÍA EN MARCHA

Aunque no estoy ya implicado en la tarea docente, no logro comprender esta broma del bilingüismo: o hay bilingüismo para todos los alumnos o no hay para ninguno. Ahora todos los alumnos son mis nietos. Un amigo me contó que en el frontispicio de la Universidad de Harvard existía un letrero que decía: “Todas las verdades universales son mentira, incluida ésta”. No sé si esto es verdad pero se non e vero, e ben trovato. (si no es verdad, está bien contado). La duda es el motor del conocimiento y el ansia de la verdad. Cuando te encuentras a un iluminado lo mejor es: cuerpo a tierra. En los institutos cada profesor es un mundo de vivencias e ideas. Esta diversidad es positiva. Le toca al alumno ejercer el arte de amalgamar la estructura de su mente. Nota bene: Un rato de dialogo sobre un alumno, en la sesión de evaluación, puede variar el rumbo de una vida. SERVICIOS E INSTITUCIONES Bajo este epígrafe quisiera resaltar los servicios de secretaría, limpieza y conserjería que han sido fundamentales para el funcionamiento del Centro. Y también los organismos internos del Instituto como el AMPA, así como la Inspección y Delegación de Educación. La relación de personas y acontecimientos no puede ser exhaustiva porque sobrepasaría con mucho el ámbito de este escrito.

A partir del curso 1975-76 se incorporan a las labores administrativas Josefa del Pino Hijano y Francisca Padilla Serra y se completa, en 1978, la dotación de personal con la llegada de Concepción Caballero Fernández procedente, por concurso de traslado, del Instituto “Padre Luis Coloma” de Jerez de la Frontera. Con este trio, dechado de eficiencia y buen talante, el frente administrativo, tan sensible en un Instituto, quedó asegurado para los restos. Durante muchos años mi primera misión por la mañana era saludarlas: - Bonjour. Comment aller vous? “Le vous…le vous”. - Conchi: tres bien. - Pepi: tres “jodie”. Y una sonrisa. El trabajo de la secretaría se incrementó sobremanera con la adscripción al Centro de los Colegios San José y La Milagrosa. Eran miles de matrículas, cientos de matrículas “vivas” y revisión de actas de calificaciones. En mi época de Secretario tenía la obligación de revisar las actas, labor que se me facilitó gracias a la competencia de un antiguo y brillante alumno del Instituto, que trabajaba en la Secretaria del Colegio San José, Antonio Bermudo Luna. Estamos hablando de una etapa en la que la matrícula del Colegio sobrepasaba los dos mil alumnos de Bachillerato y COU. Algún curso, como el primero de BUP casi agotaba en la nomenclatura de sus grupos las letras del alfabeto. No hubo nunca ni un solo error. Las matrículas se cobraban entonces en la propia Secretaría y todos los días teníamos que hacer arqueo antes de ingresar el importe de las mismas en el banco. Un día, el Secretario Joaquín Jiménez Ruiz, mi hermano, aunque no de sangre, estaba preocupado porque le faltaba una peseta. Volvimos a recontar y con el mismo resultado; entonces Joaquín cortó expeditivo: -Mira, Diego, (…veintiuno y me llevo cuatro). Toma la peseta y vámonos. Paquita Padilla me contó una historia que no me resisto a relatar. En la época de la posguerra, en los años del hambre,


i.e.s. camilo josé cela poseía en su casa un corral con unas ocho gallinas y un gallo. Entonces las casas de la calle Real tenían sus patios a campo abierto. Una mañana que se levantó temprano se quedó sorprendida al ver al gallo con andares titubeantes, la cresta flácida, solo y alicaído. Se acercó y comprobó turulata que de su pescuezo colgaba un cartel que decía: “A las 3.10 me dejaron sólo”. A partir de entonces quedó en el acervo del Centro la frase: Me han dejado más solo que al gallo de Paquita Padilla. El próximo año 2018 se van a cumplir los cuarenta años de servicios de Concepción Caballero Fernández en la Secretaría del Centro y bien podría lucir el Área o Zona Administrativa del Instituto su nombre. AMPA De la trayectoria de la Asociación de Madres y Padres en los años en los que me ha tocado dirigir el Centro se tiene que decir con justeza y justicia que se volcaron por el bien de los alumnos y del Instituto. Desde el primer Presidente, el entusiasta y esforzado Francisco Amaya Núñez, hasta la primera Presidenta, Isabel Díaz GarcíaHierro, persona de gran valía, todos han aportado trabajo y entusiasmo: mesura y equilibrio de Salvador Carrión: ayuda y esfuerzo de Alfonso Herrera, en unos tiempos en el que pasamos algunas dificultades para que los profesores acompañaran a los alumnos en los viajes de estudios, (esta actitud estaba fundamentada con sólidas razones) se ofreció junto a Gloria Arias y Lola García para ir al norte, a Santander, con dos autobuses. Aquellos alumnos, hoy, algunos Catedráticos de Universidad, padecían de un exceso de jarana. A la mañana siguiente de llegar a Santander, me llamó Alfonso a las ocho: “Diego, el comportamiento ha sido insoportable. ¿Qué hacemos?” “Coge un autobús con los díscolos y vuelta para Campillos”. Parece que se llegó a una entente y el viaje se pudo realizar dentro de unos límites aceptables. De Diego Rueda

35 Páez y Manuel Ayas Moreno relataremos algunas inquietudes posteriormente. Señalar del primero, su entrega absoluta al Centro y del segundo, su ansia permanente por la calidad educativa. Un recuerdo muy afectuoso para los padres y madres que formaron parte de las primeras Juntas Directivas de la antes llamada Asociación de Padres de Alumnos, para los que están con nosotros y para los que nos esperan. Valga una muestra: Presidente: Francisco Anaya Núñez. Vice-Presidente: Manuel Romero Romero. Tesorero: Jesús Royán Páez. Secretario: Luis Cuellar Avilés. Había Vocales que representaban a los pueblos: Sierra de Yeguas (José Torres Solero), Teba (Manuel Escalante Castillero), Almargen (Antonio Guerrero Morgado) y Alfonso Escobar Pérez), El Saucejo (José María Abad Naranjo), La Roda de Andalucía (Miguel Quintana Ruiz), Campillos (Miguel Sánchez Rengel, Manuel Sánchez Jiménez, Alfonso Morillo Mora, Harriet Bitter Harting de Torres…) Las Actas eran elaboradas magistralmente por el Secretario Luis Cuellar Avilés. DELEGADOS PROVINCIALES DE EDUCACIÓN Hemos conocido a muchos responsables de educación a lo largo de los años y su influencia en el devenir del centro se puede considerar, en general, benéfica, o en todo caso neutra. Del primer Delegado, Antonio Palomo Ruíz, hombre leal, en los tiempos de la Sección Delegada, hay que decir que se comprometió con su supervivencia. En aquel verano de 1974 cuando Franco sufrió un trombo-flebitis, me dijo: “Mira, Diego, ya ha llegado la hora de retirarse a los cuarteles de invierno”. Lo acompañé a Alcalá del Valle donde le pusieron su nombre a los patios del Colegio Público. El último Delegado José Nieto Martínez, muy cercano a los docentes, impulsó definitivamente la construcción del nuevo


36 instituto. Entre el primero y el último desearía señalar a Juan Paniagua Díaz, cuya despedida en el cargo, celebrada en Torremolinos, fue multitudinaria por parte del mundo docente. Con Juan Alcaraz Gutiérrez tuvimos algunos desencuentros por motivo de la disyuntiva del arreglo del viejo centro o la construcción de uno nuevo. La inundación del 12 de octubre de 2001 resolvió esta cuestión y su visita le convenció que la remodelación sería inútil. Una cuestión dolorosa fue la anulación de las pruebas de acceso al Ciclo Superior de Formación Profesional (Gestión y Organización de Empresas Agropecuarias), sin previo aviso y a pocos días de celebrarse. Me vi entre la espada y la pared y la única solución que tuve consistió en presentar mi dimisión como Director. Era un final indeseado a un año vista de la jubilación. No se me aceptó la dimisión y las pruebas se realizaron. Los Delegados eran los Presidentes de la Junta de Directores. JUNTA DE DIRECTORES Consistía en la reunión periódica de todos los Directores de Institutos para tratar asuntos que nos concernían a todos los centros. Como ejemplo, en la sesión del Claustro del 31 de enero de 1985, el Director informa sobre “Contenido de la reunión de Directores para la asignación de conserjes, administrativos y limpiadoras. Habrá dos conserjes hasta 200 alumnos, tres hasta 650/700, cuatro de 950 a 1000, y uno más si hay nocturno, siempre sin rebasar el número de cuatro. Respecto a los auxiliares administrativos, aunque corresponde una plaza a cada 500 alumnos oficiales, se respetará la segunda plaza de este Centro debido a las matrículas oficiales. No hay criterios fijados aún para la asignación de limpiadoras.” En otro orden de cosas la Junta de Directores tenía la virtualidad de servir de cauce a las inquietudes de los centros y a ciertos desequilibrios que había entre

50 años (1968-2018) los mismos. Me refiero al asunto de la financiación, que tenía como único criterio el reparto del presupuesto por el número de alumnos de cada centro. Esto suponía para los centros pequeños un agravio y una asfixia económica. Tuvimos contactos varios entre todos los institutos afectados, con un apoyo determinante del “Pedro Espinosa” de Antequera y así queda recogido el acuerdo en el acta del Claustro del 23 de febrero de 1984: “En relación con los presupuestos, el Sr. Director estima que con los nuevos criterios de distribución se podrán subsanar los problemas sufridos en años anteriores. Estos nuevos criterios fueron adoptados en la Junta de Directores, ya mencionada, a la que precedieron una serie de cuestiones y reuniones de varios directores con el Inspector-Jefe. La distribución del presupuesto quedó fijada en los términos propuestos por el Sr. Director del I.B. de Torrox, que son los siguientes: 1º) Retraer 1.600.000 ptas. del mantenimiento anual para repartir entre los institutos del interior en concepto de calefacción. 2º) Del resto, el 50% distribuirlo por igual entre todos los centros. 3º) El otro 50%, repartirlo proporcionalmente al número de alumnos. La propuesta fue aceptada por 20 votos a favor, uno en contra y 6 abstenciones. De acuerdo con el reparto que se realizó…al I.B. de Campillos le corresponden 200.000 ptas., del 1.600.000 destinadas a calefacción.” La llamada “Rebelión del Norte” triunfó. Esta institución de la Junta de Directores también se la llevó el viento del tiempo y no quiero alcanzar los motivos de su desaparición. CONSERJERÍA Y LIMPIADORAS Del funcionamiento correcto de estos servicios depende en gran parte un buen engranaje y la salubridad del Centro. Hay que procurar definir las tareas y competencias de cada uno con el mayor rigor posible. Las limpiadoras del Instituto se reunían al


i.e.s. camilo josé cela principio de curso para acotar lo que ellas denominaban “los huecos”, espacios que les correspondían en su trabajo de limpieza, distribuidos con la mayor igualdad posible. Esta operación despejaba para todo el año las incertidumbres. Para los conserjes era más difícil delimitar funciones y las áreas de actuación. También es cierto que el propio ámbito del lugar de trabajo podría provocar disfunciones. Un recuerdo agradecido para todos los conserjes y limpiadoras que compartieron los años de mi dirección: Desde los tres primeros conserjes citados hasta Diego Avilés Gallardo, hombre atento y servicial (Unas Navidades Diego colocó con precisión y primor el letrero de “Cave canem”, en la puerta de coches -que todo el mundo que entrara en el recinto dejara fuera los perros de la desidia- y otro letrero en la puerta principal “Carpe diem” –el que entrara en el centro supiera que cada momento es irrepetible-), y María del Carmen Palomino Torres, que hace un buen trabajo con mejor talante. Ella y Juan, su marido, me confirieron el honor de oficiar su boda. Un acto sencillo y bello que realicé con gran ilusión. Espero que el vino que les regalé les alegre las delicias de sus aniversarios. También un abrazo para Manolita y Dolores y a las buenas y eficaces profesionales María Isabel Duque Segura, Juanita Escribano Valle y Paquita Izquierdo Izquierdo, que, en alguna ocasión, prestaron un servicio al instituto más allá de su deber estricto. En la sesión del claustro de 17 de octubre de 1996 “asimismo informa que el próximo día 30 se celebrará un homenaje de despedida a Dña. Manuela Ramírez Bermudo, por su jubilación.” INSPECCIÓN DE EDUCACIÓN En los años de la Sección Delegada dependíamos de la Inspección de Granada cuando era Inspector-Jefe Alfonso Guiraum Martín. Como Delegado-Jefe de Estudios recibí la visita de un inspector, de cuyo

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nombre no me acuerdo, con actitud displicente, que se dedicó a realizar un inventario casi exhaustivo de los muebles del Centro, incluso de los que componían el despacho de la Jefatura de Estudios. Me preguntó por el tresillo: ¿De dónde ha venido este tresillo? Cuando yo llegué ya estaba aquí, le respondí. No le costó mucho esfuerzo hacer su trabajo porque aquel inventario era el de la precariedad. En las pruebas de Reválida del Bachiller Elemental, que se celebraron en la Sección Delegada, presidía el Tribunal Nicolás Flores Micheo, persona afable. A partir de la creación de la Universidad de Málaga cuyo primer Rector fue Antonio Gallego Morell, profesor mío de Lengua Española en la Universidad de Granada, que delegaba sus funciones con demasiada frecuencia en sus “mariachis”, se pone en funcionamiento la Inspección en Málaga con el nombramiento de Serafín Quero Toribio, como único componente de la misma; fue el primer inspector del Centro y como Director del “Pedro Espinosa” de Antequera, también lo fue de la Sección Delegada. Amigo de raigambre, prefirió pronto poner tierra de por medio y recalar en Dresde para impartir la docencia lejos del mundo burocrático. Todos los inspectores han sido amigos personales y del Centro, tanto los que tenían a su cargo las actividades del Instituto como los que no tuvieron jurisdicción sobre el


38 mismo, como es el caso de Miguel Cañadas Cruz o Ricardo Rodríguez Rodríguez, que me quiso embarcar en un navío a la deriva –el CDS- y le agradezco haber compartido chiringuito con Adolfo Suarez y me alegró –y a Lola, más- estrechar la mano de un protagonista de la historia y una persona de gran hombría, en varios sentidos. Tuvimos como Inspector del Centro a Carlos Gómez Navarro, que representa, a mi modo de ver la imagen de inspector perfecto. Entre otras razones por su celo en la impartición correcta de su asignatura –Lengua y Literatura Española- . (Debería de haber un inspector por cada materia). De otra parte, por su conocimiento exhaustivo de la problemática del centro, que transmitía a la Autoridad Administrativa, convirtiéndose en valedor de todas nuestras inquietudes. También por su capacidad de escuchar y dialogar de todos los pormenores de la vida diaria académica. Eran tiempos en los que se desmenuzaban las horas que correspondían al profesorado, la composición de las plantillas de profesores y del cupo anual del centro y las conclusiones que se acordaban tenían peso específico en las decisiones que finalmente tomaba la Delegación. Por último, y no quiero extenderme más, su aplicación de la ley de manera comprensiva y flexible, no exenta de rigor. Su fin supremo era que el mayor número de alumnos superara el curso. ¡Qué pronto te fuiste, amigo! Cuánto te gustaba recordar aquella frase de Tito Livio: que hicieron lo imposible porque no sabían que no podía hacerse. Este modelo de inspección se fue difuminando por el horizonte siendo sustituido por un sistema de control del centro frío y aséptico y el acatamiento a los dictámenes inapelables del Supremo Ordenador. Parece ser que son los signos de los tiempos: los sometimientos a las redes cibernéticas que descarnan al ser humano y, paradójicamente, lo incomunica. El último Inspector que tuvimos fue Cristóbal Gutiérrez Aranda, buena gente, con el que compartimos ratos de conversación

50 años (1968-2018) alrededor de un café aromático en el “túnel” sobre temas didácticos y organizativos y él asentía paciente y cerraba el discurso: sí, sí, sí yo os comprendo, e incluso estoy de acuerdo…pero la normativa… COLABORACIONES Bajo este enunciado quisiera señalar a aquellas personas que han manifestado con su proceder un sincero afecto por el Instituto. PARQUE “LAS ERAS” En la entrada a Campillos por la A-384, se encuentra el Parque “Las Eras”, fruto de un sortilegio o de un singular encantamiento, creado por el autor del proyecto –Enrique Romero Barrientos- y por los jardineros del Ayuntamiento. Es un espacio mágico, entre dos carreteras, que invita al paseo sosegado y a la meditación. Un erial convertido en un vergel. Plasma la idea de una entrada monumental a la ciudad, a modo de los propileos de la antigüedad. El papel del Instituto ha consistido en ser depositario, guardián y conservador de estos elementos arquitectónicos. Durante varias generaciones de alumnos el fuste, la basa y el capitel de la columna sirvieron de asiento para tomarse el bocadillo en la hora del recreo. La causa por la que estaban allí fue que durante un tiempo me convertí en rastreador de escombros. Le pedí a Pedro Valle, Encargado y Maestro de Obras del Ayuntamiento, que me avisara cuando se derribara alguna casa antigua del pueblo y así lo hizo. De la casa situada frente al Bar Morillo –hoy Edificio Casasola- sacaron tres columnas toscanas que servían de relleno a los muros. Dos de ellas lucen en la portada de la Casa-Hermandad del Santo Entierro. La tercera mira al cielo con Roma como testigo. En aquel edificio existían algunos establecimientos como el estanco de Asunción, la tahona y el bar de Cristóbal, recoleto y entrañable.


i.e.s. camilo josé cela En la misma plaza de España –antes Cardenal Spinola, cuya capilla mortuoria encuentra en la catedral de Sevilla con la inscripción: “sic transit gloria mundi”- frente al campanario se derribó el edificio que contenía seis pilares, uno exento y el resto encastrados, donde se ubicaba el Bar “La Lobilla”, de sabroso recuerdo. Las piedras de arenisca de la portada de la ermita de Belén no aguantaron los diversos traslados que sufrieron en el mismo Instituto y después en el campo de fútbol. De la piedra de molino, blanqueada, que había en la puerta principal del Instituto, nunca más se supo o sí. UN PERIODISTA AMIGO: JULIO M. DÍEZ RODRIGUEZ Un Recordatorio más que merecido para un compañero en la docencia y Cronista Oficial de la Villa de Campillos y Corresponsal del Diario “Sur” de Málaga. Siempre estuvo presto para relatar los acontecimientos del Instituto con precisión y detalle y una prosa fluida y ágil. En la memoria pervive el magnífico reportaje que hizo sobre el Museo Etnológico en la Ermita de San Sebastián. Como muestra, una crónica sobre la inauguración de curso.

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COMEDOR ESCOLAR Al echar la vista atrás no se explica uno como nos metimos en el fenomenal embrollo de poner en marcha un comedor escolar. La necesidad era evidente, pues casi la mitad de nuestros alumnos procedían de fuera de Campillos y no nos gustaba verlos con bocadillos o comidas frías, en el exterior del edificio, aguantando una larga jornada escolar. Los principios fueron épicos. Dos ollas y aros y Manuela Ramírez Bermúdez y Dolores Pinta Galán, las dos limpiadoras ejerciendo de cocineras, fuera de sus horas de trabajo. Gracias a la sabiduría y al temple de Antonio Escribano Granados, maestro de cocineros y de señorío –todavía me acuerdo de una porra con dornillo, en el Rio Corbones y del guiso de un saco de palomas, que nos había regalado el Párroco Antonio Pérez Sanzo, que más parecían exquisitas aves exóticas- y a los esfuerzos de su hijo Fernando, de Ani y Rafali, se fue consolidando el comedor. La inundación de 1979 también afectó a Málaga y tuvimos conocimiento que un Colegio de Primaria, todavía no inaugurado, se había inundado con su cocina completa situada en el sótano del inmueble. El Presidente del APA, Francisco Amaya Núñez, organizó una caravana de padres y profesores, un camión de gran tonelaje, una grúa y con los debidos permisos, sólo nos dejamos allí algunas piezas de mostrador. Después de la limpieza de los utensilios y del arreglo de los motores gozamos de una cocina de categoría.


40 En las sesiones de claustro se encuentran varias referencias sobre el comedor escolar, pero haré un par de acotaciones. En la sesión del 29 de abril de 1982: “En cuanto al Comedor informó al Claustro que el Ayuntamiento de Campillos ha concedido una subvención de trescientas mil pesetas para el presente curso que se hará permanente y aún se duplicará, si cooperan los Ayuntamientos que envían alumnos a este Centro. Hasta ahora se han recibido las respuestas negativas de Almargen y de La Roda de Andalucía”. Me consta que el equipo el gobierno del Alcalde Pedro Benítez Sánchez cedió parte de sus emolumentos para ayudar a los alumnos del comedor. El 10 de octubre de 1985: “Ante el creciente número de comensales, unos 200, y la pequeña capacidad del comedor, se acuerda abrir una puerta en la clase de COU-C y ensayar la salida de la mitad de los alumnos, unos minutos antes, para evitar la aglomeración en el comedor”. En el Acta de la Asamblea de Padres de Alumnos del día 4 de noviembre de 1982, el Secretario, Luis Cuéllar, relata con su habitual maestría: “Sigue en el uso de la palabra, para de una forma sucinta exponer la marcha del comedor escolar, que, a su juicio viene funcionando a satisfacción de todos…. se permite leer un escrito del Encargado del Comedor al que une un informe de la Inspección Provincial de Sanidad Veterinaria, dependiente del Ministerio de Sanidad y S. Social y evacuado el 24 de febrero del año en curso, en donde se aprecian todos los requisitos exigibles para su normal funcionamiento, control del mismo en cuanto a higiene de los locales, aspectos sanitarios de los alimentos, utensilios y menaje de cocina; que la presencia de la inspección se efectuó a las 12,45 horas sin previo aviso y que igualmente el personal de servicio se halla en posesión del carné sanitario como manipuladores de alimentos, en cuanto reconocimiento individual para detectar enfermedad infecto-contagiosa, con carácter

50 años (1968-2018) periódico e ineludible; extendiéndose en otros extremos del informe de referencia de lo que quedan debidamente informados los presentes”. Los servicios del comedor escolar fueron usados por muchos profesores y sus instalaciones se convirtieron en punto de encuentro y de convivencia entre alumnos, profesores y padres, gracias, en parte, al trato fácil y amable del Encargado del Comedor –Fernando Escribano Navas- al que el Instituto le debe alguna dedicación, quizás, impagable. La única pena que me quedó es no haber tenido nunca posibles para adquirir una máquina nueva de café. En el curso 1987-88 desaparece el comedor escolar por haberse aprobado por el Claustro por veintinueve votos a favor y una abstención, el horario intensivo. AYUNTAMIENTO El Ayuntamiento, tuviera el signo político que fuese, siempre estuvo al lado del Instituto, en sus problemas, reivindicaciones y en sus necesidades. El Consistorio, presidido por Pedro Benítez, duplicó el espacio del Instituto con más de 6.000 m2, provenientes del equipamiento de las urbanizaciones “La Candelaria y “Los Ruedos”. Además el Ciclo Formativo de la Rama Agraria pudo disfrutar de una zona por el equipamiento del espacio de los huertos familiares, equivalente a cinco parcelas de unos 750 m2 cada una, aproximadamente. En el claustro del 9 de noviembre de 1992 se hace el ofrecimiento del Salón de Actos al Ayuntamiento y se formalizó un convenio de utilización de estas instalaciones. Se hizo la remodelación del salón de actos con la construcción de una rampa de acceso, un escenario, suelo, arreglo de tejados, dotación de 276 butacas etc…con un presupuesto de unos catorce millones de pesetas entre la Diputación Provincial y el propio Ayuntamiento. Además, se consiguió una máquina de cine.


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MANTENIMIENTO

VISITA DE CAMILO JOSÉ CELA

Este es uno de los capítulos de gasto más cuantioso en un centro, sobre todo si se trata de unas instalaciones antiguas y de poca calidad de los materiales. Al principio teníamos algunas dificultades para procurarnos albañiles, cerrajeros, carpinteros, fontaneros, electricistas, cristaleros, pintores, etc. debido a la escasez del presupuesto. Tuvimos la suerte de encontrar un factótum, un hombre que se bastaba solo para cualquier arreglo y que, en este caso, todo lo hacía bien: Cristóbal Romero Palacios. Con un añadido fundamental: con una disponibilidad permanente en días y en horas, lo cual es un lujo para un centro. (Cuántas noches, en el edificio nuevo, para arreglar la calefacción). El bueno de Toribio Escalante Barba, porque era un hombre bueno, se ocupaba de tener limpios los patios y de hacer una valla vegetal de hiedra con paciencia y esquejes. Cuando plantamos más de doscientos olivos marteños cerca de la estación, él me llevaba una ventaja de cuatro a uno y si paraba extenuado me llamaba al orden:”aquí hemos venido a trabajar”. Un trabajador increíble.

CONOCIMIENTO PREVIO

UN FOTÓGRAFO SIEMPRE PRESTO Pedro Martín Llamas acudía solícito a cualquier requerimiento que se le hacía por parte del Instituto, con su media sonrisa y su cámara en ristre, para dejar constancia de todas las actividades que se realizaban, de los actos alegres y festivos y también de las calamidades sufridas. Desde aquí, un saludo, amigo. ISIDRO CARBONERO Y JUAN JOSÉ ESCOBAR Dos personas siempre dispuestas a colaborar con el Instituto. En esta ocasión en un Recital de poesía sobre la mujer. IES. C.J.C. Recital de Isidro Carbonero. Al toque, Juan José Escobar.

Mis impresiones sobre Camilo José Cela son superficiales, como es de rigor, porque las veces que he compartido actividades o mantel con él son contadas. Un tiempo antes de venir a Campillos fuimos invitados por el Instituto “Pedro Espinosa” de Antequera a una conferencia que daba el Sr. Cela en el salón de actos del Centro el día 23 de febrero de 1979. Más que conferencia, el acto consistió en un coloquio, vivo y ameno, con los alumnos y asistentes. Lo vi en esta ocasión algo envarado y casi a la defensiva, sobre todo cuando un alumno le preguntó si un comentarista llevaba razón acerca de la intencionalidad de un texto suyo. Su reacción fue algo abrupta y se despachó a gusto contra los exegetas y críticos que creen ver cosas que a él no se le habían pasado nunca por la cabeza. (Esta cuestión ya es muy vieja y mi insignificante opinión es que cuando una obra sale de las manos del autor renace en los ojos de cada lector). Después del acto académico hubo una comida en el Parador Nacional de Turismo de Antequera. Ahora percibí a un Cela prisionero de su propio personaje, envuelto en el ropaje del histrionismo, del delirio palanganero; con el peso de la obligación de proferir genialidades cada vez que abría la boca para satisfacción de los asistentes (esta es una tarea que tiene que resultar agotadora). Tenía fama el Parador por sus abundantes y variados entremeses –y por


42 la tortilla noruega- y en aquella comida el número de los mismos que se sirvieron sobrepasaba toda lógica y cuando iban a repartir el veinticuatro, Cela llamó a la camarera: Señorita, por favor, no traiga más entremeses que este año no estoy embarazado. Salió a relucir el tema del inglés y nos contó la anécdota de Lola Flores que en su primer viaje a Estados Unidos, cuando estaba delante de un imponente funcionario de la aduana, que le espetó: Señora, “¿sabe Ud. Inglés?” “Mire Ud, ni lo sé, ni Dios lo permita”, le contestó Lola. Al terminar la comida, (a hora temprana, porque Cela no perdonaba la siesta –con pijama y orinal, según decía-) en el rellano de la salida del comedor nos relató las piruetas de una bailarina, que en un ejercicio de piernas extendidas en el suelo, se quedó fijada al mismo por el efecto ventosa, mientras el telón subía y bajaba, subía y bajaba… (La fijación de la fecha de este acontecimiento y el hallazgo de una entrevista a Cela del amigo Ángel Guerrero en el “Sol” de Antequera, del dia 4 de marzo de 1979, se lo debo a nuestros compañeros y hermanos José García González y Carmen Monteoliva Ortega).

50 años (1968-2018) Entre otros actos, ya programados, a las doce de la mañana, habrá una conferencia a cargo del propio Sr. Cela, seguida de un aperitivo que se ofrecerá a alumnos, padres, profesores y autoridades académicas y municipales, especialmente invitadas.” La noche anterior al cuatro de octubre, alrededor de las diez de la noche, me llamó Serafín: “Mira, Diego, estamos cenando y a este hombre le gusta la fanfarria y los atabales, tú ¿podrías hacer algo?”. Le contesté que a estas horas iba a ser complicado. Entonces la única banda que existía en Campillos era la Banda del Entierro. Me lancé a la calle y me puse a despertar a más de un componente de la misma y me ayudaron a contactar con el resto y estuvieron como un clavo al día siguiente en la recepción de Cela. Todavía les sigo dando las gracias. “España cañí”, que le gustaba a Cela, resonó gloriosa.

4 DE OCTUBRE DE 1983 La anunciada visita de Camilo José Cela al Instituto concitó una gran ilusión entre toda la comunidad educativa y entre el profesorado de todos los colegios de Campillos y las autoridades. Los preparativos constan en la sesión de Claustro de 21 de septiembre de 1983: “Seguidamente, la Dirección pide a todos los profesores su colaboración para la preparación de los actos, que se celebrarán en el Centro, el próximo día 4 de octubre, con motivo de la estancia en él de D. Camilo José Cela, ilustre novelista y académico en la recepción, cuyo nombre figura como titular del Instituto, según la Orden aparecida en el B.O.J.A. del 8 de mayo de 1983.

Cela en el despacho. IES Camilo José Cela.

Los actos se celebraron con una cadencia y un ritmo armoniosos. Se le recibió en la puerta exterior del Centro y después de los saludos de rigor se hizo “el paseíllo” delante de la Banda, hasta la entrada principal donde fue saludado por el profesorado. Algunos


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43 Nos comentó que él había intentado fijar el texto y puntuarlo y que había recuperado un rucio perdido. A continuación salimos para descubrir la placa del nombre del Instituto. Le dediqué unas palabras de elogio y admiración sentida por su obra. La placa de cerámica la habíamos encargado en Granada y le regalamos una copia que lució en el jardín de su casa de Palma de Mallorca. La placa se salvó de la piqueta inclemente gracias al guardián del patrimonio del Instituto. Descorrida la cortina pasamos al salón

le declararon su ferviente devoción por su obra. A Cela se le vio relajado y en territorio amigo. Pasó al despacho del Director y allí descubrí otra faceta del escritor, la de un hombre afable y cortés, como cuando Serafín le presentó a Lola: “Camilo esta es Lola, la mujer de Diego y ha tenido cinco hijos”. Para que después digan que la maternidad estropea a las mujeres”, repuso Cela. Otro aspecto muy significativo era la obsesión del Académico por su oficio. Aquel día tenía entre ceja y ceja la palabra tamo y no paraba de darnos explicaciones sobre la misma. Nos confesó su afición de visitar los cementerios, no con ningún tipo de ánimo necrófilo sino porque encontraba epitafios sorprendentes, como aquel que encontró en un pueblo de Galicia: ”Aquí yace Maruxa Folgueireira Ferrossa, por primera vez con las piernas juntas”. La mujer de Cela, Charo Conde, de frágil figura y suavidad en el habla, terció en la conversación para expresar que se había dedicado toda su vida a transcribir la enorme obra de Cela, de difícil lectura. Cela regaló al centro una edición del Quijote, una joya bibliográfica, presentado en octubre de 1979, editado por la Galería Rembrandt de Alicante en 1980-81, dedicado al Rey Juan Carlos en una edición de 300 ejemplares numerada y limitada, consistente en cuatro tomos en cuatro cajas tapizadas en cuero de cerdo. Contiene 160 aguafuertes del grabador y pintor alemán, residente en Altea (Alicante), D. Eberthard Schotter.

de actos que presentaba un lleno absoluto y nos deleitó con una conferencia que tenía como título (más o menos): “Elogio del vino en la voz de muchos y muy autorizados autores”. En los pasillos del edificio principal compartimos todos un tiempo muy grato. Los alumnos, padres y profesores le llevaban libros para que se los firmara y dedicara. Yo tenía a mano “Rol de cornudos” y la dedicatoria: “Para que aprendas a conocer al personal”. La comida se efectuó en el Bar Herrera y José Grau nos deleitó con una perdiz encebollada fastuosa. La mujer de Cela ejecutaba


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con virtuosismo el arte de descarnar, con cuchillo y tenedor, una pata del ave y, de improviso, Cela clamó: “Dame, que no sabes comerte una perdiz”. Le echó mano al volátil y lo puso en su plato. “Camilo, qué bruto eres”, dijo Charo. “Pero qué bien escribo”, respondió Cela. Al final de la comida uno de los padres le propuso ir a tomar café a Archidona y Cela dijo que por allí no podía ni asomar. (Estaba reciente “La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona”). La despedida bajó el telón de una representación memorable para nuestro Centro. Ya sabéis lo que pasa con algunos adioses: un vacío opresor alojado en algún lugar del espíritu. Prefiero el hasta luego o, mejor aún, el “moniquiano” intemporal, ahora vengo. EL ÚLTIMO CONTACTO Un poco tiempo después fuimos invitados a una conferencia que Cela daba en Málaga, creo recordar en la sala de actos de la “Generación del 27” –la memoria me juega malas pasadas- y trataba sobre algo de la salmodia. Después de la presentación Cela comenzó: ay, ay, ay, ay; ay, ay, HAY. Ay, ay, ay, HAY, HAY. Ay, ay, ay, ay; HAY, hay, ay, ay. Hay, hay, hay, hay, hayay, hayay, con distintos matices de modulación e inflexiones en la voz y cuando iban más de veinte minutos con esta murga, un hombre se levantó de entre el público y le dijo muy educadamente: “Don Camilo, ¿No estará Ud. tomándonos el pelo?” “Precisamente una señora me dijo lo mismo hace unos días en Madrid”, contestó Cela. Aquella reunión no terminó mal debido al exquisito comportamiento de los asistentes. CORRESPONDENCIA En la Asamblea, de 20 de octubre de 1983, de la Asociación de Padres de Alumnos, se da cuenta por parte del Sr. Presidente, “de

la reciente visita de D. Camilo José Cela para apadrinar a este Instituto con su nombre, exponiendo a continuación con todo detalle los actos programados y llevados a cabo, de los que el Sr. José Cela, quedó altamente impresionado, pues, como dijo, fue un honor grande para él tomar parte en ellos personalmente, ofreciendo su colaboración para el futuro del Centro, con la aportación a la Biblioteca de valiosos libros de reconocidas editoriales, de todo ello los asistentes quedaron debidamente informados…”. Entre los más de cuarenta libros que Cela regaló al Centro, Isidoro Otero Cabrera destaca: Oficio de tinieblas, La Colmena, la Rosa, Viaje al Pirineo de Lérida, Del Miño al Bidasoa, El Molino de Viento, Viaje a la Alcarria, Páginas de Geografía Errabunda, Barcelona, Pabellón de Reposo, Timoteo el Incomprendido, El Juego de los Tres Madroños, Garito de Hospicianos, Las Compañías Convenientes y Otros Fingimientos y Cegueras, Nuevas Andanzas y Desventuras de Lazarillo de Tormes… El último curso de mi actividad docente recopilé en varios cuadros toda la correspon-


i.e.s. camilo josé cela dencia que mantuvimos con el escritor y los recortes de prensa relativos a su momento de esplendor en Estocolmo y su último viaje a Iría Flavia. En esos momentos allí estaba su amigo Serafín –en las mieles de la gala del Nobel y portando su ataúd- (en las duras y en las maduras). Otro cuadro contenía las fotos más representativas de la visita de Cela al Instituto. Mantuvimos un contacto epistolar duradero con Camilo José Cela por diversos motivos; uno de ellos fue que, a partir de su visita al Instituto, recibió todos los premios literarios de este mundo. Galardonado con el Príncipe de Asturias (Majestad, el que aguanta en este país, triunfa), el Nobel (Recibir el Nobel en castellano es muy fácil), el Cervantes, Planeta… (la Cruz de San Andrés se le convirtió en una cruz). Como recibíamos sus cartas en su calidad de Cartero Honorario –desde el año 1982- (con derecho a uniforme y franquicia), le pedimos a Cela que nos permitiera usar su sello como emblema distintivo de nuestro centro. Añadimos a su nombre IES y sustituimos Cartero Honorario por Campillos. Correos editó un sello después de su muerte. Con ocasión de la realización del busto que estaba haciendo Juana Alcántara, le enviamos una fotografía de la escultura en arcilla para que nos dijera su parecer. A Cela le satisfizo mucho. El cese de las contestaciones de Camilo José Cela al Instituto coincidió en el tiempo con el inicio de su relación con la periodista Marina Castaño. EL BUSTO DE CAMILO JOSÉ CELA A la enorme artista Juana Alcántara González, compañera y amiga, se debe la creación de esta escultura. Una persona de una generosidad extraordinaria que realizó esta obra sin ninguna contraprestación –gratis et amore- y que captó, con fina sensibilidad, los rasgos definitorios del carácter del escritor. El fundido en bronce se efectuó en

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Juana Alcántara en proceso de creación del busto. Foto-cortesía de Enrique Romero.

Sevilla y se hizo realidad gracias a la ayuda, siempre presta, de la Asociación de Padres y Madres del Instituto y del Ayuntamiento. El costo del trabajo ascendió a quinientas mil pesetas y el porte lo sufragó el Centro. El busto estuvo depositado en unos almacenes de Casasola, en la calle Carmen y se nos pidió que nos lo llevaramos porque estos locales se iban a cerrar. Nuestro amigo Pedro Gallardo Galeote se ofreció a depositarlo en su taller de mármol. En plena operación de carga, en una furgoneta de cajón abierto, apareció una comitiva comandada por una señora, de edad madura, pero no provecta, que acababan de apearse de un autobús, a las orillas del cementerio y se disponían a comprar en unos almacenes cercanos. La mujer preguntó quién era el personaje que miraba al cielo y le sorprendió el tamaño de las orejas y, con extraña conexión, lo relacionó con la supuesta similitud de otra parte de su cuerpo. Su apreciación tuvo


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50 años (1968-2018) darle forma a la mente. Los profesores somos coautores de la creación del espíritu. LA LOGSE

por respuesta una carcajada coral de sus compañeras de viaje. Por fin, el busto se colocó en el lugar diseñado por el autor del proyecto, Enrique Romero Barriento, y sobre el pedestal de granito, de Quintanar de la Serena, de unos cuatro mil trescientos kilos aproximadamente, labrado por el artífice Pedro Gallardo Galeote. AVENIDA DE LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE Cuando solicitamos al Ayuntamiento, y se nos concedió, la nominación de la calle como “La familia de Pascual Duarte” apenas teníamos como vecinos a las instalaciones de “Sevillana de electricidad”. Se le regaló a Cela una copia del rótulo. También está ese instrumento vil del cual nos dijo Cela que estaba arrumbado en un patio interior de la Dirección General de Seguridad, en la Puerta del Sol y que se lo regalaron. INTENTOS DE MEJORA Este claustro se ha caracterizado por su inconformismo, su deseo de innovar, de buscar nuevas soluciones didácticas, su ansia en busca de la excelencia educativa. Estas han sido sus notas distintivas de identidad a través del tiempo. Tenemos el trabajo más bello que pueda realizar un ser humano:

Esta ley educativa, aunque solo fuera por haber extendido hasta los dieciséis años la escolaridad obligatoria, tendría una justificación histórica. Suponía una etapa más en la larga marcha de la sociedad española hacia la enseñanza universal y gratuita. Como profesionales vivimos las convulsiones de la Ley General de Educación de Villar Palasí de 1970 y la ampliación de la escolarización hasta los catorce años. Ahora nos enfrentábamos a un proyecto educativo compuesto por una arquitectura legislativa (LODE, LOGSE y LOPEGCE), a la que la mayoría del profesorado nos costaría adaptarnos y otros opondrían serias reticencias. Recuerdo la cantidad de cursillos que hicimos, de los que salíamos curricularmente mareados. Iniciamos, pues, la experimentación de la Reforma Educativa y pronto comprendimos que la metodología impulsada por la misma tendría un corto recorrido. Se pretendía implantar la Yásnaia Poliana de Tolstoi. La Delegación de Educación nos ofreció adelantar la Logse y en el Claustro celebrado el 26 de abril de 1991 se sometió a votación la propuesta con el siguiente resultado: 30…. SI, 1….NO, 2….Blanco. De esta forma nos convertimos en pioneros en transitar por un terreno ignoto. Lo hicimos por pragmatismo, pues era inútil resistirse a algo que devenía irremediable; por el deseo de ser partícipes en un nuevo horizonte didáctico y por los beneficios que este adelantamiento proporcionaría al Centro. La Administración cumplió sobradamente tanto con el material como con el mobiliario. También pensábamos que al experimentar antes que nadie las nuevas enseñanzas, nuestra opinión sería oída antes de su implantación definitiva; esta apreciación era fruto de nuestra impenitente inocencia. No pudimos expresar nuestro acuerdo contra el psitacismo, pues ya sabíamos que no se puede almacenar


i.e.s. camilo josé cela nada en la memoria que no haya pasado por la criba del discernimiento, ni tampoco tuvimos oportunidad de manifestar nuestra prevención ante el deseo, latente en la ley, de orillar a la memoria en el proceso de aprendizaje. Es difícil la asociación y la estructura mental sin el concurso de la memoria. Tengo que confesar que no he tenido ningún trauma por recordar los nombres de los profetas mayores y menores, los hijos de Jacob e incluso la lista de los reyes godos; tampoco heridas irreparables por saber las alineaciones del Barcelona, Madrid o Bilbao y no me ha perjudicado recitar la poesía de Quevedo, Lope, San Juan de la Cruz, Bécquer, Machado o Lorca; ni siquiera, la primera parte de las Catilinarias de Cicerón. Sin memoria no hay historia. Sin memoria no hay persona. Nos hubiera gustado hablar un poco sobre el grado de esfuerzo necesario para alcanzar la titularidad por parte de los alumnos, desde el convencimiento que los objetivos mínimos se individualicen al tratarse de una enseñanza básica y obligatoria. Una propuesta que hubiéramos hecho con seguridad es la ampliación a tres años del Bachillerato, que había sufrido una dieta de adelgazamiento rigurosa desde 1953 (siete cursos de Enseñanza Media) hasta ahora (dos cursos) pasando por los cuatro de 1970. La etapa de Bachillerato es crucial para ensamblar conocimientos. Esperemos que en la próxima ley de educación, tanto el Bachillerato como la Formación Profesional tengan tres cursos, hasta los dieciocho años de enseñanza obligatoria. Sería la culminación de un anhelo. INFORMATIZACIÓN Y NUEVAS TECNOLOGÍAS Desde los albores de la Informática nos hemos esforzado en ponernos al día, tanto a nivel individual, como en su aplicación para el trabajo del Centro. En el Claustro celebrado el 14 de marzo de 1985 “se informa que el Ordenador Commodore

47 64 se ha inventariado en el Seminario de Matemáticas, que se ha ofrecido a enseñar su manejo mediante la impartición de varias clases, que el Director, en nombre del Claustro agradece”. Nuestro compañero, Joaquín Ruiz Chica, a través del Centro de Profesores de Antequera, nos dio varios cursillos de informática que no alcanzaron para algunos los objetivos deseados, a pesar de la sabiduría del ponente y del entusiasmo de los alumnos. Para hacer la más simple operación había que darle al ordenador una serie interminable de órdenes en inglés. Recuerdo la de close all y quit que significaban cerrar el chisme y salir a escape. Un tiempo después, el Jefe de Estudios, Antonio Álvarez Alcántara, excelente en muchos campos, trajo su propio Amstrad y ya pudimos iniciar con éxito el camino de la informatización, a la que dio el impulso definitivo el Secretario (Todos somos contingentes pero Ud es necesario) Miguel Pozo Chía, enseñándonos a todos.

Foto propia. Miguel Pozo Chía introduciendo datos.

Miguel, profesor de Matemáticas, conseguía el milagro que a todos sus alumnos les gustara esta asignatura; ¡ah, se me olvidaba! Es la mejor persona que he conocido en mi vida, exceptuando a mi hermano Pedro María. Algunos profesores fuimos al primer curso de Internet que se celebró en Antequera, en una Academia privada, porque el CEP carecía por entonces de los instrumentos necesarios. Allí se produjeron algunos episodios incontables. Decían que


48 unos doscientos mil internautas existían en España. En la elección de los aparatos de video tuvimos poco tino. Comenzamos con el 2000, que era el mejor que paraba la imagen, y luego el Beta. Desaparecieron de la circulación. La llegada del Windows-95 persuadió a los más recalcitrantes para usar el ordenador. AULA PERSONALIZADA INTEGRAL Nuestro sueño se convirtió en realidad durante algún tiempo: que cada profesor tuviera, en lo posible, su propia aula. Pretendíamos que el alumno se sumergiera cada hora en un mundo diferente. Que cada aula fuera el escenario de una disciplina distinta. Si entraba en la de Geografía e Historia viera atlas históricos, mapas físicos y políticos por doquier, globos terráqueos o instrumentos de navegación y tuviera a su alcance una biblioteca básica de la asignatura y diccionarios generales, de sinónimos o etimológicos. Nuestra aspiración consistía en que cada aula estuviera dotada de un televisor, un video, un proyector de diapositivas, y, además que cada profesor dejara su impronta en el ambiente de su clase. No es este el momento de hacer un análisis de este sistema didáctico. Simplemente decir que sigo convencido de las ventajas notables del mismo sobre el uso tradicional de los espacios escolares. Su implantación requeriría que los centros fueran gobernables –unos seiscientos alumnos- y un cambio de mentalidad constructiva. Total, otro brindis al sol. Compramos quinientas diez taquillas para los alumnos. El Centro reventó las costuras y en el curso 1998-99, se alcanzó la cifra de unos 960 alumnos y más de ochenta profesores. Nos vimos obligados a pedir al Colegio “La Milagrosa” uno de su módulos para alojar allí el primer curso de bachillerato, cedido graciosamente. Todos aquellos instrumentos didácticos se resumen actualmente en un potente ordenador y una buena pantalla.

50 años (1968-2018) Habrá que esperar a un mago Merlín que separe la ganga de la mena de ese medio formidable que es el móvil y convertirlo en un medio eficaz del aprendizaje. No se le pueden poner puertas al campo. EVALUACIÓN CONTINUA Manuel Ayas Moreno, Presidente del Ampa, era un hombre muy preocupado por la calidad de la enseñanza y por tratar de encontrar fórmulas para aumentar el interés y la motivación de los alumnos por el estudio. Propusimos al Claustro y al Consejo Escolar hacer efectiva la evaluación continua en la vida diaria de la clase y que se reflejase en unas calificaciones orientativas entre las evaluaciones oficiales. El resultado no fue muy satisfactorio, pero fue una hermosa batalla perdida. El 10 de noviembre de 1998, hubo una sesión extraordinaria del Claustro para tratar del tema de evaluación en el Bachillerato: “Tras debatirse sobre el tema, se hacen las siguientes aclaraciones sobre el proceso de evaluación ya aprobado anteriormente por el Claustro y el Consejo Escolar para el Bachillerato: 1º) Preguntas en clase y evaluar el trabajo diario sobre la materia reciente. 2º) Posibilidad de realizar controles al final de cada unidad o bloque didáctico, sin fechar. 3º) Realizar un examen trimestral por asignatura con calendario de pruebas, manteniendo el horario lectivo y la obligatoriedad de la asistencia a clase. 4ª) Aclaración personal de cada profesor del sistema de evaluación que va a seguir, sin salirse de los puntos anteriores. Una vez fijadas las anteriores matizaciones se retiran de la reunión los representantes de los delegados de los alumnos y se somete a votación dichas aclaraciones: El resultado es: Votos a favor.............. 51. Votos en contra............ 0. Abstenciones................ 2.


OTROS FRENTES SELECTIVIDAD Diego Rueda Páez, Presidente del AMPA, tenía muy buenas relaciones con el Rector de la Universidad de Málaga, José María Martín Delgado, entre otras cosas por su afición común al dominó. Se consiguió que la realización de las Pruebas de Acceso a la Universidad se hiciera en nuestro Centro. Pensábamos que la estancia en la propia casa de los alumnos redundaría en mayor calma y confianza y también los alumnos colegiados de La Milagrosa y San José hicieron prácticas en el Instituto para habituar a sus alumnos a los exámenes. El trato con el Rector fue muy agradable porque era un hombre abierto y muy amable. Llegamos, incluso, a hablar del proyecto de construir un Colegio Mayor de Campillos (San Benito) en el Campus universitario de Málaga. El Rector nos contestó rápido: yo pongo el suelo y vosotros el vuelo. ROF El Reglamento Orgánico de Funcionamiento del Centro se aprueba por unanimidad en el Claustro Extraordinario de 17 de mayo de 1994. Fue la culminación de un proceso largo y laborioso, pero muy positivo para la vida diaria de muestra comunidad. CULTURA ANDALUZA Nuestro Instituto fue elegido como Centro Experimental para el Desarrollo de Programas de Cultura Andaluza. Tuvimos algunas subvenciones y el amigo José Torres, Director del C.P. “Santísima Trinidad” de Sierra de Yeguas impartió su sabiduría sobre el cante jondo en un aula de flamencología, durante algún tiempo, en horas no lectivas. LECTORAS Gracias a la Inspección de Enseñanza Media de Málaga que nos puso en contacto

con el Instituto Británico en España –THE BRITISH COUNCIL- pudieron disfrutar nuestros alumnos de lectoras de apoyo para las clases de inglés. También el Ministerio de Educación nos envió una lectora de francés. LA MALDICION DEL NUEVE De las primeras cinco inundaciones, cuatro de ellas nos cayeron en nueve, la primera y tercera el cuatro de octubre de 1969 y 1979 y la cuarta y quinta en el mismo mes de noviembre de 1989, los días trece y treinta. Esa noche del treinta se desataron todas las iras del cielo y todavía no se había terminado de limpiar el instituto de la anterior avenida de agua. Los daños fueron muy cuantiosos y nos tuvimos que ir al Colegio Público “Manzano Jiménez” con un horario especial de tarde. Los alumnos tuvieron mucha paciencia porque los asientos no eran los más apropiados para su envergadura. Diego Rueda, Presidente del AMPA, y Martín Gallardo, hicieron un trabajo magnifico con el Consorcio de Seguros y consiguieren una indemnización justa que administraron los padres y madres y la Junta Económica del Centro.


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En la foto observando los daños desde la puerta de entrada de coches. Carlos Sanjuán me dijo: “esto es muy duro, Director”. Posiblemente, la noche del 1 de diciembre de 1989. La última inundación se produjo el día 12 de octubre de 2001, sobre las dos de la tarde y en unas tres horas cayeron más de 170 litros por m2. Aquella lluvia puso punto final al largo, tedioso y estéril debate sobre la remodelación del centro viejo. Se imponía levantar un centro nuevo. Lo mejor fue la piqueta. En la foto, el despacho de Dirección, con una leyenda: ”Ya no hay alumnos detrás de esta ventana, sólo quedan los recuerdos.” De esta ruina ascendí a las paredes del nuevo edificio, en un letrero dictado más por el afecto que por la objetividad. CICLOS FORMATIVOS 19 de septiembre de 1994: “A continuación informa que este curso no se impartirá el Módulo de Confección Industrial que nos fue concedido por no presentarse ningún alumno

50 años (1968-2018) a las pruebas de ingreso, aunque se recibieran algunas llamadas interesándose por él.” 29 de junio de 1995. “Toma la palabra el Sr. Director para informar sobre la reunión mantenida hasta hace unos minutos con el Sr. Inspector, donde este ha dado un primer avance sobre el próximo curso académico. Así, parece probable que aprueben el Módulo de Agropecuaria…” 29 de septiembre de 1995: “Informa el Sr. Director que hay 17 alumnos matriculados en el Módulo de Actividades Agropecuarias y que este se va a reducir a un curso académico, por lo que comenzarán las clases en cuanto se termine de reajustar el horario”. 2 de mayo de 1996. “En cuanto al Modulo Profesional informa el Sr. Director que la Consejería ha comunicado la concesión del Ciclo Superior de Actividades Ganaderas, al que tendrán acceso los alumnos que superen el Ciclo Medio los dos próximos cursos”. 11 de octubre de 1996.” Asimismo comunica que la Confederación Hidrográfica del Sur ha cedido aproximadamente 30.000m 2 para terrenos de prácticas del módulo y sus instalaciones”. En la reunión con el Presidente de la Confederación estuve acompañando al Alcalde Pedro Benítez. Aquella entrevista resultó bastante tensa. Esos terrenos se destinaron posteriormente para sede del Consorcio Guadalteba. Con fecha 28 de junio del 96, se acuerda solicitar, de Confederación, la cesión de uso de una parcela de 30.000 m2 para impartición de las prácticas del Ciclo Formativo de Grado Medio de Explotación Ganadera que se viene dando en I.E.S. “Camilo José Cela” de nuestra localidad. Con fecha del 11 de diciembre de 1996 se nos concede la cesión por período de 25 años. 8 de mayo de 1997: “Respecto al Ciclo Formativo comenta que aunque se dispone de terrenos hay problemas con la infraestructura necesaria para desarrollarla, tales como talleres, almacenes, laboratorios, etc.” 19 de febrero de 1997:”Referente al Ciclo Formativo, ya se tiene el terreno, si


i.e.s. camilo josé cela bien queda por solucionar el transporte y un almacén para tractor y aperos”. 4 de febrero de 1998: “Seguidamente se acuerda proponer al Consejo Escolar que se soliciten los siguientes ciclos formativos por considerarlos de interés para la comarca: - Técnico en trabajo forestal y de conservación del medio natural. - Técnico de actividades físico-deportivas en el medio natural. OBRAS Durante mi etapa de Director se realizaron remodelaciones de las zonas de Secretaría y Jefatura de Estudios y ampliación de la cocina. La obra más necesaria era la de una nueva cubierta. El técnico de la Delegación me dijo que yo no era quién para opinar sobre el estado del tejado y le di la razón: “lo único que le puedo decir es que tenemos que ir a clase con el paraguas”. También muy preciso fue el enrejado de la zona baja del edificio. (Había que poner dificultades a los asaltos sin sentido). Cuando se amplió el espacio del Instituto, se inició la construcción de dos aulas sobre bajo diáfano. La particularidad de esta obra es que la realizó un hombre solo, alarife antiguo, una especie de Hércules y Leonardo redivivos. No haría esta afirmación si no contara con testigos de tal proeza. En el claustro de 19 de septiembre de 1994: “Informa también que se ha concedido por parte de la Delegación la construcción de cuatro aulas nuevas, ampliando el módulo nuevo, y que ya ha llegado el material mobiliario para las mismas.” Con recursos propios del Centro fuimos cerrando los bajos del edificio, primero con un aula y un laboratorio para el Ciclo Formativo de Agraria y posteriormente con aulas de Tecnología, Plástica, etc. También con nuestros propios medios hicimos la valla del terreno cedido para los Ciclos Formativos, toma de agua y de luz, y las vallas interiores de acuerdo con los propietarios colindantes. Lo último fue la rampa y la remodelación del salón de actos.

51 CENTRO PROLÍFICO Nuestro Instituto, de una forma o de otra, ha generado nuevos centros, como los de La Roda de Andalucía y El Saucejo, en la provincia de Sevilla o los más cercanos de Teba y Sierra de Yeguas. En el curso 19992000 comienzan a funcionar las Secciones Delegadas de Sierra de Yeguas y Teba dependientes del Instituto “Camilo José Cela” de Campillos. En locales del Colegio Público “Santísima Trinidad” hicimos la matriculación de los alumnos de Serra de Yeguas, durante casi una semana, José Clavijo, Miguel Pozo y yo mismo, porque no se había nombrado a ningún cargo en la Delegada. En Teba, les proporcionamos toda la documentación necesaria a Manuel Pinta Galán y a Pedro Jiménez Lebrón y no tuvimos que desplazarnos. Con el nombramiento de Manuel Guerrero Avilés como Jefe de Estudios de Sierra de Yeguas se normalizó la actividad del centro. Gracias al buen hacer de los dos equipos directivos el curso transcurrió sin problemas de mayor cuantía e, incluso, de manera plácida. ACTIVIDADES Si tuviera que relacionar de manera pormenorizada todas las actividades, tanto académicas como extraescolares, realizadas en este centro, se acabaría el papel. Han sido innumerables en todos los departamentos, sobre todo en el de Educación Física, Inglés, Geografía e Historia, Física y Química, Ciencias Naturales, etc. y aquellas que han tenido un carácter institucional, interdisciplinario y complementario. Se han efectuado exposiciones de pintura, artesanía, de productos locales; ciclos de Conferencias de carácter orientativo para COU y la Selectividad y de diversa temática dirigidas a la comunidad educativa; intercambios escolares con Inglaterra y Estados Unidos; viajes por todos los lugares de España, y por el extranjero, especialmente a Inglaterra, Francia e Italia; campeonatos de ajedrez, damas, dominó


52 y tenis de mesa; ediciones de revistas del Centro; días de la Comarca celebradas conjuntamente con Antequera y Archidona; concurso de gastronomía. Homenaje a Quevedo y exposiciones de fin de curso. En el Claustro del 7 de octubre 1999: “Seguidamente felicita a la profesora Dª. Teresa Lozano por la reciente publicación de su libro “Las Plantas Medicinales”, una experiencia didáctica en las zonas de Campillos, Sierra de Yeguas, Almargen y Teba.” En el Claustro del 19 de febrero de 2003 felicita al profesor Alberto Castellón Serrano por la presentación de su libro “Tarta noruega”. Hay que resaltar un hecho gozoso: que, durante tantos años y con tan diversas actividades realizadas, no hemos tenido que lamentar ningún suceso desgraciado. Esto se debe al desvelo del profesorado y de los padres y madres y también, en muchos casos, por la madurez y a la propia responsabilidad del alumnado. Lo cierto es que cada vez que salía un autobús del Instituto no me llegaba la camisa al cuerpo. No lo podía remediar. Era una preocupación porque todo se desarrollara bien. En aquella época la seguridad del profesorado no estaba muy bien definida y decidimos, como consta en la sesión del Claustro del 15/09/1987, “la contratación de una Póliza de Seguros con el Banco Hipotecario en la que se incluye una garantía suficientemente alta de Responsabilidad Civil del Profesorado”. La responsabilidad del Director estaba de sobra asumida. Corrían ecos de resoluciones judiciales de lesiones de alumnos por caídas de porterías de balonmano. En los dos casos fue condenado el Director, en uno de ellos, porque la portería estaba anclada y en el otro, porque la portería estaba suelta. El toro te empitonaba, te pusieras de frente, de perfil o a puerta gayola. Entre las actividades realizadas para conseguir fondos para los viajes de estudios hay que destacar la participación en las ferias, como la caseta montada en Campillos en San Benito y en la feria del Saucejo. No es este el momento de relatar todas las bondades

50 años (1968-2018) conseguidas con estas acciones, aunque el objetivo prioritario se frustró, en el caso de Campillos porque los servicios internos igualaron a los externos y en El Saucejo nos robaron el equipo de música que nos habían prestado y se tuvo que pagar. Para todo lo relacionado con El Saucejo conté siempre con la ayuda inestimable de Isabel Gago y de su esposo Jesús Royán. Hubiera deseado que José Clavijo Velasco hubiera hecho una reseña de las actividades realizadas por el Departamento de Educación Física a lo largo de estos años. Han sido tantas, que estuvimos tentados de pedir a la autoridad competente el cambio de “La Maroma” por “Pico Clavijo”. No creo que haya habido algún profesor que visitara más veces el lugar reseñado o la Sierra de las Nieves o el Torcal. En este último lugar una vez contrató los servicios de un cabrero como guía para adentrarse en parajes inexplorados; tan desconocidos eran que hasta se perdieron. Es un ejemplo de perfeccionamiento profesional y de innovación didáctica, desde las tablas suecas de gimnasia al C.A.R. de Sierra Nevada (Centro de Alto Rendimiento) y a la expresión corporal; creación de equipos de baloncesto y senderismo por el nacimiento del rio Guadalquivir. JORNADA ECOLÓGICA-LÚDICA En la finca de “Aspromanis”, y en la ladera del monte Calvario, organizamos un día de plantación de pinos. Los resultados no fueron muy satisfactorios, pero la intención fue buena.


i.e.s. camilo josé cela EXCURSIÓN CIENTIFICO-TECNOLÓGICA AL CHORRO Manuel Ortiz nos enseñó las entrañas de la central hidroeléctrica del Chorro. Bajamos a las profundidades de la tierra, hasta la sala de turbinas y allí nos explicó el sistema de producción eléctrica con la contribución del embalse de la “Encantada”. Algunos se atrevieron a transitar por el “Caminito del Rey” que entonces tenía en su recorrido algunas vistas al vacío. Otros nos pegamos a la roca como salamanquesas. INTERCAMBIO CON ESTADOS UNIDOS Y NEWCASTLE

53 cafetería por la tarde, en la merienda, decías: “aquí se pega un zapatazo y salen más de veinte entonando el Te Deum Laudamus”. Me referiste una vez que un día fuiste con el Obispo Ángel Herrera Oria a consagrar una Iglesia de un pueblo de Málaga y la ceremonia se prolongó en demasía en el interior y a uno de los asistentes le dio un apretón y salió a toda prisa por una ladera cercana a la iglesia, a calzón quitado, en busca de la espesura, pero la comitiva salió al exterior y el Obispo con el hisopo en la mano se quedó estupefacto: “¿Dónde va ese mapamundi con el puntero?” exclamó. José María, en la Catedral. CHARLA-COLOQUIO Y EXPOSICIÓN DE JORGE DISDIER

A través de la organización Spanish Heritage se proyectó un intercambio en el que participaron varios alumnos de diversos centros de Málaga. Se establecieron profundas relaciones entre los participantes y el contacto con la cultura americana supuso una vívida impresión.

“De la verdad y de la mentira en el arte y el proceso de la creación de un cuadro”. Presentación de la conferencia y reseña-entrevista de Julio. M. Díez. (13 de febrero de 1980).

VIAJE A GIBRALTAR

MUSEO ETNOLÓGICO

María Ángeles Berdún Bolaños convirtió a Gibraltar en una extensión del Instituto y hasta los macacos hablaban campillero. María Ángeles es una persona que inspira confianza y su sola presencia infunde serenidad. Ella nos relatará con más propiedad sus actividades.

El taumaturgo Juan Rivero Corredera, Profesor de Geografía e Historia, logró entusiasmar a sus alumnos, a los padres y a los compañeros para la consecución de un museo que reflejara la vida y costumbres de los antiguos habitantes de la comarca. Se rastrearon todos los cortijos abandonados de la comarca y se escudriñaron buhardillas, sótanos y trasteros y hasta las cámaras abrieron sus secretos, como la de la Casa Parroquial dónde Antonio Pérez Sanzo nos dio una silla paridera, de gran valor etnográfico. En la sesión de Claustro del

CONCIERTOS DE JOSÉ MARÍA MILLÁN AURIOLES !HOLA, AMIGO¡ Conservo todas tus cartas llenas de afecto mutuo y de honda sabiduría. Amaste la vida con ansiedad extrema. Ayer, Nochebuena del año 2017, por poco asisto a tu concierto de Navidad, junto a Maese Pérez, pero San Pedro me dijo que no había sitio en la Mesa y me mandó para casa. Recordamos tus conciertos con la pianola que adquirió el Instituto que tú nos agenciaste de un amigo. Era un gran instrumento, fabricado en Dresde. En la


54 12/03/87: “Asimismo informa que la Ermita de San Sebastián ha sido concedida como local para el Museo Etnográfico, gracias al Consejo Parroquial”. En la sesión del 14 de mayo: “A continuación D. Juan Rivero pide a colaboración de todos los Seminarios en el Museo, con el fin de acabarlo para el 15 de junio”. La idea de Juan era hacer un museo vivo y didáctico. Cuando el visitante traspasara el dintel de la puerta se sumergiera de lleno en el pasado, en la forma de vivir y en la de conseguir el pan. La generosidad había sido tan grande que se podían recrear diversas épocas con los materiales donados. Se podía presentar una cocina de leña con la trébedes o una sala de costura con una máquina de planchar de carbón con chimenea. En la Ermita existían los elementos básicos del lagar, molino harinero, de aceite. Teníamos un arado romano que había fabricado el último gran artesano de arados del Saucejo. Fuimos al pueblo del Arahal, a encargar un panel de miniaturas agrícolas a un hombre que se autodenominaba “El Sabio” y asi firmaba a fuego. En la Consejería de Agricultura de Sevilla poseían una muestra de esta artesanía. Isidoro Otero Cabrera, describe el Museo con su habitual maestría: “El Museo tenía 9 salas, en la mayor estaban los útiles del campo y la labranza, como los trillos, el común y el cartaginés, haraperas para la recolección de la aceituna, zarandas, especie de una criba, rastra para transportar grano, un arado chirivito, yugos, angarillas, etc., etc. En el Museo se reproducían fidedignamente: el cuarto de estar, la sala de la matanza, la sala Guadarnés con instrumentos para transportar a lomo y con carro, el lagar, la cocina con lebrillos, capachos, anafres, almireces, cantareras, calderas de cobre, trébedes, cestería, etc.; el dormitorio con su catre, palanganas y jarros; o la interesante sala de la mujer, con una pieza emblemática, una paridera del siglo XVIII. También podíamos encontrar la vestimenta de los segadores, con zahones, zamarrones y mandiles. El desván con instrumentos para

50 años (1968-2018) trabajar el esparto, medidas de capacidad como cuartillas, un almud, etc.” La Ermita de San Sebastián necesitaba reparaciones urgentes y tuvimos que trasladar todo el material al Instituto. En el Departamento de Geografía e Historia y en el patio interior del edificio del Salón de Actos se conservaron durante mucho tiempo todos los elementos del Museo hasta la entrega definitiva al Ayuntamiento. Pero esta es ya otra historia. “LA CASA DE BERNARDA ALBA”, de Asunción Pastor Sedano. Fue una representación magnifica y una dirección impecable. Me parece que nadie ha interpretado mejor a Adela que Mercedes Berdún. UN LIBRO INTERDISCIPLINAR Efrén Fernández Lavandera, gran profesor, historiador e investigador, de fina e incruenta ironía, entusiasmó a todo el mundo en la elaboración de un proyecto sobre “Los molinos harineros y su entorno en la Comarca de Antequera”. Participaron varios departamentos como el de Geografía e Historia, Ciencias Naturales, Física y Química, Lengua y Literatura Española. Les puedo asegurar que fue un gozo trabajar con Efrén en parajes y vericuetos bellísimos y acompañados por su sabiduría. Efrén era Maestro Supremo del Chapolí y tuvo buenos alumnos como Miguel, Antonio e incluso Pepe Clavijo, atemperó sus ímpetus y fue armado Caballero del Chapolí en singular ceremonia. Nos dejó el legado de una oración desesperada y una anécdota gloriosa con el Sr. Ranea y el sabor exquisito de su zarzuela de mariscos y, sobre todo, el recuerdo indeleble de su amistad.


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FRANCISCO JOSÉ LINARES ARTACHO, Profesor de Física y Química en el IES “Camilo José Cela” (1994-2013) Director en el IES “Camilo José Cela” (2003-2013)

Solo se es, lo que se es cuando se está a solas

E

n septiembre del año 1994 llegué a Campillos como profesor de Física y Química cubriendo la plaza que dejara el compañero Enrique Navarro. Esta localidad era conocida por mí y había estado en ella, con anterioridad, acompañando a mi padre Eduardo que traía a mi hermana al Colegio de la Milagrosa donde estudió la EGB. Nunca pensé que trabajaría en esta Villa durante 19 años (desde 1994 al 2013) pero por motivos personales renuncié varias veces a traslados concedidos para trabajar en Antequera. Recuerdo que en el año 2003 tuve que decidir entre quedarme en el IES Camilo José Cela o marcharme al IES Pedro Espinosa debido a que había obtenido una plaza como profesor en dicho Centro. Lo pensé durante varios días, yo diría amargos días, porque me hubiese gustado trabajar en el Instituto donde cursé el BUP. Desde allí me llamó mi querido compañero y director del mismo, Don Cayetano Romero para que me fuese y me hiciese cargo de la exposición que se iba a realizar para conmemorar el 75 aniversario del IES Pedro Espinosa. Mi decisión, consensuada con la familia fue renunciar al nuevo puesto y continuar en Campillos para asumir la dirección del Centro por un periodo de 10 años (2003-2013). Recuerdo mi llegada el primer día al Centro, mi impresión era que llegaba a un lugar diferente a los anteriores sitios donde estuve destinado, me recibió el Secretario, Miguel Pozo Chía y la Jefa de estudios Carmen Puerta y al día siguiente tuve el gusto de presentarme al director D. Diego Gutiérrez Mudarra, mi antecesor en el cargo.

Pronto entablé relaciones con varios miembros del claustro del curso 1994-1995, entre ellos, los miembros de mi Departamento donde conocí a mis compañeros D. Francisco Viseras Soler y D. José Antonio Rodríguez Sánchez. Mis primeros años transcurrieron con normalidad y dedicado a la práctica docente con alumnos de la comarca del Guadalteba y en su mayoría de Campillos. Mis recuerdos son múltiples y variados y a continuación enumero algunos tan simples como ver al señor Toribio barrer los patios y soltar la escoba y aproximarse a una de las ventanas del laboratorio de química para preguntarme por su nieto. El edificio estaba rodeado de una arboleda muy frondosa y en otoño era una maravilla ver como caían las hojas y se llenaba todo el patio. Recuerdo las inundaciones sufridas y gracias a ellas se hizo el bonito edificio central y se remodeló el resto. Recuerdo una negligencia sufrida en el laboratorio de química con una reacción química que un


56 alumno dejó funcionando durante todo el fin de semana y cuando llegué el lunes olía todo el aula y parte del Instituto a ácido sulfhídrico (olor a huevos podridos). Durante estos primeros años siempre tuve la comprensión de mis compañeros y sobre todo de jefatura de estudios que me facilitaba llegar los lunes tarde y salir los viernes temprano para darme tiempo a realizar el viaje desde Campillos a un pueblo de Badajoz donde trabajaba mi señora y donde residía ella con mi hijo Eduardo. Durante los 19 años he visto un cambio sustancial en la comarca del Guadalteba que va desde las vías de comunicación con los pueblos colindantes, donde la carretera general Jerez-Cartagena no se parece en nada a la que padecí y conocí en el año 1994, a la orografía de Campillos, donde las plantaciones de olivo se han impuesto a las vastas extensiones de terreno de calma, la propia localidad se ha remozado en su totalidad e incluso ha cambiado los olores procedentes de las fosas sépticas (esta zona se caracterizaba por un gran número de explotaciones ganaderas porcinas). Viví la decadencia de la industria del porcino ligada a la familia Macías y los problemas de desempleo en la comarca del Guadalteba debido al cierre de muchas de las explotaciones. Quizás se me recuerde más por mi labor como Director que como docente debido en parte a que me tocó unos momentos claves de la vida académica y social de IES Camilo José Cela. Mi llegada a la dirección fue inesperada para muchos y para mí, porque nunca pensé que tendría que asumir tal responsabilidad. Se dieron un cúmulo de circunstancias que me atraparon en la dirección sin yo ser muy consciente. En el curso 2002-2003 hice un curso de dirección en el CEP de Antequera, para conocer un poquito la dirección de los Centros en lo referente a la realización de los planes de centro, fundamentalmente el proyecto educativo y al mismo tiempo me hacía con un número importante de horas de formación para poder acceder a

50 años (1968-2018) mi segundo sexenio. Este curso lo hicimos tres personas, miembros del claustro, una de ellas estaba interesada en el ejercicio de la dirección debido a que se rumoreaba que el director estaba pensando en acogerse a la jubilación LOGSE. Yo no pensaba en la dirección pero cual fue mi sorpresa que estos dos compañeros se fueron del Centro y el director comunicó al Claustro que se jubilaba y por tanto abandonaba el cargo. Recuerdo que se me convocó a una reunión para tratar el tema de la dirección, sobre marzo del año 2003 a la que asistieron tres profesores que eran cargos directivos y un servidor en calidad de docente que tiene la acreditación para el ejercicio de la dirección a través de la práctica docente. Acudí a dicha reunión consciente que tendría que asumir alguna responsabilidad directiva, por lo menos el curso siguiente, pero cual fue mi sorpresa cuando comprobé que ninguno de los tres compañeros quería asumir la dirección esgrimiendo motivos varios y entonces asumí por primera vez que estaba cerca de tener la gran responsabilidad de asumir provisionalmente, durante un año, la dirección de mi Centro. Los acontecimientos se precipitaron y se me propuso para la dirección ante el Delegado de Educación D. José Nieto Martínez que le vino a bien nombrarme director el día 1 de julio de 2003, mediante telegrama dirigido a mi persona y que conservo. Recuerdo, que ese día, el director saliente y yo quedamos a primera hora de la mañana para hacer la transición y me explicó algunas cosas elementales para el normal funcionamiento del Centro. Cuando llegó el medio día y se aproximaba la hora del relevo, en un momento dado, cogió un manojo de llaves, algunas que no servían para nada y me dijo ahí tienes las llaves que abren todas las puestas. Cogí las llaves y noté como en décimas de segundo se me entregaba el control, la responsabilidad y el honor de dirigir mi Centro, como el quinto director del IES Camilo José Cela. En ese momento sentí una alegría contenida por


i.e.s. camilo josé cela la responsabilidad que adquiría y porque no decirlo, un poco de preocupación cuando mi antecesor se marchaba y me dejaba como máximo responsable. El salió por la puerta verde del despacho, dejando su mesa plagada de recuerdos, entre ellos algunas quemaduras del cigarrillo y supongo que con una sensación agridulce, no en vano este fue el lugar donde trabajó durante muchos años de su vida, viviendo muchos acontecimientos de la vida docente del Instituto. Se marchó jubiloso y prometió volver tantas veces le llamásemos. La realidad es que fue elegante, se marchó sin formar ruido y dejó trabajar a la nueva dirección sin inmiscuirse en ningún tema y colaborando en la medida de sus posibilidades en todo lo que se le solicitaba, incluidos algunos actos públicos y homenajes. Mi acceso a la dirección fue por la vía docente, es decir, por la reconocida práctica docente y para ello tuve que pasar por la evaluación de la inspección educativa. El Inspector que me llevó dicha evaluación fue Don Cristóbal Gutiérrez Aranda el cual asistió a una clase mía, con alumnos de 2º bachillerato, que yo había preparado previamente. De esta manera obtuve la acreditación para el ejercicio de la Dirección. Por esa época se entendía que si eres un buen docente también podías ser un buen director, aunque tengo dudas de que esta afirmación sea cierta. Me temo que una cosa no siempre implica la otra pero en términos generales podría ser válida. De esta manera accedí a la dirección del IES “Camilo José Cela” como quinto director de este centro que inició su singladura en el año 1968, como extensión del IES Pedro Espinosa de Antequera y desde el año 1975 como Instituto de Bachillerato siendo ministro de educación de la época, D. Cruz Martínez de Esteruelas, posteriormente pasaría a depender de la Junta de Andalucía y su denominación es la actual, Instituto de Educación Secundaria Camilo José Cela; dicha denominación fue ratificada en Claustro de profesores siendo Director

57 D. Diego Gutiérrez Mudarra. Recuerdo que en dicho claustro se barajaron otros nombres como el de José María Hinojosa, Lagunas de Campillos, etc., aunque al final se optó por el nombre actual debido a que este premio Nóbel había tenido la gentileza de venir y departir una jornada en nuestras antiguas instalaciones. Ahora que se cumplen los primeros 50 años de vida de este querido Centro quiero significar a las muchas personas que han pasado por aquí, personal laboral, personal de mantenimiento, administrativos, miembros de la asociación de madres y padres “Santa María del Reposo”, profesores de todas las disciplinas, equipos directivos y por supuesto a los 6 directores que han ejercido su labor con generosidad, entrega y orgullosos de pertenecer a esta gran familia. Me vais a permitir que refleje el nombre de los directores que me antecedieron y el actual y han sido, D. Francisco Guerrero López (Antequera), D. Juan Mundo Aragón (Peñíscala- Castellón), D. Antonio Cañabate Pérez (Málaga), D. Diego Gutiérrez Mudarra (Frailes-Jaén), D. Francisco José Linares Artacho (Antequera-Vva de Algaidas) y D. Antonio Romero San Martín (Campillos). Todos los directores hemos intentado llevar el Centro de la mejor manera posible, apoyados en nuestros respectivos equipos directivos, sin los cuales hubiese sido imposible esta labor, vaya por todos ellos mi consideración y especialmente para todos aquellos que compartieron equipo directivo conmigo por el apoyo recibido. Mi singladura en la dirección comenzó el día 1 de julio del año 2003 y en España en este año gobernaba el Partido Popular, vino el Papa Juan Pablo II por 5ª vez, las ciudades de Úbeda y Baeza se las nombró patrimonio de la humanidad por la UNESCO, llega el AVE por primera vez a Zaragoza y Lérida y el Real Madrid fue campeón de liga y muchas mas cosas sucedieron por estas fechas, comento esto para situarnos en el contesto temporal. El primer año de dirección fue de aprendizaje y tuvimos que


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hacerlo con rapidez. Lo primero que tuve que acometer fue la informatización del Centro y prácticamente pasamos en dos años de ser un Centro analógico a uno digital debido a la entrada en vigor de la plataforma Séneca, con ello se abandonó la manera de trabajar con las antiguas máquinas de escribir, dejamos de utilizar el programa informático Centro 2 y tuvimos que informatizar los espacios del Instituto. A finales del año 2004 tuvimos que trasladarnos a las aulas prefabricadas, hicimos el traslado con apoyo del Ayuntamiento de Campillos siendo alcalde D. Pedro Durán y teniente de alcalde D. Antonio Dávila, al poco tiempo comenzaron las obras de remodelación del Instituto y duraron hasta septiembre del año 2007. Como se puede comprobar en la foto de la época, esa era la situación en que nos encontrábamos los dos años y medio que duraron las obras aproximadamente. Ese era el despacho de dirección lleno de material propio del mismo, es decir con memorias informativas, memorias finales de curso, programaciones didácticas de los diferentes departamentos y documentación variada. En el curso 2007-2008, se ocuparon las nuevas aulas construidas, se trasladó todo a los

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nuevos espacios, nuevo traslado y comienza una nueva singladura del Centro. Se pasaron dos años y medio en una situación bastante precaria, trabajando en aulas prefabricas y en el módulo nuevo que no fue derribado. A finales de noviembre se inauguran las nuevas instalaciones, a dicho acto acudieron autoridades de la Junta, D. Manuel Alcaide, el delegado de educación D. José Nieto Martínez el inspector jefe y el de zona, D. Norberto Ruiz y D Juan Luis García Sánchez, el jefe de planificación de la delegación de málaga D. Marcelo Gaitán, el anterior director D. Diego Gutiérrez, los directores de los centros de la comarca del Guadalteba y de Antequera, equipo directivo y profesorado del IES Camilo José Cela, representación del AMPA representación del PAS, el arquitecto de la obra Enrique, el ex-alcalde que dio inicio a las obras, D. Pedro Durán Morgado y el señor alcalde D Jesús Galeote Albarrán que coincidió con el final de las obras y que tuvo unas palabras de agradecimiento al igual que el Delegado, el representante de la Consejería de Educación y el Director del momento. que tuve el honor de ser el anfitrión del acto. En dicha inauguración los invitados al acto y la comunidad de Campillos y comarca


i.e.s. camilo josé cela pudieron ver las nuevas aulas con alumnos trabajando en ellas. En la foto siguiente se tiene constancia de tal visita. Normalizada la situación durante el curso 2007-2008, con nuevas dotaciones de material, informatizado el Centro en su totalidad, con red wifi y telefonía corporativa, ascensor, nuevas calderas para calefacción, acometimos la labor de acomodar algunos espacios exteriores, arboleda, bancos, jardines, etc. Ese curso se decidió en claustro participar en el programa bilingüe tanto en los Ciclos formativos como en secundaria y al curso siguiente pertenecíamos a la red de centros bilingües de la Junta de Andalucía, posteriormente se decidió que los ciclos formativos no participasen de las enseñanzas bilingües. Durante mi mandato se introdujo la informática en todos los ámbitos de la actividad educativa, se hizo una nueva página web del centro, se procedió al reparto de ordenadores gratuitos a los alumnos de ESO, se eliminó el control del parte de asistencia escrito y se pasó al control de la asistencia de los alumnos, primero con las PDA y posteriormente con el programa Pasen. Se reabrió el servicio de bar para lo que hubo que hacer un pequeño concurso público y años posteriores se cerró por no ser rentable a la persona que se hizo cargo. En este periodo de mi mandato comenzó a celebrarse en nuestras instalaciones, en el mes de diciembre, el Festival Internacional de Música de Campillos. Durante este tiempo que va desde el año 2003 al año 2013 he tenido la supervisión de la actividad docente por parte de los Inspectores D. Cristóbal, Gutiérrez Aranda, D. Juan Luis García Sánchez y D. Pedro Azuara Molina, con los cuales tuve una relación cordial no exenta de algunos contratiempos. Todos los problemas que surgieron al final se resolvieron bien y de los cuales aprendí bastante, sobre todo en lo referente a la delegación de funciones a los miembros del equipo directivo ya que la responsabilidad nunca se delega. Durante mi mandato, tuve que preparar

59 aproximadamente 70 claustros, 70 consejos escolares, 70 ETCP, cientos de reuniones con el DACE, Departamento de Orientación, el FEI y con el coordinador de bilingüismo. Semanalmente nos reuníamos el equipo directivo, más de trescientas reuniones en los diez años. En la siguiente imagen se me puede ver haciendo jurar o prometer la constitución a profesores nuevos que accedían a funcionarios de carrera y que lo hacíamos como algo singular de nuestro Centro. Durante este periodo los directores tuvimos que asumir dos competencias nuevas, cuales eran, la comisión de escolarización de la zona de Campillos y la sustitución del profesorado que causaba baja, mediante la gestión en la aplicación Séneca, de las horas que te asignaban trimestralmente para tal menester. Nuestro Centro también participa de la enseñanza de personas adultas, con dos niveles de la ESPA y esto te lleva a tener que coordinarte con los Centros de la Comarca de Antequera-Archidona –Campillos mediante reuniones trimestrales con el coordinador provincial de adultos d. José Luis Rioja. Como director fui también presidente de tribunal de pruebas libres para mayores de 18 años en 8 convocatorias llevadas a cabo durante cuatro cursos. Durante mi mandato he estado en reuniones en Torre-Triana, el Palacio de Congresos de Granada, en la Delegación


60 de Educación de Málaga, en el CEP de Antequera y en todos los Centros de la comarca del Guadalteba, es decir en Sierra Yeguas, Ardales, Almargen, Cañete la Real, Teba, La Milagrosa, San José y el CEIP Manzano Jiménez. Quiero mencionar la buena relación que mantuve con mis compañeros directores de la Villa de Campillos, es decir con mi querido Diego Barquero con el cual tenía una estrecha amistad fruto de múltiples encuentros en la comisión de escolarización y con el servicio de inspección, también quiero recordar al fallecido director de La Milagrosa D. Antonio Benítez que sin conocerme y a la vista de mis apellidos me relacionó con una alumna suya de hacía 20 años que era muy lista, resultando ser mi hermana y a Dª Lola Zavala que le sustituyó en vida como directora. No quiero olvidarme de mi colega Manolo Rodríguez, director del Colegio privado San José, todo un personaje en el dominio de la Historia y del trabajo en equipo. Mis años en Campillos han sido los mejores de mi vida, en este tiempo me casé con la mujer de mi vida, fui padre del mejor hijo del mundo, desarrollé la mayor parte de mi actividad laboral, tuve la suerte de ser la persona mejor pagada del Centro, porque se introdujo un complemento nuevo salarial por ser director, se nos concedió

50 años (1968-2018) una reducción horaria adicional de 6 horas semanales para descargar al Director de actividad docente, hice algunos amigos para toda la vida y conocí muchas personas de las cuales fui compañero, también pasé momentos malos, irritaciones, dolores de estómago, muchos momentos de preocupación, estados de ansiedad, perdida de pelo y perdida de algunas amistades y confianzas depositadas. Quitando algunas cosas indeseadas que no quiero mencionar y algunas frustraciones como no poder introducir el Plan de Calidad y Mejora de los Rendimientos Académicos debido a que el Claustro se negó repetidas veces a aceptarlo, aunque tengo la satisfacción de haber participado en el Plan de Calidad de mi nuevo Centro, en el IES Emilio Prados de Málaga. Dejé de pertenecer al IES Camilo José Cela, el treinta de septiembre de 2011 aunque en realidad, estuve dos años más en comisión de servicio y finalicé mi mandato, el 30 de junio de 2013 a las 12 horas de la noche. La realidad que dejé el cargo de director en el momento que mejor lo conocía y cuando más preparado estaba para serlo. Para terminar quiero reiterar lo que dije en mi último claustro de junio del año 2013, con alguna lagrimita de por medio, que he sido muy feliz y que si volviera a nacer volvería a trabajar en el IES Camilo José Cela.


3. SecretarĂ­a



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Concepción Caballero Fernández, Administrativa del Centro desde 1978

CUARENTA AÑOS EN EL IES CAMILO JOSÉ CELA Junio 1978… Mayo 2018…

H

an pasado 40 años desde mi llegada al entonces llamado Instituto de Bachillerato de Campillos. En mi mente se agolpan los recuerdos ¿Cómo expresar y resumir en una líneas toda una vida dedicada a la administración? Recuerdo el día de mi incorporación: junio de 1978. Finalizaba el curso escolar 1977/1978. Al entrar en el Centro me encontré con una ventanilla que daba al recibidor de la entrada y a un gran número de alumnos que hacían cola. Me dirigí a la Conserjería. Pregunté por Secretaría y me indicaron donde se encontraba. Sentía cierto nerviosismo y al mismo tiempo curiosidad por ver a mis compañeras. Había contactado con ellas por teléfono pero el comentario que había hecho una de ellas durante la conversación me tenía un poco intrigada: “Por teléfono mi voz suena como si tuviera 24 años pero soy muy mayor”, así que estaba impaciente por conocerlas. Al entrar me encontré a dos señoras bastante atareadas matriculando a alumnos de selectividad y reválida pues en aquella época se podía acceder a la Universidad con 6º y Reválida sin necesidad de cursar C.O.U. La que había hecho el comentario por teléfono, Paquita Padilla, tenía el pelo blanco, pero no era tan mayor como había dicho.

La otra, Pepi del Pino, compañera infatigable durante 30 años. Ambas fueron muy amables y me recibieron con los brazos abiertos pues como es normal en un final de curso siempre hay bastante trabajo. Al día siguiente, muy entusiasmada, me incorporé a mi puesto de trabajo. A partir de ese instante, comienza mi andadura por el Instituto Nacional de Bachillerato Mixto de Campillos, llamado a partir de 1983, IES Camilo José Cela. Curso 1978/1979. Director Juan Mundo Aragó, Secretario Jesús Meléndez. Poco a poco fui conociendo a la plantilla que componía el Claustro de Profesores; a los subalternos, Indalecio Montosa y Manuel Romero (eran funcionarios y pertenecían al Cuerpo de Subalternos de la Administración General del Estado), y a las limpiadoras Dolores Pinta, Manolita Ramírez y Emilia Lupiáñez. Unos meses más tarde contrataron a Salvador Morillo que ejercía sus funciones en horario de nocturno. Al cabo de unos meses me había integrado por completo en la vida del Centro. En aquella época el alumnado oficial del Instituto era poco numeroso debido a que la mayoría de ellos estudiaban en los Colegios adscritos, Cº San José (Masculino) y Cº La Milagrosa (Femenino), ambos con bastante fama. El mes de julio me lo pasé


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cumplimentando Libros de Calificación Escolar de los dos colegios. Durante ese verano conocí a Diego Gutiérrez Mudarra. Se incorporaba al Centro procedente del actual IES Pablo Picasso de Málaga, aunque no era la primera vez que él estaba en este Instituto, pues formó parte de los primeros profesores que lo inauguraron. Comenzábamos el curso 1979/1980. La Delegación nombra Director a Antonio Cañabate, quien le propone formar parte del Equipo Directivo ejerciendo el cargo de Secretario. Con mis compañeras de Secretaría congenié bastante bien. Éramos más que compañeras. Paquita, al ser más mayor, nos daba a Pepi y a mí muchos consejos. De espíritu joven, amable y servicial; siempre tenía una sonrisa. En época de matrícula, cuando nos sentíamos un poco agotadas, nos ponía un folio con una nota que decía: “Atención a los shorts de Indalecio”. Al instante levantábamos la mirada y lo veíamos aparecer por el pasillo con unos pantalones cortos y camisa hawaiana. Por supuesto soltábamos una carcajada. Al implantarse la jornada partida en el año 1983, decidió dejar el trabajo en el Instituto y dedicarse a su librería. Sirvan estas líneas como un pequeño homenaje a

50 años (1968-2018) su memoria. Así que a partir de ese año, compartí despacho, durante 30 años con Pepi del Pino. Durante esta trayectoria hemos compartido vivencias tanto a nivel personal (nacimientos de hijos, bodas, penas y alegrías) como a nivel profesional (inundaciones, derribo del antiguo Centro al que le teníamos mucho cariño y la creación del nuevo, por citar algunas). En las inundaciones de 1989 recogimos barro de ficheros y armarios durante un mes. Cuando llegamos a la mañana siguiente nos quedamos asombradas al ver que los bancos del patio habían desaparecido. Estaban, literalmente, enterrados en barro. Siempre hemos tenido mucha complicidad. Con solo mirarnos sabíamos lo que queríamos decir, no necesitábamos palabras. El alumnado del Centro era muy diverso. Procedía de los pueblos de alrededor: Cañete la Real, Almargen, El Saucejo, La Roda de Andalucía, Los Corrales, Sierra de Yeguas, Teba e incluso de Algámitas. Debido a esta variedad de alumnado teníamos un lenguaje propio de cada pueblo. Los de Cañete al preguntar por el importe de la matrícula siempre decían “cuanto hierro cuesta esto”. Por los apellidos sabíamos de donde era cada alumno. Por ejemplo, los Escalante de Teba, Los Navarro de Almargen, los Ferrete de Cañete la Real, los Pajares de La Roda de Andalucía, etc… No necesitábamos mirar las fichas para saber su procedencia. Como podéis imaginar en mis comienzos como administrativa no existían los ordenadores. Se usaba la máquina de escribir (las había con carro pequeño y carro grande), y el papel de calco para obtener copias. Las listas de clase y los exámenes se hacían en cliché. Cuando te equivocabas se borraba con una especie de esmalte y volvíamos a escribir la palabra correcta. En una máquina llamada multicopista se lanzaban las copias que se necesitaban. Recuerdo que enviamos a la Delegación de Educación una relación de alumnos solicitantes de becas. Por error, introducimos en el sobre unos calcos. Nuestro


i.e.s. camilo josé cela compañero de Málaga nos llamó riéndose a carcajadas y nos dijo que la próxima vez se lo enviáramos nuevos, no usados. En el curso 1982/1983, nombran a Diego Gutiérrez Mudarra Director (me cuesta quitarle el Don, aunque él dice que el “Don Diego” es su “mote”) Comenzaba una nueva etapa. Persona inteligentísima, trabajadora y luchadora. Se desvivió para que el Centro consiguiera sus objetivos y fuera un referente en toda la Comarca. Se consiguió el comedor escolar, Ciclos Formativos de Grado Medio y Superior. El número de alumnos aumentó considerablemente llegando a tener más de mil. Durante los 21 años que ejerció la dirección del Instituto, lo primero que hacía al llegar al Centro era entrar en Secretaría y dar los buenos días a las niñas, como él nos llamaba. A lo largo de estos años fueron varios los equipos directivos con los que he trabajado. Recuerdo como Secretario a Fernando Pérez Prados, José María Almellones Caballero, Efrén Fernández Lavandera, Joaquín Jiménez Ruiz y Milagros Jiménez Hidalgo. Con todos ellos las relaciones de trabajo fueron siempre muy cordiales. Mi especial agradecimiento a Joaquín y Milagros. Con Joaquín Ruiz Chica, Jefe de Estudios, comencé mis “pinitos” en la Informática. Nos instalaron un ordenador en el despacho que había al lado de Secretaría. Para ponerlo en funcionamiento había que introducir un disco flexible de ¾. Una vez arrancado, se extraía y se insertaba el disquete en la disquetera. Ya podíamos comenzar a grabar datos. En uno de los equipos directivos que formó, nombra Secretario a mi querido e inolvidable Miguel Pozo Chía, Profesor de Matemáticas, persona sencilla y de una calidad humana extraordinaria. Siempre se ha caracterizado por su buen hacer y disponibilidad. Compartimos despacho durante muchos cursos. Introdujo la informática

65 en la Secretaría. Impartió varios cursos. Nos explicó Windows, Excel, etc.. y nos mostraba como buscar en Internet. En aquellos entonces sonaba todo a “chino” y no sabíamos cómo hilvanar aquel entramado. Cuando cogía el ratón me dolía la muñeca de tanto sujetarlo. Dejamos de usar calcos y la máquina de escribir pasó a un segundo plano. Ya sólo había que usar una serie de órdenes: list (off) apellidos, nombre, dni, localidad, etc… al final to print, tecla INTRO y todo listo. Para cerrar close all y quit. Las impresoras eran de papel continuo. Al cabo de unos años incorporamos el programa llamado Centro Dos. Con las teclas de funciones F1, F4, F10, F12, etc.., se generaban los certificados, boletines de notas, actas de evaluación, por lo que el trabajo se simplificó bastante y se hizo más llevadero. Con la implantación, por parte de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, de la aplicación SENECA, finalizamos el proceso de informatización de todos los documentos que se usan en un Centro de Educación. No puedo dejar de mencionar a mi Jefa de Estudios, Carmen Puertas, ni a mi querida Marisol Molina, Vicedirectora y Jefa del DACE, a las que me une una especial amistad. Como he citado al principio, el Instituto contaba con dos Centros adscritos, San José y La Milagrosa. En la actualidad sólo queda el Cº San José. Toda la documentación se recepcionaba en la Secretaría del Centro por lo que el volumen de trabajo aumentaba considerablemente en los meses de julio y octubre (traslados de expedientes y matrículas) pero siempre ha existido buena armonía entre los Centros. Recuerdo las muchas anécdotas que he vivido empezando por la de la madre de un alumno que vino a solicitar el traslado de expediente de su hijo que continuaba estudios en otro Colegio. Nos comentó que había ido a dar una vuelta por el pueblo y que al pasar por la puerta del cementerio entró a visitarlo. La señora muy asom-


66 brada nos contó que se había encontrado con unos nichos que tenían persianas, unas estaban subidas y otras bajadas, que en vez de un lugar de muertos parecía un lugar de vivos, que transmitía paz. Esta señora nos regaló una cafetera que utilizamos durante muchos años para prepararnos un cafelito, a primera hora de la mañana, cuando llegábamos al trabajo. Un alumno del Centro se fue a realizar el Servicio Militar a Valencia. Al cabo de un mes, volvió para solicitarnos un traslado de expediente. Había introducido tantas “eses” en las expresiones que no entendíamos lo que nos pedía. El profesorado tampoco está exento. Un profesor de Filosofía había aprobado las oposiciones sin obtener plaza. Estaba tan desilusionado que cada vez que hablaba con los padres de alumnos, al finalizar la conversación, les decía a todos la misma coletilla: “He sacado un 10 en las oposiciones pero no he obtenido plaza”. Además de la etapa administrativa en el Centro, también he vivido la etapa de madre de alumnas. Mis hijas estudiaron en este Instituto, de lo que me enorgullezco. Durante sus años de estudios formé parte de la AMPA. Primero como Vocal y luego como Tesorera, siendo presidentes Salvador Carrión y Manuel Ayas. Durante este periodo se organizaron numerosas actividades, como charlas informativas sobre la implantación de la LOGSE y también se creó una Escuela de Padres. En el año 2008 se jubila mi compañera Pepi y viene a ocupar su plaza, Ernesto, persona muy amable y trabajadora. En el 2010 ocupó la plaza, por concurso de traslado, Miguel. Procedía de Málaga. Hemos compartido despacho hasta el 2017 que se ha trasladado a Antequera. Ha sido un compañero diligente

50 años (1968-2018) y servicial. Desde aquí mi agradecimiento por todos estos años compartidos. Legislativamente he vivido el paso de múltiples Leyes de Educación, empezando por la Ley 14/1970 y finalizando con la Ley Orgánica 8/2013 (LOMCE). Espero que ésta sea la última porque tengo en “puertas” la jubilación. Tras la jubilación de Diego Gutiérrez, asume la dirección del Centro Francisco José Linares Artacho, profesor de Física y Química. Con él se acometen las obras del nuevo Instituto. Tengo que manifestarle mi agradecimiento por la deferencia que siempre ha mostrado hacia mi persona. Con motivo de su traslado al IES Emilio Prados, se nombra Director a Antonio Romero San Martín que junto a su equipo directivo realizan, día tras día, una labor encomiable para que el IES CAMILO JOSÉ CELA funcione correctamente y sea un referente para toda la Comunidad Educativa. GRACIAS Antonio, Manolo, Inés, Ilde, María Isabel y María Ángeles por formar parte de mi vida y demostrarme a lo largo de todos estos años que llevamos navegando en el mismo barco, vuestro apoyo, cariño y amistad. Tengo que resaltar, que aunque no figure el nombre de las personas que han caminado junto a mí durante este largo periodo de tiempo, no es por olvido. No quiero dejar a nadie atrás y prefiero no nombrarlas. A todas ellas mi agradecimiento más profundo. Os llevo en mi corazón. Y para finalizar, decir que me encanta mi profesión de ADMINISTRATIVA y he procurado ejercerla con dignidad. “Soy la mujer de los papeles”, como dicen los alumnos. Llevo tantos años en el Centro que hasta he perdido el apellido. Todos me conocen por Conchi la del Instituto.


4. Nuestros profesores, nuestros guĂ­as



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Milagros Jiménez Hidalgo. Profesora de Lengua y Literatura del I.E.S. “Camilo José Cela” desde el curso 198283 al curso 1986-1987 y secretaria en los cursos 1983-1984, 1984-1985.

De mis años en el I.E.S “Camilo José Cela” de Campillos

C

uando me comunicaron el traslado al I.E.S. de Campillos, fue uno de los días más felices de mi vida, porque ese cambio ponía fin a una diáspora de dos cursos en otro instituto andaluz en el que había estado destinada, alejada de mi familia y de mi hogar. Recuerdo, como si hubiera sido ayer, mi llegada al centro y mi entrañable encuentro con las personas que a él pertenecían. Corría el mes de setiembre del curso 1982-1983 cuando tuve la suerte de conocer al equipo directivo, encabezado por su director, Diego Gutiérrez Mudarra, y a la profesora agregada de Lengua y Literatura Españolas Mª Dolores García González (Lolita), dos personas encantadoras y un matrimonio excelente, al que sigo recordando pasados los años con mucho cariño, tanto como el que ellos me profesaron. Pero, como ninguna dicha puede ser completa, la peor noticia que pude recibir en aquellos momentos fue la de tener que dar asignaturas afines a mi materia, igual que en mis años de interina. No había otra solución. Éramos tres profesores de Lengua y Literatura Españolas en la plantilla, materia de la que yo era agregada, y no se disponía de horas suficientes para cubrir los tres horarios. De esta forma, el mío quedó completado con Griego, Francés y Música.

Curiosamente, fue algo valorado de forma muy positiva por la ingenuidad y candidez de algunos alumnos que veían aquello más como una consecuencia de mi amplia preparación que como un pequeño revés en mi labor docente. De manera que hubo alguno que me dedicaba frases como ésta:”Señorita, ¡qué lista es Ud.! Sabe de todo”, que me dejaban perpleja y que me arrancaban una pequeña sonrisa. Yo no sabía de todo, pero es verdad que me dediqué con tesón a recordar materias aprendidas en la carrera, nunca antes impartidas. Entre otras, la Lengua y Literatura Griegas, que enseñé durante los cincos cursos que pasé en Campillos, a los alumnos de 3º de BUP, con muchas ganas y muchas satisfacciones personales y profesionales. El Instituto de Campillos estaba formado entonces por un no muy elevado número de alumnos y de profesores. Los primeros procedían en su mayor parte de pueblos de la comarca, e incluso de otras provincias, como Sevilla o Cádiz. De esta forma, asistían alumnos de Teba, de Sierra de Yeguas, de Almargen, de La Roda, de Los Corrales, de Algámitas, etc. Con ellos, debido a que eran relativamente pocos (unos 200) y a las muchas horas que pasaban en el centro, manteníamos una


70 relación muy cercana, incluso con aquellos a los que no dábamos clase. En numerosas ocasiones, los profesores de guardia los llevábamos en nuestros coches a sus pueblos si sufrían alguna indisposición, con lo que se estrechaban aún más los lazos con ellos y con sus familias. También éramos pocos los profesores. Por aquellos años contaba el centro con una plantilla de unos 25 docentes, que aumentaba con profesores interinos según el total de alumnos matriculados. De todos los que integraban el colectivo docente, sólo un reducido grupo de profesores vivía en la localidad. Los demás se trasladaban diariamente desde lugares cercanos o bien pasaban en Campillos toda la semana a la espera de que llegaran los ansiados sábados y domingos, puentes y festividades en general para poder volver a su domicilio familiar. En mi caso, el viaje iba a ser corto y diario, porque me establecí en la cercana ciudad de Antequera, desde donde viajábamos varios compañeros en un mismo coche, entre otros, Joaquín Jiménez Ruiz, “mi hermano” y compañero, que me sustituyó como secretario, llegando a ser emblemático en ese cargo. Lo cierto es que, gracias al buen ambiente general que se respiraba en el centro, a la proximidad en el trato, a la familiaridad, yo me adapté pronto a la nueva situación y empecé a encontrarme como en mi casa.

50 años (1968-2018) El siguiente curso me hice cargo de la Secretaría, a pesar del enorme respeto que para mí representaba tal cargo, dada mi ignorancia sobre el mismo. Sin embargo, me embarqué en esa tarea, segura de que el capitán del barco, Diego, y las dos administrativas de entonces, Conchi y Pepi, no me dejarían sola en la travesía. La Secretaría de este centro era en aquella época muy complicada. Llevaba toda la documentación y traslados de matrícula (sin fecha de cierre) de los colegios privados “San José” y “La Milagrosa” de la localidad, que en esos años contaban con un elevado número de alumnos y, además, con historiales académicos complicados y expedientes escolares que debían ser revisados con lupa. Más de una vez nos encontramos con innumerables gazapos y toda clase de irregularidades, que pudieron ser solventadas gracias a la experiencia y dedicación de las mencionadas administrativas y a la ayuda del director, conocedor y experto en esas lides. Así, pese a mi bisoñez, se pudieron resolver problemas de lo más inverosímil e inesperado. Otro aspecto complicado de la Secretaría en ese tiempo era el económico, porque no resultaba fácil gestionar el presupuesto enviado por la Delegación, que con frecuencia llegaba tarde y era insuficiente, de modo que andábamos como acróbatas en el


i.e.s. camilo josé cela filo del alambre para poder hacerles frente a las necesidades del centro sin infringir la normativa. Este era nuestro trabajo en una materia tan delicada como la económica; no obstante, lo hacíamos con todo el entusiasmo posible y la honestidad suficiente para sacar adelante el funcionamiento del instituto sin que ninguna faceta de las actividades se viera perjudicada. De aquellos años como secretaria, he de destacar las actividades que preparamos con motivo de la visita de Don Camilo José Cela. A mí me tocó colaborar en la organización de la fiesta de homenaje a Don Camilo, cuyo nombre había sido el elegido por el claustro para denominar el instituto. Todos nos implicamos: el equipo directivo, el claustro y el resto de la comunidad educativa, el personal no docente: AMPA, administrativas, ya citadas, conserjes (Indalecio y Morillo), la familia de Antonio, que regentaba el bar, y las señoras de la limpieza. En la medida de las posibilidades y cometidos de cada uno, nadie dejó de arrimar el hombro, para que, llegado el día, los actos transcurrieran sin imprevistos y la jornada resultara de lo más brillante. Estuvimos durante todo el año preparando todo tipo de actividades, que tendrían lugar a finales de curso, ya en primavera. Entre otras tareas, mis compañeros del equipo directivo me pidieron que, como única mujer de la junta, presidiera la comitiva de recepción de Don Camilo y le hiciera entrega de un ramo de flores y algún presente a la por entonces esposa del insigne y prolífico autor de La Colmena, Doña Rosario Conde. Conocedora de la ligereza verbal del Sr. Cela, decliné tal gentil encomienda en beneficio de una alumna de 1º de BUP, a la que finalmente se le asignó la función de recibimiento. Don Camilo, como no podría ser de otra forma, no se dejó piropo en la faltriquera ni ahorró lindezas para saludar a tan estupenda representante de la belleza campillera. Ella, como cabecera del comité de bienvenida, recibió al matrimonio con sus mejores galas y la más atractiva de sus sonrisas en la misma verja de entrada al patio que daba acceso a las

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dependencias escolares. Entre los muchos actos programados para ese día, no puedo dejar de recordar la magnífica conferencia sobre “El vino y la literatura”, pronunciada por el Sr. Cela, que agradó mucho a todos los asistentes. De este Instituto y de todas las personas que formaban parte de él en aquella década de los 80 del siglo XX, guardo en mi memoria y, sobre todo, en mi corazón los más entrañables y satisfactorios recuerdos. Muchas fueron las experiencias compartidas y las anécdotas vividas; también, alguna que otra contrariedad, superada gracias a la buena disposición de todos, y al excelente trabajo y apoyo del entonces director. Por eso, no quiero cerrar este escrito sin rendirle mi particular homenaje, desde la distancia, a Don Diego Gutiérrez Mudarra, director durante muchos años del I.E.S “Camilo José Cela”, y a su querida esposa, Lolita, profesora de Lengua y Literatura Españolas del mismo, como he dicho. Sin duda, han sido y seguirán siendo, en la memoria de todos los que tuvimos la suerte de conocerlos y de compartir con ellos muchas horas de trabajo (y algunas también de ocio), el alma del instituto y un modelo de buen hacer.


50 años (1968-2018)

72 Mari Ángeles Berdún Bolaños, Profesora y catedrática de Inglés. Empezó en la docencia el año 1983 y comenzó en el I.E.S. Camilo José Cela el curso 1985/86 hasta hoy. Creadora del proyecto de bilingüismo. Ha ocupado los cargos de vicesecretaría, vicedirección y es jefa de departamento y jefa de estudios de la ESPA (nocturno).

Curso 2017-2018. ACTA nº …… En la sala de profesores del IES Camilo José Cela a las ……. horas del ….. de ……… de 2017.

R

eunidos todos los miembros de este claustro, pasamos a dejar constancia del único punto en el orden del día: 50 aniversario Curso nº 34. Dos destinos anteriores, Antequera y Ronda, me separan de este centro en Campillos. Y desde que entré por primera vez en él fui adoptada, pues no en vano fui apodada “la niña”. Así se referían a mí cada vez que me nombraban tan cariñosamente. ¿Qué de quién estoy hablando...? De Diego, nuestro “Don Diego” y de su Lola. Dos nombres que van unidos a la vida de este centro, dos personas claves para quienes hemos tenido la suerte de conocer y tratar. Imposible no mencionarlos en una fecha tan especial y conmemorativa como en estos primeros 50 años de existencia de este nuestro instituto. ¡De aquí mi homenaje para ellos!.

Vaya por delante mi orgullo al haber formado parte del instituto Camilo José Cela durante 32 años de los 34 que llevo dedicada a la docencia. Y no son pocos..., pues de mi dicen que soy la más “vieja”, puntualizo: “la más antigua” del centro. Al mirar hacia atrás, son muchas las experiencias vividas pero difícil de resumir en tan poco tiempo o espacio. Al igual que la vida nos parece que ha transcurrido en un pis pás, así me lo parece mi paso por este centro. Y no exagero, si hablara de mi segundo hogar.... Este centro ha sido testigo del día a día de cada curso escolar y con el paso de estos cursos siento que he ido creciendo a nivel profesional y personal. He convivido en clase con infinidad de alumnos y no solo de Campillos, también procedentes de otros pueblos de la comarca como Teba, Sierra de Yeguas, Almargen, Cañete e, incluso,


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Briar School lowestoft England.

últimamente Ardales. ¿Puede haber algo más enriquecedor? Hemos hecho toda clase de actividades dentro y fuera del aula. Con algunos alumnos, y como colofón a nuestras clases de "English", recuerdo la bonita experiencia de haber viajado a Inglaterra en varias ocasiones durante el mes de julio : clases, actividades, estancia en casas de familias, excursiones,... A la vuelta, el más reticente en un principio, ya estaba deseando repetir al año siguiente... Infinidad de compañeros han pasado por este centro, por el departamento de inglés, al que me enorgullece haber pertenecido. Y por ir un poco más allá.. ¿por qué no intentar introducir el "bilingüímo" también. ¡Casi que lo estrenamos con el edificio nuevo en el que estamos de celebración! Y así, hemos ido pasando de una cosa a otra hasta llevarme a la jefatura de Estudios del nocturno con su modalidad semipresencial y el uso de las nuevas tecnologías como la plataforma moodle a través de la cual trabajamos. No cabe duda que muchos cambios

e inquietudes nos han acompañado en todo momento, entre los que mencionamos los diferentes sistemas educativos por los que hemos ido pasando. ¿Posibilidad de marcharme de este instituto??? En su día me ofrecieron trabajar en el CEP de Antequera. Perpleja, pedí que me dieran unos días para pensármelo.... pero cuál no fue mi verdadera sorpresa que, con el simple hecho de imaginarme alejada de este instituto, me sorprendí a mi misma con unas lagrimillas en los ojos... ¡ La respuesta estaba clara!. Mi agradecimiento a todos los compañeros con los que he compartido tantos y tantos cursos. Pues, evidentemente, el centro no lo sería sin los que estamos dentro. Cierto que en nuestro bagaje cabe de todo, desde los mejores momentos hasta sus sinsabores como procede en todo trabajo. Todo forma parte de nuestras experiencias e indudablemente me quedo con la calidad humana de todos los que hemos formado parte de este homenajeado edificio hoy. ¡FELICIDADES!!!


50 años (1968-2018)

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Isidoro Otero Cabrera, Jefe del Departamento de Historia del I.E.S. Camilo José Cela. Cursos 2003-2005.

Una clase de Historia del Arte en el Museo del Prado.

(Unas semanas después de los atentados de Atocha)

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ntendiendo el museo como el espacio que facilita el encuentro entre la obra y el espectador, un grupo de alumnos y profesores del I.E.S. Camilo José Cela de Campillos (Málaga) nos propusimos que el 17 de abril de 2004, el Museo del Prado se convirtiese en una extensión de nuestro Centro, en uno más de sus espacios educativos. Esta osadía fue posible gracias

a la voluntad de unos jóvenes que no les importó cambiar su fin de semana por una alternativa cultural. Fuimos a Madrid tras concluir la jornada lectiva del viernes, utilizando nuestros días de descanso para no perder ninguna hora de clase, pues eran alumnas y alumnos de segundo curso de Bachillerato de Humanidades que el próximo curso comenzarían sus estudios universitarios y que tendrían que realizar la prueba de Selectividad. El edificio Neoclásico de Juan de Villanueva fue el lugar donde desarrollamos nuestra clase de Historia del Arte, lo que nos permitió sustituir la diapositiva por la obra original, y aunque sólo fuese por eso, la sensación de estar delante de una pintura que se conoce y se comprende, y que además se valora, supone algo difícil de explicar. La cultura frente a la barbarie Sin pretenderlo, otro importante objetivo se materializó durante esta visita. Llegamos


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a Atocha el viernes 16 de abril, hacía poco más de un mes que Madrid había vivido los terribles acontecimientos del 11 de marzo de 2004, la decimonónica estación de Mediodía madrileña había recuperado su trasiego cotidiano, la normalidad nos resultaba extraña, buscábamos las huellas y los testimonios de tan reciente dolor. Pero fue el escenario de un jardín tropical de 4.000 metros cuadrados y una obra de arte de la arquitectura contemporánea, ampliada y remodelada por Rafael Moneo, lo primero que nos llamó la atención. Para un estudiante de arte una estación de ferrocarril es una atmósfera generada por aquellas centenarias máquinas cuyos vapores fueron captados para siempre por la pintura Impresionista, hoy en día esas legendarias locomotoras han sido sustituidas por trenes de alta velocidad con diseños aerodinámicos y vanguardistas. Tras estas sorpresas seguíamos buscando los improvisados altares que conocíamos por las imágenes que todos habíamos visto en los medios de comunicación,

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pues pretendíamos realizar una ofrenda de flores como homenaje a las víctimas de tan fatídico día. Nos dijeron que buscáramos una cúpula de cristal y la encontramos convertida en una capilla repleta de velas, flores, escritos, nosotros fijamos en la pared una cartulina con una carta que unos amigos nos pidieron que depositáramos allí, también había fotos, dibujos, murales, etc. Un ramo de flores y unas velas dejamos como testimonio de nuestro paso por Atocha. Hicimos realidad algo que todos queríamos, mostrar nuestra solidaridad estando allí presentes. La visita al Museo del Prado la teníamos proyectada desde octubre de 2003, desde el inicio del curso escolar. Teniendo al alcance una de las grandes pinacotecas del mundo y la mejor que recoge el programa que se imparte en la asignatura de Historia del Arte de 2º de Bachillerato, consideramos que era una actividad de gran interés para nuestros alumnos y que se podía convertir, como


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así fue, en una enriquecedora propuesta cultural y educativa. Cuando sólo faltaba un mes se produjo el atentado, todo estaba ya ultimado, nuestro viaje iba a ser en tren, tuvimos que decidir sobre la continuación de nuestro proyecto. La determinación fue unánime, profesores, alumnos, madres y padres, consideramos que había que continuar.

– La diapositiva la sustituimos por la obra original. – Previamente, en clase, trabajamos, cada una de las obras y de las escuelas pictóricas que contemplamos en vivo. – Los propios alumnos explicaron las obras en el museo, los profesores realizamos el papel de coordinadores de la actividad. – Pretendimos también que conocieran la propia Historia del Museo del Prado. Concebido primero como un Museo de Ciencias Naturales, ha llegado a convertirse en una de las pinacotecas más importantes del mundo, con la cesión de los cuadros del palacio Real y los de la Real Academia de San Fernando. – Concienciar sobre la conservación y defensa del patrimonio históricoartístico. – Comprender que para protegerlo es necesario primero conocerlo y valorarlo. – Fomentar el acceso de todos los ciudadanos al disfrute de estos bienes culturales.

Objetivos

El trabajo de un curso escolar

– Convertir el Museo del Prado en el espacio educativo donde desarrollamos nuestras clases de Historia del Arte durante un fin de semana.

Esta actividad compendia en parte lo que había sido el trabajo de todo un curso escolar. La asignatura de Historia del Arte de 2º de Bachillerato, recoge un amplísimo programa que abarca desde el arte prehistórico hasta las más recientes vanguardias artísticas. Es por tanto, una asignatura difícil por sus amplios contenidos, pero a la vez es una asignatura que cautiva, pues la capacidad de producir belleza es algo que “engancha” a los jóvenes. El Museo del Prado, cuenta con unas ricas colecciones que recogen una parte muy importante de los contenidos que hemos trabajado en nuestras clases, pintura española desde el siglo XII al siglo XIX, entre la que destacamos al Greco, Ribera, Murillo, Velázquez y Goya. Pintura francesa, alemana, pintura italiana del Renacimiento con obras de Fra Angélico, Rafael y Tiziano. Y una valiosísima colección de pintura


i.e.s. camilo josé cela flamenca, debido a la pertenencia de los Países Bajos a la monarquía hispánica, con obras de Roger van der Weyden, El Bosco y Rubens. Desarrollo de la actividad La posibilidad de comentar un cuadro en pleno museo fue todo un reto para nuestros alumnos. Cada uno de ellos explicó dos obras, los profesores realizamos el papel de coordinadores de la actividad. Con los lógicos nervios, describían y analizaban el tema, los elementos plásticos, la composición, el contenido, etc. El espacio de nuestra peculiar clase se ampliaba progresivamente, además de los alumnos y profesores que estábamos implicados, se acercaban ciudadanos y visitantes

77 del museo que querían también aprender con nosotros. En el mismo día realizamos dos visitas al Museo del Prado, una por la mañana y otra por la tarde, en total estuvimos cuatro horas estudiando y disfrutando de nuestro patrimonio artístico. Mis alumnos me comentaron que tuvieron la sensación de que el tiempo había pasado velozmente. Y es cierto, estábamos concentrados y absortos con tanta genialidad, de la que éramos partícipes al tener el privilegio de contemplar tamaño derroche de creatividad. Durante el curso 2004-2005 volvimos a repetir la actividad. Fue también un éxito. Las imágenes que ilustran este artículo reflejan en parte lo vivido durante aquellos años que nos marcaron y han dejado en todos una huella indeleble.


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78 José Antonio Sánchez Tarifa, Profesor de Filosofía entre los años 1990-2006.

Filosofía

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ui destinado a Campillos en el año 1990 como profesor de Filosofía y permanecí allí hasta el curso 2005-2006. Tanto la dinámica del centro como el tipo de alumnos fue variando bastante. Piénsese que, a mi llegada, era un instituto de BUP en el que se integraban alumnos de varios pueblos, incluso de distintas provincias, como era el caso de El Saucejo o Los Corrales. En poco tiempo, el alumnado cambió muchísimo. La entrada de la LOGSE y el ciclo de Agropecuaria –por el que se luchó con ahínco- generaron grandes transformaciones, incluido el impresionante aumento de estudiantes. En el plano académico, la ESO se amparaba en unos principios de irrealidad quimérica que afectaban a las dinámicas convencionales de enseñanza y más aún en mi asignatura. En general, se produjo una infantilización de métodos, formas y otras variables que influyeron en las relaciones docentes. Por eso, el trato alumno-profesor se transformó. En el antiguo COU, elementos básicos en un centro académico como contenidos o la obligación de estudiar, no eran discutidos por el alumnado. Con la reforma, se creó una situación de bastante desamparo y desorientación del profesorado porque las nuevas generaciones -azuzadas por determinadas corrientes pedagógicas, que a su vez estaban amparadas en una línea política increíblemente populistadesatendieron sus obligaciones de manera drástica, considerando explícitamente cualquier exigencia que supusiera esfuerzo,

como una agresión, incluso denunciable a la inspección. La administración se hacía eco de las quejas y había un ambiente de mucha presión sobre el profesorado. Se trataba de contentar a una población frustrada con el estudio, a la que se le vendió grandes falsedades demagógicas como el carácter necesariamente lúdico de cualquier tipo de aprendizaje durante el curso escolar completo, la consecución de títulos sin preparación y otros disparates semejantes; en definitiva, la apariencia de conocimiento y no conocimiento real. Recuerdo aquello como una gran tragedia educativa que, aunque algo rectificada, continúa. A pesar de las grandes adversidades en las que se desenvolvió la Filosofía con estas transformaciones, siempre había alumnos muy interesados que comprendían el lenguaje filosófico y a los que apasionaba el estudio de los grandes pensadores. Eso era gratificante y otorgaba ánimos renovados para mantener un mínimo nivel y reconocer la importancia de esta materia, incluso en condiciones tan desfavorables. Aun así, en clase tratábamos de crear un ambiente de diálogo e intercambio de reflexiones en el


i.e.s. camilo josé cela que no sólo se asimilaran contenidos, sino en el que se filosofara sobre esos contenidos, vinculándolos con la realidad social y personal. Intentábamos darle a las clases un enfoque teórico-práctico en el que reinara un ambiente de diálogo y debate para pensar y abordar los temas de un modo diferente y filosófico. En la medida de lo posible, pretendíamos que nuestros análisis contrastaran con la frivolidad irreflexiva de los grandes referentes sociales como los medios de comunicación. Para ello, era imprescindible que el alumnado acudiera al aula con una actitud abierta y participativa. En general, no se conseguía, pero la satisfacción profesional, en mi caso, proviene de la intencionalidad por culminar este planteamiento en clase junto a la inestimable colaboración de muchos alumnos, que comprendieron y trabajaron para aprovechar aquella oportunidad: la creación de un pequeño espacio auténticamente filosófico en nuestras vidas. Entre el profesorado, dada la ubicación de la localidad en el centro de Andalucía, había una bonita heterogeneidad que producía grandes amistades. Entre los proyectos más curiosos -siguiendo las pautas de los cursos del CEP que admitían la posibilidad de actividades deportivas- destacaría el que se debió a un grupo de profesores -que conocían mi afición a los deportes de aventura- y que me animó a presentar un curso de formación de actividades en la naturaleza. Cuando lo medité, no consideré mala idea que el profesorado conociera mejor la belleza de la comarca y que hubiera un acercamiento a este tipo de deportes que, en muchos casos, siguen siendo denostados por una parte de la población cuando, en realidad, son mucho más seguros de lo que se suele pensar. Creí que incluso produciría positivamente un acercamiento generacional con un alumnado. Nuestras salidas fueron un rotundo éxito, hasta el punto de que repetimos los siguientes años. Me resultó muy satisfactorio contemplar el entusiasmo de los compañeros al aprender nuevas técni-

79 cas en escalada y espeleología, a la vez que realizábamos numerosas salidas en un bonito clima de convivencia: desde escalada en el Torcal o en el “Caminito del Rey” –muchos años antes de su reforma- a descensos de simas profundas; incluso recorrimos parte del famoso sistema Hundidero-Gato. Por otra parte, nunca había tenido una relación tan estrecha con una población fuera de la provinciana capital de Granada. Acceder al mundo rural andaluz, me hizo caer en la cuenta que mi ciudad no era lo peor que se podía concebir en las relaciones de una comunidad. Me hube de sumergir en otras dinámicas que serían largas de explicar pero que tengo fundamentos para referirme a ellas con cierta base y de las que recogí mucha información en su tiempo -no descarto realizar una futura obra al respecto-. Las fuerzas fácticas y las intenciones no son lo que parecen en un primer momento. Rápidamente, comprendí que la hipocresía era la forma básica de funcionamiento, que la religión se vivía de un modo superficial y folklórico, justificada en unos rituales de aparente hermandad pero escaso compromiso social, y muchos prejuicios sorprendentemente antediluvianos que nadie ponía en entredicho. Advertí cómo el concepto de “ciudadano” era una entelequia porque la consecución de medios y fines dependía de quién fuese el solicitante o su familia. Una comunidad muy viciada, en definitiva, que ofrecía unas claves de problemas intrínsecos que han dirigido a la sociedad andaluza desde hace muchos siglos. Mis clases pretendieron ser una lanza sangrante en cada uno de los hogares de mis alumnos para mínimamente mostrar que otro mundo es posible, que esa comarca no es más que una gotita de agua en el gran océano de la cultura y que es nuestra obligación enfrentarnos a las situaciones indeseadas para transformarlas porque la felicidad –en este caso interpretada como bienestar social- no sólo es un derecho para los seres humanos sino una obligación. Obviamente, al no necesitar los votos de


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nadie, al reírme del estatus que se me pueda atribuir o escamotear, al carcajearme de mi propia imagen –como siempre he hecho-, al ser impermeable ante amenazas e indirectas… actuaba desde la impunidad para los valores tradicionales que regían la comunidad. Así que poseía la posición ideal para educar en el respeto –frente al servilismo timorato- y la libertad –frente al libertinaje apocalíptico-, más allá de los prejuicios que conforman la vida social del mundo rural andaluz, del que hablar de su despiadada realidad, parece un tema tabú en el discurso público. Y debería ser lo contrario para sanear unos núcleos de poder respaldados por una mentalidad que, de no remediarla, no hará sino agravar la situación. De mi paso por el centro, me quedaría con la impactante experiencia de conocer una dinámica social tan diferente a la que estaba acostumbrado. Eso me hizo reflexionar mucho sobre aspectos sociológicos y, desde luego, comprender mucho mejor la situación de Andalucía, por qué funciona como funciona. La relación con los compañeros fue, asimismo, muy interesante y tuve la suerte de trabar grandes amistades que aún, después de décadas, continúan. Por último, tantos años de experiencia

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en el centro me hicieron admirar a una parte del alumnado que es magnífica, que se implica fácilmente y que a pesar de su juventud y las circunstancias de nuestra época, se deja deslumbrar por la filosofía. Es una lástima que este potencial no esté más cuidado institucionalmente y que se deba compartir espacio con gente y dinámicas que impiden interactuar de un modo constructivo, especialmente en el difícil, a veces peligroso, arte de filosofar. Mucha gente muy brillante acaba yéndose del ambiente rural. Testimonialmente, sólo aparecen para las grandes celebraciones, reuniéndose periódicamente con amigos y familiares. Esa fuga de cerebros que se produce en la comarca es otro de los temas desatendidos que me gustaría que formara parte del debate público, pues considero imprescindible que nos preguntemos el porqué para remediar la situación. Considero que el centro debe seguir asumiendo el rol de convertirse en una institución que vele por nuevos valores, basados en el conocimiento y en el respeto –auténtico y no el demagógico de la memocracia-, y que aporte algo a esa nueva realidad que la historia está reclamando, incluso en el fosilizado mundo rural andaluz.


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Miguel Pozo Chía, Profesor de Matemáticas desde 1988 hasta Secretario entre los años 1988-2000.

Cuida de todos tus recuerdos, porque no los puedes revivir (Bob Dylan)

L

a tarde del jueves 16 de junio de 1988 me desplacé a Campillos con la curiosidad de conocer la localidad donde se me había asignado mi primera plaza docente; ya había trabajado en otros institutos, pero en expectativa de destino, de paso. Por primera vez sentí un hormigueo especial porque el I.E.S. Camilo José Cela sería mi Centro de trabajo durante varios años. Me dirigí al instituto. Un solitario pasillo me llevó a la única puerta abierta, el despacho del director. Al fondo, un hombre de apariencia agradable estaba concentrado escribiendo. Una mesa de despacho lo separaba de un espacio acomodado con un tresillo y dos sillones color mostaza, donde una sonriente profesora comentaba algo con una joven que supuse alumna. Hablaban sobre el contenido de una gran cartulina que tapaba totalmente una mesita. – ¿Se puede? Giraron los tres la cabeza al unísono. – Claro, sonrieron, adelante. El hombre dejó de escribir, se levantó amablemente, observé que a pesar de tener el pelo cano, no pasaba de los 40, estreché su mano y acto seguido la profesora se levantó y me saludó sonriendo: – Soy Marisol.

La presunta alumna, que en realidad era profesora de inglés y Vicesecretaria, se acercó con un agradable acento canario y me dijo: – Soy Mariángeles y este es Don Diego, el director. Recuerdo, como si fuese ayer, aquella cartulina que mostraba un gran cuadrante de datos. D. Diego me dijo que eran las horas por departamento para el próximo Curso. No me imaginaba la de veces que escribiría y borraría en esa misma cartulina hasta hacerla casi transparente. Fue un encuentro grato, presagio del buen ambiente de trabajo y amistad que me esperaba los siguientes 22 años. Al final de ese curso, cuando me preparaba para tomar las vacaciones de verano, Mari Sol, al cruzarse por el pasillo, me entregó un enorme manojo de llaves enlazadas en varios aros: Toma. ¿Qué es eso? Le dije. Son las llaves del instituto. Eres el nuevo secretario. Fue a partir de entonces cuando comencé a tomar conciencia del funcionamiento de un Centro docente. Hasta ahora me había limitado a dar clases. Sabía que era una nueva tarea llena de trabajo y respon-


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sabilidad, pero también que contaba con la guía inapreciable de D. Diego a quién nunca podré agradecer todo lo que me ha enseñado. La experiencia y buen hacer de las administrativas Dª Concepción Caballero y Dª Pepi del Pino, facilitó el desarrollo de mi función. Quede aquí constancia de su buen trabajo y del aprecio que saben que les guardo. Nuestro Centro presentaba características especiales que complicaban el funcionamiento de la Secretaría, tales como la adscripción de los Centros Privados “San José” y “La Milagrosa” cuyos expedientes dependieron de nosotros, o el adelanto de la LOGSE, que nos hizo adaptar los planes de estudios, documentos, informes, asistir a cursos de formación, impartir materias nuevas, etc., mientras que el resto de los institutos seguían con BUP y COU. Como recompensa se recibió una gran dotación de material y a la postre, cuando los demás centros se tuvieron que incorporar a la LOGSE, nosotros ya estábamos de vuelta. Cuando se crearon los IES de Teba y Sierra de Yeguas dependieron en cuanto a Dirección y Secretaría del I.E.S. Camilo José Cela. Recuerdo cuando D. Diego y yo nos desplazábamos a estas localidades a realizar las matrículas, acompañados de sus jefes de estudio, D. Pedro y D.Manuel, a los que mando un cordial abrazo.

50 años (1968-2018) Por aquel tiempo la Secretaría funcionaba con máquinas de escribir y papel de calco. La confección de documentos, listas de alumnos, actas etc. era realmente engorrosa, así que lo primero que nos planteamos fue informatizar el Centro. En un principio el aula de informática disponía de dos teclados spectrum que funcionaban con BASIC y cuyas pantallas eran dos grandes y viejos televisores en blanco y negro donados por el APA (ahora AMPA). El alumnado alucinaba cuando podías hacer un programa que sumase dos números. D. Joaquín Ruíz-Chica y yo solicitamos ser coordinadores del “Plan Alhambra” por el cual se dotaba al Centro de un aula de informática. Posteriormente solicité el Proyecto de Innovación educativa “ Informatización de un Centro Docente”, por el que se dotaba a los despachos de ordenadores e impresoras que fueron sustituyendo a las obsoletas máquinas de escribir. En los cursos sucesivos nuestro Centro fue referente en materia informática. Junto con D. Antonio Romero impartimos cursos de formación organizados por el CEP de Antequera por toda la comarca. Los primeros PC carecían de disco duro, se utilizaba MSDOS como sistema operativo, y cada Centro educativo tenía que desarrollar sus propios programas. A mediados de los 90 la Consejería de Educación dotó del primer programa de gestión llamado SENU. La aparición de Windows e internet posibilitó que dicho programa evolucionara hasta llegar al actual SENECA. Otra de las funciones del Secretario es la dirección y coordinación del personal de administración y servicios. Quiero agradecer la labor prestada por todas y cada una de las personas con las que he tenido la suerte de trabajar, resaltando su buen hacer, sobre todo en momentos difíciles como en las inundaciones o traslados. En los años que actué como Secretario del Consejo Escolar, sin duda el órgano


i.e.s. camilo josé cela de gobierno más importante del Centro, pude constatar el afán de trabajo de todas y cada una de las partes que lo componen: profesorado, padres-madres, alumnos-as, PAS y representante del Excmo. Ayuntamiento de Campillos. Quisiera recordar a un miembro del Consejo Escolar que desgraciadamente nos dejó, una buena persona: D. Antonio Rueda. Nada más conocerlo me comentó que tenía una hermana también matemática. No podía imaginar que unos años más tarde, esa hermana sería una compañera de departamento y una entrañable amiga, Leo. El cargo de Secretario posibilitó un contacto directo con el Servicio de Inspección. Recuerdo que D. Diego y yo solíamos dejar el final de una mañana libre de clases para desplazarnos al Edificio Negro en Málaga a pasillear, así llamábamos al hecho de pasar por los despachos para intentar solucionar los problemas de nuestro Centro. “Un buen inspector es aquel que resuelve problemas cuando los hay, y no los crea cuando no los hay”. Sabias palabras de D. Carlos Gómez, inspector de educación, tristemente desaparecido. Con su pérdida se fue un gran hombre y un buen profesional. Quiero hacer constar el excelente trabajo que desempeñaron D. Ricardo Rodríguez y él, inspectores de referencia en nuestro centro. Por entonces todos los temas importantes se trataban en largas reuniones de trabajo, de tú a tú, para al final, dejar todo cerrado con un apretón de manos. Tampoco puedo dejar de mencionar al APA (ahora AMPA), siempre apoyando la labor docente y el funcionamiento del Centro, a esos presidentes con los que me tocó trabajar: D. Diego Rueda, persona entrañable que se refería al instituto como “el barco en el que navegamos todos” y al amable D. Manuel Ayas, siempre volcado por el bien de nuestro instituto, que no escatimaron tiempo ni esfuerzo. Dejar constancia del grato recuerdo de los equipos directivos en los que he

83 formado parte, equipos estables y que forjaron lazos inolvidables de amistad: D. Diego Gutiérrez, D. Joaquín Ruíz-Chica, Dª Carmen Puerta, Dª Mª Ángeles Berdún, Dª Maria Soledad Molina, D. José Clavijo, D. Antonio Romero, Dª Mª Agustina López, Dª Carmen Benn, Dª Ana Mª Artacho, D. José Antonio Sánchez, D. Martín Gallardo, así como a D. Francisco Viseras, D. Ildefonso Conejo, y Dª Mª Luisa Villoslada, Director y Jefes de Estudios respectivamente cuando dejé el cargo. Respecto al Claustro, podría contar infinidades de vivencias, desde el ámbito docente, de formación, personal, pero prefiero obviarlas, diré que el motivo de no mencionarlas es porque al recordar una anécdota, me llega otra, al recordar a un compañero, me llega otro, son tantos recuerdos… que es imposible plasmarlos aquí. Pero tal vez el motivo es porque se me hace un nudo en la garganta. Me permito, no obstante, con el permiso de todos, nombrar a Dª Mª Dolores García, Dª Ana Mesa, que junto con D. Diego Gutiérrez y D. José Clavijo fueron el germen de nuestro Instituto. Ya faltan pocos meses para mi jubilación. Siempre pensé que lo haría en mi Centro, el I.E.S. Camilo José Cela de Campillos. Pero circunstancia de la vida me forzaron al concurso de traslados. No obstante siempre os llevo en el recuerdo, y en los momentos de asueto, en las comidas de fin de curso, echo de menos “el relicario” de Lizana, el “quién te cantará” de Sole o el chiste de los “azules claros y oscuros” de Paco Lago y a todos vosotros. Os quiero. Un abrazo. Miguel Pozo Un breve encuentro y un largo recuerdo hacen el alma rica y libre ( Emanuel Geibel )


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84 Carmen Puerta Ríos (1987-2003) Profesora de Lengua y Literatura Jefa de Estudios (1196-2003)

“Conmigo vais…”

“Llegará un día que nuestros recuerdos serán nuestra riqueza” Paul Géraldy

I

ncreíblemente, han transcurrido treinta años. Cuando una mañana de septiembre, a punto de comenzar el primer Claustro del curso, al acogedor saludo de “te estábamos esperando”, entré por primera vez en la Sala de Profesores del I.E. S. “Camilo José Cela de Campillos”. Fue el comienzo de una feliz andadura de dieciséis años. Sí, ahora desde la distancia que marca el tiempo: “a veces no conoces el verdadero valor de un momento hasta que se convierte en memoria”, una vez finalizada mi vida profesional, puedo afirmar que fueron mis mejores años en la Enseñanza. El Claustro, entonces, apenas alcanzaba la veintena. Éramos una gran familia. Y como tal, compartíamos cumpleaños, bodas, nacimientos e, inevitablemente, también funerales. Con esto no quiero decir que no hubiera de vez en cuando algún desencuentro, como ocurre en las mejores

familias, hasta en la Real. La vida personal y profesional se trenzaba con la vida del pueblo. Recuerdo como, cada primavera, ese fervor único, impresionante, con el que sus gentes vivían su Semana Santa, se colaba por pasillos y aulas envuelto entre aromas a incienso y ecos de cornetas y tambores. Hubo momentos memorables. Cuando por Navidad, los profesores quisimos felicitar a nuestros alumnos con una improvisada actuación coral interpretando un inefable “adeste fidele” que, por más pasión que le pusimos, no logramos llegar a entonar. O aquella otra tarde, en la que nos reunimos para servir de “comodín de llamada” a nuestro compañero Manuel que participaba en un concurso de televisión y que había creado una enorme expectación entre nuestros alumnos. Nuestro prestigio estaba en juego. Desde el mismo instante que sonó el teléfono y la engolada voz del


i.e.s. camilo josé cela presentador nos recordó que nos volvería a llamar sólo en caso de ser necesaria nuestra ayuda, se produjo un silencio conventual. Y estuvimos así, sin movernos y sin decir palabra hasta que alguien nos avisó de que el programa hacía rato que había terminado. Era evidente que todo había quedado en una quimérica llamada “en espera”. Nos recuerdo llenos de ilusión, de ideas nuevas, de afán participativo. Regalábamos generosamente muchas horas de nuestro tiempo libre a los proyectos del Centro con el único deseo de mejorar la calidad de enseñanza para nuestros alumnos. Alumnos venidos, en gran parte, de los pueblos de alrededor: Teba, Sierra de Yeguas, Almárgen, Ardales, Cañete la Real, Los Corrales, La Mezquitilla, El Saucejo y hasta de la Roda; y entre los que existía una convivencia pacífica. Aquellos alumnos, al ser poco numerosos,

85 ocupaban un espacio afectivo importante dentro de la comunidad educativa. Se respiraba un ambiente amable y de manera natural y respetuosa surgían vínculos de amistad. Con ellos era fácil organizar actividades extraescolares: excursiones a la Sierra de las Nieves, a la Sierra de Grazalema, Fuente Piedra; jornadas gastronómicas, jornadas de convivencia en Humilladero o en el Calvariopor cierto, ¡qué gran paella nos hizo José!- Se llevaban a cabo sin conflicto alguno. Aún no se utilizaban partes de disciplina, porque aún no eran necesarios. Sé que corro el riesgo de idealizar el pasado. La memoria es, en esencia, creativa. Pero no. Simplemente las circunstancias eran otras y para el profesorado la tarea era más fácil. Días horribles, también los hubo. Las inundaciones fueron nuestra peor pesadilla.


86 Pérdidas incalculables. Aún hoy recordarlo me produce una desazón indescriptible. Apilados. Montones de libros embarrados. Irrecuperables. Al evocarlo, las imágenes duelen. Leía, hace poco, que lo que no se olvida es aquello que con mayor intensidad vives en el presente. Si eso es cierto, tengo plena certeza de que estos “dies horribilis” quedarán en mí para siempre. El Instituto fue cambiando poco a poco. Se ampliaba. Se remozaba. Se modernizaba. El salón de actos experimentó un cambio espectacular. Y ¡cuánto lo disfrutamos! Teatro, conferencias, bailes, la voz de Isidro Carbonero, despedidas de curso. ¡Cómo se engalanaba con aquellas preciosas y didácticas exposiciones! Lamentablemente, también fue el lugar elegido por los cacos en repetidas ocasiones. Y llegaron los noventa, tiempos finiseculares de Reformas: Logse; Lopeg; Loce. Se sucedieron en apenas diez años. Y dejándonos llevar por un espíritu innovador, siempre buscando nuevas fórmulas que dieran respuesta a las nuevas necesidades que la sociedad ya venía exigiendo, adelantamos la implantación de la Logse. Y con ella una carrera de cursos de “formación permanente”, elaboración de “Finalidades Educativas”, “Plan de Centro”, “Reglamento de Convivencia”, “Diseños curriculares”, “Auditoría interna”, “Programaciones de Departamento, de Aula”, etc. Una locura. Los cursos, en su mayoría, se realizaban fuera de nuestra localidad, lo que nos obligaba a desplazarnos unas veces a Málaga, otras a Torremolinos o Antequera, después de finalizar la jornada escolar. Esto nos ocasionaba más de una contrariedad. Es, pues, comprensible que acogiéramos con enorme entusiasmo aquellos que se cursaban en nuestro Centro. Recuerdo, con especial cariño, los que fueron impartidos por nuestros compañeros Antonio y Miguel y que con denodado empeño trataban de acercarnos al tan complejo mundo, entonces, de la Informática; en nada parecido al uso digital de ahora.

50 años (1968-2018) Fueron muchos los cambios. Algunos de enorme complejidad y trascendencia. El fin de la E.G.B. y el comienzo de la E.S.O, de la Escuela al Instituto, supuso tanto para alumnos como para sus profesores un salto sin red. Sin embargo, no fue así en nuestro caso. Una mullida colchoneta mitigó el salto. El paso del colegio Manzano Jiménez al instituto Camilo José Cela se hizo “pasito a paso”. La falta de espacio para su ubicación en el Instituto los mantuvo en el Colegio los primeros cursos y un extraordinario equipo de profesionales, dispuestos siempre a colaborar, facilitó la delicada labor de transición. A medida que pasaban los años, la enseñanza fue haciéndose cada vez más complicada. Los medios de comunicación y las nuevas tecnologías comenzaron a ganarnos la partida. Y por primera vez se empezó a contemplar la jubilación como una liberación. Y había más. Un sinfín de sensaciones y, sobre todo, de emociones vividas a lo largo de estos años que siempre me acompañarán. Pero hoy no voy hablar de eso. Son experiencias tan íntimas, tan incomunicables que descubriéndolas corres el riesgo de deformarlas. Y de todo aquello, hoy siento una extraña mezcla de melancolía y felicidad. Melancolía por lo que quedó atrás y nunca volverá. Felicidad por haber tenido la fortuna de vivirlo. Un bonito viaje de estudios a Italia acompañando a los alumnos de primero de Bachillerato, con un guía de excepción, coronó el final de la etapa y dulcificó la despedida. Desde entonces no he vuelto por aquellas tierras. ¿Están ya los campos cubiertos de girasoles? Así fue aquello o así lo recuerdo ahora. P.D. ¡Antonio, Ana, Conchi, Diego, Inma, Lola, Pepe, Miguel, Pepi, Teresa; amigos, conmigo vais…!


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Manuel Lizana Esteo. Profesor de Filosofía entre los años 1995-2013.

18 años

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l de 2013 fue un otoño muy feo, seguido por un invierno aún peor. Recuerdo un calor húmedo y bochornoso que me hacía sudar de forma copiosa durante las primeras horas de clase, mientras trataba de fingir normalidad ante mis alumnos. La clásica humedad de Cádiz. Todo era oscuro, al menos en mi recuerdo. Seguramente predominaron los días luminosos, con esa luz única que tiene esta ciudad. Debió de ser así, pues no creo recordar que aquel fuera un invierno particularmente lluvioso, pero mi sensación íntima era de oscuridad. Tal vez porque las clases empezaban a las ocho de la mañana, y no estaba acostumbrado a iniciar el día en una noche tan inequívoca. Esa media hora de diferencia con respecto al inicio de las clases en Campillos se notaba. Y habría que añadir que ya no estaba a cinco minutos del instituto, sino a un paseo, con cuesta incluida (pecho, dirían por allí), de veinte minutos que tardé varios meses en que dejaran de hacérseme largos. Mi aliento llegaba muy justo. Había vuelto a fumar. Pero no fueron solo mis pulmones los que tardaron en adaptarse al cambio. Todo era muy diferente. Ya se sabe, muy parecido en el fondo, pero en el fondo nada era igual. El IES Columela, el decano de los institutos públicos de Cádiz, celebraba su 150º aniversario, y andaba imbuido en el frenesí de la efeméride, lo que estaba bastante bien, pero no me ayudaba mucho a disminuir mi sensación de irrealidad cuando caminaba por sus pasillos. Había pasado los últimos dieciocho años de mi vida deambulando por otros pasillos, que

ahora celebran su 50º aniversario. Mi cuerpo tenía asimiladas las distancias y los pasos precisos que requería cualquier ruta imaginable. Físicamente no siempre fueron los mismos pasillos, claro. Hubo un edificio antiguo y luego otro nuevo, y entremedias unos módulos prefabricados, pero estos detalles carecen de importancia para lo que en realidad quiero decir. Todos esos eran mis pasillos, pero de repente, los que recorría en aquel oscuro otoño, no lo eran. No encajaban los ladrillos ni los colores, tampoco la gente ni sus conversaciones, no encajaba yo. Era un Centro que respiraba un orgullo por su ilustre pasado que apenas podía disimular su, tal vez inexorable, decadencia. Aguantaba por la pujanza de sus Ciclos Formativos, pero tenía dos líneas mal contadas de Secundaria, y otras dos de Bachillerato que acabaron quedándose en una. Adscrito a uno de los barrios más deprimidos de la ciudad, la mirada de cada uno de sus alumnos ocultaba, casi sin excepción, un drama inconcebible. Aquello era, simplemente, otra cosa. Parecía como si nunca hubiera dado antes clase, como si acabara de empezar. No tardó en diluirse en mi memoria, como una broma que apenas si podía recordar que alguna vez


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sucediera, que hacía bien poco gente muy equivocada llegó a llamarme alguna vez el altísimo. Y, claramente, ya nunca más volvería a cantar Tatuaje. El caso es que, malamente, sobreviví a aquel año. Y al siguiente. Ciertamente, mientras me adaptaba, me sentí muy bien acogido por mis compañeros, y fui percibiendo poco a poco el cariño de mis alumnos. Con mucha lentitud, aquellos destartalados pasillos los fui también interiorizando como míos. No sabía hasta qué punto me estaba haciendo parte cotidiana del paisaje del Columela hasta que al final de aquel segundo año, por sorpresa, me ofrecieron el cargo de Jefe de Estudios Adjunto. A mí. Quién lo iba a decir. Vieron en mi un perfil mediador que entendieron podría venir bien para el alumnado tan peculiar del Centro. El que ahora empieza es ya mi tercer año en el cargo. No puedo evitarlo, es mi carácter: todavía no pasa un solo día en que no piense que cometieron un error ofreciéndome el puesto, o yo aceptándolo. Sin embargo, la intensidad de la experiencia y el increíble apoyo de mi Equipo Directivo forman parte de las mejores cosas que me han pasado desde que estoy aquí. A estas alturas puedo decir que formo ya parte del Columela pero soy incapaz de olvidar el Camilo José Cela. Mis hijos

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van a Campillos con frecuencia para visitar a sus amigos de toda la vida. Después de todo es y siempre será su pueblo. Estoy en un grupo de WhatsApp con antiguos compañeros, que espero que me disculpen por mi casi nula participación en el mismo. Noto que nuestros momentos vitales y preocupaciones cotidianas son ya demasiado divergentes y no me encuentro capaz para intervenir con naturalidad sin sentirme un intruso. Me resisto, no obstante, a salir del grupo pues, desde mi cómoda posición de voyeur, mantengo una conexión con un pasado que no quiero olvidar. Muy de vez en cuando hablo por teléfono con Manolo del Rey, que es una de las personas que más echo de menos. Fueron dieciocho largos años. Se dice pronto. No me puedo quejar. Para mí se quedan. Me siento un privilegiado por haberlos vivido. Perdonadme la vanidad. Pocos profesores habrá que hayan sentido tanto cariño por parte de tantas generaciones de alumnos de un Centro. Para mí se queda. Como para mí se queda la sobrecogedora imagen final de todo un Claustro de magníficas personas entonando con sus entrañables desafinadas voces, solo para mí, un Tatuaje que ya no he vuelto a cantar. Manuel Lizana Esteo. Cádiz, septiembre de 2017.


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José Miguel del Río Palomino, Profesor del Agraria del I.E.S. Camilo José Cela durante los años 2003-2011. Fue Jefe de Departamento, Jefe de Estudios Adjunto y Vicedirector.

El alumnado de Agraria

E

n mi paso por el Instituto Camilo José Cela, tuve la suerte de trabajar con compañeras y compañeros maravillosos, compartir su experiencia me hizo crecer como persona y como profesional de la Educación. Esto es algo que siempre cuento, por eso en esta ocasión, no quería perder la oportunidad de dedicarle estas letras a las alumnas y alumnos de Agraria, de los que tanto aprendí, y de los que no puedo ni me debo olvidar.

En un Instituto donde la gran mayoría del alumnado estudia ESO o Bachillerato, la gente de Agraria siempre hemos sido los pintorescos, “los de Agraria”, los que van con el mono y las botas de trabajo, los que se pasean con ese tractor tan chiquitillo y ruidoso, los que llegan a media mañana al

Instituto y se bajan del autobús oliendo a cochino o a cabra. ¡Y pensar que a mí me daba vergüenza tener que terminar las clases oliendo a cochino! ¡Qué ridículo! ¡Cuánto tenía que aprender de mi alumnado! Chicas y chicos que venían de todos los lugares de Andalucía para estudiar en Campillos. Muchos de ellos, hijas e hijos de agricultoras y ganaderos, “cortijeros” algunos de ellos, provenientes de zonas rurales casi la totalidad, con el proyecto de formarse y mejorar en la profesión a la que durante generaciones se han dedicado sus familias. Cuántos momentos compartí con ellos, cuántas horas de clase, de láminas de botánica, diapositivas de cultivos forzados, cálculos de regadío, y casos prácticos de climatología, qué lucha para que aprendieran a usar un poquito de inglés, o para que terminaran el dichoso proyecto integrado. Y cuántos kilómetros de autobús, visitando fincas y explotaciones, yendo a las prácticas al picadero, qué buenas tertulias en las frías noches de Zaragoza cuando íbamos a ver la Feria Ganadera, o en el salón del Centro de Formación Agraria de Hinojosa del Duque después de echar un partido de futbito,


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qué buenos ratos dándole al amocafre en nuestra parcela. A lo largo de todos esas horas fui conociéndolos y descubriendo sus valores. Unos valores que, en este mundo que va perdiendo el norte, hay quien podría tachar de tradicionales, e incluso antiguos, pero que yo solo puedo calificar de auténticos. Las conversaciones con los de Agraria giraban en torno a los mismos temas que

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tratan los jóvenes de su generación, pero además hablaban de sus hogares y las ganas que tenían de volver al al pueblo cada fin de semana, hablaban de sus amigos, de su familia, de fiestas patronales y romerías, de lo que supone pasar una mañana de trabajo con las cabras o una tarde cavando el huerto, de guardarse un mediodía de sábado para detener el tiempo durante un paseo a caballo, de como alimentar y


educar mejor a sus mascotas y presumir de ellas (mastines, puencos, bodegueros, gatos, caballos, gallinas, iguanas,...), del último modelo de tractor, o de la nave que ha montado el vecino. Recordando a mis alumnas y alumnos de Agraria, me doy cuenta de que, más de 2000 años después, siguen vigentes las palabras de Marco Tulio Cicerón: “La Agricultura es la profesión propia del sabio, la más adecuada al sencillo, y la ocupación más digna para todo hombre libre”. De vez en cuando me encuentro con algunos de ellos, mujeres y hombres que eligieron formarse para trabajar en el medio natural, manteniendo el mundo rural, cuidando sus animales, y velando por sus plantaciones. Invito a toda la Comunidad Educativa del Camilo José Cela a acercarse y conocer mejor a los de Agraria. Si os ganáis su amistad, dejáis de verlos como pintorescos, y empezáis a compartir su valores y su modo de vida, habréis iniciado el camino a la sabiduría, la sencillez, y la libertad.


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Emilio José Checa Hinojo, Profesor de Historia durante el curso 2015-16.

Recordando los grandes momentos que viví en el IES

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asaría horas y horas sentado frente a este papel recordando los grandes momentos que viví en el Instituto Camilo José Cela... dicen que el destino es sabio y el mejor maestro de la vida, pero jamás pude imaginar como la experiencia docente más bonita y entrañable pasara en un lugar desconocido para mía hasta el 2015 y que hoy conforma una bonita sonrisa en mi corazón y un emotivo recuerdo en mi mente... La llegada Como hombre previsor que no quiere dar mala imagen su primer día, llegué a Campillos más de una hora antes de que el pueblo empezara con la vorágine de la mañana, tanto es así, que parado frente al Instituto obligué al coche de la guardia civil a dar dos vueltas a la rotonda para cerciorarse que no era un malechor... quizás por ser persona extraña o quizás por haber elegido el chaquetón equivocado, o simplemente porque era el único hombre en la calle a esas horas de la mañana... Sin darme apenas cuenta estaba andando hacia el despacho del director para presentarme, bastaron pocos pasos para darme cuenta que aquel era un buen centro, un buen instituto donde los alumnos y alumnos

eran los protagonistas... lleno de sus fotos, recortes de sus éxitos, obras maestras de su creatividad... seguí adelante en aquel pasillo azul, al fondo a la izquierda, sí, allí estaba ese gran ser maravilloso al que tengo tanto que agradecer, vestido de director, aderezado con el mejor complemento a su elegancia en las formas: la generosidad de sus gestos, que sin darme apenas cuenta me acompañó con un apretón de manos a la zona de confort donde a él le gusta tener a su gente: : Don Antonio Romero, tras esa sobresaliente presentación, fue María Isabel, subdirectora y compañera de departamento, la que me enseñó lo principal que debía conocer del centro, estancias, funciones y un sin fin de nombres que no pude recordad hasta dos o tres semanas de práctica... pero lo que nunca olvidaré fueron aquellas miradas amigas, sonrisas sinceras y gestos que solo buscaban que yo estuviera cómodo, que no pareciera que estaba solo el primer día y lejos de mi vida hasta aquel momento... Gracias a todos una vez más por ser tan grandes, porque sé que lo hicisteis conmigo y con tantos otros que pasaron, pasan y pasarán por nuestros INSTITUTO.


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Mis alumnos y alumnos Me gusta ser profesor, soy afortunado y por eso no desaproveché la oportunidad de meterme en mi primera clase, 3º D y empezar a disfrutar de lo bueno que tenemos los que sentimos este trabajo como una necesidad, que nos da tanto y nos hace sentir tan bien... No hizo falta más tiempo, diez minutos bastaron para darme cuenta que había tenido suerte: no solo eran educados y correctos, eran también muy buenas personas... no! no fue suerte, después vino tercero B, luego segundo C, cuartos, primeros,... todos los alumnos del Camilio José Cela comparten el mismo rasgo, buenas personas. Personas que van creciendo en edad y en formación pero que siguen llevando consigo una mochila de grandes valores inculcados por sus familias, amigos, profesores, maestros... Avanzamos en contenidos, conseguíamos objetivos, nos evaluamos para mejorar pero,

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sobre todo, compartimos risas, anécdotas, debates sobre temas que realmente importan... siempre con el mayor respeto, entendiendo los negativos e intentando mejorar los errores. Campeones por la igualdad No había pasado aún un mes cuando nuevamente el destino jugó sus cartas y llegó a mi email un correo donde se animaba a los centros a realizar un corto sobre igualdad con su alumnado. Sin embargo, varios requisitos del proyecto y la escasez de tiempo para hacerlo, hicieron que frenara esa ilusión inicial y recapacitara si sería posible... Pero como una importante decisión que era, al día siguiente lo expuse en clase para llegar a una decisión definitiva. "...Tenemos dos semanas para hacerlo, hemos que grabarlo fuera del horario escolar y dentro del centro, no cuenta para nota... pero si lo hacemos, ¡vamos a ganar!". No mentí, pensaba decirles que habíamos gana-


94 do una experiencia, un recuerdo juntos, una bonita página para el libro de nuestra vida... Como no podía ser de otra manera: decidimos hacerlo; de forma voluntaria y sin más dilación, aprovechando el poco tiempo que teníamos: nos reunimos en los recreos, distribuimos el trabajo y los materiales; quedamos el jueves de esa semana por la tarde para grabar. Un tromba de agua cayó aquella tarde, pero no fue lo suficientemente grande como para frenar nuestro proyecto, sacamos nuestros flotadores llenos de motivación y complementándonos con el servicio de limpieza para repartirnos los espacios conseguimos grabar casi su totalidad... No falló nadie, todo el mundo cumplió con su parte, ¿por qué? porque estaban motivados e ilusionados con el proyecto, porque sus valores y personalidad les hacen especiales, no fallamos... sin ensayos y con largos minutos de tomas falsas conseguimos un buen resultado, el mejor resultado, nuestro corto: Ni + Ni - IGUALES. En esos tres minutos que aún navegan por la red, apareciendo en cadenas de te-

50 años (1968-2018) levisión nacionales, se habla de Tolerancia, Rechazo a la violencia, Igualdad de sexos, Paz y un largo etcétera de valores positivos que quedan plasmados bajo una perspectiva de optimismo, donde son las generaciones actuales las que deben ejercer lo que tantos años se ha venido defendiendo, la verdadera igualdad entre las personas. El concurso se valoraba en una doble vertiente: un jurado compuesto por 5 miembros de entre el Ilustre Colegio de Abogados y la Diputación de Málaga y los "Me gusta" de la red social "Youtube"... Así que, transcurrido el plazo de votación y deliberación estipulado, y como no podía ser de otra manera, Don Antonio Romero, me comunicaba personalmente, emocionado y en secreto, que nosotros, nuestro Centro, había ganado por unanimidad del jurado y más de 2800 votos positivos frente a los 500 y poco que tenía el segundo clasificado... Para comunicárselo a los protagonistas, los reuní en un recreo, como cuando preparábamos, pero esta vez no fue un recreo


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mas... tres palabras de mi boca bastaron "Os lo dije" para que los gritos de alegría aderezados de abrazos y saltos rompieran mi frase y ya fueran conocedores de que habíamos ganado. Un premio en metálico y un viaje para recibir el premio, un viaje donde yo recibí mi premio, el mejor de los regalos... aunque lo intentara describir con palabras, no conseguiría expresar lo que sentí cuando vi sus caras al abrirse la puerta del inmenso Salón de Actos con su video puesto al final de aquella alfombra roja... ¿Pero esto es por nosotros? preguntaban perplejos... felices por lo conseguido, no solo por un premio en metálico que no tenía aun destino, sino porque aquel momento marcaría un momento de enorme felicidad en sus vidas académicas y personales... Un momento que enseñó más que el mejor de los escritos, pues demostró que cuando se mezclan ilusión, con interés, motivación y seguridad en uno mismo, el éxito está asegurado. Lo que se da en el IES Camilo osé Cela, es lo que se percibe a las pocas horas de

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llegar ahí: familias, docentes y alumnado están perfectamente integrados y encaminados a un fin común, el éxito y la felicidad de estos últimos; y esas precisamente fueron las palabras del jurado a la hora de entregar el premio "se nota que todo el centro y el pueblo entero se ha volcado en impulsar y difundir este proyecto tan importante para la sociedad actual". Alabaron la este premio, porque era una gratificación para la sociedad en general. Si el fin era dar difusión a valores de igualdad, rechazo a la violencia, tolerancia y paz, estaba más que conseguido de forma sobresaliente. Compañeros, amigos Pasado este bonito episodio de mi vida bajo el techo del cielo protector de Campillos, en mi mente queda el sabor del calor de aquella gran mesa de camilla de enaguas verdes y cálido radiador que fue testigo de grandes conversaciones y millones de risas... En aquella sala de profesores se creaba un calor humano que hacía que aquellos que estábamos lejos


96 de nuestras familias nos sintiéramos en casa y que a día de hoy, casi tres años después siga en mi corazón ese sentimiento de afecto y admiración a lo que solo un equipo de grandes personas puede crear. Sí, aquella mesa fue testigo que todos tenemos en común las ganas de reír, de compartir, de colaborar, de mostrar a los demás lo mejor de uno mismo... que esas ganas se transmiten de unos a otros, crean un buen clima de trabajo, y muestran que no hay lugar para la confrontación si se da valor a lo que realmente importa: sumar momentos de felicidad, aprender de los éxitos de los que están al lado y entender que la vida es más fácil con una sonrisa. No voy a nombrar a nadie porque todos y todas los que trabajamos allí compartimos un gran año de amistad y trabajo, trabajo bueno y bien hecho, donde nuestro oasis eran esas cuatro paredes que encerraron tanto cariño y fueron testigos en aquellos fríos días de invierno. Que fueron el escenario donde surgieron amistades que a pesar de la distancia han seguido permaneciendo e incluso fortaleciéndose, que encuentran satisfacción en nuestro interior por los momentos vividos. Acercándose al final, como despedida divertida y entrañable, una fiesta de despedida que conjugó la amargura de tener que decir hasta pronto a tantos grandes momentos y emociones; con ganas de darlo todo... Misses y Mister de cualquier cosa que fuera positiva que recopilara tantos hitos de felicidad, que nos hiciera unir más aun esos lazos humanos de amistad, que diera aun más intensidad al color de nuestra historia juntos. Nadie rechazó una sonrisa, ni devolvió un desaire a una mirada pícara... es más, siempre cruzaba el umbral de la puerta de la Sala de profesores deseando encontrarme con mis compañeros y compañeras... formamos un grupo muy grande, en personas y en emociones. Esperando que hubiera alguien para cargarme de energía y seguir con la labor diaria y notando cierta decepción

50 años (1968-2018) si no había nadie, pues en esos contados momentos me daba cuenta que sin la gente, mi gente, aquello solo eran cuatro paredes sin sentido en mis intenciones. Hasta qué punto aquel destino que veía tan lejano se convirtió en algo tan cercano a mí y tan intenso en mi recuerdo... de hecho, recordar los días en el Camilo José Cela posee un especial e indescriptible sentimiento en mí, una mezcla de recuerdos dulces, miradas cómplices, anécdotas entrañables... un oasis de felicidad. Pasaría horas y horas sentado frente a este papel recordando los grandes momentos que viví en el Instituto Camilo José Cela... pero es el momento de despedirme una vez más, y sé que serán muchas más, pues siempre estaré aquí para ser testigo de sus éxitos. En esta obra se conmemoran los 50 años de una Institución que no es un edificio que admirar, se celebran los 50 años de millones de historias que tuvieron lugar en su interior, historias de amistad, de admiración, de amor... si pudiéramos escuchar al fondo del silencio de sus pasillos vacios las carreras, gritos, competiciones por ver quien sale antes al recreo... entenderíamos que allí se han dado durante 50 años miles de proyectos de futuro, de ilusiones, de ganas de querer ser... espacio donde todos hemos aprendido a ser un poco mejor, donde nos hemos impregnado de la energía que da el saber que estamos siendo parte de una gran construcción: nuestro futuro. Gracias a todos y todas los que en estos 50 años habéis sido testigos de esto, poniendo vuestro grano de arena en este proyecto de futuro, proyecto hecho por personas y para personas, donde cada año se ha hecho un punto y seguido para mirar atrás, evaluar la andadura realizada, respirar de satisfacción por los éxitos conseguidos y aprender de los errores cometidos; para seguir andando hacia el futuro con pie firme haciendo una Historia cada vez más bonita, sabiendo que lo que hoy es hoy, mañana será ayer.


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José Cándido Sevilla Trillo, Profesor de EF desde el año 2000.

Desde el patio

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llá por el año 2000, el del cambio del milenio, donde parecía que todo iba a acabar o muchas cosas iban a cambiar, aterriza un antequerano en el IES Camilo José Cela. Para mí, sí que iba a ser un gran cambio. Era mi primer año como funcionario, y donde tuvo lugar el nombramiento como tal, después de un período de prácticas por la capital de la Costa del Sol. Cómo no recordar esos primeros momentos, donde fui recibido por Don Diego Gutiérrez Mudarra como director del centro, todo un ejemplo de dedicación y pasión por su profesión. Un ejemplo para todos los que tuvimos la inmensa suerte de conocerlo y trabajar con él. Y, como no, mis primeros compañeros de departamento, Don José Clavijo y Don José Carbonero. Sin los cuales, seguramente no tendría la visión que hoy tengo de mi centro. Ellos me enseñaron y guiaron en

parte del camino que llevo recorrido aquí. Es imposible olvidarse de ese espíritu y esa vitalidad, que a pesar de los años me transmitía Pepe Clavijo. Y también me es imposible olvidar la buena relación que forjé con mi amigo Pepe Carbonero, un apoyo grandísimo en todos los momentos de esta apasionante aventura. Comienza, un romance con el centro y sus habitantes que aún perdura. Lo que en principio iba a ser para unos años, ya vamos

Don Diego Gutiérrez Mudarra y Doña Lola.

Don José Clavijo y señora.


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De derecha a izquierda: Paco Ortega, Isabel Mª, Pepe Carbonero y José Cándido. Año 2016.

50 años (1968-2018) camino del décimo octavo. Una visión de mi realidad un poco especial, desde nuestro patio, pista o pabellón que es donde se desarrolla la mayor parte del tiempo de mi vida laboral. Cuántos recuerdos, anécdotas y experiencias han ocurrido y las que espero, si el tiempo y salud lo permiten, acumular muchas más. Han sido mucho los miles de alumnos y alumnas que han corrido y desplegado su energía por nuestros espacios deportivos. Zonas en las que muchas veces el alumnado despliega su verdadera personalidad. Eso nos da a los profesores de EF una realidad diferente de ellos. Por eso a nuestra perspectiva yo la denomino: DESDE EL PATIO. Porque en este espacio muchas veces nos encontramos con múltiples situaciones que nos hace ver y entender el carácter de la persona. No hay mayor satisfacción para mí, una vez pasados los años, encontrase con alumnos que durante un espacio de tiempo formaron parte de tu vida. Y que esos alumnos, que tú los despediste siendo jóvenes, los encuentres en su plena madurez y teniendo un grato recuerdo de ellos y viceversa. Cierro los ojos y se vienen a la memoria muchos nombres: Victor, Felipe, Humberto, Juan, Rocío, María, Barto, Francisco, Nazaret, Diego, Jose, Soledad, Victoria, Mercedes... Todos y cada uno de ellos dejaron huella en nuestro centro y en mí, tanto en el ámbito profesional como


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99 personal. Ellos son nuestra herramienta de trabajo, nuestra motivación para seguir con ilusión en esta apasionante aventura que es la enseñanza. Al mismo tiempo, por las características de nuestro centro, somos un centro de paso para muchos compañeros venidos desde Málaga, Granada, Sevilla, Almería... todos y cada uno de ellos han dejado su impronta. Grandes profesionales muchos de ellos y que siempre que nos volvemos a ver tienen buenas palabras para nuestro centro, y sobre todo para nuestros alumnos. Se vienen a la memoria multitud de nombres: José Andrés, José Miguel, Carmen, Mari Carmen, Juan Ramón, José Antonio, Manuel, María, Ana, Macarena, Emilio,... Y es en este espacio abierto, de temperaturas variadas donde se pasa de los treinta y muchos grados en los meses de mayo y junio a los casi cero en diciembre y enero, donde se forjan nuestros lazos. Y siempre tienen como testigo mudo nuestro centro. El cual ha ido sufriendo transformaciones varias y han ido cambiando las instalaciones donde se desarrollaba nuestra asignatura. Pero no solo desde el patio hemos ido forjando nuestras interrelaciones personales, sino que también por el carácter de nuestra asignatura realizamos actividades educativas en otros entornos, pudiendo desarrollar una labor educativa diferente. Y, en estos entornos, también se cumplen los objetivos de la actividad educativa, porque una enseñanza de espaldas a la realidad y su entorno pierde su identidad. Actividades como: – Senderismo al pico del Torrecilla. – Senderismo en el Chorro. – Asistencia a encuentros deportivos, Baloncesto Unicaja, Balonmano Antequera. – Carreras de Orientación en Torrechacho de Antequera. – Semana deportiva azul en Huelva. – Semana blanca en Sierra Nevada. – Bachiliada Antequera. – Visita Universidad de Málaga.


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– Formación en RCP. – Senderismo en Pinsapar de Grazalema. – Etc ¡ Cómo se amontonan los recuerdos!

Esperamos que sea motivo de alegría para nuestros alumnos el que su formación haya pasado por este espacio educativo, desde donde este patio siempre le hemos puesto muchísima ilusión los diferentes docentes por los que hemos pasado por él. Hasta siempre amigos


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Inmaculada Romero San Martín, Jefa del Departamento de Orientación desde 1998.

Departamento de Orientación

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unque la Orientación como actividad organizada y dirigida al logro de objetivos específicos se inicia en la primera década del siglo XX, identificada con el ámbito profesional en sus inicios, centrada en las ideas de Parsons y extendiéndose a otros campos con posterioridad donde toma cuerpo de disciplina educativa. Sin embargo no se institucionaliza en nuestro sistema educativo hasta la aparición de la Ley Orgánica 1/1990 del 3 de Octubre (LOGSE), en ella se habla de la orientación como elemento de calidad para el sistema educativo. Desde ese momento hasta la actualidad la orientación educativa ha crecido y ha diversificado sus actuaciones, se dice “Todo profesor es orientador”, La orientación educativa es un proceso inherente a la propia acción docente que compete a todo el profesorado y que en colaboración con la familia tiene como fin último el desarrollo integral del alumnado. Por lo tanto en la acción orientadora intervienen todos los responsables de la comunidad educativa, no recayendo por tanto sólo en la figura del orientador. Desde un punto de vista más personal puedo decir que desde que aterricé en el IES “Camilo José Cela” en Septiembre del 1998, he estado ejerciendo la función de orientadora en dicho Centro. Con la conmemoración del 50 aniversario del mismo, me han pedido que resuma las actividades realizadas por este departa-

mento, lo cual se ha convertido en una tarea realmente difícil para mí, por la diversidad y variedad de las mismas a lo largo de todos estos años. Antes de nada quiero decir que el departamento de orientación lo forman la orientadora y profesoras de Pedagogía Terapéutica, cuya labor es imprescindible para la atención adecuada del alumnado con necesidades educativas especiales. Sin embargo, para un buen funcionamiento del mismo necesita la colaboración de los tutores que lo componen, así como del equipo directivo que facilita nuestra labor, a la vez que ayudan a la implementación de las tareas propuestas. Por tanto más que orientación yo diría que el departamento es un DINAMIZADOR e IMPULSOR de medidas para la: Atención a la Diversidad, la Acción Tutorial y la Orientación Académica y Profesional. Llevando a cabo actuaciones dirigidas a las familias, profesorado, órganos de coordinación docente, tutores y alumnado. La acción tutorial llevada a cabo en las tutorías lectivas forman parte también de las actuaciones de este departamento, con ellas se pretende favorecer este desarrollo integral del alumnado que la propia ley


102 exige, y para realizar esta labor como hemos dicho anteriormente contamos con la ayuda de tutores, equipo directivo, agentes externos,.. un ejemplo de ellas son las que nombraré a continuación. Actividades de Mejora de la Convivencia Escolar: Son múltiples las actividades encaminadas a este fin: – Prevención Acoso Escolar: a través de actividades tutorías y charlas como las impartidas por la Guardia Civil. – Celebraciones especiales como el día de la Paz. – Aceptación del Otro. Sensibilización ante la discapacidad: contamos con la colaboración de entidades y asociaciones: AESLEME (Asociación para el estudio de la lesión medular), ONCE, AMICAM (Asociación de discapacitados de Campillos) Favorecer actitudes de Igualdad entre hombre y mujeres: En este objetivo colabora también la coordinadora del plan de igualdad del Centro, celebraciones especiales como día contra la violencia de género 25 de Noviembre, Día de la mujer trabajadora 8 de Marzo. Realización de actividades de tutorías, charlas y talleres en colaboración con el Instituto Andaluz de la Mujer, la Guardia Civil, Mujeres Emancipadas.

50 años (1968-2018) Desarrollo de la Educación Socio Emocional: Pilar fundamental que junto a los conocimientos adquiridos por el alumno confeccionan su desarrollo futuro e inserción en la sociedad. ¿Qué sería de nuestra sociedad sin personas competentes emocionalmente?. Conocimiento de las emociones propias y de los demás, expresión y regulación emocional, habilidades sociales básicas, habilidades comunicativas, asertividad, y prevención y solución de conflictos, son entre otras, actividades que realizamos en las tutorías lectivas con el alumnado. Favorecer Estilos de Vida Saludables: Desarrollando diversas actividades como: Prevención del tabaquismo, trastornos del comportamiento alimenticio, prevención de drogodependencias, prevención de enfermedades de transmisión sexual, concienciación de vida sana, etc. En la que colaboran con nosotros los profesionales de salud del Plan Forma Joven y otras instituciones sin ánimo de lucro. La Orientación Académica y Profesional: El ayudar al alumnado a encontrar la opción académica y profesional más acorde con sus aptitudes e intereses, es uno de los objetivos prioritarios de la orientación, por ello las actividades son muy diversas y se trabaja en todos los niveles, en secundaria podemos aprovechar las tutorías para realizar algunas como: Actividades de autoconocimiento personal, Intereses profesionales, Aptitudes más sobresalientes, Aprender a toma de decisiones.. También realizamos visitas y charlas como: – A la Universidad de Málaga, para co-


i.e.s. camilo josé cela nocer los estudios que allí se imparten. – Al Hospital de Antequera donde se reciben a los alumnos de Ciencias interesados en trabajos relacionados con la Salud y les explican en situ cómo es el trabajo realizado por los profesionales sanitarios. – Visitas a entidades públicas Ayuntamiento, SAE,.. Hemos querido mostrar las actividades más destacadas que llevamos a cabo con el alumnado, con ello queremos dar a conocer una pequeña muestra de nuestro trabajo con ellos. Como punto final no puedo desperdiciar la oportunidad que me han brindado para dedicar unas palabras de agradecimiento. Cuando inicié mis estudios en el antiguo Instituto de Bachillerato Mixto que “aún no tenía nombre”, no podía ni imaginarme que volvería a él para dedicar mi vida profesional en este centro. Mi camino cambió de rumbo dado que mis estudios de Psicología iban por otros derroteros, la necesidad de encontrar un trabajo me llevó a presentar un “Proyecto de Orientación Profesional” al Instituto, cuando aún no existían los departamentos de orientación, el cual fue aprobado por el APA (Ahora AMPA) y cuya persona que me dio mi primera oportunidad laboral fue mi querido profesor y después compañero Diego Gutiérrez Mudarra, un visionario, y para mí una de las personas más inteligentes que he conocido, fue él el que se dio cuenta de la importancia de una orientación para los alumnos de COU, que les ayudara a encaminar su futuro, luego la LOGSE estableció esta necesidad como una realidad en los Centros. Me acuerdo como si fuera ayer cuando aprobé las oposiciones de Secundaria en Julio de 1998 por la especialidad de Orientación Educativa. La timidez con que entré en el despacho del director, “mi director” “mi profesor” y dije “D. Diego que estoy aquí en prácticas este curso”, y cómo con una sonrisa de oreja a oreja

103 me plantó dos besos y me dijo “por favor no me llames D. Diego, llámame Diego”, Dios mío que difícil se me hizo!!!. Para mí venir a trabajar a este Centro, “mi centro”, es algo más que ir a un puesto de trabajo, es también un lugar de encuentro con compañeros y amigos, es un lugar donde se aprenden cosas nuevas todos los días, un lugar donde los alumnos no te dejan envejecer porque estamos al día de todas las novedades, un lugar que jamás pensé cuando terminé mis estudios en él que volvería para quedarme. Tengo que agradecer a todos mis compañeros, a todas las personas que me ayudaron y reconfortaron en momentos también difíciles, de ellos he absorbido como una esponja lo mejor de cada uno y han hecho de mi mejor persona. A los tutores que han pasado por este departamento y que en la mayoría de los casos han dado algo más que su trabajo, su talento y atención al alumnado que cariñosamente le llamaban “mis niños”, sin ellos mi trabajo no podría llevarse a cabo. Por supuesto en colaboración con el Equipo Directivo que me ha ayudado en mi tarea a los directores: Diego, Paco y Antonio, que voy a decir de éste último sin que parezca su hermana, todos personas excelentes e implicadas en su trabajo. Ilde, Inés, Manolo, Mª Ángeles, y la locaria de Mª Isabel arrolladora y con un talento especial. A mis compañeras de Departamento, Rosa, María y en especial Juana Palacios, mi maestra, una persona con una didáctica innata de las que no se aprenden en las Universidades. Todas ellas excelentes profesionales y amigas. Por último a mis compañeros-amigos del “Desayuno” lugar de risas y desahogo diario….

A todos ellos GRACIAS…..


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CHARLAS y EVENTOS DÍA MUNDIAL DEL SIDA

Algunas de las actividades realizadas en celebraciones especiales, para concienciar al alumnado de llevar a cabo estilos de vida saludables, charlas y actividades que desde el Plan Forma Joven se desarrolla en nuestro Centro. IMPORTANCIA DE LOS TRASPLANTES

DÍA MUNDIAL SIN TABACO

ACTIVIDADES DE REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA Actividad realizada con los alumnos de 4º ESO junto al Dpto. de Educación Física, en el pabellón de deportes “Ramón Argüelles” de Antequera, junto a médicos y enfermeros del Hospital de Antequera.


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JORNADA DE PUERTAS ABIERTAS UNIVERSIDAD DE MÁLAGA - Curso 2017-18 Visita a la Jornada de Puertas Abiertas de la Universidad de Málaga, con los alumnos de 2º Bachillerato, donde reciben charlas e información de todo lo relacionado con la Universidad de Málaga, desde estudios, becas, residencias, etc..

DÍA DE LA PAZ - Curso 2017-18 Las tareas realizadas para celebrar el Día de la Paz el 30 de Enero, han sido muy variadas a lo largo de los años, os mostramos algunas realizadas por los alumnos, es una muestra reducida donde han participado todas las tutorías de secundaria, podéis verla adornando los pasillos de nuestro Centro. Los alumnos han realizado un estudio de las frases que más le representaban como clase y un vídeo explicándola que se ha subido a la página web del Centro para que sea visionado por toda la comunidad educativa.


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VISITA AL HOSPITAL DE ANTEQUERA Curso 2017-18 Visita al Hospital de Antequera con nuestros alumnos de 1º Bachillerato de Ciencias, donde se les enseñan todas las especialidades médicas que existen en dicho hospital, tanto Universitarias como de Formación Profesional y les explican de primera mano el trabajo que realizan y qué han tenido que hacer para llegar hasta él. Muchas gracias a ellos por colaborar con nuestro Centro tan desinteresadamente.

SENSIBILIZACIÓN DISCAPACIDAD VISUALURSO Curso 2017-18 Actividad desarrollada con el alumnado de la ESO, donde los profesionales de la ONCE nos dieron a conocer la vida cotidiana de las personas con discapacidad visual, esta fueron algunas de las actividades desarrolladas: charlas, visionado de vídeos, braille con tiflotecnología, goalball, circuito de movilidad.


5. La Asociación de madres y Padres de Alumnos “Santa María del Reposo” del IES Camilo José Cela



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Salvador Carrión Valencia, secretario del A.P.A. entre los años 19881996 y presidente entre los años 1996-1998.

Diez años en el A.P.A. del Instituto Nacional de Bachillerato Camilo José Cela

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e pide la dirección del Instituto, escriba unas letras para el libro que se va a editar coincidiendo con la celebración del las bodas de oro del centro, en las que intente transmitir mis vivencias e impresiones durante el periodo en que pertenecí a la Asociación de Padres (APA), que era como se denominaba en aquella época. Fue en Octubre de 1.988 cuando ingrese en la APA ocupando el cargo de secretario bajo la presidencia de Don Diego Rueda Padilla. Permanecí en ella hasta el curso 1.997-98, presidiéndola durante dos años, cargo en el que me relevó Don Manuel Ayas Moreno. Tres de mis hijos cursaron sus estudios en el Instituto en este periodo. Aquella Junta Directiva de Asociación de Padres, estaba compuesta por 25 vocales, de los que 10 eran padres de Teba, Almargen, Sierra de Yeguas, La Roda de Andalucía y El Saucejo. Más de la mitad de los 500 alumnos venían de fuera de Campillos. Don Diego Gutiérrez (director) y Doña Maria Soledad Molina “Marisol” (representante del profesorado), asistían a las reuniones. Para mí fue una experiencia nueva, pues nunca había vivido tan de cerca los entresijos que concurren en un centro de enseñanza. Nueva, pero experiencia enriquecedora que te abren los ojos a realidades que nunca habías imaginado. Diez años de una intensa actividad en el instituto, ya que en este periodo concurrieron hechos significativos.

En primer lugar, el curso anterior había estado marcado por una conflictividad laboral del profesorado con la administración que había afectado a la relación de profesores y padres, que hubo que limar para volver al espíritu de colaboración y confianza que tiene que existir, tarea que fue muy fácil debido a la disposición y categoría personal y profesional de la dirección y profesorado. Se establecieron reuniones periódicas de la Junta Directiva del APA con el profesorado, así como convivencias en las que se trataban los problemas que se iban planteando o los nuevos retos que había que afrontar. El transporte siempre ha sido la queja de los padres de los alumnos que cada mañana tenían que venir a Campillos desde los municipios cercanos. Retrasos, compartir transporte escolar con línea regular, falta de plaza y alumnos de pié, eran cuestiones que venían produciéndose en cursos anteriores y que continuaron en los siguientes, afectando especialmente a los alumnos de Teba. Hubo movilizaciones, reuniones con la administración y empresa de transporte, pero la verdad es que no tuvo una fácil solución. Se organizaron conferencias de orientación para alumnos y padres, y gracias a la gestión realizada por nuestro paisano y por entonces vicerrector, Don José Palacios Royán, contamos con la visita de Excmo. Sr. Rector de la Universidad de Málaga, que impartió una conferencia a los alumnos y accedió a la


110 petición que se le formuló para que los exámenes de selectividad se llevaran a cabo en Campillos, evitando tener que desplazarse el alumnado a Antequera. Pero cuando comenzó el curso 1989, no podíamos imaginar la situación tan complicada que iba a sobrevenir. En el mes de noviembre se produce una gran tormenta y se inunda el instituto. Destrozo en material y mobiliario. Barro por todas partes. Imposibilidad que los alumnos asistieran a clase. Gracias a la disposición y colaboración del Ayuntamiento, profesores, padres y alumnos del centro y del Colegio Manzano Jimenez, se adaptaron los horarios para que en jornadas de mañana y tarde se pudiese continuar el curso hasta tanto se acondicionaba el Instituto. Las tareas de limpieza prosiguieron durante las navidades de manera que el segundo trimestre se inició casi con total normalidad. La APA tenía suscrita una póliza de seguro que cubría entre otros los daños que pudieran producirse en inmueble y equipamiento. Se cobró una indemnización de siete millones de las antiguas pesetas, cantidad que se destinó a reparar y dotar del material que las administraciones públicas no cubrían. Se colocaron rejas en ventanas, colaborando con los distintos seminarios en la adquisición de material audiovisual y de impresión, al mismo tiempo que se repusieron libros que se habían perdido en la inundación y el material de la cafetería que había quedado inutilizado. La publicación de la LOGSE a final de 1990, iba a producir cambios importantes en el funcionamiento del instituto. La APA apoyó la propuesta de la dirección para solicitar se incluyera el instituto como centro experimental de aplicación de la LOGSE, así como la implantación de los módulos formativos más adecuados para la zona, inclinándose por los agropecuarios, tanto de nivel medio como de superior, por la importancia que la agricultura y sobre todo la ganadería tiene en los municipios de nuestro entorno. Hasta el curso 1.993, cada grupo de alumnos tenía asignada un aula, y eran los profesores los que cambiaban. Por la dirección se realizó la propuesta que fuesen los alumnos los que cambiasen de aulas y estas estu-

50 años (1968-2018) viesen dotadas y equipadas con el material adecuado a las asignaturas a impartir. Para ello era necesaria la adquisición de taquillas que al comenzar el curso se adjudicarían a cada alumno y en ellas guardaran sus pertenencias. La APA compró las taquillas con el sobrante de la indemnización y el resultado del cambio fue satisfactorio. La implantación de la LOGSE, trajo como consecuencia un aumento considerable de alumnos y la necesidad de espacio, siendo necesario utilizar aulas cedidas por el Colegio de La Milagrosa. Una vez más, la colaboración entre las direcciones y profesorados de todos los centros junto a los padres y alumnos, hicieron posible que fuesen solucionándose todas las dificultades que iban surgiendo. El comienzo de los módulos de agropecuaria fue difícil ya que había poco o casi ningún material didáctico apropiado. También la APA colaboró en aquel periodo realizando gestiones ante el departamento de publicaciones de la Consejería de Agricultura y casas comerciales relacionadas con el sector agrícola y ganadero, que donaron libros, diapositivas y documentación técnica apropiada a la enseñanza a impartir. Mi experiencia en este periodo como dije al principio fue muy satisfactoria y enriquecedora. Solo puedo decir que con una relación leal entre todos los estamentos que componen un centro de enseñanza, los problemas que puedan presentarse son superados. Tengo que hacer un reconocimiento sincero a la colaboración de todos y cada uno de los miembros que compusieron las sucesivas juntas directivas de la APA de aquellos años, los de Campillos y los de otros municipios, que se implicaron con todas sus fuerzas en cualquier propuesta que se realizaba. Y como no, agradecer a la dirección, jefatura de estudios, profesorado y todo el personal del instituto, sus desvelos para que el buen funcionamiento redundara en lo más importante: la educación de nuestros hijos. Con el paso de los años, aun se mantiene el recuerdo entrañable de las personas con las que tuvimos la suerte de trabajar y compartir aquel periodo de nuestras vidas. A todos, muchas gracias.


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Javier Espejo Pinto, Vicepresidente durante el curso 2017-2018. Presidente desde 2018.

Breve Historia del A.M.P.A.

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a Asociación de madres y Padres de Alumnos “Santa María del Reposo” del IES Camilo José Cela, se constituyó en Campillos el día 6 de noviembre de 1978, como una entidad de naturaleza asociativa y sin ánimo de lucro, al amparo de la Ley 191/1964, de 24 de diciembre, ley reguladora de las Asociaciones. Y fue inscrita en el Registro de Asociaciones de Andalucía, con el nº. 576 de la Sección 1ª, aunque los 1ºs Estatutos datan del año 2000, y los actuales fueron aprobados el día 13 de marzo del 2008.

Los fines de la asociación, recogidos en los Estatutos son: ● Asistir a los padres o tutores en todo aquello que concierne a la educación de sus hijos o pupilos. ● Colaborar en las actividades educativas del Centro, y en las actividades complementarias y extraescolares. ● Organizar actividades culturales y deportivas. ● Promover la participación de los padres de los alumnos en la gestión del centro. ● Asistir a los padres de alumnos en el ejercicio de su derecho a intervenir en el control y gestión de los Centros Sostenidos con fondos públicos. ● Facilitar la representación y participación

de los padres de alumnos en el Consejo Escolar, para lo cual podrán presentar candidaturas en los correspondientes procesos electorales. ● Promover el desarrollo de programas de educación familiar. ● Representar a los padres asociados a las mismas ante las instancias educativas y otros organismos. ● Colaborar con otras asociaciones que se pudieren formar en el centro. Realizando las siguientes actividades: ● Gestión operativa y administrativa. ● Gestión de los programas de actividades extraescolares. ● Subvención de excursiones de los distintos cursos. ● Participación en consejos escolares del centro (relación y negociación permanente con el equipo directivo) y en los procesos de escolarización con las instituciones de referencia. ● Colaboración en las fiestas que se organicen en el IES o que organicen diferentes entidades municipales. ● Conferencias a padres y alumnos. Esta Asociación está inscrita también en los Registros de Entidades colaboradoras en la enseñanza:


112 FDAPA: Federación Democrática de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos por la Enseñanza Pública de la Provincia de Málaga. CEAPA: Confederación Española de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos. Muchos han sido los padres y madres que han dedicado su tiempo y esfuerzo para que esta asociación continúe hoy día trabajando junto al IES “Camilo José Cela” en pro del alumnado del centro. Revisando en los archivos de esta AMPA, la documentación para este libro, la gestión desde la que tenemos constancia, data del año académico 1999-2000. A partir de este curso, vamos a detallar algunas de las actividades o anécdotas que han ido sucediendo. Durante el curso 1999/2000, el Presidente fue Don Manuel Ayas Moreno, y lo más destacado durante su mandato, junto a su Junta Directiva fue la protesta por la rotura de la caldera de la calefacción, el cual mantuvo una reunión con los delegados de los cursos para convocar movilizaciones. Dentro de la Escuela de Padres, convocó convivencias y charlas educativas, una de ellas sobre la implantación de la LOGSE en el curso 2000/2001. Propuesta de FDAPA para la reunión anual durante el mes de Abril en la sede del IES. Desde el curso 2000/2001 y hasta el curso 2003-2004, la Presidenta fue Doña Isabel Díaz García-Hierro, y mientras ella estuvo al frente de esta AMPA, realizó bastantes gestiones. Durante el curso 2000-2001, se colabora con la compra de un ordenador para el IES, ya que solo dispone de uno, ayudando a mejorar la red informática. Se organiza un curso de Técnicas de Estudio y Convivencia, que impartiría la psicóloga Doña Ana Casasola Rebollo. Se colabora económicamente en la creación de una revista del IES. Y se asiste al “Foro de la Juventud” organizada por el Ayuntamiento., pero lo más destacado en ese curso fue la protesta del AMPA en diversas movilizaciones por la supresión de la prueba de acceso al ciclo de grado superior de Agraria, la supresión de varios cursos y por el mal estado del IES.

50 años (1968-2018) Durante el curso 2001/2002, se acuerda que las ayudas económicas sean exclusivamente para los alumnos que pertenezcan a la asociación. Se crea la Escuela de padres con sesiones formativas. El IES nos facilita un cuarto para su sede, ya que las reuniones se llevaban a cabo en la Sala de Profesores, y para ello se compra un ordenador y se contrata un Apartado de Correos. En estos años las reuniones del AMPA se convocaban con miembros de Equipo Directivo del IES, y a las Asambleas de socios, asistía el Director o el Jefe de Estudios. Durante el curso 2002/2003, se propone al Equipo Directivo del IES, la gestión de las taquillas. Se asiste a la apertura del curso escolar 2002/2003 en el Pabellón Polideportivo Municipal colaborando económicamente. Se convoca un curso de educación vial y una charla informativa de nutrición. Se protesta a favor de la implantación de un curso de bachillerato para adultos dentro del IES. Se realiza un Contrato con la empresa de transportes RUSABUS, SL para el transporte de alumnos de 1º y 2º de Bachillerato que vienen de Sierra de Yeguas. El curso 2003/2004, fue un curso con bastante actividad dentro del AMPA. Se realizaron varias reuniones y charlas informativas tanto con los alumnos, como con los Jefes de Departamentos debido a los malos resultados académicos de la 1ª evaluación, con concejalías del Ayuntamiento, y con Personal del Centro de Salud para diversas campañas. Pero lo más emotivo, sin lugar a dudas, fue la comida homenaje por jubilación a Don Diego Gutiérrez (Director del Centro), regalándole el AMPA una cámara de fotos. Se realizó un convenio de colaboración del AMPA con el IES y con la fundación CESMA (Proyecto Hombre). Contratación de la línea de ADSL en el despacho. Se realizó una cena de convivencia del AMPA. Se aumenta la ayuda económica para los socios con un máximo de 2 actividades. Propuesta y consecución del cierre de puertas del bar y acceso durante horas lectivas.


i.e.s. camilo josé cela Se le concede una ayuda económica a l IES para calefacción. Durante el curso 2004-2005 el Presidente fue D. Antonio Gómez García. En su gestión, el AMPA compra un cañón proyector para el IES, así como diverso Material Informático. Queja a transportes de Ardales por retraso y avería. Reunión con centros que traen alumnos al IES para que no les cueste tanto a los alumnos el salto de la ESO. Dada escasez de asistencia de padres a las convivencias, se va a buscar nuevas propuestas para fomentar el interés de las familias. . Se estudian las propuestas para traslados de alumnos durante las obras a los módulos prefabricados. Se ayuda económica al CEIP Manzano Jiménez para compra de canastas de baloncesto. Desde el curso 2005/2006 y hasta el curso 2007/2008, el Presidente fue Don Fernando Royan Escribano. Durante el curso 2005/2006, se crea una comisión económica que gestionará las ayudas económicas para futuras compras de material y las aportaciones económicas fijas a cada departamento por nivel y curso académico. Participación en la mesa municipal de prevención de alcohol y drogas. Se firma un compromiso con el Consorcio del Guadalteba para la creación de la figura de Mediador Escolar. Durante el curso 2006/2007, se redactan los nuevos estatutos de la Asociación. Se adquiere un teléfono móvil. Se ayuda económicamente a los alumnos asociados con un 10% de descuento en la Feria del Libro para la compra de libros. Colaboración de las Becas para la fiesta de graduación de 2º de bachiller. Implantación de un curso de técnicas de estudio que será impartido por una psicóloga. Es en el curso 2007/2008, cuando se convoca el 1er Certamen de Relato Corto. El Centro guadalinfo regala un ordenador. Desde el curso 2008-2009 y hasta el curso 2016-2017, el Presidente fue Don Juan Ramírez Rueda. A lo largo de este

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periodo, se continúa con la convocatoria del Certamen de Relato Corto, publicando un libro cada dos años con los relatos ganadores y se convoca el primer concurso del cartel anunciador del certamen de relato corto. En la actualidad, se han editado 5 tomos. Se colabora económicamente en el viaje de fin de curso para los alumnos de 4º de ESO y Selectividad para 2º de Bachillerato. Colaboración en actos de Entidades Municipales (deportes, fiestas culturales, …). Convivencia de padres mediante charlas informativas Se adquiere una impresora láser para AMPA Asistencia a jornadas educativas de CODAPA y FDAPA Colaboración con el Ayuntamiento para la Feria del Libro Participación en los órganos del centro escolar (consejo escolar, comisión de escolarización, Convivencia…) Participación del presidente en el acto de graduación de 2º Bachiller Organización de diversos talleres (Seguridad Online y uso de Apps para los alumnos, Alcohol y Drogas,…) Desde el curso 2017-2018, tras el fallecimiento del anterior presidente, ocupa el cargo de Presidente Javier Espejo Pinto, y se pretende continuar la misma línea de trabajo que en años anteriores.



6. Nuestros pupilos, nuestros alumnos



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Paqui Rueda Gallardo, Alumna de la primera promoción 1968. Maestra de infantil en Los Corrales.

Disfrutar de la profesión más bonita del mundo, se lo debo al I.E.S. Camilo José Cela

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l año 1968 fue crucial para la población estudiantil de Campillos y para todo el pueblo, en general. La inauguración de una Sección Delegada del I.N.E.M. “Pedro Espinosa” de Antequera ofreció a todos los estudiantes que, por causas económicas o ideológicas, no accedían a los otros centros de la localidad, la oportunidad de realizar estudios de Bachillerato en dicho Centro. El “Instituto”, como toda la población campillera empezó a denominar desde el primer momento a la “Sección Delegada”, abrió los ojos y las puertas, a un mundo totalmente nuevo e inalcanzable hasta entonces, a muchos niños, no solo de la localidad, sino también de los pueblos limítrofes. Todos los alumnos del Grupo Escolar Mixto “Manzano Jiménez”, que habían superado el 4º curso de Enseñanza Primaria, fueron informados por parte de los maestros, de que podían proseguir estudios en el Instituto. Previo consentimiento de los padres, se realizó un examen de ingreso y, una vez superada esa prueba, pudieron optar a una plaza para Primero de Bachillerato.

Para la promoción del Instituto y, sobretodo, para facilitar el acceso a los alumnos que no tenían medios económicos, ese año fue el Ayuntamiento de la localidad el que cubrió los gastos de matrícula. Aun así, para algunos padres costear los libros, el material escolar y los uniformes de sus hijos, supuso un esfuerzo económico grande, que hicieron con la convicción de que con ello podría mejorar las aspiraciones y el futuro de los mismos. La persona encargada de realizar las matrículas y todo lo concerniente a documentos necesarios para el funcionamiento del Instituto fue Francisca Padilla Serra (Paquita Padilla), la primera persona que ejerció de Secretaria del mismo. El año 1968, además de los dos grupos de 1º de Bachillerato, uno de niños y otro de niñas, también hubo un grupo mixto de 3º, que se formó con niñas que procedían del Colegio “La Milagrosa” y con niños del Colegio “San José”. En el aspecto escolar, el cambio del Grupo Escolar al Instituto fue brutal. De tener solo una maestra a tener diez pro-


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fesores y de estudiar con una Enciclopedia o un par de libros, a tener cerca de diez, obligó a todos los alumnos a cambiar los esquemas que tenían de los estudios y de la dedicación y esfuerzo que había que realizar para obtener buenos resultados. La “falta de asistencia a clase” también tuvo su repercusión en algunos alumnos. Mientras que en el Grupo Escolar ésta no estaba controlada de forma estricta, en el Instituto sí era obligatoria. Algunas alumnas que durante la campaña de la aceituna faltaron a clase fueron dadas de baja. Como en aquellos años la educación se diferenciaba por sexos, a los niños de 1º los ubicaron en el ala izquierda del edificio y a las niñas en el de la derecha. El grupo de 3º, como era poco numeroso, sí era mixto y se alojó en una clase del ala derecha. Los patios de recreo, por supuesto, también estaban diferenciados por sexos y aunque entonces los profesores no vigi-

50 años (1968-2018)

laban los recreos, no se dieron incidentes dignos de destacar. La plantilla de profesores que inauguró el Instituto, la mayoría procedente de Antequera, se volcó completamente para facilitar la adaptación de los alumnos al Centro. Todos fueron docentes relevantes, pero aquí solo nombraremos a la Srtª Paqui Guerrero porque fue la primera Directora y a D. Diego Gutiérrez Mudarra y la que después fue su esposa, la Srtª Mª Dolores García Verdoy, por haberse afincado en Campillos y ser piezas angulares del Instituto durante los siguientes años. Desde el primer momento, también empezó a formar parte de la vida escolar el querido conserje “Romero” (Manuel Romero), siempre afectuoso y dispuesto a ayudar a los alumnos. En este primer año la mayoría de las niñas de 1º procedían del Grupo Escolar pero también había varias que venían del Colegio “La Milagrosa” y otras de la


i.e.s. camilo josé cela localidad de Sierra de Yeguas. Pronto se formó un grupo totalmente integrado: el apoyo y la cooperación primaba ante todo. Los lazos de amistad creados han perdurado en el tiempo. Los comienzos fueron duros también por el cambio radical en la forma de ser evaluado: exámenes parciales, trimestrales y finales de todas las asignaturas. Es de destacar, de nuevo, la labor magnífica de los distintos profesores, que alentaban y ayudaban a afrontar las dificultades que se presentaban. Los resultados académicos para muchos alumnos fueron excelentes y por ello los profesores informaron de que se tenía la posibilidad de optar a una beca para el curso siguiente. Ellos mismos proporcionaron los impresos necesarios para solicitar las becas del P.I.O. (Patronato para la Igualdad de Oportunidades), asesoraron a la hora de rellenarlos y de los documentos que se tenían que aportar. Desde el mismo Instituto se tramitaron las solicitudes de becas. La cuantía de la misma, 4.000 ptas, no era muy elevada, ya que con ese importe no se podían adquirir todos los libros y materiales necesarios, pero sí suponía una ayuda importante para las familias. Además el hecho de ser alumno becario otorgaba el derecho de obtener la Matrícula gratuita del curso con lo cual el beneficio económico se incrementaba. Si el primer año comenzaron las clases con cierto retraso, a mediados de octubre, por las complicaciones propias que acarreó la apertura del Centro, el curso siguiente también tuvo un inicio complicado. La madrugada del 4 de octubre cayó una gran tormenta en Campillos que alcanzó tal magnitud que hizo que el arroyo “Rincon” se desbordara y el agua arrancara de sus cimientos la valla que rodeaba el Instituto. Éste se inundó por completo, llegando el agua a alcanzar una altura aproximada de un metro dentro de todo el edificio. La limpieza y adecuación del recinto escolar hizo que el comienzo del curso se retra-

119 sase. Este hecho se repitió varias veces a lo largo de los siguientes años. En una ocasión estando en clase hubo que salir por las ventanas de un aula que daba a la parte trasera del Instituto. Este año se incorporó otro conserje, Indalecio, que procedente de un pueblo de la costa malagueña, se instaló con toda su familia en la vivienda que había anexa al Instituto en el ala izquierda del mismo. Con el tiempo, montaron una especie de kiosco y en la hora del recreo vendían chucherías a través de una ventana de la vivienda. Las niñas cruzaban el patio de los niños para ir a comprar y nunca hubo motivos para que los profesores les tuvieran que llamar la atención. En el curso1969-70 las alumnas del colegio “La Milagrosa”, que hasta entonces acudían al Instituto “Pedro Espinosa” de Antequera a examinarse “libres” de las asignaturas de Bachillerato, se matricularon oficialmente en la Sección Delegada de Campillos y, como consecuencia de ello, el número de alumnas de 2º curso se vio incrementado. La plantilla de profesores sufrió pocos cambios en estos dos primeros años. La novedad más significativa que ocurrió este curso fue la instauración de la Evaluación Continua, hecho significativo en la forma de evaluar ese año y todos los cursos posteriores. En el tercer año de funcionamiento del Instituto se ofertó, por primera vez, el idioma de Inglés. Los alumnos que ya cursaban Francés no tuvieron opción a cambiarse de idioma. El cuarto curso se presentó con cambios: el primero fue que la Srtª Paqui, que hasta entonces había sido la Directora del Instituto, se trasladó a otro Centro y su puesto lo ocupó D. Diego. El segundo trajo consigo una alteración en las clases: se convirtieron en mixtas pero, por supuesto, no mezcladas: los niños ocuparon la fila de la derecha de la clase y las niñas, como eran más numerosas, las dos


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filas de la izquierda. El recreo se seguía haciéndo en patios distintos. La novedad creó un poco de nerviosismo entre los alumnos al principio, pero enseguida se superó y pronto se estableció un clima cordial entre todos. Como el Centro seguía siendo Sección Delegada del I.E.M. “Pedro Espinosa” de Antequera, continuaba sin tener una Secretaria propia. Es cuando” yo” tuve la oportunidad de formar parte del engranaje del centro al ser propuesta por D. Diego como “secretaria” del mismo. Compaginé mis estudios con las labores burocráticas del Centro, que ejercía por las tardes y durante las vacaciones, siempre animada y ayudada por D. Diego. El estar en Secretaría hizo que conociera a todos los alumnos del Centro, a muchos padres, y esta dependencia. servía, a veces, como punto de reunión con algunas compañeras para estudiar o realizar trabajos.

50 años (1968-2018)

Al terminar el 4º curso de Bachillerato las promociones anteriores tenían que realizar una prueba de REVÁLIDA para obtener el título de Bachillerato Elemental. Ese año aprobando todas las asignaturas de 4º automáticamente se obtenía el título. D. Diego, al asumir la Dirección del Centro, se propuso como objetivo el que la “Sección Delegada” llegara a ser completamente independiente del I.E.M. de Antequera. En primer lugar amplió la oferta educativa y promovió la instauración del Bachillerato nocturno. Con ello se consiguieron dos objetivos: 1º Ofrecer la oportunidad a aquellas personas que, por su trabajo o cualquier otra circunstancia, no podían acceder a los estudios en horario diurno la posibilidad de realizarlos en un horario compatible con sus actividades.


i.e.s. camilo josé cela 2º Aumentar el número de alumnos del Centro. Al mismo tiempo, D. Diego, gestionaba con los alcaldes de los pueblos limítrofes el que los alumnos asistieran al Centro de Campillos. ¡El trabajo fue monumental!. La realización de las matrículas se hicieron en los propios pueblos de residencia de los niños. Como anécdota contar que en uno de ellos el local elegido para efectuarlas fue una sala de un bar. Ese curso se incorporaron alumnos incluso de La Roda de Andalucía. Para acceder a 5º era obligatorio optar por la especialidad de Letras o Ciencias, y de los dos grupos por nivel que habían coexistido hasta entonces hubo que hacer tres: uno de Letras y dos de Ciencias. El colegio “La Milagrosa” se transformó en internado femenino y las niñas asistían a las clases del Instituto. Las internas procedían de los pueblos cercanos a Campillos y también de otros puntos distantes de la geografía española. Como consecuencia el número de alumnos del Centro,en el curso 73 - 74, aumentó notablemente. El 6º curso fue muy intenso puesto que algunas asignaturas eran bastante extensas y hubo que dedicarle mucho tiempo y esfuerzo para sacarlas adelante con éxito. Al finalizar 6º algunos alumnos decidieron realizar la REVÁLIDA para obtener el título de Bachillerato Superior. Ese año fue el último en el que se efectuaba esa prueba y era voluntaria. Para ello, tuvieron que desplazarse al Instituto “Pedro Espinosa” de Antequera. Los resultados obtenidos fueron bastante satisfactorios. En Antequera quedó patente la calidad de la preparación que los alumnos de Campillos recibían por parte de los profesores de la “Sección Delegada”. El siguiente curso C.O.U. (Curso de Orientación Universitaria), fue bastante duro. Los alumnos que querían acceder

121 a la Universidad tuvieron que esmerarse para obtener buenas notas. Para cursar algunas carreras universitarias (es decir, no se exigían en todas) ese año se instauró, por primera vez, la prueba de Selectividad. Los alumnos, que la realizaron, obtuvieron buenos resultados y entraron por la puerta grande a la Universidad. Durante los años de escolaridad en el Instituto, los profesores para completar la formación académica de los alumnos programaron una serie de excursiones: – Salida al campo: paraje de “La Herrería. – Excursiones a Córdoba para asistir a varios conciertos y visitar la Mezquita y la ciudad. – Tardes de convivencia con el I.E.M. “Pedro Espinosa” de Antequera. – En 5º curso se realizó una excursión fin de curso a Mallorca, donde se visitó la ciudad de Palma, Manacor, Portocristo y las impresionantes Cuevas del Drach. – En 6º curso, con la excursión de fin de curso, se recorrieron varias ciudades de la península: Madrid, Santander (donde se tuvo la suerte de visitar la Cueva de Altamira, la original, que poco después cerraron al público), Valladolid, Burgos, Segovia y Toledo. – Excursión a una playa de Torremolinos y visita al parque de atracciones Tívoli. Al finalizar C.O.U. la noticia de que la “Sección Delegada” de Campillos, gracias al esfuerzo de D. Diego, se convertía en Instituto independiente, fue el colofón que recibió la 1ª promoción de alumnos. Convivir siete años con unos profesores formidables, no sólo en el aspecto académico sino también en el humano, sirvieron para transmitir una serie de valores que fueron fundamentales para que muchos alumnos consiguieran metas que al empezar los estudios parecían inalcanzables.


50 años (1968-2018)

122 Isabel María Díaz García-Hierro, Auxiliar administrativo del Servicio Público de Empleo Estatal. Estudió en el centro desde 1975 hasta 1979

Paseo por el recuerdo y…por el conocimiento “EL SIMPLE ALETEO DE UNA MARIPOSA PUEDE CAMBIAR EL MUNDO” (proverbio chino).

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al vez este haya sido el efecto que produjo mi paso por el Instituto en las dos ocasiones en las que he tenido el placer de haber formado parte de sus paredes. Es muy probable que parte de la mujer que soy yo se deba al influjo que ejercieron sobre mí las personas, profesores, compañeros y demás personal de servicio que me acompañaron en aquellos años. Me presento, me llamo Isabel María, Isita para mis compañeros y profesores en esos años, y, aunque de padres extremeños, soy nacida en Antequera, provincia de Málaga, en mayo de 1960. La profesión de mi padre, ferroviario, y su incesante afán de progreso, nos permitió a mi familia y a mi ir creciendo y aumentar en número viajando por diferentes ciudades de España. Soy la mayor de cuatro hermanos, dos varones y dos niñas. Dos andaluces y dos manchegos. Siempre muy unidos, queriéndonos mucho hasta el día de hoy. Mis padres escogieron volver a Andalucía, Campillos en particular, empujados por la fama de sus colegios, ya que tanto mi padre como mi madre tenían muy claro que sus hijos iban a estudiar, a progresar en la vida a través de los estudios y del conocimiento.

Sabían que esta es la mayor herencia que podíamos disfrutar el resto de nuestras vidas. Seguro que por este motivo, ellos renunciaron a una vida más cómoda en favor nuestro, ya que llegados a Campillos, nuestra casa estaba situada en la estación de Renfe, a más de 1 km de distancia, en una época en la que para ir al pueblo había que hacerlo andando, porque no había coches y el teléfono era un artículo de lujo que por allí no existía. Pronto nos hicimos de pasos largos y aprendimos a acortar las distancias. Así vivía yo, cuando en el curso 19751976 contacté por primera vez con el instituto para comenzar mis estudios de 1º de B.U.P. Un nuevo sistema de estudios, que acababa con el bachillerato anterior y las reválidas que lo acompañaban. He vuelto a ver innumerables planes de estudios diferentes a lo largo de mis años. Todo un fracaso para el sistema Educativo español. A nuevo cambio de gobierno siempre le ha acompañado un plan de estudios diferente. El Centro, primer año autónomo ( antes Sección Delegada de Antequera), era un edificio antiguo, de estrechos pasillos que acogía a los alumnos de los diferentes pueblos que, por su número de habitantes, solo disponían de las enseñanzas primarías de la época. Era rico por la mezcolanza de sus gentes. Alumnos de diversos pueblos y profesores de las distintas provincias andaluzas que como interinos ejercían su


i.e.s. camilo josé cela profesión durante un año por sus aulas, las que por cierto no tuvieron conocimiento alguno de calefactores en los fríos inviernos campilleros. Pero que felices éramos que con los chaquetones y abrigos puestos que no osábamos siquiera a echarlos en falta. En las aulas, bancas de madera con asientos abatibles tan desgastadas que enganchaban los leotardos de lana en invierno y las faldas y pantalones en verano. Una pizarra de tiza, con un borrador tan manchado de blanco que había que sacudir por las ventanas, estrellándolo varias veces contra las paredes del exterior y formando nubes de cal blanca que te impregnaban de tal manera, que cuando cerrabas la ventana, la que tenías que sacudirte eras tú: pelo, cara, manos, ropa….. Una zona elevada y sobre ella la mesa del profesor. En alto para que no sólo se le distinguiera, sino para que su autoridad fuese manifiesta. Armarios corridos sin perchas completaban el ajuar del espacio que nos acogía durante toda la mañana y parte de la tarde. Sí, porque entonces el horario lectivo era de 9 a 2 de la tarde y de 3 a 6, creo recordar. Yo salía de clase, iba andando a la estación, comía, volvía al instituto y cuando éste terminaba, yo, casi de noche en invierno, me volvía andando a mi casa. Recuerdo mucho frío en esos recorridos con el aire pegando de lado y la lluvia traspasando mi paraguas. Fue una época muy dura, pero cuánto aprendí y voy a contar porqué. Aunque en las aulas convivíamos ambos sexos, en los recreos nos dividían, chicos y chicas en diferentes patios. No obstante, mis profesores me hicieron sentir acompañada en el esfuerzo de mi aprendizaje. Yo notaba como se preocupaban por mi y por mis compañeros de clase y como se esforzaban en enseñarnos cada días las asignaturas que teníamos que aprender. Con los pocos medios de los que disponían nos dieron la caña para saber pescar el conocimiento. Recuerdo clases amenas, profesores innovadores, pacientes,

123 responsables y conocedores de su materia. También hubo alguno que no lo fue, aunque como dice algún político actual, de esos no guardo memoria. Voy a atreverme a nombrar a profesores y profesoras que sin duda me marcaron e influyeron, como las alas de una mariposa, que removieron mi interior y contribuyeron a hacer la mujer en que hoy me he convertido. Sé que voy a dejar alguno atrás, que por el paso del tiempo mi memoria no saca, pero que también me conformaron. Que me perdonen, en mi interior los quiero igual. La primera, Dª María Dolores García González, Lola. Con ella no solo conocí la gramática de Lázaro Carreter y la literatura de tantos autores clásicos que me hacían soñar en las largas tardes de verano, sentada en los bancos de mi querida Estación, junto a mi madre y mis hermanitos pequeños. Quiero resaltar de ella su paciencia, amabilidad y el cariño que siempre me ha demostrado y que llega incluso hasta estos días. Debo decir que ese cariño ha sido siempre y es mutuo. Muchas gracias Lola. A su marido y director durante muchos años del Instituto, D. Diego Gutierrez Mudarra, que nos enseñó a leer textos latinos y a aprender declinaciones y verbos en un juego rápido, en el que en fila de a uno, si no respondías rápido a su pregunta, pasabas al último lugar, teniendo que esperar a que otros no supieran responder para recuperar tu puesto. Cuanta agilidad mental aprendí con su buen humor y su firmeza. Había que estudiar para no estar el último!! Cuanta responsabilidad ( y amor propio ). GracIas D. Diego, aunque no ha sido ésta la única vez que me ayudaste a crecer. No sé si tenía que ver la forma en la que estaba orientada la enseñanza, que yo amaba tanto las asignaturas de ciencias como las de letras. De todas aprendía algo. Así que en 2º de B.U.P me tocó en suerte, y así fue, en suerte, un joven,por entonces profesor de matemáticas, D. Juan Moreno, que llegó a nuestras vidas con mucha ilusión y ganas de enseñarnos, no importándole bajar hasta


124 los conocimientos más básicos para después elevarnos hasta las entrañas de integrales, derivadas y ecuaciones hostiles, que para nosotros llegaron a no tener secretos. Nos acompañó hasta C.O.U con un gran cariño. Muchas gracias D. Juan por su gran paciencia, constancia y cariño. De mis clases de Biología y Ciencias Naturales recuerdo a Dª Carmen Monteoliva y a Dª Ana Álvarez de Perea. El interés que me suscitaban las asignaturas y la forma de enseñarlas ellas me hacía de disfrutar mucho de sus clases. Pero había algo más. Eran mujeres dedicadas a la ciencia en un mundo de hombres. Quizá por eso las admiraba. Incluyo en este grupo a mi profesora de física, Dª María Dolores Monllort, de Granada. Guardo grata memoria también de un profesor que supo hacer de su asignatura verdaderos debates. Hablo de D. Antonio González, profesor de Filosofía. Con sus debates no solo aprendimos teorías filosóficas y filósofos, sino a hablar, escuchar, pensar, …. Reflexionar cuestiones que aún formando parte de nosotros, no nos habíamos planteado. Muchas gracias también a él. Las ganas de libertad y como “ engañar las normas” me las vi venir de la mano de un profesor que nos daba Dibujo, que vestía de manera distinta al resto y nos dejaba, por primera vez en el centro de tutearle. La rigidez en el trato se rompía aunque no el respeto mutuo. Sus clases eran diferentes. Estoy hablando de Joaquín Cort, Tato para nosotros. No cabe duda que con su llegada el instituto cambió, no sólo sus paredes, a las que llenamos de dibujos alegres y coloridos, sino en la forma de la convivencia. Termina así mi paso por el Instituto Nacional de Bachillerato de Campillos en el curso 1978-1979, donde finalicé C.O.U y selectividad. Era director del centro D. Juan Mundo Aragó. Os dejo ver la foto de mi papeleta de selectividad donde se me ve una joven alegre y la actual, en la que, el paso de los años y

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las experiencias acumuladas, han ido dejando en mi expresión surcos de experiencia. Y pasaron los años……… Y yo formé mi propia familia…. Dos hijos: Juan Carlos e Inma. Con la entrada en él el curso 99-2000 para estudiar 4 de la E.S.O del primero de ellos, Juan Carlos, y la implicación que siempre he tenido en su educación, decidí formar parte del AMPA como vocal. Me encontré con un centro totalmente diferente. Hasta el nombre había cambiado, ahora era “ I.E.S. Camilo José Cela”, y estaba totalmente informatizado. La Ley del Sistema Educativo que teníamos desde 1990 era la LOGSE, que sustituyó a la Ley general de Educación de 1970 y que fue derogada por la LOE en el año 2006. Al querer participar en el desarrollo de sus estudios, no me daba cuenta de que iba a suponer responsabilizarme también de los problemas de los demás niños y niñas del Instituto. Al año siguiente con el cese del presidente D. Manuel Ayas, por la finalización de los estudios de sus hijos, fui


i.e.s. camilo josé cela elegida yo para ese cargo por los padres y madres de la Asociación. Recuerdo que esos años fueron duros pero ilusionantes. Se trabajó mucho y bien. Al mismo tiempo me hice vocal de la Federación de Padres y Madres de la Escuela Pública, F.E.D.A.P.A., lo que me dio la oportunidad de conocer la verdadera dinámica de la educación, el problema que supone el continuo cambio de los planes educativos que antes he citado, con la sucesión de los gobiernos de distinto color político, unos sociales y aperturistas, orientados a la escuela pública, otros más restrictivos con tendencia a dotar mejor las escuelas privadas que no hacen más que perjudicar al alumnado en el avance de la cultura y la educación. Siempre he luchado y seguiré haciéndolo por una educación para todos, donde reinen la igualdad, que las políticas de becas sean el apoyo de los más débiles y donde los Centros Públicos estén dotados de mayor número de medios, tanto materiales como económicos. Fue un año duro ese primero de mi presidencia. Desde la Delegación de Málaga se pretendía suprimir el Ciclo Formativo Superior de EXPLOTACIONES AGROPECUARIAS al mismo tiempo que un examen de acceso directo que podían hacer los alumnos para acceder directamente a él. Fueron jornadas de reuniones y visitas con el entonces Delegado de Educación, D. Juan Alcalá, en las que manifesté, apoyada por un grupo de profesores del ciclo, el malestar y el perjuicio que ocasionaba al Centro, a nuestro pueblo y a los pueblos de alrededor que se mantienen en su mayoría de las pequeñas explotaciones agropecuarias, que con los estudios de Técnicos Superiores, podían hacer sus negocios mucho más modernos y fuertes. Fue una lucha ganada por todos y pudimos mantener el ciclo y el acceso a él al menos durante los años que mantuve el cargo como presidenta del AMPA. Otro de los problemas que afrontamos fue la construcción de un nuevo Centro. El uso de las nuevas tecnologías, las inquietudes

125 del nuevo alumnado y las necesidades tecnológicas de los profesores con las nuevas enseñanzas hacían muy necesario disponer de unas nuevas instalaciones que estuviesen a la altura de las circunstancias. También en estos momentos supimos luchar, mano a mano, con todo el Equipo Directivo y el resto del profesorado, con escritos, reuniones con la Delegación malagueña de Educación, comunicados en presa y todo los que se ponía a nuestro alcance. Años después se inauguró el nuevo Instituto. Orgullosos también de haber estado ahí para su consecución. Durante todo el tiempo en el que trabajé para los padres, madres y alumnos estuve muy pendiente de que las bajas de profesores y profesoras fueran cubiertas a tiempo por parte de la Delegación. Estaba en continuo contacto con el Inspector Educativo y con el mismo Delegado, D. José Nieto, que paso a ser buen hasta amigo de nuestra AMPA. Siempre lo consideré un Delegado muy preocupado por nuestro centro y una buena persona. Siempre nos atendió en lo que pedimos, al menos, siempre nos escuchó. Por mi pertenencia a la FEDAPA, tuve la oportunidad de acudir a cursos de formación en Madrid sobre PREVENCIÓN EN DROGADICCIÓN PARA MENORES, nuestros hijos e hijas, que yo luego impartí a los padres y madres de los colegios de varios pueblos, incluido Campillos. Estos cursos se daban con unos libros-fichas, con técnicas de prevención sobre tabaco, alcohol y otras drogas, que evitaran el consumo de los adolescentes. Empezaba por aquella época el uso del BOTELLÓN y se sabía que el CANNABIS, en sus diferentes modalidades eran de uso un tanto habitual en nuestros jóvenes. La solución pasaba por la PREVENCIÓN y dotar a padres y madres de instrumentos para poder hacerlo era nuestra intención. Ardales, Cuevas del Becerro, Campillos y otros más fueron los pueblos en los que recuerdo que trabajé la prevención.


126 Otra forma que me pareció importante para llegar a los chicos y chicas del instituto fue a través de conferencias y así trajimos a personas formadas en la materia que les instruían. Así tuvimos aquí al presidente de Proyecto Hombre, personal del centro de salud, de entre los que puedo recordar. Mi paso por la FEDAPA me permitió viajar por todas las provincias andaluzas para conocer la necesidad educativa de cada una de ellas. Cada provincia tiene su particularidad, pero con un fondo en común como es la necesidad de una EDUCACIÓN PÚBLICA, dotada de BUENOS MEDIOS para que todos, profesores y alumnos, puedan acceder en completa IGUALDAD. Dotar de medios técnicos, hacer una buena política de becas es imprescindible para que la Educación pueda llegar a todos y todas. El conocimiento nos hace más fuertes y libres frente a la vida. También anduve con la federación metida en esos menesteres de protestar ante la que se nos venía encima con el cambio de la L.O.G.S.E y con participé en manifestaciones en contra de la implantación de L.O.E, que amparaba a la educación privada frente a la pública. En estos años luché por el Instituto de la misma manera que el instituto lo hizo por mí en mi adolescencia. Ojalá que con mi entusiasmo, mi trabajo y, en definitiva, con mi esfuerzo haya contribuido a la mejora y el fortalecimiento de la Educación y de. este I.E.S. Aunque pueda contar todo este periplo de mi paso por el instituto con el entusiasmo que cito anteriormente, debo decir que también fue agotador en algún momento. Tomar iniciativas que van a recaer sobre muchas personas es complicado desde el punto de vista de que no puedes contentar a todos y alguna mala crítica te va a caer el algún momento. Llegas a sentirte sola a pesar de estar acompañada y, a veces, no sabes si merece la pena a pesar del esfuerzo. Con el paso del tiempo y ya con la perspectiva de los años me queda la seguridad de que

50 años (1968-2018) sí, de que no solo trabajé con la ilusión, sino con el CONOCIMIENTO de que las cosas se hicieron bien y a tiempo. Cuando posteriormente mi hija Inma curso sus estudios ya no me quedaron ganas. No puedo acabar sin dar mi agradecimiento a todos los que me acompañaron en estos años. Fueron Directores del Centro D. Diego Gutierrez Mudarra y D. Francisco Linares Artacho. Gracias a ellos y a sus equipos directivos por hacerme formar verdaderamente parte del Centro y dejarme expresar con libertad y escucharme tanto en reuniones como en los Consejos Escolares. A las secretarias, Pepi y Conchi, esta última amiga mía personal que me ayudaba a pasar escritos a máquina cuando se lo pedía y me acompañaba por los pueblos en aquellos cursos a los padres. A mi equipo en el AMPA, y en especial a D. Rafael Jiménez, secretario de la asociación. A los conserjes, Carmen, Paco y Diego, que con tanta paciencia me hacían las fotocopias para la Asociación, al personal de limpieza que no solo mantienen limpio y en condiciones todo el edificio, sino que me invitaban a tomar “café y dulces” en su tiempo de descanso cuando yo iba a preparar algún asunto por las tardes. Finalmente mi mayor agradecimiento a Dña. Maria Isabel López Melgar, Vicedirectora actual, que me ha dado la oportunidad de formar parte de este proyecto en el 50 aniversario de su creación y a Dª. Concepción Fernández Caballero, Conchi, sin cuya ayuda no habría sido nunca capaz de recordar nombres y fechas. Actualmente trabajo como auxiliar administrativo del Servicio Público de Empleo Estatal, soy abuela de dos nietos preciosos, Nicolás y Berenice de 3 y 2 añitos respectivamente. Orgullosa de que mis dos hijos completaran también aquí sus estudios de Bachillerato y de que hoy en día sean personas de bien. Espero que “ el aleteo de mis alas en esta segunda época, haya hecho cambiar el devenir de este Centro y de sus gentes…·Carpe Diem


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JUAN ANTONIO MORGADO GALIANO, Periodista del Diario SUR. Alumno del Instituto entre los cursos 1969-1976.

La etapa más entrañable de mi vida

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l instituto de Campillos está asociado a los mejores años de mi vida. Si exceptuamos acontecimientos tan señalados y especialmente grandiosos como mi boda, el nacimiento de mis tres hijos y la posterior convivencia familiar, la etapa que va desde septiembre de 1969 hasta mayo de 1976 es la más enriquecedora de mi existencia, que corre que se las pela en busca de los 60. No recuerdo el momento exacto en que supe que daría el salto de cuarto de Primaria en Almargen al citado centro en la vecina localidad, pero sí guardo en mi memoria esa reunión auspiciada por don Antonio González, el cura de mi pueblo, para cumplimentar los papeles de la inscripción. Lejos de vernos agobiados por la responsabilidad, fue la ilusión la que presidió ese encuentro de un grupo de niños y niñas que apenas habíamos salido del municipio. Con diez años, afrontaba un cambio radical en mi vida. Atribúyaselo el lector quizás a la falta de madurez propia de la edad, pero este alumno no tiene consciencia de haberse visto superado por los acontecimientos en su bautizo académico en el querido instituto de Campillos. Al contrario, era tal la acumulación de nuevas experiencias que, ahora que se me pide rebobinar la cinta de una parte de mi vida por el medio siglo de existencia del centro, solo aparecen en ella imágenes positivas, bellas, a modo de esas diapositivas

en color que nos ponía don Antonio de Luque en clase de Historia del Arte. La inercia de este entrañable y emotivo texto ha hecho aparecer el primer nombre entre tantos buenos profesores como tuve en los siete años de estancia en Campillos. Pero quien merece ocupar el puesto de honor en la lista de docentes que me llenaron de conocimientos es el sabio don Diego Gutiérrez Mudarra, precoz director del instituto y factótum de su definitivo despegue tras empezar como Sección Delegada del Pedro Espinosa de Antequera. Nunca olvidaré su sapiencia, su saber estar, su peculiar sentido del humor y sus andares ligeramente inclinados en actitud pensativa, sin dejar de lado los corrillos de alumnas al paso de sus ojos claros y su porte de caballero. También permanece en mi ‘disco duro’ aquel día en que este profesor de Geografía e Historia no pudo conmigo en su afán por ver si fallaba alguna de las numerosas capitales de países del mundo que me formuló. “Siéntate, tienes un 10”, dijo fingiendo que hablaba a regañadientes, cuando en realidad disfrutaba con los alumnos que habían asimilado sus enseñanzas. Gracias a ello, el autor de este texto y alumnas de la talla de Mari Carmen Mancheño, Rosario


128 Mena o María Luisa Ortuño disfrutamos de más de una confidencia por parte de alguien que a sus obligaciones de profesor añadía las de director de una pléyade de adolescentes cada uno de su padre y de su madre, por lo que es lógico que necesitara compartir sus preocupaciones. Don Diego era el jefe de un equipo del que formaban parte su esposa, la señorita María Dolores, dulzura y belleza personificadas en una profesora de Lengua que dejó huella en mí por su facilidad para enseñarnos lo más importante de su asignatura, o don Salvador Casaus, un buenazo que me dio Matemáticas y Dibujo y que todos los lunes reclamaba mi presencia junto a su mesa para que lo pusiera al día de los resultados de fútbol y otras noticias deportivas de interés, en una época, recordemos, en que había una única cadena de televisión que solo emitía por la tarde. La señorita Sara, que compensaba su menuda figura con una personalidad de armas tomar, nos introdujo en los secretos de las Ciencias Naturales, mientras que a la tímida y delicada señorita Socorro le tocó enseñarnos francés y soportar con estoicismo que más de un alumno recurriera a la famosa terminación en ‘é’ para salir del apuro ante una palabra desconocida. “Dime cómo se dice cuaderno en francés”: “Cuaderné”, y el susodicho se quedaba tan pancho. Tampoco lo tuvieron fácil las señoritas Luchi y Rosa María, encargadas de impartir latín en años sucesivos. La multitud de traducciones que les entregamos seguro que merecerían ocupar un lugar destacado en la ‘Antología del disparate’. Recuerdo también la sapiencia de mis profesores de Matemáticas Antonio Pertíñez y Manuel Jiménez. El primero de ellos disfrutaba provocándome piques con Cristóbal Corral, íntimo amigo mío a pesar de nuestra rivalidad académica, brillante alumno, mejor persona y gran compañero. El segundo dejó boquiabierta a toda la clase el día que demostró con toda naturalidad que 2 era igual a 3. Tampoco olvidaré cuando don Manuel me sacó a la pizarra un lunes a primera hora

50 años (1968-2018) con la siguiente frase: “Salga, señor Morgado, a ver si lo hace usted mejor que su equipo ayer”. El Madrid había perdido el día anterior por 0-5 contra el Barcelona y mi ánimo no estaba para bromas ni vaivenes. Aplicado como era, tanto en el aspecto académico como en el disciplinario, subí al estrado y redondeé un ejercicio que ni él se esperaba. Volví a mi pupitre con un disimulado ademán parecido a un “ahí queda eso” que no me estaba permitido siquiera esbozar, por supuesto. No olvido tampoco las duras tablas de gimnasia por las que nos hacían pasar don José Clavijo y su ayudante, Isidro Carbonero. Las caras de sufrimiento se mezclaban con los gestos de escaqueo cuando teníamos que dar varias vueltas en cuclillas a la pista de baloncesto. El primero de ellos aprovechaba los días de lluvia, en los que no podíamos salir al patio, para darnos a conocer el reglamento del deporte de la canasta, el balonmano y el voleibol, porque el de fútbol lo conocíamos de sobra todos los niños. Todavía conservo esos apuntes gracias a los que, entre otras cosas, aprendí lo que era ‘pivotar’, por poner solo un ejemplo del argot del baloncesto. La clase de gimnasia se convertía en una gozada para mí cuando el ‘profe’ nos dejaba echar un partido de fútbol, y se tornaba hora amarga cuando me veía obligado a hacer frente a esos instrumentos de tortura que un día aparecieron en el gimnasio: el potro, el plinto y el caballo están asociados a los escasos momentos tristes que viví en el instituto. Don José Clavijo intentó por todos los medios que su asignatura no fuera una maría al uso, y en parte lo consiguió. Quien no pudo lograrlo fue don Juan Cantano, entonces alcalde de Campillos y que impartía una clase semanal de Formación del Espíritu Nacional que empezaba con el rezo del padrenuestro. Muchos alumnos llevaban ya escrito el examen que debíamos superar cada siete días; les bastaba con dar el cambiazo a la primera oportunidad. (Mi memoria, que, como todas, almacena conocimientos sin pedir permiso, conserva el


i.e.s. camilo josé cela primer párrafo de la primera lección de Primero de Bachillerato de la citada asignatura, creada para difundir y consolidar las premisas fundamentales del régimen de Franco. Decía así: “El hombre es sociable por naturaleza y tiende a relacionarse con los demás para tratar de resolver los problemas que la vida lleva consigo”). Por su parte, don Antonio Benítez, sacerdote pionero en prescindir de la sotana fuera de la iglesia, llegó a amenizar algunas de las llamadas ‘horas de estudio’ con los sones del cantautor de izquierdas Paco Ibáñez, prohibidísimo en pleno franquismo. Servidor no supo calibrar hasta años después el alcance de la osadía. El instituto de Campillos evoca en mí los madrugones para estudiar en soledad y evitar así la vespertina saturación del salón y otras dependencias de la casa por mor de la familia numerosa. Esas mañanas frías de invierno en las que luchaba lo indecible, badila en mano, por avivar el rescoldo adormecido del brasero. También la temprana visita a la panadería en busca de los molletes calentitos para el desayuno y el bocadillo del recreo. Por cierto, en muchas ocasiones hice ‘doblete’ gastronómico a la bendita hora del asueto gracias al escaso apetito de mi compañero Ricardo Naranjo, al que todos llamábamos ‘Richard’, incluso los profesores. Su madre le preparaba tan desmesurado bocadillo en comparación con su menudo cuerpo, que se agobiaba, y a sus reiterados ofrecimientos siempre respondí de forma positiva, porque entre las premisas que presiden mi vida ocupa un lugar privilegiado la de que la comida no se tira. Son innumerables los recuerdos, anécdotas y experiencias que en mí ha dejado el instituto, ejemplo de convivencia sana entre niños de varios pueblos que fuimos acogidos con cariño por nuestros anfitriones de Campillos. Hasta allí nos desplazábamos alumnos de Almargen, Cañete la Real, Teba, Sierra de Yeguas y Peñarrubia (a la que engulló un pantano), e incluso de la provincia de Sevilla, como es el caso de los procedentes de La Roda de Andalucía. Entre mis mejores amigos

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de aquella época se encuentran precisamente tres compañeros de esta localidad. Los buenos ratos que pasé en las horas de descanso entre las clases matinales y las vespertinas con Miguel Pérez, Juan Manuel Lozano y Juan Manuel Prieto ocuparían un lugar privilegiado en un hipotético libro de vivencias de mi etapa estudiantil. En ellas guardo un hueco especial para mi compañero de pupitre durante varios cursos, Pepe Mora, que siempre estaba al quite, como fiel escudero, cuando algún grandullón pretendía abusar de su corpulencia ante el que muchos llamaban ‘Morgadito’ por ser de los más pequeños de la clase en edad y, por tanto, en estatura. Él sabe que le estaré eternamente agradecido por ello, aunque, dada nuestra peculiar simbiosis, supe recompensarlo con las armas de las que yo disponía, que no eran otras que los conocimientos académicos. Ese físico del que hacía gala Pepe le permitía ser un gran jugador de baloncesto, deporte que empezaba a abrirse camino en colegios e institutos. También quiero tener un recuerdo para los hermanos Castro Villegas (Francisco, Antonio y Jesús). Con los dos primeros compartí aula, y con el tercero, colores futbolísticos


130 en el equipo para el que fui fichado, en una liga local de Campillos, por otro compañero de clase, Juan José Berdún. Con este pasé también buenos ratos, así como con Francisco Gallego y Francisco Maqueda. De la camaradería existente entre todos nosotros durante varios cursos da idea el emocionante reencuentro que se produjo a los 25 años de nuestra ‘licenciatura’ y al que asistieron también algunos profesores. Fueron unas bonitas horas llenas de recuerdos, anécdotas y bromas al ver cuánto habíamos cambiado. Pude saludar de nuevo a Paco Lago, uno de los promotores de la cita y con quien recordé la visita a las Cuevas de Altamira en la excursión de fin de curso a Santander en 1973. También estuve con Francisco Durán, al que todos conocíamos por el cariñoso apelativo de ‘Curro Matrícula’, por su portentosa capacidad para memorizar las matrículas de todos los coches no solo de Teba, su pueblo, sino de los que poseían muchos de sus conocidos de localidades vecinas. Siete años desplazándonos en autobús desde Almargen a Campillos dan para muchas vivencias, sobre todo porque los 16 kilómetros que separan ambas localidades no se recorrían en 10 minutos, como sucede ahora, sino que empleábamos casi tres cuartos de hora en recorrer la antigua carretera, de infernal piso y con más curvas que la actual. A nosotros el trayecto se nos hacía corto, porque entre las canciones y las bromas el tiempo pasaba volando. A quien seguro que no le sucedía eso era al conductor del autobús, Julián Leal (que se turnaba con su hermano Antonio), que tenía que soportar el jaleo de una treintena de zagales mientras intentaba concentrarse en lo suyo. Recuerdo sus apuros los días de lluvia. El estado de la denominada ‘pista’, un auténtico barrizal empeorado por piedras de varios tamaños, hacía muy dificultoso el control de lo que nosotros calificábamos de ‘tartana’, y que daba peligrosos bandazos en la cuesta desde la que empieza a divisarse Campillos. Por no recordar cuando el vehículo se averiaba. A

50 años (1968-2018) la zozobra del dueño del mismo nosotros respondíamos bajándonos a coger hinojos y celebrando que nos perdíamos, como mínimo, la primera clase. Compartía viaje y buenos momentos con mi hermano José y con uno de mis mejores amigos en la actualidad, Paco López, como lo conocemos todos, aunque en su carnet de identidad el apellido Jiménez esté por delante del citado. También con Rafi Barquero, Rosario Chinchurreta, José González, Francisco Fernández, Diego Barquero, María Salud Guerrero, Domingo García y Pedro Salguero, entre otros. Tampoco puedo olvidarme de los bedeles Romero e Indalecio, dos buenazos siempre al quite para ayudarnos o asesorarnos ante mil y un apuros. El segundo de ellos, que vivía en el recinto del instituto, abrió una pequeña tienda con viandas y chucherías que asaltábamos a la hora del recreo. Casi cincuenta años después, sabría distinguir, en una hipotética cata, el sabor de los bollos rellenos de una riquísima crema sin parangón en todo el tiempo transcurrido desde entonces. No le va a la zaga en mis recuerdos gastronómicos de aquellos años la sabrosa ensaladilla rusa del bar Los Rosales, donde mi hermano José y un servidor empezamos a comer cuando tuvimos suficiente madurez y valor como para plantearle a nuestro padre el cambio de la fiambrera por la mesa y el mantel, aun a sabiendas del aumento presupuestario que la petición conllevaba. Daría lo que fuera por revivir aquellos años. Me veo de nuevo con mi jersey y mi corbata azules, mi camisa blanca y mi pantalón gris. Y con aquella enorme cartera verde, cargada de libros (diccionarios de español, francés y latín incluidos) e ilusiones, y que me duró casi todo el Bachillerato. Larga vida al Instituto Camilo José Cela de Campillos! Postdata: Quién me iba a decir a mí que Antonio Romero San Martín, compañero de piso en la Barriada de la Paz y de centro en la Facultad de Ciencias de Málaga, sería, años después, el director de mi instituto. ¡Te lo mereces, amigo!


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José Miguel Carbonero Gallardo Alumno 1985-89. Doctor en Derecho. Jefe del Servicio de Contratación Administrativa Diputación Provincial de Granada.

Al salir de la patria

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o lo sabíamos, pero acabábamos de salir, y para siempre, de la patria. De la verdadera, sí; de la que dijo Rilke. Puestos a escoger, de no poder regresar a aquella, muchos de nosotros probablemente elegiríamos la segunda etapa. No la de E.G.B. Me refiero al segundo tramo vital que nos mantuvo cuatro años entre la Casita de la luz y el campo. Entre la infancia y la plena juventud. Entre la ingenuidad y lo que viene después. Pero no vamos a poder regresar a la efervescente adolescencia. Y mucho menos vamos a regresar sabiendo lo que luego hemos aprendido, como inconscientemente se nos puede antojar. Por eso lo que sí vamos a hacer es recordar; algo parecido, salvata distantia, a revivir. Curioso propósito este de rememorar ahora, cuando empezamos a vivir a pequeños sorbos para no apurar la copa, unos años en los que no temíamos atragantarnos. Para un tímido y delgadillo niño de Campillos, llegar al Instituto suponía casi llegar a tierra ignota. A las múltiples advertencias de que B.U.P. era otra cosa, con asignaturas difíciles y profesores que no te iban a tratar como un niño, se sumaba la convivencia con alumnos que venían de allende el término municipal. Y yo venía del Manzano Jiménez; pero otros aun añadían la convivencia con el otro sexo (perdón, género; se me olvidaba que estoy escribiendo en 2018 y no entre 1985-89)… Ahí es nada. Visto así, estaba bien denominado “unificado” nuestro Bachillerato. Y qué decir de “polivalente”, con la de cosas para las que valió. Yo llegué al Instituto siendo de ciencias, salí mixto cuatro años después, y acabé letrado. Entré con flequillo y salí con tupé; ingresé con pelusa y egresé con acné. Ahora en mi caso han

pasado casi treinta años; es decir, nada y media si nos creemos lo del viejo tango porteño. Y mirad, no es por salirme del tópico, pero a mí no me parece que fue ayer. Me parece que ha pasado mucho tiempo y quizás eso contribuye a dar más valor a aquellos recuerdos. Si hubiera sido ayer no me pararía siquiera a pensarlos. En cambio, todos esos años después, mirando desde otro siglo y milenio, y viviendo en nuestra acelerada sociedad, se puede confirmar que sobre los cimientos que traíamos, durante cuatro cursos nos pusieron la estructura que necesitábamos para la aventura universitaria. Luego las asignaturas no fueron tan difíciles y los profesores, afortunadamente, tampoco nos trataron como si fuéramos niños. En aquella época no había apenas profesores de Campillos en la plantilla del Instituto, y seguramente esa era otra circunstancia que aumentaba la sensación de cambio que experimentamos. Recuerdo que se decía que el de Campillos era un centro “de paso” porque el profesorado estaba en él a la espera de su destino definitivo. Todos de paso, pues, porque también nosotros lo estábamos. Pero el recuerdo es una foto fija: estamos en él todos los que compartimos aulas y patio. Hablando de patio, como ya no éramos niños, ¡se podía salir a la calle en los descansos! Quiero que en este recuerdo tenga un nombre propio alguien que, a pesar de estar en aquella foto, ya no está aquí para hacer el mismo ejercicio de memoria. José María Guerrero era en C.O.U. mi compañero de pupitre (de aquellos pupitres dobles de color verde). Tal vez era el más vitalista de los jóvenes que coincidimos en aquel período, y paradójicamente


132 ha hecho el último viaje de forma prematura. Cada mañana, él que se había levantado una hora antes en Almargen, nos acababa de despertar a los campilleros con su atronadora voz y su energía. Supongo que, como José María, a estas alturas ya hay unos cuantos que no pueden responder si nos pasan lista. Sirva esta mención para tenerles presentes. Y en fin, de paso, de paso, según se mire, todos estamos de paso y no solo en el Instituto. Pero dejaron buena huella algunos de los que se decían de ese modo en Campillos. Como es natural, no podría citar aquí a todos los profesores que nos correspondieron durante los tres años de B.U.P. y C.O.U. Así que permitidme que elija algunos representantes de aquellos cursos, cosa que siempre es un error tratándose de elegir personas. Por ejemplo, ahora que parece haber legiones enteras empeñadas en maltratar el castellano. Es curioso: se nos regala la lengua más bella del mundo (en esto no me pidáis objetividad) y se hace bueno aquello de que no valoramos lo que no pagamos. Pues ahora es difícil no acordarse de varios profesores que enseñaban Lengua con auténtica vocación: Milagros Jiménez, de Antequera (o al menos allí marchó después); Juan Benítez, también antequerano de adopción; o Carmen Puertas, granadina, contagiando su pasión por la Literatura y la poesía. O quienes hacían fáciles las Matemáticas aunando la claridad en sus explicaciones con el rigor científico, como Cayetano, también granadino, o el campillero Paco Aguilar. Y por último, para cerrar este breve e injusto resumen del profesorado que conocí. Habíamos superado tres de los cuatro cursos; dejado atrás el bachillerato; nos iban a orientar para la universidad previo trance de la selectividad. Éramos los veteranos del Instituto. Y después de llevar tres años tuteando a los profesores (por favor, al editar, asegúrense de que el corrector ortográfico no cambia la primera t de tuteando por una inoportuna p; no quisiera ahora, casi treinta años después, perder el aprecio que aun me conserven mis antiguos profesores), llegamos a Don Diego. El Don en el Instituto estaba prácticamente reservado para Don Diego Gutiérrez, el Director, y para otras varias contadas excepciones. Qué maestría la suya en el aula para conducir a un grupo de potros de manera que nos creyéramos que éramos adultos; y qué

50 años (1968-2018) autoridad tan bien ejercida, casi imperceptiblemente, para que ninguno se desbocara. De una forma excelente inculcaba el interés por la asignatura; por el conocimiento. Los métodos pedagógicos evolucionan, sin duda. Yo llevo a mi niña a unas clases de “inglés divertido”. Pues bien, ahora pienso que aquello también podía haberse llamado “Historia divertida”. Yo esperaba aquellas clases como supongo que ahora algunos jóvenes esperan su serie favorita. Pero eran más que unas clases amenas; también podrían haberse llamado “Historia humanizada de la Humanidad”. Y que no se equivoquen quienes le restan importancia al sentido del humor (también, por cierto, hay quienes se la quitan a la historia): lo de Don Diego Gutiérrez en C.O.U. fue aquello y mucho más. Porque luego triunfamos en selectividad. Luego cada uno de nosotros tomó un rumbo y navegó como pudo en los mares universitario y laboral. Creo que nuestro Instituto cumplió su misión. Aunque decir Instituto es una ficción en este caso. Quienes cumplieron su misión fueron los profesionales que lo integraban tanto en la faceta docente como en la administrativa. Entre todos ellos nos enseñaron a subir peldaños en la escalera de la responsabilidad y la madurez; que es, en mi opinión, lo más importante que podían aportarnos y por tanto lo que más debemos agradecerles. La transmisión de conocimientos concretos era importante pero menos, también en mi opinión. El acceso a los conocimientos es relativamente fácil en nuestra época; en cambio lo complicado es formar en actitudes y responsabilidad. Hoy no queda allí casi nadie de quienes estuvimos en aquella etapa. Por no quedar, ni el edificio se parece demasiado al que nosotros conocimos. Pero confío en que la esencia sí siga viva entre sus muros. Quiero creer que la forma de trabajar se va transmitiendo de forma más o menos consciente y quienes forjan a los próximos adultos lo hacen con la misma sabiduría que aquellos con los que nosotros tuvimos la suerte de cruzarnos en los cuatro años en que estuvimos de paso por el Instituto de Campillos. Termino felicitando y agradeciendo a las muchas personas cuyo esfuerzo ha permitido cumplir los primeros cincuenta años, y a quienes han promovido y trabajado para conmemorar la efeméride.


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Diego Manuel Gutiérrez García, (Alumno 1984 – 1988) (Jefe de Administración de la Embajada de la Unión Europea en Nigeria)

Qué ha significado el Instituto para mi?

Q

ué ha significado el Instituto para mi? Bueno es una pregunta complicada de responder. Lo que puedo decir es que mi recuerdo es de una época muy feliz de mi vida y sobre todo llena de descubrimientos. Pasar del San José, solo chicos, a una enseñanza mixta fue entrar en una nueva y desconocida etapa vital. Recuerdo perfectamente la excitación y gran expectación de mi primer día en una clase con chicas y también con alumnos de otros pueblos. Que voy a decir de aquellos años, me lo pasé en grande, con los primeros coqueteos con el amor, jugando a baloncesto en aquella pista/aparcamiento/entrada en la que casi nos matamos y; aprendiendo, que era de lo que se trataba. Tengo que decir que mi primero de BUP fue un poco duro, especialmente porque me dieron clase mis padres. Eso de levantar el brazo y el resto de la clase empezar a susurrar…. mama!, pues como que no era muy cómodo. Tengo muy buenos recuerdos de muchos profesores y también de muchos alumnos. Espectacular tanta buena gente que conocí como compañeros, con algunos solo coincidí un año, pero entrañables y en la memoria para siempre. Si me acuerdo del Instituto no

me puedo olvidar de Córdoba y Cayetano de Almargen, cómo nos lo pasamos ese primer año y qué buenísima gente. De cara a mi carrera profesional, pues es difícil especificar como ha influenciado mi etapa en el instituto. En particular tengo que decir que Rafael, profe de inglés, me despertó una curiosidad enorme por aprender el idioma y gracias a él hice mi primera salida al extranjero. Me abrió los ojos a la necesidad de aprender idiomas y viajar, y eso si que ha marcado mi vida profesional y personal. Aunque he tenido una carrera muy previsible y estable, Universidad de Economía y directamente a trabajar en Banca en casi todos los puestos de una oficina bancaria; la pasión por los idiomas y los viajes me llevó a descubrir las diferentes realidades y desigualdades que existen en nuestro mundo. Así, que de Director de oficina de la Caixa pues di el salto a la cooperación internacional y eso me ha llevado a trabajar en diferentes países y conflictos (Angola, Palestina, Ucrania) hasta acabar, por ahora, de Jefe de Administración de la Embajada de la Unión Europea en Nigeria.


50 años (1968-2018)

134 Juan Manuel Lebrón Ramos, Años académicos en I.E.S Camilo José Cela: 2000-2004 Profesión actual: Médico Especialista en Medicina Interna

“Querido yo a mis 16”

N

o te puedes imaginar lo orgulloso que estoy de ti. Ni tampoco el brillo que se te iluminará en la cara cuando digas que eres y te han educado en Campillos. Sé que “a veces” (por no decir “poco”) piensas en tu futuro, pero no tienes por qué tener miedo, pues la base y lo fundamental del mismo van a salir de donde te encuentras ahora. Completaste unos años fructíferos en el Colegio Manzano Jiménez, e incluso parte de la E.S.O la has realizado en un módulo adjunto al mismo. Tras ello, las famosas novatadas te abrieron las puertas en el instituto y acabas de comenzar Bachillerato. Te enfrentas al final de la primera gran etapa. Querido yo a mis 16 años, esto será el pilar que te dará la aptitud y actitud, pues no todo se basa en conocimiento. Te dará mayor educación pero también te enseñará a comportarte, a saber estar, a respetar a tus profesores y a relacionarte con tus compañeros y amigos del pueblo. Pero sobre todo, a intentar prepararte para la vida. Esa que está ahí fuera y todos nos empeñamos en saber y saber, sin escucharnos. Y no todo está en los libros, ¡cosa que tú aún tienes que aprender porque te empeñas demasiado en sabértelos! Desgraciadamente (o afortunadamente, según como se vea), diversas situaciones de la vida cotidiana y el destino no se aprende en ellos… Añoro muchísimo las cosas que te quedan por disfrutar del instituto: los ratos con los compañeros en los cambios de clase, ciertas “travesuras” intra y extraescolares, las risas nerviosas en los repasos previos a los exámenes, las charlas con Paco y Carmen en Conserjería al principio del día, los recreos productivos, y aunque no lo pienses ahora: el aprendizaje global y los consejos que te van a proporcionar los profesores. Cierto es que también tendrás momentos no tan buenos en tu 2ª casa: quién te iba a decir que el atentado

del 11-M lo ibas a sentir en la biblioteca, que no iba a estar presente ningún abuelo para ver cómo te gradúas, o que las novatadas o el bullying iban a dejar huella en ti. Se dice muy fácil, pero lo superarás todo con creces, por muchos momentos de miedo o incertidumbre que tengas, conociendo lo negativo que eres o la de veces que piensas “¡No voy a poder!” (aunque de ello, también es consciente la familia). Al final, aunque con el paso de años y experiencias, aprenderás a confiar y tener seguridad en ti. Mientras tanto, la palabra clave que quiero que retengas es que DISFRUTES. Disfruta de cada clase y los comentarios positivos y negativos, incluso los procedentes de tus amigos y compañeros, porque pueden ser otros profesores más. Tendrás un viaje alucinante a Italia (Roma y Florencia) con anécdotas ilimitadas y situaciones que quedarán en la retina para siempre. Y además, una fiesta de San Valentín en la que incluso te otorgarán un premio (no te puedo chivatar cuál porque sería “spoiler”). Te lo vuelvo a repetir: ni te imaginas lo importante que será todo esto para ti y tu futuro… En lo que respecta a tu profesión, sé que tienes muchos pájaros en la cabeza y no te has parado a pensar realmente qué quieres ser o hacer. No pasa nada, de hecho, ¡hiciste bien! Céntrate en los 2 años que te quedan para terminar lo mejor posible y ya vendrán las cosas rodando. Supe que las personas normalmente tenían el objetivo marcado y se agobiaron con la nota de corte en Selectividad… menos mal que pensarás en el día a día. Cuando tengas la nota, entonces decidirás qué hacer. Será un momento muy divertido, pues en la carrera te dirán y te asegurarán que “tienes que tener vocación”… y qué quieres que te diga, la mejor vocación es tener confianza en uno mismo y estudiar-trabajar en lo que te guste. Así puedes adaptarte a lo que quieras. Eres capaz de lo que sea. Cuando tengas 31 años, ya me contarás. Fuimos, somos y seremos personas muy diferentes al resto…


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Alberto Viseras Ruiz, Estancia en el instituto: 2001-2007. Doctor en ingeniería robótica en la Agencia Aeroespacial Alemana.

Los valores que aprendí me siguen acompañando en el camino

A

cabo de llegar a casa. Nada más entrar, he dejado los zapatos en el recibidor, una costumbre muy alemana. ¡Que a nadie se le ocurra entrar en casa con los zapatos puestos! A continuación he dejado el abrigo encima de la silla, y me he dirigido hacia el sofá. Ya es de noche, el invierno ya está aquí. Por la ventana se atisban los primeros copos de nieve del invierno. ¡Ya tocaba! ¡Qué ganas de poder ir a esquiar! Por cierto, soy Alberto Viseras Ruiz (pongo los dos apellidos, así mis padres no se enfadan). Tengo 28 años, y os estoy escribiendo desde Múnich, en el sur de Alemania. Dejadme que me presente. Vivo en Múnich desde hace unos cuatro años y soy investigador en la Agencia Aeroespacial Alemana (DLR). Mi trabajo en DLR gira en torno a la robótica y la inteligencia artificial. Actualmente trabajamos para desarrollar algoritmos que permitan a un conjunto de drones aprender a cooperar con el objetivo de realizar tareas de forma autónoma. Nuestro sueño es desarrollar sistemas robóticos que, por ejemplo, sean capaces de encontrar de forma autónoma supervivientes tras un terremoto, o que puedan monitorizar un incendio sin poner en peligro vidas humanas. Dejando a un lado mi trabajo, tengo dos aficiones principales: la escalada y viajar. Viajar me ha permitido conocer 37 países, sus gentes, su idioma y su cultura.

Gracias a la escalada, he podido disfrutar de paredes de roca increíbles y subir por encima de 5000 metros en el Himalaya. ¡Todavía queda mucho por descubrir! A menudo me sorprendo por tener la oportunidad de hacer lo que me gusta. Soy de los que pienso que las oportunidades no vienen solas, sino que son parte de un camino. De un camino largo que ya he recorrido, y de un camino aún más largo que me queda por recorrer y que me traerá nuevas oportunidades. En este camino, están por supuesto mi familia, mi novia y mis amigos. En este camino, estuvo también el IES Camilo José Cela, junto con mis compañeros de clase y mis profesores. Ahora que me siento a pensar en mi etapa en el instituto, recuerdo que fue intensa, llena de vivencias, de aventuras, de exámenes, de asignaturas. Es imposible quedarme con un sólo momento. De todos modos, sí que podría destacar cuatro enseñanzas, cuatro valores, que todavía me acompañan a día de hoy y que aprendí en Campillos, en el IES Camilo José Cela. Estos valores son: curiosidad, exigencia, sacrificio y compañerismo. La curiosidad. Albert Einstein dijo: “Lo importante es no dejar de hacerse preguntas”. Esto mismo nos lo repetían cada día mis profesores de historia, religión, física, etc. Nunca hay que dejar de preguntarse


136 de dónde venimos, por qué somos quiénes somos, qué es lo que nos hace ser así. Estas preguntas me las repetían cada día en el instituto, y de algún modo calaron en mí. Me llevaron a estudiar ingeniería de telecomunicaciones para entender un poco mejor cómo funciona el mundo, y me empujaron a viajar con el objetivo de entender qué pinto yo aquí sentado en el sofá. La curiosidad te genera ganas de saber, y con ello te marca nuevos objetivos, nuevas metas que perseguir. Estas metas sólo se consiguen de una forma. Con exigencia. Todavía recuerdo las clases de lengua en cuarto de ESO, donde nuestra profesora nos asignaba comentarios de texto de nivel de selectividad (aún nos quedaban tres años para llegar ahí). Ella siempre nos decía que nos exigía porque sabía que podíamos. Estaba en lo cierto. ¡El examen de selectividad fue coser y cantar! También recuerdo con cariño a mis profesoras de inglés y lengua de primero de bachiller. En ambas asignaturas, no quisieron ponerme un 10 en el examen hasta que estuviera perfecto, inmaculado. Yo pensaba por aquel entonces que una pequeña falta de ortografía no era razón para un 9.95. ¡El 10 estaba tan cerca! Eso era exigencia. De esta forma aprendí a exigirme a mí mismo, sin necesidad de que lo hicieran otros por mí. Y gracias a ello, he alcanzado muchas metas que me he propuesto. De todos modos, exigencia por sí sola no vale para nada. Exigencia tiene que venir acompañada de algo más. De sacrificio. He aprendido con los años, que cuando uno quiere lograr algo, tiene que sacrificarse. Cuando yo quiero subir una montaña de 5000 metros, tengo que entrenar durante meses. Cuando yo quiero realizar un experimento con los drones (y quiero que funcione), tengo que llegar pronto al trabajo, salir tarde del trabajo, y seguir pensando qué falla mientras ceno en casa. Cuando yo quería terminar los deberes de matemáticas para el día siguiente, tenía que quedarme sin salir de casa la

50 años (1968-2018) tarde anterior, sin ir a jugar al baloncesto. ¡Eso sí era sacrificio! ¡Cuántos deberes! ¡Todavía me acuerdo! ¡Me gustaría ver a mis jefes haciendo aquellos deberes de matemáticas! Fuera de bromas (aunque lo que escribo es cierto), estoy bastante seguro que nada de lo que soy hoy (para bien o para mal; espero que para bien; ¡aunque sea un poco!) hubiera sido posible sin una enseñanza fundamental que me fue inculcada en mis años en el instituto. El compañerismo. He viajado mucho, he trabajado en países extranjeros, he tenido la oportunidad de presentar mi trabajo en conferencias internacionales. Y la enseñanza mayor que he sacado de todas esas experiencias es que una persona, por sí sola, no puede conseguir nada. Hoy en día, las grandes cosas que quedan por hacer, sólo las podemos hacer entre muchos, entre todos, sumando fuerzas. Antes de aprender esto aquí en DLR, recuerdo especialmente las clases de educación física en el instituto, donde aprendimos a comportarnos como un equipo bien fuera para jugar al balonmano, o para hacer una coreografía de baile. Tampoco se me olvidan las clases de tecnología, donde construimos una maqueta del antiguo instituto en grupo. ¡Qué tiempos aquellos! Para terminar, me gustaría citar de nuevo una frase de Einstein: “Educación es lo que queda después de olvidar lo que se ha aprendido en la escuela”. Yo me he quedado con cuatro valores fundamentales después de mi paso por el IES Camilo José Cela: curiosidad, exigencia, sacrificio y compañerismo. Esa fue mi educación, y con ella creo que todavía tengo para rato, para seguir recorriendo mi camino, nuestro camino. Y ahora voy a tomarme unas castañas asadas (todavía estamos en otoño), un vasito de leche, y a dormir. Ya es tarde y mañana madrugo. Buenas noches. ¡Mañana toca disfrutar!


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Jaime González Rueda, Alumno del centro entre los años 2005-2011 Ingeniero en el departamento de I+D de la empresa ISTOBAL.

Mi experiencia en el instituto Camilo José Cela

E

n primer lugar y antes de relatar en estas palabras mis vivencias en el instituto Camilo José Cela, quería agradecer a la profesora María Isabel López Melgar su interés para que un servidor forme parte de la iniciativa propuesta, que pretende conmemorar el 50º aniversario del centro. Sin duda, me resulta un auténtico privilegio y honor poder contribuir en la idea y añadir una referencia más en el trabajo de los numerosos estudiantes y buenas personas que han formado parte del instituto, muchas de ellas siendo a día de hoy grandes profesionales en sus respectivos ámbitos. Quiero mostrar además mi agradecimiento y admiración a todos los profesores y trabajadores que han pasado por el instituto Camilo José Cela a lo largo de estos cincuenta años, especialmente a todos los que dedicaron su trabajo y esfuerzo en los seis cursos que pasé en el centro para que a día de hoy pueda ser la persona y profesional que soy. A todos muchas gracias. Sin lugar a dudas, tratar de resumir seis años de vivencias en el instituto en un puñado de párrafos se antoja una tarea nada fácil. Sin embargo, ayuda el poder rememorar mentalmente mientras escribo cada uno de los años que pasé en el centro, desde primero de la ESO hasta el último curso previo a la Universidad, el por muchos tan temido y a la vez tan bonito segundo de Bachillerato. Podría dividir mi paso por el instituto Camilo José Cela en varias etapas, probablemente coincidiendo estas etapas con los ciclos en

los que a su vez se divide la enseñanza. Todo comenzó en el curso 2005/2006, en el cual abandonaba la enseñanza primaria para pasar a la secundaria. Recuerdo con detalle como los “niños mayores” nos advertían de la dificultad del instituto, del cambio que suponía, del reto, del número de asignaturas y de los exámenes. Ya en esa temprana edad uno se va dando cuenta de las asignaturas de esos “niños mayores” y del cambio que con énfasis mencionaban, aunque lo mejor aún estaba por llegar. Como muchos compañeros, los dos primeros cursos de la enseñanza secundaria los realicé en un edificio que forma parte del Colegio de Primaria Manzano Jiménez. La razón de ello es que el nuevo edificio del Camilo José Cela estaba aún en fase de construcción, aunque ya en la recta final. Pese a estar alejados de otras clases, siempre recuerdo con entusiasmo los días que pasé allí, por ser los dos primeros, los que abrían el camino. Tras los dos primeros años pasamos de curso, de ciclo y de edificio. Tercero de la ESO fue el primer año que cursé en el flamante nuevo Camilo José Cela. En un edificio a estrenar, pude disfrutar de otra manera asignaturas como Matemáticas, Inglés, Geografía o incluso Biología. Era notorio que el nivel y la dificultad avanzaban poco a poco, pero en mi caso empezaba a gustarme lo que los profesores trataban de inculcar en sus clases. Ese año pude conocer a muchos


138 compañeros de otros pueblos y hacer buenos amigos. Aunque no me parece del todo justo señalar solo a uno, quisiera mencionar especialmente a Ángel Romero como uno de esos amigos, con el que compartí todos los años venideros y el primer año de carrera compartiendo piso. Me enorgullece compartir esta iniciativa con Ángel tanto por lo que él supone como estudiante, profesional y como persona. Al mismo tiempo, me enorgullece formar parte de este trabajo junto a grandes amigos y compañeros. Como anécdota del curso correspondiente a tercero, personalmente siempre recordaré, cómo asiduamente hablaba de la temporada del Málaga con el que era nuestro profesor (y muy bueno) de Biología ese año, año que coincidió con el ascenso de nuestro club a primera división. Tras un vibrante tercer año, mis compañeros y yo pasamos a cuarto donde, probablemente terminé de definir a qué área me gustaría dedicarme en el futuro. Fue un año muy interesante y dinámico en general, y la antesala a ese Bachillerato que quedaba tan lejos y que en ese momento empezaba a atisbarse progresivamente. Para ser francos, en el cuarto año cursé la asignatura que me puso en más aprietos en, casi seguro, los seis cursos de instituto. Me refiero a la asignatura de Historia, la cual impartía la profesora a la que me refería en el primer párrafo, María Isabel. Ni que decir tiene que María Isabel, aunque exigente, era una grandísima profesora que admiro por su actitud y dedicación pero, debo admitir que Historia no era precisamente mi punto fuerte, y así lo volví a comprobar dos años después. Por supuesto, la anécdota principal no puede ser otra que el magnífico viaje en crucero que realizamos a final de curso y que fue organizado por María Isabel. A día de hoy puedo decir que he tenido la fantástica oportunidad de visitar lugares tan emblemáticos como Roma, Pisa, Mónaco o Florencia, y eso no es poca cosa. Finalmente quedan los dos últimos años, los dos años de Bachillerato. En estos años todos empezábamos a definir ahora sí de

50 años (1968-2018) forma más evidente, nuestro futuro en los años venideros tras acabar esta fase. En mi caso opté por el Bachiller de Ciencias y dentro de los de Ciencias, el que conocíamos coloquialmente como el tecnológico. En esos entonces, ya era consciente de que mi deseo era estudiar una carrera de Ingeniería como algunos de mis compañeros que siguen siendo amigos hasta hoy. Desde mi punto de vista, los dos años de Bachillerato fueron los más atractivos tanto por el nivel de las asignaturas más clásicas como por las nuevas específicas que teníamos que cursar al elegir la opción del Bachiller tecnológico. Fueron dos años en los que disfruté en las clases más que nunca, especialmente en las de Matemáticas, Dibujo Técnico y Física que en parte eran “las mías”. Me gustaría resaltar la gran formación que tanto yo como el resto de mis compañeros de todos los ámbitos pudimos tener para afrontar la terrorífica Selectividad, ésa que se encargaban de recordarnos cada día. Gracias al trabajo de todos en esos años y, por supuesto al de todos los profesores de cursos anteriores, pudimos acabar los dos cursos de Bachiller y plantarle cara a Selectividad con garantías, lo que nos abría las puertas a nuestro futuro profesional. Sin ese esfuerzo y dedicación, no sería Ingeniero a día de hoy, lo que quería ser. Sin más, quiero agradecer nuevamente a todo el personal que ha pasado por el instituto Camilo José Cela en sus cincuenta años de vida, a todos los que han contribuido al progreso de un área tan importante como la enseñanza, fundamental para el avance y desarrollo de la sociedad que concebimos hoy. Por eso, deseo de corazón que el centro siga creciendo y contribuyendo de forma tan notable a un aspecto tan indispensable en nuestras vidas. Finalmente quiero agradecer a Leonor Rueda, profesora de Matemáticas del centro, mi madre, y a Diego González, mi padre, todo lo que me han enseñado estos años ya que sin ellos no sería nada parecido de lo que soy. Muchas gracias de corazón.


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Clara Sánchez Trigo, Alumna del centro entre los años 2008-2014. Estudiante de Grado en Estudios Ingleses

Gracias

S

entada esperando a que me llamasen para recoger el Premio Nacional de Bachillerato, me pasaban varias ideas por la mente. Como por ejemplo, el calor que hacía en Madrid ya en mayo y que esperaba no tropezarme con los escalones cuando me levantase a por el título. Pero también pensaba en la cantidad de estudiantes inteligentes que había reunidos en la sala en ese momento, en que valió la pena el esfuerzo y haber estado estudiando la materia de 2º de Bachillerato hasta diciembre de 1º de carrera, y desde luego, que ese premio era el resultado de mi paso por el IES Camilo José Cela. Recuerdo que después de la ceremonia, cuando ya por fin cerraba completamente la etapa de instituto un año más tarde que mis compañeros, hice balance. Ahora, a punto de cerrar la siguiente etapa y terminar el grado en la universidad, vuelvo a echar la vista atrás y veo mis años en “el Camilo” con nuevos ojos. Lo primero en lo que pienso cuando recuerdo el instituto es, por supuesto, en los profesores. Y es que las clases, los exámenes, los deberes y nuestros profesores constituyen casi toda nuestra experiencia como estudiantes durante esos años, aunque hay detrás mucho trabajo y mucha dedicación por parte de otros grandes profesionales. Cuando el estrés, sobre todo en los cursos más avanzados, nos hacía creer que nuestra vida se había reducido a las clases y a estudiar, ¡qué equivocados estábamos! Un centro de enseñanza como es el IES Camilo José Cela es un lugar donde empezar a abrirse al mundo, donde sus maravillas y misterios empiezan a presentarse ante nosotros y despertar nuestra curiosidad. Como yo, muchos de mis compañeros tienen que agradecerles, en parte, su futura profesión a algunos de los

profesores que hemos tenido el placer de conocer durante nuestros años en el Camilo y a lo que aprendimos de ellos. Y digo de ellos, no tan sólo con ellos. Su gran labor no se reduce al conocimiento que son capaces de impartir. Eso, al fin y al cabo, también podemos encontrarlo en los libros. Los profesores tienen el poder de transmitir pasión, insuflar vida e inspirar interés en lo que enseñan. Son una guía y un ejemplo. Año tras año, tuvimos la suerte de conocer grandes docentes en el Camilo. Algunos, veteranos del instituto que ya habían dado clase a mi hermano antes que a mí; otros, nuevas incorporaciones. Pero siempre con algo que aportar: por amables o por estrictos, por exigentes o por confiar en nuestra propia ambición, por extravagantes e innovadores o por estables y organizados. Yo, personalmente, guardo en un lugar especial a los de literatura y de inglés, que me ayudaron a descubrir mi vocación por los libros y los idiomas, y mi futura profesión como docente. Ciertamente, hay que reconocer que influyen muchos factores en el cariño que se le tiene a un profesor mientras se está en su clase. Suele ser proporcional al interés que tuviésemos por su asignatura y las notas que sacásemos, inversamente proporcional a la tarea que mandase para hacer en casa, y con variables a tener en cuenta como la compatibilidad misma de caracteres. Sin embargo, no es hasta que dejas su clase, y los deberes o las notas dejan de influirte, que te das cuenta del valor que tuvo en tu formación. Gracias a que mis propios padres se dedican a la enseñanza, siempre he sido consciente de la gran labor


140 que realiza un profesor, del mucho trabajo que supone por su parte llevar una clase y de su preocupación por que nos implicásemos en su asignatura y aprendiésemos. Aun así, ahora más que entonces comprendo la gran aportación que hicieron a nuestra experiencia como alumnos. Un centro de enseñanza como nuestro Camilo es un centro de transmisión de cultura donde se empieza a formar la siguiente generación. El futuro de un país y una sociedad empieza ahí. Es por ello que son tan importantes y valiosos los buenos profesores, los vocacionales, que saben transmitir y lo dan todo por su clase y sus alumnos. Con dolor de garganta o después de acostarse tarde corrigiendo, esos profesores de corazón siempre están ahí, día tras día dispuestos a ofrecer lo mejor de sí. Porque lo disfrutan. Porque hasta en vacaciones están pensando en nuevas formas de enfocar sus clases y mejorar siempre un poco más. A esta raza especial de docentes, que al IES Camilo José Cela no le falta en absoluto, les agradezco con especial cariño su increíble trabajo. Tenéis el futuro en vuestras manos, moldeando las siguientes generaciones. Es una gran responsabilidad y estáis a la altura. El instituto supone una etapa desafiante, y no sólo académicamente. Son años en los que vivimos un gran crecimiento personal, desde que entramos de niños, recién salidos de la primaria, hasta que salimos como jóvenes dispuestos a empezar a tomar decisiones y asumir retos. Los seis años que pasé en el Camilo fueron sin duda años formativos en todos los aspectos. Pasamos tantas horas en el instituto, con todas las personas que trabajan en él, con nuestros compañeros de clase y con nuestros amigos, que al final se convierten en una segunda casa y una segunda familia. Y como es natural, siempre había lugar para conflictos, para desear que toque la campana de salida y no volver, y para desear que empiecen de nuevo las clases al día siguiente. A veces pienso en el instituto como un simulacro de lo que nos esperaba al salir. Todavía bastante inocentes e inexpertos, tuvimos que aprender a esforzarnos y no rendirnos a pesar de las dificultades porque sabíamos que era lo nece-

50 años (1968-2018) sario para conseguir nuestras metas. También a gestionar el estrés, a resolver problemas académicos y personales, a ser responsables y buscar soluciones por nosotros mismos, y a saber cuándo podemos seguir protestando y cuando es mejor adaptarse y ceder. Si era protesta o adaptación aquella vez en que se estropeó el sistema de calefacción en 2013 y decidimos ir a clase con mantas y el pijama… lo dejamos a votación popular. En definitiva, los años de instituto son años en los que se aprenden valores, convivencia y hasta empezamos a entrenar la diplomacia. Son años llenos de experiencias positivas y también negativas, pero que siempre nos hacían madurar y el IES Camilo José Cela ha sido un entorno seguro donde pasar esos años tan cruciales de nuestra vida y de nuestro crecimiento hacia personas adultas. Podíamos confiar en que allí los conflictos se resolvían y que podíamos contar con el apoyo de los profesionales a nuestro alrededor. El Camilo fue donde yo y todos mis compañeros aprendimos a convivir un poco dentro de nuestra pequeña sociedad antes de salir y comenzar nuevas etapas. Todos los estudiantes que estaban sentados conmigo esperando a recoger el Premio Nacional, y que probablemente también estaban pensando en no tropezarse con los escalones, tenían un instituto detrás al que agradecerle el premio tanto como yo. Para mí, el IES Camilo José Cela ha sido un lugar estupendo donde haber hecho la enseñanza secundaria y de bachillerato, con todo lo que eso conlleva y que he intentado describir en este texto. Tengo mucho que agradecer a las personas que me han acompañado esos años por la formación que me han ofrecido en todos los aspectos, y que han estado detrás de todos mis logros. Le doy desde aquí un abrazo especial a las grandes personas que me he encontrado durante mis años allí, y entre ellos a los profesores que me han inspirado y en los que siempre pienso cuando imagino la docente que me gustaría llegar a ser. Seguid así, sois parte del gran equipo de personas maravillosas que están formando a la siguiente generación en todo el mundo. Muchas gracias.


i.e.s. camilo josĂŠ cela

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7. cuรกntas actividades; cuรกntos eventos...



ies camilo josĂŠ cela

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actividades Agropecuaria

Agropecuaria

Agropecuaria


50 años (1968-2018)

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actividades

Aula Específica 2017-18

Aula Específica 2017-18

Aula Específica 2017-18 Aula Específica 2017-18


ies camilo josé cela

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actividades

Informática

Informática

FPB-PCPI


50 aĂąos (1968-2018)

148

actividades

Anillamiento de aves

Anillamiento de aves Anillamiento de aves

Break dance


ies camilo josĂŠ cela

149

actividades Bachiliada 2015

Bachiliada 2015

Bachiliada 2017

Bachiliada 2017

Bachiliada 2017

Bachiliada 2017


50 aĂąos (1968-2018)

150

actividades

Coros

Coros

Coros

Coros


ies camilo josé cela

151

actividades Día de Andalucía

Día de Andalucía

Día de Andalucía

Día de Andalucía

Día de Andalucía


50 años (1968-2018)

152

actividades Día de la mujer

Día de la mujer Día del flamenco

Día del flamenco

Día de la mujer


ies camilo josé cela

153

actividades

Expresión corporal Feria Promoción Ciclos 2007

Feria Promoción Ciclos 2007

Día de campo en los pinares de Humilladero


154

50 años (1968-2018) actividades

Francés

Francés

Francés

Francés

Geografía e Historia


ies camilo josé cela

155

actividades

Geografía e Historia

Geografía e Historia

Geografía e Historia

Geografía e Historia

I Semana Científica 1985


50 años (1968-2018)

156

actividades Jornadas gastronómicas

Jornadas gastronómicas Jornadas gastronómicas

PIISA

PIISA


ies camilo josĂŠ cela

157

actividades

Navidad Navidad

Navidad

Navidad

Navidad

Navidad


50 años (1968-2018)

158

actividades Plantación pinos Aspromanis 88-89

Plantación pinos Aspromanis 88-89

Plantación pinos Aspromanis 88-89

Plantación pinos Aspromanis 88-89


ies camilo josé cela

159

actividades

Plástica

Plástica

Plástica

Plástica

Plástica


160

50 años (1968-2018) actividades

Plástica

Plástica Plástica

Plástica

Plástica


ies camilo josé cela

161

actividades

Plástica

Plástica

Plástica


162

50 años (1968-2018) actividades

Plástica

Plástica

Plástica

Plástica


ies camilo josé cela

163

actividades Plástica

Plástica

Plástica Plástica


50 años (1968-2018)

164

actividades

Senderismo

Senderismo

Senderismo

Tecnología 2003

Tecnología 2003


ies camilo josĂŠ cela

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actividades

TecnologĂ­a 2003

TecnologĂ­a 2003

Visita a la universidad Visita a la universidad

Visita a la universidad

Visita a la universidad


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50 años (1968-2018) ALMUERZOS Curso 1989-90

Curso 1989-90

Curso 1989-90

Curso 2002-03 Curso 2002-03 Curso 2002-03

El Día de la Gastronomía fue una de las actividades más creativas y participativas del centro, pues no solamente se trataba de un concurso gastronómico, individual y por localidades, sino que había exposiciones de productos locales y otras actividades como conferencias y cante flamenco. Tuvo un final un poco ácido a pesar de recrear una escena típica de los hermanos Marx.


ies camilo josĂŠ cela

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ALMUERZOS

Curso 2002-03

curso 2012-13

Curso 2014-15

Curso 2014-15

Curso 2014-15 Curso 2014-15

Curso 2014-15


168

50 aĂąos (1968-2018) BIBLIOTECA

Equipo de trabajo Biblioteca

Halloween Premios mejores lectores

Equipo de trabajo Biblioteca

Mercadillo solidario


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BIBLIOTECA

Mercadillo solidario

Mercadillo solidario

Nombre a la Biblioteca Nombre a la Biblioteca

Nombre a la Biblioteca

Nombre a la Biblioteca


50 aĂąos (1968-2018)

170 CENTRO

Aulas prefabricadas

Derribo y construccion del centro nuevo

Derribo y construccion del centro nuevo

Derribo y construccion del centro nuevo

Derribo y construccion del centro nuevo


ies camilo josĂŠ cela

171

CENTRO Derribo y construccion del centro nuevo

Derribo y construccion del centro nuevo

Inaugur ac instalac ion nuevas iones 0 5-12-20 07 Inauguracion nuevas instalaciones 05-12-2007 Inauguracion nuevas instalaciones 05-12-2007


50 aĂąos (1968-2018)

172 CENTRO

Inauguracion nuevas instalaciones 05-12-2007

Instituto antiguo

Instituto antiguo

Instituto antiguo


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BIBLIOTECA despedida a compaĂąeros

2011-12 2014-15

2014-15

Despedida a Pepe Clavijo

Despedida Alvaro Portillo


50 años (1968-2018)

174

BIBLIOTECA espa

ESPA

ESPA

graduaciones Graduación 1998

Graduación 1998


ies camilo josé cela

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graduaciones

Graduación 2009

Graduación 2003

Graduación 2009 Graduación 2009 Graduación 2009

Graduación 2009


50 años (1968-2018)

176

graduaciones

Graduación 2011

Graduación 2011

Graduacion 2012

Graduacion 2012


ies camilo josĂŠ cela

177

graduaciones

Graduacion 2013

Graduacion 2013

Graduacion 2013

Graduacion 2013

Graduacion 2013

Graduacion 2013


50 aĂąos (1968-2018)

178

graduaciones Graduacion 2013

Graduacion 2013

Graduacion 2013

Graduacion 2013

Graduacion 2013

Graduacion 2013


ies camilo josé cela

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graduaciones Graduación 2014

Graduación 2015

Graduación 2014

Graduación 2015

Graduación 2015

Graduación 2014


50 años (1968-2018)

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graduaciones Graduación 2015

Graduación 2015

Graduación 2015

2016 GraduaciónGraduación 2016

Graduación 2017

Graduación 2017


ies camilo josĂŠ cela olimpiada

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50 aĂąos (1968-2018) olimpiada


ies camilo josĂŠ cela olimpiada

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50 años (1968-2018)

184 otros

Por una educación pública

Los alumnos Iván Matas y Juan Ramírez ganaron el Tercer premio nacional del X Concurso de Historia para Jóvenes Eustory 2017, patrocinado por la Real Maestranza de Ronda, con el trabajo "Los Castillones de Campillos: 2.000 años a descubrir" que da a conocer uno de los yacimientos de época íberoromana más importantes del municipio de Campillos.

Premios resolución de problemas

Premio Eustory 2017

Premios resolución de problemas


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otros

Tomas de posesión Tomas de posesión

Tomas de posesión

Tomas de posesión

Tomas de posesión


50 aĂąos (1968-2018)

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prensa y revistas Cuando el nombramiento de Director era noticia

Fiesta de la Primavera

Cuando no habĂ­a Bilingismo

Fiesta de la Primavera


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prensa y revistas

Semana CientĂ­fica Fiesta de la Primavera

Libros editados en el Centro

Libros editados en el Centro


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50 años (1968-2018) prensa y revistas

Poeta José María Hinojosa

Poeta José María Hinojosa

Que fue del Certamen Vicente Aleixandre Que fue del Certamen Vicente Aleixandre


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prensa y revistas

Revistas del Centro Revistas del Centro EXPOSICIÓN DE LORENZO MARQUES MUÑOZ-REPISO En el Claustro de 14 de mayo de 1987, se anuncia para final del curso la Exposición de Pintura de Lorenzo Marques, que fue un éxito de visitas y promoción. Sus dotes artísticas eran evidentes, pero poseía otros dones que ignorábamos y de los que tuve la suerte de presenciar alguna manifestación; todavía sigo perplejo. Estábamos un día en la Secretaria, a la hora del recreo, haciendo una gestiones Lorenzo y un servidor, cuando se presentó una alumna de Primero llorando a lagrima viva diciéndonos que no podía soportar el dolor de muelas. Lorenzo le dijo que se sentara, le puso sus manos en las sienes y la cabeza de la niña cayó sobre el pecho en un sopor profundo; volvió a ponerle las manos en las sienes y la niña abrió los ojos y con una sonrisa radiante nos dijo que se iba a jugar.

Revistas del Centro


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50 aĂąos (1968-2018) prensa y revistas

Revistas del Centro


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teatro

Antonio Manuel Parra Cueto, Profesor de Latín y Griego del IES. Camilo José Cela entre los cursos 2013-2016

Ocho apellidos a la romana

E

s junio de 2015 y el final del curso está llegando a su fin en el IES Camilo José Cela de Campillos. Son las últimas clases de latín y griego en 1º de bachillerato de Humanidades. El largo curso y la presión de los exámenes finales da lugar a unas últimas clases más relajadas. Es en este contexto donde surge la iniciativa de montar una obra de teatro en el curso próximo, en el 2015/2016. Yo lanzo el reto y ellos asumen el proyecto. Les tomo la palabra. Transcurre el verano y nos volvemos a encontrar en el aula, pero este año es diferente, este año es el año de la temida Prueba de acceso a la universidad, es decir, la "Selectividad". Yo estaba seguro de que aquella idea de montar una obra teatral había perdido toda la fuerza que nos da la llegada del verano y que suele desaparecer con los primeros días del inicio de curso. No me daba cuenta de lo equivocado que estaba. Se me había pasado por la cabeza hacer una adaptación de algunas escenas de Ocho apellidos vascos, la película del año. Comenzamos a leer algunas escenas, el entusiasmo comienza a desbordarse y esas escenas van tomando cuerpo. Éramos conscientes del

trabajo que no esperaba pero algo estaba muy claro: este año habría una obra de teatro en el Camilo José Cela llamada VIII apellidos a la romana. Teníamos una obra y teníamos una fecha: finales de febrero. Por delante cuatro meses de exámenes, trabajos, estudio y, por si fuera poco, el montaje y estreno de nuestra obra de teatro. Comenzamos los ensayos en alguna clase pero fue necesario aprovechar los recreos donde a cada frase del diálogo le acompañaba un mordisco al bocata. Con el paso de las semanas nos surge la idea de aprovechar esta representación para obtener una pequeña recaudación para una asociación benéfica, es entonces cuando nos ponemos en contacto con la "Asociación de Campillos contra el Cáncer" que encantados nos abren sus brazos y deciden colaborar con nosotros. Con esto, VIII apellidos a la romana se representaría en el marco de actividades de la celebración del día de Andalucía en el instituto y además, por una causa, realizaríamos una nueva representación esa misma tarde para todo el público que quisiera asistir.


50 años (1968-2018)

192 teatro

Llega el 19 de febrero de 2016 y nos despertamos con una mezcla de emoción, nervios y espectación. Ha llegado el día del estreno y nos esperan tres pases. No hay vuelta atrás. Tras innumerables horas de ensayo ha llegado el día. Para mí ya es un éxito absoluto haber llegado a donde hemos llegado y ya solo queda el broche del público para cerrar el círculo. Nada más empezar comienzan las primeras risas. Las carcajadas que vienen del patio de butacas se alternan con los aplausos. El milagro se ha producido y la comunión entre público y actores es mágica. Termina la larga jornada teatral sobre las 22.00 h. de la noche. Estamos exhaustos pero felices, ha sido todo un éxito. Todo podría haber acabado felizmente aquí, pero de nuevo surge la idea llevar VIII apellidos a la romana a otras localidades de la comarca. Nuestro alumnado es de procedencia muy diversa por lo que tras Campillos, en abril visitamos Ardales, después Teba y, finalmente, Sierra de Yeguas. Habiamos cerrado una gira por toda la comarca de Guadalteba recogiendo los aplausos y cariño de todos los asistentes. Aquella idea que surgió en un final de curso fue vista por más de 1200 personas. Sin duda, para mí ha sido una de las experiencias más gratificantes de mi carrera como docente. Es muy poderosa la fuerza del entusiasmo todos estos chicos y chicas. Sin su vitalidad, alegría, trabajo y dedicación nada de esto hubiera sido posible. Yo, como docente, simplemente he sido un espectador privilegiado que ha podido ver crecer un proyecto alimentado semana a semana por su dedicación.


ies camilo josé cela

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teatro

EL GRUPO DE TEATRO DEL IES CAMILO JOSÉ CELA presenta VIII APELLIDOS A LA ROMANA 19 de febrero de 2016 – 20:30 SALÓN DE ACTOS DEL IES CAMILO JOSÉ CELA - CAMPILLOS DISEÑO DEL CARTEL Ana Guerrero Mendoza Francisco Palomino Pérez Lucía Valencia Escribano ESCENOGRAFÍA Grupo de Teatro IES Camilo J. Cela LUMINOTECNIA Y TRAMOYA Laura Cañamero Vera, Elisa González Bautista, Ana Guerrero Mendoza, Noelia Torres Godoy EQUIPO TÉCNICO Lucía Valencia Escribano PRODUCCIÓN IES Camilo José Cela Departamento de Latín y Griego Grupo de Teatro del IES Camilo José Cela GUION Y DIRECCIÓN Antonio J. Parra Cueto Nuestro agradecimiento a la Asociación contra el Cáncer de Campillos, a la Cofradía del Santo Entierro de Cristo y María Santísima de las Angustias, al personal del IES Camilo José Cela que nos ha facilitado este montaje y a nuestras familias por ayudarnos y apoyarnos en este viaje. A todos gracias por apostar por el TEATRO ADOLESCENTE. (Puedes visitarnos en https://www.facebook.com/8apellidosalaromana/)

REPARTO

VIII APELLIDOS A LA ROMANA

Bienvenidos a VIII Apellidos a la romana, un proyecto teatral llevado a cabo

Laura Cañamero Vera

MACHACA 2

por los alumnos de Humanidades de 2º de Bachillerato del IES Camilo José

Susana Escribano Cabrera

ALCURNIA

Cela de Campillos.

Aida García Ángel

AMIGA 2

José Alberto Gómez Sánchez

AMIGO 1, MACHACA 1

Ana Gómez Valencia

BEATUS

Si observamos el título de la obra este nos llevará ineludiblemente a la famosa

Elisa González Bautista

ESCAFOIDES

película de Ocho apellidos vascos, no obstante, se trata de algo más. Se trata

Manuel Granados Berdún

AMIGO 2

de un viaje a la antigüedad clásica, a un momento en el que Grecia y Roma se

Ana Guerrero Mendoza

REGIDORA

encuentran. Fruto de esta convivencia se forjarán los cimientos que hoy

María Huertas Rosado

AMIGA 1

perduran en nuestra civilización, pero no siempre fue fácil. Se trata de dos

Ahmed Khattabi

MENSAJERO, PIZZERO

mundos que se miran con recelo y desconfianza. Un rechazo fruto del

Francisco Palomino Pérez

FRANCISCÓBOLO

desconocimiento mutuo, algo que desgraciadamente se sigue repitiendo en la

Fernando Pinta Guerrero

SEVERUS

actualidad. A pesar de todo ello, ningún terreno es estéril para el amor…

Celia Ramos García

CORNELIA

Cristina Valencia González

PARDALISCA

¡Recordad que no somos profesionales! Os rogamos que seáis comprensivos con nuestros nervios propios del directo y disculpéis cualquier fallo o imprevisto que pueda surgir durante la representación.


50 años (1968-2018)

194 teatro

Guiñol popular

Guiñol popular

Guiñol popular

Guiñol popular


ies camilo josé cela

195

teatro Sueño de una noche de verano

Sueño de una noche de verano

Sueño de una noche de verano


50 años (1968-2018)

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viajes y excursiones

Caminito del Rey

Cádiz 2014-15

Caminito del Rey

Caminito del Rey Caminito del Rey


ies camilo josĂŠ cela

197

viajes y excursiones

Caminito del Rey Canarias

Crucero 2008

Caminito del Rey

Crucero 2008

Crucero 2008


50 aĂąos (1968-2018)

198

viajes y excursiones

Crucero 2009 Crucero 2010

Crucero 2009

Crucero 2010

Crucero 2010


ies camilo josĂŠ cela

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viajes y excursiones

Crucero 2010

Crucero 2011

Crucero 2011

Crucero 2011

Crucero 2011


50 aĂąos (1968-2018)

200

viajes y excursiones Cueva de Ardales Cueva de Ardales

Cueva de Ardales

Cueva de Ardales

Escalada

Escalada


ies camilo josĂŠ cela

201

viajes y excursiones

Escalada

Escalada

Escalada Escalada

Escalada


50 aĂąos (1968-2018)

202

viajes y excursiones Galicia 1980-81

Gibraltar Galicia 1980-81

Galicia 1980-81 Gibraltar

Gibraltar

Gibraltar


ies camilo josĂŠ cela

203

viajes y excursiones

Intercambio con EEUU y New Castle

Intercambio Inglaterra

Intercambio Paris 2010

Intercambio Paris 2010

Intercambio Paris 2010


50 aĂąos (1968-2018)

204

viajes y excursiones Intercambio Paris 2010

Intercambio Paris 2010

Intercambio Paris 2010

Italia 1991-92

Italia 1991-92

Intercambio Paris 2010


ies camilo josĂŠ cela

205

viajes y excursiones

Italia 1991-92

Italia 2007

Italia 2007

Italia 2007


50 aĂąos (1968-2018)

206

viajes y excursiones

Italia 2012

Italia 2012

Italia 2012

Italia 2012


ies camilo josé cela

207

viajes y excursiones Itálica

Itálica

Lagunas

Itálica

Lagunas


50 aĂąos (1968-2018)

208

viajes y excursiones Mallorca 1983

Mallorca 1983

Mallorca 1983

Mallorca 1995


ies camilo josĂŠ cela

209

viajes y excursiones

Praga-Budapest 2015-16

Praga-Budapest 2015-16

Praga-Budapest 2015-16

Praga-Budapest 2015-16


210

50 aĂąos (1968-2018) viajes y excursiones

Reino Unido Lwestoft School 95-96

Reino Unido Lwestoft School 95-96

Reino Unido Lwestoft School 95-96

Reino Unido Lwestoft School 95-96


ies camilo josĂŠ cela

211

viajes y excursiones

Reino Unido Lwestoft School 95-96

Reino Unido Lwestoft School 95-96

Excursion campo


212

50 aĂąos (1968-2018) viajes y excursiones

Sevilla

Sevilla

Sevilla


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213

viajes y excursiones

Sevilla 1981

Sevilla 1981

Granada


214

50 aĂąos (1968-2018) viajes y excursiones

El Torcal 2008

Puerto uno 2011


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215

viajes y excursiones Visita guiada en inglés al aeropuerto de Málaga. 2016-17

Canal Sur 2008

Cueva de Menga


Para finalizar queremos hacer nuestras las palabras con las que Diego Gutiérrez Mudarra concluye su artículo: “Si me habéis acompañado hasta esta orilla os lo tengo que agradecer de corazón, pero tengo que ser sincero con vosotros. No me siento muy satisfecho de la evocación de estos años porque se han quedado en el tintero muchos temas y más nombres. Quizás la propia estructura de este recordatorio me ha impuesto los condicionantes y los límites. Si alguien se ha sentido de alguna manera concernido, por acción u omisión, le ruego lo atribuya a los fallos de mi memoria, o a las circunstancias en las que se ha elaborado este escrito, también a mi incompetencia: pero les pido que nunca lo achaquen a ningún tipo de sentimiento malintencionado”.


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