DESTINO DE LOS BIENES DE TEMPORALIDADES 1
Por: Carlos Uría S.
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Documento presentado para el Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Humanas, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito, 1977. 1
DESTINO DE LOS BIENES DE TEMPORALIDADES (1977)2 Por: Carlos Uría S.
INTRODUCCIÓN Ordinariamente las posiciones extremas admiten una intermedia, que por ser justamente equidistante de esos términos, se aviene mejor con la verdad y la justicia. Por eso, que el problema que tengo que resolver en relación al tema: El destino de los bienes de temporalidades de los Jesuitas, como un estudio complementario al curso de Sociedad Indígena en la Colonia, quiero enfrentarlo desde un ámbito neutral y constituido desde un fiel indeclinable no bascular entre el elogio apasionado y por ende desmesurado como tampoco entre la calumnia gratuita e injusta. Nadie en Ecuador podrá desconocer la labor educadora, que durante siglo y medio cumplió brillantemente la Compañía de Jesús, hasta su confinio en 1767. Labor que la ejecutó con blancos, mestizos y caciques indígenas, pero que, así mismo, a excepción de las Misiones, se desconoce su dedicación para los indios comunes o las clases más pobres de la sociedad nacional. En cierta forma he relegado a un segundo plano el enfoque sobre el destino de bienes de temporalidades y he principalizado el aspecto educacional, no porque ignore que las bases materiales de toda sociedad son precisamente las bases económicas, sino porque el enjuiciamiento de la sociedad colonial y su Modo de Producción y Reproducción es al momento bastante difícil catalogarlo con exactitud, ya que las categorías existentes parecen prematuras y no están exentas de cargas ideológicas, razón por la que he preferido analizarla desde otro ángulo. El presente ensayo es por otra parte sólo un esbozo esquemático del ya largo proceso educacional, que vivió el país en siglo y medio de docencia jesuítica, pero cuya secuencia continúa en nuestros días. Se ha juzgado ya esta etapa de la historia y lógicamente deben haber sus logros y tener muchos aspectos positivos, pues la enseñanza jesuítica ha reeditado sus labores y ha impreso un sello particular a su educación en esta nueva centuria de existencia y restauración. Básicamente me han servido de fuentes en la investigación González Suárez, Auiles Pérez y el P. José Jouanen.
1. MARCO HISTÓRICO 2
Documento presentado para el Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Humanas, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito, 1977.
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Antes que como axioma cronógeno que pueda ofrecer una perspectiva general a todo el proceso cultural colonial, quiero destacar algunos datos previos al conocimiento del problema que me ocupa: El destino de los bienes de temporalidades. La Compañía de Jesús nace jurídicamente en 1540 por Bula pontificia de Paulo III y surge como una milicia cristiana con el objetivo preciso de la ayuda de las almas y la enseñanza cristiana, lo mismo que la disponibilidad para dedicarse a ministerios misionales en conformidad con la voluntad pontificia, a la que se obligaban mediante voto especial. A fin de oponer a la Reforma Protestante las tácticas más oportunas La Compañía de Jesús dirige sus esfuerzos a la preparación más estricta de sus candidatos. Justamente, los Colegios de la Compañía fueron casas de estudio y formación de sus propios religiosos. Posteriormente se amplía su acción a los hijos de los nobles y al público en general, y hacen de la educación un ministerio específico en la enseñanza cristiana de la juventud. “El modelo de todos los Colegios fue el Colegio Romano, iniciado por la obra concorde de S. Ignacio y el consejo y subsidio de S. Francisco de Borja (1551)”3. Los jesuitas llegaron a Quito en 1586 y se instalaron temporalmente en el Hospicio que había en La Loma. Posteriormente pasaron a Santa Bárbara, que por ese entonces estaba fuera de la ciudad y finalmente les asignaron los solares que ocupan al presente. Hacia 1588 abrieron los cursos de gramática latina. Dice el P. Jouanen: “Se dio principio al curso de filosofía en Enero de 1590 con universal aplauso de la ciudad y con cuarenta discípulos desde el primer día” 4. Conviene también poner de relieve algo que es muy significativo la gratuidad de la enseñanza en sus primeros años, como lo afirma el mismo autor pocos párrafos más adelante: “Los jesuitas no se habían obligado a abrir clases por ningún pacto o contrato, ni tampoco recibían por su enseñanza retribución alguna de parte de sus alumnos así internos como externos o de las familias.(…) Era pues su enseñanza de todo punto gratuita y tal que no exigía ningún gasto de parte del erario real, ni de la ciudad” 5. Hacia 1594 los jesuitas se hacen cargo del seminario S. Luis ya instalado antes de la llegada de dichos religiosos, pero que para una mejor dirección les confiara el obispo Fr. Luis López de Solis. De esta suerte los jesuitas coparon todas las áreas de la educación pues tenían una escuela de primeras letras, una clase de gramática latina, Humanidades y Retórica, un curso de filosofía o de Artes que duraba tres años y finalmente un curso de teología que duraba cuatro años. Por otra parte, además de enseñar a sus propios religiosos y de otras comunidades que acudían a su Colegio Máximo, a los seminaristas u a los seglares y a los hijos de los caciques. Y en su afán por divulgar la educación especialmente entre los estudiantes más pobres se crearon 3
ESPASA-CABPE, Enciclopedia Universal Ilustrada Europea Americana, Madrid, 1927. 4 JOUANEN, José. Historia de la Compañía de Jesús, Tomo I. pp. 59. 5 Ibidem 3
becas con este fin acudiendo a bienhechores que pudieran sufragar su carrera. Pero como éstos no podían efectuarlo en contante lo hicieron mediante la donación de haciendas tales como las de Cotocollao, Alangasí y San Ildefonso, originándose así el sistema de la recepción de haciendas para sufragar la educación de la niñez y juventud. Con este sistema se extienden los Colegios por toda la Real Audiencia de Quito y aun más se crean colegios en Popayán y Panamá. Para mejor precisión me remito a las fuentes, donde de una manera sintética se expresa la situación da la Compañía de Jesús en su estadística personal y resumen económico de su gestión, durante el año de 1764. La situación fue poco más o menos semejante durante el siglo y medio que laboró la Compañía de Jesús hasta su expulsión. “Estado de los bienes temporales de la Provincia de Quito en el año de 1764”: “La Provincia consta de 270 Religiosos, de los cuales 8 pertenecen al Oficio de Provincia, 94 viven en el Colegio Máximo, 22 en el Noviciado, 6 en el Colegio Seminario San Luis, 9 en el Colegio de Panamá, 19 en el de Popayán, 7 en el de Latacunga, 14 en el de Cuenca, 10 en el de Ibarra, 10 en el de Guayaquil, 9 en el de Riobamba, 23 en las Misiones de Mainas, 2 en las Misiones del Napo, 2 en la Misión de Lamas, 3 en la Misión de Piura y 14 que se hallan fuera del territorio de la Provincia. “Las haciendas de Provincia mantienen a 8 de nuestros Religiosos: 4 Padres y 4 Hermanos Coadjutores. La renta anual es de 10.964 pesos, de los cuales hay que restar 1.066 pesos de un censo anual por un principal de 35.450 pesos. Debe 2.080, le deben 60.68. Tiene en dinero 7.000 pesos” 6. 2. HIPÓTESIS DE TRABAJO Es un modo de producción Feudal sui generis pues tiene sus características propias, el régimen colonial en América, la educación es Privilegio de la cúspide de la pirámide social y concomitantemente de los religiosos que se preparan para el estado sacerdotal. Por tanto, aquellos que quieren divulgar la educación y extenderla a otras capas sociales especialmente a los más pobres han debido arbitrar medidas extremas para alcanzar su objetivo. Los reyes, con sus ingresos tributarios ordinarios, no alcanzaban a satisfacer las demandas crecientes de escuelas y colegios en sus distantes dominios. Surge entonces como una necesidad que debe ser satisfecha la autogerencia en materia de educación. Esto se refuerza a partir del Concilio Tridentino en que se exige mayor preparación a los candidatos al estado religioso. Se pasa luego a la enseñanza de los seglares nobles y por fin a la clase popular. Es por consiguiente un imperativo de la época la educación y su solución.
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Jouanen (1943), 353. 4
De aquí también se desprende que sea explicable y justificable el que sin ayudas del erario real o por otro concepto, las órdenes religiosas y de una manera especial los jesuitas hayan tenido que acumular tierras, con cuyos productos financiaron la educación de sus alumnos pobres. Creo que aquí no se discute la bondad o maldad del sistema sino la licitud o no de la acumulación. Dentro del sistema y ante la carencia de otras alternativas pienso que era lícita. 3. EXPULSIÓN DE LOS JESUITAS De muy diferente manera explican los historiógrafos la causalidad de la expulsión de los jesuitas de España y sus colonias en 1767. Me referiré únicamente a dos para observar la disparidad de sus criterios. Alfredo Pareja Diezcanseco dice: “La Compañía de Jesús había llegado a constituirse en un poder temporal que rivalizaba con el del Papa. Por tal razón, se expidieron algunas bulas papales condenando la conducta de los jesuitas en el comercio, especialmente en el ocultamiento de impuestos” 7. No es del caso rebatir estas aserciones que por lo menos parecen temerarias al enfocar las causas a un enfrentamiento eclesiástico pues ya lo he dicho que siendo una contrapartida a la Reforma lo primero que formulan es el voto de fidelidad al Pontífice y por tanto, no pretenden “rivalizar con el Papa en su poder temporal”. Pero que si está atinado el autor al precisar que el problema es asunto económico. Más objetivo me parece el Cardenal Hergenroether cuando afirma que sí hubo abusos particulares y en pocas oportunidades y no de la Compañía en su totalidad8. No se descartan que factores económicos hayan influido en la determinación real y aun presiones de los mismos religiosos de otras órdenes, pero principalmente su causalidad era de orden ideológico9 que no concluiría sino con la supresión de la Compañía de Jesús10. 7
Pareja (1975), 114. ESPASA-Calpe: “La Compañía de Jesús, por la notoria laboriosidad de sus hijos, había obtenido gran difusión en todos los países católicos y una singular eficacia. Pero no le faltaban poderosos enemigos; los protestantes de todas las confesiones, los jansenistas, los miembros de los Parlamentos gobernados por ellos, y los doctores de la Sorbona en Francia, los hombres de Estado adversos a los derechos del Papa; además personas doctas celosas de la fama de la Compañía, religiosos de otras órdenes, literatos, gente de mundo y librepensadores conjurados contra el presente orden del Estado y de la Iglesia… Se acusaba a los jesuitas de pelagianismo, de moral relajada, de abuso en las confesiones, de acaparar dominio y poderío temporal, de ingerirse en la política, de no obedecer los mandatos de los Papas, de despreciar a los obispos, de orgullo, de codicia y otras muchas acusaciones. Pero todas estaban fundadas en casos particulares, en parte exagerados, en parte inventados, y muy pocas veces verdaderos”. 9 Ibidem: “La tempestad comenzó a descargar en Portugal. El marqués de Pombal, Sebastián José Carvallo, ministro despótico, desde 1750, del débil José Manuel I (175077) odiaba a muerte a los jesuitas, educadores de las clases altas de la sociedad, confesores en la corte muy apreciados, valientes defensores de la religión, a la cual él consideraba como un estorbo al progreso material, y directores de los estudios, que él 8
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La Pragmática sanción llegó a Quito con la orden del extrañamiento de los Religiosos de la Compañía de Jesús11 y el Presidente Diguja se apresuró a cumplir el 20 de Agosto de 1767 con el mayor sigilo y puntualidad12. 4. DESTINO DE LOS BIENES DE TEMPORALIDADES Este que es el punto céntrico de mi tema conviene dilucidarlo con la veracidad de los datos y sin los apasionamientos o resentimientos que pueden influir en una falsa apreciación. El padre Velasco, jesuita, dice que tenían 66 haciendas, en cambio González Suarez menciona 7713 y Aquiles Pérez 13114. El P. Jouanen, por su parte, arguye que la renta anual para los 270 Religiosos que formaban la Provincia era de
quería enteramente transformar. Esparció contra ellos mil calumnias y trabajó por indisponerles con el rey. Acusoles de promover revoluciones en las Misiones y de haber fundado en el Paraguay un reino jesuítico; con esto consiguió un decreto expulsándoles de las misiones”. 10 “Finalmente, el 21 de Julio de 1773, firmó el Papa el breve Dominus ac Redemptor, en el cual para el restablecimiento de la paz, por providencia apostólica suprimía a la Orden en toda la cristiandad, alegando que ya no podía ser más de utilidad a los fines de su vocación, y el haber sido suprimida en sus Estados por varios príncipes; vedaba severamente el escribir sobre el Breve y sobre sus motivos”. Ibidem. 11 Jouanen (1943), 579-80: “Habiéndome conformado con el parecer de los de mi Consejo Real en el Extraordinario, que se celebra con motivo de las ocurrencias pasadas, en consulta de 29 de Enero próximo, y de lo que sobre ella me han expuesto personas del más elevado carácter, estimulado de gravísimas causas relativas a la obligación en que me hallo constituido de mantener en subordinación, tranquilidad y justicia mis pueblos, y otras urgentes, justas y necesarias, que reservo en mi Real ánimo, usando de la suprema autoridad económica que el Todopoderoso ha depositado en mis manos para la protección de mis vasallos y respeto de mi Corona, he venido en mandar se extrañen de todos mis dominios de España e Indias, Islas Filipinas y demás adyacentes, a los Religiosos de la Compañía, así sacerdotes como Coadjutores o legos qua hayan hecho la primera profesión, y a los novicios que quisieren seguirlas; y que se ocupen todas las Temporalidades de la Compañía en mis dominios…” 12 Ibidem: “Como para ejecutar la expulsión eran necesarios un Juez asesor con dos testigos de mayor excepción, juntamente con el escribano, el día 20 de Agosto, el Presidente Diguja, acompañado únicamente del escribano Enriue Osorio, sin ningún aviso previo, a las tres y media de la madrugada, fue a sacar de sus casas, en nombre del rey y para evacuar ciertos asuntos muy importantes del Real servicio, para los que necesitaba su presencia, al Sr. Dr. D. José Ferrer Oidor de la Real Audiencia, al Sr. Marqués de la Villa de Orellana, D. Clemente Sánchez de Orellana, al Sr. Conde de Selva Florida, D. Manuel Guerrero Ponce de León y al Capitán D. José Antonio Ascásubi, para que éste impartiese las órdenes necesarias para tener lista la tropa que se necesitaba. Las citaciones se hicieron con toda formalidad a cada uno de los caballeros, en nombre del rey y so pena de incurrir en el crimen de lesa majestad, si no obedecían”. 13 González S. 1894, pp. 250-251. 14 Pérez, A. 1948, pp. 139. 6
80.000 pesos, lo que alcanzaba a un promedio de 296 pesos para cada individuo15. Por tanto, concluye no eran ricos. Creo que se ha puesto todo el énfasis para la defensa en la renta, que a mi ver es una parte secundaria del problema, pues la verdad es que tuvieron muchas haciendas. Me parece que importa mucho más conocer el destino de los bienes de temporalidades que le dieron los jesuitas y el destino que le dieron los que compraron o se apoderaron de dichas haciendas. Los jesuitas recibieron las haciendas para sostener la educación y muchas veces tuvieron que dilatar la fundación de colegios por carecer de fondos16. En definitiva la tenencia de haciendas solo se justifica por la destinación de las mismas a la educación de la niñez y juventud. En el sistema colonial imperante la educación es una función privada y por tanto, no tiene una ayuda real sino escasa y eventual. Extrañados los jesuitas se clausuran los colegios por no tener ni el personal ni los medios para mantener la educación. Igual quebranto sufrieron las Misiones. Pero en relación a las famosas haciendas, después de pocos años de administración de las Juntas especiales pasarán a formar el patrimonio de los grandes terratenientes17 y de contadas familias que han detentado el poder político y económico del país. Entre los más memorables recordamos a Pedro Calisto, Agustín y Guillermo Valdivieso, Juan Chica y Sánchez y los Marqueses de Selva Alegre y Miraflores18.
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Jouanen, J. 1943, 359: “El gasto de cada Religioso en aquel tiempo se calculaba de 300 a 400 pesos anuales. Luego si tomamos como base de nuestros cálculos la segunda cantidad de 80.000 pesos, la renta para cada uno de los 270 Religiosos que formaban la Provincia, viene a ser un poco más de 296 pesos anuales, o sea menos de la cantidad que se tenía para una sustentación decorosa”. 16 Ibidem, 377: “El colegio de Ibarra se fundó en 1685, a los sesenta y siete años que solicitaba la Villa. Latacunga no obtuvo el colegio que pretendía fundar sino después de 48 años de peticiones, Guayaquil después de 60, Riobamba después de 63 y Loja después de 96, desde 1631 hasta 1721. En los últimos años de la Provincia, en 1748 se abrió la Residencia de Ambato, por la cual se venía trabajando desde 1687. En 1761 se dieron los primeros pasos para la fundación de Otavalo, y en 1766, un año antes de la expulsión se terminaba en Guano una casa de ejercicios, que debía con el tiempo transformarse en Residencia. Además de estos domicilios, la Provincia de Quito adquirió algunos otros en poblaciones, que hoy no pertenecen a la República del Ecuador, en Panamá, Popayán, Pasto, Cali y Buga, y en los últimos años se estaba tramitando la fundación de una casa en Piura”. 17 Pérez, 1947; 144: “De un mal ominoso, el destino del Ecuador se traspasaba a otro no menos fatal con el repartimiento de muchas grandes haciendas en manos de unos pocos adinerados; se agitaban los siguientes terratenientes: Marqués de Selva Alegre, Agustín Valdivieso, Juan Chica y Sánchez, Gregorio y Joaquín Sánchez de Orellana, Pedro Ante, Marqués de Miraflores, Francisco Gómez de la Torre, Pedro Calisto y Muñoz. El país soportaría, más tarde, las consecuencias de semejante orgía en el reparto de la ley agraria”. 18 Pérez; 1947. (Ver tabla anexa). 7
5. CONCLUSIONES 1.- Los datos históricos coloniales aquí consignados no son más que un aspecto de la realidad o de todo el proceso cultural colonial en la que se movieron los actores jesuitas como protagonistas en esta escena cambiante. El objetivo que buscaron me parece el más noble: la educación y por consiguiente, la concientización de los pueblos, con la que éstos podrían transformar las estructuras vigentes. Aun los medios, me parecen acertados, dentro de una economía colonial, donde se da la propiedad privada y la acumulación de bienes. 2.- Los bienes de temporalidades de los jesuitas no satisficieron los déficits económicos de la Corona y por el contrario, la mala administración incidió también en desmedro económico colonial. El cambio de dueños, pues no hubo cambio de sistemas, fue totalmente negativo, ya que con todas las deficiencias humanas los jesuitas sí se preocuparon por el progreso cultural de la sociedad, mientras que los nuevos señores no tuvieron otra ambición que la de acaparar más tierras para obtener más poder político. 3.- Si la finalidad de la ciencia es poder predecir o generalizar sobre las experiencias dadas, mi conclusión más importante es esta: Mientras se mantenga el mismo sistema se darán los mismos procedimientos. Acumulación de bienes o tierras para mantener la “educación particular”, pero como las contradicciones son inherentes al sistema se darán también usurpaciones, expulsiones, etc. Así lo confirma la historia, los jesuitas volvieron a ser expulsados del país en 1852 por causas más o menos parecidas. La coyuntura que vive el país en estos instantes, de agudizarse más y atacar a fondo el problema de la educación, podría llevarnos a un dilema que juzgo es irreversible y podría concretarse en los siguientes términos: O es la educación laica, uniforme e indiscriminada, o es particular, confesional y discriminatoria. Si el primer caso, por fuerza la educación, debe ser estatal y socializada y obligatoria al menos en algunos niveles. Si por el contrario, es particular y entonces tendrá que ser financiada por los grupos confesionales, pero entonces cabría el interrogante, ¿no es ésta una forma de domesticación y mantención del sistema por la que se antagoniza las luchas de clases? Por mi parte, creo que es el momento de no hacer el juego ni “inconscientemente” al sistema y si las órdenes y congregaciones religiosas quieren cumplir una función social educativa es hora de mirar otras alternativas y propender a otras soluciones.
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ANEXOS* Hacienda Cotacachi Agualongo Caldera Chalguayacu Obraje de la Laguna Pedregal Vallevicioso Sachaestancia
Provincia Imbabura Imbabura Imbabura Imbabura
Comprador Pedro Calisto Muñoz Pedro Calisto Muñoz Pedro Calisto Muñoz Pedro Calisto Muñoz
Valor Pesos 140.000 140.000 140.000 140.000
Imbabura
Pedro Calisto Muñoz
140.000
Pichincha Pichincha Pichincha
100.000 100.000 100.000
Cangagua
Pichincha
Yaruquí
Pichincha
Caraburu
Pichincha
Hdas. Chillo y obraje
Pichincha
Tigua
Cotopaxi
Naxiche
Cotopaxi
Providencia
Cotopaxi
Guambaya
Cotopaxi
Quinchirana Llangagua Cunucyacu
Cotopaxi Cotopaxi Cotopaxi
Pedro Ante Pedro Ante Pedro Ante Gregorio Joaquín Sánchez de Orellana Gregorio Joaquín Sánchez de Orellana Gregorio Joaquín Sánchez de Orellana Marqués de Selva Alegre Marqués de Selva Alegre Marqués de Selva Alegre Marqués de Selva Alegre Marqués de Selva Alegre Agustín Valdivieso Agustín Valdivieso Agustín Valdivieso 9
60.000 60.000 60.000 98.000 98.000 98.000 98.000 98.000 128.000 128.000 128.000
Pacobamba San Ildefonso
Cotopaxi Tungurahua
San Javier
Azuay
San Pedro
Azuay
Tortapali
Azuay
Portete
Azuay
Guallanshapa
Azuay
Guarangos
Azuay
Gualdeleg
Azuay
Tejar, molinos y ejidos
Azuay
Tanlagua
Pichincha
Guatus
Pichincha
Nieblí
Pichincha
Francisco Gómez de Pisquer Santa Lucía y sus hatos
Agustín Valdivieso Agustín Valdivieso Juan Chica y Sánchez Juan Chica y Sánchez Juan Chica y Sánchez Juan Chica y Sánchez Juan Chica y Sánchez Juan Chica y Sánchez Juan Chica y Sánchez Juan Chica y Sánchez Marqués de Miraflores (cedida a los Mercedarios después) Marqués de Miraflores (cedida a los Mercedarios después) Marqués de Miraflores (cedida a los Mercedarios después)
128.000 128.000 89.318 89.318 89.318 89.318 89.318 89.318 89.318 89.318
26.000
26.000
26.000
Imbabura
Francisco Gómez de la Torre
83.000
Imbabura
Francisco Gómez de la Torre
83.000
* Son datos extractados sólo de los terratenientes más notables (pp.141-143).
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BIBLIOGRAFÍA - ESPASA-CALPE. Enciclopedia Universal Ilustrada Europea Americana; Madrid, 1927. - GONZALEZ SUÁREZ, Federico. Historia General de la República del Ecuador; Tomos 4 y 5. Imprenta del Clero años 1893 y 1894, Quito. - JOUANEN, José. S.J. Historia de la Compañía de Jesús en la Antigua Provincia de Quito, 1570-1773. Editorial Ecuatoriana,Quito,1941 y 1943, Dos Tomos. - PAREJA DIEZCANSECO, Alfredo. Las Instituciones y la Administración de la Real Audiencia de Quito; Quito, Editorial Universitaria, 1975. - PÉREZ, Aquiles R. Las Mitas en la Real Audiencia de Quito. Imp. Del Ministerio del Tesoro; Quito, 1947.
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