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PAX NATURA: LA BÚSQUEDA DEL DESARROLLO HUMANO INTERGENERACIONAL1 Un Ensayo sobre Bioética Por: Luis Alberto Ferraté, Geógrafo, Ph.D. Ministro de Ambiente y Recursos Naturales de Guatemala Presidente de la Comisión de Desarrollo Sostenible de la ONU
I. MARCO DE REFERENCIA A. El propósito del Ensayo Este documento presenta algunas reflexiones sobre las interacciones existentes entre la dimensión socioambiental y lo que he denominado Desarrollo Humano Intergeneracional (DHI), dentro de un marco de bioética -vitae y ethos-, democracia, paz y justicia. Se proponen algunos conceptos e ideas que razonan la prioridad y la paridad que tiene esta dimensión con respecto a los aspectos económicos, políticos, legales, financieros y otros necesarios para la toma y ejecución de decisiones e inversiones para lograr el DHI.
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Tomado de: Ferraté F., Luis A. “Pax Natura: La Búsqueda del Desarrollo Humano Intergeneracional. Un Ensayo sobre Bioética”; Guatemala, Abril 2008. Reproducción aprobada por el autor. PÁGINA
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B. Conceptualización del Desarrollo Humano Intergeneracional El DHI es una visión cosmo-geográfica, evolutiva y geocéntrica de la Unidad Naturaleza-Humanidad, la cual es indivisible debido a que los procesos geodinámicos y geoquímicos que la conforman en el continoum del espacio-tiempo son universales, interrelacionados entre sí y especialmente caóticos -originadores del orden natural- y lo anterior, se evidencia, tanto en los paisajes cósmicos como los paisajes geográficos del Planeta Tierra. El DHI considera al Homo sapiens un producto evolutivo de la Vida, una especie con raíces cósmica, galáctica, solar, terrestre, natural, animal y humana y que por selección natural, habita en este planeta. Los fenómenos naturales planetarios han influido en los diferentes estadios de la evolución del Homo sapiens y de la selección natural de esta especie, dando las condiciones para las migraciones desde su cuna Africana hacia otros continentes y territorios del Planeta, así como también provocando aislamientos temporales por la glaciación y desertificación cíclicas que han diversificado, natural y culturalmente, la base genética común, expresada esta en fenotipos y genotipos, que se mezclan continuamente entre sí, para generar mayor diversidad. A partir de las capacidades reflexivas y cognoscitivas del Homo sapiens, el DHI es también un resultado de sus interacciones conscientes, espirituales e inteligentes, uniendo los conceptos de sujeto -Humanidad- y objeto -Naturaleza- que las corrientes filosóficas de la modernidad han separado y disgregado, oportunidad clara para que las religiones y culturas histórica y tecnológicamente dominantes, traten de imponer a las demás, las condicionantes hegemónicas para su supervivencia -la mayor parte de los bienes y servicios naturales comunes o locales para el consumo de las élites dominantes y la menor parte, para las masas de pobladores dominados- y así acrecentar sus economías y poderío político-militar, en el ámbito planetario. Estas cosmovisiones políticas y religiosas de base fundamentalista, continúan promoviendo el concepto del “desarrollo humano”, algunas veces llamado “sustentable”, conociendo de antemano que dentro del contexto socioambiental, no puede existir sustentabilidad por la propia actuación física de las leyes naturales que rigen la geodinámica del planeta y porque la evolución y selección natural están en continuos ajustes para crear nuevas especies y consecuentemente culturas y que el objeto de las actuales es la extinción. En síntesis, las generaciones futuras tienen que ser más sabias y distintas a las actuales y nuestra responsabilidad es asegurar, ahora, el desarrollo futuro de nuestros descendientes, independientemente de cómo sean afectados por la evolución y selección natural. Como proceso, el DHI es irradiativo, se inicia en el ámbito individual y se irradia a la familia, vecindad, comunidad y nación, tratando de generar una bioética creciente y permanente en el espacio-tiempo, que potencie la diversidad biológica y el respeto a las diversas manifestaciones de la Vida. Las generaciones presentes tienen un compromiso PÁGINA
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vital con las futuras en dejar un potencial socioambiental mayor y enriquecido, natural y culturalmente, así como las oportunidades para la diversificación y especiación biológicas, que muestre en los paisajes, las diferentes formas de la democracia y que es el predominio de los pueblos en el gobierno político de un Estado para lograr el bien común y el concepto principal de la justicia, cuyo principal propósito, es dar a cada persona, individuo o entidad lo que le corresponde o pertenece por derechos naturales y culturales. Para que la democracia y justicia sean efectivas, los paisajes deben estar impregnados de las mismas, en forma intergeneracional. La base reflexiva y cognoscitiva de las generaciones presentes es el reservorio de conocimiento y sabiduría de las futuras generaciones, esperando que este reservorio mejore sus calidades y niveles de vida, así como asegure el enriquecimiento de la diversidad biológica y de los sistemas y procesos naturales que dan sustento a la Vida en este planeta. C. Definición del Desarrollo Humano Intergeneracional El DHI lo defino como un proceso de enriquecimiento democrático y justo de la Unidad Naturaleza-Humanidad, la que llamamos Gea y es en ella, donde la presencia y esencia de los conceptos de democracia y justicia están graficados en sus paisajes y donde toda la base reflexiva y cognoscitiva humana se refleja en acciones, actividades e inversiones, unas veces para enriquecer y potenciar el uso y usufructo de los bienes y servicios naturales vitales y esenciales dentro de un contexto intergeneracional, con el propósito de mejorar los niveles y calidades de vida de las generaciones presentes y futuras. El DHI promueve el uso y manejo inteligente y permanente de los bienes y servicios naturales vitales y esenciales, tanto a niveles planetario como locales para el enriquecimiento de la Unidad Naturaleza-Humanidad, beneficiando a todos los seres vivientes y entes naturales, incluyendo a los seres humanos que tienen la responsabilidad máxima por Gea, al ser los seres reflexivos dominantes y estar en la cima de la cadena alimenticia. Este proceso de mejoramiento socioambiental, se da por medio de los descubrimientos de las ciencias y de las artes -que son acumulativos-, las aplicaciones de las tecnologías apropiadas y de los cambios de actitudes y comportamientos, -bioética- que va generando el Saber Integral -conocimientos acumulados e integrados- y su aplicación sabia y finalmente, respeta la diversidad de las culturas, que son las manifestaciones de la pluralidad intelectual, espiritual y material de la Unidad Naturaleza-Humanidad. La conceptualización que se usa y propone en este documento para el Desarrollo Humano Intergeneracional, es similar a la contenida en el documento original de la Alianza para el Desarrollo Sostenible de Centro América -ALIDES- elaborada por la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo -CCAD-, la cual le da paridad a los cuatro elementos principales y sinérgicos del desarrollo humano intergeneracional PÁGINA
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como son: el crecimiento económico, la equidad social, la diversidad cultural y la protección del patrimonio y capital natural. Se enfatiza que las diferencias mayores, son que el DHI es geocéntrico y que no considera que la sustentabilidad se pueda dar en el contexto de las leyes y principios naturales, que son factores que condicionan el desarrollo humano. Se reconoce, que dar paridad e igualdad a los cuatro elementos mencionados, es fortalecer el proceso democrático participativo y representativo y permitir a los diferentes actores de la Sociedad, el tener acceso a la toma y ejecución de decisiones, acciones e inversiones. El desarrollo humano “sustentable” está definido en la ALIDES así: “Es un proceso de cambio progresivo en la calidad de Vida del ser humano, que lo coloca como centro y sujeto primordial del desarrollo, por medio del crecimiento económico con equidad socioambiental y la transformación de los métodos de producción y de los patrones de consumo y que se sustenta en el equilibrio ecológico y el soporte vital de la región. Este proceso implica el respeto a la diversidad étnica y cultural regional, nacional y local, así como el fortalecimiento y la plena participación ciudadana, en convivencia pacífica y armonía con la naturaleza, sin comprometer y garantizando la calidad de Vida de las generaciones futuras”. D. Raíces Históricas del Desarrollo Humano Intergeneracional Esta definición diferencia al DHI del concepto de “desarrollo humano”, manejado por las sociedades llamadas occidentales. Este último, se deriva de una visión mayoritariamente antropocéntrica, con algunas visiones ecocéntricas y escasas geocéntricas. Sus raíces históricas provienen principalmente de interpretaciones y tradiciones, inicialmente egipcias y sumerias y posteriormente judeocristianas, que continúan proponiendo una desintegración de la Unidad Naturaleza-Humanidad. Se considera a los seres humanos que conforman las diferentes naciones, sociedades o grupos étnicos lingüísticos como los principales sujetos y/o mayores beneficiarios de los bienes y servicios que brinda esta unidad, considerando a la Naturaleza, como el objeto productor de los bienes y servicios naturales que benefician a las poblaciones humanas, así como el objeto receptor de los productos descartados o desechos de las mismas. Esta desintegración permitió que un bien o servicio natural se convirtiera en un mal socioambiental y finalmente en la causa de tensiones y crisis sociales. Es importante reconocer que a pesar del intercambio comercial histórico entre los países y las sociedades dominantes de Asia, Europa y América, la visión de la mayoría de las sociedades llamadas orientales con respecto al “desarrollo humano sustentable”, se basa aun en el principio de que la Naturaleza es un ente por sí mismo, con armonía espontánea y que el ser humano es parte activo de esa entidad y armonía, un participante y un beneficiario de los bienes y servicios de la Naturaleza y que ella está sujeta a escasas leyes determinísticas y mayormente depende de ciclos de energía. Las visiones mencionadas se reflejan en filosofías y religiones dominantes e PÁGINA
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interpretaciones de los avances filosóficos y científicos, así como las percepciones y actitudes sobre lo que es el “desarrollo humano” se enfatiza que la visión de las sociedades llamadas occidentales es mas extrovertida, egoísta e individual, satisfaciendo mayoritariamente necesidades materiales, emocionales e intelectuales -en ese orden- y que están orientadas hacia el consumismo y el elitismo, principalmente económico. La visión de las sociedades llamadas orientales es más introvertida, colectiva y contemplativa, satisfaciendo mayoritariamente necesidades intelectuales, espirituales y emocionales -en ese orden- y están orientadas hacia la valoración y mantenimiento de tradiciones, al mantenimiento de los bienes materiales y también al elitismo económico. Sin embargo, ambas sociedades han tenido un impacto negativo y destructivo en el ambiente, debido a que ambas han aceptado la separación Humanidad-Naturaleza por razones políticas, económicas y de competencia comercial a escala planetaria, creando empresas transnacionales y transculturales, cuya bioética se basa en obtener el máximo beneficio económico, con la menor inversión y en el lapso de tiempo más corto, como es el caso de las inversiones en minería, industrias sucias, combustibles fósiles y las llamadas de capitales “golondrina”. La visión original del DHI, tiene una matriz africana, debido a la especiación de los homínidos y humanos y a su completa integración con la Unidad NaturalezaHumanidad en los albores de la especiación, antes de realizar sus migraciones hacia el norte del planeta debido a cambios climáticos, que produjeron glaciaciones y el incremento de la desertificación. Se mantuvo esta visión, hasta las civilizaciones presumerias en la Mesopotamia, donde hubo vestigios de intentos de integración entre sujeto (Humanidad) y objeto (Naturaleza), que posteriormente fue separada por la influencia de las doctrinas patriarcales faraónicas, del Medio Oriente y del noroeste de la península india, entre ellas las sumerias, babilónicas y judías -en ese orden- que permearon sus conocimientos, religiones y filosofías a las escuelas pre-socráticas y con posterioridad a las clásicas griegas y romanas y de allá al Medioevo. En la antigüedad clásica, el Saber era más popular y dependía de la integración de las diferentes formas del conocer -la especialidad- que se consideraba elitista. A pesar de ello, no se privilegió ninguna rama del conocer, debido a que el reduccionismo intelectual era combatido por la necesidad de comprender la totalidad del Cosmos y de la Naturaleza y fue uno de los momentos históricos de más ampliación, tanto del Saber Integrador como de los conocimientos, sentando algunas de las bases para el desarrollo de las civilizaciones occidentales. Fue el último reducto de una visión integral de la Unidad Naturaleza-Humanidad. Las personas sabias se diferenciaban de los hombres con conocimiento -mayoritariamente artesanos- debido a que los primeros trataban de integrar y unificar los conocimientos acumulativos y estaban abiertos al diálogo y a la especulación, mientras que los segundos buscaban la especialización. Por ello, se estaban sentando también las bases del proto-racionalismo y del proto-empirismo. No existía una rama de conocimiento que fuera superior a las demás y la Naturaleza y la razón se consideraban PÁGINA
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las fuentes de los conocimientos y de la experimentación. La Humanidad como sujeto se relacionaba aun con la Naturaleza como objeto en forma integrada. Desde la perspectiva científica, el Mitos daba paso al Logos y el Logos a la Praxis. Se reconoce que las naciones y religiones históricamente dominantes en el ámbito planetario, han tratado de regionalizar -ahora globalizar- e imponer sus intereses geopolíticos, económicos, fundamentos y cultos, homogeneizando la superficie de los paisajes geográficos y mostrando en los mismos, sus actitudes y comportamientos, como es el caso de la Imperial Pax Romana. Las tradiciones judeo-cristianas y musulmanas patriarcales modificaron el concepto del Saber Integral al convertirlo en un saber religioso, escolástico y dominado por la fe y durante el Medioevo se legitimó el Saber Trascendente religioso y espiritualizado, cuya fuente fueron los profetas y la Palabra de Dios. Este tipo de saber se consideró superior a los demás y dio paso al oscurantismo del Medioevo y a la desespiritualización de los otros “saberes” -conocimientos integrados- y como consecuencia de ello, el Saber Integral se diferenció, produciendo el conocimiento especializado de las ciencias y artes, con límites muy bien establecidos. Las ciencias y las artes se deshumanizaron y la Humanidad buscó la materialidad ofrecida por las tecnologías que le ofrecían menos tiempo en realizar sus actividades y consecuentemente más ocio. Fue el inicio de la transformación del Homo sapiens en lo que denominó Homo demens que busca la artificialidad y la inmortalidad y desprecia la naturalidad y la mortalidad, como medios de renovación de valores, conocimientos, actitudes y en última instancia, como oportunidades a que se mejore el potencial genético natural. Durante el Renacimiento -una de las escasas revoluciones intelectuales de la Humanidad- se cuestionó este Saber Trascendente, especialmente por los ciudadanos de los proto-países de Italia, Francia e Inglaterra debido a que la propia diferenciación del Saber, proveniente de conocimientos y especializaciones, provocó que los científicos y artistas de vanguardia -la élite- manifestaran que el mundo tiene un orden natural racional y reitera que las personas e individuos, están dotados de un razonamiento que posibilita descubrir lo desconocido -los secretos de la Unidad Naturaleza-Humanidadde Gea y del Cosmos por métodos científicos. Se intentó la Paz con la Naturaleza, pero no se logró por la fragmentación religiosa, feudal y económica de las sociedades planetarias. El pensamiento feudal europeo y del Medio Oriente, inició el proceso de colonización, evangelización y negación filosófica de otras culturas, incluyendo las americanas, utilizando sus tecnologías y los vectores epidemiológicos para impactarlas negativamente. El Racionalismo se consolidó con este cuestionamiento del Saber Trascendente y fue Renato Descartes quien en su Discurso del Método -1637- lo popularizó y con ello también se apuntaló el método científico, dándole legitimidad a las ciencias. Sin embargo, el Racionalismo también tuvo un cuestionamiento muy fuerte debido a que el Empirismo, como escuela filosófica con profundas raíces griegas, aceptaba que la razón era importante para la búsqueda de los conocimientos, pero no un elemento suficiente para explicar que las experiencias PÁGINA
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sensoriales y físicas alimentan también los conocimientos y que el método experimental era el mejor vehículo para obtenerlos. Además, los empiristas reconocían que podía haber conocimientos intuitivos debido a la sensorialidad y espiritualidad humana. Estas dos escuelas de pensamiento aun están en boga, a pesar de los esfuerzos de algunos filósofos para integrarlas, siendo Emmanuel Kant, quien en su Crítica a la Razón Pura, buscó los puntos de convergencia entre las dos escuelas y propuso el Método Heurístico Apriorismo, que trataba de dar un balance al valor de las ciencias y la razón y al valor de la fe y del espíritu. En síntesis, Kant trató de devolver la espiritualidad a las ciencias y a las artes, integrándolas, aspectos pocos conocidos de su vida que de nuevo están en boga en el Siglo XXI. El período comprendido entre el Renacimiento y la Revolución Industrial permitió que ambas escuelas filosóficas consolidaran su influencia vía el racionalismo científico reduccionista y los métodos experimentales que se basaban en la eficiencia económica derivada de la aplicación de tecnologías y factores de producción, dándole a las ciencias una preeminencia dentro de todas las formas del Saber, excluyendo otros mecanismos que también generan conocimientos y experiencias. Aquí se establecieron las bases para la adicción al petróleo y carbón mineral que derivaron después de muchos siglos para acrecentar las pulsaciones climáticas naturales de Gea, como es el calentamiento de su atmósfera. La Revolución Industrial se basó en los avances tecnológicos que aumentan la productividad y la producción de bienes y servicios de consumo inmediato, con el uso de máquinas y motores de combustión interna que poco a poco han ido sustituyendo la mano de obra y permitiendo a las personas tener más tiempo para dedicarse a otras actividades productivas o simplemente al ocio. Uno de los efectos de esta revolución industrial es que ayudó a deshumanizar y desespiritualizar la relación existente entre las ciencias y las artes y que las poblaciones altamente consumidoras -sujetos-, se beneficiaran de la extracción y minería “eficiente y masiva” de los bienes y servicios de la Naturaleza -objeto-, logrando la desintegración final de la Unidad HumanidadNaturaleza, situación que persiste y que se magnifica en el Siglo XXI por la globalización del comercio, de las finanzas y de la información, entre otros, a escala planetaria. El Homo demens consolidó la artificialidad vía las tecnologías, experimentando con ellas para extraer indiscriminadamente los bienes de Gea, contaminándolos y convirtiéndolos en males sociales. Estas estrategias geopolíticas, fundamentalistas, militaristas y mercantilistas derivadas de la Revolución Industrial, se han convertido en instrumentos de penetración ideológica y de patrones de consumos de las naciones y religiones dominantes, que desde el Siglo XVIII, las han usado para su beneficio nacional y para mantener y perpetuar el poder real, vía los imperios políticos, económicos, sociales y especialmente PÁGINA
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tecnológicos, todos ligados a pensamientos filosóficos racionalistas y/o deterministas, al avance de las ciencias y/o la aplicación de tecnologías mayormente inapropiadas, así como a una táctica imperial de promover la “democracia y la justicia” con base a interpretaciones derivadas de las estrategias citadas, sin importar que la democracia se pueda expresar de diferentes y mejores formas. Estas situaciones acrecentaron la Guerra contra la Naturaleza, debido a que la visión de imperio no coincide con la de democracia y justicia y la primera es profundamente extractiva y mercantilista. Sucesivamente hasta la contemporaneidad, estos patrones de consumo y comportamiento han continuado, causando un empobrecimiento socioambiental que se evidencia en todos los continentes y en los territorios, así como en los océanos y mares. Ello significa que la ruptura de la Unidad Naturaleza-Humanidad, no solo ha deshumanizado la satisfacción justa, equitativa y pacífica de los derechos naturales, sino que se está creando una cultura sustitutiva hacia la Artificialidad, donde el sujeto tiene una vida útil de consumo y el objeto, es inerte y descartable. Se combate a esta unidad, por medio de métodos propagandísticos y periodísticos que orientan el consumo y fijan los precios de los bienes y servicios naturales en base de su escasez y no de su uso apropiado y conservador, incluyendo subsidios y se han provocado guerras contra los países que no tienen los mismos intereses, fundamentos y cultos. La guerra, modifica la Naturaleza y se crean paisajes geográficos empobrecidos que son representaciones de las actitudes y comportamientos humanos tanto de los dominadores como de los dominados, al mostrar irrespeto al bien más preciado que es la Vida. E. El Desarrollo Humano Intergeneracional y las Leyes y Principios Naturales Hay escasa comprensión de la estructura y de las funciones de los principios y leyes naturales en los procesos de evolución de la Unidad Naturaleza-Humanidad para lograr el DHI. Estas leyes y principios son dinámicos, probabilísticos y en algunos casos determinísticos; reversibles en el tiempo y crean certidumbres o incertidumbres -inteligibilidad de la Naturaleza- de acuerdo a la teoría aplicada -relatividad, mecánica cuántica u otra- en Gea y que al final, definirán la forma de evolucionar y seleccionar a las especies que conforman la diversidad biológica. La especie humana -Homo sapienses un hito importante, pero transitorio, en la evolución, existiendo un concepto mayor de unidad, que es la Unidad Naturaleza-Diversidad Biológica, que probablemente seleccionará a otra especie que será esencial para proseguir con el proceso evolutivo, quizás sin las capacidades reflexivas y cognoscitivas actuales, pero con más Saber natural o mejores instintos o reflejos condicionados. Estas leyes y principios naturales no pueden ser alteradas o modificadas permanentemente por decisiones humanas, reconociendo que algunas de las actividades de la Humanidad, que pareciera más correcto llamarla Inhumanidad por la acción del Homo demens, modifican momentáneamente algunos de los procesos y ciclos naturales generados por el accionar de dichas leyes, pero en el continoum del tiempo, siempre las leyes y principios naturales harán los ajustes necesarios para mantener el clímax PÁGINA
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evolutivo, sin necesidad de la Humanidad, por medio de la complementariedad e interacciones citadas, afectando y/o extinguiendo a los que originaron las alteraciones o modificaciones. Es la acción de las leyes naturales y por ello, el Homo demens aceleraría nuestra extinción. Se reconoce que el proceso evolutivo y su selección natural, han creado una especie -Homo sapiens- con una mayor capacidad reflexiva y diferente a las demás, con atributos de creatividad, iniciativa, responsabilidad y libertad, que ha permitido el desarrollo de la comunicación y almacenamiento de la información por medio de lenguajes, así como integrar los conocimientos acumulativos lo que permite utilizar los bienes y servicios naturales vitales, esenciales e intergeneracionales para su supervivencia, evolución, diferenciación y si es realmente consciente, para alcanzar el DHI, que es un seguro para su supervivencia. El empobrecimiento socioambiental creciente y global de los seres humanos, pone en tela de duda de que a pesar de sus capacidades reflexivas y cognoscitivas, puedan revertir este proceso por uno de enriquecimiento socioambiental y se vislumbran varias opciones, entres ellas: una, la de alcanzar el DHI o algo similar y mantenerse por el mayor tiempo posible en Gea, como una de las especies que usufructúan sabiamente los bienes y servicios naturales del planeta y la otra, la de sentar las bases para su extinción paulatina, al deteriorar la Unidad Naturaleza-Humanidad, a tal grado, que los bienes y servicios naturales vitales y esenciales no sean suficientes para las demandas “humanas” y que súbitamente por la propia acción natural, colapsen las poblaciones y se abra el camino a la extinción. Las capacidades reflexivas y cognoscitivas, no son una vacuna contra la irracionalidad humana, la que se expresa por comportamientos, actitudes y modas que muy pocas veces benefician a la diversidad biológica y en su mayoría, la perjudican. La interpretación histórica de este tipo de “desarrollo humano” ha pasado por varios sistemas de organización social, liderazgo y control, siendo los pre-socráticos los que potenciaron el concepto del sistema democrático que es un instrumento que puede impulsar el DHI en términos de calidad socioambiental, cantidad de bienes y servicios naturales y duración de la satisfacción de los derechos naturales. F. Principios Rectores para lograr el Desarrollo Humano Intergeneracional Pensamos que para alcanzar el DHI es necesario recrear una bioética planetaria y buscar aquellos puntos de convergencia entre algunas de las visiones filosóficas y religiosas -Budismo, Taoismo, entre otras-, que como reductos, aún tratan de mantener la Unidad Naturaleza-Humanidad y mostrar sus fortalezas y debilidades. El producto de esta bioética planetaria es la Paz con la Naturaleza -PAX NATURA-. La principal convergencia es la similitud de los principios rectores sobre la interacción e indivisibilidad entre la Naturaleza y la Humanidad, aunque por las razones históricas PÁGINA
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mencionadas, se mantiene el concepto erróneo de diferenciar el sujeto-objeto. Para tratar de lograr esa unidad, se debe de comprender que todas las leyes naturales son reglas de oro para el comportamiento humano. El primer principio que nosotros detectamos en los paisajes geográficos, es que a mayor calidad socioambiental existe una correspondiente menor vulnerabilidad territorial y una mayor diversidad biológica. En estos paisajes, los ciclos y procesos naturales que han originado y soportan la Vida, producen una gran variedad de bienes y servicios naturales de continua y creciente calidad. La segunda regla de oro que conozco de acuerdo a mis experiencias, es que a mayor calidad socioambiental, se aumentan las oportunidades para alcanzar mejores niveles de bienser, bienestar y de calidades de vida humana, así como se realizan menores inversiones en saneamiento socioambiental, salud, infraestructura productiva y en la rehabilitación y reconstrucción de la misma ante los efectos de fenómenos naturales. El tercer principio es el relativo a que la carga poblacional de un territorio es finita y depende de la productividad natural y calidad de los ecosistemas y de las demandas de consumo energético de la población. Este principio actúa tanto a escala planetaria como de un individuo y la Unidad Naturaleza-Humanidad es afectada especialmente por los incrementos exponenciales de poblaciones y sus demandas energéticas crecientes, principalmente en los países en vías de desarrollo. El cuarto principio es que las leyes naturales no son susceptibles a ser cambiadas, permanentemente, por decisiones antrópicas y que existe una subordinación orgánica de las normas sociales y principios económicos y financieros en cuanto a la acción y efecto de las leyes naturales, como es el caso de las pulsaciones climáticas naturales, los huracanes y otros fenómenos naturales. Los avances científicos de beneficio socioambiental se dan por la comprensión mayor y creciente de dichas leyes y por sus aplicaciones tecnológicas apropiadas. Por consiguiente, las decisiones, acciones e inversiones para el enriquecimiento de la Unidad Naturaleza-Humanidad y para el logro del DHI, se deben realizar con pleno conocimiento del efecto de las leyes naturales en las generaciones futuras y no sólo en las sociedades presentes. Sería perverso, temerario, injusto y poco democrático, que los políticos de los Gobiernos de turno y líderes o grupos de poder real de las diferentes poblaciones del planeta, especialmente las transnacionales, tomen y ejecuten decisiones y realicen acciones e inversiones sin el citado conocimiento, debido a que se empobrecerán las calidades y niveles de vida de poblaciones y en muchos casos, atentarán contra la Vida misma de nuestros descendientes. Las ciencias y las leyes y principios naturales muestran el sinergismo, la entropía, la interdependencia y el caos que hay en la Naturaleza y como una acción en un lugar tiene una reacción en otro y que Gea integra la totalidad de los procesos naturales y culturales. PÁGINA
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El quinto principio indica que las decisiones y acciones que se llevan a cabo por las sociedades citadas en el párrafo anterior, afectan directamente a las poblaciones de todo el Planeta. Por ello, debe de existir consensos y concertaciones para la toma y ejecución de decisiones y acciones trascendentales a niveles regionales y de impacto intergeneracional y planetario. Se debe de tomar en cuenta que la calidad y niveles de vida de nuestros descendientes, dependerán en un alto grado de la calidad y cantidad de los bienes y servicios del patrimonio natural del planeta, que es la mejor herencia natural, socioambiental y económica que podemos legar a las generaciones futuras. G. Efectos Principales de la Ruptura de la Unidad Naturaleza-Humanidad La falta de atención a estos principios bioéticos y a los efectos de las leyes y principios naturales, generan riesgos crecientes a las poblaciones y magnifican los efectos del deterioro socioambiental en que todos somos y seremos empobrecidos y perdedores. Como consecuencia de esta escasez de conocimientos integrados y acumulativos -Saber-, se homogeneiza el paisaje, creando mayoritariamente espacios deteriorados en que disminuye la diversidad y productividad cultural y natural a mediano plazo, creando crisis, tensiones sociales y violencia permanente. La escasa comprensión de los efectos y consecuencias de las leyes naturales por parte los que toman y ejecutan decisiones, acciones e inversiones en nombre del Estado y de la Sociedad, se evidencia en los crecientes números de pobladores con grandes carencias de bienes y servicios básicos y que mayoritariamente se ubican en territorios marginales y crecientemente vulnerables donde se convierten en refugiados socioambientales al no tener otras oportunidades de ubicación, lo que se ha denominado Racismo Socioambiental. Los refugiados socioambientales a nivel planetario son crecientes y en mayor número que los refugiados políticos, lo que demuestra el escaso desarrollo de la democracia y de la justicia en la mayoría de los países y pueblos del planeta. Se ubican en lo que denomino “paisajes injustos” que es otro concepto que propongo y donde está expresada la bioética actual de la Sociedad Planetaria y de los Estados. Estos paisajes injustos, son áreas geográficas donde se percibe que día a día aumentan el número de personas que viven en condiciones de pobreza y miseria, zozobra, escasos servicios públicos y que están habitando zonas altamente contaminadas, deforestadas, erosionadas, de baja productividad agropecuaria y forestal y de alta vulnerabilidad territorial, lo que conlleva a grandes riesgos para su salud, integridad y seguridad física y alimentaria como ha sido expuesto por los efectos de dos de los mayores “desastres naturales” en Centro América como son el Terremoto de Guatemala de 1976 y el Huracán Mitch en 1998, a niveles nacionales y regionales. Estos fenómenos naturales exponen la Guerra contra la Naturaleza existente y sus consecuencias, expresadas en crisis y desastres socioambientales permanentes. Gea no crea ni inventa los “desastres naturales”. Es la ruptura de la Unidad Naturaleza-Humanidad la que los causa.
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Es importante reconocer las diferencias entre una globalización del comercio y de las finanzas, de las comunicaciones, de las tecnologías y de la información promovida por las naciones dominantes para intercambiar, extraer y minar bienes y servicios, tanto naturales como culturales y convertirlos en productos comerciales, obteniendo beneficios económicos y energéticos y lo que es una planetización de la Paz, del Saber, de la Democracia y de la Justicia. Esta planetización tiene como propósito fundamental, democratizar los conocimientos, especialmente los derivados de las leyes naturales, sus ciclos biogeoquímicos, procesos geodinámicos y beneficiar al mayor número de personas, con bienes y servicios naturales de la mejor calidad posible para satisfacer nuestros derechos naturales vitales, esenciales e intergeneracionales por el mayor tiempo posible y así asegurar el goce y disfrute de una Vida plena, pacífica y el desarrollo de la biodiversidad del Planeta, dentro de un marco de justicia y equidad, comprendiendo que la calidad y niveles de Vida de los seres vivientes depende de la interdependencia de la Unidad Humanidad-Naturaleza. La realidad concreta es que a inicios del Siglo XXI hay evidencia científica de que la calidad socioambiental planetaria continúa en un deterioro creciente y que la pérdida y deterioro de la diversidad cultural y biológica prosigue a un ritmo insostenible. La Revolución Industrial intensificó este deterioro socioambiental, la globalización la está masificando y la población planetaria continúa desinformada sobre los efectos reales del calentamiento de la atmósfera, de la contaminación de los bienes y servicios naturales comunes y de la extinción acelerada de especies, lo que torna más frágiles a los ecosistemas comunes de la Humanidad. Este empobrecimiento socioambiental está llegando a niveles críticos en algunos países de Centro América y el Caribe y se expresa en tensiones y crisis sociales, violencia, corrupción y la generación de pandillas de cuello blanco y delincuentes callejeros que buscan el poder político, territorial y económico en el menor tiempo posible. Hay una clara relación entre el empobrecimiento socioambiental y la pérdida de bienes y servicios naturales en los territorios, con el incremento de las tensiones sociales y violencia, así como con las migraciones hacia centros urbanos y países industrializados. H. Propuesta para el Desarrollo Humano Intergeneracional Por ello, se hace necesario proponer conceptos y acciones concretas y realizar inversiones para revertir el deterioro de la calidad socioambiental y de Vida de la mayoría de los pobladores y poblaciones de este planeta. El tratar de explicar y promover el concepto, propósito y productos del DHI, es una vía para que las generaciones futuras tengan la oportunidad de disponer de los bienes y servicios naturales en cantidad y calidad suficientes provenientes del capital natural para su evolución y desarrollo, recordando que la Unidad Naturaleza-Humanidad, es un patrimonio planetario indisoluble, así como también un patrimonio intergeneracional que genera la Paz con la Naturaleza. A escala planetaria, hay indicios de una nueva revolución intelectual proveniente de las PÁGINA
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crisis y desastres socioambientales crecientes reconocidos por la élite humanista, principalmente filósofos y científicos con conocimientos integrados y acumulativos de las ciencias terrestres y con una bioética fundamentada en la valoración de la Vida en todas sus manifestaciones y en la integridad de la Unidad Humanidad-Naturaleza, entre otros. Para ellos, la aplicación de las tecnologías apropiadas debe ser un producto de las necesidades de esta unidad y las comunidades deben apoderarse de las mismas para utilizarlas y asegurar supervivencia en el territorio, así como para el goce y disfrute de los bienes y servicios naturales y culturales por el mayor número de personas, por el mayor tiempo posible y con el mínimo riesgo. El DHI promueve que se alcancen los mejores niveles de Vida con la óptima calidad socioambiental, dentro de un estado de derecho natural y cultural, democracia, paz, justicia y equidad intergeneracional para todos los seres vivientes, especialmente para la especie humana. El DHI promueve la satisfacción de los derechos naturales, especialmente de los biológicos de todos los individuos y poblaciones, tanto a escala local como planetaria y con base a lo que denomino la Unidad Vital Equivalente (UVE) en términos de consumo energético per capita. La UVE es la cantidad óptima de energía necesaria para satisfacer los derechos naturales vitales y esenciales y las necesidades materiales, intelectuales, espirituales y otras de un ser humano para asegurar el DHI. La UVE no contempla la satisfacción de necesidades suntuarias o elitistas por considerarlas innecesarias.
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