EL EXTRAÑO CASO JACK HOOLIGANS

Page 1

El ExtraĂąo caso Jack Hooligans Luis ALberto tAmAyo



El extraĂąo caso Jack Hooligans


El extraño caso Jack Hooligans Luis Alberto Tamayo Edición y diseño: equipo Edebé Chile © Luis Alberto Tamayo © 2016 by Editorial Don Bosco S.A. Registro de Propiedad Intelectual: A-273573 ISBN 978-956-18-0996-3 Editorial Don Bosco S.A. General Bulnes 35, Santiago de Chile www.edebe.cl docentes@edebe.cl Primera edición (d), diciembre 2016

Impreso en Gràfhika Impresores Santo Domingo 1862 Santiago de Chile

Ninguna parte de este libro, incluido el diseño de la portada, puede ser reproducida, transmitida o almacenada, sea por procedimientos químicos, electrónicos o mecánicos, incluida la fotocopia, sin permiso previo y por escrito del editor.


El extraĂąo caso Jack Hooligans Luis Alberto Tamayo



Índice

1. Informe Jack Hooligans Se instala el rumor de que un niño ha estado viajando de polizón en nuestra clase

9

2. Algo no cuadra. Primeras indagaciones

23

3. Estalla un rumor, un escándalo, histeria callada

35

4. Poniendo en orden el caos

45

5. Arqueología en la luz

56

6. Armemos el puzzle

70

7. Sueños y pruebas

83

8. Soledad y fotografías

95

9. El visitante nocturno

107

10. Epílogo La inexorable compañía seguirá con nosotros

121


Los nombres de las personas que participan en esta historia fueron reemplazados, excepto el de Jack Hooligans.


“… Y la infancia la marca a una para siempre. La mía fue desdichada y nadie podrá devolverme jamás la alegría que me robaron.” Gabriela Mistral



1 INFORME JACK HOOLIGANS Se instala el rumor de que un niño ha estado viajando de polizón* en nuestra clase

Cumpliendo por lo pedido por ti en el último Consejo de Profesores, te envío todos los antecedentes que he podido recopilar sobre este asunto: la aparición de un alumno no registrado en nuestra sala de clases. Sé que tienes demasiado trabajo, pero te rogaría prestaras atención a este informe. Seguramente te han llegado comentarios, reclamos, o voces que te alertan sobre lo que está sucediendo, o sucedió, o se cree que sucedió en el Sexto B. Se encienden las alarmas, vuelan los e-mails, se ponen al rojo las redes sociales. Es el nuevo entorno de un colegio. Tú sabes que cuando hay un niño con dificultades, generalmente también hay una familia triste, vulnerable. * Polizón es una figura delictual en que una o varias personas se transportan furtiva e ilegalmente por cualquier medio de transporte, ya sea avión, bus, coche, barco o tren.

9


Todos los que trabajamos en pedagogía, sabemos que tratar con seres humanos en formación, en plena etapa de ensayar y equivocarse hasta lograr templar una forma ética de actuar, estamos en peligro de ser arrastrados por olas de equivocaciones. Tengo la certeza y, tú también, de que estamos rodeados de buenas personas que a veces se hacen daño, o nos hieren a nosotros. Hay niños que están aprendiendo todos los rudimentos de la vida y nosotros somos los guías, facilitadores de sus aprendizajes. Sabemos que lo cognitivo y lo emocional dependen uno del otro, entrelazados como la trenza de una pastora. Esta etapa del desarrollo de nuestros niños se marca por esa frase que lo es todo y nada: «haz lo correcto». Si hay un niño con pesadillas, ansioso o que tiene problemas para distinguir la realidad de la fantasía, es nuestro asunto. Si un niño o niña tiene problemas con la tenue frontera entre una broma, una buena broma o la irresponsabilidad del daño por llevar un juego demasiado lejos, es nuestro asunto. Un poco de todo eso creo que hay aquí. Y lo más sorprendente es que el niño, Jack Hooligans, del que seguramente te han hablado, ¡no es!, ¡nunca ha sido alumno nuestro! He gastado horas en elaborar este informe y lo hago con el propósito de entender lo que 10


pasó o está pasando –no me gusta vivir en el territorio de lo incierto–, y además resguardarnos ante cualquier reacción o sobrerreacción de algún apoderado o algún otro miembro de nuestra comunidad que pueda sentir que sus derechos han sido vulnerados, o que no hemos sabido cuidar debidamente la integridad física, mental y moral de nuestros niños o de cualquiera de los que participan en este espacio –que hemos definido como de aprendizaje–. Tú lo dijiste: «una forma de resguardarnos ante las acciones judiciales contra los colegios (hoy, lamentablemente, tan de moda) es que nos cuidemos, y una forma de cuidarnos es que dejemos testimonio escrito de todas nuestras acciones». Registrar cada detalle, cada gesto extraño, o no extraño, pero reiterado, de cada uno de nuestros alumnos. La educación se nos ha llenado de abogados, psicólogos y detectives, eso ya está instalado. Nuestros patios y pasillos están llenos de cámaras de televisión que nos graban a cada instante. Más que sentirme agredido por eso, por la invasión de mi privacidad, de nuestra privacidad, me siento cuidado. Puedo demostrar mi no participación en algún delito o falta. Quiero dejar por escrito mi versión de los hechos, mi percepción, mi sensación. Puede ser una mirada subjetiva, 11


siempre lo será, pero contrastada, examinada junto a otras podrá hacer que otro se forme una idea de lo realmente acontecido –o no acontecido. En fin, dejo escrito esto. Te adjunto al final del texto algunos documentos, entre ellos un informe psicológico de mi persona. Por un momento dudé si estaba en condiciones de abordar esta tarea de registrar este caso. Lo primero era despejar la duda sobre la sanidad mental del informante, o sea, de mí. Pedí una hora para un psicólogo en el centro médico más cercano y me sometí voluntariamente a un test de interpretación de manchas, más otro de más de quinientas preguntas en que debía elegir una de las dos alternativas planteadas: Sí, No. No había respuesta intermedia. También respondí todas las preguntas que me hizo el psicólogo. Verbalmente el profesional me manifestó que estoy totalmente cuerdo, que tengo una buena lectura de la realidad y que no padezco de ninguna patología que contraindique desarrollar mi trabajo con niños. El resultado en detalle va en un sobre cerrado adjunto. Estoy sano, agotado, con miedo, pero psicológicamente bien.

12


Antecedentes previos: El año pasado el coordinador de Educación Básica de nuestro colegio, me solicitó me hiciera cargo de la jefatura del Quinto año B. Conocía a varios de esos alumnos por haberles hecho clases de lenguaje en tercero y cuarto . Mi desempeño fue bien evaluado, por lo cual pasé junto a ellos y me hice cargo de la jefatura del Sexto B que se formó con los alumnos del Quinto B, más varios alumnos nuevos. Te recuerdo que ese año no perdimos ningún alumno, todos permanecieron en nuestro colegio. Aclaración: Sé que en este punto no llegaremos a acuerdo, pero quiero dejar en claro que cuando digo «alumnos» me refiero a niños y niñas; cuando digo profesores me refiero a profesores y profesoras, cuando digo «sus abuelos», me refiero a abuelos y abuelas; cuando digo sus padres, me refiero al padre y a la 13


madre. Te he comentado mi postura en cuanto a la obligatoriedad de «visualizar» el género femenino a través del lenguaje. Te expuse en otra oportunidad mis observaciones sobre este punto. No se trata de ser fundamentalista o fanático de una postura, pero en ocasiones la sobrevisualización de género entorpece el lenguaje. No soy particularmente misógino, admiro y quiero a muchas mujeres, demasiadas, partiendo por mi madre, mi esposa y mi hija. También quiero dejar establecida mi prescindencia de cualquier mirada fundamentalista religiosa o no religiosa. Mis valores, heredados de la familia, son culturalmente cristianos: navidad, bautizo, etc. No rezo, pero reflexiono mucho y profundo. Deseo siempre lo mejor para todos. No le pido cosas a un dios, nunca pido nada para mí. No por soberbio, sí por consciente de que poseo la fuerza y la claridad de pensamiento para ir encontrando, solo, o ayudado por mi círculo cercano, soluciones válidas, éticas, coherentes y efectivas para enfrentar las dificultades que el mundo, la vida me presentan. Si tengo las herramientas para solucionarlo, dejo de pedir ayuda a un ser superior, a una deidad superior. Sonriendo siempre. Me siento en armonía con el universo, lucho a cada 14


instante para sentirme así. En este momento, mientras escribo estas líneas lo hago. No voy a iglesia alguna, mi padre, era un libre pensador. Yo, de adulto, he evaluado positivamente varias acciones de la Iglesia Católica. Respeto las creencias de cualquier índole sobre qué será lo que nos sucederá cuando nuestro corazón deje de latir. No sé, no tengo ni una idea sobre qué pasará con mi muerte, probablemente para mí, nada. Eso pienso o pensaba hasta que me topé con Jack Hooligans. Tengo una formación universitaria, una cultura con acento en lo demostrable y medible. El método científico de aquilatamiento de la realidad me empapa los huesos. Pero debo entender que la cultura humana ha acumulado también un cajón de incertezas, de detalles que no encajan. Puede ser parte también de nuestro otro llamado ancestral que es el de contar la vida de modo entretenido; y el misterio, lo no aclarado, el suspenso, es parte de la belleza de la vida.

Lo primero que quiero afirmar rotundamente es que Jack Hooligans es un niño que no existe.

15


No existe como alumno nuestro, nunca fue matriculado en mi curso, no está registrado en el gran libro donde firman los apoderados, no está integrado al disco duro del computador central ni en sus respaldos. Nunca una familia pasó por la dirección del colegio para postularlo, sin embargo, los niños del curso, Sexto B, me dicen que sí existe, que sí lo vieron (y lo ven), que sí ha interactuado con ellos. Ese es el centro de todo esto. Según lo indagado, este niño estuvo en nuestro curso al menos noventa días. Eso es lo que he podido verificar en una ronda discreta de averiguaciones, preguntas, pesquisa de detalles, de cualquier detalle que dé cuenta de su presencia. Anita María, puedes parar de leer esto inmediatamente y ordenar mi despido recurriendo al artículo 14, letra F, «necesidades de la empresa», según el Código del Trabajo. Te estoy hablando de un niño fantasma, un niño muerto que ha estado viniendo a clases por lo menos tres meses. No sé si es verdad, sólo quiero exponerte los hechos. Me encantaría decirte que estoy mal, perturbado, con depresión, lleno de problemas familiares y que eso afecta mi percepción de la realidad. Pero no es así, estoy bien, no tengo nada. Sólo que el mundo con 16


sus leyes fijas, como lo he conocido siempre, se ha tambaleado. Todo se me mueve. Todo comenzó el 5 de mayo. Estaba dirigiendo el círculo matinal, los quince minutos que tiene cada profesor jefe para centrar emocionalmente a los chicos, para conectarse con ellos y producir un acoplamiento emocional positivo. La idea es guiarlos, dar confianzas, cariño, dejarlos que se expresen, acogerlos, descubrir quién viene con algún grado de inquietud, desajustado, con necesidad de cariño y escucha. Te confieso que esta práctica que he conocido en este colegio es uno de los aportes que agradezco en mi formación profesional. En los siete años que llevo en este espacio he llegado a la conclusión de que esos quince minutos, a veces veinte, son primordiales para facilitar un día de provecho. Me la juego para que este inicio amoroso de la jornada se realice siempre, porque sé que evita conflictos, descomprime emociones, ayuda a la percepción y humanización del otro. Siempre trato de que estos minutos sean diferentes, lúdicos, entretenidos, significativos; trato de evitar la rutina. Ese día no encendimos una velita al centro del círculo, pero traje un relojito de arena para dar medio minuto a cada niño. Les 17


El Extraño caso Jack Hooligans Luis ALberto tAmAyo

Un profesor muy comprometido con su trabajo docente se ve sorprendido un día por un hecho que va a hacerle trastabillar todas sus certezas. aparece un alumno, Jack Hooligans, como polizón en uno de sus cursos. los alumnos hablan naturalmente de su existencia, de sus habilidades, de sus dotes… Este profesor comienza a rastrear a este alumno del que no tiene registro ni él ni el colegio ni las cámaras de vigilancia… se instala entonces el misterio y comienza una búsqueda de respuestas para lo que parece no tenerlas, o al menos, no las convencionales. luis alberto tamayo, nos entrega una vez más, una apasionante novela en donde a la agilidad del texto le suma suspenso y una trama que atrapará a los lectores y no los dejará indiferentes.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.