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Diario de Cádiz

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● MIÉRCOLES, 29 DE AGOSTO DE 2012

Vivir verano

la noche

EL RINCÓN CANTE Y BAILE EN LA PEÑA `LA PERLA DE CÁDIZ’ En este espacio, situado en el barrio de Santa María, se dan concursos de baile y villancicos flamencos. Antiguamente fue un matadero situado junto a la carcel “vieja” de Cádiz, de finales del siglo XVIII. Muchos de los gitanos que trabajaban en el desolladero se aficionaron a la tonadilla para cantar a compañeros presos. Se trata de un lugar clave para entender el desarrollo del cante en el barrio.

Meandros de flamenco

JESÚS MARÍNZ

Una bailaora en la peña de La Perla.

BARRIO DE SANTA MARÍA Adrián Morillo / CÁDIZ

“Cádiz no es la Viña ni la Viña es Cádiz”, comenta Pablo apoyado sobre la barra de la peña flamenca La Perla mientras bebe una cerveza. Son las dos del mediodía de un caluroso agosto y se puede disfrutar del fresco que ofrece el antiguo matadero, completamente vacío, en contraste con las calles abarrotadas de turistas alrededor de la

El chiste de Mel

Catedral. Pablo habla con conocimiento de causa. El turista que se acerca a Cádiz por primera vez, o los gaditanos que traemos amigos del extranjero, solemos llevarles al famoso barrio del Carnaval, mostrándolo como ejemplo de la esencia gaditana. Se olvida el barrio de Santa María, centro de peregrinaje de los amantes del flamenco en la ciudad. Quienes deambulen por la cuesta de Jabonería o se adentren por la calle de La Merced encontrarán

gran número de viviendas típicas gaditanas con su clásico patio interior y una torre mirador heredada delcomerciomarítimoquesemantienen intactas, compartiendo muros con alguna que otra aberración contemporánea que se instaló en el barrio y convive como puede con la arquitectura autóctona. Hay que destacarlaprofundainversióneconómica que ha realizado la Consejería de Vivienda y Fomento de la Junta de Andalucía para rehabilitar el barrio que permite imaginar

cómo se vivía en las pasadas centurias,unaépocaenlaque eltrasiego de comercio en los siglos XVI y XVII produjo un gran mestizaje de culturas.Entrelasmuchasconsecuencias que tuvo, afianzó el desarrollo delaesenciaflamencaporelbarrio en el siglo XVIII. Las plazas han sido tradicionalmente, junto a los patios de las casas, el lugar para el cante antes de que se institucionalizara. Se hace imprescindible pasarse por la plazoleta de Los Gitanillos de Caí, mítica plaza de noches de cante que recibe el nombre de la agrupación formada en la década de los cincuenta por la bailaora gaditana La Niña de la Yedra junto a Alfonso del Valle ‘El Bendito’ y José de Vargas ‘Cascarilla’, recientemente fallecido. Se trata de una agrupación nacida de observar y aprender de los vecinos del barrio, que acabaría por instalarse en París durante catorce años para dar conciertos por Europa y diversas partes del mundo. Otra plaza que se hace imperdonable no visitar es la de La Merced, uno de los pulmones de Cádiz para dar oxígeno al cante andaluz por antonomasia. Esto se debe a la instauración en la misma del Centro Municipal de Arte Flamenco de La Merced, espacio de cursos y formación para foráneos y extranjeros que quieran introducirse o potenciar sus aptitudes en el arte gitano. Tras la escuela se encuentra la estatua de Conchita Aranda. A su alrededor se percibe un aura especial que seguro que desata pasiones con la caída de la noche a juzgar por las pequeñas declaraciones de amor que pueblan algunos muros. Tomando la calle de la Merced uno puede perderse por las diferentes bocacalles que van apare-

ciendo como meandros de un río entre casas tapiadas. Muros infranqueables que esconden el hogar de voces olvidadas junto a residencias restauradas donde numerosas placas rememoran a sus ilustres habitantes. Podemos reconocer el hogar de figuras como Enrique el Mellizo, Luisa Bafante Jiménez ‘La Butrón’ o artistas más recientes como José Luis Figuereo ‘El Barrio’. Entretantaplacaalamemoriase yerguen numerosos templos cristianos como la iglesia de La Merced, la iglesia del convento de Santa María o el convento de Santo Domingo, y es que no hay que olvidar quelafeyelcanteflamencohanestado siempre muy unidos. Pequeñas capillas de Vírgenes acompañan con su mirada a los habitantes de Santa María, como la Virgen del Buen Fin en la plaza de Las Canastas, que observa a quienes acuden a comprar pescado fresco traído de La Caleta. El barrio de Santa María es un enclave que hay que visitar de día y de noche, un lugar donde poder disfrutar con el sol de la arquitectura más genuinamente gaditana, de tabernas típicas y de mucha fe y devoción por sus calles que contrasta con noches cargadas de cante, pasiones y sentimientos encontrados ensalzados gracias a los vapores etílicos del alcohol. Por cierto, se presenta una ocasión perfecta para conocer el barrio y su idiosincrasia: el jueves 30, a las 21:00 horas, se podrádisfrutardeflamencoproveniente de El Puerto de Santa María en la peña flamenca Santa María, en la Calle Botica. Una excusa perfecta para acercarse por uno de los barrios con más duende de Cádiz.

●Situación: Entre Puerta de Tierra, Campo del Sur y Plaza de San Juan de Dios.


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