La voz de una máquina - Adrián R. Tonche

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La voz de la máquina D. R. © Adrián R. Tonche D. R. © Ediciones El Humo Edición digital: Noviembre, 2017

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Diseño de portada: Romina Cazón

Permitida cualquier reproducción o acto de piratería, a condición de citar a su autor y fuente

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LA VOZ DE LA Mร QUINA

Adriรกn R. Tonche

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Para Amaury Galvรกn

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0.0 Voz

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I

Cansado de todos los que llegan con palabras, palabras pero no lenguaje.

(T. Trasntömer)

Hay un murmullo devastador dentro de mi cabeza un ruido de martillos oscilando entre los aceros como una cloaca sintiendo el azote de ratas gordas que carcomen el concreto murmullo incontrolable como tacones de bailarines sobre un escenario dentro de mis pupilas observo gusanos demoliendo el reflejo de este cuarto oscuro sobre el ínfimo recuerdo de dioses y palabras Es una pregunta acaso ¿? Hombres corren dentro de mi cabeza-materia-sangrante observan y se derriten ante un rayo Sí, sí es una pregunta, la pregunta de los laberintos cerebrales de los enigmas que la historia condensa de los murmullos ante el mundo de las palabras que no son dichas palabras como ratas que devoran carne hueso carne hueso

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carne Hay un murmullo como sentir piojos dentro de los oídos y estar a la espera de la muerte muerte lenta, apacible locura dentro de mi cabeza ¿murmullo? La diástole y sístole de mi corazón cubierto de sombras y palabras por aquéllos que nada dijeron que se fueron sin la palabra correcta y ahora bailan con sus tacones de acero dentro de mi cabeza.

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I.I2 Criaturas pequeñas criaturas criaturas piojos la palabra es una cuerda de lirio marino como el niño hecho de troncos de vieja madera niño de arena niño martillo de acero el niño invencible.

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I.I3 Hay mรกquinas mรกquinas de abandono otra tras otra tras un sonido tras otro son naves sobre la tierra sobre sobre las aguas sobre sobre palabras dentro de la pupila de los hombres como torres como la muerte como como los vemos incendiarse.

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I.I3I Una tarde me cansé de discernir tonalidades perdidas en medio de la noche y ser perseguido por el elefante azul adentro del espejo Pensar 20 minutos en colillas de cigarros y orar después de los cuarenta pues sólo para los otros soy el viejo hombre de hojaldrata Bajo mil soles me oxido entre la furia del achaque más poderoso ahora mismo renunciaría a las cuentas de internet y me marcharía entre la tormenta con sus palmas encorvadas.

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I.2I Correr andar acaso a la orilla del tiempo crear una tormenta sobre la bruma de las manecillas y el fuego del desierto Hombres estranguladores de hombres débil furia en una lágrima sobre la pausa de la pluma indestructible dolor de mariposa viento que derrite la nieve sobre la boca letras vagabundas y bestias indómitas abejas-flores ojos del rostro invisible colores de la tinta sobre las manos del profesor sobre los techos sobre los árboles sobre las máquinas las hormigas las gafas los zapatos tres cuartos y medio sobre estas letras.

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I.2II Descargas electromagnéticas como faros de sirenas sobre la avenida Oscuridad relámpago en el cuarto donde habito Oscuridad que tiembla de peligros invisibles Naturaleza ahogada entre mis puños Lenguaje de ondas cósmicas Sonidos que atrapan peces y poemas en este bosque, no de árboles hechizos, ni de barcos sobre lagos sino este bosque que mastica gases tóxicos y quema arterias Estas palabras, un círculo de corriente lucida palabras de choque y grito quemevuelvoloco quemicerebroesfuego palabras de onda corta Oscuridad que atraviesa meridianos y puños puños-manos-plumas fusiles luces oculares donde la mirada está cubierta Despierto y las palomas han llenado los cables afuera de la ventana.

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I.02I3 Entre los gases tóxicos aún hay aves de plumaje azul radioactivo entre los gases tóxicos de la tierra aún existen testigos de Jehová almas de poetas cucarachas radioactivas y pólvora de la vieja usanza China marabuntas debajo de los pies relámpagos-papalotes sobre nuestros cráneos entre los gases tóxicos las máscaras se alzan para escuchar la venida de la muerte.

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I.02I4 El jardĂ­n se llena de peatones apagados y jodidos hombres la puerta se abre los libros que nacieron del bosque se marchan la bandera de los gatos enfermos se levanta las mariposas huyen los muertos se deshacen como este poema y el revĂłlver se enciende

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2 C-mรกtica

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2.0I Antes del poema fueron las sombras La luz entonces no era de Dios fue del poema De la palabra que llora sobre el esqueleto del hombre y las muertas flores del día primero No es la herida, ni la arruga es la silueta del hombre sin sabiduría con los ojos fijos Vueltos hacia el muro la mirada de los hombres en la sombra Entonces la luz no era de Dios ni el primer rayo oblicuo dentro de la pupila del Tyrannosaurus fue del poema Igual que los huesos dientes cráneos un parpadeo jurásico de bestias marinas Bestias que balbuceaban y gruñían el lenguaje primitivo del poema.

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2.0II Bajo las luces amarillas de la ciudad escribo las líneas del poema Dentro de los ojos, relámpagos azules de ondas saladas Entre máquinas más lejos aún el ridículo orbitar de las palabras Pequeñas hojas como un cadáver bajo los neumáticos del auto La arruga de las calles es silencio que explota adentro de los huesos como la última señal de las torres y los días pasados No son tus cicatrices ni las miradas en la oscuridad a través de un vaso azul ni la luz ambarina en un círculo de agonías Es el poema muerto y las palabras que se subrayan en éste es la vida que no es es, como un ser que no existe una página como el pequeño dinosaurio que apareció de la nada dentro de hondos charcos negros donde surge el poema este pútrido poema

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2.0I2I 8:00 a.m. $15.00 Pág. 35 $10.00 3:00 p.m. $30.00 este ridículo poema dentro de la máquina de refrescos dentro de los ojos del hombre ahogado de sal dentro del estómago del hombre dentro del hombre 7:00 p.m. $120.00 son ridículas ahora las palabras en la página dinosaurio que es máquina máquina que dicta falso verdadero falso verdadero 11:00 p.m. $240.00 un lampo eléctrico resucitó al dinosaurio.

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3 HĂ­-brida

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3.00I El juglar Las palabras de la muerte están en las yemas de los dedos en los sudarios de los cuerpos muertos más muertos que inflados cadáveres en la orilla de una playa másmuertosquelosmuertosdelaspáginasnopublicadas másmuertosqueelsilenciodeestepoema así, muertos que no alcanzan el espacio para salir por detrás muertos como la sombra del padre agotado muertos.como.los.cabellos.de.elefantes.sobre.un.desierto muerto.así.el.juglar.la.voz.de.este.poema.no.podrá.ser.escuchado.

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3.0I La máquina de escribir las pinzas sobre el suelo la máquina cálida del sur eslabones de cobre brillan en sus letras alfabeto cordillera sonido de un viejo Volkswagen 89’ La máquina de escribir ha dejado las palabras regadas allí sobre el suelo ha querido escribir un poema como notas de Beethoven sobre la página en blanco La máquina de escribir ha recordado lo blanco que es un Pegaso lo negro de las manos de un carbonero ha revisado una y otra vez la palabra Tal vez porque tal vez, no es siempre ni cuando tal vez lo fue La máquina de escribir llora lágrimas de negro aceite atorado en la consonante B ahora conoce que el óxido en cada articulación es por el Marlboro 20 la “Coca-Cola Light” y el hígado falla cuando menos lo espera La máquina de escribir renuncia

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por el informe de la compañía robótica que no tiene el alfabeto al aire libre La máquina está enterrada cubierta con aquellas letras del principio del día y finales de cada noche.

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3.03 Era simple como una palabra. Como un bastón. El frío de una palabra. Las uñas de la bestia anunciaban su muerte. Amarillos dientes, orejas. Oh Garri Garri. Murió en las redes ocultas de los versos. En la piel oscura. Era zambo de una lengua oscura. Tomó a la mañana distraída sobre el campo. Un cigarrillo, dos, tres, tal vez los pulmones no sean nobles. Era zambo como no lo fue ninguno. Mataba hombres, 1, 2, 3. Asesinaba hombres con su idioma, con las piernas de manos atadas. Era un soldado infantería no un Boy Scouts América. Rambo disparando balas, duro de matar, rayo de la muerte. Oh Garri Garri las brujas de las amazonas. Los chamanes del sur, cuellos-calaveras. Asesinos, soldados, asesinos, soldados en la prosa, en los versos de cada diente que es palabra. Palabras simples, amarillas como el otoño, como muertos. Las hordas de Garri conquistaron el mundo.

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4 W

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4.00I He visto a los hombres detrás de las paredes Blanco Puro como sortilegio, premonición en la ceniza del cigarrillo que sobre el suelo cae insondable La muerte yace sobre sus pestañas blancas pupilas-escarabajos la noche es un arrullar fantasmal como cadenas sobre el pasillo cadenas metálicas invisibles una bestia dinosaurio, dormida, pequeña como ojos en la lejanía Toc, Toc, Toc… La mano invisible sobre la puerta escalofrío del hombre entre las paredes Blanco y puro Blanco y puro como palabras y pastillas para dormir.

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4.002 El cuarto lleno de objetos extraños luz azul que emana de un libro como gusano de la arena arena que muele pupilas hasta la ceguera Wardenclyffe / rayo de la muerte / los drones caen rayo de la muerte en el siguiente vaso de whisky / Wardenclyffe / rayo de la muerte la única manera de contar palomas (provocando un terremoto para sacudir árboles) el cuarto se llena de humo / humo de cadáveres a la orilla de la ventana la voz de Héctor en un compacto el ruido de la máquina que silba y silba el aliento de los hombres débiles vasos de whisky rondan la muralla afuera el árbol y una víctima ha caído por detrás de las orejas Wardenclyffe 0+0 = ∞ Es una espiral dentro de vasos de whisky como sombras.

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4.003 Hay un genio maligno alguien lo dijo, los misiles teledirigidos Hiroshima siglo XX –América– Luego no hubo nada que decir…

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4.003I El poema merece la muerte el exilio hacia los velos incoloros del Oriente.1

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Juan RamĂłn JimĂŠnez

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4.0O4 Sub-estructura █▌

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Excepto la palabra que no existe. … N+I Wittgensteiniano Dos golpes en la cabeza contra el muro sangre por la nariz proposición dos golpes en la cabeza proposición dos golpes en la cabeza proposición proposición dos golpes al cráneo adjetivo dos golpes cuya fuerza proposición falso verdadero el pensamiento del hombre figura inteligible proposición duda proposición idea proposición tres golpes, fisura substancia proposición I+I …I + I + n… N + I + tres golpes…

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4.05 Jurasic World Primitivo Amaury lo dijo –La memoria– las palabras arriba de la torre los rayos que encienden bombillas primitivo palabras que convergen en la nada.

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4.00II —Luz tenue, bombilla encendida, dos vasos vacíos sobre la mesa, juego de llaves, dos cigarros, cartas españolas, gato blanco. Junio, pesado, mezcla de tabaco con picante dentro de la boca; los dientes más podridos. Crema de cacao, dijo Amaury. Todos decían tantas cosas, que solo, no tomaba como algo serio las palabras. El sótano, no había una ventana, un solo ruido que me estremeciera. Las pequeñas ratas se habían marchado hace tiempo. La bombilla parpadeaba, de vez en vez el gato llegaba y se recostaba sobre el sofá con una mirada desinteresada. No eran ni las tres de la tarde y el cuarto estaba oscuro, como si la noche fuese perpetua ante mis ojos. Cartas, Colgate 75 Ml, Delicados 15, Coca-cola. –Carajo. Diccionario: interj. Indica sorpresa, disgusto, enfado, ETC. Lavar ropa, trastes, ropa, trastes, proyectos de investigación… la memoria falla, dos golpes en la cabeza. El cuarto era todo eso, una pausa ahora para no soltar la siguiente palabra, entienden, —carajo ni el gato puede estar aquí.

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4.03 Grave Grave es el silencio que interrumpe a la palabra con la nada.

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4.00 P VS NP

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Creo saber dónde se oculta la poesía no en el hombre no en las palabras ni en las manos llenas de corazones heridos creo saber dónde pero no en el huracán no en la tinta azul del mar ni en los huesos del hombre ni en sus venas no en la mala canción de moda ni en la generación de plumas dóciles ante el mundo creo saber dónde se esconde el mar pero el mar no es este paisaje azul que miramos ni el vuelo del ave que desechamos no es ni la duna de arena que se traga a la serpiente Ahora creo no saber dónde porque las líneas han caído de un nocturno cielo y los hombres con sus plumas han dibujado las centellas las auroras las máquinas de guerra los noticiarios matutinos No creo saber dónde están las voces aquellas que viajan en las ondas largas a través de torres y dicen que la poesía es un café para despertar pero es una mala jugada como los centavos del salario que roban en los centros comerciales ellos mienten mienten porque la poesía no es el mar ni el café ni la siega en el soleado campo ni sudor de hombre 36


ni sufrimiento pasajero Creo saber dónde se esconde el lobo en un libro pequeño firmado por los vencedores hace dos siglos editado mil veces dos mil veces tres mil veces para que la poesía diga nada más que exceso de sistemas publicitarios alguien lo dijo la poesía no se vive, se consume la poesía no viene en un frasco pequeño o grande la poesía se alimenta del shock eléctrico en la cabeza de un hombre fuerte raído Creo saber dónde se esconde el hombre pero no en el templo ni la sinagoga ni la mezquita sino en el palacio del hambre muerta y desconocida hambre de los demás hombres Creo saber una vez pero no lo creo saber dos veces, ni siempre aquí donde el lamento se agita con el estallido del terror todos huyen ahora es la diáspora de la tragedia ellos tal vez saben dónde se oculta la poesía dentro del dolor llanto ausencia angustia insomnio espanto 37


en una palabra que no se es dicha y permanece dentro es efluvio de lo terrible en el andar cotidiano como la muerte vista de cerca tan cerca que hablas con ella Creo ellos saben dónde se oculta el fuego pero no en el incendiario ni en el cigarrillo ni en la vela perpetua sino en el jugar de bestias insanas que fulguran en los muelles avenidas plazas aeropuertos dormidos Creo saber dónde se oculta la poesía en la locura de la pluma de quien la toma de su vuelo hasta verle agonizar en la página dormida aquella que despierta del sueño prodigioso al hombre muerto he allí que las líneas hechas palabras juegan para crear demonios que copulan con el hombre creando lo terrible el poema he aquí lo que mira el mundo y cada rincón del mundo el poema agraviado por la palabra el poema se defiende pelea por un lugar en el tiempo el no ser aniquilado dentro del terror del limbo sagrado no ser el poema del Estado ni sus letras la justificación de la injusticia no ser el poema sino el POEMA 38


ser el Ser de la página vacía la tempestad de las cuerdas que giran en el espacio máquina corriente que pinte los ojos de los hombres de colores sueños pesadillas juegos juguetes de plomo plumas

Las plumas dóciles de las aves aquellas plumas del espanto como la mujer que se arrastra entre las sabanas y busca refugio entre los brazos del hombre muerto el hombre hecho ceniza el hombre degollado hombre lágrimas de hombre así dóciles y frágiles una a una las plumas fueron pintando el pantano como el recuerdo que fue la palabra los años perdidos las musas vencidas por el terror de las máquinas máquinas cuya fuerza está en el botón rojo y la mano del hombre manso

Hombre no máquina que venció a los barcos de vela a mitad del mar aquél que galopó de sur a norte para guardar el secreto del poema pero el poema había muerto y la muerte aliviaba al hombre no el poema ni la mejor línea del poema. 39


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AntologĂ­a de poemas desconocidos

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5 Alguien puede explicarme por qué se mueve la aguja ¿Alguien puede? ¿Alguno? Pero uno a uno se arrojan al patio almidonado donde los columpios sangran donde los niños son blancos fantasmas y el terror de los gusanos sobre la arena se mira a través de los hombros de una madre Alguien puede explicar por qué el poema se muere lleno de lágrimas de sombras de blancas paredes que son muros hinchados quebrados hasta ver la gotita de verde pastel sabor amargo como el café de media noche adentro de una Ciudad ‹CIUDAD› con mayúsculas porque ella, tal vez tenga que decir más que yo ¿Alguien puede? sobre los escombros de lo que fueron arabescas paredes contemplar tu cielo el mío el de los otros y mover la aguja del tiempo como aquella aguja sobre la arena y el agua que se perdió entre huellas y gritos de pequeñas ranas que hemos mirado tragado y somos parte de su grumosa piel NADIE, porque las palabras se han quedado dentro de la cajita en la esquina de la calle que no era un viejo buzón sino telaraña negra con arañas que nos hacían despedirnos a mitad de calle arañas inodoros arañas deshuesadas 42


y nos reíamos con las arañas que como ojos zumbaban al giro de la flor al giro de una vieja rueda colgada de un árbol Aquí nadie logró mover la aguja porque la aguja era una pieza pesada como el corazón de los velos blancos corazón de una vela encendida corazón de un Dios que no sufre Nadie logró Nadie la aguja metálica intensa aguja metálica aguja de dardos aguja sobre la alfombra aguja adentro de las venas aguja crujido de dientes aguja amarrada al cuello aguja que se mueve dentro fuera dentro dentro de los ojos de aquellos que mueren dentro de las arenas de aquellos que nadan.

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5.2 Somos, solo tránsito, una página escrita de juegos, llanto, soledad Existe quien no conoce el poema ni los ritmos de lo ocurrido, solo la fatalidad Alguien dijo “que si el poema fuese una llamarada el mundo ardería perpetuamente” La llama maldita de la pregunta consciente nos acicala el cerebro, esta, cruza los puentes hacia la nada nos hace andar bajo la sombra de una caricia como la caricia del uno y del otro que nos produce un “placer de ceniza amarga y orgullosa” Octavio lo dijo Para nosotros la caricia es resignación, olvido, como el duelo de alguien perdido, desesperación, angustia de la no llegada. Mas todo, no responde, tímida se oculta de nosotros la respuesta y una chispa solo en el último sitio agoniza como un viejo cuerpo cuyo aliento ahoga la última palabra.

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5.02 Todo acto es un pecado Alguien lo dijo Como un cuerpo desnudo que flaquea en la nada en la oscuridad repentina dentro de los ojos o en una blancura espesa cuyo significado es un destino perdido Toda caricia es una renuncia tierna e invisible entre dedos de fuego que rozan un cuerpo muerto cadรกver amurallado del recuerdo Puede que escriba puede que puede pero dudo... Existencia que se reafirma en un juego de dados: el azar nunca es un destino sino mera incertidumbre Pero el azar es una cuerda atada al alma, es pecado primitivo que se arroja al olvido como un poema que carcome la existencia.

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5.003 Ahora sólo pienso en los gatos… Tal vez en el gusano que aplasté por la tarde, no. En la cerveza que no terminé y apenas pude tomar, no. Pienso en los gatos. Los observé mirarse frente a frente sobre la azotea de una vieja casa. Sobre la ruina de un hermoso librero. Uno de ellos le daba su pequeñísima pata al otro. Subían y bajaban de aquella ruina. Recordé la arena, arena, de cuando el viento sopla en las orillas del Golfo y se mete en los párpados. Seguro los gatos nunca verán la arena arrastrada por el viento, ni escucharán pronunciar la palabra arena. Como un triste hombre que nunca escucha su sonrisa. Tal vez, en ese momento, tenía que caminar frente a la casa, alzar la voz al tejado y gritar la palabra arena para que los gatos atentos la escuchasen. O contar un buen chiste para que el pálido hombre sobre el asiento dentro del metro riese. Ahora, sólo pienso en los gatos. Uno de ellos pudo ser ella y entonces las miradas fueron de cortejo. Pero, los gatos se aparean por las noches. Maúllan sobre las bardas y cuando uno los escucha la piel se eriza. Qué tan distintos y distantes son los hombres de los gatos. Los he visto sobre los tejados, mujer y hombre, beber vino y besarse hasta las bacterias. Besar como tormenta y diluvio, plagas de Egipto sobre el horizonte. He allí que la tristeza y los gatos se olvidan, en el golpe de cada latido, bomba del terror contemporáneo, así son los hombres perdidos en la dicha del “amor”. La última palabra, gastada, como la voz del asesor de crédito bancario que llama todos los días por el pago de la tarjeta. Es ruina, no amor, una arruga en el cerebro, no de los gatos sino de los hombres. Es por los gatos no por el hombre. Ahora no puedo pensar en ellos, lloran de tan dulces y lloran de tan hombres. 5.0103 He comprado esta libreta, no otra, para escribir estas palabras, no otras. He de guardar líneas azules y decadentes de la noche dentro de mochilas pequeñas de niños diminutos. 46


Miro al gato sobre el sillón detenerse, un aura de melancolía ha llenado los rostros de todos. Al decir todos, sólo Efrén y yo. Tal vez de gatos ya han escrito antes, pero de mi gato nadie ha escrito o lo dudo mucho. Ya que aquí, sólo vivimos él y yo. He llegado triste a casa, tal vez él lo entienda. La profesora me ha dicho que tengo un problema grave de sintaxis que mi poesía es buena; pero me ha definido como una pésima escritora. He metido las reglas de puntuación al próximo bote de basura cercano a mí, me he dejado consumir por la vanguardia literaria. He olvidado la palabra y el enunciado: “sujeto, verbo, predicado”. Los dos puntos, punto y coma; sólo sé, que no sé, lo que creo saber. Recuerdo lejano de Sócrates. He llegado triste a casa y mientras (Yo, sujeto tácito en esta oración) miro (Verbo, en esta oración) al gato, contemplo el silencio de sus pasos (Predicado, en esta oración) He comprado esta libreta, no otra; para escribirte estas palabras, no otras. Sí el gato hablara, que lo dudo mucho, escribiría sus palabras sobre esta libreta, no en otra. Pero aquí, sólo pienso y hablo de mí misma, en esta habitación, no en otra.

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Porque sólo vivimos Efrén y yo y de vez en vez, una, que otra mosca.

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8 A

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I Salía de casa la máquina corriente permanecía quieta subió al auto y condujo sin detenerse esperaba la llamada corrió por las calles cuesta arriba el motor encendido el mundo se detuvo gotas de sudor y 3 llamadas perdidas A despierta con la máquina corriente bajo la almohada. II Se acerca grave, lento, pausa pausa entradas de cine una pausa más ante el cigarrillo para compartir detrás del escenario D A es una suave melancólica presenta figuras terribles e inexpresivas ha asesinado a todos los grandes poetas y de ellos solo el aliento exhausto sobre la página se acerca grave, lento… uno a uno los pasos D le mira como si fuese una cicatriz extraña que no recuerda lo mira otra vez como una mariposa ha asesinado a los poetas como insectos como cadáveres milenarios ha pisado el polvo de su recuerdo sus héroes melancólicos A bebe mientras los gallos cantan.

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III El profesor ha matado al gato y es un mal cuento el gato muestra su cabeza por la ventana En la caja de S han encerrado al profesor oscuridad de un valle terrible, irredento y lúgubre un acento dentro de borrascas de viento helado no hay palabra ni figura ni una pluma para escribir A existe entre las páginas mojadas de café. IV Todo poeta muerto es.. −piensa encima de una roca− mientras un verso insolente se le escapa en picada por la alcantarilla. Se diluye como el recuerdo entonces de una mujer cuyo nombre no quiere acordarse La noche de A pasa entre demonios y poetas. V Gárgolas sobre la muralla del nosocomio y la vida afuera de los ojos de A.

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9 Cabeza siamesa

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Una tarde decidió escribir sobre motores eléctricos. La primera palabra fue: máquina La segunda fue: torre La tercera: carbón/máquina de vapor T era un poeta y dijo que 5² = 10 reprobó el semestre A decidió escribir poemas sin choques eléctricos en su cabeza.

*** Al principio fue el Play Station luego el internet Recuerdos de Metal Gear Solid tardes en casa de Ricardito Rogelio buen niño las bicicletas R20 A cayó de la bicicleta cuesta abajo dos cabezas dañadas pensó en los OVNIS vistos en VHS. *** La mujer mordía la cabeza de pescado dientes blancos-níveos fumaba un cigarrillo hablaba con cabeza siamesa sobre los créditos de la máquina de la esquina… horas más tarde A balbuceaba. *** No le llamaron del departamento de empleos locales vivía como un zángano había que mudarse con cabeza siamesa y jugar Xbox 54


jugar como delincuentes juveniles después de todo dijo A tres cabezas piensan mejor que una. *** Cabeza siamesa no sobrevivió al ataque de H1N1 A miraba la marcha fúnebre sobre la calle el ser más raro del planeta había muerto.

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10 A²

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…tuvo la sensación de que caminaba sobre su angustia convertida en una alfombra. Roberto Arlt I Durante aquella mañana el infierno; o sea el fuego, era incontrolable. Nadie sabía de donde vino, ni por qué estaba consumiendo la casa de A2. Todo el barrio estaba en relativa calma, el hombre calvo paseaba al perro como todas las mañanas. La vecina despedía a su esposo frente al jardín y los niños se marchaban a la escuela con la sirvienta. En la casa de A el fuego empezaba con una llama casi invisible e irredenta las noticias en el altavoz del anciano anunciaba la llegada de la mala fortuna. 2

A existe en cada uno de nuestro lugar que habitamos, a eso le llamamos hogar. A no es una

ilusión, no es un humano, no es lo que pueden pensar que sea. No es A la primera grafía del abecedario, ni la primera letra de un nombre terrestre, no es un algo, ni una cosa. Pero al ser traído a estas páginas ya es. Usted puede preguntarse ¿Qué diablos es A? No es definirlo el propósito de este poema, no es siquiera para que piensen en A. Esto es simple, solo son palabras para cubrir las singularidades de A. Es singular, lleno de una sustancia ácida, cuyo presente no es el presente de los vivos ni de los muertos. Una tarde, encontré sobre la acera la imagen de A y nadie más la observó. A tenía la mirada invisible pero fija hacía un lugar cuya geografía no existe. Porque A no existe, sólo en aquella olvidada imagen roja. En el futuro todos le recordaran y A su breve nombre será mencionado en las charlas cotidianas de viejos y olvidados poemas de este siglo. Yo no seré siquiera mencionado, como aquella vieja novela de caballerías cuyo personaje inventó a su autor y no viceversa. A tal vez tendrá más años y será un personaje maduro. Su existencia será nuevamente creada con algún otro breve nombre. Será también olvidado por largo tiempo, pero será viejo y la vejez lo rescatará de su olvido. Tal vez a A no le importe, será un reposo en la vida de los hombres buscarle. Ahora A es un bebé, letras que apenas y aparecen bajo la luz de la nada. Todos tendrán un A y estas letras serán el principio del pasado y del olvido. 58


El fuego lento y silencioso no se apagaba con las lágrimas del séquito fúnebre frente a la calle. No había humo, no era el fuego de las colinas del verde valle que rodeaba el barrio. Todo empezó aquella mañana y nadie sabía de la llama primitiva que consumía la casa de A. II Al poniente de la Ciudad de México los cohetes invisibles sobrevolaban el cielo matutino. «Los Chemtrails» dijo la joven profesora de inglés. «Los Drones nos observan» decía el viejo carpintero de la cuadra. Muñecos invisibles caminaban por las orillas de las aceras. Muñecos cuyo rostro era blanco y con un limbo lúgubre sobre sus cráneos. Aquellos días presentaban una lluvia decidida en arruinar veladas y días de trabajo. Las flores congeladas sobre la avenida, entre el tumulto de cuerpos pálidos, esquizofrénicos eran el paisaje de los días autómatas e insípidos. III La noche anterior A bebía con Cabeza siamesa, discutían a Kant después de un siglo de su locura. Golem era el otro, el que se comía los libros de antropología el que citaba a Canclini, Lévi Strauss, Durkheim y Augé para apaciguar su existencia. Nadie escuchaba a Golem, alguna vez Borges lo hizo. A se quedaba en el silencio. En la angustia de los Heraldos de Vallejo y en sus lecturas gastadas dentro del armario de la casona a las afuera de la ciudad incendiada. IV 59


No eran los mejores días, los sueños eran visiones de páginas oscuras cuya esencia se perdía entre la multitud de cadáveres. Salomé era un animal cuya figura es como la de una mujer callada. Sobre la ventana y entre el humo del incienso la casa se llena a un amargo aroma. Salomé, no quería una cabeza, pero A buscaba entre líneas amarillas su cabeza bíblica dentro de los ojos de Salomé. Cabeza cuya materia era un relámpago suspiro agónico del hambre metáfora suspendida en un error… … dos veces cabeza vacía en dos pesadillas dos veces la angustia del cuerpo hueco inorgánico plástico y plomo mapa intra-mental de neurosis cabeza aplastada Salomé ha saltado del tejado. V …/… /2016 Anotaciones de A en su libreta azul

Cuando no se tiene nada que decir, lo mejor es callar. Wittgenstein

Cuando se tiene algo que decir, se escribe en cualquier parte. Arlt Sí ya he oído todo, ahora sólo me falta callarme. Porchia

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VI «Los mejores sueños fueron aquellos que no tuve» dijo un poeta Tal vez era del sur del sur y más al sur del recóndito sur y lejano sur donde el monumento de una idea fue derrumbado Golem lo dijo una vez, «nadie busca algo en la nada, porque la nada no es de nadie» A permanecía en silencio… VII La casa después de los días anteriores comenzó a incendiarse ni Golem ni Cabeza siamesa acompañaban a A el génesis de la llama fue purgado y la ceniza de A se esparció por la calle, nadie lo recuerda ni Salomé ni su mirada triste lo sabía la llama sobre el librero y las páginas de un poema desollaban el cuerpo de la casa y entre el fuego se consumía un vetusto verso: yo les llamo a los muertos mis amigos y le llamo a los vivos mis verdugos…

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Adrián Rodríguez Tonche, (Coatzacoalcos Veracruz, 19909. Estudiante de la Licenciatura en Humanidades en la UAM Cuajimalpa. En 2014 recibió la primera mención honorífica en el concurso de poesía de la ciudad de Coatzacoalcos con la obra Astilleros. Durante los años 2010-2016 ha participado en diversas publicaciones dentro de antologías poéticas como Poetas virtuales 2010, Letras por Coatzacoalcos 2011, Fragmentos 2011 fanzine, Las llanuras de la Italia 2012 fanzine, DSM 2014. Ha colaborado para diversas revistas digitales como A Buen Puerto, Minificción, Hologramma, Revista La Otra, Revista Raíces, Entreverando, Revista Revarena, Revista Monolito, Revista Palabrerías, Revista Letras Raras.

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Índice 0 0 VOZ……………………………………………..………….05 2 C-MÁTICA………………………………………………..….15 3 HI-BRÍDA.…………………………………………………….19 4 W………..……………………………………………………..25 4.00 PVS NO………………………………………….……….,35 ANTOLOGÍA DE POEMAS DESCONOCIDOS……….……41 8 A…………………………………….…………………………48 9 CABEZA SIAMESA……………….…………………………53 10 A2…………………………………….………………………57

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eBook # 6 La voz de la mรกquina de Adriรกn R. Tonche Se publicรณ el 15 de noviembre de 2017. La ediciรณn estuvo a cargo de Romina Cazรณn y el autor.

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