• Inversión y Justicia Javier Bustos Aguilar
• Yo no soy yo Juan Cueva Jaramillo
• Hacia el perfil de un abogado moderno (II Parte)
Marco Antonio López
• Entre la inspiración perversa y la mojigatería oficial
Diego Oquendo Silva
• ¿Vivimos en Libertad? Gerardo Javier Villacreces Carbo
Año II Número 13 Enero 2010
ditorial Dilectos Lectores: Las últimas semanas han sido de mucha tensión política. El Ejecutivo se enfada con demasiada frecuencia, lo cual ahonda los problemas de energía, desempleo, confianza empresarial y seguridad. La Asamblea parece dar señales de independencia, lo cual está por comprobarse. Las fiestas de Quito, Navidades y fin de año nos distraen del acontecer. Pero todo parece indicar que el 2010 no va ser un año fácil, ni mucho menos. Reproducimos en este número un artículo del Dr. Juan Cueva Jaramillo, nuestro apreciado y buen amigo, hombre de valores humanos y culturales, quien falleciera hace muy pocos días. La justicia es sin duda una inversión, el Dr. Javier Bustos Aguilar hace una interesante reflexión sobre el tema. El Lcdo. Marco Antonio López completa el análisis de lo que debería ser el perfil de un abogado moderno iniciado en el número pasado. El periodista Dr. Diego Oquendo Silva realiza un juicio crítico en relación al proyecto de Ley de Comunicación. ¿Vivimos en libertad? Una pregunta necesaria en los actuales días, la plantea con sus personales conclusiones el editorialista Dr. Gerardo Villacreces Carbo. Con el año 2010, iniciamos el segundo año de Tribuna Democrática, apreciaremos nos hagan llegar sus opiniones.
Muy atentamente, Manuel Mejía Dalmau mmejia@corpmyl.com Presidente CORPORACIÓN MYL www.corpmyl.com
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la
irección TRIBUNA DEMOCRÁTICA es una sección de NOVEDADES JURÍDICAS que incorpora el pensamiento de importantes intelectuales del país, con el objeto de ilustrar a nuestros lectores sobre temas de variada naturaleza y contribuir al crecimiento de nuestro querido Ecuador.
El Dr. Rosales debería admitir la responsabilidad o mejor dicho “irresponsabilidad” de los gobiernos anteriores donde con tanto negociado y corrupción se desviaron fondos a temas de interés de la oligarquía y no se hizo nada en el sector eléctrico y ahora que el gobierno trata de atender esas falencias, también se lo acusa, apoyemos la buena gestión que se está realizando y no seamos negativos con la actuación del presidente actual. Remigio Elizalde Cordero Cuenca
Director:
Ernesto Albán Gómez
Comité Editorial:
Manuel Mejía D. Santiago Mejía R. Eugenia Silva G. Patricia Solano H.
Me gusta mucho su claridad y precisión al abordar los temas económicos, políticos y sociales de un modo humano y sencillo, a través de varios de sus editorialistas. También uso los editoriales para algunas de mis clases. Saludos,
Arte, diseño e impresión:
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Dirección y Suscripciones: Ambato: Av de Los Capulíes s/n y Las Delicias Sector Ficoa PBX: 242-4245 Guayaquil: Circunvalación Sur 504 y Ébanos PBX: 238-7265 Quito: Los Cipreses N65-149 y Los Eucaliptos PBX: 248-0800 www.edicioneslegales.com novedadesjuridicas@corpmyl.com Las colaboraciones y artículos publicados son responsabilidad exclusiva de sus autores y no comprometen a la revista o a sus editores. Se permite la reproducción total o parcial de esta revista, con la autorización escrita de NOVEDADES JURÍDICAS.
La libertad de opinión es la que se da sin tener que inventar ni suponer las realidades del pasado o del presente. Creo que sus colaboradores deben de ser escogidos con más cuidado. Atentamente, Pedro Cobo C. Quito Quiero felicitar enormemente al Dr. José Romero por el buen desarrollo del tema “Complicaciones en la práctica del proceso de mediación por la aplicación del instructivo para la derivación de causas a los Centros de Mediación”. Me pareció un artículo muy bueno, ya que aclaró todas mis dudas respecto a este tema, y realmente pone a reflexionar sobre los problemas actuales en los que se ve envuelta nuestra realidad procesal. Gracias por el conocimiento dado en esta fuente de información.
Registro: ISSN No. 13902539
Ab. Roberto Lara T. Guayaquil
Inversión y Justicia
• Javier Bustos Aguilar
Profesor de la Universidad San Francisco de Quito’ Abogado, Universidad Católica del Ecuador. Máster en Derecho de los Negocios (España). Gerente Tributario (CIAT). Representante del Ecuador al 11vo. Foro Mundial de la OCDE sobre Fiscalidad (Francia). Delegado del SRI a la Agencia Española de Administración Tributaria (España). Representante del SRI al VI Curso de Fiscalidad Internacional (España). Fedatario Fiscal (2000). Especialista en el Área de Gestión Tributaria SRI (2001-2004). Asesor tributario en el Municipio de Quito (2006). Procurador del SRI (2006). Abogado de la Dirección Nacional Jurídica SRI (2007). Abogado de la firma Paz Horowitz (2008). Articulista de la Revista Judicial de Diario La Hora. Tutor de “Derecho Tributario” y “Tributación Internacional” en el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (Panamá). Autor del libro “El Impuesto al Valor Agregado y el Régimen de Facturación en el Impuesto a la Renta”.
I. ¿Hay relación entre Inversión y Justicia?
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oda persona que va a emprender un negocio, o decide invertir en una actividad económica, tiene como propósito obtener una rentabilidad por ello. El desarrollo económico de mercados como China y la India se explica en virtud de este fenómeno, supongamos que cualquiera de nosotros fuésemos fabricantes de bebidas de naranja que se comercializan en latas individuales, si introducimos nuestra bebida en China para venderla a $1 dólar, y la consumiera tan solo la cuarta parte de la población total (1.300 millones) una vez en el año, habríamos obtenido ventas por $325 millones de dólares. Sin duda sería una interesante opción, pero que sucedería si de otro lado me dicen que en caso de algún problema legal en virtud de una obligación contractual con algún proveedor o cliente, los honorarios del abogado más los costos de ejecución de la sentencia son más del 30% del valor reclamado. O que el tiempo aproximado en tener una sentencia es de aproximadamente 3 años y que el proceso requiere de más de 40 trámites que deben cumplirse dentro del juicio. Es probable que muchas personas decidan ir a otros lugares en que obtengan una rentabilidad menor, pero en jurisdicciones en donde a un costo razonable, 1
Tomado de “Doing Business 2009”. www.doingbusiness.org/ . Safavian, Mehnaz, y Siddharth Sharma. 2007. “When Do Creditor Rights Work?”. Journal of Comparative Economics 35 (3): 484–508.
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dentro de un proceso relativamente rápido se pueda obtener una decisión fundada. Tanto para el gran inversor y para el ciudadano de a pie coinciden que una “justicia que tarda es denegación de justicia”. Ello es estadísticamente demostrable. En el análisis realizado por el Banco Mundial en Europa Oriental, se observó que países con tribunales de justicia lentos, ocasionaba que los bancos otorgaran menos financiamiento para la inversión en las empresas. Y viceversa 2 , en un estudio realizado a 41 países en desarrollo se comprobó que una mejora del 10% en la eficiencia de la resolución de disputas comerciales reduce la participación de sectores informales de la economía en un 2.3% del total de la actividad económica. II. La realidad del sistema judicial ecuatoriano Con relación a este tema la organización “Doing Business”, miembro del Grupo del Banco Mundial, ha emitido los resultados de su análisis para el año 2010 respecto al Ecuador 3, en la que se reflejan estadísticas preocupantes para el sector justicia, y por supuesto, con relación directa con la inversión extranjera en el país:
En el capítulo referente al “Cumplimiento de Contratos”, se encuentra la investigación para determinar el ranking de países que han adoptado las “mejores prácticas” a nivel judicial, para mejorar el sistema de resolución de disputas comerciales, el cual considera tres aspectos: 2
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Ibidem. Dabla-Norris, Era, Mark Gradstein y Gabriela Inchauste. 2008. “What Causes Firms to Hide Output? The Determinants of Informality”. Journal of Development Economics 85 (1): 1–27. ‘Artículo presentado a la Fundación Ceddet. http://www-wds.worldbank.org/external/default/WDSContentServer/WDSP/IB/2009/09/23/000334955_20090923042456/Rendered/PDF/504860WP0DB020100ECU0Box341999B01PU BLIC1.pdf
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1. TIEMPO. Refiere a los días para resolver una disputa comercial sobre compraventa ante los tribunales. 2. COSTO. Costo de un abogado, del juicio y de la ejecución de la sentencia como porcentaje (%) del valor de la demanda. 3. PROCEDIMIENTOS. Número de trámites para presentar una demanda y recibir y ejecutar la sentencia. Para el año 2010 en un análisis entre 183 economías; para el año 2010 sobre “Cumplimiento de Contratos” el Ecuador ocupa el puesto 101, con la siguiente información: País Tiempo (días) Costo (%) Ecuador
588
27.2
Procedimientos (número) 39
En resumen, una controversia comercial en el Ecuador tarda en ser resuelto en un año siete meses; con un costo para la persona del 27.2% del valor de la cuantía de la demanda, para lo cual se han debido cumplir 39 trámites hasta que se llegue a la ejecución de la sentencia. Los problemas de la justicia en Iberoamérica son muy grandes y quizás estas cifras no nos parezcan muy alarmantes; sin embargo, si las comparamos con Singapur en donde en cinco meses logra solucionarse una disputa comercial a un costo menor; es ahí donde las cifras son preocupantes. III. Cómo mejorar los índices de calidad de la justicia Siguiendo con el análisis, Singapur por ejemplo, permite que los escritos judiciales se puedan presentar electrónicamente, y existe dentro del sistema de Administración de Justicia un Área que se encarga de hacer un seguimiento de cada causa desde el momento en que se inicia la acción hasta el momento de la sentencia, lo cual permite a la vez evaluar el rendimiento de los jueces. En la realidad los problemas del sistema de justicia ocasionan que las empresas inviertan menos, ocasionando que sean pequeños grupos de personas con poder político y de influencia en el sector justicia o rodeado de abogados de poca transparencia las que van quedando en el mercado. Aún cuando sabemos que las reformas legales pueden quedar como simples actos declarativos de un deber ser, sino se acompañan de mejoras en la gestión de las causas, de un irrestricto cumplimiento de los plazos procesales que impongan sanciones a las partes y al juez en caso de incumplimiento y de una adecuada formación moral y académica de quienes se desempeñan como magistrados. A continuación se destacan las principales reformas operativas y reales -más allá de las declarativas- que se han dado recientemente en el sistema judicial ecuatoriano:
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A) Constitución del Ecuador 2008. Desde la publicación de la “nueva” Constitución del Ecuador, ha transcurrido un año de la vigencia de la Carta Constitucional, y el Ecuador aún continúa con una Corte Nacional de Justicia (máximo organismo de la Función Judicial) de transición. Sin duda, ésta es una de las Constituciones que más acciones y garantías ha incorporado para precautelar el cumplimiento de los derechos constitucionales; sin embargo, el problema de ello es que los juzgados están saturados de dichas acciones constitucionales, en desmedro del trabajo que deben cumplir para atender los asuntos de su competencia. B) Creación de nuevos juzgados. A efectos de dar solución a la cantidad de procesos represados en juzgados, se han creado nuevos juzgados para dar agilidad en la emisión de sentencias. El riesgo es que pueda existir criterios diferentes sobre un mismo punto de jueces de igual jerarquía en casos similares; por lo que de no existir un control adecuado podría generarse inseguridad jurídica. C) Solidaridad del abogado en las costas procesales. Con el Código Orgánico de la Función Judicial, publicado en marzo del 2009, existieron reformas como aquella por la cual se sanciona a la parte procesal y su abogado por todo modo de abuso del derecho, el empleo de artimañas y procedimientos de mala fe para retardar indebidamente el progreso de la litis. Con ello se esperaría que a futuro la actuación de mala fe, o un evidente propósito de buscar retardar la emisión de una sentencia, sea responsable por ello la parte procesal conjuntamente con su defensor, lo que redundaría en mejorar la eficacia de la justicia. D) Prohibición de reuniones privadas con el juez. Estas últimas reformas también buscan la transparencia del proceso y de la actuación del juez, de tal modo que se prohibe la realización de audiencias o reuniones privadas o fuera de las etapas procesales correspondientes, entre el juez y las partes o sus defensores, salvo que se notifique a la otra parte. De esta manera se pretende corregir prácticas poco transparentes y que podrían afectar a la imparcialidad que debe estar investido todo juez. E) Disminución de audiencias fallidas. En el Ecuador, ninguna persona sindicada por un delito puede permanecer detenida sin sentencia por más de un año. En la práctica el mismo fiscal que lleva varios procesos, era convocado el mismo día y a la misma hora para que concurra a varios juzgados, lo cual es físicamente imposible; esta “práctica” se repetía durante todo el año, hasta que el sindicado salía libre ya que el proceso no podía proseguir mientras no se efectuaba la Audiencia con el Fiscal. Este problema busca ser solucionado para que exista coordinación entre los jueces y fiscales. Aquí vemos que antes que una reforma legal, como en muchos casos, se requiere de cambios administrativos y de gestión que bien pueden y deben ser implementados por la Administración de Justicia, sin apelar a una reforma legal por parte del órgano legislativo.
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F) Caución para acceder a la justicia tributaria. Por el abuso al sistema judicial tributario, por el cual se impugnaba buena parte de las decisiones del Fisco, con un propósito de retardar el pago del tributo legalmente debido o con el fin de distraer los bienes con los cuales debe satisfacerse la obligación tributaria. Actualmente quien impugna en la vía judicial un acto determinativo con valores a pagar al Fisco debe, previamente, entregar una garantía suficiente por el 10% de la cuantía. Sin duda, estas medidas deben ser parte de un programa global de mejoramiento de la justicia, que permitan agilitar la gestión y reducir los plazos y costos de atención de los juicios para los usuarios del sistema, cuyo efecto multiplicador será, sin duda, una mayor inversión en el país para mejorar los índices de desarrollo y competitividad de la mano con la disminución de la pobreza y de los índices de desempleo.
“... Tanto para el gran inversor y para el ciudadano de a pie coinciden que una “justicia que tarda es denegación de justicia”. Ello es estadísticamente demostrable. En el análisis realizado por el Banco Mundial en Europa Oriental, se observó que países con tribunales de justicia lentos, ocasionaba que los bancos otorgaran menos financiamiento para la inversión en las empresas.”
Nota: Los editoriales se publican en orden alfabético de los colaboradores.
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Yo no soy yo • Juan Cueva Jaramillo ( )
Estudios en la Sorbona (París). Profesor universitario. Diputado. Embajador en París. Analista político. Columnista de El Comercio, El Hoy y Diners. Cónsul ad Honorem de Mónaco en Quito. Presidente de la Alianza Francesa. Autor de varias obras, Comendador de la Legión de Honor concedida por Francois Mitterand, 1991 (Francia). Orden Nacional al mérito en el grado de Gran Oficial, concedida por Jacques Chirac, 2000 (Francia).
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uando yo tenía cuatro años era un chico realmente hermoso. Mis ojos azules y mi pelo-dorado y ensortijado- eran la admiración y la envidia de todo Cuenca. De la Carlota, de la María Teresa, de la Carmen Amelia y de la Panchita, íntimas amigas de mi mamá. A tal punto sería yo de lindo que me alquilaban para los pases del Niño. Me ponían en una canasta de mimbre adornada con encajes azules y pedazos de espejo y me subían delicadamente al lomo de una mula. Yo era, claro está, el Niño Dios en la procesión llena de chagrillo de flores y de caballos repletos de billetes, guineos, aguacates, naranjas y puercos hornados. Los danzantes bailaban con sus caras pintadas de negro, mientras los priostes sacaban pecho con sus ternos negros, zapatos cafés y corbatas rojas. Las bandas de música derramaban notas chuecas y estridentes que caían en el suelo contra los pétalos de retamas y de geranios. Las matronas azuayas admiraban desde los balcones y lanzaban chagrillo al paso del Niño Dios. Los burros pintados de colores con anilinas llevaban en su lomo a niños encorbatados y con cuellos de camisas tiesos por el almidón. Pobres guaguas con pescuezo de cemento armado y caras blanqueadas por el polvo de arroz. Los curas, con sotanas negras y ojeras tristes, dirigían los coros de cánticos religiosos… “Dulce Jesús mío, mi niño adorado” se alcanzaban a oír entre el ruido de los camiones disfrazados de carros alegóricos. A mí no me alquilaban como Niño Dios mis papás, como dicen las malas lenguas, sino la Rosario que es una maravilla caída del cielo que vive en mi casa desde que Velasco Ibarra usaba pañales. Hasta ocho sucres dicen que pagaban por el alquiler del Niño Juanito para una procesión completa. Antes de vestirme de Niño Dios, me bañaban en una tina de fierro enlozado y yo creía >10
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que me almidonaban, por eso odiaba la tina blanca con los filos azules despostillada por todo lado. Un día en que la Rosario se quedó en plena conversación chismeando con las señoritas Cedillo, ocurrió lo increíble: trajeron un niño cualquiera de nariz larga y le pusieron en mi canasta. A mí me robaron. Desde ahí yo no soy yo. Yo soy otro. Por eso no tengo los ojos azules ni el pelo dorado y soy un cholo bastante ordinario con una nariz larga y nada bien parecido. El susto que se pegaron mis viejos cuando la Rosario regresó de la procesión fue de Padre y Señor Nuestro. La Rosario, que nació buena como otras nacen tontas, no sabía qué hacer. Por más que llenó mis (¿mis?) mejillas de polvo de arroz, no había forma de que blanquee. Me aplastó la nariz con todas sus fuerzas pero grande mismo quedó. Yo soy pues otro. Yo no soy yo. ¿Dónde está mi verdadero yo? ¡Vaya usted a saber, querido lector¡ ¿Cómo escribirá el yo que no soy yo? ¿Qué pensará de mí, él, es decir yo?
“ Los curas, con sotanas negras y ojeras tristes, dirigían los coros de cánticos religiosos… “Dulce Jesús mío, mi niño adorado” se alcanzaban a oír entre el ruido de los camiones disfrazados de carros alegóricos. A mí no me alquilaban como Niño Dios mis papás, como dicen las malas lenguas, sino la Rosario que es una maravilla caída del cielo que vive en mi casa desde que Velasco Ibarra usaba pañales...”
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Hacia el perfil de un abogado moderno (II parte) • Marco Antonio López
Licenciado en Ciencias de la Educación especialización Letras y Castellano. Facultad de Jurisprudencia de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Egresado del ciclo de licenciatura. Cinco años de estudios regulares. Instituto de la Familia, de la Universidad de La Sabana, Certificado de Aptitud Ocupacional. Especialidad de Orientación Familiar, Instituto de Ciencias de la Educación, Universidad de Navarra.
A continuación se detallan los aspectos complementarios del perfil de quien anhelamos sea un abogado moderno, cuya primera parte fue publicada en el número 12 de Tribuna Democrática que circuló en el mes de diciembre pasado. Analicemos entonces cada aspecto desde el punto de vista de un abogado maduro, digno de confianza de su cliente. Trabajar productivamente
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s ser eficiente en el desempeño laboral. Es ser competente. Y este concepto, en los últimos veinte años, ha sufrido una seria modificación. El ser humano es más que una simple máquina de trabajo, pues está conformado de dos aspectos muy importantes: por un lado la capacidad funcional: los conocimientos intelectuales (Un abogado no puede darse el lujo de no ser un buen lector, por ejemplo.) y técnico-científicos (El conocimiento cierto y exacto de códigos, leyes, reglamentos...); en suma, el bagaje cultural que está obligado a poseer. Por otro lado, la capacidad de desarrollo socio-personal, en donde están las emociones: ¿qué capacidad o competencia tiene el individuo para relacionarse con sus compañeros de trabajo?, ¿qué competencia tiene el profesional de generar un buen ambiente de trabajo?. Además, un jurisconsulto que trabaja en forma madura, lo hará independientemente del estado de ánimo que padezca en un determinado momento. Y lo hace, el buen profesional, porque lo tiene que realizar, y porque le supone trabajar en forma constante, sin desánimos por las lógicas dificultades y problemas que van apareciendo en el día a día, y, por el contrario, ve en ellas, en las dificultades, la oportunidad para su desarrollo personal. ¡Qué grave responsabilidad es ser un trabajador productivo!
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Visión amplia El profesional del derecho no puede quedarse enmarcado dentro de un código jurídico. Debe ser capaz de intuir que el asunto que está haciendo en un determinado momento no es solo para ese momento, sino que debe trascender a través de lo que se hace, pero, sobre todo, a través de lo que se es. Por ello, quien posee una visión amplia no relativiza lo absoluto ni absolutiza lo relativo, sino que da a cada cosa y acontecimiento su lugar e importancia. Y esto debe ser capaz de transmitir a su cliente. Ocurrirá que, en un determinado asunto, el cliente hiperbolice una situación o, lo más común, materialice en términos de dinero o de bienes. Pero ¿qué ocurrirá con ese individuo después? ¿Se habrá ganado un enemigo (la parte contraria)? Mañana ¿los dos contendientes serán capaces de saludarse, de mantener una conversación amigable? Porque ¿de qué sirve solucionar un problema material y mediato, si a la larga la dignidad humana se resiente?. Creo que el abogado tiene la obligación moral de coadyuvar a la paz y a la solidaridad. Capacidad de reflexión Pero paz y solidaridad que no son fruto del azar, sino de la reflexión. Cuando el hombre no se limita a hacer, a querer, a conocer, sino que reflexiona sobre sus actos, sobre sus deseos, afectos y conocimientos, necesariamente surgen para él una serie de interrogantes: el por qué y el para qué de todo aquello. La reflexión permite que el hombre sea capaz de elaborar un balance y de plantearse lo que quiere en su vida, lo que le conviene como hombre. Porque le permite decidir entre lo importante y lo urgente, entre lo accidental y lo esencial, entre el todo y la parte. Hace que sus acciones queden impregnadas de intencionalidad, fruto de la reflexión previa. Y más todavía, cuando tiene que reflexionar en función de su cliente. El buen humor es siempre envidiable “Los afanes por fomentar el sentido del humor y contemplar la realidad bajo una luz humorística constituyen una especie de truco que aprendimos mientras dominábamos el arte de vivir, pues aun en un campo de concentración es posible practicar el arte de vivir, aunque el sufrimiento sea omnipresente.” 1 Humor tiene quien sabe reírse de las cosas, de los acontecimientos y de las personas, incluyendo la suya propia. Pero su reír no es despreciativo ni burlesco; es un alterar las coordenadas sin que esta alteración destruya lo esencial. 1 Viktor Frankl, El hombre en busca de sentido, p. 71.
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Humor, dijo alguien, es reírse de aquello que uno ama, y lo sigue amando. Pero ¿qué significa reírse? Es poner aquello que es objeto de nuestro sentido del humor en una tesitura tal que nos lo hace amable en lugar de desagradable o molesto; apto o aceptable en lugar de inadecuado o inaceptable. Así, cuando somos capaces de reírnos de nuestros defectos físicos o mentales, los reducimos a un nivel en que, si son irremediables en ese momento, podrán resultar remediables con el tiempo; si son limitantes, podrán ser aceptados con gracia. El verdadero sentido del humor no lastima, no humilla; al contrario, es consuelo, una forma de ensalzar la situación. En las relaciones interpersonales, el sentido del humor hace grata y amable la relación, sirve de bálsamo que extirpa las tensiones, o por lo menos, las hace más leves. Quien tiene sentido del humor no hace tragedia de lo baladí. 2 Criterio Es saber juzgar y discernir. Es saber seleccionar entre alternativas y oportunidades. Es observar, razonar y escuchar de los otros, con la finalidad de obtener resultados. Para desarrollar estas capacidades, se hace necesario, por ejemplo, el ser comprensivo con el otro; entender su realidad y hacerla mía para juzgar “con criterio” la postura del oponente y respetar sus opiniones. Es entender que el otro también tiene –debe tener- libertad de pensar, sentir, actuar de modo diverso al propio, o, incluso de manera contraria, porque en el plano humano son posibles distintas formas de apreciar las cosas, tanto en el campo de la ciencia, como en el de la política, el arte, etc. El reconocerlo así es una de las más claras manifestaciones de criterio, y por tanto de madurez. La flexibilidad, otro elemento del concepto criterio, significa mente abierta al cambio, si éste supone una mejora o mejoras para la persona o personas que nos rodean. Y el abogado está llamado a ser instrumento de cambio, de mejora. Es estar más dispuesto a escuchar que a hablar. Es darse cuenta de que hay mucho que cambiar, mucho que hacer, que no todo está terminado. Por ello, adopta una actitud constructiva cuando se le presentan problemas; aprovecha los elementos positivos en los que hace hincapié, y procura sacar partido de los negativos. Está dispuesto a poner a prueba sus ideas, las explora, pide que las evalúen y no se molesta ni se torna agresivo si sus sugerencias no se ponen en práctica. Acepta el derecho que tiene a equivocarse ya que es consciente de no ser perfecto. Todo esto lo conduce a un estado de serenidad y lo ayuda a no absolutizar lo que, en realidad, no tiene sino un valor condicionado y relativo.
1 Instituto de Orientación Familiar, La personalidad madura, Quito, s.f.
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La seguridad La seguridad del hombre maduro está fincada en una comprensión de su dignidad como persona, vale lo que es, no por lo que tiene. «Ay, qué bien me sentiría si antes de morir pudiera comer una última vez dignamente, como un hombre.» 3 . Se da cuenta de que su seguridad no puede ser absoluta, porque es un ser limitado. Se preocupa por desarrollar sus propios recursos, cosa que lo lleva a enfrentarse mejor con las circunstancias cambiantes del medio, evita el construir barreras que lo aíslen de los demás, a no darles la vuelta. Sabe bien que ante lo nuevo, lo inesperado, lo grandioso, puede experimentar cierta seguridad, por demás normal; si no fuera así sería un insensato, un loco. Podríamos decir que esa dosis de inseguridad es mecanismo que lo hace estar alerta y que de algún modo permite que esté más abierto al exterior. Libertad La libertad es la capacidad de elegir lo mejor para la persona. Tiene relación con el intelecto, ya que en su proceso interviene la razón, pero también tiene relación con la voluntad, porque en última instancia es la voluntad el brazo de la elección: cuando se dice que una persona “no tiene fuerza de voluntad” se está proclamando que no ha sido educada para adquirir virtudes. Otra cosa es que a uno le cueste más el orden que a otro; que no tenga predisposición al estudio... La madurez de la libertad radica en la elección de lo mejor. Todo lo que sale de este cauce no es libertad madura, sino formas incipientes o poco desarrolladas de libertad, o equívocos del concepto libertad. Es erróneo suponer que libertad es la capacidad de escoger entre el bien y el mal. Una mente bien formada, indudable, no escogerá aquello que sea perjudicial. Es por ello que el hombre lucha para no caer en el vicio o para salir de él. Capacidad de amar Y por último, el hombre que ama en forma madura quiere decir que anhela lo mejor para el que ama: su cliente, su familia, su esposa, sus hijos... La persona que ama se ha preocupado de conocer a quien ama, ya que, como se dice “no se ama sino lo que se conoce”; el amor supone el respeto ante el ser amado, único e irrepetible. El amor está más en compartir que en el gozo propiamente dicho, más aún, a veces el dolor y las contradicciones son lo que fortalece y aviva el amor. Es aceptarse a sí mismo para aceptar a los otros. Porque solo se es feliz cuando uno se siente amado y útil.
3 Viktor Frankl, ob. Cit., p. 59
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Entre la inspiración perversa y la mojigatería oficial • Diego Oquendo Silva
Quiteño, periodista y escritor. Abogado y doctor en Jurisprudencia por la PUCE. Se inició como cronista político de El Tiempo de la capital. En TV fue director de noticias, primer presentador y comentarista de 24 Horas de Teleamazonas. Por algunos años condujo en Telenacional (después Gamavisión), el espacio de entrevistas Ante la opinión. Actualmente es editorialista de Hoy; mantuvo la columna “El gallo de la Catedral” en El Universo de Guayaquil. Produce el programa Buenos Días en Radio Visión, con primeros lugares de sintonía. Ganó premios y reconocimientos nacionales e internacionales: “La Placa Hemisferio”, concedida en 1977 por la Confederación Americana de Periodistas. Además obtuvo en 1978 el “Premio Mundial de Periodismo EFE”, a la mejor labor informativa. Y, en 1981, fue galardonado con el “Premio Beta Press Internacional, Corresponsal de Guerra”, por su serie de reportajes sobre los enfrentamientos armados entre Perú y Ecuador en la Cordillera del Cóndor. También figuró entre los 12 finalistas del “Premio Mundial UNESCO/ Guillermo Cano, de Libertad de Prensa”, en 1998. Diego Oquendo ha sufrido carcelazos, una paliza que le puso al borde de la muerte en 1970, cuatro atentados con bombas, dos abaleamientos fallidos (1977 y 1993) y una demanda fiscal “por atentar contra la seguridad del Estado”, promovida por el derrocado “dictócrata”, coronel Lucio Gutiérrez. Entre sus textos publicados figuran:“Piedra Blanca”, poesía, que en 1966 fuera traducida al francés dentro de la colección “Profils poetiques des pays latins” como “Pierre Blanche” ; “Julio César, el niño de San Vicente: prospecto de navegante, pescador en ciernes”, reportaje; “Voces en el papel”, entrevistas; “Una piedra en el zapato”: visión analítica del ejercicio periodístico y sus desencuentros con el poder.
U
n periódico de Guayaquil me ha solicitado un juicio crítico sobre el proyecto de ley de Comunicación en apenas cinco líneas. Creo que mi breve planteamiento no ha perdido vigencia y por eso me permito transcribirlo: “No le temo a una ley de Comunicación. No hay circunstancia que no pueda ser regulada, pero hablo de regulaciones, no de controles que, además, tienen una inspiración perversa. A pretexto de proteger, según se dice, el derecho a una información que no termina de precisarse de manera cabal, lo que se desea es tenderle una celada a la prensa. Revísese el célebre proyecto a partir del artículo 64 y quedará al desnudo la mojigatería oficial”. Claro que luego de no pocas deliberaciones, redacción de actas que sufren enmiendas de última hora, concesiones de parte y parte y un estrechón
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TRIBUNA DEMOCRÁTICA
de manos protagonizado ante las cámaras de la televisión, el ensayo mediático ha adquirido una facha más decente, si bien habrá que esperar un segundo debate y todo lo que pueda ocurrir en Carondelet, palacio en el que desde hace tres años no se respiran aires muy tolerantes que digamos. “Inspiración perversa”, digo. Y agrego: “Mojigatería oficial”. Porque otra cosa sería que la elaboración de una ley de Comunicación –mandato constitucional que se vuelve irresistible- respondiese a un espíritu democrático, a un honrado deseo de establecer normas y principios que lleven a un ejercicio periodístico ciento por ciento profesional, maduro, que investiga, que confronta, que procura dar a cada quien lo suyo. Pero no: desde el inicio mismo del actual gobierno se convirtió a la prensa y sus elementos en el blanco de una suerte de fusilamiento cotidiano, que no ha cesado un solo momento. Las consecuencias están a la vista: no faltan “muertos” y “heridos”, amén de otros damnificados. (¿Resulta exagerada la expresión?). Y lo que es peor: el clima en el que se desarrolla una relación que, en condiciones normales debería ser auspiciosa y enriquecedora, es de veras hostil. El periodismo y los periodistas, de una parte; el oficialismo y sus integrantes, de otra, mantienen un desencuentro que a la larga puede perjudicar los intereses de un país necesitado de entendimientos básicos, de coincidencias que auspicien el tema social. Desde luego, la buena prensa ecuatoriana –que ha existido siempre, sin duda alguna- debe seguir cumpliendo su tarea profesional como lo ha hecho hasta ahora, pensando en las acuciantes demandas de la República. Que nos califiquen de “mediocres” y “corruptos” debe ser el mayor incentivo, casi un desafío, para trabajar a tiempo completo con lucidez y conocimiento de causa, sometiéndonos a los dictados de la ética y la moral. La única respuesta posible a tanto prejuicio “revolucionario” frente a la prensa, la radio y la televisión, debe ser un periodismo de excelencia, libre, auténtico, identificado con la aspiración colectiva. Diego Oquendo 21-XII-2009
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¿Vivimos en Libertad? • Gerardo Javier Villacreces Carbo
Doctor en derecho y Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador; con cursos de Especialización en el país y en USA. Actividad actual: Presidente y socio principal de Sociedad JVC Abogados; Articulista del periódico económico El Financiero; Asesor Jurídico, Consultor Legal y de Negocios de importantes empresarios y empresas comerciales y bancarias, nacionales y extranjeras. Actividad Pasada: Articulista invitado de El Comercio, Pacificard, OB Objetivo, Revista Novedades Jurídicas. Director Jurídico, procurador judicial y representante legal de entidades bancarias y financieras del sector privado. Ha sido invitado a opinar de temas jurídicos, en medios televisivos, escritos y radiales, así como ha brindado varias conferencias y seminarios en distintas ciudades del país.
“Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho, en la Paz como substitutivo bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho, ni Justicia, ni Paz”.*
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l inicio de este nuevo año, invito amables lectores a reflexionar en lo que significa e implica la palabra Libertad. Término de apenas ocho letras, pero infinito en efectos y bondades. Recuerdo gratamente de las clases en la Facultad de Jurisprudencia, como nuestros maestros sabiamente nos explicaban la importancia del Bien Jurídico Libertad.Las valiosas reflexiones de E. Couture, en el sentido de que sin Libertad no hay Derecho, ni Justicia, ni Paz, nos alientan a los ciudadanos a defender ese espacio elemental de convivencia civilizada y democrática; así como constituye una seria alerta a los Gobernantes de turno en el sentido de que, un pueblo en el que no existe Libertad, es una sociedad enferma - carente de paz, y un cuerpo social en esas condiciones simplemente no puede avanzar.
*Palabras del respetado jurista uruguayo Eduardo Couture, y que constan en el Decálogo del Abogado.
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Resulta inexplicable pensar que, si bien la primera disposición transitoria de la Constitución dispone que en el plazo máximo de 360 días de entrada en vigencia la misma, se aprobará la “Ley de Comunicación”, se discuta con cierto aire de “concesión” en el país el contenido del proyecto de ley, cuando los principios no se negocian, cuando el debate debería orientarse únicamente a velar por los siguientes preceptos constitucionales: Constitución “Derechos de Libertad Art. 66 .- Se reconoce y garantizará a las personas: #6 El derecho a opinar y expresar su pensamiento libremente y en todas sus formas y manifestaciones. # 18 El derecho al honor y al buen nombre. La ley protegerá la imagen y la voz de la persona”. En otras palabras, el pensamiento es libre y por consiguiente el derecho a opinar no debe tener restricción, pero sin que a pretexto de esto se afecte el honor y el buen nombre de las personas, es decir, opinar con responsabilidad dentro de un marco de libertad. Los seres humanos debemos buscar y luchar por nuestra Libertad en todas sus manifestaciones, teniendo presente que lo contrario a Libertad es Seguridad, y el lugar más seguro regularmente son las cárceles. En el país parecería que nos estamos encarcelando en un mar profundo y oscuro de normas jurídicas, cuando en realidad lo que se necesita son pocas leyes, enmarcadas en la Constitución, y eficientemente cumplidas. En el Ecuador vivimos encarcelados en nuestras propias casas, amurallados por cerramientos, con alarmas y hasta con cables de alto voltaje, mientras la delincuencia se pasea libremente por las calles y avenidas, y sin que el necesario estado de excepción logre aplacarla. ¿Es eso Libertad? En realidad ni siquiera en nuestros propios domicilios podemos sentirnos a salvo, ya que ahora los maleantes entran envalentonados, existan o no personas dentro. Recuerdo como antes existían en Quito, los Calabozos Policiales del SICP, en donde se violaban los derechos de las personas, ahora a momentos parecería que existen los Calabozos Tributarios del SRI, en donde con simples resoluciones se violentan disposiciones de mayor jerarquía tales como reglamentos, leyes orgánicas y hasta la propia Constitución. Un claro ejemplo de esto, es la famosa Declaración Patrimonial, que más allá de su evidente inconstitucionalidad, expone torpe e innecesariamente a la sociedad, al obligar que las personas describan, ubiquen, y cuantifiquen todos sus activos y por ende lo que tienen en sus hogares, cuando la ley y el reglamento mandan solamente a que se declare el patrimonio, es decir lo que resulta de deducir de los activos los pasivos. ¿Es eso libertad? ¿Es eso ser sensible con la sociedad en estos graves momentos de alta violencia delictiva? ¿Qué pasaría si esa información es sustraída? Es que acaso los personeros de la administración tributaria no se han puesto a reflexionar, que en las calles
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por una cartera con pocos dólares y un celular a los delincuentes no les tiembla la mano para asesinar a sangre fría, ¿no serán acaso éstos capaces de chantajear a un funcionario para exigirle la entrega de esa información? La ciudadanía debe tener presente que, si un ecuatoriano o un extranjero residente, es afectado por una banda de delincuentes en razón de que dicha información que reposa en el SRI se hubiere filtrado, al amparo del Art. 13 de la Ley de Creación del SRI en concordancia con el Art. 16 de su reglamento, los funcionarios públicos que tuvieron que ver con esa mal dada disposición, serían personal y pecuniariamente responsables de cualquier perjuicio que sufra el contribuyente, por acción u omisión del o de los respectivo (s) funcionario (s) del SRI. El interés particular de la gestión tributaria Jamás puede estar por encima de los intereses generales de la Sociedad a vivir en un ambiente de Seguridad, y con mayor motivo cuando la propia Constitución en su Art. 3 menciona que son deberes primordiales del Estado, garantizar a sus habitantes el derecho a una Seguridad Integral. Al parecer vivimos también encarcelados de determinados servidores públicos, que no conocen el principio constitucional de la presunción de inocencia….. Al parecer vivimos encarcelados de algunos funcionarios del Estado, que maltratan y abusan de los usuarios, cuando son éstos los que pagan sus sueldos.…. Al parecer también vivimos encarcelados de determinados administradores de justicia, que han claudicado a sus conciencias, haciendo caso omiso a un pilar fundamental de la democracia, cual es la necesaria y obvia separación e independencia de los Poderes, por suerte no son todos, ya que si hay valientes y serios. Al parecer vivimos encarcelados en el espejismo de algunos burócratas (no todos por cierto), que están embriagados del encanto del Poder, sin caer en cuenta que éste es efímero, a momentos tan fuerte y en otros tan frágil….. pues olvidan que los hombres inteligentes aprenden de la Historia, y que muchos Imperios con sus monarcas se han derrumbado, que los Presidentes cumplen sus ciclos, pero las consecuencias y las responsabilidades quedan, y es la Sociedad democrática, justa y civilizada la que tarde o temprano, a través de los mecanismos sociales y/o jurídicos, sancionará a los infractores y de manera particular a los que abusaron del poder y a los que claudicaron. A fin de defender la Libertad, es preferible morir de pie, que vivir de rodillas… Que en este nuevo año que se inicia, la Libertad vibre en nuestros corazones, en nuestras mentes y sobre todo en nuestras almas. ¡Viva la Libertad!
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