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¿Qué esconde el subsuelo de la iglesia de Tabira?

Encuentran cimientos de una construcción derruida que podrían corresponder a la torre de los señores de Durango o a la ermita primitiva

Un equipo de la Universidad Complutense realizó a finales de marzo una prospección con un georradar 3D en el entorno de San Pedro de Tabira en la que también participaron el doctor Luis Valdés, miembro de la Real Academia de Historia, y el arqueólogo Antxoka Martínez, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. El objetivo de estos trabajos era aportar más luz al origen de Durango a partir de un manuscrito de 1634.

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La obra, escrita por el hidalgo durangués Gonzalo de Otalora y Guissasa, tiene como título ‘Micrología geográfica del asiento de la noble Merindad de Durango por su ámbito y circunferencia’ y hace referencia a que la iglesia de San Pedro fue parte del complejo residencial de la torre donde vivían los Condes de Durango, Sancho Estegiz y Doña Toda. “…S. Pedro cuya Iglesia era entonces un edificio pequeño (como lo eran todas) y lo muestra la puerta que cae al lado, y con el tiempo se alargó y ensanchó más: la torre y casa frontera era el Palacio y habitaciones de los Señores, y su nombre Tavira”.

El avance de la reciente investigación resulta prometedor ya que, frente a la puerta de la iglesia de San Pedro, reconoce “con nitidez una anomalía cuadrangular de aproximadamente 9,5 x 7,5 metros”. “Son los cimientos de una construcción derruida”, sostienen sus autores. Esta anomalía se encuentra dentro de “la escueta descripción” realizada por Gonzalo de Otalora y Guissasa, por lo que “a la espera de poder establecer un uso y una fecha definitivos para esta estructura”, el equipo maneja dos hipótesis compatibles con su tamaño: que sean los fundamentos de la Torre del Señor de Durango o que sea la ermita primitiva, que luego se desplaza a la posición de la iglesia actual.

En la presentación de este primer informe, el doctor Luis Valdés calificó de “noticias esperanzadoras” estos hallazgos.

“Han revelado algo que esperábamos, la existencia hasta los años 70 de un caserío entre el pórtico de la iglesia y la carretera, y algo que nos provocó más sorpresa: una anomalía rectangular, diferente a la ocupación que pudo haber en esta zona en los siglos XIX y XX, que era algo deseado, pero no esperado, y que requiere de mucho estudio. Hablamos de hipótesis, de momento, porque aún nos queda un largo trabajo documental por delante”.

Caserío

La investigación recoge también que el entorno de la iglesia “es complejo por su estado actual”. En el lugar se han detectado “los servicios de gas, agua, etc. con absoluta claridad” y también “grandes zonas con vertidos y rellenos”.

Sobre el caserío que se ubicaba frente a la iglesia hasta 1975, el estudio avanza que “fue de mayores dimensiones. Un tejado une ambos edificios y en la fachada de S. Pedro se acoplaría en la moldura en ángulo. Cubriría el pórtico entre el edificio civil y la entrada a la iglesia”. El estudio también se extendió a la zona de la antigua ermita de San Vicente de Mikeldi con el propósito de analizar “si queda alguna huella del antiguo camino de la costa a la meseta que pasaba por el puente de Iurreta”. Se han encontrado cuatro estructuras angulares que muestran restos anteriores a la edificación de la fábrica metalúrgica de finales del siglo XIX. La más relevante es una planta de 17,5 x 12,5 metros, con una habitación, que se vio “alterada” durante la excavación de un edificio de la calle Juan de Olazarán.

Fondo documental de Gerediaga.

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