El autor de este libro propone una lectura atractiva de la Biblia y demuestra que, en las páginas del Antiguo Testamento, el humor está presente en muchos de los relatos no sólo como un recurso literario sino también pedagógico y, por ello, muy efectivo en la comunicación de un mensaje.
Se trata, sin embargo, no de un humor para reírse a carcajadas, sino para provocar la reflexión capaz de conducir a las personas al entendimiento de la voluntad de Dios, quien se da a conocer con toques de humor. Los pasajes investigados proporcionan suficiente argumento para demostrar que en el AT encontramos a un Dios que habla con ternura, gracia e ironía. Es un libro que puede enriquecer la lectura de la Biblia y llevar a un conocimiento más real de Dios.