Ratón de campo Ratón de ciudad

NARRADOR: TITULO: El ratón de campo ratón de ciudad.

AUTOR Adaptación de Concha López Narváez del cuento de Graham Perry ARGUMENTO: Dos ratoncitos primos que viven en distintos lugares y que se visitan , veremos como vive cada uno la situación.

CARACTERÍSTICAS: Cuento muy bonito por la moraleja que se desprende . debemos reflexionar que cada uno es feliz a su manera.

EL RATON DE CAMPO Y EL RATON DE CIUDAD

Hubo una vez un ratoncito campesino cuyos días transcurrían siempre igual...

No comía muy bien ni vivía muy mal.

Hasta que un día llegó una carta de su primo Cosme, que se había ido a vivir a la ciudad.

Y luego una segunda carta y otra más. Y en todas hablaba de su vida principesca y del queso Roquefort.¿Qué sería eso?.

Y Rufo que así se llamaba el lugareño, decidió irse también a la ciudad. Hizo un hatillo con su pobre ajuar, se lavó como si fuera domingo

A la vista de la ciudad, se quedó atónito. Le pareció un lugar extraño, lleno de ruidos y monstruos veloces que en nada se parecían a los chirriantes carros de su pueblo. ¡Cielos!¡Pues no había estado a punto de aplastarlo uno de ellos! Del susto se quedo blanco y sin habla. ¡Tate! Aquello no tenia el menor parecido con los relatos de Cosme. Mareado, sudoroso, tuvo que concederse un descanso antes de llamar a la puerta donde vivía su primo

Bueno, seguro que dentro hallaría lujo, regalo y comodidad. Se le ocurrió tirar de una anilla y se encontró por los aires y con un zumbido en la cabeza que casi se la hizo estallar. Pero la puerta se abrió y la señora de la casa dijo: -¡Que raro! No veo a nadie...

No se le ocurrió mirar hacía abajo, claro. Cosme, con todo sigilo, hizo entrar a Rufo, haciéndole pasar por una blanda alfombra donde las patitas se hundían. Tanta blandura no terminó con el susto del pobre paleto. Cosme susurró: -Lo bueno viene ahora, veras.

Rufo ya no estaba seguro de nada.

Cierto que allí todo era suntuoso y magnífico, pero... como Cosme sabia tanto...

-Hemos llegado a mis tranquilos dominios –anunció éste.

Y el bueno de Rufo se sintió turulato ante tanto esplendor. En cuanto a su primo se había convertido en un caballero la mar de elegante. ¡Ver para creer! En el pueblo había vestido harapos y jamás supo de que color tenia la cara porque nunca se la lavó.

A la vista de exquisitos manjares, Rufo estuvo a punto de desmayarse.

Lo dicho, ¡ver para creer! Cosme dijo: .¡Hala, todo es nuestro! Ahora sabrás lo que es el Roquefort.

Le ayudo a trepar por el palo de la escoba y, bien acomodados, vino el hartazgo.

-隆Chico, no hay nada igual!-empez贸 a decir Rufo a boca llena-, Y se corto.

De pronto, la cocinera aparecio mirando en torno y los dos tragones tuvieron que echar a correr en busca de refugio. ¡Con lo que les pesaba la panza!

-¡Dichosos ratones!-exclamo la mujer, dando escobazos aquí y allá. Por suerte para los intrusos, estaba algo cegata.-¡Chitss...! No hagas ruido y tranquilo. Esto no es nada... ¿NADA?¿A qué llamarías ALGO?.

En fin, la mujer n o tardo en irse y efectivamente, renació la calma, por lo menos cuando el corazón de Rufo dejó de golpearle el pecho.

Por otra parte, Cosme le explicaba:

¿NADA?¿A qué llamarías ALGO?.

En fin, la mujer no tardo en irse y efectivamente, renació la calma, por lo menos cuando el corazón de Rufo dejó de golpearle el pecho. Por otra parte, Cosme le explicaba:

-La aristocracia y el lujo, que ahora es lo mío, tiene sus pequeños inconvenientes, pero nada serio, como bien estas viendo. Nuestra enemiga se ha alejado y el banquete va a proseguir. ¡Hala, primo! ¿Tendría razón el elegante ratoncillo ¿¡Ja... Ja... ! El más feroz enemigo de su especie, el gato Satán, andaba al acecho y tenia fama de experto cazador. Había detectado a los dos tragones parientes y, mediante un maullido estremecedor, se dejo sentir.

Cosme grita: -¡Sálvese quien pueda!¡Satán es inclemente!

Como locos, cada cual a su aire, encontraron refugio en un agujero por el que no entraba la zarpa del gato. Rufo, sin mas, hizo su hatillo y se despidi贸 as铆:

Querido primo, dejo para ti los lujos y regalos de la ciudad. Vuelvo a la tranquila aldea donde siempre fui feliz, conforme con mi humildad.

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COMPRENSIÓN LECTORA ¿Quién invito al ratón de campo? ¿Dónde? ¿Cuál fue el menú del día? ¿Qué sucede al final?