El estigma de la depresión y sus efectos en el mayor.

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saludable

2 n nuestro país se incrementa continuamente la población de personas mayores de 65 años entre las que depresión es un cuadro muy frecuente, que muchas personas cuestionan en las fases iniciales, con frecuencia infradiagnosticado ya que puede confundirse con estados de tristeza transitorios, de duelo por la pérdida frecuente de seres queridos y una elevada comorbilidad con enfermedades físicas y/o psíquicas que también dificultan el diagnóstico por lo que es el tema seleccionado para el artículo de hoy. Es muy frecuente en los mayores que el cuadro depresivo se manifieste a través de síntomas somáticos que en algunos casos producen una rápida evolución a una situación de dependencia e incrementa el número de consultas médicas por otros motivos como dolor abdominal, trastornos digestivos o cefalea por mencionar ejemplos comunes. El infradiagnóstico se ve facilitado por las formas incipientes y leves de la depresión, formas atípicas con síntomas predominantemente orgánicos, lo que con frecuencia genera el efecto de «la bola de nieve», que algo de fácil solución al inicio cuando «es pequeña» se va convirtiendo en un enorme aludo desprendimiento de nieve difícil de detener o controlar en su descenso. A veces se queda el diagnóstico más focalizado en lo somático, dejando a un lado la causa real del cuadro y otras veces se niega la depresión evidente al validarla como una respuesta a circunstancias externas concretas, situaciones que generan retraso innecesario en el tratamiento. Pueden producirse tristeza, apatía, aislamiento y hasta agitación psicomotriz como parte del cuadro depresivo.Aunque nos parezca extraño la depresión con frecuencia se asocia a estigma social. El estigma, proviene de stigma, que significa mancha en griego, que en la enfermedad mental en general consiste en una idea negativa acerca de personas con padecimientos mentales de diversa índole basada en la desinformación y en el desconocimiento, que se sustenta en prejuicios sin base científica alguna. Este hecho puede generar temor a la convivencia por un hipotético riesgo de violencia, de incomprensión, de dificultad en la comunicación e incluso a la forma de manifestarse el sufrimiento del paciente. El estigma lo sufre el propio paciente que puede tener un nivel bajo de autoestima y una tendencia al aislamiento por la sensación de sentirse incomprendido. Las personas del entorno lo experimentan cuando evitan la convivencia con el enfermo al que consideran una

La opinión del experto. «El estigma de padecer depresión y el miedo a los efectos del tratamiento en los mayores hace que con frecuencia se minimicen los síntomas y haya negación de la enfermedad, con el retraso del necesario tratamiento».✒ René de Lamar

El estigma de la depresión y sus efectos en el mayor

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DOMINGO 9 OCTUBRE 2016

DATOS PRÁCTICOS ■ La llamada «depresión sin tristeza» tiene una elevada incidencia entre la población mayor. ■ Ansiedad y depresión son condiciones frecuentemente comórbidas en el adulto mayor. ■ Hay normas de higiene mental para prevenir o miti-

gar los síntomas de la depresión. ■ La depresión puede instaurarse de forma secundaria a un trastorno de angustia de larga evolución. ■ La depresión grave implica un mayor riesgo de evolución tórpida incluyendo la seguridad personal, la apari-

persona de «menor categoría», con menos valores que aportar en el día a día y más problemas que pueden ser difíciles de soportar en el día a día. Al generar la depresión estigma propicia un trato diferente que produce un circulo cerrado que tiende a perpetuar la discapacidad del enfermo, cumpliéndose la clásica expresión «la pescadilla que se muerde la cola». Esta situación descrita puede generar rechazo hacia el enfermo, marginación y en casos extremos hasta desprecio. Así, se puede potenciar la marginalidad familiar, labo-

ción, persistencia o incremento notable de síntomas de ansiedad. ■ La estigmatización de la depresión casi siempre es inconsciente pero frecuente. ■ Con frecuencia el propio paciente mayor desconoce que padece una depresión. ■ Se debe combatir el es-

ral, social y la cronificación del cuadro psiquiátrico, el silencio sobre tan importante tema ayuda a perpetuar el tabú. Es importante la función de los servicios sociales en los casos que requieran ese apoyo y orientación, así como fomentar el trato normalizado con las personas afectadas por problemas depresivos ¿Qué síntomas debemos detectar precozmente en las personas mayores de nuestro entorno con riesgo de padecer depresión? -Sentimiento habituales de tristeza y abatimiento. -Infelicidad, desilusión y

tigma de las enfermedades mentales en los mayores con campañas de sensibilización de toda la sociedad. ■ Una atención precoz con servicios sanitarios especializados médicos, psicológicos y rehabilitadores puede cambiar favorablemente el curso de la enfermedad.

«Puede haber tristeza, apatía, aislamiento y hasta agitación psicomotriz en el cuadro depresivo» «Algunos pacientes piensan que pueden controlar por sí mismos el trastorno depresivo» «Las enfermedades mentales siguen hoy en día siendo un tabú»

desánimo. -Baja autoestima con sentimientos de impotencia e inutilidad. -Se acusa, critica o se descalifica. -Tendencia a preocuparse por todo. -Llevar la contraria a los demás, critica y juzga. -Se muestra pesimista continuamente. -Tendencia a sentirse culpable o arrepentido. Hay algunos trastornos de la personalidad más proclives a padecer depresión, como son los dependientes, los evitadores, los límites, los antisociales, los histriónicos, las personas negativistas y aquellos que tienen rasgos masoquistas. Las enfermedades mentales siguen hoy en día siendo un tabú y conllevan un estigma mental, con frecuencia hay negación de la enfermedad depresiva por «minimización» de los síntomas y por atribuirlos a una enfermedad orgánica ya conocida. Con frecuencia escuchamos en la consulta preocupaciones de pacientes y familiares relacionadas con el miedo a los efectos secundarios de los antidepresivos como que «crean dependencia», o estarán «atontados» o con mucha «somnolencia», «peligros para conducir» o «alteraciones en la esfera sexual», la confianza y la comunicación fluida con su médico será fundamental para despejar las dudas.Lo peligroso es no llevar el tratamiento recomendado por su médico por las elevadas posibilidades que evolucione desfavorablemente y termine necesitando más fármacos. En pacientes que no reconocen que padecen depresión, se pueden producen retrasos innecesarios en el inicio del necesario tratamiento. tanto a nivel farmacológico como no farmacológico con la psicoterapia de apoyo. Algunos pacientes piensan que pueden controlar por si mismos el trastorno depresivo, sin ayuda profesional, ni tratamiento alguno y lo más probable es que empeore el cuadro y tenga repercusión en el estado de salud general de la persona afectada. La depresión puede ser secundaria a un acontecimiento vital adverso que se presentó en etapas anteriores de la vida, infancia, adolescencia o edad adulta. Aportar a su médico con franqueza todos los detalles de lo que esta sucediendo puede resultar de gran utilidad para el diagnóstico. René de Lamar del Risco es doctor especialista en Geriatría y Gerontología, asesor médico de CANARIAS7. Diagnóstico Médico Integral, c/ Diderot , 19 bajo. Tfno. 928 220 474


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