Diario de Cádiz
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● DOMINGO, 19 DE AGOSTO DE 2012
Cultura y Ocio
Vetusta Morla volvió a enganchar a los adictos de la música indie La actuación del cabeza de cartel fue la más esperada de la noche, cumpliendo así las expectativas creadas con la presentación de su segundo álbum, ‘Mapas’ Beatrlz P. Reyes / CÁDIZ
Minutos antes de que diera la hora exacta para la apertura de puertas del centro comercial Bahía Mar, eran numerosas las personas que guardaban cola, ansiosas por adquirir la pulsera con la que tendrían acceso al concierto del grupo madrileño Vetusta Morla en El Puerto. Durante la espera, todos los que estában allí desde bien temprano tuvieron el privilegio de poder escuchar varios de los temas que sonarían durante el acto, a modo de prueba de voz y sonido. A las 20.30 horas, como estaba previsto, se abrió el acceso al parking superior del recinto, donde se encontraba el enorme escenario que pisarían Vetusta Morla, Eladio y Los Seres Queridos, Gipsy Aliens y La Suite Bizarre, para deleitarnos con su buen espectáculo y como no, con su música. Fans incondicionales corrían para obtener el primer puesto en la fila, allí donde mejor podrían apreciar los rasgos de Pucho y los suyos, y del resto de artistas que venían a este festival. Mientras, otros salían fuera en busca de algo con lo que poder llenar el estómago antes de que comenzara el evento. Merchandising, barra de refrescos y comida no podían faltar arriba, en la zona donde se realizaba el concierto -aparte de contar con los locales que podían encontrarse dentro del propio centro comercial, a total disposición de sus visitantes-. Comenzó la noche, y acto seguido, Gipsy Aliens subieron pisando fuerte al escenario, con uno de sus temas más resultones para
ACTUACIÓN
‘Los días raros’ fue una elección totalmente acertada como tema inicial del repertorio
Los chicos de Vetusta Morla en su actuación en el centro comercial Bahía Mar, en El Puerto.
captar toda la atención del público que divisaban, dando inicio al espectáculo. Un pequeño pero intenso repertorio ofrecido por este peculiar grupo, procedente de Chiclana, fue suficiente para dar que hablar a todos los allí presentes, dando paso a los más conocidos teloneros de Vetusta Morla, Eladio y Los Seres Queridos. Éstos, demostraron sobre el escenario una vez más de lo que eran capaces, así como la excelente calidad de la que ellos mismos saben que demuestran en todo momento. Con Al Himalaya como último tema, pusieron fin a una armonio-
sa y tranquila actuación, con un toque de electrónica en sus canciones más cañeras. Y por fin, de forma puntual, daba comienzo la que sería la más esperada de todas las actuaciones que allí se dieron cita, justo a medianoche, dando entrada a la madrugada del sábado. “Ábrelo, ábrelo despacio...”, así comenzaba el que sería el último concierto de este gran grupo procedente de Tres Cantos, dentro de la comunidad andaluza, en la gira de su segundo álbum, Mapas, que aquí presentaban. Y por supuesto, lo que parecía ser uno de los mejores
FITO CARRETO
directos que éstos podían ofrecernos en una noche como esta, con un público como el que abundaba en el recinto, al pie del cañón, dispuesto a darlo todo frente a la plataforma. Así, no sólo el lugar parecía haber salido de una película americana, como comentó Pucho tras uno de sus temas, sino que además, el pistoletazo de salida con un gran tema, como Los días raros, fue una elección totalmente acertada, ya que se convirtió en la introducción de lo que fue un amplio y bien acogido repertorio para todos aquellos que eran prime-
Carlos Jean se convierte en el maestro de ceremonias de la noche gaditana Miles de personas se entregaron al popular DJ, que se ganó al público al instante Adrián Morillo / CÁDIZ
Situado en lo alto de un cubículo a modo de púlpito en un ya de por sí elevado escenario e iluminado en todo momento por un gran foco, Carlos Jean debió de percibir la noche del viernes sensaciones similares a las de los sacerdotes siglos atrás dando sermones en las catedrales. Un público entregado, siguiendo cada gesto y palabra del
rizos en un concierto de Vetusta Morla, y por supuesto, para los más veteranos. Temas como Boca en la tierra, Cenas ajenas, Valiente, o Saharabbey Road, fueron imprescindibles a la hora de saltar, cantar y bailar con las manos arriba, demostrando ser los más fanáticos de sus letras y sus melodías, que hacían enloquecer a todo aquel que se dejaba contagiar por sus guitarras. El hombre del saco fue uno de los temas que destacó por su intensidad y su alto esfuerzo, en el que, con varios instrumentos de percusión, conseguían recrear un ambiente de alta intensidad, en el que todos vibraron al ritmo de la música, con cada nota y golpe que propinaban a un enorme bidón colocado sobre el esce-
iluminado, parco en palabras en este caso, pero coreado por miles de personas a cada palmada o levantamiento de brazo. Es una de las virtudes de la música, y más de la electrónica amable de Carlos, de bases contundentes y no excesivamente sofisticadas, para que nadie se pierda y sea más fácil formar parte de la masa. “Esto es Cádiz”gritaCarlos,“Yaquíhayque mamar” contesta el público rociado por grandes chorros de humo. Carlos lo tuvo claro. Teniendo en cuenta el carácter gratuito del concierto y la amplitud de públicos, de quinceañeras a grupos de maris
Carlos Jean observa al público desde su púlpito.
JULIO GONZÁLEZ
nario. Tras el primer intento de despedida, el público enloquecía tarareando Saharabbey Road al unísono, tema con el que anteriormente habían ocasionado un fuerte impacto. La cuadratura del círculo no se quedó atrás en cuanto a finales espectaculares. Fue la guinda de este delicioso pastel del que nadie quiso saciarse tan deprisa, ya que, como siempre, se hizo corto. Y no era para menos, los chicos de Vetusta Morla lo dieron todo. Para sorpresa de muchos, decidieron dejar a La Suite Bizarre para el final, cosa poco acertada, ya que la mayoría del publico descendió por el gran momento de adrenalina vivido con Vetusta Morla, aunque el grupo no dudó en tratar de mantenerse al cien por cien, llamando la atención por su carismática vestimenta y su genial actuación, clausurando un evento que ha conseguido conmocionar a miles de personas, dejando un buen sabor de boca y, por supuesto, ganas de repetir.
pasando por aficionados a la electrónica con años de festivales a sus espaldas, el DJ apostó por casi tres horas de temas populares y exitos conocidos. Una remezcla de los Red Hot Chili Peppers , la base de Seven Nation Army de los White Stripes coreada por el público y beatboxeada por el DJ o un remember setentero con el Sweet Dreams de los Eurythmics, sin olvidar por supuesto temas de electrónica popular que nos acompañan en el día a día cuando hacemos la compra o cambiamos de dial en la radio . Todo tiene cabida en las remezclas de Carlos, amoldándose a sus omnipresentes bases. “Es por lo que he venido” comenta Ana, una joven de dieciséis años con una sonrisa que casi se le sale de la cara. “Son los subidones que mete a las canciones, te hacen sentir algo que... uf, no puedo describirlo con palabras”.