4 minute read

El deporte profesional y su compleja adaptación a la pandemia

Pablo Ferrer – ferretix@gmail.com

El deporte profesional y su compleja adaptación a la pandemia

La pandemia de la COVID-19 ha paralizado nuestras vidas. No solo en el aspecto sanitario o laboral; también en el disfrute del ocio. Y no solo por las precauciones que todos debemos tomar hasta que haya remedio o vacuna (lavarse bien las manos, mantener una distancia social, llevar mascarilla) sino también por las opciones habituales que, lógicamente, se han visto reducidas de manera drástica.

Una de ellas es la deportiva; la mayoría de las competiciones oficiales quedaron en suspenso desde la primavera, y no pudieron retomarse hasta semanas más tarde, con soluciones parciales encaminadas a concluir lo comenzado y tratar de apuntalar el arranque de próximos cursos.

El fútbol es el caso más universal. La Champions League que ganó a finales de agosto el Bayern de Munich hubo de jugarse en una especie de torneo en Lisboa (Portugal), que agrupó a los ocho mejores de la campaña. La final estaba supuesta a jugarse el 30 de mayo en Estambul (Turquía). Los alemanes alzaron la copa por merecimientos propios, después de destrozar al gran Barcelona de Messi (que comenzó a desarbolarse justo después de su eliminación) en las semifinales. Todo ello, naturalmente, sin público en las gradas. La alegría de los teutones contrastó en la final con las lágrimas del brasileño Neymar, quien junto al joven francés Kylian Mbappé había liderado al Paris Saint-Germain de Al-Khelaïfi a su primera gran final europea.

Con la pelota pasó algo similar. Los juegos de la MLB, lógicamente, no iniciaron a fi nales de marzo; después de duras negociaciones se pactó un arranque de campaña el 23 de julio, con tres semanas de entrenamiento desde el primero de mes; 60 partidos de liga regular, sin ‘doubleheaders’, para mantener el esquema de postemporada y la ruta hacia las World Series intactos.

Se han priorizado los partidos nocturnos para atender a los requerimientos televisivos, y se canceló el All Star Game por falta de tiempo material para disputarlo. Además, se establecieron algunas reglas coyunturales para tratar de que los juegos no se alargasen demasiado; por ejemplo, los extra innings comienzan con un corredor en segunda, y los partidos de la Liga Nacional también tienen bateador designado.

La NBA Bubble

Orlando ha sido el escenario de la que quizá sea la apuesta más grande de un equipo profesional por concluir de manera ordenada su campaña. Se armó una burbuja literal de aislamiento en el Walt Disney World de Bay Lake con 22 de los 30 equipos de la liga, concentrados y aislados de sus familias para concluir la temporada regular e iniciar los playoffs, que comenzaron el pasado 17 de agosto. El desenlace llegará el 30 de septiembre con las finales.

En la burbuja ha habido momentos de amarga protesta social por los asesinatos de hombres afroamericanos a manos de la policía –el movimiento Black Lives Matter impactó con fuerza entre los jugadores– y escenas de rodilla en tierra durante el himno estadounidense como protesta por la desigualdad de trato. En lo puramente deportivo, los juegos han visto exhibiciones de las mayores estrellas de la liga: LeBron James, Giannis Antetokounmpo, Kawhi Leonard, James Harden y el increíble Luka Doncic.

En cuanto al tenis, también tuvo su ración de suspensiones con Roland Garros y Wimbledon, los dos grandes torneos de la primavera y el verano. Sí se retomó a tiempo el circuito para el US Open, con el Masters 1000 de Cincinnati como prueba de juego. Una exhibición programada por el serbio Novak Djokovic trajo consigo varios contagios de jugadores, que por fortuna se resolvieron sin mayores contratiempos con una evolución asintomática de la enfermedad, exceptuando al búlgaro Grigor Dimitrov, que sufrió severas afecciones.

El fútbol americano, que vive este año con curiosidad la primera campaña de Tom Brady fuera de los Patriots y la relocalización de los Raiders en Las Vegas desde Oakland, ha pautado una campaña normal… con puntos de fuga para acortarla si la realidad sanitaria obligase a ello. El Super Bowl número 55 está previsto para el 7 de febrero de 2021 en Tampa (Florida), y los Kansas City Chiefs tratarán de defender el título obtenido a principios de este año en Miami tras la final contra los 49ers de San Francisco, con Pat Mahomes como MVP.

La mayoría de las especialidades deportivas han buscado soluciones para dar curso a sus competencias, con la NBA Bubble como ejemplo extremo.

El futuro

Mientras la carrera por hallar la vacuna contra distintos lugares del mundo (Rusia, varios laboratorios de Estados Unidos, Alemania, Cuba), los deportes profesionales diseñan su futuro inmediato. Se habla de que la NBA no arrancará hasta diciembre, mientras que las ligas de fútbol europeas han diseñado un comienzo ortodoxo, a la espera de cualquier tipo de novedad que pueda alterar esos planes. En cuanto a la gran cita deportiva, los Juegos Olímpicos de Tokio, nada parece indicar actualmente que vayan a posponerse o anularse de nuevo, después de que en marzo se anunciase que se celebrarían en el verano de 2021. La inauguración estaba la pandemia sigue quemando etapas desde prevista para finales de julio.

Algunos grandes deportistas, como los tenistas Roger Federer o Rafa Nadal, han acortado sus temporadas de este 2020 para hacer frente con garantías a los retos del año próximo: para Federer, además, las Olimpiadas podrían ser el reto fi nal de una larguísima y exitosa carrera, en el año de su 40 cumpleaños. Otro que llegaría a esa cita con 41 años y la ilusión de una despedida por todo lo alto sería el jugador de baloncesto Paul Gasol, mermado por las lesiones en los dos últimos años.

This article is from: