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EL MÉTODO QUE PUEDE REDUCIR EL RIESGO DE MORTALIDAD INFANTIL
Un método de atención que implica el contacto piel con piel entre una madre y su bebé prematuro o de bajo peso al nacer, llamado comúnmente canguro (KMC, por sus siglas en inglés) es una intervención simple y rentable que disminuye la mortalidad neonatal y el riesgo de infección en bebés con bajo peso al nacer.
Ahora, parece tener un impacto significativo en las posibilidades de supervivencia del niño, según sugiere un estudio publicado en la revista BMJ Global Health. Comenzar la intervención dentro de las 24 horas posteriores al nacimiento y llevarla a cabo durante al menos ocho horas al día parece hacer que el enfoque sea aún más efectivo para reducir la mortalidad y la infección, encontraron los especialistas.
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El método de cuidado conocido como cuidado de la madre canguro implica que un bebé sea transportado, generalmente por la madre, en un cabestrillo con contacto piel a piel y muchos estudios ya realizados han demostrado que esta es una forma de reducir la mortalidad y el riesgo de infección para el niño. Sin embargo, se sabe menos sobre el momento ideal en el que comenzar la intervención. Por lo tanto, un grupo de investigadores de la India realizaron una revisión de numerosos ensayos aleatorios comunitarios y multinacionales de gran tamaño sobre el tema.
Al observar los estudios existentes, se propusieron comparar el KMC con la atención convencional y compararon el inicio temprano del enfoque (dentro de las 24 horas posteriores al nacimiento) con el comienzo tardío para ver qué efecto tuvo esto sobre la mortalidad neonatal e infantil y la enfermedad grave entre los bebés con bajo peso al nacer y los prematuros. Su revisión analizó 31 ensayos que incluyeron colectivamente a 15.559 bebés y, de estos, 27 estudios compararon KMC con la atención convencional, mientras que cuatro compararon el inicio temprano con tardío el de la técnica de canguro.
El análisis de los resultados mostró que, en comparación con la atención convencional, KMC pareció reducir el riesgo de mortalidad en un 32% durante la hospitalización del parto o 28 días después del nacimiento, mientras que pareció también disminuir las posibilidades de infección grave, como sepsis, en un 15%.
Los estudios que compararon el KMC temprano con el tardío demostraron una reducción de la mortalidad neonatal del 33% y una probable disminución del riesgo del 15% en sepsis clínica hasta 28 días después del inicio temprano de la técnica.
Los especialistas concluyeron en su documento: “Nuestros hallazgos respaldan la práctica para bebés prematuros y de bajo peso al nacer tan pronto como sea posible después del nacimiento y durante al menos ocho horas al día”.
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