7 minute read

Platero y nosotros

LIBROS

rook76 / Shutterstock.com Diego Techeira*

A un siglo de la aparición de Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez, su comunidad y España entera celebran la obra más importante de su literatura después del Quijote, con múltiples actividades y la proclamación de 2014 como “Año Platero”.

debe de ser el personaje de literatura infantil más famoso de la lengua española, en 2014 está cumpliendo 100 años. Su autor ganó en 1959 el Premio Nobel “por su poesía lírica, que en idioma español constituye un ejemplo de elevado espíritu y pureza artística”, según el dictamen de la Academia Sueca, pero el texto más emblemático de Juan Ramón Jiménez será el relato (¿novela?, ¿prosa poética?) que escribiera en primera persona, a modo autobiográfico, sobre la relación con un burro “pequeño, peludo, suave”, enmarcado en la vida de su pueblo de infancia (Moguer), con referencias a integrantes de su propia familia, lo que refuerza la apariencia autobiográfica.

Este texto, en casi todos los países de Latinoamérica, ha sido lectura escolar obligatoria durante décadas; no lo ha sido, paradójicamente, en su propio país, esto debido tal vez a la condición de opositor al régimen de Franco de su autor (de hecho, Juan Ramón Jiménez muere en el exilio, dos años después de recibir el Nobel y de la muerte de su esposa, Zenobia Camprubí Aymar, quien fuera su compañera de toda la vida, a la que conociera en 1913 y de la que se enamorara inmediatamente, contando él con 23 años).

Que Platero y yo no haya sido adoptado en España como un texto escolar pudo, sin embargo, constituir un signo favorable para la valoración del resto de su obra en aquel país, pues a diferencia de lo que sucede en Latinoamérica, Juan Ramón Jiménez es considerado en su tierra natal como uno de los más exquisitos poetas de lengua española de todos los tiempos.

En nuestros países son muy escasos los lectores de su poesía, pero difícilmente existe una persona que habiendo pasado por la escolaridad inicial no recuerde el texto y recite de memoria la descripción de su tierno personaje, que quienes pudimos conocerlo en la edición argentina de Losada asociamos ineludiblemente a los

* Escritor uruguayo, poeta, ensayista y editor.

gráciles dibujos de Norah Borges, hermana de Jorge Luis, el famoso escritor argentino, y esposa de uno de los críticos fundamentales de la Generación del 27 española, Guillermo de Torre, cofundador de la prestigiosa editorial.

Lo curioso es que el libro, según palabras introductorias de su propio autor, no fue escrito como relato para niños, y hay quienes consideran que por eso mismo gusta tanto al público infantil, siempre perceptivo y afín a la autenticidad.

Es el caso de Eugenio d’Ors, quien escribiera:

Los niños de España adorarán al poeta y su borriquillo. Adorarán Platero y yo precisamente porque no ha sido con premeditación escrito para ellos. Que en este capítulo, el de la literatura infantil, hay tal vez equívoco en que importa a todos no persistir. La publicación de libros destinados única y exclusivamente a los pequeños, ¿no constituirá un error pedagógico?1

El texto fue compuesto entre 1907 y 1916, y su primera publicación, en 1914, destinada a formar parte de una colección titulada Biblioteca Juventud, constaba de 63 capítulos. Esta edición no satisfizo al autor, que en 1917 publicaría la edición completa, con 138 capítulos.

Juan Ramón Jiménez tuvo intenciones de ampliar el libro hasta alcanzar los 190 capítulos, y llegó a escribir tres adicionales en los años veinte. Otro proyecto fue el de escribir una segunda parte que titularía Otra vida de Platero, del cual alcanzó a esbozar algunos capítulos, pero nunca lo concretó.

Platero y yo está escrito con el estilo de quien lleva un diario de su vida: cumple el ciclo de un año en la vida de Platero y del narrador, al que se asume como un niño que establece una relación de amistad con el animal. El burro es tra-

1 Dato extraído de <www.unav.es/gep/dors/seriesprensa13loyd 2.htm> (Universidad de Navarra).

Foto: Fedekuki en commons.wikimedia.org

Primera edicion de Platero y yo, 1914

tado más como una mascota que como un animal de trabajo, como se considera realmente a los asnos, sobre todo en un entorno rural como el que sirve de marco a la narración. Se alternan en ella relatos en presente con los evocativos, lo cual da lugar a una ambigüedad que se despeja al final, cuando asumimos todo como una suerte de evocación, en especial cuando cierra el libro el narrador ya adulto.

La obra es la de más ventas en España durante el siglo, después de la Biblia y el Quijote, y la más traducida de la literatura española después de la novela de Cervantes. Sin embargo, la primera edición completa en catalán (la lengua de la esposa del poeta, quien además fuera una influencia y colaboradora fundamental para el mismo hasta el día de su muerte) verá la luz en el marco del centenario del libro, a cargo de Centre d’Estudis i Documentació Zenòbia Camprubí, de Malgrat de Mar.

La historia de un burro

Lo primero que llama la atención a quien lee Platero y yo es la relación del narrador con el burro, al que trata como si fuera una mascota. ¿Cuál era el papel del burro en aquella comunidad semirrural de principios del siglo XX?

Si Juan Ramón Jiménez elige a este animal como protagonista de su historia es porque ese era el animal que existía en todas las casas, empleado para tareas tanto de campo como domésticas y comerciales (transporte de personas, de leña, de mercadería, etcétera), lo cual lo volvía imprescindible y por ello no faltaba ni en los hogares más humildes.

El escritor, por otra parte, conoció el texto del poeta francés Francis Jammes Oración para ir al paraíso con los burros, y sin duda lo tuvo en mente a la hora de escribir el último capítulo del relato, titulado “A Platero en el cielo de Moguer”:

Haz que el día en que deba ir hacia ti, Dios mío, sea un día en que el campo polvoriento de estío esté de fiesta. Deseo, como aquí lo hice siempre, escoger el sendero que lleva al paraíso - donde brillan en medio del día las estrellas.

Tomaré mi bastón y en el ancho camino hallando a mis amigos los burros, les diré: venid Soy Francis Jammes y voy al Paraíso, porque no existe infierno en el país de Dios. Venid, dulces criaturas del cielo azul, amigos pobres bestias queridas, que espantáis a las abejas y los golpes con bruscas sacudidas de orejas...

FRANCIS JAMMES

Platero funciona como un símbolo y prolonga la personalidad del protagonista, que asumimos es el poeta en su niñez. El nombre del borrico se debe al modo genérico como eran conocidos los burros de su clase, color de plata, de modo que Platero es, más que un burro, un arquetipo de esa raza.

El Año Platero

En conmemoración del centenario del libro, la comunidad de Huelva declaró 2014 el “Año Platero”, y la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez, la Junta de Andalucía y la diputación onubense, el ayuntamiento de Moguer y la comunidad de herederos del poeta, han preparado numerosas actividades culturales para recrear el ambiente de la obra, el Moguer de 1900, iniciando con una verbena popular al estilo de las que se llevaban a cabo entonces, con bandas y coros escolares ataviados a la moda de principios del siglo XX y productos gastronómicos de la época.

El sábado 25 de enero se inauguró el museo al aire libre “Platero Es-Cultura”, cuya primera obra en exposición (en la plaza principal del pueblo, mirando al monumento al poeta) es una escultura del artista sevillano Álvaro Flores que representa al entrañable personaje. Una edición conmemorativa del libro que se conseguirá sólo en Moguer, y que se entregará gratuitamente a los turistas que hagan el itinerario juanramoniano completo, será financiada por la Fundación Juan Ramón Jiménez, con el apoyo de la familia del escritor.

Madrid prepara una exposición de todas las ediciones de la obra (tanto en español como en más de cincuenta idiomas y dialectos), así como de artistas plásticos que crearon obras inspirados en el texto.

Hoy en España el burro es un animal que está prácticamente en vías de extinción, y una asociación protectora de estos animales localizada en Rute, Córdoba, obsequió a la familia del poeta una pequeña Platerilla para que viva en la cuadra de la casa-museo del poeta y sea visitada por los niños que acuden a ella.

This article is from: