Índice
Dep. Legal: VA 616-2016
Alberto Albarrán Citröen Amy 8 p. 4-5
Álex G. Santana Citröen Mehari p. 20-21
Óscar del Amo Land Rover p. 6-7
Álvaro Laura Ford Fiesta p. 22-23
Alejandro Antoraz Citröen C15 p. 8-9
Julio Lebrato SEAT 1500 p. 24-25
Handry Bogart Renault 8 p. 10-11
Ginés Martínez Ford Taunus p. 26-27
Iván Bravo SEAT 124 p. 12-13
Rodrigo Román SEAT 127 p. 28-29
Jorge Consuegra Lada Niva p. 14-15
Alberto Sobrino Citröen 2CV p. 30-31
Alberto Crespo Renault 4L p. 16-17
Fran Tapias JEEP Commando p. 32-33
Iván San Martín SEAT Panda p. 18-19
Juan Carlos Valdezate SEAT 850 p. 34-35
YO CONDUZCO, ELLA ME GUÍA. Espero que estén de acuerdo conmigo, como seguro lo estaría el señor Breton, en que el acto surrealista más simple en nuestros días consistiría en empotrar un automóvil (cargado con dos bombonas de butano en el maletero) en la fachada del número 13 de la madrileña calle Génova; tal y como sucedió el 19 de diciembre de 2014 a las 7:14 horas. En un planeta construido a imagen y semejanza del imaginario fordiano, el alunizaje ya poco tiene que ver con poner un pie en la luna. El automóvil es la pieza clave del mundo tal como lo conocemos desde los tiempos en que, en el horizonte del progreso, se distinguían las humeantes chimeneas de las factorías del señor Ford en las que trabajaron nuestros padres. Del mismo modo que nuestro paisaje ha sido modelado por una madeja de carreteras colapsadas con los automóviles que salían de aquellas factorías, nuestra manera pequeñoburguesa de vivir está equipada de serie con potentes climatizadores, equipos de audio de alta fidelidad, geolocalizadores por satélite y tapicerías de cuero. Sin ir más lejos, escribo esto mientras me desplazo a cientos de kilómetros por hora en las entrañas de una frágil estructura de hierro ensamblado, sin pensar en ningún momento en la posibilidad de acabar en la cuneta convertido en uno de aquellos amasijos de metal comprimido que el escultor César Baldaccini presentó en 1960. En esta pequeña publicación de dibujos acerca del automóvil como gran diva protagonista de la propaganda de los valores de la modernidad se encontrarán un desfile de “vehículos rugientes… más bellos que la Victoria de Samotracia” (sin duda un brillante lema publicitario del vanguardista señor Marinetti), pero sin dejar de lado la chatarra y sus ejemplos más decadentes y grotescos. Desde aquí propongo al editor que la próxima entrega se dedique a la recopilación de algunos de los memorables epitafios que podemos encontrar grabados en las carrocerías de nuestro parque móvil tales como: “Yo conduzco, ella me guía”. Ante este panorama de roadmovie postindustrial no cabe una actitud más pusilánime para el conductor español que ese dejarse llevar, en este caso por la Providencia, que en cultura popular ibérica tiene forma de mujer y atributos de tonadillera: peineta, bordados, oro y lágrimas de sangre. Ginés Martínez Díez
Motorgráfico es una publicación autoeditada que rinde homenaje a la publicidad gráfica por antonomasia; aquella dedicada, en las llamadas décadas del desarrollo, al objeto de consumo por excelencia: el automóvil particular. Iconografía al cuadrado, consumismo elevado al cubo. Cada uno de nuestros autores ha seleccionado un modelo, reinterpretándolo como en un anuncio de época. A veces incluso lo acompaña una fiel repetición del eslogan que sirvió para promocionarlo en su momento. Silueta y frase estaban destinadas a dejar profundas huellas por muy rápido, superficial o repetitivo que fuera su avistamiento. Por mucho que sea difícil calcular el impacto de tal pedagogía, más nos vale no subestimarla. Aquí tenemos tan solo una pequeña muestra de las historias, recuerdos, fantasías y decepciones que pueden evocar unas escasas líneas características inolvidables, unas promesas redactadas con el más cordial cinismo...