saludable
2 a prolongación de la esperanza de vida en pleno siglo XXI ha traído consigo un aumento espectacular de las enfermedades relacionadas con el envejecimiento entre las que destaca de manera puntera la enfermedad de Alzheimer, por lo que toda divulgación sobre el tema resulta necesaria e importante. En el contexto del Día Internacional de la Enfermedad de Alzheimer, el pasado 21 de septiembre intentaremos estructurar el artículo de hoy en base a las interrogantes y dudas que con más frecuencia escuchamos en el día a día de la consulta relacionadas con tan compleja enfermedad. Desde su inicio hasta los cambios que se van produciendo en el cuadro clínico en las diferentes etapas de su curso evolutivo, requieren de comprensión y conocimiento del proceso para afrontarlo de la mejor manera posible. Hay numerosas enfermedades que pueden producir demencia pero la más frecuente con amplia diferencia es la enfermedad de Alzheimer. En la enfermedad de Alzheimer el cerebro pierde peso y volumen, la atrofia afecta al hipocampo, zona relacionada con la memora y emociones, se suele extender a la corteza frontal, temporal o ambas, van muriendo neuronas y se pierden sinapsis (comunicación entre neuronas), escasean los neurotransmisores como la acetilcolina vinculada a la memoria. Esta claro que a menos acetilcolina, mayor deterioro cognitivo. Los neurotransmisores son sustancias que producen las neuronas, al perder neurotransmisores y sinapsis por la enfermedad las neuronas no pueden comunicarse entre si y se trastorna su metabolismo. El cerebro funciona por circuitos que con frecuencia pueden tener un efecto compensador. La pérdida de sinapsis es muy intensa en zonas básicas para la memoria y el comportamiento, a menos sinapsis más demencia. Falta cerebro, el que queda tiene menos neuronas y esas tienen pocas neuronas, tienen menos ramificaciones y pocos puntos de contacto por lo que procesan peor la información que les llega. Las neuronas enfermas tienen alteraciones en sus neurofibrillas que degeneran y forman los ovillos neurofibrilares, compuestos por proteínas anormales como la tau, que describió el Dr. Alzheimer a principios del siglo pasado. En el sitio de las neuronas muertas estas las placas seniles, son como cicatrices formadas por el cadáver de la neurona con retos de glía y acúmulo de amiloide en el centro. El beta-amiloide es una proteína anormal que se deposita en exceso en el cerebro de los enfermos, es como un tóxi-
La opinión del experto. «La enfermedad de alzhéimer es una epidemia en toda regla que afecta al cerebro del paciente, genera sufrimiento a la familia y su entorno y repercute en la economía de toda la sociedad». ✒ René de Lamar
A tener en cuenta con el alzhéimer
Día de la enfermedad. Esta semana se celebró la jornada dedicada a una patología considerada ya una epidemia.
DATOS PRÁCTICOS ■ En el manejo de la enfermedad de alzhéimer lo idóneo es un abordaje multidisciplinar, desde diferentes perspectivas, de forma complementaria y enriquecedora para el máximo beneficio del paciente. ■ Con los tratamientos
existentes probablemente se pueda retrasar un tiempo el deterioro intelectual. ■ La disfunción olfatoria suele preceder a procesos neurodegenerativos. ■ Aunque a primera vista los tratamientos parezcan caros, pueden suponer en
co directo para las neuronas y es un mecanismo fundamental en la enfermedad que favorece procesos inflamatorios. La mayoría de mediadores proinflamatorios aumenta en el cerebro de enfermos de alzhéimer y se asocian con las lesiones típicas como las placas seniles. El cerebro sufre a lo largo de la vida pequeñas agresiones repetidas como el tabaco, alcohol, niveles elevados de colesterol, isquemia, la ingesta de ciertos fármacos, enfermedades como la hipertensión arterial, ictus o la diabetes mellitus, estés sostenido y traumatismos que pueden constituir factores de riesgo para padecer demencia y que se deben evitar o controlar en la mayor medida posible. Cuando se han perdido suficientes células aparece el deterioro cognitivo y luego la demencia lo que explica el periodo de esta 10 años o más en que puede irse desarrollando la enfermedad sin una sinto-
los pacientes respondedores un ahorro para la sociedad. ■ Los trastornos de la conducta y comportamientos atípicos que genera la enfermedad se deben tratar a la mayor brevedad. ■ La información que pue-
matología clara y definida. Esta situación explica la importancia en el desarrollo de los biomarcadores en sangre y liquido cefalorraquídeo para el diagnóstico pre-demencia, además de los avances en neuroimagen y disponer del PET de amiloide como elemento diagnóstico para casos determinados. Las demencias suelen ser enfermedades que cubren un amplio abanico de síntomas que van cambiando conforme avanza su evolución. Los familiares de primer grado son los mejores informadores respecto al deterioro cognitivo global. Las dificultades para realizar actividades de cierta complejidad que permitan a la persona mantener su autonomía como el manejo del dinero, conducir y cocinar pueden constituir manifestaciones iniciales de la enfermedad. Son datos importantes la perdida de la capacidad para encontrar las palabras adecua-
den dar familiares y cuidadores respecto al deterioro cognitivo, sobre todo sobre la memoria, alteraciones funcionales y cambios en la personalidad, son de extraordinario valor para detectar la demencia en fases incipientes.
«La experiencia de cuidar a un paciente con demencia en el domicilio puede entrañar riesgos» «Las demencias suelen ser enfermedades que cubren un amplio abanico de síntomas» das, la fluidez del lenguaje, el razonamiento abstracto, la habilidad motora y percepción. El trastorno de conducta puede ser el modo con que intenta expresase la persona con demencia que ha perdido su capacidad normal para expresarse y comunicarse porque le falla el lenguaje y las secuencias lógicas del razonamiento. Aunque la función es un término amplio, en el contexto de la salud abarca cuatro dimensiones de la persona, la física, la mental, la emocional y la social que la enfermedad de
C7
L
DOMINGO 24 SEPTIEMBRE 2017
Alzheimer va deteriorando progresivamente. Los cambios sociales que se han venido produciendo desde el siglo pasado, especialmente con la creciente incorporación de la mujer al mundo laboral en detrimento de su papel tradicional como cuidadora de los mayores de la familia han afectado de forma importante la atención a este tipo de enfermedades. Entre los que repercuten directamente sobre la capacidad de los familiares y cuidadores para atender a los pacientes con demencia en su medio debemos destacar la disminución del número de descendientes por pareja, la mayor movilidad geográfica por motivos de trabajo con la consiguiente dispersión de las familias. Dado el carácter invalidante de las demencias, la falta de cuidadores familiares se ha compensado con una tendencia creciente a la institucionalización de los enfermos lo que trae aparejado una serie de problemas, tanto de tipo asistencial como económicos. La experiencia de cuidar a un paciente con demencia en el domicilio puede entrañar una serie de riesgos sobre la salud física y mental, con frecuencia ansiedad y/o depresión, se debe tener siempre presente tomar medidas destinadas al cuidado del cuidador. Es estrés sostenido, vivir de manera acelerada con exceso de trabajo, disfrutar poco en general e ingerir calorías en exceso pueden incrementar el deterioro de las células e incrementar el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas. La actividad amorosa en función de las posibilidades y condicionantes clínicos de la persona puede producir alegría, mejorar la creatividad y motivación, la comprensión sobre el tema es importante. La higiene mental y hábitos de vida saludables como mantener la actividad intelectual pueden prevenir o minimizar los efectos del envejecimiento sobre el cerebro. La continua activación de neuronas en la vida adulta puede disminuir la neurodegeneración y retrasar las manifestaciones clínicas de deterioro mental. La investigación actual esta encaminada a disponer de tratamientos más eficaces que actúen sobre las lesiones estructurales que generan la enfermedad para mejorar la evolución y calidad de vida de las personas afectadas. René de Lamar del Risco es doctor especialista en Geriatría y Gerontología, asesor médico de CANARIAS7. Diagnóstico Médico Integral, c/ Diderot , 19 bajo. Tfno. 928 220 474