SARA JARDINERA

Page 1

Sara jardinera Macarena Anrique Vial

Ilustraciones de Francisca YĂĄĂąez Varas


Sara jardinera


Sara jardinera Macarena Anrique Edición y Diseño: Equipo edebé Ilustraciones: Francisca Yáñez © Macarena Anrique © 2015 by Editorial Don Bosco S. A. Registro de Propiedad Intelectual Nº 259.893 ISBN: 978-956-18-0958-1 Editorial Don Bosco S.A. Calle General Bulnes 35 Santiago de Chile www.edebe.cl docentes@edebe.cl Primera edición, enero de 2016 Impreso en Salesianos Impresores General Gana 1486 Santiago de Chile Ninguna parte de este libro, incluido el diseño de la portada, puede ser reproducida, transmitida o almacenada, sea por procedimientos químicos, electrónicos o mecánicos, incluida la fotocopia, sin permiso previo y por escrito del editor.


Sara jardinera

Macarena Anrique

Ilustraciones de Francisca Yáñez


Cada hierba o arbusto tiene un nombre y Sara sabe el de casi todos los que hay en el jardín de su casa. Aprendió a cuidarlos mirando a su mamá: un poco de agua y sol para algunos, más agua y sombra para otros.

4


Como premio a su dedicación, un día de otoño la niña recibió una planta… una que nunca antes había visto. “Quiero que la cuides tú sola”, dijo la madre. Muy emocionada, Sara tomó el obsequio y, como no le veía hojas, tallo ni raíces, preguntó si se trataba de una semilla, aun cuando parecía muy grande para serlo. “No lo es, pero debes cubrirla de tierra y regarla como a cualquier hierba del jardín”, fue la respuesta de la mamá. Enseguida, Sara buscó una maceta para que aquella extraña especie pudiera crecer. Le puso la mejor tierra que encontró en el huerto y con ella la tapó delicadamente.

5


Cada mañana, Sara regó la tierra de aquella maceta fijándose si asomaba alguna hoja. Sin embargo, al pasar de los días nada nuevo surgía ahí. Todo siguió igual hasta las últimas semanas del invierno, cuando unos tímidos brotes verdes comenzaron a emerger.

6


Sara no cabía en sí de la felicidad, aquella especie le resultaba todo un misterio y tenía enormes deseos de conocer qué tipo de planta era. Pasaron un par de semanas y, cada vez más, las hojas crecieron desde la tierra. Tanto fue así, que el día en que llegó la primavera la planta ya contaba con tres hojas muy largas y puntiagudas, todas ellas de un verde muy hermoso. Como solía hacerlo con todas las hierbas y arbustos, la niña saludó cada mañana a su planta, le contó cosas y otras veces también le cantó. “Ellas te sienten y saben cuándo te expresas con amor”, le había dicho su mamá tiempo atrás.

7


8


En una ocasión, cuando Sara fue a regar su planta especial, notó que se había formado un bulto al centro de sus hojas. Le preguntó qué era eso, pero aquella curiosa mata –tal como era su costumbre– nada le dijo. Por temor a no estar cuidando bien el regalo que le habían hecho, la niña no se atrevió a comentar ni una palabra acerca de la situación. Sí movió la tierra para que la raíz recibiera un poco de aire. Regó algo menos por si se había excedido con el agua. Y esperó.

9


10


Pasaron más días y Sara notó que aquel bulto tenía color, ¡era el botón de una flor que se formaba en el calor de aquellas tres hojas largas! Otra vez la niña no cabía en sí de felicidad. Y así, mientras saltaba de alegría, desde una rama la observó el chincol que vivía frente a su ventana y, a veces, se posaba en la maceta para recoger algún granito o, simplemente, para descansar su vuelo.

11


12



C O L E C C I Ó N

ACUARELAS

A Sara su mamá le regala una plantita. Ella la cuida con mucho esmero, pero un día la planta pierde sus hojas y Sara no sabé qué hacer…


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.