B2 - Los Santa del Líbano y San Vicente de Ferrer. Parte 1

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Miembro 22 Academia Colombiana de Genealogía Esta NO ES una publicación oficial de la Academia

Foto de Eduardo Santa Loboguerrero que reposa en la casa de la cultura del Líbano, Tolima, Colombia.

Los Santa del Líbano y San Vicente de Ferrer Familias de la colonización antioqueña Parte 1

B-2 Series apellidos antioqueños

Edgar Andrés Sarmiento García

26.5.2020 Última modificación: 18.1.2021

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Y nosotros abuelo, ¿Quiénes éramos?

Un agradecimiento especial a Iván Restrepo Jaramillo (QDEP), por sus largas investigaciones genealógicas que hoy han sido conservadas y expandidas por Alejandro Restrepo, al igual que las de Rodrigo Escobar Restrepo, únicas en su tipo. También a personas como Fernando Morales Alarcón y su esposa Margarita Rosa Marín Echeverry, quienes han impulsado la publicación de ciertas obras importantes para la historia del Líbano. Sin olvidarme del mismo Eduardo Santa Loboguerrero, aquel magnífico escritor que enriqueció la memoria histórica y genealógica del Líbano y alentó a otros a seguir su camino; la ardua labor que ha hecho Family Search con la digitalización de los archivos históricos; y a la compañera en mis labores genealógicas, mi madre: Patricia García Satizábal.

Las fechas aquí presentadas provienen de consultas en su mayoría de los catálogos eclesiásticos de los lugares de referencia. Gran parte de las colecciones están digitalizadas por los mormones y presentadas en Familysearch y están en proceso de indexación. B, indica bautismo generalmente o en algunos casos nacimiento (por el término “birth”), M, significa muerte. Cuando la fecha aparece sola entre paréntesis, generalmente significa, bautismo o nacimiento. Cuando aparecen asteriscos, significa que hay dudas en ciertos hechos o relaciones genealógicas. Es posible que tenga cierta información incompleta en los árboles genealógicos, si es así, solo es decirlo y se modificará el texto (eso si, con fuentes que soporten tales hechos).

Recuerdo haber visto unas escenas en los cómics de Quino, de mis favoritos, al abuelo llorando después de que su nieto le hiciera la pregunta: y nosotros abuelo, ¿Quiénes eramos nosotros?, el abuelo le había mostrado su arsenal de libros de historia universal, era solo lo que tenía. Se podría decir que no viví tal hecho con mis abuelos, quienes solo con mirarnos se deslizaban unas hermosas prosas (literal, hasta hacían trovas) que recordaban travesías, historias familiares y mundos inimaginables del porte de “Big Fish”, de Tim Burton o como las de la “Iliada” de Homero, revuelto de polvo, de pedazos de madera y mosaicos de cerámica viejos y acabados, junto con unas arepas de maíz blanco, salchichón con unas tacitas de café. Es posible tal haya sido el amor que le ponían a los detalles nuestros abuelos que cada vez que vuelvo a probar esa deliciosa e insípida arepa en el Líbano, es como si me regresara a esos increíbles momentos que muchas veces no valoramos por el “simplista y cotidiano” acto del presente, o posiblemente por no darle el valor que merece a tales hechos, ¿debido el acto humano de compararlo todo, inclusive con el pasado?, no sé, de verdad. La construcción histórica de un lugar como el Líbano, Tolima ha sido producto quizá de una fuerte identidad social y familiar, conformada en su mayoría por una población antioqueña que migró al lugar, constructores de ciudades en los lugares más estrellados pero perfectamente acomodados, cálidos y coloridos. Quienes han viajado desde Medellín y Rionegro hacía el sur de Antioquia, se podrán dar cuenta de lo “berraco” que es andar por esos lares, si no díganme lo complicado que es pasar por Sonsón o Abejorral, Arma, Aguadas, Pácora o Salamina (ya después en Caldas), salvaje, con esas carretas de tramos de una sola vía, tipos de películas de acción. Abejorral es un perfecto ejemplo al Líbano, vas “entrochándote” por esas vías con selva por un lado y el otro (si es que las ramas no se han comido las vías, o algún derrumbe las haya desviado), curvas infinitas, subidas y bajadas interminables, hasta que de la nada, detrás de una montaña, encuentras “civilización”, con una imponente y bien conservada catedral, digno de “dioses”. Mi abuela, Beatriz Satizábal Arango (B-7.6.1929 a M-23.1.2003), era nieta de la libanense doña Jesusita Santa Echeverri (B20.11.1878 a M-2.11.1958), hija de la abejorraleña Patricia Echeverri Arango (B-18.3.1840 a M-1920 aprox.) y del sanvicentino Jerónimo Antonio Santa Flórez (B-30.9.1846 a M-1.5.1905), hermano a su

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Mi primer y última visita a Eduardo Santa Loboguerrero en el año del 2014 en el Líbano Tolima, organizada gracias a Beatriz Parra Puerta de Escobar.

El Líbano, Tolima es un municipio colombiano ubicado en el norte departamento del Tolima, fundado el 27 de enero de 1866, según Luis Gabriel Calderón, como lo dice en su respectiva obra “Origen Jurídico del Líbano”, después de una pujante colonización antioqueña que venía desde Manizales, a mediados del siglo XIX, liderada inicialmente por Nicolás Echeverri Díaz y formalizada con la llegada de Isidro Antonio de la Parra Parra en el año de 1864. Sus paisajes son similares a los del eje cafetero, y su clima es templado, a una altura media de 1565 metros a nivel del mar. Su bandera blanca y verde, inclusive es la misma que porta el departamento de Antioquia.

vez de Rafael Santa Flórez (B-17.11.1842), casado con Dolores Vanegas Londoño en Manizales. Rafael es abuelo del libanense Eduardo Santa Loboguerrero (B-2.1.1927 a M-2.5.2020), uno de los más importantes historiadores del pueblo, y escritor de obras como “Arrieros y fundadores”, “Recuerdos de mi aldea” o “La Colonización Antioqueña: Una Empresa de Caminos”. La tradición oral familiar aunque fuerte en el Líbano, si la analizamos, se reduce a cierto rango histórico (y en cierto punto puede perderse), al igual que un estudio de ADN autosomal, con bancos de referencia locales o el mismo ejemplo de vernos a nivel genealógico con solo los dos apellidos que portamos, por lo que preguntar cosas como “¿de dónde viene mi apellido Sarmiento, o García?”, son meramente actos muy superficiales de lo que podemos encontrar si nos adentramos más en la historia familiar. Si tomamos la cantidad considerable de obras de escritores libanenses (que es mucha con relación al tamaño del pueblo), podemos armar ciertos núcleos familiares, saber del contexto en que vivieron, y componer una imagen de las hazañas paisas producto de la “colonización antioqueña”, inclusive bien documentado por el mismo Eduardo Santa. Uno de mis mayores deseos era romper con esa “muralla” invisible y limitada de información obtenida de los libros, historias y algunos documentos familiares para ir más allá entre los orígenes antioqueños de los libanenses, cosa que no pudieron responder ni Eduardo Santa ni otros autores como Leonidas Arango Loboguerrero y menos se iban a responder con solo ver

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Según documentaciones históricas como lo es la colección de la Gran Enciclopedia de Colombia, del Tiempo, Historia 1, en la página 180: “Antioquia, con una población indígena fuertemente diezmada, allí habitaba el 6% de la población de la Nueva Granada, según censo de 1777. Pero el auge de la minería y la expansión de la población hacia las fértiles tierras del sur de Rionegro y Marinilla provocan un crecimiento de 46366 habitantes en 1778, a 110662 en 1808.”, esto apoya también la idea de que el componente nativo americano en el ADN sea bajo en esa región, además de haber creado un vínculo fuerte e identitario con una población más homogénea y que gran parte de las migraciones y dinámica poblacional haya sido gracias en gran parte a razones de minería, como lo fue San Vicente de Ferrer, y muchos casos de lugares de la colonización antioqueña del siglo XIX. Es característico encontrar en Antioquia núcleos familiares con gran cantidad de hijos y de endogamia. En la historia contada de las regiones de Colombia, de la revista Semana, 2019, dice que en el siglo XVIII la población antioqueña era 67% mestiza (no necesariamente 100% nativa), por lo que se puede concluir también que aunque hubo una extinción masiva de indígenas, alcanzó a haber una considerable mezcla racial, dada más que todo en el siglo XVI y extendida, pero a una menor medida en el siglo siguiente. Los pocos españoles que llegaron, sobrevivieron y formaron familia tuvieron un impacto considerable en el actual territorio (su descendencia fue larga y duradera).

las colecciones de Gabriel Arango Mejía, Vicente Fernán Arango Estrada o las de Guillermo Duque Botero, aunque estas últimas desvelaban ciertos datos que se acercaban a lo que quería conseguir. Los estudios combinados de todas estas obras y de otras más, incluidas de historias de Manizales y de búsqueda obligada de fuentes primarias eclesiásticas, ayudaron a armar unos árboles dignos de ser mostrados y expuestos, cosa que se podrá ir haciendo en el transcurso de los años.

Los Santa de la colonia, poco documentados, posiblemente por ser mestizos y/o pobres, con un impacto poblacional bajo, o transmisión reducida del apellido en primer orden

En los estudios de genealogía se encuentra uno con ciertos términos y circunstancias que en la actualidad no se presencian. Lo mejor es contextualizarse y consultar el cómo se vivía en tal lugar y fecha, para entender muchos comportamientos e información plasmada en la documentación, como por ejemplo la estratificación social y los sistemas de relación, hablando en términos de interacción y actividad humana. En la época colonial española en territorio colombiano, nos encontramos obligatoriamente con el “factor racial” y segmentación social, por lo que tomarlos y enunciarlos en investigaciones de este tipo no es para referirse términos despectivos hacia las familias y personas que hacen parte de nuestro árbol, sino como una herramienta para poder analizar de mejor forma la información y poder realizar una mejor genealogía. Haber sido tal persona o no de “raza blanca”, o serlo actualmente y físicamente, por ejemplo, no significa tener o no una “mejor estirpe” (es una condición creada por un contexto social), más bien dice de forma directa que hay una relación más estrecha y preponderante con ciertos grupos sociales y hablando en este caso, en términos de la población latinoamericana, una relación más cercana con la europea. Es muy útil en términos de investigación genealógica, saber diferenciar por ejemplo en un lugar en específico, la “María” de raza blanca, como la “María” mestiza, cuarterona, mulata, esclava, etc. Si analizamos ciertos comportamientos, el registro de la actividad y “legalización” y documentación de actos e historias es una característica de comunidades más desarrolladas que otras y es innegable que es más fácil hacer una genealogía con raíces europeas, que unas nativas americanas, solo por este hecho, agregarle que el poder organizacional y económico lo tenían también tales grupos europeos, por lo que también podían controlar

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Dispensa matrimonial por consanguinidad de José Balvina Santa Gallego y Cruz Ospina Herrera. San Vicente de Ferrer, año de 1833. Catálogo Eclesiástico de dispensas.

En una nota de la misma Gran enciclopedia de Colombia, dice lo siguiente: “El interés genealógico fue asunto de las clases superiores, servía para resaltar una precedencia y confirmar un honor. Por el contrario, entre las clases subalternas, la memoria genealógica era difusa fragmentada y alterada. Descendientes de indígenas y esclavos, los mestizos y mulatos preferían no indagar hondamente en su pasado familiar”. Otra razón adicional en la justificación de tradición genealógica que está relacionada con las razas coloniales. En diversas dispensas matrimoniales de Antioquia se repite constantemente esto: “Las familias de este Valle se hallan enlazadas con parentesco, y que aunque vienen de algunos españoles, se les habla, para que se casen quienes creídos nobles, o si no se casan es con personas ricas”.

con mayor facilidad la información publicada y expuesta (la historia es construida por los ganadores y los que están en el poder, por ende cualquier estudio histórico debe ser concluyente, pero al mismo tiempo abierto a la discusión). Hay que aceptar primero

que tanto los europeos, como la “élite”o los más adinerados o de “mejor linaje” entre ellos mismos, fueron los que crearon las fuentes primarias, para construir la historia y por ende, son los mejores documentados, esto causa también que haya en un futuro investigaciones y fuentes secundarias que con mayor facilidad lleguen a ellos. Colecciones como Genealogías de Antioquia o Linajes del Cauca grande, se fundamentan en tal hecho, generalmente y aunque son obras muy completas, muchas veces hay huecos generacionales que he encontrado de conexiones genealógicas de grupos poblacionales mestizos, indígenas, esclavos, y también hay veces enredos no resueltos de infidelidades, hijos naturales, etc. Hay que incluir que puede que existan otros factores como por ejemplo el impacto poblacional (cantidad de descendientes que haya tenido), pero a mi parecer, este factor también podría estar sujeto a ciertas condiciones raciales, ya que los que más tenían poder y riquezas, podían tener más hijos y más descendencia.

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El apellido Santa, como tal, no es enlistado (en una categoría igualitaria y separada entre los demás apellidos, con debidos textos Si se busca en una de las mayores base de datos de apellidos online, como lo es Forebears.io: https://forebears.io/surnames/santa podemos encontrar información de apellidos, en este caso del mismo “Santa”. Sorprendido por el hecho que es un apellido más difundido en países no hispano-hablantes, posiblemente debido al hecho de tener diversos significados en otras lenguas y su escritura o fonética sea similar. Si nos centramos en la sección de países hispano-hablantes, nos encontramos que España lidera la lista, seguido de Colombia, República Dominicana y Perú (Estados Unidos puede contar, por la cantidad de hispano-hablantes, pero es uno de los que mayor aporta registros). Si entramos en Colombia, nos dice que la mayor cantidad de documentos con el apellido, está en el Tolima y en Bogotá D.C. , seguido del Valle del Cauca y Antioquia, con diferencias marcadas. Esto nos dice que inclusive la difusión del apellido, es decir, el impacto poblacional (como apellido en primer orden) no se pudo haber dado en Antioquia, que es desde donde supuestamente nace (o una de las ramas documentadas), sino posteriormente en las migraciones a lugares como el Tolima.

explicativos de su supuesto origen y ramas) en las colecciones

de Genealogías de Antioquia y Caldas, ni tampoco en las investigaciones extendidas de Rodrigo Escobar Restrepo, ni en las de Fernando Panesso Posada (que del cual hay mucha crítica). En todas ellas es enunciado por intermedio de los mismos miembros, de forma sutil y agrupados en otros apellidos y es difícil hablar de bases de datos como la de Iván Restrepo Jaramillo, que aunque a mi parecer es muy completa y fiable en términos de datos, lo deja uno con ciertos vacíos, al no haber una construcción de textos que expliquen tal relaciones o investigaciones. Santa, (del latín sanctus; griego ἁγίος hagíos, hebreo qadoš ‘elegido por Dios’ o bien ‘diferenciado’, ‘distinguido’, según wikipedia), es un término necesariamente vinculado a la religión, un nombramiento o reconocimiento “post mortem” (generalmente), en el caso de nuestro contexto por parte del catolicismo occidental, dado a una persona o personaje, indicando su alto sentido moral, religioso y compromiso social. Este término se porta como un adjetivo, en su mayoría previo al sujeto, y no es un reconocimiento que posiblemente haya sido heredado/ transformado como apellido por linaje (es decir, que una santa o santo haya tenido un hijo y este se apellide Santa o Santo), sino que está más vinculado hacia ciertas circunstancias: 1. Un apellido adoptado de un lugar (toponímico), el cual llevaba previamente el nombre con la adición de San, Santo o Santa (ejemplo, Santa Marta, ciudad colombiana o Santa Cruz de Tenerife en España, derivando posiblemente apellidos como Luis de Santa Marta o Fernanda de Santa Cruz, provenientes de tal lugar), 2. Una relación de

empatía o gusto, conexión con algún santo o santa (posiblemente también por una festividad, como es el caso de Santos) que se convirtió en apellido, en esta categoría podrían caber apellidos de judíos conversos como por ejemplo Santamaría, haciendo también alusión a su conexión profunda con su nueva religión; y 3. Un apellido heredado de expósitos, haciendo alusión a nacimientos u otro indicio en relación con un Santo o Santa (por ejemplo, un expósito “Pietro” nace en el día de un santo, o es encargado su vida a San Marcos, por lo que se llamará Pietro Sanmarco).

El problema posiblemente de localizar el apellido en cierto punto o linaje es que el mismo ha estado relacionado generalmente con una extensión, por su constitución de adjetivo, así encontraremos apellidos como Sanmartín, Sanmiguel, etc, pero no solos originalmente como Santa o Santo, sino que fueron una extracción o contracción de los apellidos compuestos que terminaron como “Santa o Santo” a

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Familia Arango Santa. Líbano Tolima. A inicios del siglo XX. María de Jesús “Jesusita” Santa Echeverri (centro, portando un libro en la mano), esposa de Fermín “Minso” Arango Montoya, fue madre de 13 niños, y según tradición oral, perdió otros. Es una de las familias más prolíficas de sus tiempos en el Líbano. Tanto Jesusita, como Adela Arango Santa, la hija mayor (mi bisabuela materna), fueron unas madres ejemplares, elegantes y con mucho estilo.

Luis Álvaro Gallo Martínez, presidente honorario de la Academia Colombiana de Genealogía ha hecho esfuerzos magistrales para la difusión de las investigaciones genealógicas. Publicó una guía y un índice onomástico, recopilando los trabajos de Rodrigo Escobar Restrepo, publicados en serie por el diario el Colombiano en Antioquia.

secas (por ejemplo, Santo Domingo, que derivó en Santo a secas). En el caso de Santa, posiblemente provenga de otros apellidos como Santa María, Santa Cruz, Santa Elena, etc. Una de las razones adicionales de la baja difusión del apellido (en relación con otros en la región de Antioquia y que surgen en tiempos similares) también pudo haber sido una transmisión limitada

de este en primer orden (masculino), tanto por la poca difusión generacional de línea masculina, o la posible tenencia de mayor cantidad de mujeres, todo esto comparándose con otros apellidos antioqueños. Esto también hace que directamente se encuentren menos registros, por ende menos cantidad de estudios y fuentes secundarias.

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4ta generación de Santas:

Desde la colonización antioqueña hasta el Líbano (1) La información aquí presentada del Líbano Tolima en específico, está en proceso de confirmación con fuentes primarias. La construcción de los árboles y filiaciones genealógicas que se dieron en el Líbano y que se mostrarán de la familia Santa es producto en su mayoría de “tradición oral”, aunque por ahora todo ha sido cierto. También se tratará de representar las genealogías que van de nacimientos aproximados del año 1920 hacia atrás. Familysearch, el portal online mormón, realizó la digitalización del archivo eclesiástico del Líbano. Este está partido en dos, al antiguo en Ibagué (desde inicios del siglo XX hacia atrás en bautismos) y el nuevo en el Líbano, supongo con unas copias también en Ibagué, quienes han sido permisibles y gentiles con este proceso, clave para conservar la historia de las poblaciones colombianas. (2) Santa, E. (1997). Arrieros y fundadores. Aspectos de la colonización antioqueña. Alcaldía popular del Líbano. P 23 y 37: “Se dice que Isidro Parra elaboró el primer trazado de la naciente aldea, a puro cordel tendido, señalando la incidiana y alinderando a ella su casa, que luego tomarían como punto de partida los agrimensores que hicieron el trazado definitivo en 1874, señores David Ceballos y Ramón María Arana. Al poco tiempo de establecido Parra llegaron de “Las Granjas” otros individuos y meses más tarde, llevada la noticia a Neira y Manizales, fueron llegando más pobladores. Ricardo Morales, Amelia Jaramillo de Restrepo, Álvaro Ramírez, Patricia Jaramillo, Atanasio Villegas, Juan, Martín, María y Nepomuceno Villegas, Gerónimo, Nicolás y Rafael Santa”. “Sobre esos bueyes, mulas y cargueros, iban también aquellas sierras potentes con las cuales los árboles quedarían definitivamente convertidos en casas, entre un surtidor de aserrines aromáticos, y que Nicolás y Gerónimo Santa manejarían con tanta destreza, años más tarde, en la plaza de la aldea que fue el primer aserrío, algo así como la placenta genética del nuevo fundo”.

El Líbano es una de las poblaciones que entran en el grupo de aquellas, producto de la colonización antioqueña de la cual se hablará con detalle en otra entrega. Los Santa, que venían de la ruta de colonización desde San Vicente de Ferrer, Marinilla y Rionegro hasta Abejorral-Sonsón, pasando por Aguadas, Salamina y Neira, se establecieron finalmente en Manizales, ciudad donde quedaron establecidos la mayoría (tal dato es evidente al consultar el archivo eclesiástico de Manizales, con sus debidos registros de actos sacramentales).

Entre los Santa, ya establecidos por todo el camino de la colonización, se encuentra el sanvicentino José María Santa Gallego (B-1.4.1813 a M-24.7.1896), hijo de los marinillos Nicolás Vicente Santa Henao y María Egipciaca Gallego Orozco, con la sanvicentina Juana María Flórez Henao (B- 24.5.1816 a M-20.2.1889), hija de los sanvicentinos José Antonio Flórez Osorio y María del Rosario Henao Henao. Los dos tuvieron varios hijos que se documentarán más adelante, pero solo tres sentaron raíces en el Líbano, Tolima, que se sepa(1). Estos son los sanvicentinos Rafael Antonio Santa Flórez (B-17.11.1842), Jerónimo Antonio Santa Flórez (B-30.9.1846 a M-1.5.1905) y Nicolás María Santa Flórez (B-20.10.1852). Tiempo atrás venía recorriendo las montañas el colonizador Nicolás Echeverri Díaz, que había participado en la fundación de Manizales (que inclusive le dio el nombre) y descontento con sus co-partidarios, decide pasar el Ruíz y asentarse en lo que sería el hoy Líbano. Según Eduardo Santa, después de la fundación del poblado de Líbano, en el año 1874 llegó la noticia hasta Manizales y Neira, lo que produjo otra ola migratoria a la población, de la cual llegaban los mismos hermanos Santa, Rafael, Jerónimo y Nicolás, los últimos dos, diestros con los trabajos de carpintería(2). De Rafael Antonio Santa Flórez, se sabe que casó con Dolores Vanegas Londoño, hija de Hilario Vanegas y Margarita Londoño, casados en Manizales el 6 de mayo de 1878. Tuvieron por hijos que se sepa a: 1. El manizaleño Ezequiel Santa Vanegas (B29.12.1880), casado con María Loboguerrero Borrero (hija de Carlos Loboguerrero y Lucía Borrero), quienes fueron padres de: Eduardo Santa Loboguerrero, el célebre escritor, Octavio, Arturo, Ester y José Lelio Santa Loboguerrero; 2. El manizaleño José de Jesús Santa Vanegas (B-16.4.1885), casado con Higenia Ceballos Arango

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La Colección de fotos más impresionante del Líbano, Tolima estuvieron en manos del fotógrafo santandereano, Ricardo Pardo Farelo entre los años 19261930. Sus fotos están actualmente regadas entre las colecciones privadas de cada familia, pero se conserva una copia de gran parte de ellas en el Álbum de “Gentes del Líbano”, custodiado por doña Beatriz Parra Puerta de Escobar. Leonidas Arango Loboguerrero en su libro, Sociedad, Cultura e imagen escribe: “El trabajo de Pardo Farelo en el Líbano está desperdigado en colecciones familiares, pero un álbum que armó en sencillas hojas de cartulina y que dejo en manos de la familia Kaffure Parra cuando decidió regresar a su tierra natal contiene unas doscientas fotos, algunas de las cuales son pruebas de laboratorio y ensayos de iluminación. El álbum Gentes del Líbano 1926-1930 constituye una galena de retratos de personas y grupos que una mano colectiva ha identificado a través de los años y ha enriquecido con aportes de otros fotógrafos de la época. El álbum ha sido víctima de saqueos parciales y de torpes sustituciones. Hace décadas que se conserva bajo custodia de doña Aixa Puerta. Cinco años escasos son un plazo muy breve, apenas un momento en la historia de un pueblo, pero tiempo suficiente para que Ricardo Pardo Farelo tejiera una obra de alto valor artístico que hoy es un legado cultural de nuestro pueblo”.

* Romilia podría ser la misma Emilia Santa Vanegas

Lucrecia, Elizabeth y Esther Santa Falla, muy amigas de la Palacio Moulédoux. Colección familia Palacio. Foto Ricardo Pardo Farelo. Aprox. 1927.

(hija de Pablo Emilio Ceballos y Hortencia Arango), zapatero; 3.

Rafael Antonio Santa Vanegas, casado con Débora Franco García (hija de Luis Franco Olaya y Belamina García), el sastre, padres de: Gustavo Santa Franco, que murió joven y Susana Santa Franco; 4. Romilia Santa Vanegas*, madre de Alba María Santa, esposa de Julio Amado; 5. Emilia Santa Vanegas, madre de Joaquín Antonio Santa; y 6. Nicolás Santa Vanegas, muerto en Manizales el 1 de octubre de 1908. De Nicolás Santa Flórez, se sabe solo que casó con Obdulia Echeverri Ospina (hija de Antonio María Echeverri y Remigia Ospina), en Manizales, el 28 de noviembre de 1874. De Jerónimo Santa Flórez, se sabe que casó en el Líbano, Tolima el 11 de enero de 1859 con la abejorraleña Patricia Echeverri Arango (B-18.3.1840 a M-1920 aprox.), hija de los rionegreros José Nicolás Bonifacio Echeverri Díaz y Ana María “Pantaleona” Arango Palacio. De los dos, nacieron que se sepa: 1. María de Jesús “Jesusita” Santa Echeverri, bautizada como hija natural el 20 de noviembre de 1878 (posteriormente reconocida en el matrimonio

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de los padres), casada en el Líbano el 21 de noviembre de 1895

(3) Nicolás Echeverri Díaz y Ana María Arango Palacio, padres de Patricia Echeverri Arango, vienen de distintas ramas que fueron importantes a nivel económico y político en el siglo XVIII en Antioquia. Desde Pedro de Echeverri, de origen noble, pasando por el español mercader Francisco Díaz del Mazo, como por el noble español Antonio Arango Valdéz, o el español Jerónimo Palacio de Estrada y Aza, entre otros más. Por ellos pasan también el nombrado Pedro Pablo Arango Ángel quien desempeñó distintos cargos públicos en Rionegro y la Ceja, y otros, como por ejemplo el padre de Nicolás, José Cornelio Echeverri Palacio, quien era el alcalde de Abejorral, cuando el mismo decidió emprender el viaje hacia el sur de Antioquia. El País Vasco, y el norte de España, fue el refugio de los pobladores de la península ibérica, desplazados por los Árabes en el 726 d.C. Aquellos refugiados reconquistaron su territorio muchos años más adelante, y esto hizo que esta misma zona se convirtiera en una llena de títulos de nobleza, por lo que los españoles provenientes de esos lugares recibieron mayores beneficios en la estructura social, política y en gran parte económica del imperio español que descubrió América, agregando el hecho de la ya tradición naval de la cual venían por ejemplo, los vascos. Apellidos como Echeverri, Arango, o Satizábal (del marquesado de Torre de Ginés en Sevilla, proveniente de Viscaya) de origen vasco, u otros del norte de España lo fueron Palacio de Estrada y Díaz del Mazo. Jerónimo Santa y Patricia Echeverri tienen la relación consanguínea más cercana en el canario Francisco Melian de Betancur, a mediados del siglo XVII (más de dos siglos), sin algún otro entronque en el siglo XVIII, algo extraño en la muy endogámica genealogía paisa, además estando en las mismas poblaciones, fiel ejemplo de lo que significó la barrera invisible colonial de segmentación social, basada primero en una condición racial y segundo en el poder económico (en gran parte condicionado por la primera).

con el casabianquense Fermín Arango Montoya (B-1.12.1875 a M-1.4.1938), hijo del neirano Raimundo Arango Arango y la paisa Paulina Montoya Escobar; y 2. Marco Aurelio Santa Echeverri, nacido el 30 de septiembre de 1881, casado con Lucrecia Falla, padres de: Marco Antonio, Julio César, Esther, Elizabeth y Lucrecia Santa Falla, casada con el “Cucho” Sarmiento, padres de 5 hijos que se sepa. De Fermín Arango Montoya y María de Jesús Santa Echeverri, fueron los siguientes hijos todos libanenses, que se sepa: 1. Guillermo Arango Santa (M-26.11.1958), casado con Sofía Acero, con 4 hijos; 2. María Adela Arango Santa (B-9.3.1898 a M-27.7.1974) (mi bisabuela), casado con Rafael Satizábal Moulédoux, hijo de Rafael Satizábal López y Dolores Moulédoux Henao, con 6 hijos; 3. Roberto Arango Santa (B-15.7.1904 a M-15.9.1976), casado con Fanny Palacio Moulédoux y Rubiela Londoño, con 5 hijos en total; 4. Fermín Arango Santa (B-4.6.1924 a M-25.1.2003), casado con Ketty Araújo Llerena, con 4 hijos; 5. Cecilia Arango Santa, casada con José María Castilla Echandía, con 3 hijos; 6. Inés Arango Santa, casada con Roberto Franco, con 5 hijos; 7. Margarita Arango Santa, casada con Gustavo Gómez, con 8 hijos; 8. Alberto Arango Santa; 9. Alfonso Arango Santa; 10. Amanda Arango Santa; 11. Anaí Arango Santa; 12. Eduardo Arango Santa; y 13. Polita Arango Santa.

Siglo XIX, diversidad y rompimiento de las estructuras sociales coloniales, una imagen de la colonización antioqueña En el instante en que Jerónimo Santa y Patricia Echeverri tienen a Jesusita Santa(3) en el Líbano, Tolima, es un encuentro simbólico, imagen de lo que representó el siglo XIX en términos de población. Las personas que nacen a mediados del siglo XIX, representarían la nueva generación de colombianos que vivirían el rompimiento de la estratificación social impuesta por la colonia española. Mientras los mestizos de ingresos medios y bajos (de la cual venía la familia Santa), buscaban desesperadamente uniones con otros mestizos más blancos o blancos españoles (de la cual venía la familia Echeveri-Arango), que en su mayoría no lograban y terminaban entroncádose entre los del mismo nivel social, esto cambia en el siglo XIX republicano, incrementado con el fenómeno de la colonización antioqueña, ya que el desplazamiento de un lugar a otro, permite que se cree un contexto social “de borrón y cuenta nueva”, tumbando en cierta medida cargas que debieron llevar las familias por años, permitiendo con mayor facilidad el cruce familiar de

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A7

José María Santa Gallego

A6e

Rafael Antonio Santa Flórez

D10

Juana María Flórez Henao

A6e1

Dolores Vanegas Londoño

Cuadro genealógico 1 S. XIX - 1800’s

Ezequiel Santa Vanegas

María Loboguerrero Borrero

José de Jesús Santa Vanegas

Higenia Ceballos Arango

Rafael Antonio Santa Vanegas

Débora Franco García

Romilia Santa Vanegas*

*Los asteriscos indican que habría que confirmar tal filiación, o hay incongruencias Las barras con el color verde, indican línea directa al autor

Emilia Santa Vanegas Nicolás Santa Vanegas

A6m

Nicolás María Santa Flórez

A6m2

Obdulia Echeverri Ospina De Pedro de Echeverri de Eguía, español que llegó a Rionegro, de los fundadores del apellido Echeverri en Antioquia. Juan Nicolás Bonifacio Echeverri Díaz

A6

Jerónimo Santa Flórez

Patricia Echeverri Arango Ana María Arango Palacio De Antonio de Arango y Valdés, español que llegó a Rionegro, de los fundadores del apellido en Antioquia

A5b

Marco Aurelio Santa Echeverri

A5b1

Lucrecia Falla De Antonio de Arango y Martín de Uribe Echavarría, español que llegó al Valle de Aburrá, de los fundadores del apellido en Antioquia Raimundo Arango Arango

A5

María de Jesús Santa Echeverri

Fermín Arango Montoya Paulina Montoya Escobar Del capitán Antonio Montoya Ortíz y Francisco Escobar Pineda, que llegaron a Antioquia, de los fundadores respectivos de los apellidos en la zona.

diversos orígenes, razas y condiciones económicas (siendo más presente esta última barrera en la población colombiana actual). En la siguiente parte de los escritos, se hablará acerca de las dos primeras generaciones de los Santa, quienes tuvieron sus orígenes en Rionegro y Medellín y se irá a profundidad también en las ramas maternas de los mismos. La última publicación culminará con la tercera generación y la colonización antioqueña, conectando con esta primera parte. Los Santa, “Elegidos de Dios” Eddie Mauro™. Prohibida su reproducción o publicación en otros sitios o medios sin permiso del autor ©. La información puede usarse libremente con tal de citarla debidamente.

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Series apellidos antioqueños

* Esta NO es una publicación oficial de la Academia Colombiana de Genealogía.

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