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CONCLUSIONES

La principal conclusión tras la celebración de las jornadas es que la organización de un evento multidisciplinar sobre vivienda e inclusión ha sido pertinente y necesario, dada la situación de crisis en materia de vivienda que se da a nivel global, estatal y, muy particularmente, en el contexto balear. Los datos ofrecidos por varios de los ponentes y autoridades a lo largo de las jornadas son preocupantes y evidencian la necesidad de pensar colectivamente soluciones, ya que en torno a la vivienda se aglutinan diferentes desigualdades y la exclusión residencial es una de las formas más graves de exclusión social.

A lo largo de las diferentes mesas se ha podido observar la importancia que tienen los asentamientos humanos en las políticas y agendas a favor de la sostenibilidad. En definitiva, se ha puesto de manifiesto cómo muchos de los retos globales pasan por una correcta planificación y diseño del hábitat humano, donde la vivienda y los entornos residenciales son especialmente relevantes. Además, el impacto de la vivienda sobre otras políticas públicas es notable. A lo largo de las jornadas se han destacado algunos temas como especialmente relevantes; por ejemplo, el impacto sobre la salud pública, tanto a nivel comunitario como a nivel individual. La vivienda aparece también como un vector de igualdad de oportunidades, en muchas ocasiones determinando las posibilidades de las personas para desarrollar su vida de una manera digna.

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La importancia de monitorizar la cuestión de la vivienda con una buena base de datos estadísticos es otro de los temas que se ha destacado en las jornadas. La información estadística, bien planificada, está permitiendo identificar los problemas, establecer las prioridades y diseñar mejor las políticas públicas para abordar el problema de la vivienda. Es precisamente en el análisis de estos datos estadísticos donde aparece de manera clara la brecha de género que existe sobre la cuestión habitacional y, por tanto, la necesidad de abordar las políticas públicas de vivienda incluyendo esta perspectiva de una manera transversal e interseccional, ya que el género se suma a otras desigualdades como la raza o procedencia, la monomarentalidad, o la discapacidad, entre otras.

Las jornadas han ofrecido una interesante lista de buenas prácticas y casos de éxito, tanto desde el ámbito de las políticas públicas como desde el de la planificación y el diseño espacial. El caso de la Generalitat Valencia, por ejemplo, junto con el Ayuntamiento de Barcelona son ejemplos inspiradores que acercan al contexto balear otros casos de referencia histórica como la ciudad de Viena o los Países Bajos. Todos ellos tienen en común una apuesta por considerar las políticas de vivienda, en toda su diversidad, como mecanismos para contribuir al bienestar social, a la igualdad de oportunidades y a reforzar los sistemas democráticos.

Aunque la cuestión de la vivienda afecta a toda la sociedad, en las jornadas se ha puesto de relevancia la importancia de atender de manera específica las necesidades de ciertos colectivos sociales que, por motivos distintos, son más vulnerables al riesgo de exclusión social o a poder acceder a modelos habitacionales adecuados a su realidad. Las mujeres víctimas de violencia de género, y la personas a su cargo, son uno de estos colectivos que requieren especial atención. El ejemplo de

Casa Malva fue inspirador y muestra un camino sobre cómo abordar esta realidad que pasa por habilitar de alojamientos disponibles y adecuados para estas mujeres. Los hogares vulnerables o ya en proceso de exclusión social son otro foco de atención que muchas veces requieren actuaciones en el plano de la vivienda pero en coordinación con otras políticas públicas que van desde la regeneración urbana a los programas de formación para el empleo, entre otros muchos posibles.

La tercera edad fue otro foco de atención de las jornadas ya que la mirada desde la inclusión afecta a esta franja de edad de maneras distintas. En nuestra sociedad, las personas mayores son un porcentaje importante de la población que engloba realidades muy diversas en general y respecto de la vivienda en particular. Dependiendo de la edad, capacidades, nivel económico y red de apoyos que tengan las personas mayores, sus necesidades habitacionales son distintas. Las cuestiones planteadas durante las jornadas van desde el problema de la accesibilidad física de los edificios, hasta toda una política pública que aborde los modelos habitacionales para las personas mayores, de modo que se supere el modelo de las residencias o centros asistenciales. En las jornadas vimos diferentes modelos posibles y ejemplos de cómo se está abordando la cuestión de la vivienda para la tercera edad en diferentes contextos. La idea es acompañar a las personas mayores durante la última etapa de su vida, en ocasiones muy larga, adaptando su hábitat cotidiano a la realidad y evolución natural de la vejez.

A lo largo de las jornadas se ha hecho visible el papel relevante de las mujeres en la mejora de las políticas de vivienda y en la arquitectura residencial. Tanto desde las instituciones públicas como desde la práctica profesional, las mujeres han estado detrás de modelos innovadores de vivienda y de nuevas formas de gestionar las políticas sectoriales en esta materia. Del mismo modo, también se ha evidenciado que, en muchas ocasiones, su aportación no ha sido reconocida o ha quedado eclipsada por la figura de un hombre que sí ha sido reconocido por la sociedad de diferentes formas. Las mujeres fueron impulsoras de viviendas especialmente destinadas a madres solteras y a otro tipo de mujeres y familias vulnerables. Introdujeron mejoras técnicas y espaciales en la vivienda para facilitar las tareas de cuidado y han desplegado nuevas formas de gestión y contratación desde las instituciones públicas. En las jornadas se reconoció de manera especial las aportaciones de la arquitecta Lily Reich sobre la arquitectura residencial y los espacios domésticos, proyectando un documental sobre su figura. También se hizo un reconocimiento a Anna Bofill Levi, una arquitecta imprescindible en la historia de la arquitectura española, con obra en la isla de Menorca, y una pionera en incorporar la perspectiva de género en el diseño de la vivienda y la planificación de la ciudad.

En definitiva, unas jornadas de gran interés y pertinencia en un contexto como el que vivimos en la actualidad, especialmente en la isla de Menorca, donde el acceso y mantenimiento de una vivienda supone un grave problema para muchas personas y hogares. Unas jornadas que han abordado la temática desde una mirada amplia, multidisciplinar y completa, pero dirigiendo el foco sobre las cuestiones más relevantes y que requieren especial atención. Unas jornadas que han ofrecido una gran cantidad de ejemplos y buenas prácticas de los que aprender sobre cómo seguir avanzando hacia el principio de inclusión en la vivienda, tanto desde las políticas públicas, en toda su diversidad, como desde el diseño y la planificación espacial.

Universitat Politècnica de València

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