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Trastornos del comportamiento alimentario

La etiología de los TCA es multifactorial, incluyendo factores genéticos, biológicos, psicológicos y culturales

Los trastornos del comportamiento alimentario (TCA) constituyen un problema grave que ocasionan una morbilidad médica y psiquiátrica importante que tienden a cronificarse y requieren un tratamiento multidisciplinario difícil y prolongado, siendo frecuentes las recaídas. (1) Los factores que predisponen estas enfermedades son múltiples como (2) :

• Tener antecedentes familiares de trastornos alimentarios.

• Convivir con una familia preocupada por la imagen y la apariencia.

• Familias sobreprotectoras y disfunción familiar.

• Influencia de los medios de comunicación.

• Ser altamente perfeccionista e hiperexigente.

• Practicar en exceso ciertas actividades físicas.

• Haber llegado a la pubertad con sobrepeso.

• Constante bombardeo publicitario de productos para adelgazar.

Dentro de los trastornos más comunes se pueden mencionar (1) :

• Anorexia nerviosa

Es la restricción de la ingesta energética en relación con los requerimientos, que conduce a una significativa pérdida de peso en el contexto de la edad, sexo, etapa de desarrollo y salud física. Las personas con este trastorno tienen un miedo intenso a ganar peso o convertirse en obesas lo que las lleva a una alteración de la percepción del peso o la silueta corporal.

• Bulimia nerviosa

Se caracteriza por episodios recurrentes de atracones que involucran la ingesta, en un periodo determinado de tiempo (dos horas), de una cantidad de alimentos que es superior a la que la mayoría de las personas comerían en similares circunstancias. Los pacientes con este trastorno tienen la sensación de falta de control sobre lo que ingieren durante el episodio. Además, desarrollan conductas compensatorias inapropiadas recurrentes para evitar el aumento de peso, como el vómito autoprovocado, el uso incorrecto de laxantes, diuréticos u otros medicamentos, el ayuno o el ejercicio excesivo.

• Trastorno por atracón

Es la sobre ingesta frecuente (al menos, una vez a la semana durante tres meses) con falta de control y sentimientos de malestar. Los episodios de atracones se asocian a tres (o más) de los siguientes:

• Ingesta más rápida de lo normal.

• Ingesta hasta sentirse desagradablemente lleno.

• Ingesta de grandes cantidades de alimento sin sentir hambre físicamente .

• Comer solo por la vergüenza de la cantidad ingerida.

• Sentimientos negativos sobre sí mismo (asco, depresión, culpa), posteriores a la ingesta.

Tratamiento integral (1)

Para las personas que sufren este tipo de trastornos se debe desarrollar un programa de tratamiento integral con un equipo multidisciplinario que incluya pediatra, endocrinólogo, psiquiatra, psicólogo, enfermera, etc. Es esencial efectuar un correcto diagnóstico y comunicar al paciente y a su familia de la importancia de la enfermedad y de los aspectos diferenciales del tratamiento. Los objetivos terapéuticos deben tener como prioridad prevenir la muerte del paciente, evitar que la enfermedad se cronifique e iniciar su recuperación física y mental. Dentro del proceso de tratamiento son indispensables áreas como:

• Nutrición

Se necesita establecer una alianza terapéutica con el paciente, que deberá entender y aceptar que tiene una enfermedad. El paciente debe comprender las necesidades calóricas que requiere para poder mantener un peso normal. En la bulimia convendrá controlar los episodios bulímicos y normalizar la ingesta, identificar los momentos más propicios para los atracones y pactar el número de calorías, que no debe ser demasiado alto para que no teman engordar, ni demasiado bajo, para que no recurran a los atracones.

• Ejercicio físico

La actividad física es importante para la salud ósea en pacientes con TCA, ya que incrementa la densidad mineral ósea. No obstante, las recomendaciones deben ser supervisadas por un profesional ya que, en combinación con la malnutrición puede incrementar la pérdida de peso.

• Apoyo psiquiátrico

El objetivo prioritario del tratamiento psiquiátrico radica en la intervención sobre la psicopatología específica de la alteración incluyendo: hábitos alimentarios anómalos, temor a la ganancia ponderal, distorsión de la imagen corporal, alteraciones en la comprensión del peso, cuerpo y alimento. Baja autoestima, dificultades con las relaciones familiares y sociales, así como psicopatologías asociadas como la ansiedad, depresión y síntomas obsesivos-compulsivos de conducta. La intervención psicológica debe iniciarse en el momento de la rehabilitación nutricional y continuar para asegurar la permanencia de los logros alcanzados por el paciente.

Acciones de prevención (2)

• Es importante enseñar desde la primera infancia a seguir hábitos saludables como: establecer horarios regulares de las comidas, realizar cuatro o cinco comidas diarias, evitar saltarse comidas y no comer entre horas.

• La alimentación debe ser sana, equilibrada y variada, esto implica la inclusión de todos los grupos de alimentos; limitar el consumo de azúcares refinadas, grasas saturadas y ofrecer variedad de frutas y verduras.

• Cuidar la autoestima, los padres deben fomentar la autoestima de sus hijos para que descubran sus capacidades y sus limitaciones, las acepten y aprendan a sentirse bien consigo mismo.

• Mantener otros hábitos saludables, como practicar actividad física, facilitar relaciones sociales, extra escolares y tener un buen descanso nocturno. (2)

“Es importante ayudar a los jóvenes a diferenciar el peso de la autoestima. Hay que ayudar a los jóvenes a no condicionar el cuerpo a una cuestión de apariencia”. Brigitte Aquin, psicóloga clínica.

Fuentes:

1. Muñoz Calvo, M.ª T., Argente, J.(2019). Trastornos del comportamiento alimentario. Protoc diagn ter pediatr. Recuperado de https://bit.ly/3MlQ8Mz

2. Tabárez, V. (2017). Trastornos alimentarios. Revista de Salud del Casmu. Recuperado de https://bit.ly/389TraU

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