Editorial Aurora
Caracas, 2023
Serie «Insumos para la historiografía del PCV»
Revisión y edición
Carlos Aquino G.
Diagramación
Alejandro Díaz M.
Diseño
Carolina Sandoval Q.
Portada
Arriba: calle de Caracas en 1931; centro: Juan V. Gómez; abajo izquierda: sello del PCV enviado en 1931 por la Internacional Comunista, y calabozos de La Rotunda; abajo derecha: preso político en La Rotunda, con perno y grilletes de 34 kg.
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Aunque suene duro y muchos no lo quieran aceptar, históricamente –desde los tiempos precolombinos, pasando por los tres siglos de coloniaje y los dos de vida republicana, hasta nuestros días–, las sociedades habidas en lo que hoy es Venezuela, en comparación con gran parte del resto de Latinoamérica, han sido de las más tardías en su desarrollo.
A pesar de algunos esfuerzos «modernizadores» en la segunda mitad del siglo XIX, desde 1899 y durante casi 40 años, estuvo sumida en un hermético aislamiento político y cultural, producto de las tiranías de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez.
Por eso, mientras en varios países de la región ya se habían constituido sólidos partidos marxistas en la segunda década del siglo XX y sobre todo tras la constitución de la Internacional Comunista (1919), no es sino hasta 1931 que se crea la primera célula –primer organismo de base– del naciente Partido Comunista de Venezuela (PCV), el cual, incluso, será dos lustros después –aún en clandestinidad– cuando realmente logre tener un funcionamiento real.
El inicio de la actividad organizada del PCV, hace más de 90 años, no se llevó a cabo en un Congreso o en un evento de gran envergadura, no fue un hecho «noticioso», de hecho durante casi cinco décadas ni siquiera fue una fecha «oficial». Su trascendencia está dada porque muestra la todavía latente necesidad de que la clase obrera y el pueblo trabajador cuenten con una organización marxista-leninista, que demuestre el camino a seguir para el triunfo de la revolución proletaria y popular, y que no vaya a la
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zaga de proyectos socialreformistas.
El texto que presentamos forma parte de la primera edición del folleto Fundación del Partido Comunista de Venezuela (Fondo Editorial Carlos Aponte, Caracas, 1980), de Fernando Key Sánchezi, publicado inmediatamente después de que, sobre la base de este material, el 6º Congresoii aprobara al 5 de marzo de 1931 como fecha de fundación del PCV. Por eso, en la portada interior, esa edición llevó la acotación:
«Trabajo elaborado para el Comité Central y el VI Congreso del PCV».
A pesar de existir una 2ª edición, ampliada, de 1984, decidimos publicar inicialmente la primera no sólo por su intrínseco valor histórico sino porque su propia existencia es desconocida por la casi totalidad de la militancia revolucionaria, y porque contiene enfoques del autor que fueron suprimidos en la siguiente edición.
Finalmente, llamamos la atención del lector sobre algunos detalles formales que encontrará a lo largo del texto. En primer lugar, los paréntesis, negrillas, cursivas e intertítulos son del original. En segundo lugar, todas las notas al pie de página las insertamos especialmente para esta publicación –marcadas como notas de la Editorial (N. de la Edit.)–, al igual que puntuales acotaciones entre corchetes. En tercer lugar, para facilitar la lectura, se sustituyó la numeración romana por signos arábigos (guarismos) en la identificación de Congresos y Plenos.
i 16 de noviembre de 1909 - 22 de septiembre de 1989.
ii Realizado del 8 al 11 de agosto de 1980, en Los Caracas (ubicado en el entonces departamento Vargas del Distrito Federal, actual estado La Guaira).
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l escoger el 5 de marzo de 1931 como fecha de fundación del Partido Comunista de Venezuela, el 6º Congreso de nuestra organización, en sesión plenaria del 10 de agosto de 19801, ha disipado la confusión que prevaleció durante largos años en relación con el nacimiento del que fue y sigue siendo el decano de los partidos existentes en el país.
La resolución del Congreso –precedida de una acuciosa labor de investigación adelantada durante meses por una Comisión encabezada por el suscrito y dentro de la cual jugó papel decisivo Fernando Key Sánchez– reviste sin duda gran trascendencia, tanto para la historia misma del PCV como para la del movimiento político contemporáneo, signado éste de un modo u otro –a pesar del mezquino regateo por parte de los historiadores burgueses– por la presencia de vanguardia de los comunistas en todas las jornadas que durante el último medio siglo se han gestado en nuestra patria por la vigencia de las libertades democráticas, contra el imperialismo y la oligarquía asociada, por el bienestar de las masas populares y, en particular, de la clase obrera venezolana.
De los calabozos del Castillo de Puerto Cabello –en los que se aglomeraban centenares de jóvenes estudiantes que purgaron allí su rebeldía contra Juan Vicente Gómez– surgieron las chispas iniciales, al conjuro de la voz de Pío Tamayo2, con justicia llamado precursor del movimiento comunista venezolano aun cuando su muerte prematura le impidiera a él
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1 Véase anexo Nº 3 (N. de la Edit.) 2 4 de marzo de 1898 - 5 de octubre de 1935 (N. de la Edit.)
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mismo llegar a ser militante efectivo. Con palabra sobria y convincente, Key Sánchez nos aporta, a través del conjunto de materiales que este libro recoge, los elementos de juicio angulares que indujeron a nuestro máximo evento partidista a adoptar la decisión en referencia. Allí encontramos el retrato claro de los antecedentes, de los combates denodados contra la tiranía gomecista, de la incorporación de las masas populares –y en especial de los obreros caraqueños– a las batallas estudiantiles de 1928. Allí también la descripción viva de las inquietudes que germinaron en las mentes de quienes, aunque adolescentes todavía como Rodolfo Quintero y el propio Key Sánchez, llegaron a comprender –en ergástulas3 y campos de trabajo forzado– el carácter de clase de la dictadura gomecista y la necesidad imperiosa de entroncar la lucha contra ella con el combate intransigente por la democracia real, contra la explotación de los trabajadores, contra la dominación imperialista y, en última instancia, por la instauración del socialismo.
Será difícil subestimar la importancia de esta contribución a la historiografía venezolana. Son escasos los investigadores que se han aventurado en este terreno. Y algunos de ellos lo han hecho un tanto a ciegas, a base de testimonios verbales y de segunda mano, con reducido rigor científico. Con este libro llegan las precisiones, se colman lagunas, se abren vías para nuevas indagaciones. El mérito cardinal le corresponde, desde luego, a nuestro Partido, a ese heroico destacamento que imprimió un viraje a la historia al tomar para sí la misión de guiar al naciente proletariado venezolano hacia las contiendas
3 «En la antigua Roma, cárcel de esclavos.», Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, 23ª edición, 2014 (N. de la Edit.)
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de clase que habrán de verse coronadas con la sustitución del inicuo sistema capitalista hoy vigente por una estructura económico-social realmente justiciera. Pero lugar preferente ha de asignársele en la compilación de documentos al querido camarada Key, fundador del Partido, protagonista en las primeras escaramuzas y en las grandes confrontaciones, figura austera que a los 70 años de vida y pelea prosigue en primera fila, al igual que en 1928 y 1931. Sobre él, sobre su trayectoria de combatiente indoblegable, modesto como a buen comunista concierne, seremos esta vez parcos, pues nos proponemos presentarlo ante las generaciones presentes y venideras a través del prólogo que para un libro suyo sobre la llamada «Generación del 28» me ha solicitado. Quede aquí sólo atestiguada mi admiración hacia el veterano luchador, y científico connotado a la par, que es orgullo de nuestra gente y goza del respeto unánime de amigos y adversarios.
Eduardo Gallegos Mancera4
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4 24 de mayo de 1915 - 3 de julio de 1989 (N. de la Edit.)
El Comité Central del PCV, a proposición del Buró Político, designó una comisión para que elaborara un estudio acerca de la fecha de fundación del partido, que sería llevada al Pleno del CC y al 6º Congreso con una proposición concreta sobre el particular. La Comisión respectiva estuvo constituida por los camaradas Eduardo Gallegos Mancera, responsable, Fernando Key Sánchez, Jesús Correa, Rafael José [Cheché] Cortés, Olga Luzardo, Rodolfo Quintero y Jesús Sanoja Hernández, la cual encargó al suscrito la elaboración de una ponencia que sirviera de base a la discusión. El c. Eduardo Gallegos aportó copia auténtica de los protocolos A Nº 463, del 8 de agosto de 1935, y Nº 43, de fecha 20 de agosto de 1935, del 7º Congreso de la Internacional Comunista, en los cuales consta la aceptación del Partido Comunista de Venezuela, entre otros, como sección de dicha Internacional.
La ponencia elaborada por el suscrito, que proponía la fecha del 5 de marzo de 1931, fue aprobada en lo fundamental y en sus conclusiones por la casi totalidad de la Comisión, con el único voto en contra de R. J. Cortés, quien había presentado alegatos en pro del 8 de agosto de 1937 [fecha de la 1ª Conferencia Nacional].
Llevada al 22º Pleno del Comité Central fueron también aprobadas las conclusiones de esta ponencia y remitidas al 6º Congreso, que las aprobó por una gran mayoría de votos.
En cada una de las fases de la discusión la ponencia recibió aportaciones, sugerencias y enmiendas
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que están incorporadas en la presente versión que editamos.
En el largo proceso de construcción de un Partido Comunista, «un partido de nuevo tipo», desde su fundación hasta los momentos actuales, 49 años después, es inevitable que los protagonistas iniciales hayan seguido caminos diferentes al correr del tiempo. Unos habrán sido consecuentes, otros se habrán marginado por causas diversas pero conservándose en posiciones amistosas hacia el partido y otros se habrán pasado al enemigo de clase traicionando sus posiciones de entonces.
En un estudio de carácter histórico como éste, que debe ser esencialmente veraz, no se puede dejar de mencionar a quienes estuvieron entre los pioneros constructores del PCV, sea cual haya sido su trayectoria ulterior. Pero para evitar confusiones a nuestros lectores, la primera vez que nombremos a cada protagonista de entonces pondremos entre paréntesis un indicativo de su posición posterior o presente para quienes todavía estamos vivos. Los indicativos que usaremos serán: (A) para los militantes consecuentes que han permanecido en las filas del PCV hasta el presente; (B) para antiguos camaradas que se marginaron de la vida activa del PCV pero conservando amistad y respeto para él; (C) a excamaradas que se pasaron al enemigo de clase y han adoptado posiciones antipartido. En unos y otros casos agregaremos una (+) a quienes hayan fallecido. Para algunas personas no haremos tales indicaciones por no tener información acerca de su vida y trayectoria posterior.
Fernando Key Sánchez Caracas, agosto de 1980.
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En la década de los veinte, ante el fulgurante resplandor de la Gran Revolución Socialista de Octubre que derrocó al zarismo feudal-imperialista para establecer un gobierno de obreros, campesinos y soldados; con el cercano impacto de la Revolución Mexicana agraria-antiimperialista; y dentro del marco del desarrollo capitalista que la explotación del petróleo por los trusts5 yanquis e ingleses imponía a Venezuela, comenzaban a perfilarse tres vertientes revolucionarias que al confluir habrían de generar al Partido Comunista de Venezuela en el interior del país en 1931.
Utilizando una ordenación clasista y cronológica, dichas vertientes fueron: 1) el crecimiento de las clases obreras y populares y de sus luchas reivindicativas, incluidas huelgas, tanto en la región central del país como en las zonas petroleras; 2) la afiliación al marxismo-leninismo de un número importante de exilados antigomecistas venezolanos; y 3) los grupos radicalizados de los
5 «Una de las formas de agrupaciones monopolistas en el período del imperialismo. […] La finalidad de los trusts consiste en obtener altas ganancias monopolistas e incrementar su capacidad competitiva. […] El trust agrupa no sólo a las empresas que elaboran productos homogéneos, sino también a aquellas que se encuentran relacionadas entre sí por el ciclo tecnológico de la producción y a las que se complementan mutuamente en el proceso de elaboración o transformación sucesiva de los productos […]», Diccionario de economía política, Editorial Progreso, Moscú, 1985 (N. de la Edit.)
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estudiantes de 1928-29 que se hicieron simpatizantes comunistas en las bóvedas del Castillo de Puerto Cabello, así como de intelectuales del Zulia y otras regiones que siguieron camino similar. Veamos estas tres vertientes de modo algo más detallado:
1) La vertiente obrera y popular. En dicha década se produce un cierto desarrollo del proletariado en el centro del país, incluyendo obreros a domicilio y de medianas manufacturas, que en organizaciones gremiales mutualistas libraban ciertas batallas reivindicativas que en varios casos habían llegado a huelgas. Algunos dirigentes de estas luchas provenían del anarco-sindicalismo6 español, como José Tostón, con quien hablamos repetidamente en 1931-32 y quien veía con simpatía nuestras actividades comunistas, aunque no llegó a afiliarse. De la vertiente obrero-gremialista provinieron fundadores del PCV como fueron: Felipe Escobar, pastelero (B +); Manuel Simoza, carpintero (B +); Ramón Abad, obrero a domicilio en zapatería (B +), que cayeron presos por participar en labores de creación del PCV en mayo de 1931; Tomás Torres (obrero zapatero, A), Pedro Cadamo y Florencio Maggi (panaderos, B +), Claudio Hernández (obrero a domicilio, zapatero, B +), César González (tranviario), Jesús Rojas (barbero y después médico, A), Ramón
6 «Corriente oportunista pequeñoburguesa en el movimiento obrero. […] el anarcosindicalismo, lo mismo que el anarquismo, que prestó muchas ideas a aquél, estaba enfilado en el movimiento obrero contra las formas políticas de la lucha de clases y el papel dirigente del partido marxista en ella. Los adeptos del anarcosindicalismo estimaban que los principales medios de lucha contra el capitalismo eran la huelga económica, el sabotaje, el boicot, etc. […]», Breve diccionario político, Editorial Progreso, Moscú, 1983 (N. de la Edit.)
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Sabino (obrero cigarrillero, C), Cupertino Muñoz (campesino-soldado, A +), Isaac Alvarado (panadero, A +), Luis V. Díaz (panadero-soldado, B) y varios más caídos presos en 1932 por pertenecer a células y comités comunistas.
Del Zulia y otras regiones, con el desarrollo del proletariado petrolero, provinieron también obreros constructores del PCV desde las primeras fases o en los años inmediatos siguientes, como José Martínez Pozo (A), Manuel Taborda (A +), Jesús Faría (A), Luis Emiro Arrieta (A +), Jesús Correa (A), Max García (A +) y otros; o campesinos como Gustavo Villaparedes (A +), Pedro Pablo Piña (B) y otros.
2) La vertiente de los exilados antigomecistas devenidos comunistas en el exterior. Bajo el impacto de los grandes desarrollos revolucionarios que estaban ocurriendo en esa época, una apreciable cantidad de exilados antigomecistas rompían con los esquemas tradicionales de las luchas políticas en Venezuela (conspiraciones, asonadas, «golpes» encabezados por «generales» y caudillos) y eran ganados para la ideología marxista-leninista, para la organización y lucha de masas y se afiliaban a los partidos comunistas, secciones de la Internacional Comunista, de diversos países.
Entre ellos estuvieron:
a) Ilustres figuras pioneras del PCV como Gustavo Machado (A) y Salvador de la Plaza (B +), que colaboraron en la construcción de los PC de México y Cuba y crearon una importante organiza-
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Partido
Revolucionario Venezolano (PRV) que con su órgano, el combativo periódico Libertad, editado en México, jugó un gran papel en la elevación del nivel político de la emigración antigomecista venezolana y se proyectó hacia el interior.
b) Afiliados al PC de Francia: Aurelio Fortoul (B +), Jorge Saldivia Gil (A +), Miguel Otero Silva (B), Heriberto González Méndez (B), Eduardo Francis (B +), Guillermo Mujica (B), Rafael I. Mendoza (C) y otros.
c) Afiliados al PC de Estados Unidos: Mariano Fortoul (B +), Eduardo Machado (B), José A. López O. (B), Ricardo Martínez (C), Manuel «Cucú» Corao (B) y otros.
Entre los nombres citados apreciaremos más adelante que muchos de ellos participaron en los sucesivos esfuerzos por organizar y reorganizar el PCV entre 1931 y 1937, y también después.
3) La vertiente originada en sectores de las clases medias radicalizadas a partir de los movimientos de 1928-29. El movimiento estudiantil de 1928, de la llamada «generación del 28», fue calificado de «comunista» por el gomecismo desde su comienzo. En realidad, debido al bloqueo ideológico que el régimen mantenía, impidiendo la entrada al país de literatura revolucionaria y de informaciones verídicas acerca de la Revolución Rusa, Mexicana y otras, los estudiantes del 28 teníamos muy vagas ideas acerca del marxismo-leninismo y menos todavía acerca de la organización y programa de un Partido Comu-
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nista. Fue solamente en las bóvedas del Castillo de Puerto Cabello, entre marzo7 y noviembre de 1929, mediante las enseñanzas de Pío Tamayo y la lectura de algunos libros revolucionarios que poseían él y sus compañeros, cuando un sector radicalizado de los estudiantes del 28 comenzamos a tener ideas más claras acerca de la explotación capitalista e imperialista, de la organización del proletariado para la toma del poder, de la necesaria destrucción del capitalismo y construcción del socialismo; acerca de los objetivos inmediatos y mediatos de un Partido Comunista. Pío Tamayo no fue nunca miembro de algún PC pero estuvo muy cerca de ellos en diversas luchas populares en Centro América, México y Cuba. Sin embargo, la proyección de su labor hacia la futura construcción del PCV fue tan importante que el Buró Político, con toda justicia a nuestro parecer, le otorgó en 1978, post mortem, el carnet de militante Honorario del PCV con la firma de su Presidente Gustavo Machado y de su Secretario General Jesús Faría8 .
Del Castillo salió en noviembre de 1929 una veintena de estudiantes que nos sentíamos comunistas y que nos dimos seguidamente a las labores de autocapacitarnos con más lecturas y de hacer proselitismo y organización entre los sectores populares, principalmente entre los obreros y artesanos. Dichos estudiantes actuaron
7 En la 2ª edición del folleto original (1984), dice «abril» (N. de la Edit)
8 En la 2ª edición del folleto original (1984), se corrigió que el carnet fue firmado por Jesús Faría y Alonso Ojeda Olaechea, como secretario general y de Organización del PCV, respectivamente (N. de la Edit.)
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principalmente en los grupos siguientes:
a) el de «Lecciones Obreras», encabezado por Rodolfo Quintero (A), Kotepa Delgado (B) y Juan B. Fuenmayor (C), al cual nos incorporamos Ángel Márquez (C), Pedro Juliac (B), quien suscribe y varios otros. Este grupo –a más de algunos intentos de acciones de comando y terroristas– editó y distribuyó unas 17 «lecciones obreras», creando para esto un aparato bastante extenso, quizá de unas 50 personas, en su mayoría estudiantes y de otros sectores de las capas medias;
b) el del «pomposo PCV», encabezado por Raúl Osorio (C +) y Víctor García Maldonado (B), que editó «Lo que Todo Obrero Debe Saber» y llegó a agrupar unas 30 personas entre estudiantes, obreros y artesanos. Entre ellos estaban Juan
José Núñez Morales (A), Gustavo González (B), José A. Vásquez (B), Rafael Medina Febres (B +), Luis Useche (B +). Ramón Abad hijo (B), Raúl Cabrera (B +), José A. Mayobre (C +);
e) los grupos de las plazas Baralt y Urdaneta en Maracaibo. En el Zulia, bajo influencias similares a las que determinaron en el Centro la aparición de estos grupos de capas medias radicalizados, se crearon también núcleos y círculos de simpatizantes comunistas, como fueron los de la Plaza Urdaneta y la Plaza Baralt, donde participaron Isidro Valles (A), Elio Montiel (B), Olga Luzardo (A), Espartaco González (B +), Eduardo Arcila Farías (B), y otros.
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Para principios de 1931 ya habían comenzado a confluir en Caracas –y también en el Zulia– las vertientes provenientes de los sectores obreros y de las clases medias radicalizadas.
En los grupos de «Lecciones Obreras» y del «Pomposo» participaron ya conjuntos de obreros, artesanos y estudiantes, pero su claridad ideológica y los tipos de organización que usaban no correspondían todavía a los de un PC. No se utilizaba ni se conocía el concepto organizativo de la célula como organismo fundamental ni la estructuración centralista-democrática.
En enero de 1931 llega a Caracas Aurelio Fortoul, militante del PC Francés, enviado por el grupo de comunistas venezolanos de París y por el Buró del Caribe de la Internacional Comunista. Poco después llega Mariano Fortoul, militante del PC de Estados Unidos. Ambos traían la misión de construir el PCV.
Seguidamente Aurelio Fortoul se pone en contacto con Raúl Osorio (31 de enero de 1931), con Víctor García Maldonado (el 16 de febrero) y con Marín (José A. Mayobre, el 4 de marzo), todos éstos del grupo «Pomposo». Deciden crear de inmediato la primera célula, lo cual se efectúa al día siguiente, 5 de marzo de 1931. Esta célula estuvo constituida por Vicente (Víctor García M., ex-estudiante), Tirso (Tomás Torres, obrero zapatero a domicilio), Coco (cuyo nombre no hemos logrado
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obtener9, vendedor de zapatos) y Marín (José A.
Mayobre, estudiante) siendo designado Tirso como Secretario. Ramiro (Raúl Osorio) y Collins (Aurelio Fortoul) quedaron subordinados a esta célula y con la tarea de constituir otras nuevas en los días siguientes.
Crece el número de células
Para el 6 de abril estaban creadas seis células así como el Comité Radial A (Caracas) que designó a Temístocles (Ramón Abad, zapatero) como secretario y David (Florencio Maggi, panadero) como tesorero.
En las semanas siguientes se siguen instalando células y Comités de Subradio (grupos de parroquias), cuyos integrantes provenían en su mayoría de los grupos «Pomposo» y «Lecciones Obreras». Se procedió a crear fracciones en las sociedades gremiales.
Todos los datos anotados en esta parte constan en el informe de fecha 12/04/31 enviado por André Collins (Aurelio Fortoul) al Buró del Caribe10 , y que aparece publicado en el «Libro Rojo», cuya autenticidad nos consta por haber oído las mismas versiones en La Rotunda de boca de Aurelio y Mariano Fortoul y de los otros participantes.
Es de observar en el documento citado:
a) que la estructura creada en 1931 tenía vín-
9 En la 2ª edición del folleto original (1984), se dice que es Tomás del Carmen Torres, distinto de Tomás Aquino Torres, «Tirso» (N. de la Edit.)
10 Al leer el informe, está dirigido «Al CC del PCC», seguramente el PC de Colombia, con copia al Secretariado Latinoamericano de la Internacional Comunista y a los grupos de camaradas presumiblemente de Barranquilla y París (N. de la Edit.)
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culos organizativos, desde el comienzo, con la Internacional Comunista, con su Secretariado Latinoamericano y con su Buró del Caribe;
b) que tenía una base ideológica marxista-leninista, como lo muestran los párrafos del informe sobre «la repercusión en Venezuela de la crisis mundial del sistema capitalista», sobre «que todo movimiento para defender sus reivindicaciones económicas lleva consigo la cuestión política y que no pueden obtenerse aquellas, en definitiva, sin hacer un cambio total que entraña la desaparición del mismo sistema capitalista»; sobre que «las células debían ser creadas con mayoría de elementos obreros»; que «se debía tender a células correspondientes a los lugares de trabajo», existiendo ya para la fecha del informe una célula de empresa en panadería y, en proceso de formación, otra en el Ferrocarril Alemán (Caracas-Valencia);
c) que las tareas que se planteaban los organismos creados y sus métodos de trabajo eran de tipo comunista. Así por ejemplo, para la reunión del Comité Radial A del 10/04/31 la orden del día era: 1) Informe de trabajos hechos; 2) Situación política; y 3) Tareas inmediatas. Entre los puntos discutidos estuvo la participación en una manifestación de desempleados que se planeaba, con las consignas «Consejos de parados y alimento para los hambrientos», «requisición de víveres en almacenes para instalar cocinas públicas», llegando a las consignas de tinte trotskista propias
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de la influencia de Sinani11 en el Buró del Caribe, como eran «Consejos Obreros en torno a las cocinas públicas», «Huelga General» y «Armas para los obreros».
A fines de abril de 1931 llega a Caracas el entonces camarada Joseph Kornfeder (C +), enviado por el Buró del Caribe, con la misión de elevar el nivel teórico y organizativo del naciente PCV. Este comisionado traía consigo un paquete del «Manifiesto del Partido Comunista al pueblo trabajador de Venezuela», firmado por el Comité Central Provisorio, con fecha 1 de mayo de 1931, impreso en Colombia mediante colaboración del partido hermano [véase anexo Nº 1]. También traía un lote de carnets para llenar a los afiliados y un sello del Comité Central Provisorio que se proponía dejar establecido.
Kornfeder realizó el enlace entre las vertientes que todavía quedaba por hacer. Traía la dirección de Kotepa Delgado, además de la de Fortoul, mediante lo cual quedaron instaurados vínculos organizativos también con los dirigentes del grupo de «Lecciones Obreras». A partir de entonces Kotepa y Fuenmayor participaron en los cursillos de capacitación que dictaba Kornfeder y eran candidatos a integrar el «Comité Central Provisorio» [CCP]. Quintero, Key y otros miembros de dicho grupo nos fuimos incorporando a las nuevas células.
Los cursillos de capacitación de Kornfeder
11 Georgi B. Skalov, dirigente soviético del Secretariado Latinoamericano del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista. Fue desincorporado y encarcelado en la URSS en 1935 (N. de la Edit.)
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eran dictados a dos niveles: uno más alto para los dirigentes principales de los dos grupos antecedentes que, junto con Aurelio y Mariano Fortoul, integrarían el mencionado CCP; y otro más elemental para dirigentes de células y de comités de radio y subradio, de menor cultura general y política.
Golpe policial y desorganización a fines de mayo de 1931
El 29 de mayo, a causa de la imprudencia de un afiliado y la acción de un ganapán12 delator, fue localizado el sitio donde se dictaban los cursillos (la oficina de arquitectura de Aurelio Fortoul, en la esquina de Maturín) y fueron apresados por la policía gomecista 10 integrantes directivos de la organización existente, incluido el propio Kornfeder. Entre los detenidos estaban Aurelio y Mariano Fortoul, profesionales, provenientes de la segunda vertiente; Ramón Abad (zapatero), Manuel Simoza (carpintero) y Felipe Escobar (panadero), provenientes de la primera vertiente; Kotepa Delgado y Juan B. Fuenmayor, del grupo «Lecciones Obreras», y Raúl Osorio y Víctor García M., del «Pomposo», todos estudiantes del 28, provenientes de la tercera vertiente.
Convergencia de las vertientes originadoras en el Zulia
En el Zulia, como antes dijimos, ocurrían procesos similares, aunque no llegaron a consti-
12 «Hombre que se gana la vida llevando recados o transportando bultos de un punto a otro.», Real Academia Española, idem (N. de la Edit.)
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tuirse células ni estructura de partido. Allá convergían obreros de la primera vertiente como Martínez Pozo, Jesús Correa, Manuel Taborda, Max García y otros; con la influencia de comunistas venezolanos del exterior (2da. vertiente) mediante la frecuente llegada de la propaganda del PRV y de literatura marxista enviada de Estados Unidos y traída por marinos petroleros, así como El Machete, órgano del PC Mexicano; y con intelectuales revolucionarios (3ra. vertiente), como los del grupo «Seremos» y los de las plazas Urdaneta y Baralt. Se crearon asociaciones gremiales combativas como la «Auxiliar de Tipógrafos», la «Unión Constructora», la Samop de Cabimas, que incluso realizaron huelgas. Se fundaron periódicos como Voz Obrera. Se integraron grupos y círculos revolucionarios. Pero sólo se llegó a construir células y organismos de partido en 1935, a los cuales se integraron junto con luchadores de nuevas promociones como Jesús Faría, cuando llegaron allí, desde el exilio, Kotepa y Fuenmayor.
Reorganización del PCV en Caracas a partir de agosto de 1931
El descabezamiento del naciente partido en mayo de 1931 ocasionó una desbandada general.
Atenuados los efectos del golpe represivo, a principios de agosto de 1931, comenzamos a reunirnos Rodolfo Quintero, Ángel Márquez y el suscrito, con el propósito de iniciar la reorganización del PCV y acordamos constituirnos en Comité Organizador.
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Seguidamente procedimos a ir contactando a los afiliados que habíamos tenido oportunidad de conocer en nuestras células o en otros sitios. Se comenzó a reconstruir células, a ampliarlas con nuevos reclutamientos, a reinstalar fracciones en las sociedades gremiales.
Poco después acordamos que Quintero se fuera al Zulia, donde teníamos noticias de que existían círculos y embriones revolucionarios. Y el propio Comité Organizador se amplió incorporando a Mayobre, Eduardo Francis (recién llegado del PC Francés, B +), Gustavo González (B), Florencio Maggi (panadero, B), Cipriano Álvarez (telefonista, B), César González (tranviario). Se estableció un sistema de comunicaciones permanente con los camaradas presos en La Rotunda y con los camaradas del exterior que habían establecido un Comité Auxiliar en Barranquilla, encabezado por Gustavo Machado, y otro en Trinidad encabezado por Salvador de la Plaza.
Papel de primera importancia en este sistema de comunicaciones lo jugaban Margot García Maldonado (B +), Concha Velásquez (A +) y María Teresa de Fortoul (B).
Para comienzos de 1932 estaban organizados unos 300 militantes en células y se tenían unos 600 simpatizantes en «grupos de prueba». Existían en funcionamiento fracciones sindicales en las sociedades gremiales de zapateros, panaderos, tranviarios. Había embriones para formar células de empresa en la fábrica Boccardo de calzado, en la Cigarrera Bigott, en la Compañía de
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Tranvías y en algunas empresas menores.
En febrero13 de 1932 se convoca y se efectúa una Conferencia Regional, con unos treinta delegados, que crea un Comité Central Provisional al cual pertenecían Fernando Key (Vila, estudiante) designado Secretario General, Ángel Márquez (Yateur, estudiante), Eduardo Francis (Sebastopol, escultor), Gustavo González (Gols, estudiante), José A. Mayobre (Marín, estudiante), Claudio Hernández (Clarides, zapatero), Pedro Condamo14 (Darvich, panadero), César González (Chang, tranviario), Gerónimo Angulo (Nelson, zapatero), Ricardo Álvarez (Ulianof, carpintero), Jesús Rojas (Cabeza, barbero), Cipriano Álvarez (Stirner, telefonista), Ramón Sabino («Carbonero», cigarrillero) y otros.
A fines de febrero llega del exterior la c. Carmen Fortoul, enviada por el Buró del Caribe y el PC Colombiano. Trajo diversos materiales de lectura, discutió con los camaradas dirigentes los problemas del país y del partido, dictó cursillos de capacitación y formuló planes concretos para crear la Liga Pro-presos que posteriormente se afiliaría al Socorro Rojo Internacional.
En estos mismos meses se edita en multígrafo el primer número de El Martillo y se pone en circulación limitada entre los organismos del partido y los simpatizantes. También se inician esfuerzos para tratar de crear grupos de simpati-
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13 En la 2ª edición del folleto original (1984), dice «enero» (N. de la Edit.) 14 En la 2ª edición del folleto original (1984), dice «Candamo» (N. de la Edit.)
zantes en La Guaira, en los Valles del Tuy, en Cumaná.
Golpes policiales en marzo y en junio-julio de 1932
El 10 de marzo de 1932 la policía localiza la casa de Ángel Márquez como uno de los sitios donde se reunían elementos revolucionarios. Toma la casa y organiza una «ratonera» en ella. En el curso del día van llegando y son arrestados sucesivamente José A. Mayobre, Gustavo González, Fernando Key, Eduardo Francis y José A. Vásquez, además del propio Márquez que estaba detenido desde la madrugada.
Después de este golpe policial, que capturó a varios de los principales dirigentes, el partido continuó funcionando a media máquina con los demás dirigentes, especialmente Florencio Maggi, Guillermo Mujica (Lebran, B), Ricardo Álvarez (Ulianof), Ramón Sabino (Carbonero), Gerónimo Angulo (Nelson), Eugenio González (Iskra, C), J. J. Núñez Morales (Calixto, estudiante, A).
En mayo y junio se reactiva un tanto el funcionamiento de los organismos y la edición de hojas y etiquetas engomadas. A fines de mayo es hecho preso Florencio Maggi. Y en los primeros días de junio detienen a Eugenio González, quien se convierte en delator y colaborador de la policía y ocasiona la prisión de unos 18 camaradas y la virtual destrucción de la organización en Caracas.
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Sólo células aisladas desde agosto de 1932
Como antes se dijo, los golpes policiales de junio y julio ocasionaron la casi total destrucción de la organización del PCV en Caracas. Apenas quedaron con una existencia precaria algunos pequeños grupos de afiliados o simpatizantes aislados en barrios de Caracas, en Cumaná, en los Valles del Tuy. Existían también grupos marxistas en el Zulia, corno vimos antes, y en el Táchira por influencia del Partido Comunista de Colombia, pero sin vinculación orgánica con la estructura de Caracas de 1932.
Existían, además, con bastante vitalidad las células de presos de La Rotunda. Ya desde agosto de 1932, los 34 comunistas detenidos (descontados Kornfeder, que había sido expulsado del país por gringo, y Eugenio González, libertado por delator), fueron concentrados en los calabozos Apamate y Cueva del Humo del Departamento de El Manzanillo, donde constituyeron de inmediato la Cel-pre A, que funcionó eficientemente hasta la libertad y expulsión de todos en diciembre de 1934. Esta célula sirvió para mantener la supervivencia y la mística mediante la administración comunitaria de los escasos recursos disponibles, para realizar labores de capacitación política y cultural, para mantener contacto clandestino regular con los camaradas de afuera y del exterior, para efectuar labores de proselitismo entre los presos de los otros departamentos. En diciembre de 1934 había tres Cel-pre, la A primaria; la B de simpatizantes reclutados en La Rotunda Nueva,
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entre los cuales estaban Germán Tortosa (B +), José H. Briceño (B), Elio Montiel (B) y otros; y la Cel-pre C que se constituyó con los camaradas caídos en 1934 –de quienes hablaremos luego– y que en total de unos 20 fueron encerrados en el calabozo La Cueva del Guácharo del mismo departamento de El Manzanillo.
Reorganización del PCV en 1934 y nuevo golpe policial
A fines de 1933 y comienzos de 1934 ingresan a Venezuela varios camaradas enviados por los grupos comunistas del exterior, principalmente de París. Fueron ellos Heriberto González Méndez (arquitecto, B), Rafael Medina Febres (estudiante del 28, B +), Rafael I. Mendoza (C), Guillermo Mujica (empleado de comercio, que participó también en la organización de 1932, B), así como Manuel «Cucú» Corao (estudiante, B), procedente de Nueva York y México15 .
Dichos camaradas se dieron a la tarea de reorganizar el PCV. Mantenían contacto frecuente con los camaradas presos en La Rotunda, con el Buró del Caribe y con los Comités Auxiliares de Barranquilla y Trinidad. Mediante marinos de buques de línea recibían en La Guaira frecuentemente literatura y comunicaciones enviadas por dicho Buró y por los grupos comunistas de Nueva York y de otros sitios.
Esta nueva reorganización alcanzó cierto grado de desarrollo en Caracas y La Guaira, princi-
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15 En la 2ª edición del folleto original (1984), incluye «París» (N. de la Edit.)
palmente, y entre otras tareas editó y distribuyó el segundo número de El Martillo.
El 5 de marzo de 1934 la policía gomecista dio un nuevo zarpazo al partido y detiene a Rafael I. Mendoza, a González Méndez, a Medina Febres y a unos seis trabajadores afiliados. En el curso del mes de abril fueron hechos otros presos. Llegando a un total de unos veinte detenidos que –como ya anotamos– fueron concentrados en el calabozo «La Cueva del Guácharo».
Es interesante relatar una anécdota que mostraba la alarma gomecista ante el nuevo enemigo que se le enfrentaba. Cuando llegaba a El Manzanillo este tercer lote de presos comunistas el «coronel» Cárdenas, Jefe de Llaves de los Departamentos y Calabozos, decía: «Alas, ¡ahora sí que nos jodimos con estos comunistas del carajo. Son como los bachacos, se les aplasta la bachaquera por un lado y salen por otros!».
El PCV en 1935
En 1935 ya habíamos sido liberados y expulsados los comunistas16 que nos encontrábamos en La Rotunda.
Persistían en Venezuela pequeños grupos de afiliados, aislados unos de otros. En los Valles del Tuy, encabezados por Gustavo Villaparedes; en Cumaná, en colaboración con los espiritista-comunistas, que se había establecido desde 1932; en el Táchira vinculados al PC colombiano; en El Tocuyo, célula creada por Margot García M., Rafael
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16 En diciembre de 1934 (N. de la Edit.)
Rodríguez (A +), Emigdio Peña (B), y otros.
En el Zulia, sobre la base de los núcleos revolucionarios de obreros e intelectuales, que hemos mencionado antes siguiendo a Jesús Correa en su trabajo «Cuarenta años de lucha por el comunismo en Venezuela» (Caracas, 1971), y con el reingreso a Venezuela de Juan B. Fuenmayor y Kotepa Delgado, comienzan a estructurarse esos núcleos como organismos del PCV y a desarrollar actividades importantes a partir de la muerte de Gómez (19/12/1935), en acciones populares, en la organización de sindicatos, en la propaganda de masas con el periódico Petróleo, de gran aceptación.
Hemos expuesto cómo el PCV, desde la creación de su primera célula en 1931 en Caracas, mantuvo estrecha vinculación con los PC de Francia y Estados Unidos17, principalmente, así como con los organismos sectoriales de la Internacional Comunista [IC], en especial, con el Buró del Caribe.
Hemos subrayado en los puntos anteriores, cómo la plataforma ideológica y los métodos de organización y de trabajo puestos en marcha por las células y organizaciones del PCV naciente eran de tipo marxista-leninista, con cierto grado de deformaciones provenientes de la inmadurez
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17 En la 2ª edición del folleto original (1984), incluye «Colombia» (N. de la Edit.)
de los nóveles dirigentes y de las influencias trotskistoides existentes en los organismos sectoriales de la IC.
Era importante y sin precedentes en Venezuela la continuidad, la permanencia, del PCV. Puede afirmarse que después del 5 de marzo de 1931 no dejaron nunca de existir y de funcionar varios organismos del partido aun cuando estuviesen temporalmente desconectados. Ya anotamos antes en la anécdota del «coronel» Cárdenas cómo veían el fenómeno los gomecistas.
Sobre la base de los antecedentes expuestos en los puntos anteriores, que la Internacional Comunista conocía debidamente, esta Internacional consideró en su 7º Congreso [1935] la aceptación del PCV como sección suya, junto con la admisión de otros PC que se habían constituido después del 6º Congreso [1928].
Así, en el protocolo A-No. 463 (cuya copia adjuntamos18), de fecha 8 de agosto de 1935, los miembros del Comité Político de la IC acordaron crear una comisión que informara acerca de la incorporación de los PC del Perú, Venezuela y otros países. Aprobaron esta proposición Dimitrov, Pianitsky, Ritcher, Bronkowski, Pieck, Gottwald y Ercoli (Palmiro Togliatti).
La comisión que fue nombrada tenía a Van Min de presidente y entre sus miembros estaban Ford de EEUU y los representantes de los PC de Cuba, Brasil y Argentina.
En la sesión del 7º Congreso de la noche del 20
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18 Véase anexo Nº 2 (N. de la Edit.)
de agosto de 1935, el camarada Van Min a nombre de dicha comisión propuso entre otros literales el «e» que decía: «e) Incorporar a los Partidos Comunistas de Perú, Venezuela, Colombia, Costa Rica y Puerto Rico como seccionales», y la plenaria de esa noche aprobó un «Acuerdo sobre la admisión de nuevos Partidos en la Internacional Comunista» que en su literal «a» dice: «a) Aceptar a los Partidos Comunistas de INDOCHINA, FILIPINAS, PERÚ, COLOMBIA, COSTA RICA, PUERTO RICO y VENEZUELA, como Secciones de la Internacional Comunista.» (Véase anexo Nº 2).
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* * *
1.- Correa, Jesús. «40 años de lucha por el comunismo en Venezuela». Mimeografiado por el CR del PCV en el Distrito Federal, Caracas, 1971.
2.- Croes, Hemmy. «El movimiento obrero venezolano. Elementos para su historia». Ediciones Movimiento Obrero. Caracas, 1973.
3.- Fuenmayor, Juan B. «1928-1948. Veinte años de política», Editorial Mediterráneo, Madrid, Caracas, 1971.
4.- Key Sánchez, Fernando. «Un esbozo de los antecedentes y primeras fases de la construcción del Partido Comunista de Venezuela». Mimeografiado para el 4º Congreso del PCV. Caracas, 1971.
5.- Partido Comunista de Venezuela. 4º Congreso. «Documentos y Resoluciones». Gráfica Americana. Caracas, 1971.
6.- Partido Comunista de Venezuela. Comité Regional de Lara, «Homenaje a los fundadores de la Primera Célula comunista en Lara. 1934-1948». Tipografía Regional. Barquisimeto, 1948.
7.- Servicio Secreto de Investigación. «La verdad de las actividades comunistas en Venezuela» («El Libro Rojo»). Caracas, 1936.
8.- Numerosos testimonios escritos y verbales de camaradas y ex-camaradas que participaron en los acontecimientos reseñados.
32 Bibliografía
Fuente: Hoja volante sin pie de imprenta, existente en el Archivo Histórico de Miraflores.
Publicado parcialmente en el «Libro Rojo», Caracas, 1936.
LA LUCHA POR EL PAN Y LA TIERRA
Manifiesto del Partido Comunista al pueblo trabajador de Venezuela
Compañeros: Sofocado y aterrorizado por la tiranía que domina a Venezuela desde hace tantos años, el pueblo trabajador venezolano que tantos esfuerzos ha hecho para librarse de su verdugo está encaminándose para hacer un nuevo esfuerzo en pro de conseguir la libertad. Sin embargo, la ignorancia en que la tiranía de Juan Vicente Gómez ha mantenido al pueblo ha impedido ver a muchos trabajadores el hecho de que la mayoría de aquellos que pretenden ser «revolucionarios», como el general Arévalo Cedeño y otros caudillos, sólo representan los intereses de los hacendados y de la burguesía, es decir, de los ricos del país, y no son otra cosa que nuevos tiranos que se disfrazan con la bandera revolucionaria para adueñarse del poder y continuar por su propia cuenta la explotación de los trabajadores.
Los trabajadores del mundo entero saben que existen dos clases de gente: los que trabajan y los que explotan, pero la verdad evidente y palpable de que nada hay de común entre estas dos clases, de
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que los intereses entre explotados y explotadores son irreconciliables, no ha sido comprendida por muchos trabajadores venezolanos de la ciudad y del campo.
En todos los países del mundo los obreros y los campesinos, que son los que con su labor producen todas las riquezas, están organizados en sus propios partidos de clase, en sus propios sindicatos y ligas campesinas que representan y defienden sus intereses. Los capitalistas y los hacendados, esto es, los ricos dueños de las fábricas, empresas y tierras, también están organizados en sus propios partidos de clase y bajo la protección militar de su Estado tratan de perpetuar la explotación de los que trabajan.
Si en Venezuela existe una lucha entre los ricos partidarios de Juan Vicente Gómez y su familia y los ricos partidarios de otros caudillos que representan sus intereses, esto se debe a que cada uno de ellos quiere más, quiere apoderarse de todo para sí, quiere llevarse lo que otro tiene, quiere ser el único explotador y se disputan el privilegio de exprimir al pueblo trabajador con los mismos métodos y con el mismo fin. Los que están en el poder como el tirano Gómez hablan de «paz y orden», y los que como Arévalo Cedeño y otros quieren obtener el poder hablan de la «revolución», pero en verdad sólo hay entre ellos una diferencia de palabras, pues todos son enemigos encarnizados del pueblo trabajador.
¿Qué quiere el pueblo trabajador?
El pueblo trabajador quiere liberarse de la explotación y de la tiranía de Gómez y por lo mismo tampoco quiere que lleguen al poder otros caudi-
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llos como los Arévalo Cedeño, Olivares, Ortega Martínez, etc., pues esto significaría continuar en la misma esclavitud.
Los conuqueros, los peones de las haciendas, los arrendatarios, a quienes pertenece la tierra por derecho natural, pues son ellos quienes la labran y la hacen fructificar a fuerza de sudores y fatigas, quieren que ésta pertenezca a ellos y no a los ricos. Los obreros de las minas y de las grandes empresas y fábricas quieren que el resultado de su labor y las máquinas con que trabajan estén bajo su control, quieren trabajar menos horas y recibir mayores salarios y que se les trate bien, quieren vivir como hombres libres y no vilmente explotados desde que nacen hasta que mueren lo mismo que esclavos. Todo esto es exactamente lo contrario de lo que quieren los patronos y los caudillos que representan sus intereses. Por eso el general Arévalo Cedeño que actualmente combate contra Gómez, temiendo que los trabajadores logren librarse de la explotación ayudados por los trabajadores verdaderamente revolucionarios que son los COMUNISTAS, dijo que cuando él llegara al poder «no habría bastantes árboles en las riberas del Orinoco para colgarlos». Gómez los asesina con torturas y trabajos forzados en las carreteras y Arévalo Cedeño quiere colgarlos; esta es la única diferencia que existe entre los dos, ambos quieren ser verdugos de los trabajadores, ambos son enemigos del pueblo.
Venezuela no está explotada solamente por los ricos venezolanos, sino también por los ricos extranjeros: los americanos del Norte, los ingleses, los franceses y otros. Esto es lo que se llama la explotación imperialista. Los grandes hacendados y
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los capitalistas venezolanos cualesquiera que sean sus caudillos están unidos con los imperialistas. Tanto aquéllos como éstos están de acuerdo en explotar a los trabajadores de Venezuela y se apoyan unos a otros en contra de éstos. Gómez o cualquiera de los caudillos que pretenden suplantarlo, negocian gustosamente y en cualquier tiempo con aquellos de los imperialistas que les ofrezcan mejores gangas. Todos, pues, son traidores del pueblo que venden diariamente al país o que pretenden venderlo al mejor postor imperialista.
¿Qué quiere el pueblo? El pueblo quiere echar a los imperialistas del país y aplastar a sus servidores nacionales como Gómez y Arévalo, quiere librarse de la explotación de unos y otros. Por esta razón el pueblo trabajador es anti-imperialista.
¡La victoria pertenece a los trabajadores!
La inmensa mayoría de los venezolanos son los trabajadores. Los ricos son una minoría insignificante. Tan pronto como los trabajadores comprendan sus intereses de clase y se organicen tendrán el poder en sus manos. ¿Qué derecho tienen los ricos enemigos de Gómez de apoderarse de las tierras, empresas, fábricas y otras riquezas que cl tirano sanguinario ha acaparado? Pues ninguno, sólo los trabajadores tienen ese derecho y para conseguirlo les basta con organizarse en su propio partido de clase y luchar por sus propios intereses.
En Rusia, el país más grande del mundo, y con una población cincuenta veces mayor que la de Venezuela y que estuvo sometida durante siglos a una tiranía tan sangrienta como la de Gómez, al régimen de los Zares, los obreros y campesinos hace ya trece años derrocaron este gobierno e implantaron
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el gobierno de su propia clase, el gobierno obrero y campesino llamado SOVIÉTICO. Se han repartido las tierras de los grandes hacendados entre aquellos que las trabajan diariamente, y las fábricas, minas y empresas pasaron a ser propiedad colectiva de los obreros bajo el control del gobierno soviético. Los trabajadores de la Rusia Soviética trabajan actualmente sólo siete horas diarias, cada cuatro días de trabajo tienen uno de descanso, fuera de dos semanas de vacaciones cada año con salarios completos. Los salarios aumentan, y los precios disminuyen y no hay trabajadores desocupados. En las escuelas, colegios y universidades se da la preferencia a los trabajadores y a sus hijos y el gobierno sostiene de todo a todos los estudiantes. La mujer goza exactamente de los mismos derechos y de las mismas ventajas que los hombres y se le concede un descanso absoluto con salario completo dos meses antes y dos meses después del alumbramiento. Bajo el gobierno obrero y campesino se construyen en la Rusia Soviética casas cómodas e higiénicas para los obreros, magníficos edificios para sanatorios, hospitales, clubes, bibliotecas y escuelas para los trabajadores, los cuales gozan de una libertad y bienestar nunca conocido en el mundo por la clase que todo lo ha producido. Los trabajadores del mundo entero están luchando y organizándose para hacer lo mismo que sus hermanos de clase en Rusia. Los trabajadores venezolanos no han de faltar en esta lucha gloriosa por la libertad y el derecho de vivir bien. Ellos también se solidarizan con todos los trabajadores del mundo para aplastar a sus propios tiranos e implantar el gobierno soviético de los obreros y cam-
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pesinos en Venezuela.
¡A la lucha, trabajadores venezolanos! Organizaos para conquistar el pan, la tierra y el bienestar de hombres libres. Derrocad la tiranía e implantad vuestro propio gobierno de clase, el gobierno obrero y campesino.
Clase media o pequeña burguesía
Hay gentes como los pequeños comerciantes, los dueños de talleres pequeños y otros que no son ni trabajadores ni ricos. Ellos también son perjudicados por el régimen de Gómez, y por la competencia que les hacen los ricos extranjeros y nacionales en sus negocios. Pero como no son ni trabajadores ni burgueses no saben con quién irse. Hablan mucho de la revolución, pero como ellos también quieren ser ricos mediante la explotación del pueblo trabajador, casi siempre se van con los caudillos de la burguesía. Esta clase vacilante, esta clase media entre los trabajadores y los ricos se llama la pequeña burguesía. Entre ellos se encuentran políticos muy peligrosos para los trabajadores, porque con sus pretensiones de «revolucionarios» y su contacto directo con el pueblo en sus negocios tienen facilidad para engañarlos e inducirlos a seguir a los caudillos en contra de sus propios intereses de clase. Entre la pequeña burguesía se encuentran también intelectuales, doctores, ingenieros, empleados, estudiantes y otros que en su mayor parte se benefician del régimen general de explotación de los trabajadores. Estos, cuando están contra Gómez se adhieren a los caudillos de los ricos y pretenden ser «revolucionarios», pero con muy raras excepciones son enemigos de la verdadera revolución de los trabajadores de la ciudad y del campo y
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terminan siempre por traicionar el movimiento revolucionario de los trabajadores. El pueblo trabajador debe desconfiar de esta gente en general y no permitir que tome la dirección del movimiento obrero. Entre esta pequeña burguesía o clase media hay que contar sólo con aquellos que estén dispuestos a apoyar la lucha de los trabajadores y su partido de clase, el Partido Comunista de Venezuela, por emanciparse totalmente del yugo de la burguesía, es decir, de los ricos, ya estén con Gómez o contra Gómez, pero a los que quieren desviar a los trabajadores de la lucha revolucionaria por sus propios intereses en favor de la burguesía, hay que rechazarlos rotundamente como a traidores del pueblo trabajador y sirvientes de los explotadores. Hay solamente dos campos: los explotados y los explotadores; los que no están con los explotados están con nuestros enemigos. No hay un terreno intermedio en la lucha entre estas dos clases. Trabajadores, alerta contra los traidores.
Trabajadores: ingresad en vuestro partido de clase, el Partido Comunista
Por primera vez en la historia de este país se ha formado en Venezuela con su sede en Caracas un comité organizador de los trabajadores revolucionarios (comunistas) de Venezuela. Este comité se llamará COMITÉ CENTRAL PROVISIONAL DEL PARTIDO COMUNISTA, SECCIÓN VENEZOLANA DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA.
La Internacional Comunista, organización que dirige el movimiento revolucionario del proletariado mundial, y que ha tomado la iniciativa de ayudar a los obreros venezolanos a organizarse en su propio partido de clase, tiene secciones en todos
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los países de la América Latina y del mundo entero, se compone de unos cinco millones de obreros y campesinos organizados, controla la Rusia Soviética con sus 150 millones de habitantes y una parte considerable de China con más de 100 millones de habitantes, lo que hace un total de más de 250 millones en un inmenso territorio donde los explotadores han sido aplastados y los obreros y campesinos tienen el poder. La Internacional Sindical Roja, organización que lucha por el mejoramiento inmediato de la situación económica de los trabajadores, y que cuenta con 16 millones de miembros también os ayudará a organizaros en sindicatos en cada industria, empresa, mina, fábrica o hacienda para defender vuestros intereses materiales diarios contra la avaricia de la clase patronal. Esta es la ayuda que los trabajadores organizados del mundo os aportan para organizaros a fin de libraros del yugo de los explotadores extranjeros y venezolanos.
El Partido Comunista es el partido de los obreros, defiende los intereses de todos los explotados cualesquiera sea su nacionalidad, color, raza o religión y tiene como su programa lo siguiente:
1. Lucha insurreccionaria contra los grandes hacendados y la entrega y distribución de la tierra entre quienes la trabajan sin pagar indemnizaciones a los antiguos dueños.
2. Toma de las grandes empresas, fábricas, minas y transportes y nacionalización de éstos para los obreros bajo el gobierno obrero y campesino.
3. Desconocimiento de todas las deudas a los imperialistas y a los bancos y acaparadores ricos.
4. Desconocimiento de todas las concesiones y
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privilegios de explotación a los imperialistas.
5. Exención de impuestos a los campesinos pobres, pequeños comerciantes y dueños de pequeños talleres.
6. Implantación de la jornada de 7 horas en todas las grandes empresas, fábricas y minas y la jornada de 8 horas en general.
7. Igual salario por igual trabajo para las mujeres y los jóvenes.
8. Mantenimiento por cuenta del Estado y de las empresas de los desocupados y de los incapacitados para el trabajo por enfermedad, vejez o accidentes.
9. Educación elemental y superior gratuita y ayuda del Estado para el mantenimiento de los estudiantes.
10. Entrega de la tierra decomisada a los indígenas, los cuales tendrán derecho a gobernarse a sí mismos.
11. Supresión de todos los arriendos y alquileres.
12. Las madres recibirán salario completo con derecho a descanso absoluto durante 8 semanas antes y 8 semanas después del alumbramiento y asistencia médica gratuita.
¡Trabajadores!
Los beneficios aquí enumerados los obtendréis solamente luchando vosotros mismos por ellos, con vuestra propia organización clasista. La emancipación de los trabajadores tiene que ser la obra de ellos mismos. Los caudillos sólo os traicionarán y engañarán. Vosotros mismos tenéis que libertaros y para ello es menester organizaros y controlar vosotros mismos estas organizaciones para que no se
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apoderen de ellas los verdugos y explotadores. Solamente así organizados y dirigidos por vuestro propio partido de clase el Partido Comunista de Venezuela, podréis luchar efectivamente y con buen éxito contra todos los atropellos de los ricos, logrando arrancarles mejoras económicas inmediatas mientras os libráis definitivamente del yugo de los explotadores implantando vuestro propio gobierno de clase (soviético) constituido por delegados de los obreros, campesinos, indios y soldados. Si no queréis morir como esclavos, subyugados por el terror y el látigo, sin esperanzas para el porvenir, si no queréis que vuestros hijos e hijas padezcan la misma miseria y tiranía que vosotros sufrís hoy, hay que luchar para realizar el programa comunista. Sólo los cobardes se resignan a morir bajo los latigazos del déspota explotador. Los verdaderos hombres que quieren luchar para salir de este infierno a que estamos condenados en vida los trabajadores bajo el dominio de los ricos que todo lo deben a nuestra labor, se organizan para libertarse. ¡Para qué os sirve la vida si tenéis que pasarla sofocados por la opresión, alimentados con miserables mendrugos y tratados como perros! Sólo tenéis que perder en la lucha las cadenas que los explotadores os imponen.
Conclusión
El dominio de la burguesía o capitalistas ha llegado a su última etapa, El régimen capitalista se está hundiendo mortalmente herido por las propias contradicciones del sistema y por la violenta lucha de clases que de ellas se deriva. La decadencia se manifiesta palpablemente en la crisis espan-
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tosa que sufren todos los países en donde gobiernan los ricos. Hay 30 millones de hombres sin trabajo, sin pan y sin techo, condenados a ser mendigos con sus familiares. Los salarios de los que aún tienen trabajo son reducidos por los ricos que quieren echar sobre la clase trabajadora todo el peso de la crisis, de la quiebra del sistema de explotación capitalista. Se aumentan las horas de trabajo, los impuestos y los precios de los artículos de primera necesidad. Los capitalistas de todos los países luchan unos contra otros para arrebatarse los restos del botín y se preparan a la guerra engañando a los trabajadores para que les sirvan de carne de cañón y defiendan los intereses de sus propios explotadores.
Los trabajadores que ya no pueden aguantar más el yugo que les imponen los ricos explotadores se están organizando en todo el mundo para sacudirlo y librarse de un sistema que convierte a la mayor parte de la humanidad en bestias de carga de unos pocos privilegiados. El proletariado mundial se prepara para seguir el ejemplo de los trabajadores de la Rusia Soviética, único país donde no hay crisis ni desocupación.
¡Trabajadores venezolanos! Organizaos. Todos los que no seáis cobardes suscribíos al programa de liberación obrera de este manifiesto en todas las empresas, minas, fábricas y haciendas. Es necesario organizaros en pequeños grupos clandestinos unidos entre sí y elegir delegados en comités locales afiliados al Partido Comunista y bajo la dirección del Comité Central provisional que os va a enseñar cómo se procede en la lucha por vuestra libe-
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ración. Cuidaos de los espías y traidores. No recibáis en vuestras filas sino a aquellos trabajadores que sabéis bien son sinceros adherentes de la causa del pueblo trabajador.
¡Trabajadores! Luchando vosotros mismos con la ayuda del proletariado (los trabajadores) mundial, sin caudillos, ni generales extranjeros, ni nacionales, sabréis derrocar la tiranía y el régimen explotador.
¡Adelante compañeros!
¡Vivan los trabajadores!
¡Viva el Gobierno Obrero y Campesino!
¡Viva la Rusia Soviética!
¡Viva el Partido Comunista!
¡Mueran los verdugos del pueblo trabajador!
El Comité Central Provisional del Partido Comunista Venezolano, Sección de la Internacional Comunista.
Caracas, 1º de mayo de 1931.
El fusil en el hombro del obrero es la única garantía de la democracia. Lenin.
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Fuente: Archivo de la Internacional Comunista (IC), 7º Congreso de la IC. Copia y traducción de protocolos suministradas en Moscú a Eduardo Gallegos Mancera por el PCUS.
Protocolo (A) No. 463
Formulado el 8 de agosto de 1935, según la votación de los miembros del Comité Político:
2. (7475). Con respecto a la incorporación a la Internacional Comunista de los Partidos Comunistas de Perú, Venezuela, Costa Rica, Puerto Rico, Panamá, Haití, Bolivia, Guatemala, Santo Domingo, El Salvador.
Votación del 4/8/1935:
Jorge Dimitrov, Knorin, Piatnitzky, Richter, Bronkowski, Wilhelm Pieck, Kliment Gottwald, Ercoli (Palmiro Togliatti).
2. Proponer al Presidium del Congreso la siguiente Comisión, en relación a la incorporación de los Partidos Comunistas del Perú, Venezuela, Costa Rica, Puerto Rico, Panamá, Haití, Bolivia, Guatemala, Santo Domingo y El Salvador.
1. Wan-Min (Presidente)
2. Secretario del PC de Cuba
3. Un representante de la Delegación brasileña
4. Un representante de la Delegación argentina
5. Ford (USA)
Protocolo No. 43
De la sesión final del 7º Congreso Mundial de la Internacional Comunista.
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(23º día de sesión, sesión No. 43 (noche), 20 de agosto de 1935)
6. Informe de la Comisión con respecto a la incorporación de nuevos Partidos a la Internacional Comunista: Camarada Wan-Min (China)
Aprobado:
e) Incorporar a los Partidos Comunistas de Perú, Venezuela, Colombia, Costa Rica y Puerto Rico como seccionales.
f) Pasar al Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista la decisión de lo relacionado a la incorporación de los PC de Panamá, Ecuador, Haití y Chipre como seccionales de la IC después de haber recibido todos los documentos e informaciones necesarias acerca de la situación verdadera de estas organizaciones.
Acuerdo sobre la admisión de nuevos Partidos en la Internacional Comunista
(Adoptada en el 7º Congreso Mundial de la Internacional Comunista, el 20 de agosto de 1935).
a) Aceptar a los Partidos Comunistas de INDOCHINA, FILIPINAS, PERÚ, COLOMBIA, COSTA RICA, PUERTO RICO y VENEZUELA, como Secciones de la Internacional Comunista.
b) Aceptar al Partido Revolucionario de CUBA como sección de la Internacional Comunista, con los derechos de un Partido simpatizante.
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EL VI CONGRESO DEL PCV en conocimiento de la ponencia elaborada por una Comisión designada por el Comité Central saliente y aprobada por éste en su última sesión plenaria, relativa a la fecha de fundación del partido de la clase obrera venezolana; estudiada dicha ponencia, que contiene materiales históricos de indudable valor, que el XXII Pleno del CC elevó a la consideración de este Congreso.
RESUELVE
1) Adoptar el 5 de marzo de 1931 como fecha de fundación del Partido Comunista de Venezuela, inicio de su actividad organizada en el país;
2) Adoptar el 8 de agosto de 1937, fecha en que se instaló la Primera Conferencia del Partido y se designó la primera dirección que abarcaba la mayoría del territorio, como fecha de la reafirmación ideológica y de la integración nacional del Partido Comunista de Venezuela; y
3) Encomendar al Comité Central y al Buró Político que surjan del VI Congreso, la celebración, en todo el territorio nacional, del cincuentenario del Partido Comunista de Venezuela en marzo de 1981.
Los Caracas, 10 de agosto de 1980.
El VI Congreso del Partido Comunista
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Llamado a todos los que puedan indicar correcciones o adiciones necesarias
Se está consciente de que la escasez de fuentes documentales escritas, en su mayor parte destruidas en los sucesivos y largos períodos de represión sufridas a través de los casi diez lustros de historia revolucionaria venezolana sintetizada en este trabajo, ha podido ocasionar la omisión de hechos o personas que jugaron papel de mayor o menor importancia dentro del proceso que se relata. Se agradece a todos aquellos que noten fallas o imprecisiones, se sirvan hacerlas llegar a la Dirección del Partido Comunista de Venezuela (Edificio Cantaclaro, San Pedro a Río, Parroquia San Juan, Caracas), a nombre del autor, a fin de mejorar al máximo las futuras reediciones. Este llamado está dirigido principalmente a las fuentes todavía vivas, de dentro o de fuera del PCV, que hayan participado en algunas de las fases reseñadas en una u otra región del país y que tengan a bien prestarnos su valiosa colaboración.
Fernando Key Sánchez
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49 La Editorial Aurora valora altamente su opinión acerca del contenido, diseño y diagramación de la presente publicación. Igualmente, agradece cualquier otra sugerencia. editorialaurora1917@gmail.com