Manuel Estrada
José Saramago ttj r:.n
Había salido con 1nis p0rtr0chos a p0scar
0n la dcscn1bocadura dC'l Ahnonda, ]o qu0 llamában10s la «boca dC'l río», donde' por una 0strccha
lengua d0 arena se pasaba 0n esa época al Tajo,
y allí estaba. ya el día hacía
sus despedidas, sin que la boya de corcho hubiera dado ninguna sefial
de 1noviiniento subacuütico,
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cuando, de repente, sin haber pasado antes por ese temblor excitante que anuncia los tientos del pez mordiendo el anzuelo, la boya se sumergió de golpe en las profundidades, casi arrancándome la caña de las manos. Tiré, fui tirado, pero la lucha no duró mucho.
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LIBROS
ff José Sararnago El silencio del agua Manuel Estrada «Regresé al lugar, el sol ya se había puesto, lancé el anzuelo y esperé. No creo que exista en el mundo un silencio más profundo que el silencio del agua. Lo sentí en aquella hora y nunca lo he olvidado.• A partir de un recuerdo de infancia, José Saramago compone una fábula universal que brilla por su sabiduría.
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DE
CORDEL