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El uso de GIS en proyectos de mejoramiento de barrios

Venezuela apuesta en la tecnología SIG como herramienta para solucionar problemas sociales

La experiencia de cinco años trabajando con proyectos para el mejoramiento de las condiciones urbanas en desarrollos informales localizados en ciudades venezolanas, evidenció la necesidad de utilizar herramientas de análisis de tecnología de avanzada. La complejidad de la morfología urbana de los desarrollos informales y la trama de relaciones sociales que se desarrollan dentro de ella, requieren de un análisis y manejo de la información espacial que sólo puede lograrse a través de un sistema de información geográfico.

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Asimismo, los sistemas de información geográficos se han convertido en una herramienta de apoyo para la medición y elaboración de mapas de pobreza. Estos mapas se están convirtiendo hoy en día, en una documentación indispensable para tomar decisiones relacionadas con la asignación y plazos de las inversiones de mejoramiento de los barrios.

Los proyectos de habilitación o mejoramiento de barrios promocionados en Venezuela por CONAVI (Consejo Nacional de la Vivienda) y FUNDACOMUN, (Fundación para el desarrollo de la Comunidad) han estado orientados a mejorar la calidad de vida a través de una homologación relativa de las condiciones físicas entre los barrios y la ciudad formal.

La aplicación de métodos y actuaciones urbanas tradicionales como los mecanismos para estimular a los desarrollos informales a evolucionar y adquirir las características de la ciudad formal, ha fracasado.

La renovación urbana debe ser sustentable para lo cual es necesario identificar cómo cambiar para mejorar las condiciones de pobreza y cuánto cambiar. Se debe establecer un límite o umbral que no afecte radicalmente el orden físico y la escala del asentamiento.

Las Políticas de Desarrollo Urbano en Venezuela.

En los barrios venezolanos, las políticas de intervención se han movido entre la reubicación de zonas completas del barrio, versus la habilitación en la cual se articula el barrio a la ciudad formal y se disminuyen los desajustes funcionales y formales, sin afectar la unidad social del grupo.

A finales de los noventa se produce un cambio y los planes se dirigen a mantener y mejorar el asentamiento existente. De esta manera se preserva en la comunidad el sentido de pertenencia y territorialidad, asegurando la relación entre la población y su ámbito construido, a la vez que se protegen vínculos de dependencia tales como el acceso al empleo desde dicho territorio. Los proyectos de habilitación dirigidos a mejorar las condiciones de pobreza de los desarrollos informales, son enfrentados por los urbanistas utilizando como referencia los estándares de dotación de servicios proporcionadas por los organismos gubernamentales. Estos estándares en la mayoría de los casos son imposibles de alcanzar sin modificar radicalmente lo construido. cidad de cambio de los asentamientos, considerando que existen restricciones íntimamente relacionadas con la forma urbana y con el orden subyacente que dirige la vida y las relaciones comunitarias.

Los objetivos de la habilitación persiguen en primera instancia solucionar el problema funcional de los asentamientos, es decir, lograr que se cubran las demandas relacionadas con la dotación de servicios. Las consideraciones relacionadas con la mejoría general de la escena urbana, pasan en gran parte por la restricción en los montos de inversión destinados para el urbanismo popular.

Esta situación ha transformado la expresión de un urbanismo para pobres en un pobre urbanismo, en el cual “pobre” se traduce en una carencia estética y en una ausencia del embellecimiento del espacio público y del conjunto. El maquillaje urbano muchas veces considerado como una solución paliativa para disfrazar males mayores, ha demostrado ser apreciado por las comunidades. Los habitantes de los barrios manifiestan frecuentemente la necesidad de pintar y reacondicionar las fachadas de sus viviendas.

El salto hacia un urbanismo de calidad requiere enfocar los proyectos de habilitación física, no sólo como la solución a un problema de funcionamiento y organización urbana sino como una “solución estrechamente vinculada a la morfología y conformación del espacio público”.

Mejorar la calidad de vida dentro de un contexto sustentable.

Aun cuando no es fácil de definir, la sustentabilidad, en la actualidad se entiende como el conjunto de tres dimensiones básicas: ecológicas, económicas y sociales. Ninguna sociedad puede existir sin una base natural saludable, por consiguiente la conciencia ambiental y la eficiencia son cruciales. Sin embargo el objetivo último de la sustentabilidad no lo constituyen solamente los ecosistemas saludables, sino las comunidades saludables.

Para millones de pobres la sustentabilidad es supervivencia, y en este caso se ubica gran parte de la población de los barrios. Sin embargo se requiere que la comunidad supere la supervivencia y demande las condiciones saludables para su hábitat.

En consecuencia un urbanismo sustentable debe satisfacer además las necesidades vitales insatisfechas exceder los objetivos de orden, funcionalidad y limpieza urbana y considerar la estética como necesidad para una comunidad saludable. Una comunidad saludable exige y demanda una mejoría de la imagen visual de pobreza urbana que ofrece su asentamiento.

Un enfoque conciliador en la Intervención Urbana.

Para lograr los objetivos estéticos y en consecuencia la mejoría de la pobreza espacial, las propuestas se deben dirigir a la mejora global del espacio urbano. Esto incluye los espacios residuales y los remanentes urbanos tales como edificaciones inconclusas y/o abandonadas, frecuentes en estos desarrollos y responsables de la falta de atractivo e inseguridad del espacio público.

Modificar para mejorar de una manera sustentable requiere de un análisis urbano dirigido a identificar los umbrales para el cambio que eviten rupturas de las estructuras sociales y el orden físico existente.

Los nuevos estudios deben establecer la capa-

Las propuestas enfrentadas con la ausencia y/o escasez de espacio público y tratando de evitar expropiaciones deben concentrar sus esfuerzos en la identificación y evaluación de las posibilidades de usar los espacios residuales y los remanentes.

Las soluciones propuestas en los proyectos que se muestran se apoyaron en ideas nuevas y creativas alejadas de los estándares físicos y numéricos típicos de la ciudad tradicional. El

Gráfico 1 muestra una vista en 3D del barrio de Petare a través ArcScene y foto de un sector del barrio.

Intervenciones o actuaciones dentro de un orden urbano subyacente: El umbral de la sustentabilidad en los barrios.

El espacio en que se asienta la comunidad posee un orden físico subyacente que debe considerarse objetivo prioritario, ya que experiencias con residentes de los barrios son prueba de la importancia de esta trama de relaciones físicas y sociales que los habitantes comparten y comprenden.

Dentro de la construcción compacta y desorganizada de los barrios, los residentes entienden perfectamente y de manera inexplicable las relaciones físicas entre las partes que constituyen lo que se puede calificar como un orden vernáculo subyacente, que los foráneos no pueden percibir a no ser que se analice detalladamente. El orden subyacente conformado por lo construido, constituye el Mapa Espacial de la Comunidad, y en consecuencia es una barrera para las intervenciones urbanas sustentables.

Existe también un orden social conformado por vínculos comunitarios que se generan y preservan entre los habitantes y que se apoya no sólo en conocimiento que tienen entre sí, sino en el reconocerse como usuarios comunes de espacios de pequeña escala. Conocerse y reconocerse proporciona al grupo el sentido de territorialidad y seguridad que les permite decir quien pertenece y quien no pertenece a ese espacio. El orden social no se evidencia físicamente, y en desarrollos de morfología compleja, las coincidencias entre forma física y forma social pueden no existir en absoluto.

Las unidades sociales o grupos de habitantes deben preservarse y fortalecerse ya que la existencia de las relaciones sociales constituyen la base para crear las estructuras organizativas que permitirán la coparticipación y cogestión en la habilitación de la comunidad.

Las intervenciones de renovación para mejorar la calidad de vida pueden proceder hasta alcanzar los indicadores que califican la calidad de vida como aceptable, pero cuando se desarrollan planes para ocupaciones informales, la sustentabilidad de las propuestas alcanza un umbral previo, al alcanzar los estándares requeridos por la planificación formal.

Una pregunta frecuente que enfrenta en estos casos el planificador es: ¿Cuál es el umbral para la sustentabilidad de las propuestas cuando se persigue elevar la calidad de vida de los barrios?

La línea límite, aún cuando sea ambigua, es una condición dentro de la cual las principales directrices del orden urbano subyacente continúan funcionando como sistema de referencia para la orientación y desenvolvimiento de la vida diaria de la comunidad.

Cuando se desarrollan propuestas para asentamientos densos y complejos de apariencia caótica, se ha evidenciado que el introducir modificaciones radicales cambia el sistema de referencias y afecta la fluidez de las relaciones sociales ya establecidas, afectando por consiguiente la sustentabilidad de las intervenciones. El establecer un límite para las propuestas de actuación constituye un elemento clave en el problema de la planificación urbana en los desarrollos informales.

El Gráfico 2 muestra una visión tridimensional del Barrio Los Claveles, y su ubicación geográfica. Se incluye un detalle que permite visualizar las intervenciones urbanas de mejoramiento propuestas para el barrio. El barrio Los Claveles está ubicado en el estado Vargas, en la costa norte de Venezuela.

Calidad de vida y pobreza urbana. Elevar la calidad de vida es sinónimo de mejorar las condiciones de pobreza de los asentamientos. Saber hasta dónde mejorar y qué mejorar requiere medir la pobreza a través de sus diferentes manifestaciones.

Tradicionalmente la pobreza urbana se ha medido en términos de niveles de ingreso utilizando gráficos y estadísticas para ponderar las condiciones socioeconómicas. Los indicadores espaciales de calidad de vida íntimamente embebidos en los asentamientos pobres no se consideran o se les presta poca atención. Se pueden medir y establecer grados para la pobreza urbana en términos espaciales y no espaciales. Cuando se mide la pobreza utilizando sólo indicadores no espaciales se dejan de lado indicadores espaciales claves. Las escenas de pobreza urbanas muestran componentes físicos y espaciales visibles para todos y de captación inmediata.

Los componentes físicos de la pobreza pueden pasar desapercibidos cuando se producen en terrenos planos pero se convierten en una manifestación visual agresiva cuando ocupan laderas de cerros. Las diferencias en la topografía de las ocupaciones urbanas generan diferentes grados de complejidad. Los asentamientos de alta densidad en las laderas de los cerros son los más complejos de todos.

Mejorar las condiciones de la pobreza espacial.

El mejorar las condiciones de pobreza del conjunto que conforman grupos de viviendas precarias rodeadas de espacio público abandonado y frecuentemente lleno de desechos es una condición sine qua non para lograr un hábitat digno que permita a sus habitantes convertirse gradualmente en ciudadanos.

Existen múltiples manifestaciones de pobreza física, algunas más significativas que otras dependiendo del asentamiento. Estas manifestaciones son expresiones de un componente o la combinación de varios componentes. La combinación de componentes permite tener una visión integral de la pobreza.

Las expresiones más comunes de la pobreza en desarrollos de alta densidad son el bajo porcentaje de espacio público, la ocupación indiscriminada del territorio, la dificultad de acceso a todo tipo de servicios y a las mismas áreas residenciales, la imagen urbana desorganizada y precaria y la dificultad evidente de mejorar la calidad de vida sin destruir el asentamiento.

‘‘Cuando se desarrollan propuestas para asentamientos densos y complejos de apariencia caótica, se ha evidenciado que el introducir modificaciones radicales cambia el sistema de referencias y afecta la fluidez de las relaciones sociales ya establecidas, afectando por consiguiente la sustentabilidad de las intervenciones’’

Un análisis de sitio ampliado.

El análisis tradicional de los aspectos físico geográficos, físico construidos y de la población asentada en el territorio en estudio, es y continúa siendo la base para el análisis de sitio. Sin embargo las complejidades de morfología y la trama de las relaciones sociales en los barrios, requieren de un enfoque del análisis de sitio, que introduzca la visión personalizada (customizada) del problema.

El establecer los umbrales para la sustentabilidad de las propuestas de mejoramiento de los desarrollos informales implica darle su justo valor al ámbito construido por iniciativas de tipo vernáculas.

En las propuestas de diseño urbano para los asentamientos informales, la capacidad de cambio se determinó a través de un análisis detallado de la morfología, identificando lo permanente e intocable cuya presencia es apreciada por la comunidad, y que con el tiempo se ha convertido en expresión del carácter e identidad del barrio.

También se considera casi permanente la trama de las relaciones sociales que se producen entre los pequeños grupos de habitantes de los barrios. Los habitantes de los barrios tienden a sectorizarse e identificarse como pertenecientes o no a determinado grupo.

Para resolver las carencias de información es fundamental incorporar a los habitantes del barrio en el proceso de recolección de la información. Mucha información, principalmente la relacionada con la demarcación del espacio de las relaciones sociales, requiere de la ayuda directa de los habitantes del asentamiento e involucrar a los habitantes de los barrios colabora en el proceso de participación y familiarización de las comunidades con las actividades de planificación.

Los Mapas de pobreza como producto fundamental del análisis de sitio.

Los sistemas de información geográfica proporcionan una herramienta muy eficiente para desarrollar los mapas de pobreza. La visión general y parcial de la pobreza espacial permite identificar tipos y prioridades en la intervención urbana y en la adjudicación de recursos. Adicionalmente la tecnología GIS proporciona la base para desarrollar políticas efectivas de aproximación al problema de mejoría de la pobreza.

Desarrollando capas de GIS para cada una de las características físicas proporciona una visión detallada de la calidad de vida por sectores y hasta por unidad de vivienda en los asentamientos. La combinación de las capas permite definir grados de pobreza integral.

Grados de pobreza espacial

La identificación de los grados de pobreza se ha convertido en un requisito para la asignación de los recursos casi siempre limitados que las agencias gubernamentales destinan a las mejoras urbanas. Dentro de los barrios la posibilidad de identificar grados diferentes de pobreza espacial permite establecer una distribución balanceada de los recursos.

En los proyectos de habilitación de barrios se analizan y combinan las características espaciales para determinar la pobreza interna. Una accesibilidad difícil desde la ciudad al asentamiento puede incrementar el grado de pobreza. En esos casos se agrega a la pobreza interna del asentamiento el factor accesibilidad y se obtiene la pobreza integral.

Los niveles de pobreza se traducen en niveles de calidad de vida, identificando aquellos sectores dentro de los barrios donde la pobreza es más grave.

El uso de herramientas de análisis de tecnología de avanzada en problemas de habilitación de barrios.

La complejidad que representa establecer umbrales para el cambio, identificar el orden subyacente y en consecuencia la necesidad de manejar múltiples variables de índole espacial y no espacial, evidencia la necesidad de utilizar herramientas de análisis no tradicionales sino de tecnología de avanzada.

Los objetivos espaciales relacionados con la morfología urbana y el espacio público son muy difíciles de lograr y son los que específicamente requieren de nuevas herramientas con las cuales analizar y organizar la información para proporcionar la base para desarrollar propuestas de mejoramiento sustentables.

Es importante destacar que la complejidad no depende necesariamente de la escala urbana en consideración, ya que puede ser tan complejo el problema de redes de una gran ciudad como el problema de habilitación de un barrio, en consecuencia mientras mayor sea la complejidad del problema mayor será la necesidad de utilizar herramientas que permitan visualizar y comprender relaciones espaciales y sociales intrincadas.

La tecnología SIG como herramienta para identificar respuestas adecuadas y sustentables a las necesidades de los barrios y sus habitantes.

Los sistemas de información geográficos han demostrado ser una herramienta indispensable para dar respuesta a muchas de las interrogantes y complejidades que involucra planificar para los pobres. Su utilización permite la comprensión de la trama de las relaciones sociales y su inserción en el espacio urbano además de ofrecer la posibilidad de cubrir e interactuar en diferentes escalas y con información espacial y no espacial.

El uso de SIG en los proyectos de mejoría para los barrios permite:

El uso de SIG permite la descripción y comprensión de morfologías complejas, condición indispensable para identificar el orden urbano subyacente.

La descripción de las formas de cómo, desde las viviendas, se accede al espacio público y de allí a la ciudad es muy importante.

El SIG muestra el cómo la comunidad utiliza la compleja red de conexiones, muchas veces escondida, que llena la ausencia de calles y transporte público.

Estimular a la comunidad a participar en el esfuerzo de mejoría urbana, al proporcionar la forma de visualizar la información que ellos recolectan en forma de mapas. Este es un medio efectivo para la comprensión real de sus problemas. El uso de 3D es una condición sine qua non para esto.

Los mapas de pobreza elaborados usando SIG permiten a los residentes de los barrios identificar las diferencias en la calidad de vida de los sectores de su barrio. Por primera vez pueden visualizar la localización de los grupos más desfavorecidos que, de esta manera, logran el apoyo de los líderes de la comunidad y del colectivo, para optar por las obras de mejoría a corto plazo.

Rosario de Pérez Grupo ESRI de Venezuela Directora de la Gerencia de Consultroría de ESRI Venezuela rosario@esriven.com

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