Un año de guerra en Ucrania (Vol.1)

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Editorial Aurora

Caracas, 2023

Revisión y edición

Cristina Vargas B.

Diagramación

Alejandro Díaz M.

Diseño

Tomás Peraza A.

Portada

Pancartas del KKE desplegadas en la Acrópolis (Atenas), el 11 de mayo de 2022: «No a la guerra. No a la participación. No a las bases de muerte», en griego e inglés.

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Desde lo que podrían considerarse como los primeros tiempos del movimiento comunista internacional, con la fundación en 1864 de la Asociación Internacional de los Trabajadores, hasta nuestros días, siempre han existido corrientes, tendencias y diferencias político-ideológicas en su seno.

Esto ha sido así incluso durante la III Internacional (1919-1943) que, con sus aciertos y errores, se concibió como un partido mundial de seccionales en cada país; y también después, a pesar de que el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) contaba con gran prestigio y ejercía enorme influencia.

Ya antes de que el Campo Socialista se desintegrara (1989-1991), hubo alarmantes señales de descomposición en varios referenciales partidos comunistas (PPCC) tanto de países capitalistas como «socialistas», sobre todo en los años setenta y ochenta, pero la final disolución de la URSS generó una ola global de desánimo, frustración y desorientación cuyas consecuencias aún sufrimos.

Desde el formal desmembramiento de la URSS (1991), a lo largo de los últimos poco más de 30 años, en distintas oportunidades se han patentizado las contradicciones político-ideológicas en el fragmentado y heterogéneo movimiento comunista internacional, constatándose que muy pocos de los que se autodenominan como «Partido Comunista» efectivamente lo son.

El que un partido realmente sea «Partido Comunista» no depende de que ostente ese nombre o de que vocifere ser marxista-leninista ni de que tenga

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80, 90 ó 100 años, sino de que lo demuestre en sus posiciones y en su práctica concreta.

Un caso sintomático de todo esto se ha evidenciado de manera especial a partir del 24 de febrero de 2022, por las interpretaciones y actitudes antagónicas a lo interno del movimiento comunista internacional acerca de si la invasión rusa a Ucrania es: una «operación militar especial» para «proteger» a la población rusohablante y «desnazificar» Ucrania –validando el discurso y las justificaciones del gobierno de Putin–; una guerra imperialista de potencias y alianzas capitalistas en pugna, entre las cuales no debemos escoger un bando –como defienden varios PPCC con base en la doctrina leninista–; o una extraña amalgama con elementos de ambas, que señala a Rusia como capitalista pero que la excusa por las provocaciones de la OTAN –la ambigüedad del conocido «sí, sí, pero no»–.

Para ayudar al debate y a la clarificación de posiciones, publicamos cuatro textos elaborados en colaboración o directamente por el Partido Comunista de Grecia (KKE, por sus siglas en griego), el cual es reconocido por ser minucioso en temas históricos y acucioso en el sustento de sus posiciones.

Finalmente, llamamos la atención del lector sobre algunos detalles formales que encontrará a lo largo del presente volumen. En primer lugar, la traducción al español se cotejó con los originales en griego y en inglés. En segundo lugar, las notas al pie de página que no sean del original sino de la Editorial están identificadas (N. de la Edit.), e insertamos puntuales acotaciones entre corchetes.

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Publicado en el diario Rizospastis, Nº 14.193, 18 de febrero de 2023, p.31.

Doce días antes de que Vladimir Putin anunciara «la operación militar especial», como llamó a la invasión militar rusa en el territorio de Ucrania, comentábamos en el diario Rizospastis1 [«El Radical», en griego] las declaraciones del diplomático estadounidense Kurt Volker2 quien decía «que “posiblemente Rusia tomará un tercio de Ucrania”, con lo cual Ucrania perdería todo acceso al mar de Azov3 y la Federación Rusa tendría una ruta terrestre de conexión con Crimea».

Entonces destacamos, entre otras cosas, lo siguiente:

No sabemos si con esta declaración el diplomático estadounidense indicó cuáles serán las nuevas fronteras de Ucrania, o si se trata de una propuesta de compromiso de EEUU a Rusia con respecto al desmembramiento de Ucrania y no se sabe a cambio de qué, o si era simplemente un ejercicio de presión sobre los líderes actuales de Ucrania. Sin embargo, lo que sí sabemos es

1 Órgano del Comité Central del KKE (N. de la Edit.)

2 Fue representante especial de EEUU en las negociaciones sobre Ucrania (20172019), y antes representante permanente de EEUU en la OTAN (2008-2009) y subdirector de la oficina privada del secretario general de la OTAN (1999-2001), entre otros cargos (N. de la Edit.)

3 Localizado al noreste de la península de Crimea, entre Ucrania y Rusia, comunica con el mar Negro a través del estrecho de Kerch (N. de la Edit.)

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que en general las fronteras no cambian de forma incruenta4 .

Hoy día, un año después del comienzo del enfrentamiento que ha llevado a la matanza de los pueblos de Ucrania y Rusia, tenemos decenas de miles (o según otras fuentes cientos de miles) de muertos y discapacitados, así como la destrucción total de decenas de ciudades y pueblos. Las fronteras ruso-ucranianas han cambiado durante las batallas, ya que Rusia ha logrado controlar, además de la mayor parte de la región de Donbás (el 60% de Donetsk y el 95% de Lugansk), Jersón (75%) y Zaporiyia (80%), todas las cuales se han incorporado al territorio ruso, con base en los decretos presidenciales de Putin5 y a pesar de sus declaraciones iniciales de que el objetivo de la «operación militar especial» no fue la conquista de territorio ucraniano. En total, el territorio ucraniano actualmente bajo el control militar de Rusia llega al 18% de Ucrania (27% en marzo).

De hecho, tal como predijo el oficial estadounidense, Rusia ha cortado el acceso de Ucrania al mar de Azov, ha creado un corredor terrestre de comunicación entre sus territorios y Crimea, que se incorporó a su territorio desde 2014.

Como dijo el 3 de febrero de 2023 el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia y expresidente del país [2008-2012], Dmitri Medvédev, «la economía ucraniana se está convirtiendo rápidamente en una pieza de madera sucia y podrida» porque, según él mismo, «Ucrania ya ha perdido más del 40% de su potencial industrial nacional y se contrajo aproxi-

4 *«Sobre la agudización entre las potencias euroatlánticas y Rusia», diario Rizospastis, Nº 13.940, 12 de febrero de 2022, p. 36.

Véase íntegro en la página 18 de este volumen (N. de la Edit.)

5 Emitidos el 30 de septiembre de 2022 y ratificados por la Duma Estatal (cámara de diputados) el 3 de octubre de 2022 por unanimidad, con los votos a favor del Partido Comunista de la Federación Rusa (N. de la Edit.)

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madamente un 15% del PIB anterior a la guerra y ya no tiene acceso a materias primas de valor superior a 12 billones de dólares, incluyendo el 63% de los yacimientos de carbón y el 42% de sus metales»6 .

Este representante del capital ruso se frota las manos porque la Rusia capitalista, bajo el manto del antifascismo y la amenaza de las persecuciones a expensas de cualquier oposición expresada dentro del país, conquistó y controla plenamente el mar de Azov, así como miles de kilómetros cuadrados de tierras fértiles, recursos minerales e infraestructura industrial, que pertenecían a Ucrania, así como unos millones de trabajadores, que están a la disposición de los monopolios rusos.

Además, se frotan las manos:

 EEUU, ya que los monopolios estadounidenses de energía de aquí en adelante suministrarán a Europa con carísimo gas natural licuado, mientras que a EEUU se le dio la oportunidad de un relativo «reagrupamiento» y mayor fortalecimiento del «avispero» de la OTAN7 que en el período anterior tenía problemas de cohesión.

 La Unión Europea, que encontró otra coartada para promover la «estrategia del desarrollo verde» de la que se benefician los monopolios de energía europeos, tanto los de «fuentes alternativas de energía» (paneles, turbinas eólicas, etc.) así como los clásicos y otros sectores del capital como por ejemplo los armadores griegos que han amasado beneficios durante este año de guerra.

6 Diario ruso Kommersant, 3 de febrero de 2023.

7 Organización del Tratado del Atlántico Norte, creada mediante el «Tratado de Washington», suscrito el 4 de abril de 1949 (N. de la Edit.)

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 Los capitalistas de China, India, Brasil y de otros países, que encontraron el modo de importar materias primas de Rusia en la mitad del precio, principalmente petróleo, sacando beneficios de la diferencia de los precios en el mercado internacional.

 Las monarquías en el Golfo que aumentaron su clientela y la burguesía turca que desempeña el papel de «mediador» y «centro neurálgico» de los intereses y productos entre ellos.

 Todos estos Estados capitalistas que tienen una industria bélica desarrollada (EEUU, Rusia, China, Francia, Alemania, Turquía, Irán, etc) que producen y prueban en los campos de batalla nuevas máquinas asesinas, logrando ganancias del comercio de muerte.

 La burguesía de Ucrania, que ha blindado aún más su poder porque, por un lado, ha vinculado sus intereses más estrechamente a los de otros países capitalistas más fuertes del bloque euroatlántico, y, por otro lado, internamente, en nombre del «patriotismo», de la defensa de la integridad territorial del país y la recuperación de territorios, injertó un clima de «unanimidad» con mucho anticomunismo, chovinismo y justificación histórica de los colaboradores de los nazis.

Por supuesto, el conflicto militar entre las fuerzas de la OTAN y Rusia continúa, ya que la duración del conflicto, los medios que se utilizarán y cómo se configurará su desenlace militar-económico, tendrán un impacto directo en las ganancias y las pérdidas de cada lado.

¿Quiénes han perdido hasta ahora?

Hay también secciones del capital que han perdido durante este período. Sin embargo, este es un desarrollo constante en el capitalismo, donde hay

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antagonismo intrasectorial e intersectorial, crecimiento desigual y no es posible que ganen al mismo tiempo todas las secciones del capital en condiciones de anarquía y feroz antagonismo, que son características típicas de la economía capitalista incluso en tiempos de paz.

Sin embargo, los que han perdido más durante este año de la guerra imperialista son los pueblos, que pagan con la sangre de sus hijos o bien de sus propios bolsillos los beneficios del capital ya que la guerra ha aumentado la carestía y la inflación, y ha agotado el ingreso popular.

El KKE, desde el primer momento y sin vacilaciones, demostró a nuestro pueblo las verdaderas causas de la guerra. Como se destaca en la Resolución del Comité Central sobre la guerra imperialista en Ucrania9:

El pueblo ucraniano lleva al menos una década pagando los antagonismos y las intervenciones por el reparto de mercados y esferas de influencia entre EEUU, la OTAN y la UE, y la estrategia de «ampliación euroatlántica», por un lado, y por otro, la estrategia de la Federación Rusa capitalista para sus propios planes de explotación contra los pueblos, para fortalecer sus propias coaliciones imperialistas (Unión Económica Euroasiática10, Organización del Tratado de Seguridad Colectiva11) en la región de la antigua URSS.

8 Véase la nota 1 del segundo texto (N. de la Edit.)

9 «Resolución del Comité Central del KKE sobre la guerra imperialista en Ucrania», 9 de marzo de 2022.

Véase íntegra en la página 34 de este volumen (N. de la Edit.)

10 Establecida con base en el Tratado del 29 de mayo de 2014, suscrito por los presidentes de Rusia, Bielorrusia y Kazajistán, al que ese mismo año se sumaron los de Armenia (10 de octubre) y Kirguistán (23 de diciembre), todas exrepúblicas soviéticas. Se lanzó oficialmente el 1 de enero de 2015 (N. de la Edit.)

11 Constituida con base en el «Tratado de Seguridad Colectiva», suscrito el 15 de mayo de 1992, menos de un año después de disolver el Pacto de Varsovia y cua-

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El KKE señaló que:

La intervención militar de Rusia, de hecho, marca el inicio formal de una guerra preparada por el material combustible acumulado a lo largo del tiempo. En su centro está el reparto de la riqueza mineral, la energía, la tierra y la mano de obra, los oleoductos y las redes de transporte de mercancías, los pilares geopolíticos, las cuotas de mercado.

Nuestro Partido rechazó los pretextos que utilizaron EEUU, la OTAN y la Unión Europea [UE], incluido el gobierno griego, sobre el «revisionismo», la «democracia», la «libertad de elección de aliados», etc. para apoyar el gobierno reaccionario de [Volodímir] Zelenski. Destacó que los primeros en convertir ciertas disposiciones formales del Derecho Internacional en papel mojado son los imperialistas de la UE y de la OTAN.

El KKE rechazó los pretextos de la parte rusa, como fue por ejemplo la invocación del antifascismo con el fin de promover los planes de sus propios monopolios en la región, aprovechándose del fuerte sentimiento antifascista de los rusos y de todos los pueblos, que pagaron con millones de muertos la lucha contra la ocupación y la atrocidad alemana nazifascista. «No olvidemos que la propia Rusia capitalista, que hoy tiene un papel dirigente en el anticomunismo, mantiene relaciones amistosas con formaciones de extrema derecha en muchos países, y el liderazgo ruso elogia públicamente a los ideólogos del fascismo ruso», destaca la Resolución del Comité Central del KKE.

tro meses y medio después del formal desmembramiento de la URSS. Actualmente está integrada por Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Armenia, Kirguistán y Tayikistán, todas exrepúblicas soviéticas (N. de la Edit.)

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El KKE, junto con el Partido Comunista de los Trabajadores de España [PCTE], el Partido Comunista de México [PCM] y el Partido Comunista de Turquía [TKP], elaboró una Declaración Conjunta de Partidos Comunistas y Obreros12, que fue publicada inmediatamente (26 de febrero de 2022) y ha sido suscrita hasta ahora por 44 partidos comunistas y 30 juventudes comunistas de todo el mundo.

En esta Declaración Conjunta muy importante se destaca que:

 La disolución de la URSS y la restauración capitalista significaron la abolición de conquistas obreras y populares históricas y llevaron a los pueblos de la URSS a la época de la explotación clasista y de guerras imperialistas.

 Los acontecimientos en Ucrania que se están desarrollando en el terreno del capitalismo monopolista, están vinculados a los planes de EEUU, la OTAN y la UE, su intervención en la región en el marco del antagonismo feroz entre estas potencias y la Rusia capitalista, por el control de los mercados, las materias primas y las redes de transporte del país.

 Se condena la acción de fuerzas fascistas nacionalistas en Ucrania, el anticomunismo y la retórica contra Lenin, los bolcheviques y la Unión Soviética que se promueven por los líderes rusos.

 Los pueblos de los dos países, de Rusia y Ucrania, que vivieron en paz y prosperaron juntos en el marco de la URSS, así como los demás pueblos del mundo, no tienen nada que ganar en alinearse con uno u otro imperialista, con una u otra alianza que

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12 Véase íntegra en la página 30 de este volumen (N. de la Edit.)

sirve los intereses de los monopolios.

 Se rechazan las falsas ilusiones difundidas por fuerzas burguesas de que podría existir otra «mejor arquitectura de seguridad» en Europa, con la intervención de la UE, o una OTAN «sin planes de guerra y sistemas de armas ofensivas en su territorio», o una «UE amante de la paz», o un «mundo multipolar pacífico», y que las guerras imperialistas son inherentes al capitalismo.

 Se llama a los pueblos de los países cuyos gobiernos están involucrados en los acontecimientos, especialmente a través de la OTAN y la UE, así como de Rusia, a luchar contra la propaganda de las fuerzas burguesas que empujan a los pueblos a la picadora de carne de la guerra imperialista con diversos pretextos falsos. Deben exigir el cierre de las bases militares, el regreso al país de las fuerzas militares que están al extranjero, reforzar la lucha por la liberación del país de los planes y las alianzas imperialistas, como son la OTAN y la UE.

 Por último, el interés de la clase obrera y de las capas populares requiere que se fortalezca el criterio de clase en el análisis de los desarrollos, para trazar nuestro propio camino independiente contra los monopolios, las clases burguesas, por el derrocamiento del capitalismo, el fortalecimiento de la lucha de clases contra la guerra imperialista, por el socialismo.

El KKE, desde el primer momento, dejó clara su posición ante el pueblo griego.

El 25 de febrero [de 2022] en Atenas tuvo lugar una gran concentración y una marcha a las embaja-

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das rusa y estadounidense, contra la guerra imperialista y la participación de Grecia en ésta al lado de EEUU, la OTAN y la UE.13

El 1 de marzo, desde el parlamento, el secretario general del Comité Central del KKE, Dimitris Koutsoumpas, planteó las posiciones del partido, denunció el gobierno y los demás partidos pro-OTAN para la mayor implicación del país en la guerra, respondió a las distorsiones anticomunistas de la historia y llamó a luchar por el cierre de las bases de la OTAN y EEUU, para que no se envíen sistemas armamentistas ni tropas militares de Grecia al conflicto, para que se refuerce la lucha por la desvinculación de las diversas uniones imperialistas, con el pueblo realmente en el poder.14

El KKE dejó su posición bien clara al pueblo con hechos, no sólo con palabras:

Organizó una gran campaña de información del pueblo en todo el país sobre los peligrosos desarrollos. Una grandiosa movilización antiguerra del KKE tuvo lugar el 1 de abril delante del parlamento15 .

Nuestro Partido ha organizado importantes movilizaciones contra la guerra, fuera de las bases de la OTAN en Alejandrópolis, Suda, Lárisa, Stefanovikio, etc. Ha apoyado la actividad correspondiente de los sindicatos y organizaciones de masas del país. Ha bloqueado carreteras y vías férreas y puertos que utilizaron las fuerzas de la OTAN. Los comunistas estaban en la vanguardia de la lucha antiimperialista y por esta razón sufrieron el ataque de los mecanis-

13 «¡No a la guerra imperialista! ¡Que se detenga la implicación de Grecia!», 26 de febrero de 2022 (N. de la Edit.)

14 «No elegimos entre campos de ladrones. Nuestro deber internacionalista y patriótico es decir NO a la participación del país en la guerra imperialista», 2 de marzo de 2022 (N. de la Edit.)

15 «D. Koutsoumpas: “No elegimos campo de ladrones, elegimos el campo de los pueblos”», 2 de abril de 2022 (N. de la Edit.)

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mos represivos del Estado burgués, como ocurrió en el puerto de Tesalónica el 6 de abril cuando las fuerzas antidisturbios atacaron la concentración de los huelguistas, deteniendo y llevando a los tribunales a miembros del Comité Central del KKE, del Consejo Central de la KNE, un periodista de Rizospastis y sindicalistas16 .

El KKE fue el único partido que se negó a asistir el 7 de abril al discurso de Zelenski y del neonazi Batallón de Azov en el parlamento griego, que tuvo lugar en presencia de todos los demás partidos. Mientras todos los partidos pro-OTAN los estaban aplaudiendo, los escaños del KKE estaban vacíos.

En el parlamento europeo, cuando ND, Syriza y Pasok17 conjuntamente apoyaron el delirio bélico de los imperialistas europeos pidiendo al aumento masivo del apoyo bélico al gobierno reaccionario de Zelenski, el KKE votó en contra y lo denunció al pueblo.18

El Partido, al mismo tiempo, ha asumido un papel significativo en la lucha ideológica-política en el movimiento comunista internacional, donde las confusiones en varios partidos son fuertes. Giorgos Marinos, miembro del Buró Político del CC del KKE, destacó en el 22º Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros [EIPCO], en La Habana (2729 de octubre), que:

La actitud de los comunistas ante la guerra imperialista es un asunto crucial. Está determinada por el hecho de que en la época del imperialismo, del capitalismo

16 «Un paso significativo de escalada de la lucha del movimiento obrero y popular», 7 de abril de 2022 (N. de la Edit.)

17 ND: «Nueva Democracia», conservador, partido gobernante; Syriza: «Coalición de la Izquierda Radical», oportunista y socialdemócrata; Pasok: «Movimiento Socialista Panhelénico», socialdemócrata (N. de la Edit.)

18 «Sobre la resolución - delirio bélico - apoyada por ND-Syriza-Pasok en el Parlamento Europeo», 17 de octubre de 2022 (N. de le Edit.)

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monopolista, las guerras libradas por las clases burguesas son guerras injustas, imperialistas. Los pueblos están llamados a condenarlas, fortalecer la lucha ideológica, política y de masas, independiente, para derrocar el poder del capital, eliminar la explotación capitalista, construir el socialismo-comunismo19. Cualquier desviación de este principio conduce objetivamente a la alineación con los intereses de las clases burguesas, de uno u otro campo de «ladrones», con consecuencias dolorosas.20

El KKE destacó en las filas del movimiento comunista internacional la percepción leninista del imperialismo, que no se identifica meramente con la política exterior agresiva sino que es el capitalismo monopolista, y describió sus características básicas contemporáneas. Al mismo tiempo señaló las enseñanzas históricas de nuestro Partido de la lucha contra el fascismo, que es hijo del capitalismo, y que, como destacó Brecht sobre el fascismo, «Combatirlo es combatir el capitalismo, bajo su forma más cruda, más insolente, más opresiva, más engañosa»21 . Subrayó que la lucha contra el fascismo no debe basarse en fuerzas burguesas o en alianzas con éstas, ni debe separarse de la lucha contra la matriz que lo genera.

Nuestro Partido, en coordinación con muchos otros partidos, dio muchas batallas contra el apoyo de las burguesías y las uniones imperialistas, contra los que distorsionan y revisan las posiciones marxis-

19 El término «socialismo-comunismo» es usado desde hace varios años por el KKE y algunos otros partidos comunistas de distinto nivel de consecuencia ideopolítica (incluido el PC de Venezuela), sobre todo para diferenciar el «socialismo» socialdemócrata de lo que sería un modelo de sociedad planteado por los PPCC; sin embargo, pudiendo ser buena la intención, ese término es políticamente inexacto y conceptualmente erróneo, en lo más básico porque, aunque para la doctrina marxista el «socialismo» y el «comunismo» forman parte de un mismo proceso, también los identifica como dos modelos de sociedad bien diferenciados en sus momentos, grados de desarrollo y características políticas y socioeconómicas (N. de la Edit.)

20 «Contribución del KKE en el 22º EIPCO, en La Habana», 29 de octubre de 2022 (N. de la Edit.)

21 Bertolt Brecht, «Las cinco dificultades para decir la verdad», 1934 (N. de la Edit.)

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tas-leninistas sobre la guerra y el imperialismo, y destacó la vigencia y la necesidad del socialismo.

De cara a las próximas elecciones parlamentarias los trabajadores deben pensar qué mensaje enviarán con su voto.

¿Fortalecerán a las fuerzas (ND, Syriza, Pasok) que han convertido a Grecia en una cabeza de puente de la guerra imperialista, a las que durante todo el período anterior no han hecho ni una manifestación contra la guerra (p.ej Mera2522), o al KKE que luchó consecuentemente contra la guerra, para que no se ponga a nuestro pueblo en el punto de mira y para que no se implique nuestro país en la guerra?

Piensen en ello: justo después de la guerra, hace un año, Alemania envió a Ucrania cascos militares; hoy envía tanques «Leopard». Hace un año EEUU envió a Ucrania equipamiento antiguo, a continuación envió los sofisticados misiles «Himars» y ahora se están preparando a enviar los tanques más modernos «Abrams». Todos ellos, EEUU, OTAN y UE, están hablando de apoyar a Ucrania incluso con fuerza aérea. Ambas partes de la guerra (OTAN-Rusia) están amenazando con utilizar armas nucleares. Estos desarrollos deben ser un criterio de voto.

Los trabajadores conscientes y los jóvenes con su voto no echarán leña al fuego de la masacre imperialista que amenaza también a otros países, sino que fortalecerán el KKE que lucha contra las guerras im-

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Europeo de Desobediencia
encabezada por su exministro de Finanzas Yanis Varoufakis (N. de la Edit.)
«Frente
Realista», socialdemócrata. Escisión de Syriza

perialistas y muestra la salida para el pueblo griego y los demás pueblos: ¡el camino de la paz y el socialismo! * * *

Publicado en el diario Rizospastis, Nº 13.940, 12 de febrero de 2022, p. 36.

Durante las últimas semanas se ha ido fortaleciendo la disputa entre EEUU, la OTAN, la UE [Unión Europea] y Rusia, que se centra en los acontecimientos en Ucrania. El enfrentamiento verbal y diplomático va acompañado tanto de movimientos de tropas militares y extensos ejercicios militares de ambos lados, como de la diplomacia secreta.

Hoy sería difícil que los pueblos entraran en una guerra y sacrificaran su vida por el «vellocino de oro» o «la bella Helena»1, sin embargo todavía se utilizan muchos pretextos para alimentar el monstruo

1 Representación simbólica de los intereses de quienes ostentan el poder, por los cuales los poderosos están dispuestos a sacrificar la vida de la población. En la mitología griega, la búsqueda del vellocino de oro era para que Jasón reclamase

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de la guerra imperialista.

Así que cada parte busca presentar y emplear sus argumentos en la disputa, y arremeter contra la otra parte.

EEUU y las demás potencias euroatlánticas sostienen que se trata del derecho de un «país soberano» (Ucrania) a elegir sus alianzas y proteger su integridad territorial, que está cuestionado por la agresión rusa. Como tal se presenta la incorporación de Crimea a Rusia y el apoyo de parte del Estado ruso a las regiones separatistas de Ucrania (la región de Donbás) y de Georgia (Abjasia y Osetia del Sur), así como la existencia de fuerzas militares rusas en los territorios de Moldavia (Transnistria).

La parte euroatlántica, entre otras cosas, disfraza su propaganda antirrusa con el pretexto de la «democracia» contra un «líder autoritario», el presidente de Rusia Vladímir Putin. De hecho, Josep Borell, el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, calificó el enfoque común de Rusia y China como «alianza de regímenes autoritarios».

En nuestro país algunos defensores de estas narrativas fomentan más confusión al calificar a China falsamente de «comunista» y a Rusia de «semicomunista», mientras que otros se enfocan en la cooperación de Rusia con Turquía buscando conectar la propaganda antirrusa con una más fuerte propaganda antiturca.

Por otro lado, Rusia sostiene que no se trata sólo de Ucrania, sino de sus garantías de seguridad. Considera que la incorporación de Ucrania en la OTAN y la transferencia de sistemas de misiles anti-balísti-

el trono de Yolcos, y Helena, reina de Esparta que huyó con el príncipe Paris, fue la excusa para la guerra de los griegos contra Troya (N. de la Edit.)

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cos a Rumanía y Bulgaria rompen el «equilibrio del terror», es decir la capacidad de responder a un posible primer golpe nuclear, que podría lanzar la OTAN contra ella. Destaca que la adhesión de Ucrania a la OTAN, mientras Ucrania no ha aceptado la incorporación de Crimea a Rusia y considera que es territorio ucraniano que debe ser liberado, podría conducir a una confrontación militar entre las fuerzas de la OTAN y Rusia, con consecuencias imprevistas. La parte rusa parece dispuesta a emprender «acciones», incluso militares, que no se especifican, para impedir los planes de guerra en su contra.

Además, decora su argumentación contra Occidente con el pretexto de la «paz» y la protección de los ciudadanos rusos y rusohablantes frente a la agresión de la OTAN. En nuestro país, algunos partidarios de la narrativa rusa nos llaman a una lucha antifascista contra el «Kiev fascista», pasando por alto que hace poco tiempo el presidente de Rusia estaba elogiando al ideólogo ruso del fascismo, el filósofo Iván Ilyin [1883-1954], entre cuyas obras están: «Nacionalsocialismo. El nuevo espíritu», «Sobre el fascismo ruso», «Acerca del fascismo», etc.

Muchos trabajadores en nuestro país y en otros países se preguntan ¿quién tiene razón y quién está equivocado? ¿Cuál parte se basa en el derecho internacional y cuál parte lo viola? En última instancia, ¿qué deben hacer los trabajadores en estas condiciones?

Quienes esperan encontrar la verdad en el marco actual del derecho internacional serán decepcionados, pues cada vez se parece más a los antiguos

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oráculos2, que cada vidente podría interpretarlos de manera diferente. Hoy, el derecho internacional es invocado por todas las partes, ya que cada parte lo interpreta según le conviene.

El artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas3 , que se refiere al derecho de cada país a la defensa individual y colectiva, es lo que invocan las potencias euroatlánticas para intervenir en la región, supuestamente para «defender» Ucrania. Esto es lo que invocó EEUU para su intervención en Afganistán o para sus ataques aéreos en Siria. Con base en este artículo, Turquía ha invadido y ocupado territorios sirios, e igualmente Rusia ha procedido a su intervención militar en Siria.

Por otro lado, Rusia invoca la llamada «Carta de París para una Nueva Europa», firmada en el seno de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en 19904, que establece que «La seguridad es indivisible y la seguridad de cada Estado participante está inseparablemente vinculada a la de todos los demás». Además, la Carta de la OSCE sobre la Seguridad Europea, aprobada en Estambul (1999), establece para cada uno de los Estados que «no fortalecerá su propia seguridad a expensas de la de otros Estados»5. Con base en lo anterior, Rusia pide tener voz sobre temas de expansión de la OTAN hacia sus

2 «Especialmente en la Antigüedad grecorromana, respuesta que una deidad daba a una consulta, a través de un intermediario y en un lugar sagrado.», Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, 23ª edición, 2014 (N. de la Edit.)

3 «Carta de las Naciones Unidas», firmada el 26 de junio de 1945, en San Francisco (EEUU), al terminar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional, y entró en vigor el 24 de octubre del mismo año (N. de la Edit.)

4 «Carta de París para una Nueva Europa», suscrita por 34 países, incluyendo a EEUU y la URSS, el 21 de noviembre de 1990, trece meses antes de la formal disolución de la Unión Soviética (N. de la Edit.)

5 «Carta sobre la Seguridad Europea», suscrita el 19 de noviembre de 1999, en la 6ª Cumbre de la OSCE de Jefes de Estado o de Gobierno, en Turquía (N. de la Edit.)

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fronteras y sobre qué armas y fuerzas desplegará la OTAN en sus países miembros, por ejemplo en Rumanía, Polonia, Bulgaria, etc.6

En este punto cabe destacar que el Derecho Internacional es parte del derecho burgués. Mientras existían la URSS y los demás países socialistas esto se formaba como resultado de la correlación de fuerzas entre las potencias del capitalismo y del socialismo, que, no obstante, seguía siendo negativa, ya que entonces también se cometían crímenes imperialistas. Después del derrocamiento del socialismo, el Derecho Internacional se ha determinado exclusivamente como resultado de la correlación de fuerzas entre los Estados capitalistas, se ha hecho aún más reaccionario y se utiliza por las potencias imperialistas a voluntad, en el marco de los antagonismos entre ellas y a expensas de los pueblos.

En nuestra época, la del capitalismo monopolista o, en otras palabras, del imperialismo, cuando estalla un conflicto es totalmente engañoso discutir quién empezó primero o quién obedece al «Derecho Internacional», que se ha vuelto más reaccionario, así como más flexible para que sea invocado por todas las potencias imperialistas.

La esencia que nosotros, los comunistas, debemos aclarar al pueblo es el «terreno» en el que se lleva a cabo esta guerra, que es determinado por los intereses de los monopolios. Lo esencial es qué fuerzas están enfrentándose y que estas fuerzas y sus intereses tienen un contenido clasista específico. Sus intereses son ajenos a los intereses de los pueblos.

6 De los actuales 30 países miembros de la OTAN, 14 ingresaron a partir de 1999: Hungría, Polonia y República Checa en ese mismo año; Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania y Rumanía en 2004; Albania y Croacia en 2009; Montenegro en 2017; y Macedonia del Norte en 2020; casi todos fueron repúblicas soviéticas o países que de una u otra manera formaban parte del Campo Socialista en Europa Oriental (N. de la Edit.)

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Muchos sostienen que el liderazgo ruso busca volver a 1990, cuando EEUU prometió a [Mijaíl] Gorbachov que la OTAN no se expandiría; promesa que no cumplió. Hoy, hay quienes dicen que Rusia pide volver a 1990 y garantías legales para su seguridad. En realidad, esta discusión no tiene sentido pues históricamente se han firmado varios acuerdos internacionales, reflejando la correlación de fuerzas del momento, y unos años después, o incluso meses, cambiaron.

La esencia, entonces, está en otra cosa. Después de que se completó el derrocamiento del socialismo y la disolución de la Unión Soviética la burguesía rusa recién formada buscaba estabilizar su poder a nivel sociopolítico. En aquel período, dirigido por Boris Yeltsin, buscaba no tener «frentes abiertos» con Occidente. Por lo tanto, hizo la vista gorda a muchos movimientos del euroatlanticismo, que promovía los intereses de sus monopolios en la región de Europa y Eurasia. Esta fase en el desarrollo del capitalismo ruso se completó desde hace tiempo. Desde hace años, la burguesía rusa busca recuperar «el terreno perdido» en los antagonismos con los monopolios occidentales y sus alianzas imperialistas, la OTAN y la UE. Las circunstancias internacionales son favorables ya que está «fermentando» la siguiente batalla por la supremacía en el sistema imperialista mundial entre EEUU, que sigue siendo la potencia imperialista más fuerte, y China, que es la segunda potencia más fuerte en el mundo capitalismo contemporáneo.

En los últimos años la burguesía rusa había elaborado una serie de planes para la unificación capitalista en los territorios de la antigua URSS, donde mu-

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chas características culturales comunes se mantienen fuertes, y hay un número significativo de población rusa y rusohablante. Muchas veces, rusos oficiales han enfatizado que actualmente la nación más grande que se ha «dividido» por fronteras nacionales es la rusa. Por supuesto, a la burguesía rusa le interesa consolidar la posición de sus monopolios en el territorio de la antigua URSS, en la lucha por los recursos energéticos, las rutas de transporte de mercancías, las cuotas de mercado. La expansión de sus cuotas en el mercado tiene que ver con la unificación capitalista que promueve, como la Unión Económica Euroasiática7, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva8, etc. En estos planes no sólo Bielorrusia y Kazajistán tienen un papel clave, sino también Ucrania, donde la mitad de la población es rusohablante.

Sin embargo, estos planes estaban en contradicción con los planes de los monopolios occidentales y las uniones imperialistas, que buscan limitar Rusia, por ser una potencia rival en el mercado capitalista mundial. Un episodio especial de este enfrentamiento fue Ucrania, que tiene capacidades de producción industrial relativamente desarrolladas, materias primas, importantes tierras agrícolas y una gran red de tuberías de transporte de gas natural. Allí, en Ucrania, en 2014-2015 la burguesía del país se dividió. Una parte de ésta, con la intervención activa de EEUU, la OTAN y la UE, utilizando incluso a formaciones fascistas, procedió a un golpe de Estado inconstitucional, anulando la incorporación de Ucrania en los planes de unificación capitalista con Rusia. A continuación, la reacción llevó a la separa-

7 Véase la nota 10 del primer texto (N. de la Edit.)

8 Véase la nota 11 del primer texto (N. de la Edit.)

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ción de Crimea de Ucrania, que se unió inmediatamente a la Federación Rusa, así como a la secesión de algunas regiones del este de Ucrania que declararon su «independencia» y cuentan con el apoyo de Rusia.

El sector de la burguesía que gobierna Ucrania está imponiendo su poder fortaleciendo el nacionalismo, el anticomunismo y el antirrusismo. En este sentido, no sólo se niega impulsar los ambiguos «Acuerdos de Minsk»9 sino que además ha avanzado en persecuciones tanto contra los comunistas –algo que el KKE ha denunciado de varias formas, incluso en el Parlamento Europeo– como contra fuerzas políticas burguesas que cuestionan la orientación político-militar hacia EEUU, la OTAN y la UE.

Sería pues más lógico decir que lo que pretende la burguesía rusa en este momento no es regresar a 1990, sino a 2014-2015, es decir antes del golpe de Estado inconstitucional en Ucrania, sin embargo, asegurando la adhesión de Crimea a la Federación Rusa. Pide a EEUU, la UE y la OTAN jugar en Ucrania sin «cartas marcadas», y amenaza que en caso distinto habrá contramedidas. ¿Cuáles son éstas? Recientemente, en entrevista con un diario griego, el representante de EEUU en las negociaciones sobre Ucrania (2017-2019), Kurt Volker dijo que «posiblemente Rusia tomará un tercio de Ucrania», con lo cual Ucrania perdería todo acceso al mar de Azov10 y la Federación Rusa tendría una ruta terrestre de conexión con Crimea –además del puente recién construido de unos 20 km en el estrecho de Kerch–

9 El Protocolo (original en ruso) se firmó el 5 de septiembre de 2014, y el Memorando de implementación (original en ruso) el 19 de septiembre, ambos por la OSCE, Ucrania y Rusia, junto a representantes de las «Repúblicas Populares» de Donetsk y Lugansk. Luego, el 12 de febrero de 2015, se acordaron un conjunto de medidas para la aplicación de los Acuerdos de Minsk, conocidas como «Minsk II» (N. de la Edit.)

10 Véase la nota 3 del primer texto (N. de la Edit.)

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.

Cabe destacar que con la incorporación de Crimea, no sólo aumentó el territorio ruso y su población (es decir, al mercado interno ruso se sumaron dos millones de habitantes), además ganaron importantes posiciones para el capital ruso en la región del mar Negro11. La ZEE12 ucraniana en el mar Negro y en el mar de Azov se redujo en unas 3/4 partes, brindando una ventaja a los monopolios rusos en la explotación de los recursos naturales y energéticos de la región.

No sabemos si con esta declaración el diplomático estadounidense indicó cuáles serán las nuevas fronteras de Ucrania, o si se trata de una propuesta de compromiso de EEUU a Rusia con respecto al desmembramiento de Ucrania, y no se sabe a cambio de qué o si era simplemente un ejercicio de presión sobre los líderes actuales de Ucrania. Sin embargo, lo que sí sabemos es que en general las fronteras no cambian de forma incruenta y, principalmente, para nuestro pueblo lo que es primordial es el papel de nuestro país en estos desarrollos.

El gobierno de ND, con la contribución de Syriza13 y Kinal14, ha convertido el país en un «centro» de

11 El mar Negro está conectado con el mar de Azov, situado al noreste, por el estrecho de Kerch. Tiene acceso al mar Mediterráneo a través del estrecho del Bósforo y el mar de Mármara, al suroeste. Sus países ribereños son Rusia, Ucrania, Rumanía, Bulgaria, Turquía y Georgia (N. de la Edit.)

12 Zona Económica Exclusiva: «es un área situada más allá del mar territorial y adyacente a éste, (…) los derechos y la jurisdicción del Estado ribereño y los derechos y libertades de los demás Estados se rigen por las disposiciones pertinentes de esta Convención.», Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, 10 de diciembre de 1982 (N. de la Edit.)

13 Véase la nota 17 del primer texto (N. de la Edit.)

14 «Movimiento para el Cambio», socialdemócrata (N. de la Edit.)

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transferencia de fuerzas armadas estadounidenses y al mismo tiempo en una gran base de la OTAN, un «trampolín» para nuevas guerras imperialistas, como la guerra que puede estallar en Ucrania. Además, participa activamente en los planes de la OTAN para cercar a Rusia en los Balcanes y el mar Negro.

De esta manera, por un lado, Grecia se convierte en «agresor» de otros pueblos, y por otro lado se puede convertir en «víctima» de estas guerras imperialistas, ya que está en el punto de mira de posibles medidas de represalia.

ND y Syriza, con sus «gríngolas»15 de la OTAN, reciclan iniciativas ineficaces supuestamente «amantes de la paz». El ministro de Asuntos Exteriores, de ND, Nikos Dendias, aparece como «intermediario» y «portador» de un mensaje de desescalada. Algunas figuras políticas piden al gobierno que desempeñe un papel de liderazgo y medie con «propuestas de desescalada» o «medidas de fomento de la confianza», mientras que el exministro de Asuntos Exteriores, de Syriza, Georgios Katrougalos, reabre el debate sobre una «nueva arquitectura de seguridad» en la que Rusia ocuparía un lugar.

Todo esto funciona como «hoja de parra»16 que busca en vano esconder la estrategia única de los dos partidos (ND y Syriza) en los peligrosos planes de la burguesía griega y sus aliados extranjeros.

Estos enfoques buscan esconder lo principal, es decir, que la guerra es un elemento inherente del capitalismo, que «La guerra es la continuación de la política por otros medios (precisamente por la violen-

15 Sinónimo de «anteojeras»: «En las guarniciones de las caballerías de tiro, piezas de vaqueta que caen junto a los ojos del animal, para que no vean por los lados, sino de frente. Actitud mental o prejuicio que sólo permite ver un aspecto limitado de la realidad.», Real Academia Española, idem (N. de la Edit.)

16 En referencia al uso por parte de la Iglesia católica de ese mismo tipo de hojas para cubrir puntualmente los genitales en las obras de arte (N. de la Edit.)

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17 y que no puede existir un imperialismo pacifista.

En estas condiciones en las que existe el riesgo de una guerra imperialista generalizada, es de suma importancia la orientación de la lucha obrero-popular en nuestro país. No se puede confiar en el gobierno ni en los demás partidos burgueses. Hay que fortalecer la fe en la fuerza de la lucha de clases, de la confrontación con la política de implicación en acciones bélicas y en los planes de la burguesía para empujar a los trabajadores a la trampa de apoyar la participación de Grecia en la guerra imperialista con la excusa de las «obligaciones con nuestros aliados» en el marco de la UE y de la OTAN o la supuesta necesidad de defender la «soberanía» de Ucrania o la Carta de Naciones Unidas o la «democracia» ante el «autoritario Putin».

Además, el movimiento obrero-popular debe rechazar el dilema de elegir entre las dos partes del conflicto imperialista. Incluso si éste es camuflado con la doctrina religiosa de la ortodoxia o con el «antifascismo», que en este caso es simplemente una cortina de humo.

Tampoco se puede apoyar al «más débil» contra el «más fuerte». Al respecto Lenin escribió:

Supongamos que dos países combaten entre sí (…) El primero posee, pongamos por caso, tres cuartas partes de África, y el segundo, la cuarta parte. El contenido objetivo de su guerra es el reparto de África. ¿A qué bando habrá que desear éxito? Sería absurdo plantear el pro-

17 Intertítulo en el capítulo I del libro de Lenin El socialismo y la guerra (Actitud del POSDR ante la guerra) –escrito en julio y agosto de 1915–, aludiendo una conocida expresión de Karl von Clausewitz (1780-1831), expuesta en su libro De la guerra (1832), complementando el final. Puede leerse en Obras completas de V.I. Lenin, t. 26, Editorial Progreso, Moscú, 1984, p 335. (N. de la Edit.)

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»
cia)

blema en los términos anteriores, ya que no tenemos los criterios anteriores de evaluación: el prolongado desarrollo del movimiento burgués de liberación ni el largo proceso de decadencia del feudalismo. No es tarea de la democracia contemporánea ayudar al primero a afirmar sus «derechos» sobre las tres cuartas partes de África, ni ayudar al segundo (aunque su desarrollo económico sea más rápido que el del primero) a apropiarse de estas tres cuartas partes.

La democracia contemporánea sólo será fiel a sí misma si no se suma a burguesía imperialista alguna, si declara que «la una y la otra son las peores» y si desea en cada país el fracaso de la burguesía imperialista. Toda otra solución será en los hechos una solución nacional-liberal y no tendrá nada de común con la verdadera internacionalidad.

(…) En la realidad, hoy no puede ni hablarse de que la democracia contemporánea vaya a la zaga de la burguesía reaccionaria, imperialista, cualquiera que sea el «color» de esta burguesía.18

El movimiento comunista y obrero en las condiciones de imperialismo que es la fase superior del capitalismo, debe trazar en todas partes una línea independiente, más allá de los planes burgueses-imperialistas, con base en los intereses de la clase obrera y de las demás capas populares, que no tienen absolutamente nada que ver con los intereses de las clases burguesas.

Esto es lo que hace el KKE, está defendiendo los intereses de la clase obrera y de las capas populares y está fortaleciendo la lucha por la desvinculación de Grecia de los planes, guerras y alianzas imperialistas de la OTAN y de la UE, de la estrategia de alianza con EEUU y Francia.

Es la línea de conflicto con todos los que llevan al pueblo al matadero de guerra en el nombre de forta-

18 *V.I. Lenin, «Bajo pabellón ajeno» (1915), Obras completas de V.I. Lenin, t. 26, Editorial Progreso, Moscú, 1984, pp. 146-147, 152.

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lecer los intereses de la burguesía.

Es el camino de ruptura con el capitalismo, por el poder obrero que construirá la nueva sociedad socialista-comunista19 .

Elaborada por KKE, PCTE, PCM y TKP, difundida el 26 de febrero de 2022.

Fue publicada en el sitio SolidNet.1

¡No a la guerra imperialista en Ucrania!

¡Es necesaria una lucha independiente contra los monopolios y las clases burguesas, por el derrocamiento del capitalismo, por el fortalecimiento de la lucha de clases contra la guerra imperialista, por el socialismo!

1. Los Partidos Comunistas y Obreros firmantes de la presente Declaración Conjunta se oponen al conflicto imperialista en Ucrania, que constituye una de las consecuencias de la trágica situación para los pueblos surgida tras el derrocamiento del socialismo y la disolución de la Unión Soviética. Tanto las

19 Sobre la «sociedad socialista-comunista», véase la nota 19 del primer texto (N. de la Edit.)

1 De los dos países en el centro del conflicto, el PC de la Federación Rusa (PCFR), el PC Obrero de Rusia (PCOR) y el PC de Ucrania (KPU por sus siglas en ucraniano) no suscribieron esta declaración, pero sí la Unión de Comunistas de Ucrania (SKU por sus siglas en ucraniano), mostrando las diferencias político-ideológicas que se incrementarían durante 2022 en el movimiento comunista internacional por la interpretación y actitud ante la invasión rusa de Ucrania y la guerra que conllevó (N. de la Edit.)

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* * *

fuerzas burguesas como las fuerzas oportunistas, que durante años lucharon contra la URSS y que recientemente han celebrado el 30º aniversario de su disolución, silenciando el hecho de que la restauración del capitalismo significó el desmantelamiento de históricas conquistas obreras y populares y trajo de vuelta a los pueblos de la URSS a la era de la explotación de clase y de las guerras imperialistas, quedan completamente expuestas.

2. Los acontecimientos en Ucrania, que tienen lugar en el marco del capitalismo monopolista, están vinculados a los planes de EEUU, la OTAN y la UE y su intervención en la región, en el contexto de su feroz competencia con la Rusia capitalista por el control de los mercados, las materias primas y las redes de transporte del país. Estos propósitos son ocultados por las potencias imperialistas, que se involucran en el conflicto bajo pretextos tales como la «defensa de la democracia«, la «autodefensa» y el derecho a «elegir sus alianzas», el cumplimiento de los principios de la ONU o la OSCE2, o un supuesto «fascismo», que deliberadamente se presenta desconectado del sistema capitalista que lo origina y utiliza.

3. Denunciamos la actividad de las fuerzas fascistas y nacionalistas en Ucrania, el anticomunismo y la persecución de los comunistas, la discriminación de la población rusohablante, los ataques armados del gobierno ucraniano contra el pueblo en Donbás. Condenamos la utilización de las fuerzas políticas reaccionarias de Ucrania, incluidos los grupos fascistas, por parte de las potencias euroatlánticas para la realización de sus planes. Además, es inaceptable la retórica anticomunista contra Lenin, los bolchevi-

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2 Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (N. de la Edit.)

ques y la Unión Soviética, a la que recurren los dirigentes rusos para justificar sus propios planes estratégicos en la región. Sin embargo, nada puede empañar la enorme contribución del socialismo en la Unión Soviética, que era una unión multinacional de Repúblicas Socialistas en igualdad.

4. La decisión de la Federación Rusa de reconocer inicialmente la «independencia» de las llamadas «Repúblicas Populares» en Donbás y luego proceder a una intervención militar, que se está llevando a cabo con el pretexto de la «autodefensa» de Rusia, la «desmilitarización» y la «desfascistización» de Ucrania, no se hizo para proteger a la población de la región o la paz, sino para promover los intereses de los monopolios rusos en el territorio ucraniano y su feroz competencia con los monopolios occidentales. Expresamos nuestra solidaridad con los comunistas y los pueblos de Rusia y Ucrania, y nos ponemos de su lado para fortalecer la lucha contra el nacionalismo fomentado por la burguesía de ambos países. Los pueblos de los dos países, que vivieron en paz y prosperaron conjuntamente en el marco de la URSS, así como todos los demás pueblos del mundo, no tienen nada que ganar en alinearse con uno u otro imperialista o alianza que sirven a los intereses de los monopolios.

5. Destacamos que son altamente peligrosas las ilusiones fomentadas por las fuerzas burguesas que afirman que podría haber una «mejor arquitectura de seguridad» en Europa mediante la intervención de la UE, una OTAN «sin planes militares ni sistemas de armas agresivas en su territorio», una «UE por la paz», o un «mundo multipolar pacífico», etc. Todas estas suposiciones no tienen nada que ver con la

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realidad y son engañosas para la lucha anticapitalista y antiimperialista, ya que pretenden cultivar la percepción de que puede existir un «imperialismo pacífico». Sin embargo, la verdad es que la OTAN y la UE, como cualquier unión capitalista transnacional, son alianzas depredadoras de carácter profundamente reaccionario, que no se pondrán a favor de los intereses de los pueblos y que continuarán actuando contra la clase obrera, contra sus derechos y los de los pueblos; que el capitalismo va de la mano con las guerras imperialistas.

6. Hacemos un llamado a los pueblos de los países cuyos gobiernos están involucrados en los acontecimientos, especialmente a través de la OTAN y la UE, pero también de Rusia, a luchar contra la propaganda de las fuerzas burguesas, que atraen a los pueblos a la picadora de carne de la guerra imperialista usando diversos pretextos espurios. Les llamamos a exigir el cierre de bases militares y el regreso a casa de las tropas que están en misiones en el extranjero, a fortalecer la lucha por el rompimiento de los países con planes y alianzas imperialistas como la OTAN y la UE.

7. El interés de la clase obrera y de las capas populares requiere que los comunistas fortalezcamos el criterio de clase para analizar los acontecimientos, para trazar nuestro propio camino independiente en contra de los monopolios y las clases burguesas, por el derrocamiento del capitalismo, por el fortalecimiento de la lucha de clases contra la guerra imperialista, por el socialismo, que permanece tan vigente y necesario como siempre.

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* * *

Publicado el 9 de marzo de 2022, en el sitio kke.gr.

1. El KKE, desde el primer momento, condenó la invasión rusa en Ucrania y expresó su solidaridad con el pueblo de Ucrania44 .

El pueblo ucraniano lleva al menos una década pagando los antagonismos y las intervenciones por el reparto de mercados y esferas de influencia entre EEUU, la OTAN y la UE, y la estrategia de «ampliación euroatlántica», por un lado, y por otro, la estrategia de la Federación Rusa capitalista para sus propios planes de explotación contra los pueblos, para fortalecer sus propias coaliciones imperialistas (Unión Económica Euroasiática45, Organización del Tratado de Seguridad Colectiva46) en la región de la antigua URSS.

La intervención militar de Rusia, de hecho, marca el inicio formal de una guerra preparada por el material combustible acumulado a lo largo del tiempo. En su centro está el reparto de la riqueza mineral, la energía, la tierra y la mano de obra, los oleoductos y las redes de transporte de mercancías, los pilares geopolíticos, las cuotas de mercado.

Durante años, EEUU, la OTAN y la UE han estado tramando y promoviendo el cerco económico, político y militar de Rusia, interviniendo, transfiriendo poderosas fuerzas militares y estableciendo bases de

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44 «Declaración sobre la invasión rusa en Ucrania», 24 de febrero de 2022
N. de la Edit.) 45 Véase la nota 10 del primer texto (N. de la Edit.) 46 Véase la nota 11 del primer texto (N. de la Edit.)
(

muerte, echando más leña al fuego.

Desde la disolución del Pacto de Varsovia47, la OTAN no sólo no se ha desmantelado ni reducido, sino que se ha ido ampliando, incorporando en sus filas otros países de Europa del Este y antiguas repúblicas soviéticas48. Está instalando fuerzas militares, bases y armas modernas en varios puntos alrededor de Rusia. Desde hace años existen planes de guerra y ejercicios militares en el mar del Norte, Europa del Este, el mar Negro y el mar Báltico apuntando a Rusia.

Estos últimos acontecimientos son el último episodio de un largo enfrentamiento sobre Ucrania. También implica fuertes rivalidades dentro de la burguesía ucraniana, formada tras el derrocamiento del socialismo, sobre si el país debe unirse a una u otra alianza imperialista. En el contexto de esta confrontación, por un lado, EEUU, la OTAN y la UE apoyaron y organizaron junto con parte de la burguesía ucraniana la «Revolución Naranja» de 2004 y el sangriento golpe de Estado de 2014, utilizando y apoyando a las fuerzas fascistas de extrema derecha con el objetivo de establecer un régimen que les fuera favorable. Por otro lado, Rusia procedió a quitarle a Ucrania partes de su territorio, anexionando Crimea y fortaleciendo a los separatistas rusοhablantes en las regiones del Donbás para sus propios intereses, cuya entidad gubernamental reconoció poco antes de la intervención rusa49 .

2. Estos acontecimientos, 30 años después del de-

47 A través de un proceso de varios meses que culminó el 1 de julio de 1991 (N. de la Edit.)

48 Véase la nota 6 del segundo texto (N. de la Edit.)

49 «Sobre el reconocimiento de la “independencia” de las llamadas “Repúblicas Populares” de Donbás», 22 de febrero de 2022 (N. de la Edit.)

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rrocamiento del socialismo y de la disolución de la URSS, son una prueba trágica y viva del retroceso histórico que se produjo a principios de los años noventa. Este retroceso histórico mundial para los pueblos de allí, pero también para la clase obrera y las fuerzas populares de todo el mundo, ha abierto la caja de Pandora.

El KKE había evaluado y se ha confirmado trágicamente que el dominio del capitalismo, entre otras cosas, traería consigo el desmembramiento de los pueblos y los Estados, como ocurrió en Yugoslavia y en Checoslovaquia, debido a la competencia de las clases burguesas por el control de los mercados, las materias primas, las posiciones geoestratégicas, las rutas de transporte.

A través de este proceso de contrarrevolución se formaron las clases burguesas y los capitalistas que surgieron en el curso de la restauración capitalista, robando los resultados de décadas de trabajo del pueblo soviético unido. Estos capitalistas se expresan en los gobiernos de Putin en Rusia y de Zelenski en Ucrania. Por eso, además, a pesar de sus diferencias y rivalidades, se reúnen en el anticomunismo, en la falsificación de la historia y en la difamación de la Unión Soviética, en el refuerzo del nacionalismo (ruso y ucraniano) y ocultan los intereses comunes de los trabajadores y los pueblos. La invocación del antifascismo por parte de la Rusia capitalista actual, para promover sus planes geopolíticos en la región, es un pretexto, explotando el fuerte sentimiento antifascista de los rusos y de todos los pueblos, que pagaron con millones de muertos la lucha contra la ocupación y la atrocidad fascista-nazi alemana. No olvidemos que la propia Rusia capitalista, que hoy tiene un papel dirigente en el anticomunismo, man-

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tiene relaciones amistosas con formaciones de extrema derecha en muchos países, y el liderazgo ruso elogia públicamente a los ideólogos del fascismo ruso. Pero al mismo tiempo, no olvidamos que en 2014, en Ucrania, con el apoyo de la OTAN y la UE, actuaron fuerzas de extrema derecha fascista, organizando pogromos50 de violencia y terrorismo, asesinatos, masacres como la de Odesa51. Se trata de fuerzas que ahora están integradas en el aparato estatal ucraniano y que participan de crímenes en las regiones de habla rusa y contra expatriados griegos. Los pueblos de Ucrania y Rusia, al igual que los demás pueblos de la región, durante 70 años vivieron y lucharon juntos; ganaron y establecieron su propio poder; lucharon contra las intervenciones imperialistas; avanzaron bajo relaciones de propiedad social para cultivar la tierra, utilizar la riqueza de su subsuelo y sus aguas, y desarrollar las fábricas; confrontaron el odio y la guerra de los antiguos explotadores que sabotearon las medidas del poder soviético; progresaron juntos en el marco del socialismo; lucharon juntos contra el nazismo-fascismo y el imperialismo alemán. La histeria nacionalista de los gritos de guerra no debe oscurecer la memoria colectiva de los dos pueblos, que vivieron durante décadas como hermanos.

Treinta años después del derrocamiento del socialismo y de la disolución de la Unión Soviética, todos los que lo celebraban prometiendo un mundo de paz, seguridad, libertad y justicia han sido desmentidos de forma clamorosa. Su mundo, el famoso

50 «Masacre, aceptada o promovida por el poder, de (…) grupos étnicos.», Real Academia Española, idem (N. de la Edit.)

51 El 2 de mayo de 2014, en medio de enfrentamientos a favor y en contra del golpe de Estado, cerca de 400 personas se refugiaron en la Casa de los Sindicatos, de Odesa, la cual fue incendiada por grupos de extrema derecha, con saldo de casi 50 muertos y 250 heridos (N. de la Edit.)

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«mundo de los valores occidentales» es el mundo de la barbarie, de la explotación, de la guerra y de los refugiados, de las crisis económicas, de los cientos de miles de víctimas de las pandemias o de las intervenciones militares, es el mundo de los monstruos, del capitalismo. A este mundo pertenecen [Joe] Biden, [Olaf] Scholz52, Putin y Zelenski y tantos otros, «autoritarios» y «demócratas», todos ellos defensores de la libertad de unos pocos para determinar el destino de los muchos, y representantes de aspectos diferentes de la dictadura del capital.

3. La guerra imperialista que se libra hoy en Ucrania no es más que un eslabón más de esta sangrienta cadena de guerras y rivalidades, que se han intensificado especialmente a partir de 1991, perdiendo su anterior manto ideológico como supuesta defensa del «mundo libre occidental» frente al «totalitarismo comunista». La novedad es que ahora se expanden de nuevo en suelo europeo, ya que no hay escudo socialista.

No olvidamos las guerras en Yugoslavia desde principios de los años noventa, que comenzaron con el sello de aprobación de la Unión Europea y llevaron a la intervención de la OTAN en 1999 con la disolución y fragmentación definitiva del país. Los pretextos entonces, utilizados por la OTAN y la UE, son los mismos que utiliza Rusia para su propia intervención militar, la «protección contra la limpieza étnica» y el «derecho a la autodeterminación». Las heridas en los Balcanes siguen abiertas y el riesgo de que se produzcan nuevos brotes y enfrentamientos sigue siendo alto.

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52 Canciller de Alemania, del Partido Socialdemócrata (N. de la Edit.)

No olvidamos las intervenciones y guerras imperialistas en nuestra vecindad, en Oriente Medio y en el Norte de África, en Irak, Siria, Libia y Afganistán, la continua ocupación israelí de Palestina. EEUU, la OTAN y sus aliados han arrastrado a los pueblos a guerras civiles, han desencadenado conflictos étnicos y religiosos, han intervenido militarmente, han establecido ejércitos de ocupación siempre en nombre de la «democracia» y la «libertad», han llevado a países enteros al caos, han alimentado y fortalecido a las fuerzas reaccionarias, a los yihadistas y otros. No podemos olvidar la invasión y ocupación turca de Chipre desde 1974, que se llevó a cabo con el respaldo de EEUU y la OTAN, el crimen continuo contra el pueblo chipriota y los diversos planes de inspiración de la OTAN, que todos estos años han estado empujando hacia la partición de la isla.

El «revisionismo», el cuestionamiento de los derechos de soberanía, el rediseño de las fronteras y la disolución de los Estados no son una prerrogativa de un centro imperialista u otro. Todos ellos revisan los tratados internacionales, desafían las fronteras e intervienen militarmente con diversos pretextos cuando sus propios intereses lo exigen. La competencia entre los centros imperialistas es la base del «revisionismo». Incluso violan ciertas disposiciones formales del Derecho Internacional, que fueron fruto de la influencia de los Estados socialistas tras la Segunda Guerra Mundial. Está ampliamente demostrado que el verdadero Derecho Internacional es el «Derecho del poderoso», el Derecho de quien tiene el poder económico, político y militar para imponer sus intereses. Incluso sus representantes lo admiten, obligados a apoyar a uno u otro bando, señalando ambigüedades y vaguedades. Las percepciones que

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sostienen que en el mundo capitalista contemporáneo puede haber un mundo pacífico con otra «arquitectura internacional», una «OTAN sin armamentos agresivos», una «UE pacífica» o un «mundo multipolar creativo», son irreales y una venda en los ojos de los pueblos.

4. La UE no es «silenciosa» y «ajena» a los acontecimientos, sino que lleva años participando activamente en las intervenciones imperialistas y, en este caso, en el plan para cercar a Rusia. Es cómplice del actual drama de los pueblos en Ucrania. Las contradicciones en el interior del país durante los últimos años con respecto a su actitud hacia Rusia, por una parte reflejan los diferentes objetivos y prioridades de la burguesía de cada país y, por otra parte, tienen que relación con los fuertes vínculos económicos con Rusia, especialmente en sectores como la energía. La formación de una postura unida frente a Rusia después del inicio de la guerra, por la que celebran en nuestro país ND, Syriza53, Kinal54 y otros partidos burgueses, por un lado, no significa que estas contradicciones se hayan resuelto, y por otro lado, es una «unidad» que se dirige contra los pueblos, porque es una unidad en la preparación de la guerra que pone en riesgo a los pueblos de la UE.

Nadie puede dormir tranquilo después de las declaraciones de guerra que lanzan diariamente los dirigentes y funcionarios de la UE. Treinta años después del Tratado de Maastricht55, han caído las máscaras aún más claramente, se borran los pretextos,

53 Véase la nota 17 del primer texto (N. de la Edit.)

54 Véase la nota 14 del segundo texto (N. de la Edit.)

55 El «Tratado de la Unión Europea» se firmó en Maastricht (Países Bajos), por 12 Estados el 7 de febrero de 1992, conforme al cual la Comunidad Económica Europea (CEE) se convirtió en la Comunidad Europea (CE), con dos ámbitos de

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«se superan» los tabúes, como admiten cínicamente, y se demuestra con claridad lo que es la UE en realidad: una alianza imperialista reaccionaria entre «lobos» que luchan entre sí y todos juntos contra los pueblos.

En este proceso, una vez más en la historia los gobiernos socialdemócratas están a la cabeza, abatiendo el «mito» de los «gobiernos progresistas» que pueden ser una alternativa para el pueblo.

Los socialdemócratas alemanes, que anunciaron un programa de armamento masivo por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, los socialistas de España y Portugal, el gobierno de centro-izquierda de Italia, los socialdemócratas de Dinamarca y Finlandia, todos promueven la confrontación militar con Rusia. Sus decisiones de aumentar el gasto militar en todos los Estados miembros de la UE y de la OTAN, de relajar, incluso, las estrictas condiciones financieras de los presupuestos europeos para este propósito, evidentemente no se produjeron solamente como resultado de los acontecimientos en Ucrania. Revelan una preparación más general, señalando que estamos entrando en un período de conflicto más violento en cuanto a los enfrentamientos y las rivalidades.

El conflicto bélico en Ucrania, tras la invasión rusa, está desencadenando desarrollos peligrosos para los pueblos de Europa y de todo el mundo, ya que la competencia imperialista entra en una nueva fase. El peligro de una confrontación militar más generalizada es ahora más evidente que nunca. Las declaraciones de guerra de los líderes políticos de los países de la UE, la OTAN y de Rusia, las amenazas de

cooperación: la Política Exterior y de Seguridad Común, y el ámbito de Justicia y Asuntos de Interior (N. de la Edit.)

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ataques nucleares, no deben considerarse meros excesos verbales.

La OTAN está desplegando por primera vez una Fuerza de Reacción Rápida en Europa del Este y está concentrando aún más fuerzas militares, y está planeando asociarse con países como Moldavia, Georgia, Bosnia-Herzegovina, Finlandia y Suecia. En Moldavia y Georgia hay territorios que se han separado con el apoyo de Rusia, donde hay fuertes fuerzas militares rusas. Finlandia y Suecia están incluidas en las «líneas rojas» de Rusia con respecto a la ampliación de la OTAN. En Rusia, las «fuerzas de prevención nuclear» del país han sido puestas en un estado de preparación para la guerra. Bielorrusia aprobó en referéndum la posibilidad de instalar armas nucleares en su territorio, en caso de que la OTAN instalara otras similares en Polonia o Lituania.

5. Bajo la responsabilidad del gobierno de Nueva Democracia (ND), junto con el consenso esencial de Syriza, Kinal y otros partidos burgueses, se ve intensificada la implicación de Grecia en estos peligrosos antagonismos imperialistas. Todos los gobiernos anteriores ya habían apoyado las decisiones y planes de la OTAN relativos a la expansión de esta organización asesina y al cerco de Rusia. Aparte de la base de Suda, ya habían promovido el establecimiento de nuevas bases de EEUU y la OTAN en el país, como la de Alejandrópolis, Lárisa y Stefanovikio, ya utilizadas como centro de transporte y envío de fuerzas militares hacia Europa del Este. Ya habían contribuido para convertir a Grecia en «agresor» de pueblos de otros países, y, al mismo tiempo, el pueblo griego en «víctima», ya que el país se convierte automáticamente en un blanco de posibles represalias. El pueblo

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ya está pagando fuertes impuestos económicos para los armamentos, relativos a las necesidades de la OTAN, y está enfrentando la carestía, el aumento de los precios de los combustibles y la pobreza energética.

El gobierno griego, con el delirio bélico del primer ministro, no sólo ha anunciado la decisión de transportar material militar a Ucrania, sino que también ha declarado explícitamente su intención de arrastrar al país y al pueblo a la tormenta de confrontaciones militares al lado de la OTAN y la UE, proporcionando todo tipo de asistencia solicitada. La implicación de Grecia en el conflicto militar es directa y, en caso de que se generalice, el riesgo para el pueblo griego es más que real.

Los argumentos y los pretextos del gobierno, en relación con esta opción, son peligrosos, engañosos, y deben ser rechazados.

Es una mentira que «vamos a luchar por la libertad». En realidad, vamos a luchar al lado de uno de los dos campos de ladrones, contra el otro campo, para definir quién va a tomar mayor parte del saqueo al pueblo de Ucrania y a los demás pueblos de la región.

Es una mentira que la implicación significa que «apoyamos al pueblo ucraniano». Con la implicación apoyamos a aquellos que, por sus propios intereses, desde hace años le llevan al caos y la destrucción, a aquellos que han convertido al pueblo ucraniano en «saco de boxeo» en el enfrentamiento con Rusia.

Es una mentira que «luchamos contra el revisionismo», porque nuestros aliados de la OTAN y la UE son los mayores «revisionistas», que no dudan en intervenir militarmente para destruir países, para cambiar las fronteras, tal como lo está haciendo Ru-

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sia en Ucrania.

Es una mentira que «estamos protegidos ante la amenaza turca», porque la OTAN alienta las disputas y el revisionismo de Turquía, ya que no reconocen derechos soberanos y fronteras, sino sólo «territorio de la OTAN» y promueven acuerdos peligrosos en el mar Egeo y otros lugares; su prioridad es mantener Turquía en el campo de la OTAN a toda costa, sobre todo ahora, en condiciones de gran agudización.

Es una mentira que la implicación constituye «una nueva oportunidad» para el pueblo, al igual que las también falsas promesas de oportunidades para el pueblo con la salida de la crisis o con la salida de la pandemia. Los planes para «fortalecer el papel» de Grecia y convertirla en un centro de los planes energéticos de EEUU, implican al país aún más profundamente en los antagonismos, y al mismo tiempo los verdaderos beneficiarios serán los grandes grupos empresariales y no el pueblo. De todos modos, hoy el pueblo de Ucrania está pagando con su sangre tales «objetivos» de su burguesía.

Una vez más, nuestro pueblo será llamado a pagar un alto precio. Se enfrentará de manera multiforme a riesgos y amenazas contra su vida y sus derechos soberanos por la participación en la guerra, hará grandes «sacrificios» en aras de la preparación para la guerra, se enfrentará al fuerte aumento de los ya altos precios en productos de consumo público, la pobreza energética aún más profunda, sufrirá nuevos golpes contra sus derechos y necesidades, para el aumento de los gastos para la OTAN, que acompañan la doctrina de que «la prioridad absoluta es la defensa del país».

Las excepciones y las preocupaciones parciales puestas por Syriza son sólo pretextos, para mantener

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la fachada de una postura alternativa más pacífica. Su práctica anterior excepcionalmente antipopular confirma que si estuviera en el gobierno permanecería en el camino de sus modelos afines, de los «progresistas» y los «socialdemócratas», quienes –desde los demócratas de EEUU hasta los socialistas españoles– están en la primera línea de los preparativos militares en todo el mundo. Syriza tiene grandes responsabilidades ante el pueblo. No sólo porque cuando estuvo en el Gobierno se colocó al frente de la implicación del país en los planes de la OTAN (estableció nuevas bases, mejoró unas viejas, promovió la Cooperación Estratégica con EEUU, jugó un papel principal en el Acuerdo de Prespa56 a favor de la OTAN, etc.). No sólo porque utiliza los pretextos y encubre las responsabilidades de la OTAN-UE con respecto a la guerra en Ucrania, sino además porque hoy en día está esencialmente de acuerdo con todos los objetivos de la implicación, puestos por el gobierno de ND, planteando solamente algunas condiciones particulares. Aprueba la implicación militar a condición de que tenga más clara la impronta de la OTAN o de la UE. Aprueba los planes energéticos a condición de que su ritmo de aplicación sea más lento. Aprueba los armamentos de la OTAN «a condición de que se realicen de forma transparente». Aprueba los nuevos sacrificios populares a condición de que se hagan en base al consentimiento.

Cien años después de la Catástrofe de Asia Menor57, nuestro pueblo no debe olvidar las conclusio-

56 «Sobre el Acuerdo entre Grecia y ARYM (“Antigua República Yugoslava de Macedonia”, desde 2019: Macedonia del Norte)», 14 de junio de 2018 (N. de la Edit.)

57 En referencia al final de la guerra greco-turca (1919-1922), derivada de la Primera Guerra Mundial y el colapso del Imperio Otomano. Constituyó un fracaso militar que conllevó a la migración masiva de la población griega de los territorios turcos, especialmente de Tracia Oriental y Constantinopla (N. de la Edit.)

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nes históricas. El pueblo ha pagado el precio por todas las «grandes ideas» en favor del capital y de los grandes grupos empresariales, y que ha sido traicionado por los «aliados» imperialistas en el momento crítico. El pueblo sufrió las consecuencias de esos desastres. El precio de su participación en la primera guerra imperialista y la campaña en el sur de Rusia fueron las calamidades y el desarraigo que sufrieron miles de refugiados griegos en Asia Menor.

Por eso, el pueblo griego debe rechazar: los llamamientos de la propaganda bélica que prepara la guerra y una mayor implicación; los portavoces de la OTAN y la UE; las falsas noticias fabricadas que inundan los medios de comunicación y el internet; la «histeria antirrusa» que llega al punto de demonizar creaciones culturales; y el intento de silenciar cada voz que no reproduzca las narrativas de los mecanismos euroatlánticos.

6. La solidaridad genuina con los pueblos de Ucrania y Rusia, tanto como con los pueblos vecinos, es la lucha en cada país contra la guerra imperialista, contra la implicación de cada país en la guerra. Es la condena de la intervención militar de Rusia, pero también la condena de EEUU, la OTAN y la UE que desencadenan la guerra. Es la lucha contra las alianzas imperialistas, con las cuales la burguesía de nuestro país y sus gobiernos están comprometidos. Es la solidaridad genuina, popular, humana, que debe ser expresada con todos los medios. Es la oposición y el aislamiento de la actividad de los grupos fascistas y nacionalistas que fomentan el odio.

Es la lucha por la coordinación de la lucha de los pueblos para que puedan mostrar la salida a la guerra, apuntando a su verdadero enemigo; organi-

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zando su lucha contra la guerra imperialista y las causas que la generan; contra las burguesías que la dirigen y sus gobiernos, y las alianzas imperialistas que nos arrastran a la guerra o imponen una llamada «paz» con la pistola en la cabeza de los pueblos. Es la solidaridad y el apoyo a los miles refugiados que actualmente están huyendo de Ucrania a causa de la guerra y van a otros Estados de la UE, incluyendo nuestro país, porque enfrentan el conocido destino cruel que les espera, como en el caso de otros pueblos que fueron víctimas de guerras imperialistas, a pesar de las «declaraciones humanitarias».

Los pueblos no vivirán mejor si eligen un explotador nacional o de otro tipo, sino sólo al vencer y abolir el régimen de la explotación.

Este es el camino para que los pueblos salgan victoriosos.

Hoy en día, el KKE se dirige a los trabajadores, los jóvenes, los autónomos, los campesinos, las mujeres, a todo el pueblo griego. Les llama a estar vigilantes y alertas contra la guerra imperialista y la implicación griega. La respuesta en favor de los intereses de nuestro pueblo no es alinearse con uno u otro polo imperialista. ¡No vamos a elegir ningún campo de ladrones!

El pueblo debe rechazar el falso dilema de elegir entre EEUU o Rusia, la UE o Rusia, la OTAN o Rusia. La verdadera disyuntiva es estar del lado de los pueblos o de los imperialistas.

La lucha obrera-popular puede y debe trazar su propia línea independiente, alejada de todos los planes burgueses e imperialistas.

Esta lucha no tiene nada que ver con las ilusiones y los tópicos usuales de los demás partidos, que hablan de una «solución pacífica», «diplomacia» y

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otras palabras que suenan bien pero que no apuntan a las causas de la guerra.

¡Hoy, el pueblo no debe aceptar pagar el precio de la guerra! ¡No es una obligación suya a cumplir! El pueblo no debe comprometerse con las nuevas restricciones y medidas antipopulares que se preparan en nombre de la emergencia. La única solución es la organización obrera-popular por el contraataque. La lucha popular debe obligar inmediatamente al Gobierno, cualquiera que sea, a aplicar medidas de protección de los salarios de la clase obrera y el pueblo ante los altos precios y la pobreza energética.

 Suprimir los impuestos sobre los combustibles y otros tipos de productos de consumo básico.

 Aumento de los salarios, firma de Convenios Colectivos de Trabajo, protección de los derechos laborales, medidas de protección para los jubilados y los desempleados.

 Medidas contra las consecuencias de las sanciones a Rusia, ya que los primeros afectados serán los campesinos y los trabajadores autónomos.

Debemos destacar la posibilidad y la necesidad de utilizar todas las fuentes de energía nacionales (lignito, hidrocarburos, energía geotérmica, fuentes de energía renovables) con el fin de garantizar, de manera combinada, la satisfacción de todas las necesidades populares (reducción del nivel de dependencia energética, abolición de la pobreza energética, protección del medio ambiente), en el marco de la propiedad social y la planificación central. Para fortalecer la lucha por que la energía, los alimentos y la propia fuerza de trabajo dejen de ser una mercancía.

En cada región y centro de trabajo debemos organizar la lucha, para exigir la retirada inmediata de todos los bandos en esta guerra imperialista.

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 Que se cese inmediatamente la participación e implicación de Grecia en la guerra imperialista en Ucrania o en cualquier otro lugar de cualquier manera o bajo cualquier pretexto.

 Que se desmantelen ya todas las bases militares de la OTAN y de EEUU en nuestro país, que se utilizan como plataformas de lanzamiento para la guerra.

 Que no se envíe ninguna tropa militar griega a Ucrania, a sus países limítrofes o a otras misiones imperialistas. Ningún soldado, oficial y suboficial debe ser enviado al extranjero. Que se cese el envío de material y medios militares por parte de Grecia.

Nuestro deber patriótico e internacionalista es impedir que el territorio, la infraestructura y los medios de Grecia se utilicen como plataforma militar de cualquiera de las partes.

Las Fuerzas Armadas del país no tienen nada que hacer fuera del país en nombre de las llamadas «obligaciones a nuestros aliados». Su tarea es defender las fronteras y la integridad territorial de nuestro país, nuestros derechos soberanos.

Este es un tema político, se requiere un cambio en la conciencia de las fuerzas obreras-populares para reforzar la lucha por la separación de las diversas organizaciones imperialistas, la OTAN y la UE, con el pueblo realmente al mando del poder.

La guerra, llevada a cabo por el imperialismo y provocada por los antagonismos entre centros y alianzas imperialistas por el reparto de mercados, territorios y recursos generadores de riqueza, por la supremacía en el sistema imperialista, es injusta y bárbara, convirtiendo en víctimas a los pueblos de ambos países, indistintamente del resultado de la guerra.

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La lucha justa es la lucha multifacética de los pueblos contra el cerco y la invasión imperialistas, contra la participación de los hijos del pueblo en la guerra imperialista.

La lucha justa es la lucha de los pueblos por la defensa de la integridad territorial, contra la ocupación extranjera.

La lucha justa es la lucha multifacética por las los derechos y las necesidades y de los pueblos, en el camino por el derrocamiento del poder burgués, por una nueva sociedad socialista.

Ese es el camino que debemos seguir para terminar con las guerras imperialistas, la explotación y la barbarie capitalistas, por la hermandad entre los pueblos.

Ese es el camino que marca la perspectiva real para que los pueblos puedan vivir en paz, seguridad, amistad y relaciones mutuamente beneficiosas, de la misma manera en que los pueblos de Rusia y Ucrania vivían durante décadas, cuando ellos mismos tenían el poder, poseían la riqueza que producían, y construían una nueva sociedad socialista.

¡Ese es el «lado correcto de la historia» para el pueblo griego y los pueblos de todo el mundo!

El KKE libra esta lucha con todas sus fuerzas para que el pueblo griego y los demás pueblos luchen contra el nacionalismo y las alianzas imperialistas de las clases burguesas, para fortalecer la lucha conjunta de los trabajadores y acabar con el sistema que sólo genera pobreza, explotación y guerra.

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Comité Central del KKE
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