Fernando Jiménez Mantilla | Artífice del desarrollo urbanístico de Bogotá

Entrevista Amarilo

En el Centro Internacional de Bogotá se conjungan algunos de los centros económicos, políticos y comerciales más importantes de la ciudad.

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FERNANDO JIMÉNEZ MANTILLA Artífice del desarrollo urbanístico de Bogotá Caminar por el Parque Central Bavaria, el Centro Internacional de Bogotá, Pablo VI y Ciudad Salitre es recorrer parte de la vida de Fernando Jiménez Mantilla, uno de los arquitectos más influyentes en el desarrollo y urbanización de Bogotá, ciudad que en una época fue conocida como la Atenas suramericana y proyectada como una gran metrópoli.

F

ernando Jiménez Mantilla nació

dos. Fue decano y profesor de la facultad

en Bogotá, en 1937,pero creció

de arquitectura de la Universidad de Los

en Bucaramanga. Estudió arqui-

Andes, director urbanístico del proyec-

tectura en la Universidad de Los

to de Ciudad Salitre, director de arquitec-

Andes y, posteriormente, hizo

tura y urbanismo del Instituto de Crédito

dos maestrías en esta materia: la prime-

Territorial, entre otras posiciones que lo

ra, en la Universidad de Harvard, y la se-

han llevado a colaborar con el desarrollo

gunda, en el MIT, ambas en Estados Uni-

urbanístico y arquitectónico de Bogotá.

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Sus abuelos le compartían las maravillosas imágenes de Río de Janeiro, ciudad que siempre le ha servido como inspiración y motivo de fascinación. xxx

“Desde niño supe que quería hacer ciudades”

Sus logros y reconocimientos académicos no pararon allí. En 1966, inició su maestría en

Fernando Jiménez Mantilla recuerda que

la Universidad de Harvard, donde sus gran-

desde niño ha soñado con hacer ciudades.

des amigos y compañeros de trabajo fueron

Desde que tenía 8 años y dibujó los planos

Roberto Brambilla, arquitecto italiano espe-

del piso de la clínica en la que se encontraba

cialista en diseño urbano, y Kenneth Harper,

acompañando a su papá. Desde que sus abue-

norteamericano especialista en espacio públi-

los le compartían las maravillosas imágenes

co; con quienes fue llamado para trabajar en

de Río de Janeiro, ciudad que siempre le ha

el plan centro de Manhattan. Años después,

servido como inspiración y motivo de fasci-

movido por su interés constante en la vivienda

nación. Desde que hacía casitas a escala para

social, cursó sus segundos estudios de maes-

que las señoras de Bucaramanga adornaran

tría, esta vez en el MIT (Instituto Tecnológico

sus pesebres en Navidad.

de Massachusetts), donde estuvo becado du-

Con este sueño entre las manos empezó

rante cuatro años por una entidad canadiense.

su camino hacia la carrera de arquitectura

En estos años de experiencias, Jiménez

en la Universidad de Los Andes, en Bogotá,

Mantilla viajó durante 6 meses por Inglaterra

lo cual significó para él “un mundo lleno de

y otros países de Europa conociendo diferen-

libertades y profesores extranjeros”. Donde

tes tendencias y proyectos y luego, auspicia-

motivado por todo lo que aprendía y podía

do por las Naciones Unidas, visitó países de

generar, se destacó como estudiante y creó

Centroamérica con el mismo fin. Sin embargo,

diferentes proyectos que le otorgaron no solo

entre todos estos ires y venires por el mun-

la admiración de sus profesores, sino también

do, siempre tuvo a Bogotá como centro de sus

reconocimientos como el premio en la Prime-

más ambiciosos proyectos, que han hecho de

ra Bienal de Arquitectura.

esta una ciudad modelo en muchos aspectos.

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CENTRO INTERNACIONAL Todo lo que una ciudad necesita en un solo lugar Influenciados por las ideas del proyecto urbano formulado por Karl Brunner (1938) para Bogotá y por los posteriores planes de Le Corbusier (1950) y Wiener y Sert (1953), en la década de los 50 se iniciaron los trabajos para hacer del Centro Internacional de Bogotá un complejo urbanístico que integrara locales comerciales, oficinas, servicios de carácter central y residencias, con amplios espacios públicos, como parques, zonas verdes, plazas y plazoletas.

Este lugar, que alberga puntos tan importantes de la ciudad como el Museo Nacional, el Museo de Arte Moderno, la plaza de toros o la Biblioteca Nacional, se diseñó para albergar a unos 3 000 habitantes, 8 000 puestos de trabajo, y para conectar el centro, necesidad en la que siempre insistió Jiménez Mantilla, con el Aeropuerto Internacional El Dorado, ubicado en el occidente de la ciudad.

PABLO VI

Un proyecto habitacional siempre vigente

Corría la década de los 60 y Bogotá no

realizó Timiza, pero esta vez, bajo la dirección

tenía una buena capacidad hotelera; sin em-

de Fernando Jiménez Mantilla, quien para ese

bargo, para 1968 se anunció la visita del

entonces era el director del departamento de

papa Pablo VI, por lo cual, se hizo necesaria

arquitectura y urbanismo del Instituto de Cré-

y urgente la creación de algún proyecto ca-

dito Territorial. Estos bloques de apartamentos,

paz de albergar a los cientos de peregrinos

pensados para servir como hotel por 15 días y

que vendrían de las diferentes ciudades de

como viviendas posteriormente, fueron los pri-

Colombia y de otros países a encontrarse con

meros edificios de colores en Bogotá. Su arqui-

el Papa en el Congreso Eucarístico Mundial.

tectura recta y simétrica y sus colores planos y

Así nació el proyecto de Pablo VI. Este

primarios, inspirados en el estilo de la Bauhaus

tradicional y siempre vigente complejo habi-

alemana de inicios de siglo, se mantiene vigen-

tacional fue construido con el mismo equipo

te hasta nuestros días sin ninguna modificación

de arquitectos con el que Rogelio Salmona

respecto a su construcción original.

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Estos bloques de apartamentos, pensados para servir como hotel por 15 días, fueron los primeros edificios de colores en Bogotá.

PARQUE CENTRAL BAVARIA

A principios del siglo XX, el Parque Central Bavaria era el lugar para las fábricas. x

De escombros a un espacio provechoso

En los primeros años del siglo XX, los lí-

dado Centro Internacional de Bogotá. Así sur-

mites de Bogotá llegaban hasta donde hoy se

gió el Parque Central Bavaria en la década del

encuentra el Parque Central Bavaria y, por lo

80, para el que Fernando Jiménez Mantilla

tanto, era ese el lugar para las fábricas. Sin

y su grupo de arquitectos se inspiraron en

embargo, poco a poco la ciudad fue creciendo

el Parque Centenario de Bogotá y en toda

y fueron necesarias muchas transformaciones:

la vegetación de zonas como Teusaquillo y

entre estas, el traslado en la década del 70 de

el Parque Brasil, también ubicados en la ca-

una fábrica como Bavaria, que desde su loca-

pital colombiana.

ción original, se pasó a la Avenida Boyacá, al suroccidente de Bogotá.

Construido sobre dos ejes, a la manera de una X, el Parque Central Bavaria es una zona en

Como resultado, quedó un terreno aban-

la que conviven pasos peatonales, plazas, par-

donado de 8 hectáreas, rodeadas por un muro

ques, restaurantes, oficinas y proyectos habita-

blanco, con columnas pintadas de gris, y la

cionales, enmarcados por hermosos pinos y por

oportunidad de aprovechar este espacio para

dos de los edificios originales de la fábrica de

crear un lugar que fortaleciera el ya consoli-

Bavaria de los primeros años del siglo XX.

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CIUDAD SALITRE Un modelo de urbanismo

y concebido como un complejo de actividad

Para la década del 80, Fernando Jiménez

múltiple, que combina viviendas, institucio-

Mantilla seguía viendo como una necesidad el

nes, comercio, oficinas y hoteles; con capaci-

hecho de llevar la ciudad hacia el occidente

dad para un promedio de 100 000 habitantes

ya que, hasta ese momento, el mayor desa-

y 100 000 puestos de trabajo.

rrollo se daba de norte a sur.

Esta zona, altamente valorizada en la

Bajo esta idea, nació en 1984 el proyecto

actualidad, es vista como un referente de

de Ciudad Salitre, operación urbana de mayor

arquitectura y urbanismo, en temas como el

impacto en el centro geográfico de la ciudad,

tamaño de las manzanas, el paisajismo o el

construido en un terreno de 200 hectáreas,

manejo de la jerarquía de sus vías.

De conjuntos habitacionales a centros económicos y de comercio, la historia de Bogotá parte de necesidades que, de saberse aprovechar y de proyectarse hacia el futuro, pueden desembocar en grandes aciertos que permanecerán vigentes por muchos años, siendo eje e influencia para una ciudad que cada día crece más y busca convertirse en una gran metrópoli organizada y amable.

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