Perder a un ser querido siempre es doloroso y más o menos complicado de asumir en función de las circunstancias en que se produce el fallecimiento, pero en el contexto de la actual pandemia que estamos viviendo en que muchas personas nos han dejado en soledad y sin la oportunidad de haber sido arropados, acompañados y despedidos por sus familiares y amigos, adquiere una dureza especial.
No poder estar al lado de un ser querido, cuidarle, acompañarle y despedirlo como merecía y siempre habíamos imaginado puede generar gran frustración y puede generar un duelo muy cuesta arriba y complicado.