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SERIE
Fuera de
Lengua y literatura III
Dirección editorial Florencia N. Acher Lanzillotta Coordinación editorial Georgina Ricci Autoría Guadalupe Marando (Bloque I) María Stegmayer y Pablo Kapplenbach (Bloque II) Daniela Rovatti (Bloque III) Selección literaria Silvina Chauvin Edición Gustavo Castaño Alejandro Palermo Analía Rizzi Virginia Ruano Corrección Virginia Avendaño
Dirección de Arte Cecilia Aranda Luciano Andújar Asistencia de Arte Lucas Frontera Diseño de tapa Cecilia Aranda Diseño de maqueta Natalia Fernández Cecilia Aranda Diagramación Fernanda Cozzi Documentación fotográfica Mariana Jubany Ilustraciones Daniela Arias Juan Pablo Caro Claudia Loncar Preimpresión y producción gráfica Florencia Schäfer
© 2015, Edelvives. Av. Callao 224, 2º piso Ciudad Autónoma de Buenos Aires (C1022AAP), Argentina.
Lengua y Literatura III / Guadalupe Marando... [et.al.]; dirigido por Florencia N. Acher Lanzillotta; edición a cargo de Gustavo Castaño... [et.al.]; ilustrado por Juan Pablo Caro; Daniela Arias; Claudia Loncar. - 1ª ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Edelvives, 2015. 240 p.; 27 x 21 cm. - (Fuera de serie) ISBN 978-987-642-368-7 1. Lengua y Literatura. 2. Prácticas del Lenguaje. 3. Enseñanza Secundaria. I. Marando, Guadalupe II. Acher Lanzillotta, Florencia N., dir. III. Castaño, Gustavo, ed. IV. Caro, Juan Pablo, ilus. V. Arias, Daniela, ilus. VI. Loncar, Claudia, ilus. CDD 407.12
ISBN de obra completa 978-987-642-370-0 Este libro se terminó de imprimir en el mes de noviembre de 2015, en FP Compañía Impresora, Buenos Aires, Argentina. Reservados todos los derechos de la edición por la Fundación Edelvives. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de los ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Queda hecho el depósito que dispone la ley 11.723. La editorial queda a disposición de los eventuales poseedores de los derechos de fuentes literarias que no pudieron ser contactados.
FOTOGRAFÍA Agradecimiento: Julián de Almeida Fotografías: p. 118: Dan DeLuca (cc by 2.0); p.145: Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual. Shutterstock: cmgirl, er ryan, murphy81, Jeroen van den Broek, Oleg GawriloFF.
Fuera de
SERIE
Lengua y literatura III Prรกcticas del lenguaje
Bloque I. Literatura 1. El relato realista Lectura de un cuento realista. “HernĂĄnâ€?, Abelardo Castillo ................................................................... 8 El gĂŠnero literario. La narrativa realista .......................... 13 Ambiente, personajes realistas ...................................... 13 Lenguaje realista ............................................................. 13 QuiĂŠn habla y quiĂŠn ve: narraciĂłn y focalizaciĂłn ....... 13 El gĂŠnero en su contexto. El realismo en la historia ...... 15 Taller de producciĂłn. Como “maestrosâ€? del realismo .... 16 Lectura de un cuento fantĂĄstico. “El vestido de terciopeloâ€?, Silvina Ocampo ............................................... 17 En diĂĄlogo. El fantĂĄstico: un gĂŠnero con los pies en la Tierra ................................................................... 20 ÂżNo lo soùó? ..................................................................... 20 IntegraciĂłn ...................................................................... 21
&M SFMBUP EF DJFODJB mDDJĂ˜O Lectura de un cuento de ciencia ficciĂłn. “Mi hijo el fĂsicoâ€?, Isaac Asimov ....................................................... 22 El gĂŠnero literario. El relato de ciencia ficciĂłn ................ 27 Temas, personajes y visiones del futuro ....................... 27 El gĂŠnero fantĂĄstico y la ciencia ficciĂłn ........................ 28 El gĂŠnero en su contexto. La ciencia ficciĂłn en el tiempo .............................................................................. 29 Tantos futuros como presentes ..................................... 29 Taller de producciĂłn. Una escena de pelĂcula ................ 30 Lectura de un cuento de ciencia ficciĂłn actual. “Las reliquiasâ€?, Claudio Biondino............................................... 31 En diĂĄlogo. Hecha en Argentina ........................................ 34 De Borges y Bioy a hoy .................................................... 34 El futuro aquĂ y ahora ..................................................... 34 IntegraciĂłn ...................................................................... 35
3. El relato policial Lectura de un cuento policial. “El carniceroâ€?, Osvaldo Aguirre ................................................................... 36 El gĂŠnero literario. El relato policial ................................. 41 El policial argentino......................................................... 41 Voces con-fundidas ......................................................... 42 El gĂŠnero en su contexto. Los orĂgenes............................ 43 Taller de producciĂłn. Un relato fuera de la ley............... 44 Lectura de un relato policial. “Sonny Liston. El Ăşltimo suspiroâ€?, Osvaldo Soriano................................................... 45 En diĂĄlogo. El policial en el cruce entre realidad y ficciĂłn ................................................................................ 48 Los modelos literarios de la noticia ............................... 48 La novela de la realidad .................................................. 48 IntegraciĂłn ...................................................................... 49
4. La novela Lectura de un fragmento de novela. Mientras duermen las piedras (fragmento 1), MarĂa Cristina Ramos .................... 50 El gĂŠnero literario. La novela............................................. 55 Novella y novela ................................................................ 55 Tipos de novela ................................................................ 55 Un gĂŠnero polifĂłnico ....................................................... 56
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El gĂŠnero en su contexto. El surgimiento de la novela .. 57 Taller de producciĂłn. Una novela basada en publicaciones virtuales ............................................................................... 58 Lectura de un fragmento de novela. Mientras duermen las piedras (fragmento 2) ........................................................... 59 En diĂĄlogo. La novela latinoamericana ............................ 62 Dos ejemplos, dos cumbres ............................................ 62 IntegraciĂłn ...................................................................... 63
5. La poesĂa Lectura de poemas argentinos. “Entre manoteosâ€?, Ricardo ZelarayĂĄn ............................... 64 “El ausenteâ€?, Alejandra Pizarnik ........................................ 65 “El cantorâ€?, “Homo parodicusâ€?, LeĂłnidas Lamborghini ... 66 “No puedo narrarâ€?, “Como la torcaza‌â€?, Tamara Kamenszain .......................................................... 67 El gĂŠnero literario. La poesĂa ............................................. 69 Recursos poĂŠticos ............................................................ 69 El gĂŠnero en su contexto. El gĂŠnero en la Argentina: algunos momentos de su historia reciente ...................... 71 Taller de producciĂłn. De la canciĂłn al poema 72 Lectura de poemas argentinos contemporĂĄneos. “El campoâ€?, MartĂn Prieto ................................................... 73 “Me preguntoâ€?, “Sin llaves y a oscurasâ€?, FabiĂĄn Casas .... 74 “El hombre con la cara del Cheâ€?, Washington Cucurto... 75 En diĂĄlogo. El gĂŠnero en la Argentina: algunos momentos de su historia contemporĂĄnea ....................... 76 Los aĂąos noventa y despuĂŠs .......................................... 76 IntegraciĂłn ...................................................................... 77
6. La tragedia Lectura de una tragedia. AntĂgona, SĂłfocles .................... 78 El gĂŠnero literario. La tragedia .......................................... 83 Componentes y estructura de la tragedia .................... 84 El gĂŠnero en su contexto. La tragedia en la antigua Grecia ..................................................................... 85 EvoluciĂłn de la tragedia .................................................. 85 Taller de producciĂłn. Una escena teatral para radio ..... 86 Lectura de una adaptaciĂłn de tragedia. AntĂgona furiosa, Griselda Gambaro................................................... 87 En diĂĄlogo. AntĂgonas, la vigencia de un mito ................ 90 La tragedia nacional ........................................................ 90 IntegraciĂłn ...................................................................... 91 GĂŠneros discursivos: esquema integrador
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Bloque II. PrĂĄcticas del lenguaje 1. Los textos con trama narrativa predominante Lectura de un relato de viaje. Parte de existencia. Un biĂłlogo por LatinoamĂŠrica, JuliĂĄn de Almeida ................ 94 DeconstrucciĂłn de un relato de viaje. El diario del Che en Bolivia, Ernesto Guevara .......................................... 96 El gĂŠnero discursivo El relato de viajes como texto narrativo ........................... 98 Estrategias para abordar los relatos de viajes.................. 99 Herramientas de estudio El cuadro sinĂłptico............................................................ 100 GuĂa para elaborar un cuadro sinĂłptico ......................... 101 Excusas para escribir ...................................................... 101
2. Los textos con trama argumentativa predominante I Lectura de una reseĂąa literaria. “El escritor y sus avataresâ€?, QuintĂn ............................................................. 102 DeconstrucciĂłn de una reseĂąa literaria. “222 patitos y otros cuentosâ€?, Manuel Crespo .................................... 104 El gĂŠnero discursivo La reseĂąa como texto argumentativo ............................. 106 Estrategias para abordar las reseĂąas literarias .............. 107 Herramientas de estudio La sĂntesis .......................................................................... 108 GuĂa para elaborar una sĂntesis....................................... 109 Excusas para escribir ...................................................... 109
3. Los textos con trama expositiva predominante Lectura de un texto argumentativo. “Ciento veinte millones de niĂąos en el centro de la tormentaâ€?, Eduardo Galeano ............................................................... 110 DeconstrucciĂłn de un texto expositivo Resumen de “Ciento veinte millones de niĂąos en el centro de la tormentaâ€?...................................................... 112 El gĂŠnero discursivo El resumen como texto expositivo .................................. 113 Estrategias para abordar el resumen de un texto argumentativo ......................................................... 114 Herramientas de estudio El esquema......................................................................... 116 GuĂa para elaborar un esquema ...................................... 117 Excusas para escribir ...................................................... 117
4. Los textos con trama expositivo-explicativa Lectura de un informe. “El trabajo infantil en retrocesoâ€?, Federico Kucher.............................................. 118 DeconstrucciĂłn de un texto expositivo-explicativo. “Los argentinos, segundos en la regiĂłn en consumo de alcoholâ€?, Valeria RomĂĄn .............................................. 120 El gĂŠnero discursivo El informe como texto expositivo-explicativo................ 122 Estrategias para abordar los informes ............................ 123 Herramientas de estudio La ficha de lectura ............................................................. 124 GuĂa para elaborar una ficha de lectura ......................... 125 Excusas para escribir Un pĂłster sobre un problema social ............................... 125
5. Los textos con trama argumentativa predominante II Lectura de un ensayo. “Este es mi amigo Strozzaâ€?, FabiĂĄn Casas ...................................................................... 126 DeconstrucciĂłn de un ensayo. “Lecturas obligatoriasâ€?, Alejandro Zambra ............................................................. 128 El gĂŠnero discursivo El ensayo como texto argumentativo ............................. 130 Estrategias para abordar los ensayos .............................. 131 Herramientas de estudio El plan de investigaciĂłn .................................................... 132 GuĂa para elaborar un plan de investigaciĂłn ................. 133 Excusas para escribir .................................................. 133
6. Un texto que combina variadas tramas textuales Lectura y deconstrucciĂłn de un fragmento de monografĂa. Debates teĂłricos en torno al vĂnculo de los jĂłvenes con las TecnologĂas de la InformaciĂłn y la ComunicaciĂłn (TIC) .......................................................... 134 El gĂŠnero discursivo La monografĂa como texto que combina variadas tramas .. 138 Estrategias para abordar las monografĂas ...................... 139 Herramientas de estudio El plan de trabajo .............................................................. 140 GuĂa para elaborar un plan de trabajo ........................... 141 Excusas para escribir .................................................. 141
SecciĂłn especial para la formaciĂłn ciudadana Proyecto 1. Medios masivos de comunicaciĂłn: elementos para una lectura crĂtica ................................. 142
Proyecto 2. Herramientas para la participaciĂłn ciudadana: interactuar con las instituciones ................ 156
Bloque III. Lengua -B DPNVOJDBDJĂ˜O Repaso. El esquema de la comunicaciĂłn ...................... 168 ReflexiĂłn. MĂĄs allĂĄ de las palabras ............................... 169 ProfundizaciĂłn La competencia comunicativa Las variedades de la lengua ........................................ 170 Los lectos ........................................................................ 170 Los registros ................................................................... 172 En los textos Dilemas para encabezar una carta ................................. 173
%F MB QBMBCSB B MB PSBDJĂ˜O Repaso. ÂżDe quĂŠ se ocupa la gramĂĄtica? ....................... 174 ReflexiĂłn. El anĂĄlisis en constituyentes inmediatos .... 175 ProfundizaciĂłn Pruebas de reconocimiento .............................................. 176 La estructura interna de las construcciones.................. 177 La funciones sintĂĄcticas ................................................... 176 En los textos Versos alterados ................................................................ 179
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3. El sustantivo
9. Las proposiciones incluidas sustantivas
Repaso. La clasificaciรณn de las oraciones ....................... 180 Reflexiรณn. Separar para decidir ....................................... 179 Profundizaciรณn Las oraciones simples ....................................................... 182 Las oraciones compuestas ............................................... 183 Las oraciones complejas .................................................. 184 En los textos La sintaxis en la narraciรณn ............................................... 181
Repaso. La funciรณn de las proposiciones incluidas sustantivas ...........................................................214 Reflexiรณn. El significado de las proposiciones incluidas sustantivas ........................................................ 215 Profundizaciรณn La clasificaciรณn de las proposiciones incluidas sustantivas ........................................................ 216 Las P.I.S. introducidas por un relacionante ................. 217 Las P.I.S. sin encabezador.............................................. 217 El discurso referido ........................................................ 218 En los textos Para polemizar, hay que citar .......................................... 219
4. Las construcciones sustantivas y adjetivas Repaso. El sustantivo y el adjetivo en la oraciรณn .......... 186 Reflexiรณn. Construcciones posibles e imposibles .......... 187 Profundizaciรณn La estructura de la construcciรณn sustantiva.................. 188 El complemento preposicional..................................... 189 La aposiciรณn ................................................................... 189 La estructura de la construcciรณn adjetiva ...................... 190 En los textos Escenarios de sueรฑos ........................................................ 191
-B DPOTUSVDDJร O WFSCBM Repaso. Los modificadores del verbo .............................. 192 Reflexiรณn. El verbo, organizador de la oraciรณn............... 193 Profundizaciรณn El objeto directo................................................................. 194 El objeto indirecto ............................................................. 195 Los predicativos ................................................................. 196 En los textos Una crรณnica de la ciudad.................................................. 197
6. Las construcciones pronominales Repaso. Los pronombres .................................................. 198 Reflexiรณn. Cuestiรณn de contexto ..................................... 199 Profundizaciรณn El verbo y los pronombres ................................................ 200 Construcciones reflejas y recรญprocas ........................... 201 Construcciones cuasirreflejas ...................................... 202 En los textos Los pronombres del relato ............................................... 203
7. Los verboides y las frases verbales Repaso. Los verbos y sus formas..................................... 204 Reflexiรณn. Los verboides bajo la lupa ............................. 205 Profundizaciรณn Los verboides en la oraciรณn .............................................. 206 Verboides que siguen a verbos conjugados ................ 207 Clasificador de frases verbales ..................................... 208 En los textos Un poema sobre lo que significa estar enamorados ..... 209
8. Las proposiciones incluidas adjetivas Repaso. Los pronombre relativos .................................... 210 Reflexiรณn. Los pronombre relativos en acciรณn............... 210 Profundizaciรณn La funciรณn de las proposiciones incluidas adjetivas ..... 211 Clasificaciรณn de las proposiciones incluidas adjetivas . 212 En los textos Pelรญculas de las que habla todo el mundo ...................... 213
10. Las proposiciones incluidas adverbiales del primer grupo Repaso. Los adverbios ...................................................... 220 Reflexiรณn. En lugar de adverbios ..................................... 220 Profundizaciรณn Funciรณn y significado de las proposiciones incluidas adverbiales ........................................................ 221 Las P.I.Adv. por dentro....................................................... 222 En los textos Los caprichos de Lucas ..................................................... 223
-B FYQSFTJร O EF MB NPEBMJEBE Repaso. El verbo modal .................................................... 224 Reflexiรณn. Realidad e irrealidad, certezas e incertidumbres ............................................................... 224 Profundizaciรณn La modalidad ..................................................................... 225 Otras expresiones de la modalidad ................................. 226 Los adverbios modales .................................................. 226 En los textos El eslogan publicitario ...................................................... 227
12. Las proposiciones incluidas adverbiales del segundo grupo Repaso. Dos tipos de proposiciones incluidas adverbiales ......................................................................... 228 Reflexiรณn. Hipรณtesis y realidades .................................... 228 Profundizaciรณn Funciรณn y clasificaciรณn .................................................... 229 Interpretaciรณn de las condicionales y las concesivas ... 230 En los textos ยฟQuรฉ hubiera pasado siโ ฆ? ............................................... 231
%F MB PSBDJร O BM UFYUP Repaso. Las propiedades de los textos ........................... 232 Reflexiรณn. Textos que pueden fallar ............................... 233 Profundizaciรณn Tipos textuales y gรฉneros discursivos ............................. 234 Los recursos de cohesiรณn.................................................. 235 La cohesiรณn lรฉxica ......................................................... 235 La referencia pronominal ............................................. 235 La elipsis ......................................................................... 236 Los conectores y los organizadores textuales ............ 236 En los textos El valor de la gramรกtica .................................................... 237 Paradigma de la conjugaciรณn verbal Bibliografรญa
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Bloque I
Literatura Es ese, en efecto, uno de los grandes y maravillosos rasgos de los bellos libros [...] que para el autor se podrían llamar “conclusiones” y, para el lector, “iniciaciones”. Sentimos muy bien que nuestra sabiduría comienza allí donde la del autor termina, y quisiéramos que él nos diera las respuestas, cuando todo lo que puede hacer es proporcionarnos los deseos de conocerlas. [...] La lectura es para nosotros una iniciadora cuyas llaves mágicas nos abren en el fondo de nosotros mismos la puerta de lugares a los cuales no hubiéramos podido entrar.
Marcel Proust, Sobre la lectura. Buenos Aires, Libros del Zorzal, 2003.
El lector solo puede convertir en habla un texto —es decir, convertir en significado actual el sentido potencial de la obra— en la medida en que introduce en el marco de referencia de los antecedentes literarios de la recepción su comprensión previa del mundo. […] La fusión de los dos horizontes —el dado previamente por el texto y el aportado por el lector— puede realizarse […] en la afirmación de una ampliación de la experiencia.
Hans Robert Jauss, “El lector como instancia de una nueva Historia de la Literatura” (1975), en Estética de la recepción, Madrid, Arco-libros, 1987.
1. El relato realista Lectura de un cuento realista
En este bloque siempre van a encontrar citas que los introducen a los textos literarios.
“El arte, aun el más realista (y, como intentaremos mostrar, sobre todo el más realista) es siempre, indefectiblemente, una manipulación de la ‘realidad’. El ‘reflejo’ que de allí surge no es por lo tanto una representación especular pasiva […] sino, nuevamente, una re-producción, una re-presentación, una re-construcción y una interpretación de lo real. En otras palabras, el ‘realismo’ es un complejo trabajo, una praxis, para conferirle a la inercia de lo real un estatuto significativo”.
lectura
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Eduardo Grüner, “El realismo, o las ruinas de lo real”, en Teatro xxi n.° 10, Buenos Aires, otoño de 2000, p. 17.
*Glosario de soslayo (locución adverbial): oblicuamente. En el cuento, mirar de soslayo significa mirar no directamente, sino de costado, con dirección oblicua. alcanfor: producto con propiedades medicinales que se obtiene del alcanforero, árbol que se cría en Japón, China y otros países de Oriente. Un trocito de alcanfor en una bolsita de tela solía usarse como antiséptico y sedante.
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Hernán Me atrevo a contarlo ahora porque ha pasado el tiempo y porque Hernán, lo sé, aunque haya hecho muchas cosas repulsivas en su vida, nunca podrá olvidarse de ella: la ridícula señorita Eugenia, que un día, con la mano en el pecho, abrió grandes los ojos y salió de clase llevándose para siempre su figura lamentable de profesora de Literatura que recitaba largamente a Bécquer y, turbada, omitía ciertos párrafos de los clásicos y en los últimos tiempos miraba de soslayo* a Hernán. Quiero contarlo ahora, de pronto me dio miedo olvidar esta historia. Pero si yo la olvido nadie podrá recordarla, y es necesario que alguien la recuerde, Hernán, que entre el montón de porquerías hechas en tu vida haya siempre un sitio para esta de hace mucho, de cuando tenías dieciocho años y eras el alumno más brillante de tu división, el que podía demostrar el teorema de Pitágoras sin haber mirado el libro o ridiculizar a los pobres diablos como el señor Teodoro o hacerle una canallada brutal a la señorita Eugenia que guardaba violetas aplastadas en las páginas de Rimas y leyendas y olía a alcanfor*. Ella llegó al Colegio Nacional en el último año de mi bachillerato. Entró a clase y desde el principio advertimos aquella cosa extravagante, equívoca, que parecía trascender de sus maneras, de su voz, lo mismo que ese tenue aroma a laurel cuyo origen, fácil de adivinar, era una bolsita colgada sobre su pecho de señorita Eugenia, bajo la blusa. Ella entró en el aula tratando de
literatura
ocultar, con ademanes extraños, la impresión que le causábamos, cuarenta muchachones rígidos, burlonamente rígidos junto a los bancos, y cualquiera de los cuarenta debía mirar a la altura del hombro para encontrar sus ojos de animalito espantado. Habló. Dijo algo acerca de que buscaba ser una amiga para nosotros, una amiga mayor, y que la llamáramos señorita Eugenia, simplemente. Alguien, entonces, en voz alta —lo bastante alta como para que ella bajara los ojos, con un gesto que después me dio lástima—, se asombró mucho de que todavía fuera señorita, yo me asombré mucho de que todavía fuera señorita y los demás rieron, y ella, arreglando nerviosamente los pliegues de su pollera, fue hacia el escritorio. Al levantar los ojos se encontró con todos parados, mirándola. No atinó sino a parpadear y a juntar las manos, como quien espera que le expliquen algo, y cuando torpemente creyó que debía insinuarnos “pueden sentarse”, nosotros ya estábamos sentados y ella reparó por primera vez en Hernán. Él se había quedado de pie, tieso*, se había quedado de pie él solo. Y en medio del silencio de la clase, dijo: —Yo —dijo pausadamente— soy Hernán. Esto fue el primer día. Después pasaron muchos días, y no sé, no recuerdo cómo hizo él para darse cuenta: acaso fue por aquellas miradas furtivas* que, al llegar a ciertos párrafos de los clásicos, la señorita Eugenia dirigía hacia su banco, o acaso fue otra cosa. De todos modos, cuando se lo dijeron ya lo sabía. “Me parece que la vieja...”, le dijeron, y Hernán debió fingir un asombro que jamás sintió, puesto que él lo había adivinado desde el comienzo, desde que la vio entrar con sus maneras de pájaro y su cara triste de mujer sola; porque Hernán sabía que ella se inquietaba cuando él, acercándose sin motivo, recitaba la lección en voz baja, íntima, como si la recitara para ella. —Este Hernán es un degenerado. Te admiraban, Hernán. —Pobre vieja, te fijaste: ahora se le da por pintarse. Porque, de pronto, la señorita Eugenia, que leía a Bécquer, empezó a pintarse absurdamente los ojos, de un color azulado, y la boca, de pronto comenzó a decir cosas increíbles, cosas vulgares y tremendas acerca de la edad, la edad que cada uno tiene, la de su espíritu, y que ella en el fondo era mucho más juvenil que esas muchachas que andan por ahí, tontamente, con la cabeza loca y lo que es peor —esto lo dijo mirando a Hernán de un modo tan extraño que me dio asco—, lo que es peor, con el corazón vacío. —A que sí. Ya no recuerdo con quién fue la apuesta, recuerdo en cambio que pocos días antes del 21 de septiembre surgió, repentina y gratuita, como un lamparón de crueldad. Y fue aceptada de inmediato, en medio de ese regocijo
Bloque I
*Glosario tieso: duro, firme, rígido. El adjetivo también significa afectadamente serio y grave. furtivo: que se hace a escondidas.
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*Glosario escapulario: objeto devoto formado por dos pedazos pequeños de tela unidos con dos cintas largas para poder colgarlo del cuello.
fénix: persona o cosa exquisita o única en su especie.
hipérbole: figura retórica que consiste en aumentar o disminuir excesivamente aquello de lo que se habla. procaz: desvergonzado, atrevido.
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feroz de los que necesitan embrutecer sus sentimientos a cualquier costo porque después, más adelante, está la vida, que selecciona solo a los más aptos, a los más fuertes, a los tipos como él, como Hernán, aquel Hernán brillante de dieciocho años que podía demostrar teoremas sin mirar el libro o componer estrofas a la manera de Asunción Silva o apostar que sí, que se atrevería —como realmente se atrevió la tarde en que, apretando como un trofeo aquella cosa, esa especie de escapulario* entre los dedos, pasó delante de todos y fue lentamente hacia el pizarrón—, porque los que son como vos, Hernán, nacieron para dañar a los otros, a los que son como la señorita Eugenia. —A que no. —Qué apostamos —dijo Hernán, y aseguró que pasaría delante de todos, de los cuarenta, e iría, lentamente, hacia el pizarrón—. Para que aprenda a no ser vieja loca —dijo. Pero antes de la apuesta habían pasado muchas cosas, y yo ahora necesito recordarlas para que Hernán no las olvide. Hubo, por ejemplo, lo de las cartas. Siempre supo escribir bien. Desde primer año había venido siendo una suerte de fénix* escolar, fácil, capaz de hacer versos o acumular hipérboles* deslumbradoras en un escrito de Historia. Pero aquella primera carta (a la que seguirían otras, ambiguas al principio, luego más precisas, exigentes, hasta que una tarde en el libro que te alcanzó la señorita Eugenia apareció por fin la primera respuesta, escrita con su letra pequeña, redonda, adornada con estrafalarias colitas y círculos sobre la i) fue una obra maestra de maldad. Yo sé de qué modo, Hernán, con qué prolijo ensañamiento escribiste durante toda una noche aquella primera carta, que yo mismo dejé entre las páginas de las Lecciones de Literatura Americana un segundo antes de que el inequívoco perfume entrase en el aula, ese vaho a laurel cuyo origen era una bolsita blanca, de alcanfor, colgada al cuello de la señorita Eugenia, junto al crucifijo con el que solo una vez tropezaron unos dedos que no fuesen los de ella. No respirábamos. Hernán tenía miedo ahora, lo sé, y hasta trató de que ella no tomase el libro. La mujer, extrañada, levantó el papel que había caído sobre el escritorio, un papel que comenzaba por favor, lea usted esto, y después de unos segundos se llevó temblando la mano a la cara; pero en los días que siguieron, cuando encontraba sobre el escritorio los papeles doblados en cuatro pliegues, ya no se turbaba, y entonces empezó a decir aquellas insensateces vulgares acerca de la edad, y del amor, hasta que el propio Hernán se asustó un poco. Sí, porque al principio fue como un juego, tortuoso, procaz*, pero en algún momento todo se volvió real y, una tarde, estaba hecha la apuesta:
literatura
—Delante de todos, en el pizarrĂłn —dijo HernĂĄn. El DĂa de los Estudiantes, en el Club NĂĄutico, todos pudieron verlo bailando con la seĂąorita Eugenia. Ella lo miraba. Lo miraba de tal manera que HernĂĄn, aunque por encima de su hombro hizo una mueca significativa a los otros, se sintiĂł molesto. Tuvo el presentimiento de que todo podĂa complicarse o, acaso, al oĂr que ella hablaba de las cosas imposibles (“hay cosas imposibles, HernĂĄn, usted es tan joven que no se da cuentaâ€?) pensĂł que se despreciaba. Pero ese dĂa la apuesta habĂa sido aceptada y uno no podĂa echarse atrĂĄs, aunque tuviera que hacerle una canallada brutal a la seĂąorita Eugenia, que aquella tarde llevaba puesto un inaudito vestido, un jumper, sobre su blusa infaltable de seda blanca. Por eso, sin pensarlo mĂĄs, ĂŠl la invitĂł a dar un paseo por los astilleros*, y los otros, codeĂĄndose, vieron cĂłmo la infeliz aquella salĂa disimuladamente, seguida por su ridĂculo perfume a alcanfor y seguida por mĂ, que antes de salir le dije a alguno: —Prestame las llaves del coche. Y me fueron prestadas, con sonrisa cĂłmplice, y cuando yo estaba saliendo, con el estĂłmago revuelto, oĂ que alguien pronunciaba mi nombre: —HernĂĄn. —QuĂŠ quieren —preguntĂŠ. Y me dijeron la apuesta, ojo con la apuesta, y yo dije que sĂ, que me acordaba. Como me acuerdo de todo lo que ocurriĂł esa tarde, en los galpones, contra un casco* a medio calafatear*, y de todo lo que ocurriĂł al otro dĂa, en el Nacional, cuando ante la admirada perplejidad* de cuarenta muchachones yo caminĂŠ lentamente hacia el pizarrĂłn apretando entre los dedos esa cosa, esa especie de escapulario, como un trofeo. Y me acuerdo de la mirada de la seĂąorita Eugenia al entrar en la clase, de sus ojos pintados ridĂculamente de azul que se abrieron espantados, dolorosos, como de loca, y se clavaron en mĂ sin comprender, porque ahĂ, en la pizarra, habĂa quedado colgada, balanceĂĄndose todavĂa, una bolsita blanca de alcanfor.
Bloque I
*Glosario astillero: establecimiento donde se construyen y se reparan buques.
casco: cuerpo de un barco (o un aviĂłn) sin los aparejos ni las mĂĄquinas.
calafatear: cerrar las junturas de las maderas de las naves con estopa y brea para que no pase el agua.
perplejidad: irresoluciĂłn, confusiĂłn, duda acerca de lo que se debe hacer.
Abelardo Castillo, “HernĂĄnâ€?, en Cuentos completos, Buenos Aires, Alfaguara, 2005.
EL AUTOR Y EL CONTEXTO Abelardo Castillo naciĂł el 27 de marzo de 1935 en Buenos Aires, pero muy pronto se trasladĂł con su familia a la que considerĂł su ciudad de origen: San Pedro, en la provincia de Buenos Aires, donde permaneciĂł hasta 1952. Fue cofundador y director de las revistas El Grillo de Papel (1959-1960), El Escarabajo de Oro (1961-1974) y El Ornitorrinco (1977 DPOTJEFSBEB MB NĂˆT TJHOJmDBUJWB SFWJTUB DVMUVSBM EF SFTJTUFODJB EVSBOUF MB EJDUBEVSB militar. Las otras puertas (1961), libro de cuentos al que pertenece “HernĂĄnâ€?, recibiĂł una NFODJĂ˜O FO FM 1SFNJP $BTB EF MBT "NĂ?SJDBT EF $VCB *OUFHSBCBO FM KVSBEP mHVSBT SFMFvantes de la literatura latinoamericana, como Juan Rulfo, JosĂŠ Bianco, Guillermo Cabrera Infante y JosĂŠ Antonio Portuondo. Otras de sus obras premiadas nacional e internacionalmente son Israfel (teatro), El otro Judas (teatro), El que tiene sed y CrĂłnica de un iniciado (novelas). Su obra ha sido traducida al inglĂŠs, francĂŠs, italiano, alemĂĄn, ruso y polaco.
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Actividades de poslectura
Las actividades luego de las lecturas los ayudarán a comprender los textos y los invitarán a pensar.
Sobre la cita 1. Elijan las expresiones adecuadas: Para Grüner, en el realismo se trata de… descubrir el sentido de la realidad desentenderse del mundo
BIII Lengua Pueden revisar la noción de pronombres en la página 198.
otorgar un sentido a la realidad reconfigurar lo real
inventarlo todo
intervenir en el mundo
Sobre el texto 2. a. El narrador se refiere a Hernán con verbos y pronombres personales y posesivos en primera, segunda y tercera persona. Marquen a lo largo del texto cada una de estas referencias y observen el orden en que se suceden. b. Señalen cuál de las siguientes opciones consideran correcta. Hay un movimiento del narrador que va del distanciamiento a la identificación con el protagonista. Hay un movimiento del narrador que va de la identificación al distanciamiento respecto del protagonista. c. Elijan entre las que siguen la interpretación más adecuada para el
sentido de ese desplazamiento. Justifiquen a partir del texto. Dificultad del narrador para confesar su propia falta. Aspiración del narrador a parecerse al admirado Hernán. Conciencia alterada del narrador, fallas de la memoria. 3. a. Rastreen y marquen en el texto las menciones de la “bolsita de alcan-
for” o “escapulario” y de su aroma, y las alusiones a la apuesta. b. Teniendo en cuenta los datos que aporta la consigna anterior, intenten reconstruir el contenido de la apuesta. c. Discutan entre todos lo siguiente: ¿qué creen que simboliza la bolsita de alcanfor? (Piensen qué le “arrebata” Hernán a Eugenia junto con ese objeto. Consideren la información que da el narrador acerca de la profesora).
VOCABULARIO Adverbios de modo Los adverbios de modo expresan el modo como se realiza la acción del verbo; también complementan adjetivos y otros adverbios. Por ejemplo: “Empezó a pintarse absurdamente los ojos”. t Marquen en el cuento los adverbios de modo del segundo párrafo, indiquen a qué DMBTF EF QBMBCSB NPEJmDBO Z FYQMJRVFO RVÏ EJDFO BDFSDB EFM DPNQPSUBNJFOUP EF MPT personajes.
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literatura
Bloque I
El género literario
La narrativa realista Como sugiere la cita que leyeron al comienzo del capítulo, en la literatura realista no encontramos la realidad sino una reconstrucción de la realidad de acuerdo con las leyes de un código. Esto significa que el género se ajusta a una serie de reglas para cumplir con su propósito: presentar al lector un relato verosímil, hacerle creer que lo que se narra podría haber ocurrido en el mundo tal como lo conocemos, es decir, que lo que se cuenta es en principio posible. En este sentido, el género realista es más amplio que otros géneros muy codificados, como el fantástico, el maravilloso o el policial, que recurren a estructuras, motivos y figuras muy específicos.
En esta sección van a encontrar las definiciones de los géneros literarios y actividades para relacionarlos con las lecturas.
Ambiente, personajes realistas El relato realista está imbricado en un contexto histórico-social que lo aclara y determina, y que a su vez es iluminado por el relato en cuestión. De allí que a menudo contenga alusiones explícitas o implícitas a la época y al lugar geográfico en que transcurre, así como al ambiente social en que actúan los personajes. En “Hernán”, por ejemplo, la referencia al Club Náutico permite ubicar la acción en una ciudad costera (posiblemente inspirada en San Pedro, la ciudad del autor), y a la vez connota cierta posición social elevada. Sin embargo, no faltan los casos en que el autor realista, sin apelar a la referencialidad —la mención de lugares, acontecimientos o personajes históricos realmente existentes—, inventa un mundo que de todos modos refleja aspectos centrales de su ambiente y su época. Los personajes, por su parte, suelen estar dotados de una identidad, un aspecto físico (en algunos casos, minuciosamente descripto) y una profundidad psicológica que motiva su accionar. Quienes sostienen que el realismo debería decir algo sobre la estructura social de la época representada han propuesto que los personajes sean típicos, esto es: que posean rasgos individuales (cualidades únicas que los vuelvan “memorables”) y que al mismo tiempo sean representativos de un grupo más amplio (un sector, una clase social). En el cuento, Eugenia tiene rasgos propios y a la vez representa a la mujer madura víctima de la autorrepresión y de la violencia de una sociedad machista.
REFLEXIÓN SOBRE EL LENGUAJE Profundidad psicológica Lo que suele denominarse “psicología de los personajes” no se trata de la acumulación de rasgos psicológicos, sino que es un efecto mediante el cual se busca que los lectores o espectadores “sientan” a los personajes. Una de las tantas maneras de lograr este efecto es, por ejemplo, a través de los contrastes entre lo que un personaje desea y lo que ese mismo personaje hace, muchas veces en contradicción consigo mismo.
Lenguaje realista La literatura realista asume que el lenguaje puede decir algo sobre el mundo. Por eso el relato incluye descripciones y detalles que, o bien cumplen la función de caracterizar personajes y ambientes, o bien, si son “inútiles” desde el punto de vista de las necesidades del relato, están allí para significar simplemente la intrusión de lo real y reforzar el efecto realista. El crucifijo de Eugenia es del primer tipo, ya que sugiere rigidez y ascetismo. En cambio, la mención de los “cuatro pliegues” de las cartas es un detalle que, antes que connotar un sentido sobre los personajes, el ambiente, o la situación, vuelve más patente la realidad evocada.
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Quién habla y quién ve: narración y focalización
El significado connotativo de un término depende de un contexto y “suma” otros sentidos a su significado literal, de diccionario.
REFLEXIÓN SOBRE EL LENGUAJE
Dado que el realismo confía en las posibilidades del lenguaje literario para re-presentar el conjunto de lo real, la teoría suele insistir en la afinidad entre este género y el narrador en tercera persona omnisciente. A diferencia del narrador en primera persona, protagonista o testigo, que como personaje duda y desconoce, el narrador en tercera persona promueve el efecto —la ilusión— de una escritura transparente a través de la cual se accede al mundo en su totalidad. Sin embargo, en numerosos relatos realistas (como “Hernán”) se emplea el narrador en primera persona, que expone sus vacilaciones y limitaciones: “me dio miedo olvidar esta historia”, “no sé, no recuerdo cómo”. En toda narración no solo importa quién refiere los hechos (narrador), sino también quién ve (focalizador). Un narrador, en efecto, puede asumir en diferentes momentos el punto de vista de diversos personajes. En el ejemplo “ella entró en el aula tratando de ocultar, con ademanes extraños, la impresión que le causábamos, cuarenta muchachones rígidos…”, el narrador asume la perspectiva de Eugenia; Eugenia es aquí el focalizador. En “el Día de los Estudiantes, en el Club Náutico, todos pudieron verlo bailando con la señorita Eugenia”, el narrador asume la mirada de los presentes en el baile; el focalizador es en este caso el grupo de compañeros.
Actividades de relación 1. Ubiquen en el cuento la siguiente descripción: “… un inaudito vestido,
un jumper, sobre su blusa infaltable de seda blanca”. Luego, distribuyan los términos de los recuadros en la tabla de acuerdo con los sentidos sugeridos, connotados, por cada frase según corresponda. madurez
recato
hábito
sorpresa
juventud
osadía
Las voces en la narración En las narraciones la voz de los personajes puede presentarse en estilo directo (–Yo –dijo pausadamente– soy Hernán) o en estilo indirecto (Dijo pausadamente que era Hernán). t Busquen dos ejemplos en los que el narrador reproduzca la voz de Eugenia en estilo indirecto y reescriban esos pasajes en estilo directo. t Propongan entre todos una explicación para el hecho de que las voces de Hernán y los DPNQB×FSPT TF SFmFSBO FO estilo directo y la de Eugenia, en estilo indirecto. 14
“un inaudito vestido, un jumper” connota…
“su blusa infaltable de seda blanca” connota…
2. Observen los contrastes entre los sentidos connotados. Indiquen qué
cambio en la actitud y el comportamiento de Eugenia ilustra esta descripción. ¿Qué otros indicios de ese cambio encuentran en el cuento? 3. Tengan en cuenta las explicaciones sobre narrador y focalizador para
determinar si las siguientes afirmaciones son correctas o incorrectas. En el último párrafo de “Hernán”… narra un narrador omnisciente. llegan a coincidir el narrador en primera persona, el focalizador y el personaje principal. Hernán se ve a sí mismo siendo visto por los otros.
literatura
Bloque I
El género en su contexto
El realismo en la historia
En esta otra sección podrán estudiar los géneros en relación con la historia y la sociedad.
Con antecedentes como la novela picaresca y el Quijote de Miguel de Cervantes (siglos xvi y xvii), el realismo literario es una corriente que se consolida en Europa a mediados del siglo xix. El sistema económico capitalista deja atrás al Antiguo Régimen (término despectivo con el que se hacía referencia al gobierno de Luis xvi de Francia, y por extensión al resto de las monarquías europeas), y la burguesía, que accede al poder político y económico, encuentra en la literatura un medio eficaz de autorrepresentación. Los aspectos negativos del capitalismo —el dominio del dinero, la competencia brutal, la explotación del hombre— se vuelven entonces más perceptibles, y un nuevo actor social, el proletariado, reivindica sus derechos ante la burguesía triunfante. Mientras que el Romanticismo literario de los siglos xviii y xix embellece o se evade de la nueva realidad refugiándose en la interioridad, el exotismo y el pasado, el realismo quiere exhibir el presente en su complejidad. Así lo anuncia Honoré de Balzac (1799-1850), uno de los mayores exponentes de la narrativa realista del siglo xix, en el prólogo a su monumental Comedia Humana: “La sociedad francesa iba a ser el historiador, y yo tenía que limitarme a ser el secretario. Levantando el inventario de los vicios y de las virtudes, reuniendo los principales datos de las pasiones, pintando los caracteres, escogiendo los sucesos principales de la sociedad…”. Balzac, Stendhal y Flaubert, en Francia; Dickens, en Inglaterra, y Tolstói y Dostoievski en Rusia son algunos de los principales representantes de esta estética. El realismo continuó evolucionando y todavía en nuestros días se recurre a sus procedimientos, se reivindica su misión original y se discute acerca de las nuevas formas que podría adoptar. En nuestro país, entre fines de la década del noventa y comienzos del siglo xxi volvió a ser objeto de debate a partir de la renovación de la estética realista por parte de autores como Rodolfo Fogwill, Pablo Ramos y Gustavo Ferreyra.
Actividades de relación 1. Algunos aspectos del conflicto representado en “Hernán” trascienden a
los personajes y evocan fenómenos sociales más generales. Averigüen qué es la misoginia y expliquen de qué modo se representa en el cuento.
OTROS LENGUAJES El realismo en pintura El realismo en pintura, contemporáneo del realismo literario, fue un estilo pictórico que tuvo lugar en Francia a mediados del siglo XIX. Entre sus principales exponentes se encuentran Gustave Courbet, que dio nombre al movimiento, Honoré Daumier y Jean-François Millet. Sus pinturas se caracterizan por la crudeza de la representación, que MMFHØ B DBMJmDBSTF EF iPCTDFOJEBEw la inclusión de escenas de la vida cotidiana protagonizadas por trabajadores rurales y urbanos, y la visión precisa de la naturaleza.
De estos autores pueden leer Los pichiciegos, de Fogwill; El origen de la tristeza, de Ramos; Vértice, de Ferreyra.
2. a. Lean la plaqueta de otros lenguajes y busquen en el cuento ejemplos
de descripciones “crudas” o poco amables con aquello que se describe. b. Elijan alguna de las siguientes propuestas y escriban una descripción “crudamente”, esto es, sin atenuar sus aspectos desagradables. Señalen en el texto, con un asterisco, el lugar donde podrían incluirla. r Eugenia en su primera clase. r Eugenia el Día del Estudiante. r Hernán luego de concretar la apuesta. r Los galpones donde se concreta la apuesta. 15
Taller de producción
En esta sección encontrarán propuestas para realizar producciones propias relacionadas con cada género discursivo visto.
Como “maestros” del realismo Redacten un cuento realista teniendo en cuenta las siguientes pautas.
La preparación del material 1. El tema. Decidan qué problemática social o fenómeno les gustaría abor-
dar. Puede ser alguna forma de discriminación o violencia, la adicción a Internet, el compromiso político de los jóvenes, entre otras. 2. La anécdota. Resuelvan en qué va a consistir la anécdota. Por ejemplo: en
Recuerden ir revisando y corrigiendo el cuento a medida que escriben. Al terminar, hagan una última revisión para verificar si sus cuentos se entienden, si la sintaxis y la puntuación son correctas y si respetaron los aspectos normativos.
un embotellamiento un hombre al volante maltrata verbalmente a una automovilista. Cuando el hombre finalmente llega al consultorio al que se dirige, descubre que la mujer del auto es la dentista que va a extraerle una muela, o la enfermera que le aplicará una inyección. 3. Los personajes. Elijan nombres para los personajes principales y enu-
meren sus rasgos físicos (robusto/a, pálido/a, ojeroso/a, de largas uñas, etc.) y psicológicos (inseguro/a, agresivo/a, inconmovible, magnánimo/a). También piensen en cómo se expresan, de acuerdo con el lugar y la época en que viven, su grado de escolarización, su profesión, su estado de ánimo. 4. El lugar. Resuelvan en qué lugar van a emplazar la acción. Incluyan re-
ferencias reales y reconocibles (una ciudad, un barrio, una esquina, un boliche, etc.) para intensificar la ilusión de realidad.
La organización del material 5. Antes de comenzar a redactar, anoten en un esquema como el que sigue
qué datos y secuencias van a incluir en cada parte del relato. Por ejemplo: SITUACIÓN INICIAL Descripción del lugar y de los personajes. Embotellamiento.
CONFLICTO Maltrato verbal. Encuentro en el consultorio.
RESOLUCIÓN Venganza de la mujer o amenaza y perdón.
Aspectos narratológicos 6. Decidan qué tipo de narrador emplearán según el efecto buscado. 7. En “Hernán”, el narrador anticipa el final del cuento en el primer párrafo:
“Eugenia, que un día, con la mano en el pecho, abrió grandes los ojos y salió de clase llevándose para siempre su figura lamentable…”. Incluyan en el primer párrafo de su cuento una anticipación sutil del desenlace. 8. Incluyan al menos dos intercambios verbales entre los personajes princi-
pales, uno en estilo directo y otro en estilo indirecto. 16
literatura
Bloque I
Lectura de un cuento fantástico En esta segunda parte del tema siempre encontrarán otra lectura para relacionar con la primera.
2
“El mundo de los cuentos de hadas, por ejemplo, abandona desde el principio el terreno de la realidad y toma abiertamente el partido de las convicciones animistas*. Realizaciones de deseos, fuerzas secretas, omnipotencia del pensamiento, animación de lo inanimado, efectos todos muy corrientes en los cuentos, no pueden provocar en ellos una impresión siniestra […] Muy distinto es, en cambio, si el poeta aparenta situarse en el terreno de la realidad común. Adopta entonces todas las condiciones que en la vida real rigen la aparición de lo siniestro, y cuanto en las vivencias tenga este carácter también lo tendrá en la ficción”.
lect
ura
Sigmund Freud, “Lo siniestro”, en Obras Completas xviii. Buenos Aires, Santiago Rueda, 1954, pp. 183-184.
El vestido de terciopelo Sudando, secándonos la frente con pañuelos, que humedecimos en la fuente de la Recoleta, llegamos a esa casa, con jardín, de la calle Ayacucho. ¡Qué risa! Subimos en el ascensor al cuarto piso. Yo estaba malhumorada, porque no quería salir, pues mi vestido estaba sucio y pensaba dedicar la tarde a lavar y a planchar la colcha de mi camita. Tocamos el timbre, nos abrieron la puerta y entramos. Casilda y yo, en la casa, con el paquete. Casilda es modista. Vivimos en Burzaco y nuestros viajes a la capital la enferman, sobre todo cuando tenemos que ir al Barrio Norte, que queda tan a trasmano. De inmediato Casilda pidió un vaso de agua a la sirvienta para tomar la aspirina que llevaba en el monedero. La aspirina cayó al suelo con vaso y monedero. ¡Qué risa! Subimos una escalera alfombrada (olía a naftalina), precedidas por la sirvienta, que nos hizo pasar al dormitorio de la señora Cornelia Catalpina, cuyo nombre fue un martirio* para mi memoria. El dormitorio era todo rojo, con cortinajes blancos y había espejos con marcos dorados. Durante un siglo esperamos que la señora llegara del cuarto contiguo*, donde la oíamos hacer gárgaras y discutir con voces diferentes. Entró su perfume y después de unos instantes, ella con otro perfume. Quejándose, nos saludó: —¡Qué suerte tienen ustedes de vivir en las afueras de Buenos Aires! Allí no hay hollín, por lo menos. Habrá perros rabiosos y quema de basuras... Miren la colcha de mi cama. ¿Ustedes creen que es gris? No. Es blanca. Un campo de nieve —me tomó del mentón y agregó—: No te preocupan estas cosas. ¡Qué edad feliz! Ocho años tienes, ¿verdad? —y dirigiéndose a Casilda, agregó—: ¿Por qué no le coloca una piedra sobre la cabeza para que no crezca? De la edad de nuestros hijos depende nuestra juventud. Todo el mundo creía que mi amiga Casilda era mi mamá. ¡Qué risa! —Señora, ¿quiere probarse? —dijo Casilda, abriendo el paquete que estaba prendido con alfileres. Me ordenó: —Alcanza de mi cartera los alfileres.
*Glosario animista: de “animismo”, creencia en la existencia de espíritus que animan todas las cosas.
martirio: dolor o sufrimiento, físico o moral, de gran intensidad.
contiguo: aplicado a una cosa, que está al lado de otra.
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*Glosario bata: traje que usaban las mujeres para ir a visitas o a funciones y que solía tener cola.
nardo: flor blanca muy olorosa de la planta de la familia de las liliáceas que lleva el mismo nombre.
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—¡Probarse! ¡Es mi tortura! ¡Si alguien se probara los vestidos por mí, qué feliz sería! Me cansa tanto. La señora se desvistió y Casilda trató de ponerle el vestido de terciopelo. —¿Para cuándo el viaje, señora? —le dijo para distraerla. La señora no podía contestar. El vestido no pasaba por sus hombros: algo lo detenía en el cuello. ¡Qué risa! —El terciopelo se pega mucho, señora, y hoy hace calor. Pongámosle un poquito de talco. —Sáquemelo, que me asfixio —exclamó la señora. Casilda le quitó el vestido y la señora se sentó sobre el sillón, a punto de desvanecerse. —¿Para cuándo será el viaje, señora? —volvió a preguntar Casilda para distraerla. —Me iré en cualquier momento. Hoy día, con los aviones, uno se va cuando quiere. El vestido tendrá que estar listo. Pensar que allí hay nieve. Todo es blanco, limpio y brillante. —Se va a París, ¿no? —Iré también a Italia. —¿Vuelve a probarse el vestido, señora? En seguida terminamos. La señora asintió dando un suspiro. —Levante los dos brazos para que pasemos primero las dos mangas — dijo Casilda, tomando el vestido y poniéndoselo de nuevo. Durante algunos segundos Casilda trató inútilmente de bajar la falda, para que resbalara sobre las caderas de la señora. Yo la ayudaba lo mejor que podía. Finalmente consiguió ponerle el vestido. Durante unos instantes la señora descansó extenuada, sobre el sillón; luego se puso de pie para mirarse en el espejo. ¡El vestido era precioso y complicado! Un dragón bordado de lentejuelas negras brillaba sobre el lado izquierdo de la bata*. Casilda se arrodilló, mirándola en el espejo, y le redondeó el ruedo de la falda. Luego se puso de pie y comenzó a colocar alfileres en los dobleces de la bata, en el cuello, en las mangas. Yo tocaba el terciopelo: era áspero cuando pasaba la mano para un lado y suave cuando la pasaba para el otro. El contacto de la felpa hacía rechinar mis dientes. Los alfileres caían sobre el piso de madera y yo los recogía religiosamente uno por uno. ¡Qué risa! —¡Qué vestido! Creo que no hay otro modelo tan precioso en todo Buenos Aires —dijo Casilda, dejando caer un alfiler que tenía entre sus dientes—. ¿No le agrada, señora? —Muchísimo. El terciopelo es el género que más me gusta. Los géneros son como las flores: uno tiene sus preferencias. Yo comparo el terciopelo a los nardos*. —¿Le gusta el nardo? Es tan triste —protestó Casilda. —El nardo es mi flor preferida, y sin embargo me hace daño. Cuando aspiro su olor me descompongo. El terciopelo hace rechinar mis dientes, me eriza, como me erizaban los guantes de hilo en la infancia y, sin embargo, para mí no hay en el mundo otro género comparable. Sentir su suavidad en mi mano me atrae aunque a veces me repugne. ¡Qué mujer está mejor vestida que aquella que se viste de terciopelo negro! Ni un cuello de puntilla le
literatura
hace falta, ni un collar de perlas; todo estaría de más. El terciopelo se basta a sí mismo. Es suntuoso y es sobrio. Cuando terminó de hablar, la señora respiraba con dificultad. El dragón también. Casilda tomó un diario que estaba sobre una mesa y la abanicó, pero la señora la detuvo, pidiéndole que no le echara aire, porque el aire le hacía mal. ¡Qué risa! En la calle oí gritos de los vendedores ambulantes. ¿Qué vendían? ¿Frutas, helados, tal vez? El silbato del afilador y el tilín* del barquillero* recorrían también la calle. No corrí a la ventana, para curiosear, como otras veces. No me cansaba de contemplar las pruebas de este vestido con un dragón de lentejuelas. La señora volvió a ponerse de pie y se detuvo de nuevo frente al espejo tambaleando. El dragón de lentejuelas también tambaleó. El vestido ya no tenía casi ningún defecto, solo un imperceptible frunce debajo de los dos brazos. Casilda volvió a tomar los alfileres para colocarlos peligrosamente en aquellas arrugas de género sobrenatural, que sobraban. —Cuando seas grande —me dijo la señora— te gustará llevar un vestido de terciopelo, ¿no es cierto? —Sí —respondí, y sentí que el terciopelo de ese vestido me estrangulaba el cuello con manos enguantadas. ¡Qué risa! —Ahora me quitaré el vestido —dijo la señora. Casilda la ayudó a quitárselo tomándolo del ruedo de la falda con las dos manos. Forcejeó inútilmente durante algunos segundos, hasta que volvió a acomodarle el vestido. —Tendré que dormir con él —dijo la señora, frente al espejo, mirando su rostro pálido y el dragón que temblaba sobre los latidos de su corazón—. Es maravilloso el terciopelo, pero pesa —llevó la mano a la frente—. Es una cárcel. ¿Cómo salir? Deberían hacerse vestidos de telas inmateriales como el aire, la luz o el agua. —Yo le aconsejé la seda natural —protestó Casilda. La señora cayó al suelo y el dragón se retorció. Casilda se inclinó sobre su cuerpo hasta que el dragón quedó inmóvil. Acaricié de nuevo el terciopelo que parecía un animal. Casilda dijo melancólicamente: —Ha muerto. ¡Me costó tanto hacer este vestido! ¡Me costó tanto, tanto! —¡Qué risa! Silvina Ocampo, “El vestido de terciopelo”, en Cuentos completos I, Buenos Aires, Emecé, 1999. © Herederos de Silvina Ocampo, 2015.
Bloque I
*Glosario tilín: sonido de la campanilla. barquillero: vendedor de barquillos, una pasta dulce de textura y sabor similar al de los cubanitos.
LA AUTORA Y EL CONTEXTO Silvina Ocampo (1903-1993) nació en Buenos Aires en el seno de una familia de la alta burguesía argentina. Varios de sus relatos recuperan su experiencia infantil en la mirada de una niña que desnuda con inocente crueldad las limitaciones del mundo adulto. Publicó en Sur, revista fundada en 1931 por su hermana Victoria, que congregó a escritores como Borges, Bioy Casares –con quien Silvina se casó en 1940– y Pepe Bianco. Su obra incluye cuentos, entre otros los recopilados en La furia y otros cuentos (1959), Los días de la noche (1970) y Cornelia frente al espejo (1988); poemas, obras de teatro y la Antología de la literatura fantástica (1940) en colaboración con Borges y Bioy. El cuento “Cornelia frente al espejo” inspiró la película del mismo nombre dirigida por Daniel Rosenfeld y estrenada en 2012.
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En diálogo En esta sección van a encontrar información para relacionar ambas lecturas.
Las “distopías” son en literatura la variante opuesta de las utopías, es decir, la creación artística de una sociedad negativa; por ejemplo, la sociedad represiva representada en 1984, de George Orwell, o en Fahrenheit 451, de Ray Bradbury.
El fantástico: un género con los pies en la Tierra Los relatos fantásticos se caracterizan por la presencia de algo misterioso, inexplicable o inadmisible que irrumpe en el mundo tal como lo conocemos, en el “mundo real”, y que quiebra, o al menos pone en duda, la vigencia de las leyes naturales. Mientras que el relato maravilloso y el de ciencia ficción se instalan desde el primer momento en una realidad alternativa que admite lo imposible, o lo todavía no posible, el relato fantástico parte de nuestra realidad. Hadas, duendes, hechiceras, animales que hablan, objetos que bailan y princesas catalépticas pueblan con naturalidad los cuentos maravillosos, donde a nadie sorprenden. Del mismo modo, resultan naturales los autos voladores, la vida extraterrestre y las guerras intergalácticas en las distopías de la ciencia ficción. Pero en el universo de los cuentos fantásticos, que en principio es el nuestro, una muñeca que de pronto parece cobrar vida o el aparente regreso de un muerto o un deseo o premonición que se cumplen como por arte de magia suponen la perturbación de un orden. Para que haya fantástico, entonces, deben confluir dos órdenes: el de la realidad y el de lo sobrenatural. De allí que la literatura fantástica incluya la representación realista de las condiciones en las que lo perturbador puede surgir.
¿No lo soñó?
Howard Philip Lovecraft (1890-1937) es un escritor norteamericano que cultivó el relato de terror, el fantástico y la ciencia ficción. En las montañas de la locura narra una trágica y fantástica expedición al continente antártico.
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Para algunos teóricos el requisito fundamental del fantástico es la capacidad de suscitar en el lector cierta “inquietud al contacto con lo desconocido” (en palabras de H. P. Lovecraft), ese temor o escalofrío que Freud, el padre del psicoanálisis, describió como el sentimiento de lo siniestro. Para otros, en cambio, lo decisivo es que la irrupción de lo misterioso (por ejemplo, la aparición de un espectro) genere dudas respecto de si debe otorgársele una explicación racional (interpretarlo como producto de un sueño o una alucinación) o sobrenatural (admitir su existencia). De acuerdo con el teórico Tzvetan Todorov, en efecto, “lo fantástico ocupa el tiempo de esta incertidumbre”. Dicha incertidumbre o vacilación es producto de los mecanismos textuales, es decir, ciertos recursos del texto, que exponen con ambigüedad el hecho misterioso. Esto significa que la condición fundamental del género fantástico es que el texto obligue al lector a dudar entre dos explicaciones posibles. En muchos casos lo logra representando esa incertidumbre en los personajes, que experimentan los hechos bajo estados alterados de la conciencia –crisis nerviosa, intoxicación, sugestión, confusión, etc.– y que entonces también se preguntan por cómo interpretar los hechos. Pero esto último no siempre se cumple: el texto puede ahorrarles la duda a los personajes y de todos modos sembrarla en el que lee. Otro recurso para representar ambiguamente los acontecimientos es la elipsis u omisión de datos. De este modo, se escamotea al lector precisamente aquella información que le permitiría comprender los hechos con precisión y decidir sobre su naturaleza.
literatura
Bloque I
Actividades de relación Sobre la cita 1. a. Indiquen correcto o incorrecto según las afirmaciones de Freud. En los cuentos de hadas la repentina realización de un deseo o la resurrección de una princesa resultan siniestros. Para que dichos motivos resulten siniestros el autor debe ubicarnos en el terreno de la realidad común. b. Expliquen en qué coinciden la concepción freudiana de lo siniestro
y la caracterización del género fantástico en el apartado “Un género con los pies en la Tierra”. Sobre el texto 2. a. Determinen quién es el narrador y focalizador principal del cuento de Silvina Ocampo. b. ¿Por qué puede decirse que el narrador/focalizador de este cuento aporta ambigüedad o resta certeza a la exposición de los hechos? 3. Mencionen el “hecho misterioso” que refiere el cuento. Propongan oral-
mente la interpretación racional y la sobrenatural que admite ese hecho. 4. a. Averigüen en qué consiste la figura retórica de la prosopopeya e in-
diquen cómo se emplea en relación con el dragón bordado que se menciona en el cuento. b. Determinen, teniendo en cuenta la cita de Freud, el sentido de la prosopopeya en el cuento. Tachen lo que no corresponda: r La prosopopeya se vincula en el cuento con el motivo de la omnipotencia del pensamiento. / la realización de deseos. / la animación de lo inanimado.
Integración 1. Escriban en sus carpetas la información de carácter realista que aportan
los siguientes lugares mencionados en el cuento: Burzaco, “las afueras de Buenos Aires”, Recoleta, Barrio Norte y Europa. Luego respondan oralmente: ¿de qué manera estas descripciones subrayan las diferencias de clase de los personajes? 2. Elijan una de las siguientes interpretaciones posibles del cuento y redac-
ten una justificación que contenga al menos tres citas del texto. Casilda logra derrotar al dragón, que equivale a la aristocrática Cornelia, y así venga la opresión sufrida por las de su clase.
Cornelia muere asfixiada por querer amoldarse a las exigencias del “género” en su doble acepción: el terciopelo y el género femenino.
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Bloque II
Prácticas del lenguaje Cuanto mejor dominamos los géneros discursivos, tanto más libremente los aprovechamos, tanto mayor es la plenitud y claridad de nuestra personalidad que se refleja en este uso (cuando es necesario), tanto más plástica y ágilmente reproducimos la irrepetible situación de la comunicación verbal; en una palabra, tanto mayor es la perfección con la cual realizamos nuestra libre intención discursiva. Así, pues, un hablante no solo dispone de las formas obligatorias de la lengua nacional (el léxico y la gramática), sino que cuenta también con las formas obligatorias discursivas, que son tan necesarias para una intercomprensión como las formas lingüísticas.
Mijail Bajtín, “El problema de los géneros discursivos”, en Estética de la creación verbal, Buenos Aires, Siglo XXI editores, 2008.
1. Los textos con trama narrativa predominante Lectura de un relato de viaje En este bloque siempre van a encontrar una referencia para contextualizar las lecturas.
Desde tiempos remotos, los relatos de viajes y experiencias forman parte de nuestra cultura. Podemos leerlos en diarios personales, crónicas de viajeros, memorias, epistolarios, biografías, autobiografías y plataformas digitales. En todos estos casos, se trata de textos no ficcionales en los que predomina una trama narrativa.
Parte de existencia. Un biólogo por Latinoamérica 14 de junio Me hospedé en un hotel de dos pisos. Las habitaciones rodeaban un patio. Ahí conocí a una pareja de chilenos y estuvimos hablando de ir unos días a caminar por la selva. Hoy fuimos a charlar con un exguía que solía llevar a turistas y prometió conseguirnos a algún local para que nos acompañara y no nos perdiéramos. Fui hasta su casa. Se llama Raúl y tiene instaladas nueve peceras enormes. […] Como Raúl no hace mucho que está en el tema, le di un par de consejos con algunos problemas que tenía y el nombre científico de un pez que no podía identificar. Era un crenicicla (Crenicichla lepidota, probablemente) y le avisé que era muy agresivo. 16 de junio Salí a pescar con Raúl, fuimos en moto. En un par de horas sacamos varios tipos de cíclidos amazónicos, diferentes plecos (algunos que yo nunca había visto), unos bagres punteados, un cangrejo y una buena cantidad de peces cuchillo
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atigrados que ondeaban como banderines con su única aleta ventral. —¿Y para dónde vas después de Rurre? —me preguntó mientras mirábamos el agua. —Voy yendo para el norte. —¿Hasta dónde? —México. —Es lejos —dijo riéndose—, te conviene un avión. —Son caros... Además necesito
prácticas del lenguaje
tiempo. Tengo una entrevista allá, pero antes tengo que terminar unas cosas. —¿Tú eres biólogo marino? —Neurobiólogo. 17 de junio Estoy escribiendo en el banco de una plaza tranquila y con mucha sombra, y a pocos metros de un yacaré (Caiman yacare). Había atrasado mi salida de Rurrenabaque por la lluvia pero siguió lloviendo y decidí irme igual. De todos modos Santa Rosa no quedaba tan lejos. En la terminal me puse a esperar cualquier transporte que fuera para el norte y a distraerme escuchando a seis tipos que debatían sobre qué hacer con los buses que iban para Ixiamas y el piquete de río que ya llevaba unos cuantos días. Más o menos en ese momento abandoné la asamblea porque llegó un bus
que iba para Guayaramerín y podía dejarme en Santa Rosa. El pueblo es muy chico y parece un proyecto discontinuado de un novato en el SimCity. Tiene una plaza central con sus calles asfaltadas y con el pavimento que se extiende una cuadra más hacia los cuatro lados. En el centro de la plaza hay una fuente con animales de cemento: un ciervo, un tapir, algunos pájaros, algunos peces y dos delfines. Y curiosamente entre los animales de cemento hay algunos de carne y hueso: varias tortugas y un pequeño yacaré. Mis respetos a un pueblo que tiene un yacaré suelto en la fuente de la plaza.
Julián de Almeida, Parte de existencia. Un
Bloque II
Parte de existencia. Un biólogo por Latinoamérica, antes de convertirse en un libro, nació como un blog de viajes. Puede consultarse en bit.ly/EDV-LL3-95. Tiempo más tarde, el autor creó una página en Facebook, en la que expande la historia con documentos fotográficos y cuenta el proceso creativo en torno al libro. Se lee en bit.ly/EDV-LL3-95b.
biólogo por Latinoamérica, Buenos Aires, edición del autor, 2014. (Fragmento adaptado).
Actividades de poslectura 1. Formen pequeños grupos y respondan a las siguientes preguntas. a. ¿Qué narra el texto y dónde transcurre la acción? b. ¿Quién narra la historia? c. ¿A partir de qué indicios se construye la identidad del narrador? d. ¿Qué recurso utiliza el narrador para ordenar el relato? 2. Marquen en el texto los tiempos verbales que aparecen. Busquen
los momentos en que se pasa de un tiempo verbal a otro y reflexionen sobre el impacto de estos saltos temporales en el lector. 3. Enumeren los personajes que aparecen en el relato y comenten de
qué modo se los caracteriza. Expliquen la función que cumplen los diálogos a la hora de presentar a los personajes de la historia. 4. Identifiquen qué estados anímicos —por ejemplo, expectativa, in-
certidumbre, intriga, curiosidad— transmiten las descripciones de los lugares que va recorriendo el narrador. Busquen en el texto los adjetivos, imágenes (visuales, auditivas, sonoras, táctiles) y comparaciones que expresen esas u otras sensaciones.
En su diario, Charles Darwin describió las especies animales y vegetales de los territorios que exploró.
5. Comparen el texto leído con una novela de aventuras o una cró-
nica periodística sobre el mismo tema. ¿Qué diferencias y rasgos comunes encuentran? 95
Deconstrucción de un relato de viaje
El diario del Che en Bolivia Las entradas de un diario suelen organizarse por fechas. Esto da al lector una idea de con qué frecuencia escribe el autor, a la vez que indica cuál es la distancia entre un suceso y otro.
En las narraciones no ficcionales en primera persona, autor y narrador se identifican. Esto significa que el autor se presenta como parte del universo narrado.
La narración clásica se sostiene sobre la expectativa que genera la resolución de los hechos. Así, el lector avanza motivado por la intriga que el texto propone resolver. El uso del “nosotros” señala una pertenencia.
(fragmento adaptado) JULIO 31 […] Se pierden 11 mochilas con medicamentos, prismáticos y algunos útiles conflictivos, como la grabadora en que se copian los mensajes de Manila, el libro de Debray anotado por mí y un libro de Trotsky, sin contar el caudal político que significa para el gobierno esa captura y la confianza que les da a los soldados […] De nuestros muertos, Raúl no puede ser casi catalogado, dada su introspección; […] Ricardo era el más indisciplinado del grupo cubano y el que menos decisión tenía frente al sacrificio cotidiano, pero era un extraordinario combatiente [...] Somos 22, entre ellos dos heridos, Pacho y Pombo, y yo, con el asma a todo vapor. ANÁLISIS DEL MES […] 2) Sigue sintiéndose la falta de incorporación campesina aunque hay algunos síntomas alentadores en la recepción que nos hicieron viejos conocidos campesinos. 3) La leyenda de las guerrillas adquiere dimensiones continentales; Onganía cierra fronteras y el Perú toma precauciones. […] 6) El ejército sigue sin dar pie con bola, pero hay unidades que parecen más combativas. […] Las tareas más urgentes son: restablecer los contactos, incorporar combatientes y lograr medicinas. AGOSTO 7 […] Hoy murió Anselmo, el caballo viejo y ya no nos queda más que uno de carga; mi asma sigue sin variantes, pero las medicinas se acaban. […] Hoy se cumplen 9 meses exactos de la constitución de la guerrilla con nuestra llegada. De los 6 primeros, dos están muertos, uno desaparecido y dos heridos; yo con asma que no sé cómo cortarla.
En esta sección podrán analizar la estructura de cada tipo textual y sus recursos. El diario personal permite también la narración en presente, lo cual tiene por efecto un acercamiento a los hechos, que son percibidos como muy recientes. Los textos narrativos de no ficción suelen hacer referencia a un universo determinado de saberes, como la literatura, la teoría política, la música, etc., y se espera que el lector lo reconozca.
Las referencias históricas ayudan al lector a vincular el relato con el contexto histórico.
El uso del pretérito perfecto simple enfatiza el peso de la acción como irreversible (en oposición al tiempo presente que predomina).
El Che Guevara junto a varios de sus compañeros, en su ruta por Bolivia.
96
prácticas del lenguaje
La utilización del “ellos” señala la presencia de otros que el narrador ve como distintos.
La aparición del pretérito perfecto simple, en contraste con el presente, produce también una aceleración en la narración, dando a entender que los hechos se precipitan.
El uso de estructuras opositivas permite no solo indicar acciones contrapuestas, sino también señalar matices y vaivenes en la acción.
La expresión de finalidad (la expresión del objetivo a perseguir) aporta a la narración una dirección y una motivación para el accionar de los personajes.
AGOSTO 8 […] Es uno de los momentos en que hay que tomar decisiones grandes; este tipo de lucha nos da la oportunidad de convertirnos en revolucionarios, el escalón más alto de la especie humana, pero también nos permite graduarnos de hombres: los que no pueden alcanzar ninguno de estos dos estadios deben decirlo y dejar la lucha. Todos los cubanos y algunos bolivianos plantearon seguir hasta el final […] AGOSTO 14 Día negro. Fue gris en las actividades y no hubo ninguna novedad pero a la noche el noticiero dio noticias de la toma de la cueva adonde iban los enviados, con señales tan precisas que no es posible dudar. Ahora estoy condenado a padecer asma por un tiempo no definible. También nos tomaron documentos de todo tipo y fotografías. Es el golpe más duro que nos hayan dado; alguien habló. ¿Quién?, es la incógnita. AGOSTO 17 Salimos temprano llegando al Rosita a las 9. Allí Coco creyó oír dos tiros y se dejó una emboscada, pero no hubo novedad. El resto del camino fue lento por continuas pérdidas y malas interpretaciones, llegando al Río Grande a las 16.30 y acampando allí. Pensaba seguir con la luna, pero la gente venía muy cansada. Nos queda carne de caballo para dos días, racionada. Habrá que sacrificar otro animal, según todos los indicios. […] El asma me trató bastante bien, dadas las circunstancias. […] AGOSTO 20 […] Coco e Inti no cazaron nada, pero Chapaco cazó un mono y una urina. Yo comí urina y a la media noche me dio un fuerte ataque de asma. El Médico sigue enfermo de un aparente lumbago con toma del estado general que lo convierte en un inválido. No hay noticias de Benigno, a partir de este momento es de preocuparse. La radio informa de la presencia de guerrilleros a 85 kilómetros de Sucre. AGOSTO 27 El día transcurre en una desesperada búsqueda de salida, cuyo resultado no es claro todavía; estamos cerca del Río Grande y ya pasamos Yumon, pero no hay nuevos vados, según noticias, de modo que se podría ir allí para seguir por el farallón de Miguel pero las mulas no podrán hacerlo. AGOSTO 29 Día pesado y bastante angustioso. Los macheteros avanzaron muy poco y en una oportunidad equivocaron la ruta creyendo ir hacia el Masicuri. […] Algunos compañeros: Chapaco, Eustaquio, Chino, se están desmoronando por falta de agua. Mañana habrá que enderezar adonde esta se vea más cerca. Los muleros aguantan bastante bien. […]
Ernesto Guevara, El diario del Che en Bolivia, Buenos Aires, Legasa, 1994.
Bloque II
El uso de adjetivos calificativos es una de las formas que tiene el narrador de mostrar su perspectiva sobre lo narrado. La referencia a un estado corporal contribuye a dar mayor nivel de realidad a la figura del narrador.
La conformación de un campo semántico (conjunto de palabras que remiten a una práctica o área del saber específica) contribuye a que el texto narrativo cree un universo propio.
Es frecuente que la narración dé por sentado el conector de consecuencia, que podría reponerse fácilmente. Por ejemplo: “por lo tanto mañana habrá que enderezar adonde esta se vea más cerca”.
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El género discursivo En esta sección van a poder estudiar las características de cada tipo de texto.
Muchos de los textos vistos en el Bloque I tienen estas características, ya que son textos literarios que relatan acontecimientos reales o imaginarios.
El relato de viajes como texto narrativo Como todos los textos narrativos, los relatos de viajes son textos que se caracterizan por presentar un relato de acontecimientos —reales o imaginarios— ordenados en un eje temporal. Este eje puede ser cronológico lineal, es decir, que respeta el orden en que se van sucediendo los hechos, o bien involucrar distintos planos: saltos temporales o elipsis (obviar el relato de hechos que se dan por sobreentendidos); distensiones o expansiones (descripciones que ralentizan el relato); y desplazamientos hacia adelante (anticipación o flashforward) o hacia atrás (retrospección o flashback). Este tipo de textos presentan un tema central, argumento o hilo conductor a partir del cual los hechos relatados cobran sentido y perspectiva dentro de la trama. En cuanto a su estructura interna, estos textos pueden pensarse en función de tres momentos diferenciados:
Presentación de los personajes en un tiempo y espacio determinados. Planteo o introducción Pistas o indicios sobre lo que sucederá.
REFLEXIÓN SOBRE EL LENGUAJE Tiempos verbales en la narración Los tiempos verbales más usados en una narración son el pretérito perfecto simple, el pretérito imperfecto y el presente. Este último —en este caso también denominado “presente histórico”— es un indicador de modalidad: se utiliza con mucha frecuencia en la narración de acontecimientos pasados con la intención de crear una sensación de mayor cercanía con los hechos narrados —como si fueran actuales—, y que el lector pueda recrearlos con una mayor intensidad. BIII Lengua Para saber más sobre la modalización verbal, consulten la página 224.
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Nudo o conflicto
Experiencias o situaciones que enfrenta el personaje durante el relato.
Resolución o desenlace
Resolución del conflicto: puede ser de modo abierto o cerrado, previsible o sorprendente.
Dentro de los textos de trama narrativa predominante, el relato de viajes tiene una estructura particular, ya que la introducción, el nudo y el desenlace están acotados a la duración y los objetivos que tenga el viaje. Los textos narrativos pueden narrarse en tercera persona (narrador omnisciente u observador), en primera persona (narrador protagonista o testigo) y, más raramente, en segunda persona. En el caso específico de los relatos de viajes, estos suelen narrarse en primera persona. Por último, en estos relatos el espacio de la narración casi siempre cobra un valor especial, ya que se cuenta la relación del narrador/protagonista con el lugar, y con las personas, animales y objetos que lo habitan (que, como se dijo antes, pueden ser reales o imaginarios).
prácticas del lenguaje
Bloque II
Estrategias para abordar los relatos de viajes Como pudieron observar en la sección de la deconstrucción, en los relatos de viajes suele ser mucha y muy variada la información que se brinda. Para esquematizar esa información, un buen recurso es formularse preguntas. 1. Vuelvan a leer atentamente el fragmento del Diario del Che en Bolivia.
A continuación de la definición de cada tipo de texto, siempre encontrarán estrategias para interpretarlos.
2. Respondan a las siguientes preguntas en pequeños grupos y luego com-
partan las respuestas con el resto de sus compañeros. a. ¿Cuál es el objetivo principal del narrador? b. ¿Qué personajes intervienen? c. ¿Qué conflictos aparecen? d. ¿Se encuentran soluciones para esos conflictos? ¿Cuáles? e. ¿Qué situaciones se generan por la interacción del narrador con el lugar en que se encuentra? f. Caractericen el espacio que se relata y sus habitantes. 3. Con la información proporcionada en este fragmento del relato, ¿se
puede inferir ya algún tipo de desenlace? ¿Cuál creen que podría ser?
Actividades de integración 4. Vuelvan sobre el texto de Julián de Almeida leído al comienzo del capí-
tulo y resuelvan las siguientes consignas: a. Copien a continuación el pasaje descriptivo —referido a un lugar, persona o situación— que más les haya interesado. Luego, identifiquen oralmente con qué recursos el narrador logra “poner ante nuestros ojos” aquello que se describe.
BIII Lengua Pueden escribir extensas descripciones, con muchos detalles, sin necesidad de tantas oraciones. Para ello, deben utilizar proposiciones incluidas, las cuales se explican en la página 214.
Pueden ayudarse con la caracterización de los textos narrativos de la página 98.
b. En grupos pequeños traten de explicar a partir de un ejemplo con-
cretos del texto por qué la comparación es una de las figuras retóricas más utilizadas en los relatos de viajes. c. Relean las características de los textos narrativos y marquen en el relato, con llaves o corchetes, las distintas partes que corresponden a la estructura interna.
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Herramientas de estudio En esta secciĂłn siempre van a encontrar herramientas para aprender a estudiar.
TIC Programas Ăştiles Las nuevas tecnologĂas tambiĂŠn son de gran ayuda para elaborar cuadros sinĂłpticos. El Microsoft Word, por ejemplo, posee una funDJĂ˜O FTQFDĂ“m DB QBSB JOTFSUBS HSĂˆm cos preestablecidos segĂşn nuestros objetivos. Otra herramienta muy Ăştil es la aplicaciĂłn online Prezi, que permite crear redes conceptuales con movimiento. Pueden consultarla en www.prezi.com.
El cuadro sinĂłptico Para poder retener los rasgos fundamentales de los textos narrativos, el cuadro sinĂłptico es una herramienta clave, ya que se trata de un esquema que permite ordenar, sintetizar y jerarquizar la informaciĂłn o los conceptos vertidos en un texto, separando las ideas principales de las complementarias o accesorias. Esta jerarquĂa se representa grĂĄficamente organizando el cuadro de arriba hacia abajo o de izquierda a derecha, con ayuda de flechas, llaves o corchetes. 1. Relean con atenciĂłn la pĂĄgina 98 sobre el texto narrativo y completen el
siguiente cuadro sinĂłptico con la informaciĂłn faltante.
El texto narrativo DEFINICIĂ“N
+ Estructura interna conformada por las siguientes partes
+ Elementos constitutivos
100
1. Narrador
a.
puede posicionarse para narrar desde
b.
2. Temporalidad
a.
predominio de los siguientes tiempos verbales
b.
3. Espacialidad
a.
la acciĂłn puede situarse en lugares
b.
c.
c.
prácticas del lenguaje
Guía para elaborar un cuadro sinóptico Para elaborar un cuadro sinóptico pueden seguir los siguientes pasos: r Relean con atención el texto sobre el que están trabajando para tener
Bloque II
En esta última sección encontrarán una guía para escribir ustedes mismos cada tipo de texto.
una visión general del tema. r Determinen cuáles son las ideas principales y cuáles las complemen-
tarias o accesorias. r Sinteticen y anoten breves extractos y organicen la información a partir
r
r r r
de las siguientes categorías: definición, estructura y elementos constitutivos del texto (narrador, temporalidad, espacialidad, personajes, etcétera). Una vez identificados estos conceptos, propongan subcategorías que se desprendan de las categorías generales. No olviden ir siempre de un mayor grado de generalidad a uno menor. Es decir, de lo general a lo específico y de las ideas centrales a las accesorias o complementarias. Busquen un nombre para las subcategorías utilizando una o unas pocas palabras clave. Elaboren un esquema que refleje las relaciones de los elementos esenciales del texto. Ubiquen en el cuadro las categorías y subcategorías, buscando condensar toda la información relevante sobre el tema en el menor espacio posible. Pueden servirse de flechas, llaves o corchetes para graficar agrupamientos y relaciones entre los conceptos.
Excusas para escribir Diario de un astronauta en misión a Marte Si pudieran viajar al espacio, ¿cómo relatarían su experiencia? Anímense a elaborar su propio relato de viaje. r Escriban tres pequeñas entradas como si formaran parte de su diario personal como astronautas. r Fechen cada una de las entradas en momentos distintos del viaje espacial. La primera piénsenla como si hubiera sido escrita a los pocos días de haber despegado la nave. La segunda ubíquenla en la mitad de la travesía. Y la tercera, el día anterior a aterrizar nuevamente en nuestro planeta. r En cada uno de estos tres momentos, describan todos los acontecimientos que se van sucediendo (por mínimos que sean). r Incluyan en el relato algún flashback, la descripción de por lo menos dos personajes (reales o imaginarios), algunos detalles acerca de lo que acontece en el interior y el exterior de la nave, y las distintas sensaciones que va experimentando el narrador a medida que transcurre la travesía espacial. 101
Bloque III
Lengua El hecho de que los textos se construyan con material lingüístico y el hecho de que el material lingüístico se articule conforme a principios de la gramática hacen […] que haya una zona donde los principios gramaticales y los principios discursivo-textuales se acomoden entre sí. La gramática, pues, es una cómoda ventana para mirar los textos.
Violeta Demonte, “La gramática ubicua. O cómo se miran los textos a través de la gramática”, en Mercedes Sedano, Adriana Bolívar y Martha Shiro (eds.), Haciendo lingüística. Homenaje a Paola Bentivoglio. Caracas, Universidad Central de Venezuela, 2005.
1. La comunicación Repaso
En esta sección siempre van a poder hacer un repaso de los temas.
r Shannon intentaba determina itir nsm cuál era el modo de tra un mensaje de la forma más económica y confiable, con el objetivo de que los “ruidos” ran la (perturbaciones) no dificulta transmisión.
El esquema de la comunicación En la década de 1940, el matemático Claude Shannon propuso una teoría matemática de la comunicación, conocida como teoría de la información. Su objetivo era dar cuenta de cómo se mide y se transmite la información. Planteó un esquema lineal, que tendría una gran influencia en diversas disciplinas. Según este esquema, la comunicación se basa en los siguientes elementos: la fuente de información produce un mensaje (por ejemplo, la palabra en una conversación telefónica), el codificador transforma el mensaje en signos (las señales eléctricas del teléfono) y los envía por un canal (el cable telefónico), el decodificador (o receptor) lo reconstruye y, finalmente, el destino (que es la persona o máquina a la que va dirigido el mensaje) lo recibe. Como se trataba de un modelo matemático, este esquema no tenía en cuenta ni el sentido de los mensajes ni la intención con la que se transmiten. En la década de 1960, el lingüista Roman Jakobson lo adaptó para dar cuenta de la función primordial de la lengua: la comunicación y la expresión. Así formuló el circuito de la comunicación. Referente Contenido del mensaje
Emisor o destinador Codifica y emite el mensaje
Mensaje
Receptor o destinatario
Conjunto de señales enviadas
Recibe el mensaje, lo decodifica y lo interpreta
Código Sistema de signos que comparten parcialmente el emisor y el receptor Canal Medio por el que se transmite el mensaje
En esa misma época, un grupo de filósofos estudió el uso que los hablantes hacen del lenguaje cotidianamente. Los seguidores de esta corriente afirmaban que, al emitir un mensaje, las personas realizan acciones que modifican la realidad, por ejemplo prometer o amenazar. Llamaron a estas acciones actos de habla y describieron las reglas que los rigen.
168
Lengua
Bloque III
ReflexiĂłn
MĂĄs allĂĄ de las palabras 1. Lean el siguiente fragmento de un diĂĄlogo entre el detective Sherlock
Holmes y su compaĂąero John Watson.
van En el momento de la reflexiĂłn ar res ing de a tener oportunidad a los contenidos desde sus conocimientos.
—No es difĂcil, mediante el examen del surco que separa el dedo Ăndice del pulgar de su mano izquierda, sacar la conclusiĂłn segura de que usted no se propone invertir su capital en los campos mineros. —No veo la relaciĂłn entre una cosa y la otra. —Es muy probable que no la vea; pero yo puedo hacerle ver la relaciĂłn estrecha que existe. He aquĂ los eslabones que faltan en la cadena. Primero: la noche pasada, cuando usted regresĂł del club, habĂa entre el Ăndice y el pulgar de su mano izquierda restos de tiza. Segundo: usted se pone tiza en ese sitio cuando juega al billar, con el objeto de afianzar allĂ el taco. Tercero: usted no juega al billar si no es con Thurston. Cuarto: harĂĄ cuatro semanas que me dijo usted que Thurston tenĂa una opciĂłn sobre determinados valores sudafricanos que expiraban al cumplirse un mes, y que deseaba que usted entrase con ĂŠl en el negocio. Quinto: usted guarda bajo llave en mi mesa de despacho su libro de cheques, y no me ha pedido la llave. Sexto: por consiguiente, no se propone invertir su dinero en ese negocio. Arthur Conan Doyle, El regreso de Sherlock Holmes (fragmento adaptado).
a. Comenten entre todos: la huella de tiza en la mano de Watson, Âżpuede
considerarse un mensaje? ÂżPor quĂŠ? b. Lean la siguiente definiciĂłn: “La comunicaciĂłn es un proceso mediante
el cual los seres humanos interactĂşan entre sĂ intercambiando informaciĂłn, opiniones, sentimientos, ideas, etcĂŠteraâ€?. ÂżConsideran que, a partir de esta definiciĂłn, la huella de tiza podrĂa considerarse un mensaje? Justifiquen su respuesta. 2. Comparen los siguientes diĂĄlogos y comenten entre todos: Âżes posible
afirmar que estos dos diĂĄlogos dicen lo mismo? ÂżPor quĂŠ? —¿Te apetece ir a la piscina? —Que no, que queda lejos. —¥Anda! Vamos, no hemos hecho nada en todo el dĂa.
—¿QuerĂŠs ir a la pileta? —No, queda lejos. —¥Dale! Vamos, no hicimos nada en todo el dĂa.
3. AdemĂĄs de la informaciĂłn explĂcita, ÂżquĂŠ otra informaciĂłn podrĂan de-
ducir de estos diĂĄlogos?
PARA SEGUIR PENSANDO El esquema de comunicaciĂłn determina quĂŠ tienen en comĂşn todos los sistemas de comunicaciĂłn. Sin embargo, se debe tener en cuenta que en la comunicaciĂłn a USBWĂ?T EFM MFOHVBKF TF QPOFO FO KVFHP PUSPT FMFNFOUPT TJHOJmDBUJWPT MB JOUFODJĂ˜O EFM FNJTPS Z EFM SFDFQUPS BTĂ“ DPNP JOGPSNBDJĂ˜O RVF OP TF NBOJmFTUB FYQMĂ“DJUBNFOUF
169
ProfundizaciĂłn En esta instancia de profundizaciĂłn podrĂĄn re ampliar sus conocimientos sob el tema.
La competencia comunicativa Para poder comunicarse de manera eficaz, los hablantes de una lengua tienen un conocimiento implĂcito de las reglas gramaticales que les permiten formular y comprender mensajes. Este conocimiento se denomina competencia gramatical. 1. Lean el diĂĄlogo del recuadro y resuelvan las consignas que siguen.
Lucho. —Ma, tengo que hablar con Ana porque ayer nos peleamos, y no sĂŠ cĂłmo empezar. Madre. —Decile: “Ana, hablemos sin pelos en la lenguaâ€?, y listo. Lucho. —Voy a parecer la abuela. No le puedo decir eso a Ana, mamĂĄ. Madre. —A ver esto: “Ana, tengamos una conversaciĂłn francaâ€?. ÂżQuĂŠ te parece? Lucho. —AsĂ voy a parecer la directora. ÂĄEstĂĄs tremenda hoy!
a. Expliquen por quĂŠ Lucho rechaza las opciones que le propone la ma-
dre. ÂżEstĂĄn de acuerdo con ĂŠl? Justifiquen su respuesta. b. Busquen otras expresiones sinĂłnimas de “hablar sin pelos en la lenguaâ€? y expliquen en quĂŠ situaciones se podrĂan usar. AdemĂĄs de conocer las reglas de la gramĂĄtica (a travĂŠs de la competencia gramatical), los hablantes conocen las reglas de uso de la lengua; por ejemplo, saben si un mensaje es apropiado o no en determinada situaciĂłn de comunicaciĂłn. Este conocimiento se denomina competencia comunicativa.
TIC Variedades del espaĂąol &O *OUFSOFU FYJTUFO WBSJBT JOJDJBUJvas para recopilar variedades del espaĂąol. En estos sitios se puede encontrar un repertorio muy BNQMJP EF QBMBCSBT Z FYQSFTJPOFT que no suelen incluirse en los EJDDJPOBSJPT DPSSJFOUFT bit.ly/EDV-LL3-170a. La secciĂłn de la BBC en espaĂąol tambiĂŠn dispone de un glosario de tĂŠrminos utilizados en diversos QBĂ“TFT EF IBCMB IJTQBOB bit.ly/EDV-LL3-170b.
170
Las variedades de la lengua Entre los hablantes de una lengua existen variaciones que caracterizan a un grupo de hablantes y los diferencian de otros. Estos rasgos particulares, considerados en conjunto, se denominan variedades lingĂźĂsticas y dependen de diversos factores.
Los lectos Las variaciones que dependen de las caracterĂsticas particulares de los hablantes se denominan lectos y se clasifican segĂşn diversas variables, como la procedencia, el entorno sociocultural y la edad de los hablantes. r Dialecto. Son las variaciones que se relacionan con el origen geogrĂĄfico o el lugar donde residen los hablantes. r Sociolecto. Estas variaciones se relacionan con el entorno social y las caracterĂsticas culturales. r Cronolecto. Estas variaciones estĂĄn vinculadas a la edad de los hablantes.
Lengua
Bloque III
Los registros Además de los lectos, existen variaciones que dependen de la situación comunicativa que se presente y del vínculo que tenemos con nuestro interlocutor. Por ejemplo, utilizamos expresiones diferentes si estamos con personas de nuestra misma edad o si interactuamos con personas más jóvenes o mayores. Estas variaciones se denominan registros y dependen de diversos factores, como por ejemplo la intención del hablante, la situación, el tema y el canal (escrito u oral). El registro formal se caracteriza por el cuidado en la forma del mensaje, tanto si se transmite oralmente como por escrito. Algunas de sus características son el uso de fórmulas de tratamiento para dirigirse al interlocutor, poca frecuencia de formas afectivas, vocabulario variado y preciso, y estructuras sintácticas complejas. Dentro del registro formal se encuentran también los lenguajes especializados, como por ejemplo el lenguaje científico-técnico, el jurídico, etcétera. Por el contrario, en el registro familiar abundan las frases hechas, las palabras afectivas –como los diminutivos–, las muletillas y las estructuras sintácticas simples. Se trata del empleo del lenguaje en un contexto informal, distendido, espontáneo, sin una preocupación por apegarse a las normas lingüísticas. Entre estos polos existe un registro intermedio, que algunos autores llaman coloquial.
César Bruto era uno de los s, un seudónimos de Carlos Warne . ino ent arg periodista y humorista a zab eri act Este personaje se car una y gar vul por usar un registro , escritura fuera de toda norma co. sti orí hum para crear un efecto
2. Lean el siguiente fragmento de Lo que me gustaría ser a mí si no fuera lo
que yo soy (1947), del periodista y humorista argentino César Bruto. Siempre que biene el tiempo fresco, o sea al medio del otonio, a mí me da la loca de pensar ideas de tipo eséntrico y esótico, como ser por egenplo que me gustaría venirme golondrina para agarrar y volar a los paíx adonde haiga calor, o de ser hormiga para meterme bien adentro de una cueva y comer los productos guardados en el verano o de ser una bívora como las del solójico, que las tienen bien guardadas en una jaula de vidrio con calefación para que no se queden duras de frío, que es lo que les pasa a los pobres seres humanos que no pueden comprarse ropa con lo cara questá. César Bruto, Lo que me gustaría ser a mí si no fuera lo que yo soy, Buenos Aires, De la Flor, 1996.
a. Marquen las palabras con errores de ortografía y conversen en grupo
acerca del efecto que producen. b. Especifiquen algunas de las reglas de la competencia gramatical que tuvieron en cuenta para detectar las palabras que aparecen escritas con errores. c. Caractericen el registro principal del texto. ¿Es formal o familiar? ¿Encuentran algún fragmento que cambia de registro? ¿Cuál? Justifiquen su respuesta. d. Identifiquen los recursos que emplea el autor para producir un efecto de oralidad.
N
Cuadernillo de Normativa Encontrarán más ejercicios sobre oralidad y escritura en la página 3, y ejercicios sobre lectos y registros en la página 4.
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Profundización
Decir y comunicar
el Además de tener en cuenta je, nsa me del significado literal os ers div era el receptor consid elementos de la situación comunicativa que le permiten establecer el sentido con que debe interpretar ese mensaje.
En todo acto comunicativo es posible distinguir la información que se expresa (que se “dice” explícitamente) y la que, aunque no esté expresa, se comunica. Por ejemplo: Jorge le comenta a su esposa: “Juan fue a almorzar con una mujer”. En este ejemplo, Jorge expresa una información: una acción que realizó Juan junto con otra persona, que es una mujer. Pero, además, comunica (sin decirlo explícitamente) que esa mujer no es ni su esposa ni su hija ni su madre, ya que, si fuera así, se esperaría que lo expresara. En algunos casos, la información no explícita proviene del significado de las palabras o de las estructuras empleadas. Por ejemplo: “Pedro dejó de fumar”, independientemente de la situación, comunica que Pedro antes fumaba. En otros casos, la información que se comunica depende de la situación. Por ejemplo: el gerente de una empresa le pregunta al jefe de Personal: “¿Es eficiente Pérez?”. El jefe de Personal responde: “Hace rico café”. Aunque, aparentemente, se trata de un elogio, el gerente entenderá que no es un empleado muy eficiente, ya que su principal virtud es hacer rico café. En muchos casos, la información implícita o sobreentendida da lugar a efectos humorísticos o a malentendidos. 3. Recuerden chistes cuyo efecto humorístico se logre por lo que se da a
entender sin explicitarlo. Luego, compártanlos con sus compañeros. 4. a. Lean las siguientes oraciones enunciadas por un profesor.
A. Lamento tener que tomarles prueba mañana. B. No lamento tener que tomarles prueba mañana. b. Marquen con una X las oraciones en las que resulta verdadera cada
afirmación. ¿Qué se quiere comunicar en cada caso? AFIRMACIÓN
A
B
Los alumnos tendrán prueba mañana. Los alumnos no tendrán prueba mañana. El profesor lo lamenta. El profesor no lo lamenta.
5. Analicen los siguientes diálogos teniendo en cuenta lo dicho y lo comu-
nicado. ¿Qué es lo que realmente se quiere comunicar en cada caso? —¿Tenés hora? —Sí, ¿vos?
172
—Yo me llamo Pablo, ¿y vos? —Yo no.
Lengua
Bloque III
En los textos
Dilemas para encabezar una carta 1. Lean los siguientes fragmentos de “Grave problema argentino: querido
En esta última sección podrán s en ver los fenómenos estudiado dos. ina erm det contextos textuales
amigo, estimado, o el nombre a secas”, de Julio Cortázar. Luego, resuelvan las consignas. Usted se reirá, pero es uno de los problemas argentinos más difíciles de resolver. Dado nuestro carácter (problema central que dejamos por esta vez a los sociólogos), el encabezamiento de las cartas plantea dificultades hasta ahora insuperables. Concretamente, cuando un escritor tiene que escribirle a un colega de quien no es amigo personal, y ha de combinar la cortesía con la verdad, ahí empieza el crujir de plumas. […] A un señor que es un colega pero no un amigo no se le puede decir: “Querido Frumento”. No se le puede decir por la sencilla razón de que usted no lo quiere a Frumento. […] La gran solución argentina parece ser, en esos casos, escribir: “Estimado Frumento”. Es más distante, más objetivo, prueba un sentimiento cordial y un reconocimiento de valores. […] “Estimado” es un término que rezuma indiferencia, oficina, balance anual, desalojo, ruptura de relaciones, cuenta del gas, cuota del sastre. Usted piensa desesperadamente en una alternativa y no la encuentra; en la Argentina somos queridos o estimados y sanseacabó. […] Variantes como “apreciado” y “distinguido” quedan descartadas por tilingas y cursis. Si uno lo llama “maestro” a Frumento, es capaz de creer que le está tomando el pelo. Por más vueltas que le demos, se vuelve a caer en “querido” o “estimado”. Che, ¿no se podría inventar otra cosa? Los argentinos necesitamos que nos desalmidonen un poco, que nos enseñen a escribir con naturalidad: “Pibe Frumento, gracias por tu último libro”, o con afecto: “Ñato, qué novela te mandaste”, o con distancia pero sinceramente: “Hermano, con las oportunidades que había en la fruticultura”, entradas en materia que concilien la veracidad con la llaneza. Pero será difícil, porque todos nosotros somos o estimados o queridos, y así nos va. Julio Cortázar, La vuelta al día en ochenta mundos, México, Siglo XXI, 1967.
a. ¿Cuál es el tema del texto? ¿Qué problemas plantea? b. Hagan una lista con las formas de tratamiento mencionadas por el
autor y ordénenlas según su formalidad, de la más formal a la más informal. ¿Qué diferencias de significado marca el autor? c. ¿Cuáles de esas formas se siguen usando actualmente? d. ¿Cuáles usan ustedes? ¿Qué diferencias de significación encuentran entre una y otra? e. ¿Alguna vez se les planteó un problema parecido al escribir un mail? Identifiquen los términos o expresiones que les permitirían reconocer la época en que se escribió el texto.
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