EL OBSERVADOR Ediciones Especiales
Edición Especial por los 276 años de San Felipe
e p i l e F n a S a c i r ó t his
Viernes 5 de agosto de 2016
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2 - 276 años de San Felipe
Viernes 5 de agosto de 2016
EL OBSERVADOR
Los grandes próceres jóvenes de la historia El profesor Abdón Cifuentes, el abogado Eulogio Altamirano y el doctor Edison Pérez tomaron notoriedad en la ciudad y en todo Chile, antes de cumplir 40 años, dejando un legado imborrable
por Raúl López Salgado San Felipe el Real, fundada así por don José Antonio Manso de Velasco y Samaniego el 3 de agosto de 1740, se erige como la capital de la Provincia de San Felipe de Aconcagua y, pese a su edad, mantiene ese espíritu
joven, no sólo en sus actuales generaciones, sino también entre quienes fueron sus primeros próceres, que, a muy corta edad, dejaron huella en la historia de la comuna, haciendo de este pequeño asentamiento original, una ciudad pujante y con una gran y rica historia.
Los profesores de Historia Jaime Sepúlveda y Gonzalo Álvarez, señalan que, dentro de los tres personeros más influentes y destacados en la historia de la comuna, que tomaron notoriedad cuando eran muy jóvenes, están Abdón Cifuentes, Edison Pérez y Eulogio Altamirano.
El profesor de HistoGonzalo Álvarez, profesor de Historia. ria Jaime Sepúlveda.
Abdón Cifuentes
Eulogio Altamirano
Doctor Edison Pérez
El educador y abogado que empezó a dejar huella a los 18 años y fue ministro a los 35
El veterano de guerra que creó el Ministerio de Relaciones Exteriores a los 36 años
El joven que estudió Derecho, Medicina y fundó La Cruz Roja y la Sociedad de Historia
Fundó la Universidad Católica, más de cien escuelas y bibliotecas públicas e impulsó el ingreso de las mujeres al mundo profesional y la docencia
Después de una brillante trayectoria política, sirvió en las batallas más complejas de la Guerra del Pacífico, donde lanzó una de las frases más célebres de conflicto
Á los 20 años llegó a la comuna y supo que aquí echaría raíces y dejaría una enorme herencia cultural y social
Eulogio Altamirano es uno de los personajes sanfelipeños que ninguno de los profesores de historia consultados por El Observador dudó en nombrar como uno de lo más grandes e importantes que ha dado esta tierra. Nació en San Felipe el 1 de agosto de 1835, siendo hijo de Miguel Altamirano y Pilar Aracena. Realizó sus primeros estudios en el internado del Instituto Nacional, para luego complementarlos en la Universidad de Chile, obteniendo el título de abogado en 1860. Diez años más tarde, fue nombrado Ministro de Justica, Culto e Instrucción Pública por el presidente José Joaquín Pérez. Al año siguiente, en 1871, el Presidente de la República Federico Errázuriz Zañartu lo nombró Ministro del Interior y Relaciones Exteriores. Durante ese tiempo presentó el proyecto de ley que creó lo que actualmente es el Ministerio de Relaciones Exteriores. Tenía sólo 36 años. Uno de los principales aportes que hizo Altamirano a la historia de Chile se produjo en 1880, con motivo de la Guerra del Pacífico. Según explica Gonzalo Álvarez, fue un sanfelipeño que jugó un rol importante en toda esa gesta militar. Ese año fue nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario y, a la vez, Secretario del Ejército en campaña. Como ministro, asistió a la Conferencia de Arica, donde frente a la presencia de ministros de Estados Unidos, Perú y Bolivia señaló que “Chile no saldrá jamás de Tarapacá sino por la fuerza”. “Esas Palabras que marcaron un antes y un después durante todo ese conflicto”, agrega Álvarez. Por su parte, Jaime Sepúlveda expone que, en 1885, Valparaíso lo eligió senador, cargo que ocuparía por los periodos legislativos siguientes, además de ser Consejero de Estado y miembro de la Comisión Conservadora hasta 1891. Luego formó parte de la revolución realizada por la mayoría del Congreso que se dirigió a Iquique, asiento de la Junta de Gobierno. En 1880 había hecho la campaña de Lima y se sirvió en las batallas de San Juan, Chorrillos y Miraflores, al lado del General en Jefe del Ejército, Manuel Baquedano. Incluso, el gobierno lo condecoró con la medalla correspondiente a la Campaña de Lima. Por esta trayectoria de vida, Eulogio Altamirano fue considerado uno de los grandes personajes que ha entregado San Felipe para la el país. De hecho, los historiadores no dudan en calificarlo, junto con Abdón Cifuentes y al ex presidente Manuel Montt Torres, como “los políticos más hábiles que ha producido la tierra aconcagüina”.
Edison Pérez Rojas, fue un médico oriundo de Carahue, Novena Región. Nació en 1920 y, a los veinte años, se vino a San Felipe. Visitó por primera vez estas tierras para las Fiestas Patrias de 1940 y decidió radicarse en la zona producto del buen clima y otras virtudes de la ciudad. El profesor Jaime Sepúlveda relata que Edison Pérez fue un destacado hombre que dedicó su vida al servicio a los demás. Realizó estudios de derecho en la Universidad de Chile y luego estudió Medicina en la misma casa de estudios. Fue un importante ginecólogo y obstetra que trabajó en San Felipe y que incluso llegó a ser Presidente Nacional del Colegio Médico. Fue miembro del Partido Radical e incluso habría sido llamado por el ex presidente Salvador Allende para que se hiciera cargo del Ministerio de Salud. Integró la Logia Masónica, en la que incluso llegó al Grado 33, es decir, fue Maestro dentro de la masonería Sus principales aportes a San Felipe fueron son dos obras que hasta el día de hoy persisten en la ciudad: haber impulsado la Cruz Roja y la Sociedad de Historia de Aconcagua. Sepúlveda cuenta que, en la Cruz Roja, el doctor Edison Pérez capacitó a cientos de mujeres en Enfermaría y otras áreas de la salud. “Incluso hoy en día se espera que la filial de San Felipe lleve su nombre. Sería un acto de reconocimiento a un hombre que dio mucho de su vida por la ciudad”, asegura el historiador. En la Sociedad de Historia fue presidente por treinta años, realizando así un importante aporte al desarrollo cultural no tan sólo de la ciudad, en sí, sino que también para todo el valle del Aconcagua. En San Felipe vivió en uno de los sectores más residenciales y con historia en la ciudad, la calle Riquelme, famosa en los tiempos en que viajar en tren era uno de los principales medios de transporte. Su vida se apagó definitivamente en el año 2009, pero su legado aún permanece intacto. De hecho, fue nombrado Hijo Benemérito de San Felipe por sus importantes y valiosos aportes al desarrollo de la salud y la cultura en la ciudad.
Hablar de Abdón Cifuentes es referirse a uno de los más grandes sanfelipeños de la historia y uno de los padres de la educación chilena. Así lo describe el profesor Álvarez, quien detalla que este notable personaje nació en San Felipe el 16 de mayo de 1836. Sus padres fueron José María Cifuentes Olivares y Pabla Espinoza Pinto. Hasta sus doce años vivió en la comuna, donde también realizó sus primeros estudios en el Liceo de San Felipe. En 1849 se trasladó a Santiago para ingresar al Instituto Nacional, donde cursó las Humanidades. Jaime Sepúlveda cuenta que, en 1854, fue nombrado profesor de historia del Colegio San Luis y ese mismo año, con sólo 18 años, dio paso a su primera herencia cultural: junto a Miguel Cruchaga -compañero de estudios-, fundó la “Sociedad Literaria de San Luis”. Años más tarde, en 1861, recibió su título de abogado. El mismo profesor agrega que Cifuentes fue quien impulsó en el Instituto Nacional la idea de que los profesores impartieran clases de acuerdo a su especialidad. “Para la época, fue un hecho notable, porque hasta ese momento un profesor debía hacerse cargo de dictar todas las asignaturas”, explica el historiador. Sin cruzar aún el umbral de los 30 años, en 1865, fundó la “Sociedad de los Amigos del País”, que se extendió prontamente a varias ciudades de Chile y llegó a tener considerable influencia en la vida política nacional. Su finalidad fue unir y preparar a los católicos para la vida pública. En 1871, con sólo 35 años, Abdón Cifuentes fue nombrado Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública por el entonces Presidente Federico Errázuriz. Aunque ya había tenido cargos importantes dentro de la administración pública, como Oficial Mayor -equivalente al actual subsecretario del Ministerio de Relaciones Exteriores-, en este nuevo cargo desempeña un grueso de obras que, hasta hoy, son reconocidas como su principal legado: restableció los cursos de arquitectura, estableció el internado médico en los hospitales e impulsó la fundación de otros hospitales, entre ellos el de El Salvador. Además, creó el Curso de Obstetricia para damas, generando una de las primeras profesiones que se abrieron para las mujeres en Chile, además de permitir su ingreso al profesorado, ejercido por los varones. Fundó más de cien escuelas y bibliotecas públicas, creó las primeras escuelas-talleres para la educación de obreros y abolió los exámenes anuales. El profesor Sepúlveda recuerda que, además, fue el fundador del periódico “El Verdadero Liberal” de San Felipe y Diario “La Unión” de Valparaíso. En 1889 se inauguraron los cursos de una de sus principales obras: la Pontificia Universidad Católica. Tanto Jaime Sepúlveda como Gonzalo Álvarez, concuerdan en que Abdón Cifuentes es un sanfelipeño que, de muy joven, mostró virtudes públicas y privadas, honrando las letras nacionales, la prensa, el foro y la tribuna parlamentaria. Fue quien, además, abrió el camino para los nuevos maestros de la enseñanza. Y, cómo no, si ejerció esta profesión durante setenta y cinco años.
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276 años de San Felipe - 3
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Sanfelipeños célebres hoy y en sus años de juventud “Como a los 20 años hacíamos giras de teatro por hogares y colegios” Hay muchos personajes de la comuna, algunos más públicos que otros, que han desarrollado una vida de compromiso social, que nació cuando eran veinteañeros. En este reportaje reviven esas experiencias que enorgullecen a la ciudad Por Raúl López Salgado
Clotilde Zúñiga Muñoz
“La Profe Cloti” Profesora de Liceo Nocturno por 40 años
Hablar de “La Profe Cloti”, como es conocida cariñosamente por todos sus estudiantes, es referirse a una de las más grandes exponentes de la enseñanza y la pedagogía en San Felipe. No sólo porque ha dedicado más de 40 años a la educación de jóvenes y adultos de la ciudad, sino porque esa vocación la tiene desde sus primeros años, siendo un ejemplo de lo que la energía joven puede hacer por los demás cuando es invertida con sentido social. Nació 10 de agosto de 1950, como hija de Luis Armando Zúñiga Jara y María de las Mercedes Muñoz Miranda. Desde muy pequeña comenzó a experimentar su pasión por la literatura, las artes y el trabajo social, formando organizaciones para desarrollar sus inquietudes más allá de la sala de clases. Su etapa escolar se desarrolló, primero, en la Escuela 2 de Niñas y, luego, en el actual Liceo de Niñas de la ciudad, donde finalizó su educación. Pese a su edad, estaba a cargo de algunas de las secciones de su biblioteca, en la cual trabajaba para
incentivar el hábito entre sus compañeras. Es, precisamente, en este periodo que conoce a una de las mujeres que marcó su vida, quien la inspiró para convertirse ser profesora. “Era la profesora de Castellano María Janet Yáñez. Ella nos entregó mucho. Su trabajo fue tan significativo para mí, que gracias a ella yo tomé la decisión años más tarde de estudiar Pedagogía en Castellano”, señala la profe Cloti. Pero, lejos de dedicarse sólo a su carrera, Clotilde invirtió gran parte de sus años de juventud a difundir la literatura entre personas de su edad, además de la acción social. “Mi pasión por la literatura se desarrolló más aún en la juventud, más menos por los 20 años de edad, cuando participaba en grupos literarios. En ese tiempo, hacíamos pequeñas representaciones de obras en colegios, grupos de lectura y así íbamos por distintos lugares. Los mimos colegios u hogares, para llevarles cultura”, rememora la reconocida docente. Esa energía de la juventud era canalizada, además, hacia otra arista de su labor social: la Juventud Católica. “Ahí hice varias obras, con muchos amigos, con quienes ayudábamos a vecinos que lo necesitaban,
dábamos desayunos, les cantábamos, todas esas cosas que tenían no sólo ayudar, sino acompañarlos, en definitiva. Me gustaba mucho ese trabajo y de hecho hasta el día de hoy trato de hacerlo, aunque con menos tiempo eso sí”, comenta. En medio de estas actividades, se empezó a construir su camino a la docencia. En 1970 había ingresado a estudiar Pedagogía en la Universidad Técnica del Estado, para lo cual debió trasladarse a Santiago. “Fueron años muy bellos, pero también muy difíciles”, comenta, considerando la tensión política de aquel
periodo. Aun así, ser universitaria no le impedía venir a San Felipe todos los fines de semana. Sólo su embarazo, en 1972, cambió un poco los planes y se vio obligada a trabajar y estudiar para solventar los gastos de sus estudios. Una vez titulada, muy joven comenzó a trabajar en escuelas del valle de Aconcagua. Primero en Curimón y Putaendo. Pero la vida le tendría preparado un desafío por el que se haría reconocida: la educación nocturna. En marzo de 1973 empezó a trabajar como profesora de Castellano al Liceo Nocturno de San Felipe, donde se desempeñó desde esos años
de juventud y por largos cuarenta años, enseñando a jóvenes y adultos, cambiándoles la vida para bien. “El trabajo en el nocturno llenó mi corazón. Fue mi vida. Ahí conocí historias que vale la pena trabajarlas. Muchos de ellos eran jóvenes que buscaban una reinserción social, había mujeres violentadas, adultos con problemas. En definitiva, ésa fue una labor educacional y social”, agrega. La querida Profe Cloti además señala que todo este trabajo de su vida fue gracias al apoyo y compañía de su esposo, el también profesor Wilson Paz, a quien conoció cuando eran escolares y aún permanecen juntos.
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“Vi a muchos menores en la cárcel, que no tenían casa ni familia” Mario Sottolichio Urquiza hoy es consejero regional, pero su vida política lo hizo pasar una juventud llena de experiencias límite, debido a la convulsionada época de los años 70 en Chile, que lo llevaron a acumular vivencias que, con los años, derivarían en su orientación social. Nació en 1948 en Talcahuano, hijo de Luis Sottolichio y Fresia Urquiza. Vivió toda su infancia en la ciudad portuaria, hasta que, en 1973 y en medio de la dictadura militar, fue mandado al exilio. Pero previo a esa salida, fue víctima de persecuciones y encarcelamientos de tipo político, que le sirvieron para darse cuenta de la realidad de muchos jóvenes que vivían en las calles y necesitaban urgente ayuda. Eran tiempos de veinteañero, en los
que integró muchas iniciativas de trabajo, entre ellas el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU). Su participación en esta organización y otras de perfil político, hicieron de esa época una muy compleja trama de detenciones y experiencias extremas. “Mi juventud se desarrolló en tiempos difíciles de nuestro país y fui muchas veces detenido y llevado a la cárcel. En ese lugar, pude ver muchas cosas me han ayudado y formado para lo que soy hoy en día. Vi a muchos menores en la cárcel, que no tenían casa ni familia. Eso me marcó mucho”, cuenta Sottolichio. Teniendo sólo 25 años, fue obligado a salir del país, recalando en Alemania, donde vivió trece años. “Cuando estuve en mi exilio, fue-
Mario Sottolichio Urquiza
Consejero Regional Fue líder juvenil y exiliado político 13 años Fundador de Casa Walter Zielke ron años en los que aprendí bastante. Estudié y tuve experiencias de vida que mantengo hasta hoy. Allá también viví y vi cosas sobre todo con los jóvenes, para saber cómo sacarlos adelante cuando tienen problemas. Hasta los 38 años, en Alemania, también fui participante de obras sociales y un activo hombre en la lucha social”, rememora. Noviembre de 1991 está grabado entre los espacios inolvidables de su
biografía, pues fue cuando volvió a Chile y lo hizo a San Felipe, por una petición del -entonces-. Obispo de la Diócesis de Aconcagua, monseñor Camilo Vial. Antes de cumplir los 40 años, lo conminó a que trabajaran juntos por mejorar las condiciones y luchar por los jóvenes que
más lo necesitaban. Tras una serie de labores en organismos vinculados a la Iglesia Católica, llegó el año 2000, cuando decidió generar un espacio para ayudar a jóvenes vulnerables y con problemas sociales, dando lugar a toda esa inquietud que se
generó cuando era veinteañero. Así nació la casa para jóvenes “Walter Zielke”. En ella han vivido, educado y recibido oportunidades más de un centenar de jóvenes, durante 25 años. Sottolichio cuenta que sus años de infancia y juventud se forjaron en la solidaridad, gracias al ejemplo que dieron sus padres: “Ellos eran muy comprometidos en todo trabajo social para ayudar a la gente. Creo que desde ahí también viene esa vocación mía, ellos me inculcaron la solidaridad y amor al prójimo”. La comunidad sanfelipeña acaba de premiarlo como “Ciudadano Benemérito” de San Felipe, reconocimiento que -según sus palabras- lo deja muy contento y sorprendido.
“Recién egresados, trabajábamos gratis junto a otros profesionales” Jorge “Choche” Cruz Odontólogo
Jorge Francisco Cruz Lolas, conocido popular y cariñosamente como el “Choche Cruz”, es un ilustre sanfe-
lipeño nacido en 1954. Hijo de Jorge Cruz y Catrina Lolas, estudió toda su etapa escolar en el Instituto Abdón Cifuentes. Cuenta que ya en sus años de escolar, apareció su vocación de servicio cuando fue presidente del Centro de Alumnos del tradicional establecimiento. “Trabajábamos realizando obras en ayuda da la comunidad. No sólo nos preocupábamos de cosas dentro del colegio: íbamos a hogares, hospitales y llevábamos alegría y otras cosas. A mí en particular
eso me gustaba mucho hacerlo, por supuesto que queremos que esas necesidades no existan, pero mientras estén, alguien debe atenderlas. Eso era lo que Nosotros intentamos hacer”, recuerda. Una vez que egresó del IAC, decidió estudiar la que es su más ferviente pasión: Odontología. Con el título obtenido, en vez de quedarse en ciudades metropolitanas, decidió volver a San Felipe para ejercer su profesión, además de desarrollar otras áreas. De hecho fue odontólogo de la Cruz Roja de San Felipe, trabajando ad honorem por muchos años. “Ese trabajo lo hacía gratis sólo por el servicio a la comunidad. Pero
era yo junto con otros colegas, en distintas áreas, que también que hacíamos este trabajo ad honorem para San Felipe”, describe sobre sus años de joven profesional. Paralelamente, sus años de juventud también tuvieron espacio para la política. Con sólo 19 años fue presidente provincial del Partido Nacional, cargo que ejerció hasta 1973. “También formé parte del Consejo de Desarrollo Municipal y he sido miembro de la Sociedad de Historia
de Aconcagua, entre muchas otras organizaciones”, sostiene el dentista. Pero cuenta que uno de sus pasatiempos favoritos es la astronomía. Por más de 45 años ha integrado, hace tres décadas, la Asociación Chilena de Astronomía y Astronáutica. El también ex concejal por cuatro años, hoy vive momentos de inmensa alegría. Pasado el tiempo y sin cesar el mismo compromiso de su juventud por la comuna, en el marco de un nuevo
aniversario de San Felipe, el Concejo Municipal le otorgò la condecoración de Hijo Ilustre. “Ésta es una distinción de la cual estoy profundamente agradecido. No me la esperaba, porque uno no trabaja pensando en el premio, sino por el bien común”, señala Cruz. “Choche” agradece, de paso, a su familia, su esposa María del Carmen Navea, con quien lleva 34 años de matrimonio; y a sus hijos Pablo, Rodrigo y Estefanía.
“Fue muy bonito resultar campeonas nacionales de tenis de mesa” Ana Valenzuela Toro Campeona Nacional de Tenis de Mesa en 1962
Corría el año 1962 y un grupo de jóvenes deportistas representaba a San Felipe en el Campeonato Nacional de Tenis de Mesa en Valdivia. La delegación estaba compuesta, entre otros, por las damas Ana Valenzuela Toro, Ana María de la Paz, Elba Tapia e Isabel Vásquez. Ana recuerda que todo nació en la Escuela Número 3 de San Felipe, donde conoció a sus amigas y, juntas, decidieron practicar este deporte. Al paso de un tiempo y de una serie de campeonatos locales, clasificaron para el Nacional Escolar de la espe-
cialidad, en la ciudad del río Calle Calle. “Nos gustaba mucho jugar tenis de mesa. Es un deporte muy lindo. Además, en ese tiempo, lo practicaba con mis amigas, así que todo se hacía más entretenido”, señala Ana Valenzuela. Pese al talento que tenía, no era una época donde fuera fácil conseguir permiso para que las mujeres pudieran salir de casa tan lejos. De hecho,
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Ana cuenta que cuenta que, en su caso, sus padres Luis Valenzuela y Marina Toro, no le daban la autorización para viajar a participar y tuvo que ser su tía, Ana Rebeca López, quien intercediera para conseguir la venia. “Como yo era adolescente, mi tía vino desde Quilpué para hablar y decir a mis padres que debían dejarla ir”, rememora. Una vez en Valdivia, comenzaron con esta travesía que era disputar el campeonato. A medida que avanzaban las etapas, se dieron cuenta que había opciones de ganar la final. Y así fue, pues y se titularon Campeonas Nacionales de Tenis de Mesa, en 1962, el mismo año del Mundial de Fútbol de Chile. Ana sostiene que “fue una experiencia muy linda, salir campeonas nacionales de tenis de mesa, llena de recuerdos”. “Viajamos en bus hasta Valdivia. De la ciudad conocimos mucho, anduvimos en lancha, visitamos plazas, parques. Y, una vez de vuelta, el recibimiento en San Felipe fue muy grande. Nuestras familias estaban muy orgullosas y felices por nuestro logro. En el colegio también nos premiaron y felicitaron”, relata. Sin embargo, las campeonas nunca han tenido un reconocimiento por parte de la ciudad, pues el logro ha quedado un tanto guardado en la historia.
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Talento Joven
Seis jóvenes fueron premiados con esta distinción por el Concejo Municipal, porque su talento ha Por Camila Keilhold González llevado el nombre de San Felipe más allá de sus fronteras comunales
“Lloré cuando me llamaron a La Roja” Benjamín Gazzolo
19 años Futbolista Unión San Felipe Selección Chilena Sub 20
Benjamín Gazzolo nació en Santiago, pero por el trabajo de su padre se trasladó junto a su familia durante sus primeros años de vida a Putaendo y a los cinco llegó a San Felipe. De kínder a primero estudió en la Escuela José San Martín; de segundo a sexto, en el Colegio Portaliano; y de séptimo a cuarto medio en el Instituto Abdon Cifuentes. Actualmente tiene 19 años y es defensor de Unión San Felipe y de la Selección Chilena sub 20. Recordó que su carrera futbolística comenzó cuando tenía 7 años, en la Escuela de Fútbol Luis Quezada. Pero éste no fue el único deporte que practicó en su infancia y adolescencia, ya que también hizo kung-fu, natación y vóleibol. A Unión San Felipe llegó a los 13 años, junto a Santiago, su hermano mellizo, quien solo se quedó un par de años. “Al principio yo no jugaba mucho. Él sí, pero sólo lo hizo hasta la Sub 15, porque decidió seguir en vóley. Como yo me enfoqué, empecé a jugar más”, explica. Benjamín entrena de lunes a viernes y los sábados por lo general tiene partidos. Debido a su incorporación a La Roja Sub 20, hay semanas en que tiene que viajar a Santiago de lunes a miércoles. Cuando eso sucede, nota la diferencia, pues los entrenamientos son más exigentes.
A la Selección llegó hace unos cuatro meses y aún recuerda con emoción lo que sucedió cuando lo llamaron: “Estaba durmiendo y, cuando desperté, tenía hartas llamadas perdidas de un número desconocido. En ese momento me habló Bruno, un amigo al que también habían llamado y él me contó. Me puse a llorar y dije: ‘Ya, no voy a llorar más, porque está mi mamá’. Pero después igual lo hice, porque no aguanté. Toda mi familia se puso muy contenta. Que me llamaran a la selección, fue como una recompensa por todo el trabajo y sacrificio que he hecho”. Hasta la fecha, han jugado varios amistosos y no solo con equipos chilenos, como Colo Colo, Everton y Magallanes. Hace dos meses, enfrentó como visita a la Selección de Uruguaya. “Estar en la selección me ha servido
mucho, porque lo que aprendo ahí, lo aplico cuando juego por Unión San Felipe. Por ejemplo, he mejorado mucho en los pases. Además me siento más maduro”, afirma. Florencia, su hermana menor, tiene 10 años y practica vóley, patinaje y gimnasia rítmica. Para el seleccionado nacional, el que ella, él y su hermano sientan interés por sus deportes es gracias a que su padres, Andrés y Tania, siempre les incentivaron el participar en disciplinas deportivas y, cuando decidieron dedicarse a ellos, también los apoyaron. “Cuando estaba en tercero medio me subieron al primer equipo de San Felipe y ahí mi familia, sobre todo mi hermano, fue fundamental, porque tuve que faltar harto al colegio y él me ayudó en ese proceso. El colegio tampoco me puso problemas”, señala. Respeto, humildad, perseverancia y disciplinada han sido algunas de las cosas que el fútbol ha enseñado a Benjamín. Por lo anterior, sus metas están claras: “Este año quiero ser titular acá, para luego irme a algún club de Primera y de ahí seguir subiendo más peldaños. Después, irme a jugar al extranjero y así ir superando mis metas”. Se confiesa admirador de Gary Medel y John Terry, del Chelsea. Pero dice que ha aprendido mucho con compañeros como Jorge Sotomayor, Juan Grabowski, Alí Manoucherhi.
“Quiero llegar a una olimpiada sudamericana” Francisca “Panchita” Zúñiga Contreras 11 años Maratonista
Con solo 11 años y motivada por su pasión por el atletismo, Francisca “Panchita” Zúñiga Contreras se levanta de lunes a viernes a las 5:30 de la mañana para correr 5 kilómetros, junto a Boris Zúñiga Díaz, su padre. Luego, regresa a su casa, se prepara y vuelve a salir, pero para ir al Liceo Bicentenario Cordillera, donde cursa cuarto básico. Dos veces por semana -generalmente martes y jueves- destina parte de sus tardes a correr nuevamente por la calle junto a su padre. Y los sábados, en la pista del Estadio Fiscal. El primer acercamiento que Francisca tuvo con el deporte fue a los seis años, cuando ingresó al equipo de vóleibol del Liceo, deporte que aún juega y al que llegó porque su hermana Grace también practica. El atletismo lo conoció por su padre, quien se define como corredor aficionado y desde su adolescencia asiste a competencias masivas. “Cuando estaba entrenando voleibol le pregunté a mi papá si podía ir con él a una carrera organizada por la municipalidad. Y gané. Pero como empezó como un juego, mi papá no le tomó importancia. Después participé en cuatro carreras y también gané. Ahí les llamó la atención y a mí me empezó a gustar”, cuenta Francisca.
Una quinta competencia en la que participó fue una corrida organizada por el Liceo Roberto Humeres para su aniversario, donde la pequeña atleta tenía siete años y ganó la categoría infantil. Por eso, profesores de educación física se interesaron al punto de que David Olivares, presidente del Club Deportivo Aconcagua Runners, la invitó a ser parte. Han pasado cuatro años y ya ha participado en competencias en Coquimbo, Santa María, San Esteban, Petorca, Pedegua, La Ligua, La Calera, Quillota, Quilpué, Viña del Mar, Concón y Valparaíso, donde siempre ha quedado en los primeros lugares. La decisión de Francisca de dedicar más tiempo al atletismo, le significó modificar sus hábitos alimenticios y estar bajo la supervisión de profesionales de la salud, como traumatólogos. Además, entrenadores que le ayudan a mejorar aspectos técnicos. Los encargados son
Carlos “Carlitos” Rubio, quien tiene una Escuela Deportiva Integral en Llay-Llay; y Francisco Montalvo, quien participa en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) y le envía el plan de entrenamientos por correo. La encargada de supervisar su alimentación y mantener un registro fotográfico de sus competencias es Claudia Contreras Tejada, su madre, quien al igual su padre, ha sido un pilar importante. Otras personas que igualmente han estado pendientes de su desempeño, como las atletas Natali Rosas, oriunda de Santa María; la famosa lanzadora de la bala sanfelipeña Natalia Ducó y Érika Olivera. “Natali Rosas la acompañó en una premiación, Natalia Ducó la quiso conocer cuando vino y hace poco Érika Olivera mostró interés. Tengo entendido de que ella entrena en Recoleta y, si todo sale bien, eso significaría que Panchita tendría que viajar a Santiago y eso tiene un costo, porque hay que pagar por entrenar con ella, aparte del costo de los pasajes, la alimentación del día. Necesitaríamos un auspicio”, explica Boris. El último logro de Francisca es ser parte de una pre-selección que entrena en el Estadio Playa Ancha de Valparaíso y tiene como fin formar una Selección Regional Infantil de Atletismo, lo cual marca un precedente fundamental detrás de su sueño: “Quiero llegar a una olimpiada sudamericana”.
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“Transformé mi hobby en mi trabajo y de eso vivo” Pablo Osorio Jaramillo
Física en la Universidad de Playa Ancha, a pesar de haber estudiado en el Liceo Comercial de Los Andes, del cual salió con el título de Técnico en Nivel Medio en Contabilidad. Una vez terminada la universidad el 2006, Pablo ejerció como profesor durante siete años, hasta que el 2013, cansado de luchar por sus ideales contra una institucionalidad que entregaba más trabas que apoyo, sumado a una situación que vivía con Santiago, su hijo pequeño, decidió cambiar de rumbo. “Santi nació en marzo del 2013 y en octubre de ese año renuncié a mi trabajo. Lo hice porque trabajaba en un colegio en Lampa y viajaba todos los días en
32 años Profesor de Educación Física Instructor de Zumba
Cuando Pablo Osorio Jaramillo estaba en octavo básico, profesores lo reclutaron para ser parte de la Academia de Handball San Felipe. A partir de su ingreso a enseñanza media, poco a poco se fue adentrando en circuitos competitivos, llegando incluso a ser seleccionado nacional. Su interés por dicho deporte fue clave al momento de tomar la decisión de entrar a Pedagogía en Educación
auto. Luego, llegaba acá a las siete de la tarde, agarraba mi bolso y me iba a trabajar al gimnasio de ocho a nueve. Entonces, cuando regresaba, mi hijo estaba durmiendo y empecé a ver que no quería eso para mi vida”, recuerda. Pablo ya contaba con una certificación como instructor de zumba, que había obtenido el 2012, y llevaba alrededor de cuatro años compartiendo un hogar con su pareja y apoyo, Yocelin Alvial Sánchez. “Yo creo que si Santi no hubiese nacido, no me hubiese salido del río de la comodidad, porque siempre me picó el bichito de la independencia, pero me fal-
taba un impulso. Siempre se lo digo a las personas con las que converso. Primero, porque cuando con Yose quisimos ser papás no fue fácil. Nos faltaba una etapa para intentar el in vitro y justo quedó embarazada. Entonces siempre lo hemos visto como un luchador. Ellos dos son mi gran soporte”, afirma. Smile Fitness, estudio y centro deportivo, es el resultado de ese impulso. Fundado en febrero del 2014, además de zumba, cuenta con clases de pre ballet para niñas entre tres y seis años, salsa y entrenamiento funcional, con horarios que van de lunes a viernes de 8:15 a 10 horas y de 18 a 22 horas, y los sábado de
11 a 13 horas. Este instructor de 32 años acaba de recibir de Municipalidad de San Felipe el premio a Talento Joven, respecto del cual dice que “por lo que he conversado con mi familia y amigos, pienso que es por la cantidad de gente que muevo a través de la actividad física”. “Tomé un riesgo y gracias a Dios funcionó porque cuando decidí abrir mi estudio, pensé que las personas a las que les hacía clases en el gimnasio en el que trabajaba me iban a seguir y así fue. Y evento al que voy, afortunadamente, llega mucha gente. Transformé mi hobby en mi trabajo”, concluye.
“Seré doctor o entrenador de básquetbol” Simón Salgado Salgado 15 años Basquetbolista Colegio José Agustín Gómez
Al Colegio José Agustín Gómez, el basquetbolista de 15 años, Simón Salgado Salgado, ingresó por una tradición que comparte junto a sus familiares contemporáneos ya que su hermano Oliver – quien ahora tiene 22 años - y parte de sus primos lo hicieron antes que él. Al básquetbol cuenta que llegó por una situación muy similar a la anterior. Su hermano fue el primero en jugar y eso lo incentivó desde los tres años, cuando junto a su madre lo iba a ver. Pero recién a los cinco pudo concretar su anhelo de participar cuando se integró al taller del colegio, lo cual lo mantiene jugando
hasta el día de hoy junto a sus primos Nicolás y Matías Porras. La familia es un pilar muy importante en la carrera del estudiante de primero medio. Por eso destaca que su tío, José Salgado, siempre esté presente, al igual que su abuela, Amanda Ibarra, tías y
otros tíos. “El básquetbol me ayuda a ser más ordenado en el tema de horarios y estudios, porque tengo la obligación de que me vaya bien en ambos y eso también me hace ser más perseverante. Además, enseña mucho respeto entre las personas”, comenta. Simón afirma que le gustaría continuar jugando una vez terminada su etapa escolar, pero que también está consciente de que implica mucha más dedicación y que eso no es del todo compatible con una carrera universitaria. “La idea es seguir, porque es el deporte que me gusta, pero como sabemos aquí después hay que enfocarse en la universidad y el tiempo es mucho menos, porque hay que ponerle más ganas a los estudios. Me gustaría entrar a Medicina. Mi sueño es ser doctor y, si no, entrenador
SERVIMEDICA Ltda.
de básquetbol, para seguir fomentando el deporte en San Felipe”, asevera. A su parecer, las generaciones menores que integran el club en el que participa están entusiasmadas y eso lo hace pensar que continuarán cuando él y sus primos no estén. “Siempre están entrenando, se nota que les gusta, que disfrutan y son bien humildes. Y eso es muy importante, porque es típico que, cuando los niños son chicos y son buenos, se empiezan a agrandar y todo eso, pero los que participan en el club siempre van por más y no son conformistas. He visto muchas veces que los papás o los apoderados, después de un partido, les dicen que jugaron bien y los niños empiezan a conformarse. No es la idea, porque hay que mejorar cada día e ir a entrenar siempre. Algunos papás también creen que siempre tienen más razón incluso que el entrenador y eso no ayuda”, comenta. En cuanto a ser reconocido como talento joven por la Municipalidad de San Felipe, el estudiante dijo sentirte conten-
to, porque lo toma como un reconocimiento a sus méritos deportivos y que le
dan más ganas de seguir mejorando día a día.
“Entreno todos los días y donde haya cemento” Tomás González Acevedo
15 años Basquetbolista Club San Felipe Basket Colegio José Agustín Gómez Claudia Acevedo Marín fue seleccionada nacional de básquetbol y Rocío González Acevedo siguió sus pasos, siendo Seleccionada Sub 17 y adulta. La primera es la madre y la segunda la hermana de Tomás González Acevedo, quien también es basquetbolista y uno de los escogidos como talento joven por la Municipalidad de San Felipe. “Mi mamá desde chicos nos incen-
tivó a que jugáramos y, en mi caso, mi interés aumentó porque soy muy celoso y no me gustaba que a Rocío la llamaran a selecciones. Entonces, como quería ser mejor que ella, me metí más en el básquetbol y hartos entrenadores de varias partes me decían que yo era bueno, que tenía que seguir, fortalecerme y eso me motivaba. Mi mamá también me dijo que tenía un talento inmenso y que debía trabajarlo. Igual el profesor Felipe (Rodríguez). Él me apoyó y me apoya ahora”, confiesa Tomás. La dedicación de Tomás se refleje incluso en la elección de los establecimientos educacionales en los que ha estado.
Saluda afectuosamente a la ciudad de SAN FELIPE en conmemoración de su nuevo 276º Aniversario Merced 565 - Depto. - 4º Piso - Edificio I.S.T - San Felipe Oficinas 402*404*408*410*412*414* - Fono: 2534324 / Fono/fax: 2534294 E-mail: servimedica_ltda@hotmail.com
Tomás recibiendo el trofeo por el segundo lugar obtenido durante la final nacional sub 14 de los Juegos Deportivos Escolares Los Lagos 2014, disputado en Ancud.
“De tercero a quinto estuve en el Liceo Mixto, porque los profesores me daban beca y facilidades para que jugara. Y ahí iban a muchos campeonatos. Pero me cambié en sexto al Colegio Cordillera, por el profesor Rodrigo Mariangel, que nos llevaba a varios campeonatos igual y desde séptimo estoy en el Agustín Gómez por el profesor Felipe, porque tiene un excelente equipo y siempre fue mejor que el de los colegios en los que estuve”, explica. La adaptación no fue más compleja a nivel de curso que de equipo, debido a que a los integrantes del último los conocía, porque se encontraban en competiciones. En cuanto a los entrenamientos, el basquetbolista de 15 años contó que, tres veces por semana, son los del Club San Felipe Basket: martes y viernes por la sub 17, miércoles por la categoría adulta y el mismo día, pero un poco más temprano, por el equipo del Colegio José Agustín Gómez. El sábado en cambio, es el día en el que juega en la liga Libcentro. “Además, por mi parte yo entreno todos los días donde haya cemento”, agregó. Como la proyección de Tomás es continuar mejorando su nivel, su primera meta es salir de San Felipe para ir a jugar al sur, donde está la liga más grande de Chile y, luego, salir del país. “El nivel no es muy bueno en Chile”, reconoció. Sin embargo, también tiene una alternativa: ingresar a la Escuela Militar o la Fuerza Aérea, instituciones que le llaman la atención por el nivel de resistencia y habilidades físicas que se deben tener para integrarlas.
EL OBSERVADOR
276 años de San Felipe - 7
Viernes 5 de agosto de 2016
“Gracias al vóley he conocido varias ciudades” Víctor Henríquez Campos
16 años Voleibolista Colegio Portaliano
Lemuel, Abdias, Asael, Víctor y Jocabed Henríquez Campos son hermanos. El primero tiene 20, el segundo 19, el tercero 18, el cuarto 16; y la única mujer, 15. Todos pertenecen al Colegio Portaliano y son jugadores de voleibol. En el caso de Víctor, dicho interés comenzó a los 11 años, después de ver jugar a su hermano mayor. Ya lleva seis años practicando dicho deporte. “Para mí el vóley es la emoción de que el balón no caiga; de que no solo
dependo de mí, sino que de mis compañeros. El que yo tengo que dársela a un compañero, él me la devuelve y el contrincante tiene las mismas posibilidades que yo, entonces me gusta esa dinámica. Ha sido una experiencia bonita, porque hemos salido todos los años. Tenemos una competencia que es la más importante y es la Liga Nacional, donde nos toca una fecha en cada ciudad de los equipos. Vamos a Rancagua, nos toca acá en San Felipe, jugamos en Curicó, Concepción. Entonces, gracias al vóley he conocido varias ciudades y los lazos que se han hecho en el equipo también lo hace bonito”, destaca. Actualmente, el estudiante de tercero medio entrena dos veces por
semana, pero debido a que recibió una invitación para participar en el proceso selectivo para los Binacionales tendría -en caso de quedar- que viajar a Viña del Mar algunos días. Significaría su primera participación en una competencia internacional. Algunos de los logros que como equipo del Colegio Portaliano han tenido es obtener el primer a nivel regional en los Juegos Deportivos Escolares del año pasado. Sin embargo, no pudieron participar en los nacionales, debido a que su categoría estaba castigada por un episodio de indisciplina del año 2014.
Boris Luksic Nieto, alcalde de Catemu, junto al Honorable Concejo Municipal, saludan muy especialmente a la ciudad de SAN FELIPE y todos sus habitantes en su 276° Aniversario.
“No me acuerdo qué región tuvo unos problemas, pero castigaron a toda la categoría. Estábamos emocionados por haber ganado y después no dijeron que no habría Nacionales. Este año también vamos a ir a jugar los regionales, pero no sabemos si el castigo sigue o no”, lamenta. Aun así, su excelente rendimiento le significó ser escogido por la Municipalidad de San Felipe como Talento Joven, lo cual –afirma- lo tomó por sorpresa. “Esto es un empuje motivacional, porque estaba dudoso de ir a probarme
a la Selección Chilena. También tengo la motivación de mi familia, así que yo creo que este año iré a hacer las pruebas”, afirma. Víctor dice que intentará seguir a nivel profesional, pero también tiene pensado estudiar una carrera universitaria, que aún no define, porque está consciente de las dificultades que esa
decisión implicaría. “Me gustaría, si se me da la posibilidad, ir a algún club fuera de San Felipe. Si eso no resulta, tendría que seguir por el estudio nomás. Estoy entre ingeniería comercial y derecho en la Universidad de Chile. Si puedo llegar becado, podría participar en el equipo de voleibol”, concluye.