EL OBSERVADOR Ediciones Especiales
Edici贸n Especial por el Mes del Medio Ambiente
Viernes 13 de junio de 2014
2 - Especial Mes del Medio Ambiente
Niños y medio ambiente: futuro feliz
Ediciones Especiales
Viernes 13 de junio de 2014
La imagen muestra al Grupo Scout Aconcacari, que funciona en la Escuela República de México de Quillota, pero reúne a alumnos de distintos establecimientos educaciones de la comuna. En la presentación de este suplemento, editado en el marco del Mes del Medio Ambiente, hemos querido mostrar esta imagen porque parece resumir las experiencias que aquí se exponen, con niños como protagonistas fundamentales del cambio de conciencia y actitud de la forma en que nos relacionamos los seres humanos con nuestro entorno. Junto a ellos, profesores con un alma especial, que no se han quedado en las directrices de la malla curricular, sino que decidieron dar un paso hacia adelante en la promoción de un cambio cultural, teniendo claridad de que trabajar con las nuevas generaciones es una gran inversión que dará seguridad a la realidad ambiental del futuro. Leer cada una de las historias de este trabajo, pareciera devolvernos el alma al cuerpo; incluso sabiendo que este tipo de voluntad de cambio no está sólo en aquellas comunas con un entorno natural privilegiado, sino también en ciudades que conviven hace años con la actividad industrial.
Empresa PERIODÍSTICA EL OBSERVADOR Quillota La Calera Limache
Director: Roberto Silva Binvignat Fundador y Presidente del Directorio: Roberto Silva Bijit Editor: Claudio Espejo Bórquez Periodista: Romina Maino Jiménez Diagramación: Pamela Pérez Rojas
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Quien se aventure a transitar por la esperanzadora lectura de estas páginas, podrá ver niños haciendo acción ecológica en Quillota, La Calera, Limache, Quintero y La Ligua, comunas que tienen desafíos de protección muy diferentes e igualmente importantes, con testimonios que sorprenden, pues ellos cuentan desde sus compromisos diarios en el cuidado del agua en sus hábitos domésticos, hasta cómo han aprendido a elaborar humus para el abono agrícola. Ellos no sólo sueñan, sino también actúan para tener un mundo mejor que el que recibieron. Paralelamente, este Suplemento Especial presenta aportes de empresas privadas, que también están haciendo el cambio desde sus propias realidades, promoviendo el uso de espacios para la práctica de actividades saludables, fomentando la reutilización de objetos o mejorando sus procesos productivos, para ser, de verdad, buenos vecinos. El Mes del Medio ambiente es uno entre doce. Sin embargo, el ejemplo que nos dan los protagonistas de esta publicación radica en que ellos han optado por hacer de su cuidado ecológico una actitud diaria, de 24 horas y 365 días al año. Imitémosle.
“La Verdad más que un valor es una actitud ante la vida”. Roberto Silva Bijit
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Especial Mes del Medio Ambiente - 3
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Niños cuentan sus ideas y compromisos para cuidar el planeta “El Observador” conversó con varios escolares que relataron, además, cómo lo hacen para entusiasmar a más personas en el mejoramiento de los hábitos para dejar el mundo mejor que como lo recibieron “Uso la basura para hacer algo entretenido” Gabriel Guerra Meneses 11 años La Calera Liceo San José Sexto básico “Lo que me llevó a proteger el planeta, fue un perrito que cuidaba un árbol. Eso me hizo feliz y me dije: ‘Yo también quiero’. Cuando veo basura en la calle, la tomo y la dejo en los basureros. Si hay muchos desperdicios en mi casa, reconstruyo esa basura y la uso para hacer algo entretenido y útil. Me gusta hacer monitos con las botellas plásticas, después los amarro a una soga para que parezcan adornos. También me gusta reciclar y plantar en mi huerto. Eso sí, mi abuela las tiene que regar, porque yo estoy en la escuela. Si no cuidamos la naturaleza, tarde o temprano perderemos el oxigeno y los vegetales”.
“Cuando lavo la loza, la junto y la echo a los árboles” Constanza Agulló Montenegro 12 años Quillota Escuela República de México Sexto Básico Grupo Scout Aconcacari “Para mí el grupo scout ha sido importante, porque me ha enseñado a plantar y a ser más preocupada con la naturaleza. Para proteger el medio ambiente, trato de no botar papeles al suelo. Además, me gusta reciclar. Una idea buena para Quillota sería poner una botella gigante, para que la gente deposite sus pilas dentro, para después reciclarlas. Eso disminuiría la contaminación. También me gusta cuidar el agua, cuando me estoy cepillando los dientes no la dejo correr y cuando lavo la loza, la junto y la echo a los árboles, para que no se pierda. De esta forma el planeta continuará existiendo cuando estemos grandes”.
“Siempre me ha gustado plantar y cosechar, sobre todo papas” Tomás Correa Gary 13 años Quillota Colegio Francisco de Miranda Octavo Básico Grupo de Scout Aconcacari “Para proteger el medio ambiente, me gusta recoger la basura cuando la encuentro en el suelo. Además, siempre me ha gustado cosechar y plantar, sobre todo papas. Ésta es una buena práctica, porque cuando nosotros cosechamos nuestras propias frutas y hortalizas, no gastamos tanto dinero y cooperamos para que haya más oxígeno en el planeta. Lo que me incentivó a cuidar al planeta fue un viaje que hice a Viña del Mar. En el camino vi unas termoeléctricas que tiraban mucho humo y eso me molestó, así que me puse como meta aportar para que eso no pasara más. También me gusta colaborar con el agua, cuando la ocupo no la dejo corriendo y enseño a mi hermanita a hacer lo mismo. Cuando salimos con el grupo de scout a acampar, siempre dejamos el lugar mejor de cómo lo encontramos, lo barremos y recogemos la basura”.
“Tengo tres basureros para cada tipo de desecho” Daniela Valencia Rivera 11 años La Calera Liceo San José Sexto Básico “Yo ayudo al planeta de diferentes formas. La más importante para mi es proteger el agua de mi casa. No me gusta dejarla corriendo, porque el 97 por ciento del agua que hay en el planeta es salada y sólo el 3 por ciento es dulce. Por eso debemos cuidarla. También me gusta reciclar, agrupando la basura. Tengo tres basureros, uno para el plástico, otro para el vidrio y otro para el papel. Me incentivé a ayudar, porque hay muchos lugares que tienen basura y eso es porque hay personas sucias. Eso no me gusta y quiero hacer la diferencia”.
“En mi casa cuido el agua cuando me lavo los dientes” Millarayén González Aburto 11 años La Calera Liceo San José Sexto Básico “Hay muchas formas de proteger el medio ambiente. Por ejemplo, puedes ocupar energías alternativas, como la eólica, que no contamina; o la energía solar, que nos ayuda a cuidar la capa de ozono. En mi casa cuido el agua, ahorrándola cuando me lavo los dientes, las manos o la cara. Yo creo que es importante ayudar al planeta, porque los recursos cada día disminuyen más y si no los explotamos y los cuidamos no podremos seguir aquí”.
“Me preocupa que en el futuro no existan animales”
“Nos gusta reciclar y regar las plantas porque se ven bonitas” Matías Agulló Concha 6 años Quillota Escuela República de México Primero Básico Grupo Scout Aconcacari “Mi forma de cuidar el planeta es no tirando papeles, ni basura a las calles o encima de las plantas o de los árboles. Me gusta usar los basureros. En mi casa nos gusta reciclar y regar las plantas, porque se ven bonitas. Me gusta ayudar a la naturaleza, para que no estemos tristes, ya que si la gente bota basura, no está ayudando en nada y nuestro mundo se pone mal”.
“Las botellas las convierto en manualidades y adornos” Carlos Cabrera Escobar 11 años La Calera San José Sexto Básico “Yo boto la basura en los contenedores y me gusta reciclar. Por ejemplo, las botellas las convierto en manualidades, que adornan mi pieza. Mi familia me incentivó a cuidar el medio ambiente. Para ellos es importante proteger la naturaleza y para mí también, porque todo se ve más bonito cuando hay árboles, animales y plantas. No me gusta ver basura en las calles, porque todo se ve feo. Lo que más me gusta hacer es plantar. Mis árboles favoritos son los paltos, en mi casa tengo muchos y me agrada regarlos”.
“Más que cuidar el agua, creo en la reutilización”
Michelle GÓngora Badillo 11 años La Calera Liceo San José Sexto Básico
Vicente Gary Olivares 12 años Quillota Colegio Inglés Séptimo Básico Grupo de Scout Aconcacari
“Para proteger el medio ambiente, yo hago varias cosas. Una de ellas es no dejar correr el agua, cuando me lavo los dientes, ahí cierro la llave, porque es muy poquita. Nosotros sólo contamos con un tres por ciento de agua dulce y no debemos explotarla. También es importante dejar la basura en el basurero. Cuando salgo con mi familia la guardamos en una bolsa y después la botamos en casa. A mí me gusta ayudar al planeta, porque hay mucha gente sucia y eso hace que la naturaleza se vea muy fea, que los animales mueran y que el aire se ponga muy caliente. Todo eso para mí es malo. Yo quiero que las personas dejen de hacer eso y que cuiden la naturaleza, porque me preocupa que en el futuro no existan animales, ni mundo”.
“Trato de recoger todos los papeles que veo botados en el suelo. Además intento aportar con mis compañeros, diciéndoles que no ensucien. Siempre trato de inscribirme de ‘semanero’, que son las personas que limpian las salas, cosa de que no haya tanta contaminación. En mi grupo de scout nos gusta juntarnos a ordenar todo lo posible, como una familia, a pesar de que vayamos en colegios distintos. Yo más que cuidar el agua, creo en la reutilización. Por ejemplo, en el colegio no compramos bebida, ni agua mineral, preferimos juntar agua en una botella grande y de ahí vamos sacando todos. También me gusta tener mi pieza limpia, porque lo que se ensucia debe ser recogido. Eso lo hago, porque siempre aplico las palabras del creador de los scout ‘dejar el mundo mejor de lo que está’”.
“Hicimos un huerto con árboles frutales y verduras”
“Vi a mi abuelita con sus plantas y quise ayudarla”
Diego Farías Jiles 11 años Quillota Colegio Tierra del Fuego Quinto Básico Verde Grupo Scout Aconcacari
Alex Agulló Concha 8 años Quillota Escuela República de México Tercero Básico Grupo Scout Aconcacari
“Yo reciclo la basura, para que las frutas y verduras puedan absorber los nutrientes de la tierra. Me gusta proteger el planeta, porque es bueno, así que todos debemos hacerlo. Yo siempre me preocupo de cuidar el agua: cuando la ocupo en mi casa, nunca la dejo corriendo. Así ahorramos y no la perdemos. Otra manera de ayudar fue a través de un huerto que hicimos, ahí plantamos frutas y verduras, las que nos sirven y además son muy lindas. Hace bien cuidarlas, para que la tierra esté bien y protegida. Eso lo hicimos en el grupo de scout”.
“Hay gente que bota basura a los ríos o lagos, a mi no me gusta hacer eso. Yo ayudo reciclando botellas y latas, me gusta separarlas. En nuestro grupo de scout vamos a excursiones en parques, cuando estamos ahí nos gusta limpiar el lugar. Ésa es una forma de ayudar. A mí me interesa cuidar el planeta, para no destruir la capa de ozono, porque la contaminación la rompe y no estaremos protegidos sin ella. Yo me motivé a ayudar, porque vi a mi abuelita con sus plantas y quise ayudarla. Me dije: ‘Quiero limpiar, regar y ser amigo de la naturaleza’. Así que ahora hacemos esas labores juntos”.
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Escolares quinteranos combaten la contaminación creando conciencia en sus compañeros más pequeños Hace 10 años que la escuela República de Francia desarrolla un programa ambiental desde prekinder a octavo básico, donde los alumnos son los protagonistas principales Quintero ha sido clasificada como un territorio ambientalmente vulnerable por el Ministerio del Medio Ambiente, luego de una serie estudios de riesgo, que señalan que la comuna posee altos índices de Dióxido de Azufre en el aire y arsénico en la zona urbana y rural. Eso ha sido una concentración adquirida por las décadas en que se ha desarrollado actividad industrial, lo que ha impuesto desafíos especiales en los colegios, pensando que la ecología no es un tema secundario en una zona como ésta. Por ello, la Escuela República de Francia, emplazada a solo minutos del centro de la ciudad, en la calle Ernesto Riquelme, está desarrollando un programa destinado a generar conciencia ambiental en los niños, con resultados interesantes, debido al tiempo en que se lleva ejecutando. Se trata de un atractivo proyecto educativo que ha sido implementado en el recinto por más de diez años, que pone el cuidado del medio ambiente como eje central de la enseñanza, buscando que se desarrolle en sus alumnos una conciencia ecológica, trabajando desde los cursos más pequeños. Un total de 600 alumnos de prekinder a octavo básico, salen cada mañana de sus hogares sabiendo que deben cumplir con una noble misión: hacer de su comuna y entorno un lugar mejor. La profesora de Ciencias Naturales y de Taller de Medio Ambiente, Marcela Álvarez González, señala que “nuestra escuela busca integrar contenidos ambientales en cada una de sus asignaturas, ya sea lenguaje o en matemáticas, u otras”. “Lo que pretendemos es que los niños vayan aprendiendo cómo proteger el planeta en cada actividad de su vida. Gracias a esto, el Ministerio del Medio Ambiente nos otorgó una Certificación Ambiental, lo que nos transformó en un recinto educacional verde. Gracias a la unión que existe entre los apoderados, auxiliares, docentes y alumnos, hemos podido llevar a cabo esta tarea que involucra gestión educativa y curricular, además del trabajo con la comunidad”, explica la do-
cente. Muestra de aquello -dice- es el compromiso que han tenidos los estudiantes con la ciudad, destacando el rol que han adquirido en la búsqueda constante de focos de contaminación, para intervenirlos y eliminarlos. Ejemplo de esto es la participación de la Escuela, todos los años, en el Día de Limpieza de Playas, donde alumnos y docentes son coordinados por la Capitanía de Puerto para remover los escombros dejados irresponsablemente en la arena. RECICLAJE: EL GRAN EJE DE TRABAJO Aunque este tipo de actividades es fundamental en la comunidad educativa, en el último tiempo la escuela ha decidido concentrarse en una tarea que considera fundamental: el reciclaje. Ello, porque la entiende como base en la educación medio ambiental, debido a que la reutilización de objetos disminuye el exceso de residuos, lo que se había convertido en un problema a nivel escolar. “Nosotros teníamos un grave problema: la acumulación de basura en el recinto. Los niños plantearon que había muchos papeles en la Escuela y, frente a esto, decidimos realizar trabajos de reciclaje con nuestros niños”, comenta la educadora. El primer paso fue ubicar en cada sala una caja para que los alumnos pudieran depositar los papeles que ya no utilizaran. Gracias a esta iniciativa, los alumnos tomaron ese material y lo clasificaron, luego de lo cual reutilizaron todo lo que se pudiera y confeccionaron libretas de apuntes. El resto del papel fue vendido, para recaudar fondos que permitieran financiar actividades de la misma comunidad estudiantil. Asimismo, para no generar focos de infección y reutilizar los desperdicios, se decidió clasificar la basura en materia orgánica, papeles y plástico. Este último ítem, despertó el interés de los alumnos, quienes propusieron utilizarlo en beneficio del colegio. Tanto así, que se les ocurrió la idea de fabricar basureros con “basura”. David Sánchez Sáez, alumno de Octavo B, explica que “nuestra idea fue hacer
Los alumnos y la profesora Marcela Álvarez Gonzalez, junto a un basurero hecho de botellas plásticas y al mural realizado con tapitas de botellas recicladas.
Los alumnos del séptimo básico Joshua González Leiva y Carolina González Fernández, junto a un deposito de reciclaje de pilas sin uso.
un basurero solo en base a botellas de plástico, las cuales unimos y amarramos con un alambre”. “Para nosotros era importante tener estos nuevos basureros, ya que le estábamos dando utilidad a algo que botábamos. Eso lo hicimos el año pasado. Los pusimos en el colegio y los alumnos los cuidan harto, porque cuando uno hace algo con esfuerzo, lo protege. Además, son bastante firmes, bonitos y no son fáciles de romper. En este colegio he aprendido mucho más sobre el cuidado del medio ambiente, además lo llevo hasta mi hogar y a los distintos lugares adonde voy”, cuenta.
El trabajo se extendió rápidamente con otros propósitos, lo que llevó a más alumnos a involucrarse en está cruzada por la reutilización. Carlos Tapia Acevedo, alumno del Séptimo A, cuenta otro trabajo que realiza con sus compañeros: “Nuestro curso está encargado de hacer eco ladrillos, para realizar bancas ecológicas”. botellas “Rellenamos plásticas de litro y medio con papeles plásticos como envases de galletas y papas fritas. Estoy contento de poder participar en esta iniciativa, porque hay muchos papeles que quedan botados en el colegio y con
esto podemos darle un uso. Mi sueño es que cada curso del segundo ciclo haga una banca, para ponerlas en la plaza de la escuela”, señala entusiasmado. Es más, los proyectos también se extendieron a enfrentar desafíos estéticos del establecimiento, buscando hermosear algunos espacios. Sebastián Salgado Garrido, alumno de Quinto Año, detalla que hicieron dos murales con tapitas de bebida. “El tema eran los jardines. Así que trajimos ideas y lo hicimos en un semestre. Gracias a esto, el colegio se ve más bonito, porque las paredes no estaban pintadas y, con eso, las rellenamos, haciéndolas ver más limpias”, describe. Este trabajo también ha sido reforzado con un plan de concientización que se ha logrado a través de afiches que evitan a los alumnos a cuidar el medio ambiente y de pequeños consejos que están ubicados en lugares estratégicos del colegio. Los mensajes son diversos, como “Apaga la luz si no la vas a utilizar”; o “No dejes correr la llave del agua”. Pero el mejor trabajo ha sido logrado por los mismos alumnos que invitan a sus compañeros a unirse en esta cruzada medioambiental. Joshua González Leiva, estudiante del 7 básico, explica que “pasamos por los cursos más chicos, difundiendo mensajes de cómo proteger el planeta y el entorno. Además les entregamos basureros para que puedan dividir sus residuos
por tipo”. Junto a él, pasa su compañera Carolina González Fernández, quien detalla que, antes de realizar estas charlas, son asesorados por sus mismos profesores. “Los profesores nos pasan un Power Point, para entender qué debemos hacer cuando pasamos por las salas. Nos gusta hacer esto, porque ayudamos al planeta. Además, nuestros compañeros siempre nos escuchan con atención”, comenta. HUERTOS VERTICALES Gracias a un proyecto, el colegio se adjudicó una compostera, donde podrán almacenar los residuos orgánicos para utilizarlos en la creación de huertos verticales, hechos de botellas de plástico, proyecto que se llevará a cabo durante el segundo semestre y que tiene a la comunidad escolar expectantes. La profesora, Marcela Álvarez González consigna que “la contaminación en Quintero es lamentable, es por ello que con este tipo de iniciativa podemos contribuir a la comunidad con un granito de arena, sobre todo concientizando a los alumnos a integrarse a la naturaleza”. “El hábito los va a llevar a replicar estas huertas y su trabajo en reciclaje en sus casas. La salvación del planeta está en las nuevas generaciones, ellos serán los encargados de reparar lo que nosotros destruimos”, dice esta profesora, en medio de una labor que, en Quintero, parece más noble aún que en otras comunas.
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El colegio que enseña de medio ambiente entre los árboles En la Avenida Eastman de Limache hay un establecimiento donde los niños de un taller de reciclaje han entusiasmado a los vecinos a participar de un plan ecológico
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amuel Ormazábal Romero tiene 13 años y cada vez que ve a su madre botar algo a la basura, ve si puede encontrarle un segundo uso. A pesar de que solo es un adolescente, entiende que el reciclaje es una de las fórmulas más eficientes para proteger el planeta. Pero esa convicción no le llegó como una simple revelación, sino como un aprendizaje que hoy aplica como si hubiera nacido con esos hábitos. Ello, porque él es uno de los 37 alumnos que actualmente conforman el Taller de Reciclaje, dictado para los estudiantes de octavo básico del Colegio Amancay de Limache. El establecimiento -que abrió sus puertas hace 17 años- está aprovechando su actual entorno natural, rodeado de árboles, vegetación y cerros, en la avenida Adolfo Eastman, que une la comuna con Olmué. La idea es que, desde pequeños, sus alumnos adquieran un sentimiento de amistad con el medio ambiente, iniciativa que se ha intensificado en el último tiempo con la creación de este taller. Liliana Verdejo Pizarro, profesora de Química, Ciencias y encargada de dictar el taller, explica a “El Observador” que “este curso nació aproximadamente hace tres años, básicamente por las características que presenta nuestro colegio”.
La profesora Liliana Verdejo Pizarro junto a cuatro alumnos del taller, mostrando barcos de maqueta hechos completamente de elementos reciclados.
“Bajo este parámetro, a los niños se les enseña a no contaminar e ir valorando su entorno”, cuenta. Uno de los primeros proyectos fue el reciclaje de papel. Para llevar a cabo esto, pusieron cajas de cartón en cada una de las salas del colegio, de manera que los alumnos fueran depositando ahí el material que ya no ocupaban. Posteriormente, los niños que integran el taller, junto a la profesora, lo clasificaban, dependiendo de su textura y color, para posteriormente venderlo. Con el dinero
reunido, ayudaban al Laboratorio de Ciencias, comprando insumos. Fue entonces que el colegio decidió abrirse a la comunidad e invitó a los vecinos de la villa “Bello Barrio” a integrarse al proyecto, obteniendo interesantes resultados. “Intervenimos un lugar detrás del colegio y con ayuda de los vecinos logramos hacer una huerta, además de un espacio para el compostaje, que es materia orgánica que luego se transforma en abono”, detalla la docente.
La profesora junto a los alumnos, en parte trasera del establecimiento en donde tienes dos composteras, una huerta orgánica, y alrededor de 10 árboles.
TODO PUEDE SER REUTILIZADO Para dar continuidad al trabajo de los primeros años, el taller se enfocó en un nuevo proyecto, llamado “Recicla y Crea”, que consistió en tomar cualquier elemento de desecho para darle una nueva utilidad. Todo aquello que a los ojos de una persona podía parecer basura, servía para la creación de un nuevo artículo. Así fue como se empezaron a hacer flores con conos de papel higiénico, billeteras de cajas tetra pack, “chaucheras” de botellas plásticas, entre otros artículos. Con ello, la visión de los alumnos sobre las cosas que encontraban en sus casas, cambió. La alumna Daniela Godoy Céspedes cuenta que “he notado un cambio inmenso, ya que hemos tenido la oportunidad de crear cosas, a partir de los desechos que traemos de nuestros hogares. Tenemos más conciencia de las cosas que botamos, ya que las podemos reutilizar”. Con el pasar del tiempo, los estudiantes han empezado a considerar el taller como algo más grande que una asignatura, pues -según confiesan- se sienten parte de un plan que, con pequeños gestos unidos a otros pequeños gestos, permiten ir recuperando el planeta. “Para mí el tema de la ecología es muy importante, porque hay personas que están haciendo todo lo posible para acabar con la naturaleza. Gracias a este taller, siento que estoy ayudando, que soy un granito de arena que colabora con el planeta en que vivimos,
creando conciencia. He involucrado a mi familia, porque los he incentivado, por ejemplo, a reciclar”, comenta el estudiante de Octavo Básico, Samuel Ormazábal Romero. Lo mismo opina su compañero, Simón Álvaro Peña, que involucró a los integrantes de su hogar en esta cruzada: “En mi casa comencé con la idea de separar la basura y reciclarla. Mis papas se unieron rápidamente y ahora no botamos los desechos mezclados, porque eso contamina”. ESPIRITU VERDE Tanto alumnos como profesores sienten que el entorno del establecimiento ayuda mucho a los objetivos de generar una conciencia ambiental. María Fernanda Calderón, integrante del Taller de Reciclaje, dice que “antes estudiaba Quilpué, en un colegio en donde estábamos rodeados de cemento, nunca pude apreciar un área verde. Cuando me cambie para acá, pude sentir la tranquilidad que entregan las áreas verdes, lo que ha permitido desarrollarme más. Incluso, esta enseñanza me ha incentivado a involucrar a mi familia, reciclando la basura y luego llevándola a los centros de reciclaje. Eso me ha permitido estar más unidos a ellos”, explica. Además del trabajo realizado en el aula, los estudiantes han tenido la oportunidad de ir a terreno, gracias a un proyecto de Conaf y el Ministerio de Educación. En este marco, profesionales les hacen charlas en el colegio y, posteriormente, se visitan zonas de protección ambiental. Gracias a esto, los alumnos del taller han podido visitar La Campana y el Lago Peñuelas, lo que ha significado una nueva valoración de la naturaleza. Si bien este curso es uno de los pilares fundamentales de la línea medioambiental del colegio, la conciencia ecológica se ha ido replicando en a todos los cursos. Un ejemplo es que cada nivel tiene a su cargo un árbol frutal, los que son cuidados tanto por los niños como por los docentes. La profesora Liliana Verdejo dice que “la idea es que cada uno de los cursos valore el recinto que está emplazado en medio de la naturaleza. Para mí, esto tiene un gran valor. Yo llegué hace cuatro años y mi vida cambió, porque esta conciencia medioambiental hace que uno comience a valorar lo importante”.
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La gran revolución verde El Liceo Pulmahue inició un programa medioambiental para inclusión de estudiantes con necesidades educativas especiales, pero terminó extendiéndose a a toda la comunidad escolar
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anarse el respeto y el reconocimiento de sus pares en la comunidad educativa. Esto fue lo que logró un grupo de estudiantes con necesidades especiales, pertenecientes al Liceo Pulmahue de La Ligua, luego que se integraran el año 2011 a un taller centrado en la protección y el cuidado del medio ambiente. El proyecto dio paso a una suerte de revolución verde en el establecimiento y comenzó gracias al trabajo realizado por los educadores diferenciales del recinto, quienes se propusieron idear una iniciativa educativa que ayudara a reconocer nuevas habilidades y mejorar el autoestima en un grupo de once alumnos que tienen discapacidad intelectual o motora, pertenecientes al curso “Modalidad de Integración Cuatro”. La primera tarea fue habilitar un espacio ubicado en la zona posterior del liceo, para trabajar la tierra. El sitio, que era identifica-
Jardín Medicinal Otra de las iniciativas llevadas a cabo por la comunidad escolar es un jardín de plantas medicinales, el cual fue hecho con el propósito de que los estudiantes no se auto mediquen y que además puedan realizar sus propias cosechas, entregándoles una responsabilidad. Actualmente, hay un espacio en la entrada del Liceo, donde hay menta, boldo, romero, ají peruano, entre otras especies. Todas ellas son regadas a través de un sistema de goteo para concientizar a los alumnos sobre el cuidado hídrico. Además del uso medicinal, durante este año la carrera de Servicio de Alimentación Colectiva comenzó a utilizar el jardín para el Taller de Panadería, para los jóvenes del Módulo de Integración. Oscar Fernández Cordera, profesor de Servicio de Alimentación Colectiva y el Taller de Panadería, explica que “hace un tiempo atrás la profesora Milen, comenzó el proyecto del huerto medicinal. Hemos ido investigando las propiedades de las yerbas en conjunto y viendo cuales nos pueden servir para elaborar los panes que están hechos con finas hierbas. La comunidad estudiantil ha recibido súper bien este producto, así como los mismos niños, ya que plantan los elementos que después van a utilizar en sus propias creaciones gastronómicas, lo que les llama mucho más la atención y aumenta su interés por la cocina”.
Educación medioambiental desde Música hasta Matemáticas
La educadora diferencial Milen Rojas; el alumno del curso 4 Laboral H, Lenin Saavedra Villegas; y la estudiante de Cuarto Medio, Romina Paz Seco Pérez, junto al panel fotovoltaico obtenido gracias al proyecto del Fondo de Protección Ambiental.
do como un basural por los propios alumnos, cambió su fisonomía rápidamente. “Era un terreno baldío, absolutamente inservible. Desde la ventana los chicos solo veían basura. Nuestro objetivo era cambiarles el paisaje, para que pudieran estar en un ambiente verde”, recuerda el profesor de Educación Diferencial y encargado del Módulo de Integración, Marcelo Matamala Ruz. Un año después, los alumnos irrumpieron con una nueva y atractiva propuesta: una lombricera, que básicamente funciona como un cajón que alberga lombrices y una serie de desechos orgánicos, para produ-
El estudiante Lenin Saavedra Villegas; el profesor de Educación Diferencial y encargado del Modulo de Integración, Marcelo Matamala Ruz; junto a un nuevo proyecto de invernaderos.
cir material de compostaje. Gracias a esto, los estudiantes pudieron preparar humus, que es un fertilizante natural, derivado de las fecas producidas por estos invertebrados, actividad además de reportarle conocimientos, les otorgó una entrada económica, a través de la venta a agricultores locales, llegando a vender más de 300 kilos del producto. Gracias a ello, pudieron implementar mejoras en diferentes proyectos asociados al taller. “MI VIDA HA CAMBIADO” Lenin Saavedra
Ville-
Actualmente, el 60% del establecimiento se encuentra implementando una política medioambiental. Ejemplo de ello es lo que se hace en educación musical, cuyos docentes a cargo han decidido realizar instrumentos de materiales reciclables, como pinches, latas de atún, piedras, entre otros elementos. Junto con esto, la comunidad escolar ha decidido añadir textos de comprensión lectora, relacionados con los recursos hídricos para que los alumnos tomen conciencia de la comuna en la cual viven y de los fenómenos naturales que representa esta problemática. Aunque estas medidas demuestran este compromiso adquirido del recinto estudiantil, un proyecto cambió la percepción de la comuna hacia el liceo. Se trata una iniciativa financiada por el Fondo de Protección Ambiental, adjudicado al recinto el año 2012 y fue ejecutado el año 2013. Se trata de un conjunto de artefactos de energía renovable no convencional, que funcionan con energía proveniente del sol, como un horno, que sirve para hacer asados o pan, a través del rebote de los rayos solares; una cocina, cuyos rayos pasan hacia abajo y arriba, permitiendo que los alimentos se calienten, gracias al rebote de la energía; un deshidratador de hierbas medicinales y frutos; y un panel fotovoltaico, cuya función es entregar energía para los lugares de escasa iluminación. Milen Rojas detalla que “el panel ha sido de gran ayuda para nosotros, ya que el liceo no tiene iluminación nocturna”. “Desde que tenemos este artefacto hemos realizado distintas actividades, como bingos, la celebración del día del alumno y el campeonato de cueca. Todo gracias a la capacidad que tiene el panel, ya que los focos alumbran una cancha de baby futbol. Fue una gran solución para nosotros”, explica la educadora diferencial. Pero no todo fue tan fácil, ya que los elementos para armar cada uno de estos aparatos venían por piezas. Es por ello que un grupo de docentes recibió capacitación, para poder armarlos, siempre en compañía de alumnos. El profesor de Matemáticas, Daniel Sánchez Romualdo, fue uno de los beneficiados, casi sin quererlo. según cuenta, “la capacitación fue muy buena, porque nos permitió participar junto a nuestros alumnos y que ellos le dieran sentido a los cálculos matimáticos”. “Por ejemplo, para armar la parabólica -panel fotovoltaiconecesitábamos saber ecuaciones o funciones cuadráticas, que eran difíciles de comprender por los alumnos. Incluso, muchos se preguntaban ‘¿Para qué sirven las ecuaciones?’. Así fue como, gracias al armado de este aparato, los estudiantes lograron entender por qué es importante este aprendizaje. He visto a los alumnos mucho más motivados, gracias a este tipo de educación mas conciente y práctica”, explica.
gas, alumno del curso 4 Laboral H del Liceo Pulmahue asegura que “desde que estoy en este curso, mi vida ha cambiado totalmente”. “Es un taller recreativo, es mucho más divertido jun-
Los estudiantes junto al producto listo para su comercialización.
tarse con los compañeros. Venir a clases para mi es súper emocionante, porque uno se olvida de sus problemas, ya que hay hartas cosas para hacer en los jardines. He aprendido mucho.
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de un liceo de La Ligua
Los estudiantes, junto al profesor de Servicio de Alimentación Colectiva, Óscar Fernández Cordera.
La Lombricera, donde se lleva a cabo el proyecto de extracción de humus.
Ojalá otros colegios hagan lo mismo”, cuenta. Las intervenciones del módulo de integración en el entorno, a través de la habilitación de más espacios
verdes, hizo que el curso cada vez fuera volviéndose más popular y reconocido por la comunidad escolar. Esto llevó a más estudiantes a integrarse a la tarea desa-
rrollar ideas de protección ambiental. Una de las gestoras del proyecto, la educadora diferencial Milen Rojas, explica que “a partir de esta idea,
los chiquillos se hicieron súper conocidos y respetados en el liceo”. “Esto motivó a toda la comunidad a que se fueran gestando otras ideas, lo que ha llevado a que todo el colegio se viera involucrado en acciones que protejan el medio ambiente y el entorno natural. Incluso esta temática se ha incluido en diversos contenidos de la malla curricular”, detalla.
Gracias a esto, el año pasado el liceo recibió su Certificación Ambiental, otorgada por el Ministerio de Medio Ambiente. Mejor aún: aunque el establecimiento había postulado a un rango Básico, obtuvieron un rango Medio, debido a la gran cantidad de actividades en las cuales ha ido trabajando. Dicho reconocimiento les permitirá postular a más proyectos y capacitaciones,
en beneficio tanto de los docentes como de los alumnos. Cada uno de estos proyectos, más que contribuir en la protección del mediambiente, ha cambiado la vida de cada una de las personas que se han visto involucradas, así como también de la comuna de La Ligua, que ve en el establecimiento un aporte a cada uno de los más de 800 estudiantes que lo componen. Muestra de ello es la opinión de Romina Paz Seco Pérez, alumna de cuarto medio, quien respalda a cabalidad está visión: “Este proyecto mediambiental ha cambiado mi vida completamente, ahora me he vuelto ecológica, cuido absolutamente todo y tengo un respeto por mi entorno y comunidad. Le enseño a mi familia, todo lo que aprendo aquí. Es muy gratificante para mí ser parte de este liceo, me siento orgullosa, porque todo comenzó como algo tan pequeño y terminamos con un proyecto muy grande. Esto ha servido tanto al desarrollo de la comunidad estudiantil, como de la ciudad”.
Cemento Melón te enseña a reciclar
con TRES SIMPLES CONSEJOS Pequeñas transformaciones en nuestras costumbres y estilo de vida, pueden hacer mejor el lugar donde vivimos. Se puede proteger el Medio Ambiente, pero no siempre con ideas muy complejas, pues iniciativas simples o cambios de acciones sencillas de nuestra vida cotidiana, pueden ir sumando esfuerzos que, juntos, podrían paulatinamente mejorar el planeta. Por ello, Melón presenta durante este Mes del Medio Ambiente una nueva forma de reciclaje, con tres valiosos consejos de cómo reutilizar productos comunes y corrientes, transformándolos en objetos útiles. Todo, basado en el trabajo que promueve la profesora de Biología y Ciencias del Liceo San José de La Calera, Ángela Fuentes Gaete, quien enseña a sus alumnos de Sexto Básico a Segundo Medio cómo reciclar, tanto en el establecimiento educacional, como en sus casas.
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¿Cómo Hacer un Eco Ladrillo?
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(Explicación de Ángela Fuentes)
Hacer Eco Ladrillo es sencillo y, a diferencia de lo que se cree, es muy seguro a la hora de construir espacios. Se deben seguir los siguientes pasos: PASO 1: Lava y seca tu botella pet (de plástico, típica de bebidas desechables) y guarda su tapa. PASO 2: Ubícala en lugares estratégicos, como la cocina, el baño, el dormitorio o automóvil. PASO 3: Deposita en estas botellas los residuos (mal llamados basura) de plásticos, papel de aluminio, plumavit o papeles altamente tinturados o plastificados. De vez en cuando, compacta el material con un palito. Es muy importante que los desechos introducidos estén limpios y secos. Nunca se deben echar residuos orgánicos (salvo el papel que ha sido muy plastificado). Muy importante: jamás echar pilas. PASO 4: Una vez llena y con el material en su interior bien compactado, tapar la botella y el eco ladrillo estará listo. Debe quedar duro, lo más compactado que se pueda. PASO 5: Los eco ladrillos se pueden usar para hacer útiles edificaciones o, si se quiere, entregarlos a centros de acopio, que se dedican a realizar construcciones con este tipo de estructuras.
En el Mes del Medio Ambiente la empresa te cuenta cómo colaborar con el planeta a través de una nueva forma de reciclaje
¿Cómo hacer una lámpara ecológica?
(Explicación de Ángela Fuentes e imágenes de www.artesaniasymanualidades.com)
PASO 1: Se coloca el cilindro de la botella sobre la base y se marcan dos puntos diametralmente opuestos con un lápiz. Allí se ponen clavitos, que servirán para mantener la pantalla en su lugar. Debemos cuidar que queden del lado interno del portalámparas. PASO 2: Se decora la pantalla, se pega por el lado externo el aro de metal con el pegamento universal y se deja secar. PASO 3: Para decorar la pantalla puede recubrirse con papel de seda decorado, que se pega con cola vinílica o silicona líquida, por la parte exterior de la botella. La protegemos con barniz al agua mate. Otra opción es frotar el cilindro de plástico con una lija fina levemente, obteniendo un efecto esmerilado. Con un marcador indeleble negro se pueden realizar dibujos decorativos. También se puede usar pintura vitral para hacer una pantalla imitación vitral. Se deben utilizar lámparas frías, pues el calor podría derretir la botella.
¿Cómo hacer un puff ecológico?
(Imágenes y explicación de www.LaBioguía.com)
PASO 1: Se toman 32 botellas desechables, a 16 de ellas se le cortan los extremos más anchos para auto ensamblarlas con las otras 16 restantes, la cuales no serán cortadas. PASO 2: Se apilan botellas ensambladas, en forma de cubo o circular. Se unen con cinta adhesiva. PASO 3: Se cubre con cartón corrugado la parte superior e inferior para darle resistencia y estructura al puff. PASO 4: Posteriormente se recubre la estructura con una espuma de poliuretano, para darle una mayor vistosidad y durabilidad. PASO 5: Para darle el acabado final, se cubre la superficie con una tela de eco-cuero, para evitar el cuero animal.
5 DE JUNIO DÍA DEL MEDIO AMBIENTE