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Judith Reyes: cantar contra la opresión
Y ARTESANOS
Judith Reyes:
CANTAR CONTRA LA OPRESIÓN
Tere Estrada*
Piras de muertos y heridos sólo por una protesta El pueblo llora su angustia y el gobierno tiene fiesta ¡Qué cruenta fue la matanza hasta de bellas criaturas! ¡Cómo te escurre la sangre plaza de las Tres Culturas! “Corrido del 2 de octubre”
JUDITH REYES
Revolucionaria y pionera de la canción de protesta, Judith Reyes Her-
nández, proveniente de una familia humilde, nació el 22 de marzo de 1924 en Ciudad Madero, Tamaulipas. Fue periodista, promotora cultural, compositora, activista, y no sólo fue cronista de las luchas de obreras y campesinas, sino también militante de las luchas agrarias en Chihuahua y del Frente Electoral del Pueblo. “Comenzó a componer corridos que llegaron a ser cantados durante marchas y tomas de latifundios. Su periódico, Acción, era leído por aquellos campesinos chihuahuenses. Ella misma participó en marchas y tomas y se hizo amiga de importantes luchadores sociales” (López, 2008).
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desde pequeña, aprendió con su madre a resolver la economía familiar cuando el padre emigró a los Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. Fue la segunda de tres hijos. Ismael Colmenares, sociólogo e integrante del grupo Los Nakos, narra sobre la infancia de Reyes:
* Compositora, cantante y guitarrista. Socióloga egresada de la
UNAM. Autora del libro Sirenas al ataque. Historia de las mujeres rockeras mexicanas (1956-2006). Su padre, Pablo Reyes, pertenece a la clase trabajadora, se dedica al cultivo de la tierra y a hacer carbón para venderlo en las bodegas de Tampico. Cuando Judith tiene tres años de edad, don Pablo se va a Estados Unidos atraído por los dólares. Re- gresa cuando ella cumple nueve y en el escenario social mundial los efectos de la crisis del 29 se hacen extensivos a México. Su madre, Dolores Hernández, al quedar sola trabaja lavando ajeno, planchando, vendiendo leche en el mercado y haciendo tortillas para el vecindario (Colmenares, 2008).
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Judith Reyes Hernández
De niña, Judith no jugaba a las muñecas, prefería corretear con los muchachos del rumbo, jugar beisbol, treparse a los árboles y jugar a la guerra (Virus_X, 2012). En la escuela tenía mala fama, decían que ella era una “Judas” y escond í a b a j o s u p u p i t re a l d i a b l o . A l o s d i e z a ñ o s , s u p a p á l e re g a l ó u n a g u i t a r r a y a l o s 1 4 y a s e p re sentaba en carpas y caravanas artísticas (García, 2007).
Se trasladó a México con su madre y a los 16 años conoció a Eduardo Alarcón, con quien formó el Dueto Alarcón. Más tarde se casó con él y a los 18 años tuvo a su hija Magaly. El alcoholismo de su esposo se hizo cada vez más evidente: la irresponsabilidad y la violencia eran el pan de cada día. En plena Segunda Guerra Mundial, el Dueto Alarcón se fue de gira a los Estados Unidos, donde se presentó en hospitales y manicomios para heridos militares (García, 2007).
Reyes rompió con las ideas de formar una familia de manera permanente y de asumir el matrimonio como un sacrificio para Dios. Ideó un plan para separarse de su esposo y, mientras él d o r m í a , e s t u d i ó t a q u i m e c a n o g r a f í a a e s c o n d i das. Consiguió un trabajo en la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), donde conoció a Tata Nacho, quien al escuchar sus canciones la invitó a participar en su programa La Rondalla. Así ingresó a la SACM como socia fundadora (García, 2007).
Jorge Negrete interpretó su tema “Parranda larga” en la película El rapto (1953), dirigida por Emilio Fernández. Esta canción también apareció en la película The Milagro Beanfield War (1988), d e l d i re c t o r G e r a rd P h i l l i p s , c o n M a r í a F é l i x y Robert Redford (Alarcón, 2011). En esta época, fue conocida como La Tamaulipeca. También la interpretó Rosa de Castilla, con el tema “Aborréceme si quieres”; Tito Guízar, con “Corazón burlado”; Matilde Sánchez La Torcacita, con “El h o m b re q u e q u i e ro ” ; y “ S u f r i e n d o y p e n a n d o ” , c o n A n d r é s H u e s c a . S e p re s e n t ó e n t e a t ro s , carpas, y radiodifusoras como la XEW y la XEX, al lado de artistas como Fernando Fernández, Cuco Sánc h e z y C a r m e n S a l i n a s , e n t re o t ro s ( Vi r u s _
X , 2 0 1 2 ) .
A los 28 años, la muerte de Jorge Negrete le produjo tal impacto que decidió no volver a componer canciones para nadie. En ese periodo se integró al elenco del empresario Paco Miller y realizó giras por la costa del Pacífico. Intentó una reconciliación con su esposo, tuvo otros dos hijos con él, pero él continuaba con sus borracheras y su mal carácter (García, 2007).
Con sus tres hijos y su madre, Judith se fue a vivir a Chihuahua, donde se enfrentó a un extenuante ritmo de trabajo. Comenzó a trabajar en el periódico El Informador de Chihuahua. Su labor como periodista la marcó de manera sustancial. Después de una entrevista con campesinos en Ciudad Madera, les prometió que escribiría sobre sus problemas, y así se convirtió en creadora de canciones de protesta. “Y no sólo voy a
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Gómez, Álvaro Ríos, Judith Reyes, Jesús Orta, Salustio González y Arturo Gámiz
escribir… ¡lo voy a cantar! ¡Voy a escribir cancio- nes sobre todas las cosas que veo entre ustedes! ¡Se los prometo! Es una promesa que hago a toX, 2012).dos ustedes” (Virus_
Mientras escribía sus primeros artículos contra los latifundios, organizó el Comité de Apoyo para los Campesinos de Santo Domingo.
En unos cuantos días movilizó varias brigadas de jóvenes que, con una pequeña urna, acudían a las plazas y a los pórticos de las iglesias pidiendo apoyo económico. Después organizó un concurso de aficionados en el auditorio municipal.
El comité logró reunir cuatro toneladas de ali- mentos, ropa y zapatos, además de tres mil doscientos pesos en efectivo. Salustio González [dirigente del movimiento agrarista en Parral] y los compañeros del periódico estaban admirados por las capacidades de Judith como organizadora (Var- gas, 2012).
Poco a poco se fue involucrando en el movimiento agrarista de Chihuahua. Participó en numerosas tomas de latifundios fungiendo como vocera de los campesinos ante latifundistas y militares. En 1964, fue candidata a senadora por el Frente Electoral del Pueblo, cuando el candidato presidencial era Ramón Danzós Palomino. Entre reuniones y trabajos, ella se daba tiempo para tocar sus canciones a los compañeros y a los militares que siempre los vigilaban en los campamentos. En este periodo, fundó Acción, Voz Revolucionaria del Pueblo, un periódico tabloide dedicado a difundir las demandas y denuncias de la clase campesina. Ella misma lo distribuía en las comunidades en lucha y lo financiaba so- licitando contribuciones a los negocios que se anunciaban en las páginas de la publicación (García, 2007).
En 1964, la encarcelaron por primera vez, acusada de inducir a tres mil estudiantes a incendiar el templete de la comitiva priista en la campaña presidencial de Díaz Ordaz en Chihuahua. Fue liberada a los pocos días con ayuda de familiares y amigos. “Mi campaña iba viento
cosal.es en popa. En Chihuahua, el Frente Electoral del PRI. Pueblo le estaba dando una buena batida al Por eso me encarcelaron” (Colmenares, 2008: 19).
Fuera de prisión, era vigilada y perseguida permanentemente. Una vez la interceptaron al anochecer camino a su casa, la golpearon hasta hacerla caer y huyeron. Temiendo por la seguridad de sus hijos y su madre, decidió mudarse al puerto de Veracruz. En ese tiempo logró editar su primer disco: La otra versión de la historia (García, 2007).
Tiempo después, en 1965, se llevó a cabo el asalto al cuartel de Ciudad Madero por parte del Grupo Popular Guerrillero, en el que murieron varios amigos de Judith, como Arturo Gámiz y Pablo Gómez (García, 2007). A raíz de este acontecimiento, escribió el corrido de Arturo Gámiz. ¿Cuál fue el papel de las mujeres en esos tiempos de lucha social en la guerrilla? Muchas fueron hermanas, esposas, madres que acompañaron a los miembros de su familia involucrados en la lucha.
Es tiempo de reexaminar este proceso de la historia desde el punto de vista de las mujeres y su participación […] reconociendo que cuando los hombres se van a las trincheras se abren para las mujeres espacios de libertad y responsabilidad, que hemos llenado cumplidamente.
A cuarenta años del asalto al cuartel militar, es tiempo de recuperar las historias de las mujeres que dejaron sus tradicionales espacios y tareas pa- ra construir otro futuro. Madres que alimentaron y militaron; esposas que amaron y organizaron, hermanas que protegieron y protestaron, compañeras que lloraron y agitaron (Gómez, 2011).
En el libro La otra guerra secreta: los archivos prohibidos de la prensa y el poder, Jacinto Rodríguez describe cómo Judith Reyes era considerada un peligro para el gobierno mexicano, en ese periodo en que los grupos de izquierda eran acorralados y perseguidos, y la guerra fría estaba en todo su apogeo. El Heraldo publicó una carta de Gabriel Alarcón, dueño del periódico, dirigida al presidente Díaz Ordaz, donde le expresó que había descubierto un complot contra el gobierno:
[… al lograr] rescatar propaganda subversiva consistente en libros, instructivo y folletos sobre la técnica de guerra de guerrillas, así como un disco donde se hace un llamado a levantarse en armas. Descubrimos ese complot al rescatar un acetato titulado Aquí está el Che, interpretado por la compositora mexicana Judith Reyes (Rodríguez, 2007).
En 1967, apareció Aquí está el Che, el segundo disco de Reyes, con las canciones “Aquí está el Che”, “Paloma de la paz”, “Rebeldía rural” y “Los granadeX, 2012). Más adelante, es-ros” (Virus_ cribió canciones sobre las luchas sociales en Latinoamérica y Vietnam y sobre los chicanos. “Se mostraban temerosos
de poseer mis discos y solamente los tocaban cuando los presentes eran de confianza. Mis grabaciones se adquirían en secreto, como en un mercado negro” (García, 2007: 86).
Reyes conoció a Adán Nieto, un abogado defensor del sindicato de choferes de la línea de transporte local Peralvillo-Cozumel. Se casó con él, pero al po- co tiempo su esposo fue encarcelado. Entonces, disfrazada de Carmelita, iba a visitarlo a la prisión de Lecumberri.
En 1968, Judith grabó Cronología del 68, disco que contenía las canciones que registraron la movilización estudiantil. Se presentó en universidades, mercados, cárceles y preparatorias llevando su mensaje sobre los últimos acontecimientos de los estudiantes y en especial sobre la matanza de Tlatelolco. Judith era una especie de periódico cantante, compartía las noticias al momento a través de su canto. Dada la información tergiversada que aparecía en la mayoría de los medios de comunicación de ese tiempo, su canto de juglar era un oasis para la gente vinculada a la movilización popular. “No se consideraba una cantante de protesta, sino una cronista musical, pues su objetivo principal era dar cuenta fiel de los hechos” (García, 2007: 105).
La compositora tamaulipeca fue considerada non grata por el gobierno. Fue detenida y torturada en 1969. La querían convencer de hacer canciones de otro estilo y hasta de tener su propio programa de televisión y grabar su música en películas. No obstante, ella siguió fiel a sus convicciones (García, 2007).
En busca de protección, se exilió de México durante algunos años, tiempo en el que publicó su obra con casas disqueras en Francia, Italia y los Estados Unidos (grabó 18 discos entre LP
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y sencillos). También ofreció conciertos en esos países. Le Chant du monde de Francia, sello creado en 1938, especializado en música tradicional y folclórica de diversas partes del mundo, además de música clásica y música infantil, le publicó Crónica mexicana. I Dischi del Sole de It a l i a , d i s q u e r a n a c i d a e n M i l á n a p r i n c i p i o s d e l o s s e s e n t a , e n f o c a d a e n e l f o l k c o n t e m a s s o - c i a l e s , l e p u b l i c ó M e s s i c o O p p re s s o . P a re d o n R e cords, fundada por la cantante Barbara Dane, que grababa artistas y activistas del mundo vinculados con movimientos de izquierda durante los setenta, le publicó Days of Struggle, donde se incluían traducciones de las letras de Judith al inglés; la disquera dedicó este disco a la memoria del guerrillero Genaro Vázquez.
La cantante continuaría sus viajes por el mundo hasta 1980, con presentaciones en Canadá, Chile, Perú, Venezuela, Alemania, Austria, Dinamarca, Holanda, Inglaterra, Guatemala, Suecia, España y Bruselas.
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Judith Reyes, como los compositores Margarita Bauche y José de Molina, se atrevió a escribir sobre la matanza de Tlatelolco.
Judith Reyes, romancera de corridos, es la cronista ya no de recuerdos, sino la que nos cuenta los sucesos que forman la cruel farsa que sigue al movimiento armado de 1910, con lo que complementa y mantiene la historia al día. Para algunos melómanos este disco encierra la rebelde visión
obra en Francia, Italia y los Estados Unidos. Le Chant du monde de Francia le publicó Crónica mexicana y Paredon Records le publicó Days of Struggle
de Judith Reyes de la barbarie oficial desatada en contra del Movimiento Estudiantil-Popular de México en 1968. Es el homenaje musical que Judith Reyes rinde a la generación heroica del 68, y por el contenido, la compositora sufrió el destierro de su patria (Spartakku, 2014).
El fusil empleado por Judith Reyes fue el corrido. Para el investigador Jorge H. Velasco, el corrido representa la expresión literario-musical más clara de lo que significa la práctica del recuerdo, de la memoria colectiva, en contraposición con el olvido de la tradición sobre el que se levanta el fenómeno de la moda:
En la actualidad, no obstante la recuperación oficial y el uso del corrido para transformarlo junto con la canción ranchera en objetos de consumo para las grandes masas, el corrido genuino se expresa en el movimiento alternativo, con representantes tales como Óscar Chávez, Pacho Madrigal y los desaparecidos Judith Reyes y José de Molina
respondiendo siempre a intereses populares comunitarios (Velasco, 2004: 48).
En su libro de 1987, El corrido. Presencia del juglar en la historia de México (Alarcón, 2011), Judith afirmaba que era tiempo de dignificar el corrido, de sacarlo de los temas comunes del alcoholismo y el machismo exacerbados. Escribía sobre los sucesos del momento, no pensando en la vigencia de la canción, y cantaba los corridos a la gente en sus propios espacios de resistencia. “Asumió el canto como un recurso de organización popular que sumó a la práctica constante del periodismo” (Ballesté, citado por García, 2007: 23).
Reyes también escribió La otra cara de la Patria (1970), donde plasma su testimonio como mujer, artista, revolucionaria y militante; y El cantar materialista de la historia (1986), donde relata anécdotas y reflexiones en torno a su manera de luchar (Alarcón, 2011).
El 27 de diciembre de 1988, a la edad de 64 años, Judith Reyes falleció de un infarto, no sin
Referencias
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México: Ediciones del Colegio de Ciencias y Humanidades.
GARCÍA, L. (2007). Judith Reyes, una mujer de canto revolucionario 1924-1988. México: RedeZ.
GÓMEZ, A. (2011). Mujeres de madera. En: Objetos prohibidos [blog]: <batikchiapas.blogspot.mx/2011/09/asaltoal-cuartel-madera-23-de.html> [fecha de consulta: 28 de noviembre de 2016]. LÓPEZ, A. (2008). Judith Reyes más que hacer arte, rescató el sentido épico del corrido: Liliana García. En: La
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Para la historiadora Liliana García, la obra de Judith Reyes constituye la crónica de una de las etapas más oscuras y crudas de la guerra sucia en México; da cuenta de las inconformidades populares, las guerrillas y los levantamientos campesinos, y relata también la cruenta represión como respuesta del gobierno (García, 2007).
Para Judith Reyes, ser comunista en los sesenta significó la hostilidad y el exilio. Ser mujer en las movilizaciones populares, la obligó a volverse líder, a tener una fuerte convicción en sus ideales, a ganarse el respeto del campesinado y los líderes sociales, por su capacidad organizativa, por su don de palabra. A 28 años de su muerte, la recordamos como la madre de la canción de protesta, heredera del canto revolucionario de Concha Michel y decana de la canción popular latinoamericana comprometida con las luchas sociales.
cle=a09n1esp> [fecha de consulta: 24 de noviembre de 2016]. RODRÍGUEZ, J. (2007). La otra guerra secreta: los archivos prohibidos de la prensa y el poder. México: Random House
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