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Mi buena Noticia EL OBSERVADOR
Viernes 30 de octubre de 2015
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EL OBSERVADOR Fondo de Fomento a los Medios de Comunicación Secretaría General de Gobierno Región de Valparaíso
“El pequeño Alexis me llamó y dijo: ‘Tía, vencí el cáncer”
La quillotana Paula Alarcón es voluntaria de Oncología del Hospital Gustavo Fricke y dice que ésta ha sido la llamada más linda que ha recibido que historias QUI Pretender vinculadas al cáncer LLO tengan algún aspecto buena noticia es casi TA de una búsqueda imposi-
ble. Pero este relato lo consigue. Es la historia de Paula Alarcón, madre quillotana; y Alexis, un pequeño de 8 años de La Calera, que le dice “tía”, por el cariño que le tiene, luego de mucho tiempo en que ella le ha hecho su vida más entretenida, siendo colaboradora de Oncología Infantil del Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar. Hasta ahí llega periódicamente, para acompañar a los pequeños que enfrentan esta enfermedad, aunando voluntades solidarias de varias personas, la mayoría de Quillota y sus alrededores. Paula se vinculó con esta unidad de salud, luego que uno de sus hijos, Benjamín, viviera todo su proceso ahí, hasta que -como los pequeños dicen- se convirtiera en “un angelito que los cuida desde el cielo”. “Luego de haber vivido en carne propia lo que es ser mamita oncológica, siguen mis lazos con esta familia, unida por el dolor, donde con gestos simples de cariño, solidaridad y buenas intenciones apoyamos a los niños, colaborando con un grupo llamado ‘Padrinos Mágicos’ o con quien requiera colaboración”, cuenta Paula. Ella comenta que “llegar a un lugar donde la palabra cáncer ya implica dolor, miedo e incertidumbre, hace que hasta el mas valiente trate de huir. Pero también hay personas llenas de valentía, esperanzas y ganas de
vivir, tanto hijos como padres, que dan una dura batalla”. La joven madre ayuda llevando alegría, con disfraces, huevitos en la Pascua de Resurrección. Hasta el grupo “La Bigote Cumbión” ha tocado para los pequeños. “Este fin de semana, para Hallowen, llegaremos con disfraces, juguitos y galletas dulces y pronto nos acompañará el Iron Man quillotano, gracias a la colaboración de amigos, conocidos de Facebook, quienes a través de las vivencias compartidas, se han unido a esta hermosa cadena de amor”, relata Paula. LA NOTICIA MÁS BELLA Durante todo el proceso de “Benja”, apareció Alexis, un simpático, amoroso y extrovertido niño. Siempre, de la mano de su abuelita, quien ha sido protagonista en su tratamiento, desde que el niño fue diagnosticado con leucemia linfoblástica. “Mientras vivíamos nuestros días entre quimioterapias, controles y poniéndole ganas a la vida, Alexis nos hacía reír con sus palabras, chistes e ingenuidad. La primeras ‘quimios’ dan mucho apetito y para la abuelita de Alexis era una lucha mantenerlo tranquilo. Alexis nos veía y decía: ‘Tía, yo quiero de eso, tráigame esto por favor’, con una carita tan amorosa, que teníamos que resistirnos para no traerle”, recuerda Paula. El niño viajaba diariamente desde La Calera. Pese a vivir en dicha ciudad, es hincha de San Luis, por lo que se unió mucho
más a Benjamín y Paula, fanáticos canarios. Cuando “Benja” partió, Paula recuerda que “llegó el momento de las preguntas difíciles y tuve que responder a Alexis. Él preguntó: ‘Tía, ¿por que no viene El Benja?’. Con un nudo en la garganta, sin saber qué responder, sólo le dije que el Benjita había partido a un hospital muy especial, donde él sanaría y, desde ahí, nos cuidaría a todos. Entre
su inocencia y cariño, me dijo: ‘Ya tía. Cuando él pueda, va a venir y será nuestro angelito. Dígale que lo hecho de menos’. Él ya lo sabía. Sólo quería saberlo por mí”. Aunque el paso de Paula por Oncología ya había terminado, los lazos de amor con su “familia oncológica” se mantuvieron e inició su voluntariado. “Entre las actividades, el plantel de San Luis de Quillota
recibió a los niños en su Complejo Deportivo. Ahí Alexis hizo amistad con ‘Tuto’ De Paul, Guillermo Pacheco y todos, porque los hizo reír con sus pequeñas locuras”, cuenta. Paralelamente, el niño continuó pasando los durísimos protocolos de quimioterapias y, entre protocolo y protocolo, las visitas a Oncología y las que hacía al hogar de Alexis, Paula recibió un llamado telefónico. “Era una voz claramente reconocida, dulce y tierna, que me dijo: ‘Tía: vencí el cáncer’”. Lo que se produjo en ese momento en el corazón de la madre quillotana fue difícil de describir: “Sentí una alegría enorme. También me sentí vencedora, pensando en tantos niños que perdieron esa dura batalla y él logró ganar esa lucha contra el cáncer. Eso para mi fue gratificante, una alegría entre tanta desesperanza y dolor. Esa pelea que se luchó y se luchó y por fin uno de nuestros niños la ganó. Ha sido la llamada más maravillosa que una, como tía postiza, puede recibir”. Actualmente Alexis está en lo que se denomina “etapa de remisión”. Es decir, no hay cáncer o está detenido, por lo que deberá someterse a radioterapia, para eliminar cualquier presencia de la enfermedad. Alexis López Pérez tiene 8 años y es uno de los 400 niños usuarios de Oncología del Hospital Fricke. De ellos, unos 50 están hospitalizados, luchando, con la compañía de voluntarios que les llevan permanentemente alegría. Entre ellos, Paula, quien puede contar a su hijo en el cielo que conoció a otro superhéroe, esta vez sin disfraz, sino con una bella sonrisa como armadura y unos chistes inocentes como arenga de batalla.
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“¡Fuimos a ver el río Petorca, que antes estaba seco, y pudimos jugar en el agua!”
Martín, Raúl e Isidora son alumnos del Liceo José Manuel Borgoña y cuentan con emoción el momento en que vieron por primera vez el afluente con agua En los últimos PE diez años, la coTOR muna de Petorca sufrido los emCA ha bates de un clima
hostil, realidad que arrastra una sequía que ha ido dejando profundos surcos en la tierra y en el alma de sus habitantes. Árboles frutales secos o cortados hablan de un pasado agrícola que se ha ido apagando, mal acostumbrándonos a la escasez del riego. Hoy, pequeños arbustos que alguna vez fueron grandes árboles de paltos, reciben a los visitantes a la entrada del lugar. Pero aquella postal resquebrajada y algo triste, cambió rápidamente cuando los grandes temporales que cubrieron los territorios de la zona
central llegaron a Petorca este invierno, suscitando por primera vez en años una lluvia que le devolvió la vida al río y, de paso, permitió a los niños ver lo que para ellos significó un milagro: mucha lluvia, el río con agua y el espectáculo de un gran arcoíris. Martín Alarcón Espinoza, alumno del Liceo Manuel Borgoña de Petorca, es uno de aquellos niños que se enfrentaron por primera vez al río Petorca con caudal. Mientras se divierte en el patio de su colegio, junto a otros compañeros, relata la alegría de la buena noticia que vivió. “Fue muy entretenido y una muy buena noticia para todos, porque antes siempre lo había visto seco. Fui con mi primo a ver el río que antes esta-
ba seco y ahora pudimos jugar en el agua. Mi primo encontró una tabla y me dijo que me subiera para empujarme. Así, la tabla era como un bote, después choqué con una piedra. ¡Fue divertido!”,
explica con entusiasmo y risas. Para la directora del liceo, Gilda Aspe Neculman, esto significó una gran noticia para toda la población, pero en los niños fue una experiencia única y
que –dice- marcó sus vidas. “Es una generación de niños que primera vez ve agua correr en el río. Nunca habían visto una lluvia tan grande. Se afectan positivamente, el hecho
de que venga agua es un espectáculo, familias completas fueron a mirar la crecida. El efecto del agua logró un gran arcoíris, impacta en los niños y ellos, ahora, valoran mucho más el agua”. El pequeño Raúl Guajardo Cerpa también gozó este espectáculo de la naturaleza: “Fui a mirar el río dos veces, me gustó, tiré piedras grandotas con mi hermana y nos metimos al agua. Nunca habíamos visto que lloviera tanto”. Isidora Araya Cortez también quiso contar su alegría en breves palabras: “Fui con mi hermano pequeño y tiramos piedras. Me gustó mucho, fue alegre”. Los pequeños estudiantes de este emblemático Liceo, ahora pueden decir que experimentaron un Cabildo lleno de vegetación y lluvia. Pueden contar que han jugado en el río, como alguna vez lo hicieron sus padres y abuelos.
“Comencé limpiando las calles y ahora tendré mi propio negocio” Charlie Vergara Romero es una emprendedora que después de pasar muchas penurias, se instaló con un puesto móvil y ahora tendrá un negocio establecido 17 años PU Hace Charly Vergara CHUN Romero llegó ValparaíCAVÍ desde so a Puchunca-
ví, emprendiendo con esperanza un nuevo camino y buscando mejores oportunidades laborales que antes no encontró. Cuando rememora antiguos y difíciles pasajes de su vida, lo hace trayendo a su mente el hambre que alguna vez sintió y esa desesperación de la que pensó que no saldría. Ahora se emociona por sus logros y por haber
construido “desde la nada” el sustento para su familia. “Yo trabajo desde los 12 años. Fui comerciante ambulante en Valparaíso. He sufrido mucho en la vida, vengo de una familia muy humilde”, explica Charlie. Su esfuerzo le ha dado algunos momentos en que ya ha sido protagonista de buenas noticias, pues se hizo conocida por ser una de las nueve mujeres que trabajó en el camión de la basura en la Municipalidad de Puchuncaví. “Nos hicimos bien fa-
mosas arriba del camión”, recuerda de manera jovial. Cuando nació su tercer hijo, no pudo seguir trabajando en lo mismo y decidió que era tiempo de emprender. A pesar de no tener contactos ni experiencia en el rubro, se arriesgó e instaló un carro en pleno centro de la comuna, ofreciendo sopaipillas y empanadas. “Empecé desde la nada y sola. Ahora es un negocio familiar, porque mi esposo me ayuda, pero fue mi proyecto, lo saqué con mi esfuerzo y sacrificio. Comencé con un carro muy pequeño, que cambié hace un tiempo. Ahora vendo más cosas”, cuenta, orgullosa. Ya han pasado cinco años desde que esta em-
prendedora se instaló con su carro, al que bautizó como “El Mamón”, que en honor a su marido y sus hijos, que son muy ape-
gados a ella. Y el sacrifico de levantarse a oscuras para atender desde las siete de la mañana, ha rendido sus frutos. Cuen-
ta que tiene una clientela fiel que se fue ganando a través de los años y que ha logrado comprarse cosas que la llenan de orgullo. “Comencé limpiando las calles, salí de correr tras un camión de la basura, empecé de cero, sin siquiera tener muchas veces qué comer ni darle de comer a mis hijos. Esto me ha permitido tener una camioneta, una casa propia, un hijo saliendo de la universidad. Me siento muy orgullosa, porque este carro me ha dado todo”. A pesar de las alegrías que su trabajo ya le ha entregado, Charlie vive ahora su nueva buena noticia: a mediados de noviembre inaugurará “Sandwicheria El Mamón”, un local que logró arrendar cerca de la calle donde actualmente ofrece completos, café, té, diversos sándwich, empandas y sopaipillas, masas que ella misma prepara. “Yo hago todo, no compro listo”, advierte. Esta buena noticia, que Charlie quiso compartir, la llena de orgullo. Además, asegura que respetará los precios que la gente conoce, recibiéndolos con mayores comodidades y la alegría que la caracteriza.
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Gracias a los sándwich de “potito” hoy tiene su local de comida rápida Isabel Campos ha podido entregar estudios a sus hijos vendiendo en ferias y acaba de cumplir su sueño de tener su propio establecimiento Mercedes LA Isabel Campos Contreras CALE nació hace 54 años la casa de su faRA en milia, en el sector
de Entrepuentes, en La Calera. Como se acostumbraba en algunos lugares de esa, una partera atendió a su madre, Ana. Tras un esforzado parto, nació la segunda hija, de los tres del matrimonio entre Ana Contreras y Alfonso Campos. Desde pequeña vio cómo sus padres se empeñaban trabajando para tener lo necesario para vivir tranquilos y, por esta razón, desde muy joven comenzó a desempeñarse en faenas para aportar al hogar. Al cumplir su mayoría de edad, se casó, con la idea de formar su propia familia, pensando que las cosas serían más fáciles. Pero la realización de sus sueños se ha dado poco a poco y saltando muchas vallas. En los años 80, trabajó en los Programas de Empleos Mínimos, donde se inicio con ventas de alimentos. Cuenta que, debido al poco dinero que recibía, se le ocurrió preparar corbatitas dulces para vender a sus compañeros de trabajo. Este pequeño em-
prendimiento tuvo una excelente acogida y hasta hoy algunos conocidos le preguntan por ellas. Pasaron los años y, en cada lugar en que trabajó, vendía alimentos. Luego, lo haría en la feria minorista. Ahí sumó ropa y en algunas oportunidades ofrecía sus especialidades, como anticuchos y completos. Con su hija mayor, Ana, ya casada, en el hogar le quedaba terminar la tarea de educar a sus hijos Luis y Lorena. Pero, con el tiempo, las cosas se volvían más difíciles, pues el trabajo en la feria minorista no entregaba lo necesario para pagar el instituto de su hijo y la matricula en la Escuela Militar a su hija menor. “Fue por mi hija menor que surgió la idea de hacer sándwich de ‘potito’ en le sector de Entrepuentes. Yo había comido muchas veces en las fiestas religiosas a las que íbamos, pero nunca los había preparado. Como Lorena me incitó, ella salió a ofrecer y lo vendimos todo. Así partió todo, porque después iba a todas las fiestas religiosas y se agotaban”, rememora Isabel. Todo lo que ofrecía se hizo
rentable en esas ferias y esta calerana empezó a soñar con tener un local propio de comida rápida, donde estar tranquila para ofrecer sus productos. Este año, gracias al apoyo de sus hijos, se produjo su buena noticia: la instalación de su local. En junio, mientras su hijo Luis Plaza Campos, que trabaja como chef en las Islas Malvinas, se encontraba de vacaciones en su hogar, comenzó los tramites para habilitar un negocio en la avenida Alonso Zumaeta, de La Calera. Luego de cumplir con todos los requerimientos técnicos y obtener los permisos y la patente necesaria, Isabel pudo iniciar la venta de comida rápida en su propio local, que cuenta con máquinas y hornos especiales. “Era mi sueño tener un local donde vender mis productos, que llegara alguien y te dijera: ‘Quiero un churrasco’; y tener todo para prepararlo. Cuando vi el local no quería creerla. Estoy feliz aquí. Esto cuesta mucho, pero tuve la ayuda de mi hijo, que en vez de estar descansando, se dedico a armar todo. Mis hijas también hicieron su aporte y ahora están aquí ayudándome. Nunca dejare mis sándwich de ‘potito’ eso sí. Por eso en distintas ferias o fiestas religiosas ahí estarán”, dice, feliz.
Isabel Campos Contreras ya lleva cuatro meses trabajando su local de comida rápida el que logró gracias a su esfuerzo y al trabajo de sus hijos.
“Logramos superar las enfermedades ayudados por la Virgen de Andacollo” Fernando Olmos Estay y Teresa Saavedra Gil llevan 40 años de matrimonio, riendo sin parar cada vez que hablan, porque sienten que su fe ha sanado su salud viene el hocicón del Nano CA “Ahí Pituca”, le gritan a Fernando BIL Olmos Estay, cada vez que se a la feria de Cabildo. Se DO acerca lo dicen en broma, debido a su
amplia y constante sonrisa. “No puedo ponerme serio, nunca”, explica entre risas, las cuales hacen un eco y se replican por todo el barrio México de Cabildo, donde ha vivido toda su vida. Fernando, “El Nano Pituca”, es un hombre alegre, cordial y amable con todos los vecinos. Vive en la misma calle donde se crió y atiende el mismo negocio desde 1973. Cada vez que va a contar alguna experiencia, se ríe como, celebrando el mejor de los chistes. Le alegra hablar sobre su familia. Cuenta que se crió con 14 hermanos y su abuelito, el único talabartero de ese entonces, que los ayudó a salir adelante. Dice que fue su papá quien le enseñó a ser así: “Mi padre me legó la idea de que esta vida es una sola, no se saca nada con andar aburrido o triste. Solo hay que vivir con Fe”. Lleva 40 años de matrimonio con Teresa Saavedra Gil, a quien de cariño le dice “La Nerviosa”. Eso sí, reconoce que una vez se puso triste: cuando ella enfermó. “Soy feliz, tiene que ser muy fuerte lo que pase para amargarme. Un amigo que vendía dulces pasó al negocio y yo estaba llorando. Se asombró y me dijo: ‘Nanito, tan bueno para reírse y ahora tan triste’. Yo le conteste: ‘Tengo a mi señora enfer-
¡Jóvenes de Quillota contarán con su skatepark en El Sendero! El lunes 26 de octubre, durante el Concejo Municipal, se confirmó la construcción de un skatepark en la villa El Sendero, proyecto que surgió de la inquietud de los jóvenes que practican este deporte y que tomó la Municipalidad de Quillota, adjudicándose recursos financieros del Fondo Regional de Inversión Local 2015 del Gobierno Regional de Valparaíso. Luego de una serie de conversaciones del alcalde, Luis Mella; y representantes de los jóvenes, las autoridades locales aprobaron la empresa que se hará cargo de su construcción. La superficie será de 1.000 metros cuadrados, con estructura de hormigón armado; un sendero peatonal, escaños, bebederos e iluminación.
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ma y no entiendo por qué pasa esto’. Él me dijo que nunca más buscara respuestas, que aceptara y viviera la vida plenamente con fe. Esas palabras calaron hondo en la vida de Fernando y nunca más pensó que Dios lo estaba castigando. A pesar de haber tenido en reiteradas ocasiones a su esposa enferma, ha enfrentado la vida con optimismo. “Mi esposa está bien ahora. Yo tengo harta fe en diosito y en la Virgencita. Siempre le pedimos a la Virgen de Andacollo. Nuestra buena noticia proviene de ella, porque hemos logrado salir delante de las enfermedades y ahora estamos todos bien de salud”. Teresa también recalca la fe en la Virgen de Andacollo, mientras relata que todos los años va a la festividad que le rinde honores y se trae alguna imagen o calendario que cuelga en la pared del negocio. “Yo he estado muy enferma, pero he logrado superar mi enfermedad. Con Fernando hemos luchado juntos con la ayuda de la Virgen. Me siento alegre, me siento orgullosa de poder disfrutar y aún tener a mi mamá viva. Es mi mayor alegría, mis hijos y mis nietos también lo son”. Para este matrimonio, toda su vida está dedicada a La virgen. En su fe tienen puesta ilusiones y expectativas, legando a sus hijos y nietos la misma esperanza, que los ha ayudado a seguir sumando buenas noticias.
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Se salvó de sus graves enfermedades y ahora es feliz vendiendo sus disfraces en una feria A la madre de Ruth Ojeda Beltrán le dijeron que viviría no más de 15 años. Ahora tiene 56 y un entretenido negocio
baja estatura de Ruth OjeLI La da Beltrán esconde una forinmensa e inconmenMA taleza surable. Cuenta que, al nacer, CHE los doctores le pronosticaron
15 años de vida, producto de diversas malformaciones y dolencias en sus huesos. Hoy, a sus 56 años, lo recuerda como un vaticinio que se apagó ante su ímpetu de lucha. “Llevo toda mi vida en Limache, pero me crié en un hospital, porque fui operada 13 veces cuando era niña. Pasaba un mes en la casa y de nuevo devuelta a vivir entre doctores y enfermeras por un periodo largo”, cuenta. Ruth nació con uno de sus pies al revés, el cual debió ser intervenido tres veces para regresarlo a una postura que, actualmente, le permite caminar con relativa normalidad. Sumado a ello, problemas a la cadera y columna, también la llevaron seguidamente al quirófano. A pesar del mal pronóstico, superó toda expectativa de vida, se levantó y salió adelante. Curiosamente, el ambiente clínico no la asustó y trabajó algunos años en el Hospital de Limache y en el establecimiento de atención geriátrica La Paz de la Tarde, hasta que decidió independizarse y dedicarse a la venta de artículos artesanales. Con los mis-
mos gorritos y accesorios que aprendió a hacer, regresó a los pasillos de las instituciones médicas a ofrecer sus productos. “Todos me conocían, así que aproveche y comencé de a poco a armar mi negocio”, comenta. El año 2002 se instaló en la feria artesanal del Parque Brasil de Limache: “Empecé trabajando con cuero, ahora vendo disfraces y me ha ido bien. He ganado hartos proyectos que me han permitido comprar máquinas de coser para hacer mis creaciones”. Ruth acarrea sus productos en un carro de supermercado, luego los va acomodando hasta instalarse definitivamente en un puesto provisorio que la municipalidad le entregó. Algo que tiene a los locatarios un poco estrechos, pero felices, porque dentro de dos semanas podrán estrenar y utilizar nuevos espacios de trabajo. “El cambio que viene es una buena noticia para mí y todos los locatarios. Estamos esperando con alegría los nuevos módulos de la feria. Ahora voy a tener un probador, para que mis clientas se puedan poner los disfraces de manera privada. A las ‘lolas’ les gusta”, dice Ruth. La limachina recuerda que los antiguos negocios eran muy precarios, estaban viejos y se fueron deterioran-
do hasta convertirlos en un mal lugar. Hasta se llovían y eran muy pequeños. Esta buena noticia, permitirá que esta mujer pueda mejorar sus condiciones laborales junto a todos sus compañeros y pueda seguir “ganándose los pesitos” para juntar el dinero y operar, una vez más, su cadera. Pero, de todos modos, sabiendo que ya le ganó a las dificultades de la vida.
Mi buena Noticia Ciclo de publicaciones cofinanciado por el Fondo de Fomento a los Medios de Comunicación Del Ministerio Secretaría General de Gobierno Región de Valparaíso
Microempresa del lavado de autos la saco de la depresión tras haber perdido a su esposo Alejandra Parga, junto a su hijo, han montado la empresa en su hogar y, tras obtener apoyo de Sercotec, trabajarán en la sanitización de hogares noviembre de 2014, Alejandra Parga UnLA En durraga sufrió la gran pena de su vida: pera su compañero de más de 30 años, su CRUZ dió marido Carlos Baca, quien falleció producto
de un cáncer, que a pesar de haber sido tratado, lo fue apagando poco a poco. Aunque Alejandra estuvo siempre acompañada de su único hijo, Luis, las cosas se volvieron muy difíciles, pues, además del gran vacío que sentía, creyó que no tenía las capacidades para llevar y organizar un hogar. Su esposo era quien trabajaba y ella se había dedicado a las labores de la casa. Poco a poco una depresión comenzó a consumir a la mujer que, a sus 68 años, pensaba que el mundo se acababa. Sin embargo, como su hijo se vino desde Santiago para acompañarla y quedó sin trabajo, esa presión los empujó a pensar qué hacer para obtener recursos. Desde su casa, en la calle “5 de Abril” de La Cruz, se dieron cuenta que en el sector circulaban muchos vehículos. Ahí les pareció que era una oportunidad para iniciar una microempresa de lavados de autos. Al no tener mayores conocimientos sobre los trámites que debía realizar y aún pensando que todo sería muy complejo, pidió orientación y las cosas empezaron a darse poco a poco. Así fue como Alejandra y su hijo iniciaron el lavado de autos en la empresa que denominaron “Lavados Tunning”, donde se diferencian por ofrecer un trabajo un poco más costoso que el simple lavado básico de autos, pero bastante fino. “Hemos ido comprando la maquinaria con mucho esfuerzo. Esto es un lavado con terminaciones finas, no cobramos barato, pero sí hacemos un excelente trabajo. Yo superviso, porque como mujer siempre estoy mirando los detalles, así que me fijo en que todo quede perfecto. Mi hijo es el que se encarga de lavar. Hemos tenido algunos ayudantes, pero nos ha costado conseguir alguien bueno”, manifiesta Alejandra Aunque a diario extraña al amor de su vida, el sueño de hacer crecer su microempresa la ha mantenido ocu-
pada durante el último año, sobre todo desde marzo, cuando inició las postulaciones al Fondo Concursable Capital Abeja de Serotec. Comenzó todos los trámites para presentar su proyecto y obtener recursos que le permitieran ampliar su rubro. Sin miramientos políticos, al principio recibió el apoyo de la concejala Filomena Navia y, en la tramitación de su proyecto, del funcionario de la Municipalidad de La Cruz, Víctor Delgado. A ambos los describe como “ángeles en mi camino”. Fue la primera semana de octubre cuando recibió su gran buena noticia: un llamado telefónico, en que le informaron que resultó beneficiada y recibiría 3 millones 500 mil pesos para desarrollar su emprendimiento. “La empresa de lavados de auto es de mi hijo y yo poco a poco he comenzado a crear el “House-Car”, que es mío y consiste en la sanitización de cortinas, sillones, alfombras y también del tapiz de los autos. Con el Capital Abeja la idea es comprar máquinas industriales y así ampliar un poco más nuestra empresa. Además vamos a techar el patio y pavimentar el espacio que es utilizado para el trabajo”, explica, feliz, Alejandra. Gracias a la compañía de su hijo, a las personas que la han apoyado y a sus ganas de seguir viviendo, Alejandra ha sobrepasado un poco su pena con su emprendimiento, el cual con el tiempo espera instalar en la Avenida 21 de mayo y así ser mucho más conocida por las personas.
Director Roberto Silva Binvignat Editor y Coordinador Proyecto Claudio Espejo Bórquez Periodista y Fotógrafa Carolina Torres Muñoz Colaboradores Viviana Orozco Ricardo Maturana Diseño y Diagramación Pamela Pérez Rojas Administración Catherine Suzarte
El ingeniero automotriz Raúl Córdova Araya, quien ayuda a esta familia desde hace algunos meses; Alejandra Paga Undurraga y su hijo Luis Eduardo Baca Parga, en el espacio dentro de su hogar donde se lavan los autos y los tapices.
Contacto: buenanoticia@observador.cl