Entrevista
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UN CAMINO DECONSTANCIAYREINVENCIÓN MARIO HERNÁNDEZ
Entrevista por Ana María Archila | Fotografías Mario Hernández
Mario Hernández, dueño de la marca de marroquinería y accesorios más reconocida de Colombia, es un empresario exitoso, pero también un hombre sencillo formado por el trabajo duro, la constancia y la terquedad, que no le permite renunciar a ningún sueño. Hablamos con él sobre su historia, sus proyectos y la marca que hoy lleva su nombre a diferentes rincones del mundo.
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La marca nació en 1978, bajo el nombre de Marroquinera; y en 1995 pasó a tener su nombre actual: Mario Hernández. El camino se hace caminando
Mario Hernández tuvo una niñez dura, según cuenta, llegó con su familia a Bogotá en el contexto del 9 de abril de 1948, cuando Colombia se sumía en el inicio de una larga guerra y un ambiente de incertidumbre y temor. Su padre murió cuando él tenía 10 años, hecho que lo obligó a luchar desde pequeño… luchó por tener un mejor presente y, desde luego, un mejor futuro. “Creo que la necesidad es importante, el hambre es importante… y las ganas de hacer las cosas”, asegura. Unas ganas que lo llevaron a trabajar desde que era un niño, desarrollando ideas infantiles que seguramente le sirvieron para formarse como el gran empresario que es hoy. Tamales, ringletes, carritos… fabricaba y vendía lo que se le ocurría, encontraba mercados, creaba estrategias para mejorar. Siguió creciendo y siguió trabajando. Cursó el bachillerato nocturno, pero no continuó estudiando porque era “muy mal estudiante”, según cuenta. Empezó a trabajar como mensajero a los 14 años y ascendió hasta ser administrador de una tienda, pero renunció para seguir buscando caminos. Organizó vitrinas, vendió adornos y zapatos, tuvo una oficina de finca raíz y, finalmente, por casualidades del destino, tuvo su primera tienda de artículos de cuero: La tienda del cuero, que “para no pelear”, fue rebautizada como Cuerolandia, porque a pesar de que el letrero ya estaba listo con el nombre original, se dio cuenta de que había otra tienda con el mismo nombre. “A los dos años teníamos ochos tiendas. Entonces, yo no encontraba el producto que quería para mi estilo. Yo quería un producto diferente, que tuviera una identidad, que tuviera otra calidad, sin haber estudiado ni diseño, ni cueros, ni nada de eso… quería un
producto diferente”, recuerda. Con esta motivación, compró una fábrica de cueros en 1978, con la que pudo empezar a crear sus propios productos, según su gusto y su intuición. Era el inicio de Marroquinera.
La construcción de un sueño
Con Marroquinera empezó el camino de internacionalizar una marca de cueros que trascendiera las fronteras con su calidad y diseño: abrió temporalmente una tienda en Estados Unidos y empezó a trabajar con la importante marca suiza Bally; sin embargo, para dar forma a su sueño, era preciso cambiar el nombre de la empresa que con la asesoría de una firma española pasó a llamarse como su fundador, a la usanza de las grandes marcas europeas, de lo cual resultó, en 1995, Mario Hernández. “Se necesita mucha constancia, mucha organización, mucha dedicación y mucha humildad. (…) Los que llegan arriba son los que le ponen amor a las cosas (…) Uno tiene que hacer cosas, cosas diferentes y no lo que hace todo el mundo. Eso es en todo, eso es en la amistad, eso es en el amor, eso es en los negocios, eso es en todo, hay que estarse reinventando (…)”, resume pensando en su propia empresa, en la que la innovación y la “terquedad” lo han llevado a posicionarse como una de las marcas más destacadas del sector en la región, con tiendas en Colombia, Venezuela, México, Panamá, Costa Rica y Aruba, e incluso, más allá de los confines del continente americano, en Rusia. Y es precisamente por este querer hacer cosas diferentes y siempre con amor y dedicación, que Mario Hernández se ha esforzado por crear una empresa en la que el éxito no solamente esté en las ventas, sino también en la promoción y el bienestar de las personas. Por una parte, está su capital más importante: sus trabajadores, que según cuenta,
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El saber hacer, la innovación y los relatos mágicos son los ejes de esta marca.
La planta de Mario Hernández tiene capacidad para producir 140 000 artículos al año y genera 180 empleos directos. 23
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entran como aprendices y gracias a la experiencia y a las capacitaciones que les dan, llegan a ser todos unos maestros en el trabajo del cuero, que permanecen en la empresa durante décadas; y a quienes además de este crecimiento laboral se los impulsa y apoya en su crecimiento personal, a través de ayudas para que adquieran sus propias viviendas, por ejemplo. “La meta mía es que todos tengan casa propia, (…), todos somos iguales, mi puerta siempre está abierta. Yo siempre entro por la planta, cualquiera puede hablar conmigo, todos tienen mi celular y adicionalmente les ayudamos con mercados, les pagamos a tiempo, les pagamos su seguro médico, su pensión, la gente anda muy agradecida”, asegura Hernández. Por otra parte, está el capital del conocimiento: los futuros diseñadores que crearán mejores productos e innovarán para suplir las necesidades y gustos de las personas, para quienes se ha creado el premio Mario Hernández al Diseño, que se celebra anualmente para premiar la creatividad de estudiantes en categorías como diseño de interiores y puntos de venta o diseño gráfico y digital, con becas para cursos de verano de diseño en Europa, pasantías en Mario Hernández y productos de la marca. Iniciativas estas dos que son parte de la construcción de un sueño que hoy se vive despierto en una empresa colombiana que con innovación y reinvención ha logrado un crecimiento constante que la sitúa en los primeros lugares del sector.
Siempre hacia delante
La marroquinería colombiana se ha destacado históricamente por su calidad, y a
pesar de que no es uno de los sectores más grandes de la economía, representa un 2,1% del PIB industrial y tiene una amplia influencia en el sector de la moda. Para 2017, se espera que presente un crecimiento del 6%, según la Asociación Colombiana de Industriales del Calzado, el cuero y sus manufacturas (Acicam); y para 2018 se proyecta que sea el tercer productor regional de cuero, calzado y marroquinería después de Brasil y México, según el Ministerio de Industria y Comercio. Muestra de ese impulso es la Feria Internacional del Cuero, Calzado, Marroquinería, Insumos y Tecnología (IFLS+EICI), celebrada en el mes de febrero del presente año, que atrajo a más de 11 500 compradores y 500 expositores. Muestra de este impulso es también el crecimiento de la marca Mario Hernández, que cerró 2016 con un crecimiento de +8% en volumen y +15% en financiero, según el portal Fashion Network, especializado en temas de moda, lujo y belleza. Y es que este crecimiento no ha sido fortuito, se ha logrado con perseverancia, con esfuerzo de todo un equipo humano y la inversión en 2015 de cerca de 1800 millones de pesos en una estrategia de renovación industrial, creativa, comercial y de mercadeo. “Hay que estarse reinventando, mire el mundo dónde va hoy en día. Antes era cada 100 años, después cada 50 años, cada 10 años, ahora es a diario… tú te acuestas de una manera y te levantas ya con otra cosa”, dice Mario Hernández enfatizando la importancia de estar siempre activo, siempre informado y, sobre todo, siempre mirando hacia delante, andando por el camino de la constancia y la reinvención.
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Si tú quieres ser grande como persona, tienes que prepararte, y no es la plata, la plata es lo de menos (…), es estar en paz contigo mismo, es ayudar a la gente, es dejar de ser tan envidioso, es compartir lo que tenemos… Eso, eso es lo que te hace feliz”.