No somos militantes, no somos ideólogas, al menos no todas. Somos las cuñadas de los cuñaos y, como tú, necesitamos argumentos para no cortar cabezas cuando nos explican qué es ser mujer o lo que debe sucedernos por el hecho mismo de serlo.
¿Quién no ha recibido una «cuñalada trapera» durante una comida familiar, en el trabajo o en una excursión con la pandilla? ¿Quieres a tu cuñao pero cuando pronuncia la palabra «micromachismo» con retintín le quieres, sí, pero ahogar?, ¿te corroen las ganas de arrearle un guantazo a ese compañero de trabajo que ameniza el café a diario con su chistecito pero, claro, no es plan? Si la ira hirviendo la sangre te deja sin palabras, ésta es tu guía de feminismo de guerrilla.
Presentamos una antología de «cuñaladas» con sus réplicas correspondientes: garrotazos dialécticos listos para blandir en cualquier ocasión que lo precise. Argumentos contundentes, sopapos ilustrados para tumbar objeciones chorras.