Suplemento 42º aniversario

Page 1

EL OBSERVADOR “Desde 1970 al servicio de la gente”

EDICIONES ESPECIALES

Suplemento Emigrantes

Viernes 28 de septiembre de 2012


2 - Emigrantes

Viernes 28 de septiembre de 2012

EL OBSERVADOR

“Extraño a mi familia, los rodeos de La Mora y San Lorenzo” Luis Navarro Hidalgo es un minero cabildano que fue por trabajo a Venezuela y terminó encontrando el amor

C

LuIs Navarro y Yajaira Ron junto a Abraham Josué y Luís Angel, sus dos hijos.

Por Gabriel Abarca Armijo

abildo es una tierra generosa con su gente, que, incluso, en tiempos de crisis y falta de agua, tiene una mística que mantiene con vida la comuna. La solidaridad también es una cualidad distintiva de su gente, calidez que se vive, además, climáticamente, con el radiante sol que acaricia la superficie en verano. “El calor seco”, como describen sus habitantes. Por el contrario, el país caribeño de Venezuela tiene un clima distinto, pese a lo cual un cabildano “nacido y criado” sí puede adaptarse. Tanto, que hasta el amor ha podido encontrar. Se trata de Luis Alfredo Navarro Hidalgo, autodefinido como “un cabildano de corazón”, quien cuenta cómo se ha adaptado a esas diferencias, en un país donde cambió ese “calor seco”, por características tropicales, en medio del cual no es sorprendente que altas temperaturas se den en el ambiente, acompañadas de una repentina lluvia sobre la ciudad, el campo o la selva. Pero advierte que esa adaptación no es difícil, cuando se está en una tierra de gente alegre y amistosa, con la que ha podido compartir en la ciudad de Tumeremo, en el estado de Bolívar. Luis Navarro nació el 10 de noviembre de 1958 en la localidad de San Lorenzo, siendo hijo de Ángel Fernando Navarro Navarro y María Graciela Hidalgo Pérez. Encontró el amor en tierras llaneras y se casó el 29 de octubre de 1994 con la contadora Yajaira Ron, con quien tiene dos hijos: Luis Ángel (8) y Abraham Josué (7). Su educación la cursó en la Escuela Básica de Ingenio, en el límite entre La Ligua y Cabildo; luego en La Mora; y finalmente en Cabildo; y

actualmente trabaja en una empresa minera llamada “Corporación 80.000”, donde cumple la función de “caporal de mina”, donde su rol es encargarse de manejar una máquina llamada Alimak, con la que se hacen chimeneas de ventilación. “Se presentó una buena oferta de trabajo, y pensé que sería oportuno experimentar y conocer otro país y otra cultura, ya que el contrato de trabajo era por seis meses y necesitaban personal calificado y con experiencias en minería. Así que viajamos 12 personas, de los cuales nos quedamos dos hasta la actualidad”, comenzó relatando Luis su experiencia en Venezuela, un lejano país al que en sus casi 18 años de estadía ha logrado asimilar como su nuevo hogar, aportando para que esto sea una realidad el hecho de haber formado su familia en esta nación. RECUERDOS DE SU TIERRA NATAL Sin duda sus familiares y amigos son lo que mantiene el corazón de Luis unido con la tierra que lo vio nacer. Esos compañeros de juegos con los que compartió los momentos más importantes de su infancia, juventud y los primeros años de vida adulta. Uno de los grupos recordados con cariño por este caporal de mina es su equipo de fútbol, llamado Colo Colo de Cabildo, plantel en el cual jugó hasta 1993, año en el que partió a Venezuela. Asimismo, trae de vuelta a su memoria los momentos en los cuales recorría lugares emblemáticos de la ciudad, como el parque de la media luna, el estadio, la plaza o la larga y angosta avenida Humeres, esa calle que une a toda la población de los cerros con el centro de la comuna. “Extraño a mi familia, el

fútbol, los rodeos de La Mora y San Lorenzo, las Fiestas Patrias, la música chilena y especialmente las cuecas y ramadas que se hacían en Algarrobo, ya que fue allí donde pasé mi niñez y juventud. También recuerdo los paseos a caballo, el trabajo del campo, entre muchas otras cosas”, comenta Luis a “El Observador”, desde Venezuela. Eso sí, dice que la ciudad que lo acoge actualmente tiene una coincidencia bien especial con la tierra donde creció: el baile tradicional de Tumeremo se llama “Calipso”, mismo nombre que se le da a la selección de fútbol de Cabildo y que se ha transformado en el color símbolo de la ciudad. Pero sigue grabado en su mente la experiencia más dura de su etapa juvenil, el golpe de Estado de 1973, situación que por su edad (15) no lograba asimilar por completo. La imagen que más impactó su joven mente fue ver a militares corriendo por las calles, en una escena -describeque se asemejaba más a una película que a la cotidianidad de su tranquilo Cabildo. Las calles por las cuales jugaba

con sus amigos eran ocupadas por fuerzas militares y sentía que las cosas no funcionaban de manera normal. Confiesa que esa imagen no se ha ido de su mente ni de su corazón. CAMBIO CULTURAL Todos los cambios son complicados y raramente alguien se adapta sin mayor problema a una realidad distinta de la cual creció. Esta situación no fue diferente para este cabildano trotamundos, ya que para él “fue difícil al principio, ya que era otra cultura, otro clima, otras comidas y además estaba metido en una selva”. “A pesar de hablar el mismo idioma, nos entendíamos muy poco, agregando que había mucha lluvia, mucho calor, muchos bichos, y estábamos incomunicados con el mundo. Poco a poco nos fuimos adaptando. El contrato pasó de seis meses a renovarse cada año y a mis compañeros la compañía les trajo sus esposas e hijos. Por mi parte, yo me enamoré de la contadora y me casé y tenemos 18 años de matrimonio”, rememora, con una sensaciónmezcla de desafío cumplido y felicidad. Ese cambio de ambiente

EMPRESA PERIODÍSTICA EL OBSERVADOR Director: Roberto Silva Binvignat

Fundador y Presidente del Directorio: Roberto Silva Bijit

Gerente Comercial: Julio Cifuentes Mora

paisaje del automovilista nacional. De hecho, en Tumeremo pasa el más fuerte, ya que no hay planificación para la construcción de la ciudad. Estos contrastes entre su ciudad natal y la que lo recibe hoy le han hecho valorar ambos espacios, ya que los dos son importantes para su vida. Algo que al minero cabildano no le gusta de su nueva patria es la forma de hacer política, mencionando que “la revolución del actual gobierno, al venezolano le está quitando la patria que siempre ha soñado”. “Les están arrebatando sus propiedades y, si se descuidan, les expropiarán hasta la vida. Los venezolanos quieren un país libre, democrático, donde se pueda opinar con paz y libertad. El ejercicio democrático se fundamenta en la riqueza del debate, en el disenso razonado, en la diversidad de criterio”, expresa. Al ser consultado por alguna anécdota que lo haya marcado, recuerda dos. “Llegamos un sábado a la una de la mañana con mis compañeros desde Chile a Venezuela y todo estaba cerrado. Estábamos muertos de hambre y no había locales abiertos para comer a esa hora. Para peor, al otro día nos llevaron a la mina y el lunes nos pusieron a trabajar de inmediato. Recuerdo también la primera vez que salimos al pueblo más cercano. Nos llamó la atención que los plátanos eran muy grandes y, de regreso a la mina, mandamos a un compañero a comprar plátanos. Llegó con un gran racimo de esta fruta y, al comerlos, nos dio un gran dolor de estómago. Resulta que aquí los plátanos se llaman cambures y los famosos plátanos que compramos se comen cocidos, o sea fritos, horneados o sancochados. De otra manera no se pueden comer”, comentó entre risas, a pesar de que en el momento la situación no fue tan humorística. Ésta es la historia de un soñador, que vio en un viaje de trabajo al extranjero la posibilidad de surgir y, además de encontrar éxito laboral, encontró el amor y pudo formar una familia.

“La Verdad más que un valor es una actitud ante la vida”. Roberto Silva Bijit

Quillota

La Calera

Limache

La Ligua

San Felipe

Los Andes

Villa Alemana

Quillota y La Cruz La Concepción 277 Casilla 1 - D Fono: (33) 342209 (33) 342210 Quillota

La Calera, Artificio, Hijuelas, Nogales y El Melón Arturo Prat 797 Fonofax: (33) 342216 La Calera

Limache y Olmué Serrano 125 Of. 2 Fono: (33) 342220 San Francisco de Limache

La Ligua, Cabildo, Petorca, Papudo y Zapallar Ortiz de Rozas 694, 2º piso, oficina 19 Fono: (33)342217 La Ligua

San Felipe, Llay Llay, Santa María, Catemu, Putaendo, Panquehue Salinas 318 Fono: (34) 343712 San Felipe

Los Andes, San Esteban, Rinconada, Calle Larga Santa Rosa 225 Fono: (34) 343714 Los Andes

Villa Alemana Santiago 710, Of. 206 2º piso, Edificio Karakum Fono: (32) 2158396 Villa Alemana

quillota@observador.cl

lacalera@observador.cl

limache@observador.cl

petorca@observador.cl

aconcagua@observador.cl

Quillota

EDICIONES ESPECIALES

también lo vivió su esposa Yajaira, ya que años atrás la familia Navarro Ron viajó desde Venezuela hasta Cabildo con la intención de quedarse. Pero la aventura no prosperó, ya que ella no se adaptó. Tampoco soportó el frío del invierno, a pesar de haber hecho un esfuerzo grande durante cinco años. Ambos celebran de esta experiencia que los hijos nacieran en tierras chilenas. “Lo que más me gusta de Venezuela es su gente, sus mujeres, sus paisajes, sus parques nacionales todos verdes y siempre están hermosos y con abundante agua. Me gusta su clima, ya que llueve mucho y no hace el frío en invierno. Y el venezolano es bueno para la broma, le gustan los chistes. Es alegre, fiestero y los carnavales son hermosos, con sus comparsas y disfraces”, describe este minero cabildano. Para compartir algo de su vida caribeña, cuenta que la comida tradicional de Tumeremo se llama “Pabellón Criollo” y consiste en arroz blanco, carne mechada, porotos negros y plátano frito. Además señala que una de las características de la población de esta ciudad es que su gente es relajada y vive sin muchas preocupaciones. De hecho, a Luis le ha llamado la atención que las personas regalen sus cosas, invitan a sus casas sin mayor problema y a sus fiestas, entre otras cosas. En todas las ciudades cercanas, se hacen ferias agrícolas con mucho ganado de raza. Ahí se da una muestra infaltable de habilidad de los llaneros, que agarran al toro por la cola corriendo con sus caballos hasta botarlo al piso, rodando por el suelo. ENTRE TUMEREMO Y CABILDO Tumeremo y Cabildo son ciudades, claramente, muy diferentes. Pero hay algunas cosas que lo han sorprendido más que otras. Luis cuenta que le llamó la atención de entrada que en su nueva ciudad no existieran señalizaciones en las calles. “No hay discos Pare, Ceda el Paso y muchos otros de esos que son parte natural del

Venta de Publicidad

Fonofax: (33) 342205 Coordinadora Comercial: Sandra Sepúlveda Inostroza

San Felipe

Fono: (34) 343705 Coordinador Comercial: Carlos Iturriaga Silva

publicidad@observador.cl

losandes@observador.cl

Empresa afiliada a la Asociación Nacional de la Prensa,(ANP) Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Cámara Regional de Comercio de Valparaíso, Asociación de Industriales de Valparaíso (ASIVA) y Corporación de Desarrollo Pro Aconcagua, Asociación de Radiodifusores de Chile (ARCHI), Asociación Iberoamericana de Radiodifusores (AIR), Asociación de Pequeños Industriales y Artesanos de Quillota, (APIAQUI).

margamarga@observador.cl Impreso en Editorial e Imprenta

EL OBSERVADOR Av. Rafael Ariztía 600, Quillota.

El Observador Digital: www.diarioelobservador.cl


EL OBSERVADOR

Emigrantes - 3

Viernes 28 de septiembre de 2012

“Cuando vivía en Petorca se me apareció ‘La Llorona’” Cristina Tapia es una petorquina que cambió la pequeña ciudad por la gran provincia de Buenos Aires, pero asegura que, en algún momento, volverá a su tierra Por Gabriel Abarca Armijo

P

artir a una tierra extraña después de haber vivido años en el mismo lugar siempre se transforma en un desafío, en una tarea que a todos nos cuesta afrontar, independiente de los niveles de adaptación que tengamos. Y a pesar de que se dice que el chileno tiene “alma de patiperro”, al mismo tiempo que gusta de explorar y conocer nuevos lugares, siempre extraña su tierra y sus raíces. Muchas veces esto se refleja en aquellos que van a probar suerte en otros lugares del mundo, pero terminan extrañando la tierra que los vio crecer, por lo que vuelven rápidamente a su núcleo, donde están sus familiares y amigos. Eso que los antropólogos llaman “arraigo” es lo que los une a los emigrantes con su pueblo, donde no sólo hay un origen geográfico, sino también parte de su historia. Esta experiencia le ha tocado vivir a una petorquina que se armó de valor y junto a su familia cruzaron la cordillera para instalarse en Argentina, específicamente en el pueblo de Carapachay, en la provincia de Buenos Aires. Es Cristina Tapia Valdés, quien nació el 22 de abril de 1967 en la comuna de Petorca. Hija de Eleodoro Tapia Salas -conocido como “El Lolo”- y Luzmira Valdes Varas, se casó con Evaristo González Bañados, matrimonio del cual nacieron sus dos hijos: Leandro y Micaela. Su educación la cursó en el Liceo de Petorca y la completó en el Liceo La Ligua, siendo su oficio actual la peluquería, el cual practica en su nuevo país, donde trabaja en un centro de estética y ha logrado hacerse reconocida en medio de una ciudad que podría serle muy ajena. “Tengo muy lindos recuerdos de Petorca y sobre todo de mi niñez y juventud. Conocí a buenos amigos que hasta el día de hoy mantengo y nos seguimos comunicando. Mi pueblo en el verano revivía, ya que llegaban muchos turistas a pasear y el río era muy hermoso. Llevaba mucha agua y se formaban pozas espectaculares. En esa época conocíamos a mucha gente, salíamos a bailar a la Quinta de Luchín, ya que era el único lugar habilitado. Íbamos de picnic al río Tinto, subíamos al Cerro de La Cruz y siempre había algo

para hacer”, recuerda Cristina Tapia, trayendo de vuelta a su memoria aquellos años de infancia que vivió en Petorca, una comuna que era visiblemente muy distinta a la de hoy. Cristina es parte de una familia numerosa, donde compartía no sólo con sus diez hermanos, sino que se unían al clan sobrinos, cuñados, tíos, abuelos y todo tipo de parentela, ya que siempre fueron una familia muy unida, como ella misma reconoce. Esto se vivía con mayor intensidad en la época de año nuevo, donde todos juntos acudían a esta celebración y degustaban los platos típicos del país, como son el pastel de choclo, mariscos, humitas, porotos granados, entre otras delicias, las cuales ahora extraña al vivir allende la cordillera. “Los años que viví en Petorca dejaron en mi vida muchas anécdotas que siempre recuerdo con cariño. Una que me gusta es que mis padres vivían en La Chimba Norte y teníamos que cruzar el río para poder llegar al centro de la ciudad. Para lograrlo, pasábamos por un puentecito de madera y siempre metíamos los pies en el agua, sobre todo en la noche, cuando salíamos a bailar y llegábamos con los

Junto a la familia en Mar del Plata.

Cristina Tapia con su uniforme de trabajo en el centro de estética donde cada día cumple con sus funciones.

pies mojados”, rememora. Incluso, dice que hasta vivió experiencias paranormales, muy propias de la vida en Petorca. “Y a propósito de bailes, una vez nos siguió ‘La Llorona’. Venía con mi hermana Sara y un amigo llamado Miguel Suárez. Él estaba más asustado que nosotras y ni siquiera nos acompañó a nuestra casa. Realmente me llevé el susto de mi vida”, asegura entre risas esta petorquina, que armó sus maletas para comenzar una nueva vida en el país vecino. SU VIDA EN ARGENTINA Los motivos que tuvo esta estilista para emigrar fueron relacionados con el trabajo de su marido, quien se desempeña actualmente como chofer de micros que van hasta la capital.

En su tierra, en la casa de sus padres en Petorca.

La adaptación fue sencilla desde el comienzo, ya que las costumbres no cambiaron tan radicalmente como esperaba. Dice que ayudó mucho en la adaptación al nuevo país el hecho de que se hable el mismo idioma. Lo único que le costó a Cristina fue acostumbrarse al clima, ya que en el verano es muy húmedo, mientras en el invierno el frío es extremo. Una de las cosas que más disfruta esta petorquina en su estadía en tierras transandinas es la carne -donde los asados argentinos son famosos- y la activa vida nocturna que se lleva en Buenos Aires. “Me gustaría volver a Petorca, pero cuando sea mayor. Quiero pasar mi vejez en la comuna que me vio nacer, ya que es un pueblo muy tranquilo para vivir. Esto contrasta con el lugar donde estoy actualmente, ya que hay mucha inseguridad y no podés salir con mayor tranquilidad”, contesta Cristina desde Argentina, a quien su acento argentino se le escucha suavemente debido a los años que lleva en esas tierras. COSTUMBRES DE UN NUEVO PAÍS A pesar de que hay similitudes entre Chile y Argentina, hay cosas que llamaron profundamente la atención de Cristina y que le ha costado tiempo ir asimilando a su rutina diaria y tomarlo como parte de las nuevas costumbres que ha ido adquiriendo en el último tiempo. Una de las cosas más llamativas es el tremendo amor que profesan en el país vecino por el mate. No es extraño ver en algún balneario -incluso chileno- a algún argentino be-

biendo mate. Y a pesar de que en Chile, y sobre todo en los campos, el mate también es consumido, al otro lado de la cordillera es imprescindible. Lo otro que llamó su atención es el fanatismo extremo por el fútbol. Y aunque en Chile la gran mayoría se considera seguidor de la pelota, para nuestros hermanos este deporte es una religión, donde la devoción se profesa al balón y los templos son las canchas. Incluso -relata- “las mujeres son tan apasionadas e hinchas como cualquier hombre”. Pero a pesar de estos cambios, la amabilidad y hospitalidad de la gente ha sido lo que ha permitido a Cristina y su familia permanecer felices en un país que a esta altura ya no le es tan desconocido. “Nunca tuve problemas por ser extranjera, todo lo contrario. Además, por mi trabajo he podido conocer a mucha gente”, reconoce esta estilista petorquina, quien ha vivido en carne propia el buen trato que generalmente reciben los chilenos en Argentina, al contrario del prejuicio que muchos tienen. Es que muchas veces las disputas entre países vecinos son más mediáticas y escapan de la cotidianidad. A veces la bronca es más espacial que real. Incluso, advierte que rara vez un chileno ha sido mal mirado. “Algunas de las anécdotas que recuerdo en Argentina tienen que ver con cosas que me pasaban al principio, cuando no conocía mucho. Por ejemplo, iba a comprar al mercado, y cuando pedía pollo y pedía trutros, no me entendían, ya que acá (en Argentina) lo conocen por pata.

A las betarragas las llaman remolachas y las alcachofas que comemos en Chile acá son conocidas como alcauciles. Lo otro que me llamó la atención fueron las malas palabras que se usan acá”, recordó Cristina. RAÍCES EN PETORCA A pesar de estar en otro país y tener una vida armada, aún recuerda con cariño y nostalgia su natal Petorca, por lo que se mantiene en contacto todos los domingos, utilizando además el Internet para comunicarse con el resto de la familia. Asimismo, siempre se entera de las noticias de Chile y de la realidad de su comuna, a través de Internet. Una de las cosas que la ha impactado es la crisis producida por la falta de agua, la cual ha afectado duramente los campos y secado los ríos, esos en los cuales ella en su niñez visitaba junto a sus amigos. “Al vivir en otro país y en una ciudad diferente, me he podido dar cuenta de que hay poco progreso en mi comuna, ya que cada año que viajo de visita a ver a mi familia todo sigue igual en comparación con otras ciudades de Chile. Aún así me gusta, porque es mi ciudad. Por lo pronto, espero cumplir mi sueño que es terminar mi casa que está en construcción”, finalizó esta petorquina que con esfuerzo y sacrificio ha logrado salir adelante en tierras que no son suyas. Y aunque está feliz en Carapachay, no descarta volver a su querida Petorca, esa ciudad que la vio nacer, crecer, y espera volver a tenerla en su territorio.




6 - Emigrantes

Viernes 28 de septiembre de 2012

EL OBSERVADOR

Eléctrico quinterano viaja por toda España trabajando en complejos sistemas automáticos para empresas William Fernández dice que vivir hace once años en la Península Ibérica permite a él y su familia darse varios gustitos que en Chile serían imposibles Por Katherine Escalona Mancilla

H

ace 11 años que William Fernández, quinterano de 53 años, se encuentra en España, tras tomar la decisión de irse a vivir allá para buscar nuevas oportunidades laborales, aventura en que lo acompañó su esposa e hija, quienes viajaron con él prácticamente con lo puesto a comenzar de cero una nueva historia. Y no le ha ido mal: el clan ha salido adelante basándose en su esfuerzo y trabajo, logrando radicarse en la mismísima Barcelona. Amante de los viajes, William desde pequeño pensó en recorrer el mundo fuera de Quintero, aventura que hoy está viviendo junto a su familia, integrada por su esposa, Magdalena Silva; y su hija, Paula; con quienes siempre recuerda cómo era su vida en la comuna que lo vio nacer. William es instalador eléctrico y cuenta que decidió viajar a España, luego de quedar repen-

tinamente sin trabajo en Chile. Había laborado por años en su especialidad, llegando al rango de Jefe de Mantención en la Planta de Champiñones, empresa que quebró después de tres años. “Como tenía más de 40 años, era difícil encontrar trabajo en Chile, que es un país de muchos jóvenes que buscan su oportunidad. En cambio, aquí en España se da preferencia a las personas con experiencias, por lo que me arriesgué, vendí todo lo que teníamos y nos vinimos con el dinero justo hasta encontrar trabajo y un piso donde vivir”, dijo William Fernández. Recuerda que partir fue, literalmente, una aventura difícil: “Comenzamos a comprar desde una cuchara hasta un colchón. Fue una experiencia que nos fortaleció como matrimonio y nos ha ido bastante bien aquí, donde -eso sí- hay que ser constante y

Recuerdos de su natal Quintero Pese a los once años que lleva William con su familia en España, Quintero ha estado siempre presente en su memoria. Es por eso que, hace tres años, decidió viajar a Chile para reencontrarse con sus raíces. “Estoy esperando ir el próximo año de nuevo. De mi vida en Quintero lo que más recuerdo son mis años mozos, cuando tenía 18 años, donde llegaba el tren en locomotora y veía llegar a los turistas de Santiago, lo que me encantaba. Tengo en la mente que era un pueblo donde la gente venía de vacaciones, había más comunión y en cierta forma algo más sano”, rememora. “Los veranos La foto familiar, en la playa El Durazno. son lo que más recuerdo. También de Quintero Unido, cuando estaba en Segunda División, pero eran otros tiempos. Mis padres siempre tuvieron recursos para darme los gustos y siempre me apoyaban. Por eso participé en el Rotary Club. Siempre me gustó ayudar en cualquier cosa. A lo mejor no era muy destacado, pero siempre estaba para apoyar a Quintero”, dice William. Dentro de los sectores emblemáticos de su recuerdo, William visita constantemente los parajes quinteranos en su memoria para encontrarse con el cine Prat, donde se hacían festivales, la Fiesta de la Primavera. La disco Waikiki, infaltable en encuentros de fin de semana de verano, cuando el sol y la música invitaban a una sana entretención.

La familia reunida en Cataluña, donde a pesar de complicaciones logró adaptarse y hacer nuevamente su vida.

Nada menos que con el destacado director técnico chileno del Málaga de España, Manuel Pelegrini; ha podido fotografiarse William Fernández.

responsable. Ésas son las características que hacen a un trabajador considerado. En los años que llevamos acá siempre hemos estado trabajando”, celebra. Una vez en España, William logró entrar a trabajar en una empresa que hoy le permite tener amplios contactos y viajar constantemente. “Gracias a los conocimientos adquiridos en Inacap y la experiencia acumulada, actualmente trabajo en una sección de la empresa como Encargado de Instalaciones Complejas, con programación de maquinarias, usando la última tecnología en diferentes empresas importantes repartidas por toda España, por lo que toca desplazarme a diferentes ciudades, lo que me ha permitido conocer cada rincón de este país que nos ha recibido muy bien. Mi esposa trabaja y actualmente estudia Trabajo Social en la universidad y mi hija se adaptado perfectamente. Al venirse tan pequeña, habla mejor el idioma oficial

(catalán) aquí en Cataluña. Actualmente, los tres tenemos la doble nacionalidad y estamos muy adaptados, aunque siempre echamos de menos cosas de nuestras raíces”, comenta William. LONDRES Y FRANCIA A UN PASO Para William y su familia, estar en España ha significado un gran cambio cultural, dentro de una experiencia de vida -que si bien fue intensa en el principio- ahora ha tenido sus frutos, reflejados en la educación de su hija, hoy de 15 años, quien tiene la posibilidad de mejorar su conocimientos con una educación más avanzada y viajar a diferentes partes de Europa y el mundo. “Fue fuerte al principio, pero hemos salido adelante. Mi hija estudia en un colegio bastante bueno y también le ha ido muy bien, por lo que estamos felices. Hay muchas regalías en educación que no existen en Chile y ésa es nuestra constante tranquilidad. Además, acá viajamos a Italia y Francia, aumentamos cultura y las distancias son menores. En Chile estamos bastante distantes de todo y cuesta salir. A mí siempre me gustó salir y conocer, por lo que siento he cumplido un sueño en mi vida y ahora mi trabajo me permite hacerlo. Como trabajo en automatismos electrónicos, viajo por toda España”, destaca el quinterano. Además, recalca que en Europa -y con lo bien que le ha ido- es fácil darse “sus gustos”: “Trabajamos tanto, que vamos a disfrutar un poco de lo

que tenemos. Incluso fuimos a un recital de Hanna Montana en Londres, porque mi hija quería ir, cosa impensada de hacerlo en Chile. Ésa es la ventaja comparativa que, para la educación de mi hija, es muy bueno”. En torno a cómo han sido sus relaciones interpersonales, el quinterano manifiesta que, “al principio, en Chile nos fue mal con respecto a hacer personas que fuesen realmente nuestros amigos”. “Es difícil, después de los tiempos malos, creer. Acá no tuvimos la experiencia que habíamos tenido en Chile, porque acá las relaciones han sido reales y hemos tenido una muy buena bienvenida. Incluso

hemos logrado salir con grupos y en familia”, dice. Incluso, asegura que nunca han vivido episodios de prejuicios o discriminaciones: “No hemos tenido ningún problema con ser chilenos. Ha sido una buena experiencia, nos ha ido bastante bien. Estamos contentos de estar aquí, viviendo en Barcelona”. Sin embargo, a pesar de su adaptación, siempre están recordando Chile que también está presente en un bar en Barcelona, en donde más de tres mil chilenos se juntan en Fiestas Patrias para recordar los sabores de la tierra, hacer ramadas, escuchar cuecas e incluso comer su buena empanada.

“Para nosotros, que somos quinteranos de corazón, volver fue desilucionante” Para William y su familia, retornar a Quintero después de tantos años se convirtió en una experiencia desilusionante, porque todo lo que tenían en su memoria había desaparecido o estaba completamente cambiado, modificaciones que, según este emigrante, marcaron un retroceso en la historia de la comuna y no un avance, como el grupo familiar lo había pensado. “Me paré en el centro de Quintero y no conocía a nadie. Vi que frente a la Municipalidad hay un cierre que se ve horrible, no me gustó lo que vi. Fue en invierno, lo encontré muy sombrío y fue un nivel de tristeza, lo vi más pobre, más sucio, fue a ver los lugares que conocía que estaban diferentes y no mejor, sino peor. Para nosotros, que somos quinteranos de corazón, fue muy desilusionante, me da la sensación de que ahora el pueblo está más deteriorado que antes”, reclama William. Preocupado de la realidad de su tierra desde la distancia, siempre está pendiente a lo que pasa en Quintero a través de la prensa. “Siempre estoy preocupado de qué es lo que pasa allá. Llamó a amigos y siempre pregunto. Aunque esté acá, uno no se deja de sentir quinterano esté donde esté. Lo que llevo es un sentimiento fuerte. Es como que no estoy en ningún sitio propio, sino en lugares prestados, esté acá en España o me encuentre en Quintero”, comenta. Sin embargo, aunque William y su esposa quieran volver, alguna vez, quedarían entre la espada y la pared, porque para su hija, que vive en España desde los cuatro años, ése es su hogar. “Cuando estábamos en Chile ella me pedía venir a casa, lo que sonaba extraño para mí, porque España es su casa y la mía no. Son cosas que son difíciles de explicar. Recuerdo que, cuando llegué a Quintero la última vez que fui y vi los edificios que están tras el estadio, y ahí dije: ‘Cómo ha cambiado mi pueblo’. Creo que no ha cambiado para bien. Quizás, al estar lejos, idealizamos las cosas y pensamos siempre algo mejor, por lo que fue desilusión”, opina William. “Hemos pensado varias veces de volver pero por el bien de nuestra hija que está tan bien compenetrada, no lo hacemos. A lo mejor más adelante, pero por el momento no. Hasta que no despegue de nosotros mi hija o jubilemos”, dice este padre.


�������������������������������� ����������������������������������� ��������������������������������������� �������������������������������������������� ��������������������������������� Con un innegable incremento en cuanto a cobertura e impacto de sus ���������� “Además de participar en proyectos distintos programas a lo largo del tiempo, Fundación La Semilla se ha convertido concretos en la Sexta Región, en la en un referente no sólo a nivel regional, Décima y en la Segunda Región, somos sino también nacional, en el trabajo en co-fundadores de la Comunidad de Organizaciones Solidarias pos del desarrollo de las personas desde la ���������������������� y de Ayudar.cl, que hoy cumplen un rol colegiador Responsabilidad Social. ������������������ de las organizaciones Hoy en día, la sociales a nivel nacional y institución es una gran ����������������������� que han avanzado mucho ��������������������������� en transparentar el trabajo su trabajo apoyando a la �������������������� social en el país y también comunidad de manera transversal, es decir, �������������������� en colaborar para mejorar políticas de estado en incluyendo a cada uno ���������������������� ��������� ��� ���� ������� de sus actores: niños, más vulnerables”. jóvenes, adultos en su ����������������� � ����� �������� rol de padres, mujeres y ������������ ��������� ���� adultos mayores. Héctor Nordetti, ����������������������� �������� �� ������ ��� ��� gerente de la fundación, ����������������������� ��������������������� “Tenemos que revisa a continuación lo reconocer el trabajo que han sido estos 15 ��������������������� permanente de apoyo de años de trayectoria de la el diario El Observador, organización. ��������� con quienes nos une una ������ ��� ��� alianza de larga data y que ������������ ��� ���� ������������������������������������� se ha concretizado en muchos proyectos ��� ��������� ��� ��� ����������� �������� �������� “Efectivamente en todos estos años también que reconocer el apoyo del hemos sentido que el trabajo social bien mundo privado y concretamente con hecho y el trabajar en alianzas ha dado el soporte de las empresas Sopraval, su resultado y es así como hoy estamos Anglo American, Cecinas Venezia, la presentes en una serie de iniciativas a Universidad del Mar, la Asociación de Agricultores, la Cámara de Comercio de nivel regional que nos han validado”. � �������� ���� ����� ����������� Quillota, etcétera. Y por supuesto que también el mundo público, donde tenemos ������������ “Participamos en la mesa regional muy presentes a las municipalidades de para la educación sustentable, en la Mesa Quillota, Hijuelas, Nogales, entre otras y Regional para la Capacitación Laboral, a organismos como la Seremi de Medio en la Mesa Regional del Área Protegida Ambiente, la Seremi del Trabajo, el SAG, de la Biosfera y en la mesa regional del INDAP, SENDA, y especialmente a la Gobernación de Quillota, que por años Ministerio de Desarrollo Social”.

Misión de Fundación La Semilla ��������������������������������������������� �������������������������������������������� ���������������������������������������������� ����������������������������������

Masiva concurrencia a ceremonia por los 15 años. nos ha dado su apoyo”. ����� ��������� ������ ������ ����� ������������������������������������� ��������������������������� “Bueno, todos ellos permanecen con nosotros por medio de sus ideas que se mantienen y también por medio de sus programas y en esto queremos hacer un reconocimiento a todos aquellos y aquellas que han participado de la organización y que ya no están y que están dedicados a lo suyo. Todos han sido muy importantes en este largo y fructífero caminar. Entre quienes permanecen, que es una gran mayoría, está nuestra fundadora, señora Carmen García Domínguez, quien se dejó llevar por una inspiración originada en la obra de San Juan Bosco y luchó hasta sacar el proyecto adelante y que el año pasado ���������������������������������������� forma directa”. � �������������������������������� ���������������������������������� � ������������ ��� ������������ transversalmente, trabajando por el desarrollo con sustentabilidad y es así como estamos actuando fuertemente apoyando áreas asociadas a educación, emprendimiento, inclusión, articulación social, y trabajar especialmente potenciando el trabajo colaborativo en redes y en alianzas”.

������������������������������ ������������������������

�������������������������������������������������������������������

������������������������������������������������

�����������������������������������������

����������������������������������������





EL OBSERVADOR

Emigrantes -11

Viernes 28 de septiembre de 2012

La papudana que fue tercera Miss Chile y hoy vive en Colombia Fabiola Olate Sagredo se codeó durante los años 90 con todos los rostros más famosos de televisión y ahora recuerda, desde el país cafetero, esa bella etapa de su vida Por Claudia Cortez Osses

E

l mundo de la belleza y las pasarelas está lleno de incógnitas y misterios, pues no es tan fácil saber lo que, realmente, pasa detrás del “telón”. Alcanzar la fama y el reconocimiento es una de las aspiraciones más concurridas para algunas jóvenes que, con sus atractivas cualidades físicas, tienen posibilidades de destacar en diversos ámbitos ligadas a este espacio, como “rostro” de televisión; imagen de una marca comercial u otras áreas En el año 1991 la papudana Fabiola Olate Sagredo estaba nerviosa. Había sido seleccionada entre las veinte mujeres más bellas de Chile, dentro de un universo de cien postulantes. Durante el certamen, la preparación había sido intensa, pasando meses tomando cursos de danza, modelaje, gimnasia y la final llegaba, para conocer quiénes serían las chilenas más bellas. La noche era brillante, las luces destacaban las perlas que acompañaban sus vestidos. El ambiente era tenso. Entre el público, el jugador de fútbol del momento, Marcelo Bartichotto, le preguntaba –también algo nervioso- a Fabiola respecto al deporte y a la situación que entonces estaba manchando la carrera del ídolo internacional Diego Armando Maradona, que había arrojado un doping positivo y su correspondiente sanción. El tema copaba las páginas de la prensa en todo el orbe. La papudana respondió sonriente y tranquila. Pero había un secreto que pocos sabían: entre la modelo y “El Barti” -astro en el Colo Colo campeón de la Copa Libertadores- había una bonita amistad. Ella misma recuerda al delantero argentino como sencillo y amoroso, a quien conoció en el círculo común de amigos que ambos frecuentaban. Ya eran tiempos en que el fútbol y la belleza tenían parentesco. De esa forma, una a una las participantes iban respondiendo el cuestionario que se preparó con anticipación, donde participaron figuras de ámbito político, cultural y deportivo. Entre ellos, el entonces Senador de la República y

actual Presidente, Sebastián Piñera Echeñique, poniendo al filo del nerviosismo a las concursantes, con preguntas con temáticas sociales de carácter cultural, educativo, deporte y salud. Pero ya parecía que Fabiola estaba dentro de las favoritas. También Paola Camaggi. “La noche final estaba más que emocionada. Para mí lo más importante era hacer feliz a mis papás. Pensaba sólo en ellos. Los miraba desde el escenario y veía sus rostros contentos”, rememora. El veredicto fue dado a conocer y transmitido por Canal 13 y Televisión Nacional, que se unieron en una única señal, mientras el pueblo de Papudo esperaba ansioso que su embajadora de la belleza fuera proclamada dentro de las más bellas del país. Entonces, ante un público disconforme, fue nombrada Carolina Michelson como Miss Chile para Miss Mundo; Cecilia Alfaro Navarrete como Miss Chile para Miss Universo año 1991; dejando en un segundo lugar a -la futura animadora de TV- Paola Camaggi; y en el tercer lugar a la papudana Fabiola Olate Sagredo. Posteriormente, diarios y programas de televisión darían a conocer el descontento con los resultados, manifestando que Fabiana y la Camaggi debieron haber sido las ganadoras de este importante reinado de belleza. Días más tarde, la entonces tercera Miss Chile era recibida por toda una comunidad, con un carnaval de ale-

Fabiola Olate Sagredo cuando fue coronada como tercera Miss Chile, en 1991.

grías y como toda una estrella y figura en Papudo, por haber dejado a la comuna en un distinguido eslabón del mundo de la belleza a nivel nacional e internacional. “Para mí lo más emocionante fue cuando llegué a Papudo y estaban todos esperándome en caravana, bocinazos y carteles. Había muchas personas, quienes me hicieron un recibimiento en el gimnasio municipal. Jamás me lo esperé. Los niños corrían a darme besos y gritaban: ‘Reina, reina´. Mi emoción era desbordante y la de mi familia también”, recuerda. Y perseveró en este tipo de concursos, pues al Mis Chile le seguiría un viaje a Argentina, al concurso Miss América Latina, donde se ubicó como Quinta Princesa, como un paso clave para convertirse en una emigrante itinerante, condición que ahora la tiene radicada en Colombia, desde donde trae a su mente lo vivido en su natal Papudo. CODEÁNDOSE CON LA FAMA Fabiola Olate Sagredo es la menor de cinco hermanos: Elvira, Rafael, Isabel, Clarita y ella son hijos de Rafael Olate

Papudo la recibió, tras el certamen de belleza, con esquinazo de cueca y distintas manifestaciones de alegría y orgullo.

Guerra y Dina Sagredo Palacios. Nació en Papudo y realizó sus primeros estudios en la Escuela Básica de la comuna, de donde asegura tener los mejores recuerdos. “Mis compañeros y amigos, las monjitas y profesores, sin duda fueron una prolongación de mi casa y me entregaron un complemento invaluable en la educación, el respeto por la vida y cariño por mi pueblo y por su gente”, declara. La bella y talentosa joven, terminada su educación básica, se trasladó a Santiago, para internarse en el Instituto Nacional Femenino (INF), donde recuerda la relación y los lazos que se creaba con sus compañeras. Luego se tituló como Diseñadora de Vestuario en el INCACEA, donde conoció a la mismísima Cecilia Bolocco, quien hoy es uno de los rostros más importantes a nivel mundial, con una destacada participación en el mundo de la moda y quien luego sería Miss Universo. En ese entonces, Bolocco estaba en su último año de vestuario. Fue, además, compañera de carrera de Paola Camaggi y Ana María Cummins, complementando posteriormente su carrera con diplomados en Decoración de Interior y Paisajismo, ambos en la Universidad Católica. Allí también conoció a grandes figuras de la televisión, como el prematuramente fallecido Felipe Camiroaga, quien estudiaba televisión en el mismo Instituto. Posteriormente Fabiola iniciaría su carrera de Psicología en la Universidad del Desarrollo, terminando sus estudios en IBSA, Buenos Aires, Argentina, con un post grado en Couseling ECP. “LA MODA AL DÍA” Y “EXTRA JÓVENES” Fabiola dice recuerda a su comuna por los hermosos

momentos vividos en ella: “Mi niñez fue en expansión, feliz, tranquila con una familia, contenida por una familia muy espiritual, cariñosa, unida y con hermosos valores cristianos”. Cuenta que fue por motivación propia que ingresó al complejo mundo de la moda, porque quería probar suerte y partió presentándose a diferentes agencias de publicidad y productoras de cine. “Paralelamente modelaba para diferentes marcas de ropa, campañas publicitarias, desfiles de modas en diferentes lugares de Chile. Compartí con rostros de la época, como Rosita Parsons, Ana María Cummins, Paola Camaggi, Josefa Isensee, Mónica Aguirre, de quienes guardo los mejores recuerdos”, detalla. Eran épocas donde existía un programa llamado “La moda al día”, conducido por Beatriz Vicencio, en Canal 13. Tiempos donde el “Extra Jóvenes”, de Canal 11 (actual Chilevisión), veía los comienzos de Claudia Conserva y el “Pollo” Valdivia. Fabiola se hizo reconocida en el mundo del modelaje y de la televisión y se le comenzó a ver frecuentemente en distintos programas de televisión, compartiendo -luego- con Katherine Salosny en NTV, de Televisión Nacional e Chile. Pero jamás dejó de visitar y compartir con la gente de su comuna, que hasta ahora le guardan un especial cariño y afecto, por mantener la sencillez y contacto permanente. MADRE DE TRES HIJOS EN COLOMBIA Actualmente, María Fabiola está casada y es madre de 3 hijos. Tomó la decisión de acompañar a su esposo y apoyar su carrera profesional, por lo que inició una vida nómade, pues –juntos- han recorri-

do distintos países de Europa, además de Japón, Argentina, República Dominicana, México, Perú, Guatemala, Estados Unidos y Aruba. Finalmente, se radicaron en Colombia y, aunque el modelaje lo dejó hace doce años, mantiene su belleza tan intacta como siempre y un corazón nostálgico por estar lejos de sus raíces y de su familia. Sus días pasan en compañía de sus hijos, ocupando gran parte en sus cuidados. Se siente feliz de la familia que tiene, pero confiesa que es dura la distancia con los suyos. “Mis padres mantienen un tesoro invaluable, que es el amor con el que nos educaron y nos entregaron siempre. Nos dieron todo para ser seres humanos felices. Su legado lo llevamos cada uno de sus hijos y nietos en el corazón”, argumenta, melancólica y ansiosa, ya que el día de la conversación con “El Observador” se acercaba a pasos agigantados una nueva visita a sus tierras. Así, la bella Fabiola pudo pasar, después de mucho tiempo, las Fiestas Patrias en su país y junto a su familia, recuperando el tiempo que ha estado lejos, compartiendo con su innumerable familia, sus amigos de infancia y todos los papudanos, con quienes se mantiene en contacto, utilizando las plataformas de las redes sociales, donde día a día visita para estar informada de lo que pasa en la comuna, la que alguna vez estuvo en el podio de los rostros más hermosos, lugar hasta donde pocas han llegado. De seguro, en la comuna ha podido hacer remembranzas, con su reconocida sencillez, de su pasado en medio de las luces, cámaras y lentejuelas. Y de la fama. Ésa que nunca cambió su dulce personalidad.


12 - Emigrantes

Viernes 28 de septiembre de 2012

EL OBSERVADOR

La limachina que maneja las comunicaciones Yolanda Arellano Carvajal cruzó la cordillera junto a sus hermanos pequeños, pasó peripecias y llegó a ser una importante funcionaria de un estado extranjero Por Eva Márquez Estay

Y

olanda Arellano Carvajal es heredera de una historia que pocos saben contar, que encierra una accidentada travesía hacia un país extraño para algunos, pero que la acogió junto a su familia y le dio las mejores oportunidades. Nació un 7 de junio de 1956 en Valparaíso y es hija de Hugo Arellano Herrera, hombre de radio y de dilatada trayectoria en el periodismo regional y de Yolanda Carvajal, quebradina y dueña de casa la señora Yolita, como le dicen por cariño-, quien se casó muy joven y al cumplir la mayoría de edad, tomó posesión de su herencia familiar en Limache, llegando a instalarse junto a Hugo y sus cinco hijos en un predio de calle Angamos 390, camino a Lliu Lliu. “El sueño de papá era tener su propia radio y nos trasladamos a Limache cuando yo tenía unos tres años. Mi padre plantó y vendió avena, tomates e hizo hasta adobe para lograr tener el capital y en el mes de mayo del 60 nació Radio Limache. Así me crié, entre la radio que funcionaba en una pieza de mi misma casa y las veladas en ‘La

Vaguada’, un escenario al aire libre junto a nuestra casa, con bancas hechas de trozos de eucaliptus que se repletaban de asistentes, donde pasaron varios artistas de la época, en tiempos que fueron maravillosos”, cuenta Yolanda. Y aunque no ostentaban grandes cosas, con mucho esfuerzo esos “buenos años” fueron complementados con una buena educación, donde los niños Arellano Carvajal asistieron al Deutsche Schule von Quilpué, el Colegio Alemán, que anecdóticamente le dio las primeras herramientas de idiomas para enfrentar una vida que nunca imaginó tener fuera de su Limache querido. “Eran días que nos levantábamos a las 5 de la mañana para salir caminando hasta las Cuatro Esquinas, para tomar una micro que nos dejara en la estación y de ahí el tren hasta Quilpué. En las tardes una alemana, la Frau Muller, nos ayudaba con las tareas y nos enseñaba alemán y a las siete de la tarde ya estábamos durmiendo”, cuenta. De esos tiempos buenos, Yolanda recuerda con cariño y nostalgia los días jugando en los cerros cercanos y la

Yolanda (a la izquierda con uniforme oscuro) y sus hermanos, en el Colegio Alemán de Quilpué, a mediados de los 60.

larga mesa que en las tardes traía el compañerismo, largas conversaciones de arte, música y política, junto al pan amasado, las churrascas, los quesos de cabra y huevitos de codornices que ofrecían los campesinos que venían de Lliu Lliu: “Las onces de mamá eran inigualables y siempre había invitados con quienes compartir”. EL GOLPE Y EL VIAJE Ya en los 70 y en tiempos donde la ideología era castigada, la poca publicidad radial obligó a sus padres a retirar del colegio a Yolanda y sus dos hermanos mayores, Hugo y Silvia, matriculándolos en el Liceo de Limache. Los menores, Erwin y Archibaldo, estudiaron internos en el Colegio Internado Alemán de Villa Alemana. “Fueron buenos tiempos y no pasamos desapercibidos.

Todos fuimos presidentes de curso y dirigentes; ahí descubrimos el verdadero mundo chileno y aprendimos a amar a Limache y su gente”, cuenta. Pero la madrugada del 11 de septiembre de 1973 cambió para siempre el rumbo y la vida de su familia entera. Tras un allanamiento y la destrucción de la radio por fuerzas militares, además tomaron presos a su padre y su hermano mayor, Hugo. La familia vivió un tiempo en la clandestinidad y a mediados del 74 la joven Yolanda, de 17 años, debió cruzar en tren la cordillera junto a sus hermanos Erwin, de 14; y Archibaldo, de 13, donde un pariente les esperaba en Buenos Aires; mientras su madre y su hermana Silvia procuraban recuperar al resto de la familia. “Tuvimos que esperar hasta que mi papá y hermano fueron expulsados en julio del 74 y nos reunimos como familia en agosto. Para nosotros fue muy fuerte, allá supimos lo que era trabajar duro, mi madre hacía empanadas y

salíamos a vender y cuando vino el Golpe de Estado de Argentina, en marzo del 76, la vida se hizo insostenible”, relata Yolanda. Además cuenta que, a esas alturas, ya había nacido el sexto hermano, a quien llamaron Salvador y que, a partir de esa fecha, redoblaron las fuerzas, para salir del país hasta Holanda o Bélgica, que recibía refugiados. Fue así como, a fines de diciembre de 1976, recibieron la noticia que el Gran Ducado de Luxemburgo había recibido sus papeles y emprendieron el viaje el 23 de marzo de 1977, contentos de que al menos uno de los idiomas que se habla en el país lo habían aprendido cuando estudiaron en el Colegio Alemán. “Funcionarios de las Naciones Unidas nos fueron a buscar a casa y nos acompañaron todo el viaje hasta Amsterdam y, de ahí, a Luxemburgo, donde entramos con visas especiales holandesas y aterrizamos a las 14:05 del 24 de marzo de 1977, en uno de los días más fríos y

nevados que recuerdo”, rememora la limachina. Allá los esperaban los miembros del Comité Chile Libre, el presidente del Partido Socialista luxemburgués y altos funcionarios del Gobierno y del Parlamento Europeo, quienes les dieron la bienvenida a este nuevo país, que les abrió las puertas a una vivienda, trabajo y educación. “Al principio el idioma alemán que aprendimos de niños nos permitió salir adelante y servir de intérpretes a mis papás, quienes tuvieron que contar con nosotros al principio para hacer casi todas su cosas, lo que fue un gran cambio”, relata emocionada. CONSOLIDACIÓN DE UNA VIDA El radical cambio que sufrió la vida de Yolanda Arellano fue el aliciente para reunir fuerzas y ganarle a la adversidad; abriéndose paso en un pequeño país que hoy reúne a poco más de 500 mil habitantes, con un gobierno basado en una Monarquía Constitucional y Parlamentaria, pero que per-

Yolanda, junto al -entonces- ministro de Relaciones Exteriores Ignacio Walker -actual senador-, en una visita a Luxemburgo, en mayo de 2005.


Emigrantes - 13

EL OBSERVADOR Viernes 28 de septiembre de 2012

del primer ministro de Luxemburgo tenece a siete organismos de Derechos Humanos, además de ser sede de la Secretaría del Parlamento Europeo. En este extraño país comenzó a abrirse paso a una nueva vida, trabajando primero con su hermana Silvia cuidando niños y trabajando en cuidando ancianos en la “Maison de Gériatrie et de Retraite Hamm”, que le permitió estudiar de noche y enseñarle el idioma español a una funcionaria del recinto, mientras ella le enseñaba el luxemburgués. De ahí, pasó de ser mujer de limpieza a ayudante de enfermera, trabajando hasta principios de los años 80. Pero las ansias de estudiar Periodismo y seguir los pasos de su padre la llevaron hasta el país vecino, Bélgica, donde estudió en la Universidad Libre de Bruselas, un año de francés y dos años de Periodismo, donde cuenta que “había latinoamericanos y teníamos un grupo de teatro y hacíamos radio, donde entrevistábamos a personas que solidariamente nos trían información sobre la Guerra de las Malvinas”. Debió retornar a Luxemburgo tras un problema de salud de su padre. De vuelta, militaba en el Partido Socialista Luxemburgués, donde conoció a su esposo, Victor Witzel, un catedrático, periodista y analista político, con quien estuvo 20 años casada. “Fueron tiempos hermosos, de él aprendí la política luxemburguesa, viajamos mucho y participamos en todo tipo de recepciones y cenas diplomáticas, porque él trabajaba como portavoz del minis-

tro de Relaciones Exteriores”, relata. Y fue así como Yolanda,

La comunicadora limachina, junto a su jefe, Daniel Andrich, en el 2011.

en su profesión de Periodista, comenzó a trabajar como funcionaria pública en el Estado Luxemburgués, donde en el Instituto de Formación Administrativa tuvo la posibilidad de entrar al servicio público -primero- como secretaria bilingüe y -luego- escalar hasta convertirse en periodista del primer Ministro de Luxemburgo y llegar a conocer mejor el sistema político del país que la albergó. EDITA EL DIARIO OFICIAL “Mi trabajo es administrativo y político. Soy parte de un equipo de trabajo donde manejamos el correo interno y editamos el Diario Oficial. Mantenemos constante co-

municación entre el gobierno y el parlamento. Este trabajo me ha permitido organizar las visitas de estado de varios países, entre ellos la visita del entonces ministro Ignacio Walker el 2005, de Ricardo Lagos, cuando vino como Ministro de Obras Públicas; y serví como compañía a su esposa Luisa Durán; y así he conocido a muchos políticos, como Bill Clinton, Jacques Chirac y Madeleine Albright, entre otros”, cuenta. A pesar de no haber tenido hijos, la comunicadora manifiesta sentirse feliz y satisfecha de su vida, pese a las adversidades, pues “de todo se aprende algo”, Tras radicarse en un país

tan lejano, ya ha echado raíces, contando con una parte de la familia que no retornó a Chile, compuesta por sus hermanos Pedro Hugo, Silvia, Salvador, Elise y Lukas; los hijos de éstos y sus grandes amistades. “He viajado a Chile a visitar a mis padres y hermanos Erwin y Archibaldo; pero dentro de siete años voy a ju-

bilar y está en mis planes volver. Las primeras semanas de octubre viajo a Chile y espero encontrarme nuevamente con las cosas bellas que dejé en mi Limache, ver ese cielo, ese sol que acá no se ve y encontrarme con los cerros de Lliu Lliu, con la radio y con la gente de mi tierra”, cuenta finalmente.


14 - Emigrantes

Viernes 28 de septiembre de 2012

EL OBSERVADOR

Las habilidades comerciales heredadas de su familia le Calerano Patricio Cabezas Chahuán, sobrino del legendario Nicolás Chahuán Nazar, cuenta que tuvo que casarse “a distancia” con su polola, antes de hacer su vida juntos en el extranjero Por Viviana Orozco Vega

P

atricio Cabezas Chahuán un día decidió tomar su maleta y emprender un largo viaje, que ya lo ha tenido por 39 años fuera de su país natal, guardando en sus recuerdos grandes experiencias que hoy son contadas a sus nietos y que, cada vez que puede, trae hasta La Calera, para no olvidar las calles que lo vieron crecer, ni alejarse de sus hermanos Marianela y Sergio, que aún viven en la comuna. Patricio nació el 13 de marzo de 1945, en Los Andes, lugar del cual emigró con tan sólo un año de vida junto a su familia. Sus padres, Haroldo Cabezas Latorre y Elena Chahuán Nazar, tomaron la decisión de establecerse en La Calera, debido a las posibilidades de trabajo y de estar cerca de sus familiares. Desde muy pequeño estuvo ligado al mundo del comercio y los negocios, en los que fue aprendiendo por medio de su padre y de sus familiares maternos, quienes poseen una larga historia en la actividad económica calerana. “Toda la familia de parte de mi madre está en La Calera, todos comerciantes y muy deportistas. Ejemplo de ellos fue mi tío Nicolás Chahuán Nazar, fundador de Unión La Calera (y quien le da el nombre al Estadio Municipal) donde mi padre era del primer directorio del recién fundado equipo. Mi madre trabajaba con mis abuelos en una tienda comercial, y se dedicada a labores de hogar”, cuenta Patricio. EL “SUPERVISOR - ALUMNO” Patricio realizó sus estudios básicos en la Escuela Pública Nº18, lugar del cual recuerda a su profesor jefe, “el Señor Torres”, quien dice- de forma estricta creó en sus alumnos una base sólida para llegar a ser emprendedores. Luego, en primer año de Humanidades y hasta tercero, sus estudios

los realizó en el Instituto Rafael Ariztía (IRA) de Quillota. Posteriormente, sus padres, buscando cada vez una mejor educación, decidieron internarlo en el Liceo Roberto Humeres Oyanedel de San Felipe, donde cursó desde Cuarto a Sexto de Humanidades. “Ahí en el internado era una disciplina semimilitar, donde salíamos un par de veces al mes a ver la familia. Ahí yo fui supervisor - alumno de los internos y siempre obtuve las primeras calificaciones en mis estudios, generalmente quedaba eximido de dar exámenes”, cuenta Patricio. Al finalizar la escuela, emigró al sur, donde estuvo sólo un año en la Universidad de Concepción, ya que por motivos económicos debió regresar a La Calera, pero sus ganas de estudiar lo llevaron a ingresar a un bachillerato y así mejorar las calificaciones para ingresar a la carrera de Químico Farmacéutico, con una beca estudiantil. Al terminar sus estudios en 1972, Patricio tomó la decisión de emigrar a otro país para construir su futuro, producto de la mala situación económica que se vivía en el país. Pero había encontrado el amor en Ximena Aguayo Figueroa. Aún así, tomó su maleta y partió a Venezuela, primer paso antes de llegar a Estados Unidos, donde actualmente reside. SU INICIO EN EL EXTRANJERO Como todo emigrante que pisa nuevas tierras, el inicio fue difícil, por lo que este calerano, apoyado por sus dotes comerciantes heredados de su familia, comenzó a vender puerta a puerta diversos artículos que eran de utilidad para las dueñas de casa. Tras algunos meses dedicados a ese oficio, el 2 de enero de 1973 consiguió trabajo en un laboratorio farmacéutico, donde pudo comenzar a aplicar los es-

Patricio Cabezas Chahuán, en las calles de Nueva York, en enero de 2012.

tudios que había realizado en Chile. Poco a poco, su economía comenzó a mejorar. El trabajo ofrecía grandes oportunidades, pero el extrañar a su familia y, sobre todo, a su novia Ximena, lo hacían pensar cada vez más en Chile. - ¿Y qué paso con su novia? “Decidí emigrar, porque la economía en Chile no estaba de lo mejor. En Venezuela, luego de algunos meses, las cosas para mi mejoraron, por lo que ahí decidí casarme con Ximena, pero de una forma muy particular: a través de un poder, siendo representado en Chile por mi hermano. Eso fue el 21 de febrero de 1973 y sólo en mayo pude traer a mi mujer a mi lado. Veinte años después, tomamos la decisión de casarnos por la iglesia”. - ¿Y su trabajo, como siguió en Venezuela? “Yo empecé trabajando en el Departamento de Líquidos, Jarabes y Cremas, donde manufacturábamos diversos remedios para distintas Compañías Farmacéuticas. Luego me dieron el Departamento de Tabletas, Polvos y Cápsulas pasando a ser asistente gerencial de Producción a los tres años de trabajar. Allí trabaje casi cinco años, me retire a trabajar como Gerente de Producción y Control de Calidad

en Laboratorios Rincón S.A. Mientras fui gerente, instalé una tienda de perfumes y cosméticos en un local comercial e hice una empresa de transporte para repartir productos medicinales a todo el país”. - Al encontrar este emprendimiento, ¿pensó en llevar a su familia hasta el extranjero? “Mi empresa de transporte la traspasé a mi tío político, René Manzur, de La Calera, casado con mi tía Ángela Chahuán, hermana de mi madre, quienes siguen viviendo allá en Venezuela y mantienen sus tres hijos la compañía de transportes. En todos esos años ayudé a muchos compatriotas chilenos que llegaron a conseguirles trabajo en diferentes lugares, como vendedores de Laboratorios Rincón, o algunos colegas que entraron como profesores a la Universidad. Teníamos un grupo de amigos bien numeroso de Chile, incluido el ex ministro de Educación, el señor Tapia, varios profesionales. Íbamos los fines de semana en grupo a la playa a comer asadito y no dejábamos de celebrar los 18 de Septiembre con ricas empanadas y buen vino chileno”. - ¿Y la familia creció? “El 20 de abril de 1974 nació mi primera hija, Paula Milena; y en Marzo 1977 mi hijo Álvaro Ignacio, am-

bos nacieron en Maracaibo. Pasaron casi diez años antes que fuéramos a Chile por primera vez, añorábamos poder ir a nuestra querida tierra, pero siempre había problemas de alguna índole. Disfrutamos un merecido mes de vacaciones de verano, disfrutamos la familia y tantas cosas ricas de comer”. Todo parecía próspero para Patricio, un calerano que decidió emprender y buscar una nueva y mejor vida en el extranjero, pero, cuando ya llevaba doce años en Venezuela, el país política y económicamente se desestabilizó, por lo que nuevamente las decisiones sobre el futuro debieron ser rápidas. - ¿Qué hizo cuando se iniciaron los problemas? “Tuve que tomar medidas muy rápido por que había mucha inseguridad y corrían riesgo nuestras vidas. Había muchos asaltos a plena luz del día, robos por todas partes, así que decidí que debíamos irnos de ahí. Vendí mis propiedades, negocios, mobiliario, y lo que no pude vender lo regalé a los amigos chilenos y nos vinimos a Estados Unidos. Mis hijos ya tenían 6 y 9 años”. - ¿Cómo fue el inicio en Estados Unidos? “En 1984 llegué con mi esposa y mis dos hijos y dos maletas a Miami. Me fui a un hotel y lo primero que hice fue ir a Hialeah a comprar un auto para poder movilizarnos. Después de varios días recorriendo ciudades, decidimos irnos a vivir más al Norte, a la ciudad de Fort Lauderdale. Ninguno de nosotros sabía hablar inglés. Yo sabía escribir un poco y leía, pero no hablaba, pero pensando en mis hijos para que fueran bilingües, en vez de vivir en Miami, donde el 90% habla español, quería irme adonde la mayoría hablara inglés. A mis hijos los puse inmediatamente en una escuela bilingüe, a los seis meses ya los dos hablaban bastante bien el nuevo idioma. Yo y mi esposa pasamos casi un año para medio poder hablar. El primer año viviendo en Davie, Ft.Lauderdale, me dediqué a ver qué podía hacer o dónde podía trabajar, Pero no podía trabajar como Farmacéutico, porque aquí debía tener Licencia del

Estado de la Florida y, para revalidar, tenía que volver a estudiar como cuatro años otra vez. El dinero que traía no me aguantaba para volver a pagar una carrera carísima, por lo tanto decidí invertir en un negocio”. - ¿Qué negocios inició? “Compré dos servicentros de gasolina con tienda adentro de la Compañía Shell. Fui a hacer un curso Administrativo y de Contabilidad a Atlanta, en el Estado de Georgia, en Enero de 1985. Yo trabajaba en la gasolinera de Boynton Beach y mi esposa en la de Delray Beach, separadas como 8 kilómetros una de otra y a media hora de auto a nuestra hogar, en Davie. Trabajábamos de 6 de la mañana a diez de la noche, todos los días del año, menos en Navidad. Mi esposa se volvía a las 14 horas, para atender los niños, cuando volvían de la escuela. Yo llegaba como a las 23 horas. Trabajábamos ‘como chinos’, como decimos nosotros los chilenos, y apenas podíamos sobrevivir, apenas nos daba para pagar las rentas, los empleados y el resto para comer, sin vacaciones, sin ir a ningún lado, como esclavos, pero no quedaba más remedio que apechugar. Aquí no teníamos ni un amigo y ni un familiar. A los tres años, la compañía Texaco me hizo una mejor proposición de negocio, así que saqué a la Shell y puse la Texaco. Recién empezamos a ver mejorías económicas, pero el trabajo era demasiado sacrificado. Por fortuna, cuando pasaron casi dos años, la misma Texaco me compró los dos servicentros, lo que me dejó dinero para comprar mi primera casa en la ciudad de Boca Ratón, una hermosa casa, a orillas de un lago donde vivimos hace doce años”. - Pero, tras la venta de los servicentros, había que seguir trabajando en algo... “Después de vender estos negocios, pasaron unos meses y, en 1990, compré una gasolinera Citgo, en Hialeah, Miami, que me quedaba a una hora en auto de Boca Ratón, creyendo que en el ambiente latino me iba a ir mejor, donde la mayoría eran cubanos. Pero fue un desastre: antes del año y medio me tuve que deshacer y vender. Entonces, mi esposa hizo los cursos para Corredora de Propiedades y obtuvo sus Licencias del


EL OBSERVADOR

Emigrantes - 15

Viernes 28 de septiembre de 2012

permitieron el éxito en Venezuela y Estados Unidos Estado de la Florida. Viajamos a México con mi esposa a cumplirle una manda a la Virgen de Guadalupe, porque después de vender los negocios se me terminó la visa para estar en este país, y quedamos todos como ilegales. Sin embargo, por obra de la virgencita, un señor desconocido nuestro me ofreció una oportunidad de trabajo para que nos dieran a todos la residencia en este país. La virgencita escuchó nuestras plegarias, así que fuimos a cantarle las mañanitas el 12 de Diciembre de 1991, en la Catedral de México”. - ¿Siempre ha sido muy creyente? “Entre los años 1992 y 2007 estuve sirviendo en la Iglesia de San Isidro, en Pompan Beach, junto con mi esposa. Primero estuvimos en el Ministerio de Evangelización, casi dos años. Luego, como dos años más en el Ministerio de Matrimonios, como consejeros, para finalmente servir en

las misas como Ministros Eucarísticos, dando la Comunión. El Párroco era el Padre Ricardo Castellanos. Actualmente, vivimos en Sunny Isles Beach y pertenecemos a la Parroquia de Santa María Magdalena, donde estamos a cargo de la Capilla del Santísimo y estamos renovando como Ministros Eucarísticos”. - Mientras su vida prosperaba en el extranjero, ¿cómo era el lazo con su familia en La Calera? “Durante estos años fuimos en varias oportunidades a Chile. Nos tomábamos tres semanas de vacaciones, mientras mis hijos terminaban High School (Humanidades). A ellos los mandé en sus vacaciones por dos meses a La Calera donde mi familia. Así, mis hijos no perdían el idioma castellano. Gracias a Dios hasta hoy somos todos bilingües. En esta época falleció mi querida madre a los 72 años y unos años más tarde mi

padre, a los 80”. Tras pasar por diversos negocios y conseguir estabilidad económica, Patricio Cabezas hoy continúa en Estados Unidos, siempre con la esperanza de terminar sus últimos días junto a su familia calerana. “La vida está muy dura en estos momentos aquí. Hace cinco años que no consigo trabajo, a pesar de haber sacado Licencia de Técnico Farmacéutico para poder trabajar en farmacias. Pero no ha sido posible trabajar. También saqué Licencia de Notario Público, pero es muy escasa la demanda de servicio. Pero, gracias a Dios, no nos falta nada”, dice el calerano desde el país del “Sueño Americano”.

Los hermanos Cabezas Chahuán, Sergio y Patricio, en una de las visitas a Chile.



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.