Relación Médico, Paciente y Familia

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ocos aspectos en la medicina son tan conocidos y a la vez poco tratados en la historia de la medicina como la esencial relacio´n-comunicacio´n entre el me´dico, el paciente y en el caso especifico de la geriatrı´a, con su entorno, familiares o cuidadores, que juegan en muchas ocasiones un papel esencial para la interpretacio´n y cumplimiento adecuado de recomendaciones y tratamientos en sus diferentes versiones por lo que es el tema seleccionado para el artı´culo de hoy. La relacio´n me´dico-paciente data de tiempos remotos en la historia de la humanidad y por supuesto acorde a la evolucio´n de la propia medicina y de la sociedad se han venido produciendo cambios en la misma por ambas partes dignas de reflexio´n. La medicina debe ser una relacio´n de confianza en la que, por principios e´ticos elementales. El me´dico acorde a su formacio´n, experiencia y conocimientos, tratara´ de hacer el mejor diagno´stico, ofrecer la mejor opcio´n terape´utica o intervencio´n quiru´rgica que tenga efectos beneficiosos para la salud de su paciente. Siempre tratar de curar, cuando no es posible aliviar o mitigar el dolor o sufrimiento de su paciente en la mayor medida posible, para al menos mantener o recuperar el nivel funcional que tenia la persona antes de enfermar y la mayor calidad de vida acorde a las caracterı´sticas de cada caso y en todo momento apoyar, confortar y cuidar. El paciente, por su parte, debera´ aportar todos los datos relacionados con el proceso que motiva la consulta que faciliten el diagno´stico con la mayor claridad y precisio´n, manifestar sus preferencias en cuanto a las diferentes opciones terape´uticas acordes a su caso si existieran y sus dudas e inquietudes de diversa ı´ndole en cuanto al prono´stico, evolucio´n y diferentes opciones o perspectivas para favorecer una comunicacio´n me´dico paciente que es tan fructı´fera y beneficiosa para ambas partes. Sin lugar a dudas esta relacio´n, con frecuencia impuesta por circunstancias imprevistas en la vida en un campo tan delicado como la salud, ha cambiado y no es fija a lo largo de los tiempos. En las antiguas civilizaciones la enfermedad era considerada como un castigo divino, en base a esta interpretacio´n los me´dicos sanaban mediante rituales ma´gicos y eran vistos como sacerdotes. Este concepto cambio´ con la medicina egipcia, e´poca en que se identificaba a la enfermedad como un ente independiente de la persona que la padecı´a y se marcaban unos modos de actuacio´n con los denominados sanadores.

DOMINGO 3 ABRIL 2016

Pinceladas médicas (70). «Probablemente sea tan importante la comprensión, empatía y adecuada sintonía entre el médico-paciente y familia en la evolución de muchas enfermedades que algunos aspectos terapéuticos». René de Lamar

Relación médico, paciente y familia

DATOS PRA´CTICOS La relación médico-paciente debe ser de confianza y cordialidad por ambas partes, aclarar a tiempo las dudas que puedan surgir y cuando sea posible hasta de amistad en un marco de respeto mutuo. En época de Hipócrates comenzó a catalogarse la relación médico-paciente

como un acto médico. Un adecuado uso de la palabra y la información sobre el estado de salud puede tener un efecto tan beneficioso como el mejor de los tratamientos. La participación afectiva del médico en la realidad que afecta a sus pacientes en el campo de la geriatría

El inicio de la medicina moderna comienza en los siglos V y VI antes de Cristo, de manera especial en Grecia donde el me´dico pasa a ser considerado un cientı´fico y no un mago como hasta entonces. Hipo´crates, considerado el padre de la medicina, creador del juramento Hipocra´tico, destaco´ de manera relevante mediante la observacio´n directa de la enfermedad y del propio enfermo, creo´ leyes metodolo´gicas y deontolo´gicas que han perdurado durante siglos. Se atribuı´a gran importancia al componente psicosoma´tico de la enfermedad y a la necesidad de la participacio´n activa del paciente en su diagno´stico y tratamiento. Esta forma de interpretar las enfermedades y el vı´nculo

adquiere una importancia añadida, debido a que la edad condiciona un acercamiento diferente por ambas partes. Probablemente en la edad media ha sido el momento histórico en el que más valor se le atribuía a la palabra del médico. Se debe crear confianza

entre me´dicos y enfermos cambio´ con el paso de los siglos. En la Edad Media el acto me´dico recupero´ unos tintes entre lo moral, mı´stico y religioso, la palabra y el veredicto del me´dico no solo tenı´an poder curativo por sı´ mismos, sino que era una especie de doctrina y su incumplimiento hacia que apareciera la enfermedad a modo de castigo divino. En cierta medida, en esa e´poca de la historia los actos me´dicos eran una prolongacio´n de lo predicado en los altares de la iglesias. Ya en el siglo XIX, la medicina cientı´fica recibe el espaldarazo decisivo y definitivo con la creacio´n de los modelos anatomopatolo´gicos y fisiopatolo´gicos con evidencia ma´s so´lida y demostrable.

y que prime un lenguaje directo y concreto que evite tecnicismos. Los profesionales sanitarios tendremos que adoptar cambios que favorezcan un mejor conocimiento y comunicación con nuestros pacientes mayores, comunicar es compartir pero también arriesgar.

«Lo ideal en geriatría es procurar ese difícil equilibrio de decisión compartida entre paciente, familia y médico» «Sin lugar a dudas, lo más importante y trascendente para la población fue la popularización de la atención médica» «En las antiguas civilizaciones la enfermedad era considerada como un castigo divino»

Pero sin lugar a dudas, lo ma´s importante y trascendente para la poblacio´n fue la popularizacio´n de la atencio´n me´dica. Ası´ se crearon los hospitales que pasaron a ser la verdadera cuna de la asistencia e investigacio´n sanitaria. Pero como todo en la vida, producto del desarrollo de la medicina y de las diferentes te´cnicas diagno´sticas la relacio´n me´dico-paciente hasta entonces paternalista sufrio´ una enorme regresio´n. En enfermo y su patologı´a ya se podı´an medir y eran cuantificables, disminuyendo el intercambio de opiniones, sentimientos y pesares, la informacio´n que el personal sanitario necesitaba para realizar su tarea se obtenı´a de ma´quinas impersonales. Este hecho imparable ha afectado negativamente en vı´nculo con el paciente, cosa que debemos evitar en el dı´a a dı´a. La relacio´n me´dico–paciente reu´ne a dos seres humanos y solo puede ser de respeto recı´proco. En el caso de los mayores apreciamos con frecuencia la tendencia a excluirle en la toma de decisiones en las que la familia interpreta su opinio´n y a veces llega a acordar con el me´dico la actitud a seguir. Lo ideal en Geriatrı´a es procurar ese difı´cil equilibrio de decisio´n compartida entre paciente, familia y me´dico despue´s de proporcionar informacio´n objetiva sobre ventajas e inconvenientes de las alternativas disponibles. Pero no debemos olvidar las siguientes reflexiones importantes: -El que padece las enfermedades o dolencias es el paciente y no el me´dico. -Cada paciente vive su enfermedad de manera distinta, siendo a veces difı´cil de interpretar. -El paciente tiene los sı´ntomas pero no los conocimientos me´dicos para entender y comprender la enfermedad. -La avalancha de informacio´n poco realista puede crear unas expectativas falsas que pueden enmascarar las dudas y deseos del paciente. -La comunicacio´n entre personas que se manejan en diferentes a´mbitos puede llegar a ser complicada por el tipo de vocabulario utilizado. -Ante una situacio´n estresante como una enfermedad, la capacidad para expresar dudas o deseos y el miedo a preguntar las consecuencias reales pueden estar enmascaradas por preocupaciones frecuentemente banales. Rene´ de Lamar del Risco es doctor especialista en Geriatrı´a y Gerontologı´a, asesor me´dico de CANARIAS7. Diagno´stico Me´dico Integral, c/ Diderot , 19 bajo. Tfno. 928 220 474


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