Dos viajeros mexicanos en Monterrey del siglo xix
Manuel Payno/Ignacio Mart铆nez
Dos viajeros mexicanos en Monterrey del siglo xix Pr贸logo de Carlos Lejaim G贸mez
Editorial An.alfa.beta
Colecci贸n microBeta
El cuidado de esta edición estuvo a cargo de Sara Luz Sánchez Chávez, Carlos Lejaim Gómez Hernández y Daniel H. Kanó.
Primera edición © Editorial An.alfa.beta Rambla 3006, Col. Riberas del Río Guadalupe, N.L. Contacto: ed.an.alfa.beta@gmail.com @ed_an_alfa_beta http://ed-analfabeta.tumblr.com Impreso en Monterrey, 2012
Índice
Prólogo 9 Manuel Payno Monterrey, capital del departamento 13 de Nuevo León Ignacio Martínez Monterrey, 1875 19 Monterrey, 1883 25
Prólogo
Carlos Lejaim Gómez
E
l ejercicio de leer el olvidado género de la crónica de viaje es importante en varios sentidos. Por un lado, resulta estimulante recorrer la ciudad actual a la luz del dato histórico: el paseo Santa Lucía frente a los ojos de agua en los que se podía pescar camarones; la arboleda nicolaíta, ruina del frondoso bosque de Santo Domingo; la colonia Independencia construida sobre la cadena de lomas al sur de la ciudad, de las que Payno apreciaba su verdes cimas. Pero también se distingue, en la escritura de la crónica, la concepción que el viajero tiene de la ciudad y sus procesos. La hermosa descripción de Payno, publicada en 1844 en la columna “Panorama de México” del periódico El museo mexicano, ofrece una visión estática de Monterrey propia del turista: destaca
los aspectos pintorescos de la ciudad, sus montañas, su vegetación, los arroyos y acequias que la atravesaban y la hospitalidad de sus habitantes; concluye que la ciudad tiene los elementos para un progreso mayor al que había tenido frenado por las incursiones de indios. Ignacio Martínez, quien conoció a fondo la ciudad, sobre todo porque realizó estudios en su escuela de medicina, más bien interpela el discurso del progreso: para él “el lujo y las exigencias sociales que han invadido algo de esta ciudad, son la causa principal” de su ruina; tampoco es optimista cuando se refiere a la llegada del ferrocarril, que se convierte no sólo en medio de transporte, sino de entrega a los norteamericanos; la narración de una otrora hermosa amiga, demacrada por la relación con un marido explotador, que por embriagarse le quita de las manos los recursos que otros por piedad le entregaban, resulta, como alegoría, la ciudad en su relación con el extranjero, y como metonimia, los vínculos de las clases sociales que en ella cohabitan.
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“Monterrey, capital del departamento de Nuevo León”, de Manuel Payno fue publicado en El Museo Mexicano en 1844. Las crónicas de Ignacio Martínez, publicadas aquí por orden de aparición, pertenecen a sus libros de viaje: Recuerdos de un viaje en América, Europa y África. París, 1884 y Viaje universal. Visita a las cinco partes del mundo. Nueva York, 1886.
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