Editorial Aurora
Caracas, 2023
Revisión y edición
Cristina Vargas B.
Diagramación
Alejandro Díaz M.
Diseño
Tomás Peraza A.
Portada
Arriba: miembros de KKE y de KNE bloquean un tren con equipo militar de EEUU-OTAN, en el puerto de Alejandrópolis, en abril de 2022; abajo: damnificados de Donetsk, el 2 mayo de 2022, recuperan lo que quedó en sus residencias bombardeadas (foto: AP).
https://editorialaurora.home.blog
https://issuu.com/editorialaurora
partir del 24 de febrero de 2022, producto de los antagónicos posicionamientos ante la invasión rusa a Ucrania, se hicieron más palpables las corrientes, tendencias y diferencias político-ideológicas en el fragmentado y heterogéneo movimiento comunista internacional.
Unos «partidos comunistas», empezando por los rusos y alguno ucraniano, han asumido el discurso del gobierno de Putin acerca de una «operación militar especial» que preserva el «espacio vital» de Rusia, que «protege» a los ucranianos rusohablantes y que «desnazificará» Ucrania.
Otros llegan hasta señalar a Rusia como capitalista –e incluso imperialista–, pero la justifican por las «provocaciones» y «amenazas» de EEUU y la OTAN, como aquel que ambiguamente evita decir «invasión» y en su lugar la denomina «ofensiva militar» frente al que llama «régimen abiertamente antiruso y de inclinaciones nazi-fascistas», «gobierno reaccionario, antidemocrático y fascista» y «gobierno nazi-fascista», apoyado por «potencias capitalistas occidentales», «los capitalistas occidentales» o «rivales occidentales»i .
Y está el caso de los que la caracterizan como una guerra de potencias y alianzas imperialistas en pugna, entre las cuales los comunistas no deben escoger un bando ni dejarse deslumbrar nostálgicamente ante el uso farisaico de nombres y símbolos de la era soviética; y que defienden esta posición con argumentada firmeza en la teoría y en la práctica, pú-
blica y privadamente, como el PC de Grecia (KKE).
Puede estarse de acuerdo o no, en mayor o menor medida, con posiciones y acciones del KKE, pero es innegable que éstas no surgen de antojos, acomodos oportunistas o estados anímicos viscerales del secretario general, a diferencia de lo que ocurre en unos cuantos «PC» de estas latitudes. El KKE aplica las conclusiones a las que llega, manteniendo una coherencia que puede constarse a lo largo de los años.
En 2005, señaló:
[…] el movimiento comunista internacional se mantiene organizativa e ideológicamente fragmentado, está todavía en crisis. En sus filas continúa la lucha entre los puntos de vista revolucionarios, comunistas y los reformistas, oportunistas; entre la línea de la «resistencia-ruptura» y la línea de la «adaptación-integración» al sistema del imperialismo.
En el centro de esta lucha están: la actitud frente al socialismo que hemos conocido y las causas de los derrocamientos; la actualidad del marxismo-leninismo; el desarrollo de la teoría en la época de transición al socialismo y en las condiciones de la victoria temporal de la contrarrevolución; el carácter del partido comunista; el carácter del imperialismo; la relación de la lucha a nivel nacional e internacional; la política de alianzas, la actitud hacia la socialdemocracia; la actitud de los comunistas en los movimientos de masas; la actitud hacia la crisis capitalista y las contradicciones interimperialistas y las guerras imperialistas; la política frente a las uniones imperialistas interestatales, regionales e internacionales; el papel histórico de la clase obrera; las leyes de la revolución y construcción socialistas; el internacionalismo proletario.ii
Y cuatro años después, puntualizó:
[…] Estudiamos y juzgamos el rumbo de la construcción socialista [en el siglo XX] de manera autocrítica, es decir, con plena conciencia de que nuestras debilidades,
deficiencias teóricas y análisis erróneos también fueron parte del problema.
[…] Nuestra actitud fue influida en gran medida por la formalidad de las relaciones que surgieron entre los partidos comunistas, la adopción acrítica de tesis del PCUS con respecto a cuestiones teóricas e ideológicas. De nuestra experiencia surge la conclusión de que el respeto hacia la experiencia de otros partidos debe ser combinado con un juicio objetivo sobre sus políticas y prácticas, con la crítica de camaradas hacia los errores y la oposición a las desviaciones.iii
Es así como pueden entenderse mejor las razones y los objetivos de los cuatro textos que integran este volumen, con los cuales aspiramos a colaborar en el debate y la clarificación de enfoques acerca de la guerra en Ucrania, la invasión rusa y el sistema imperialista. En el caso venezolano, además, aportar cimientos para la reconstrucción revolucionaria ideopolítica y organizativa del movimiento comunista.
Finalmente, llamamos la atención del lector sobre algunos detalles formales que encontrará a lo largo del presente volumen. En primer lugar, la traducción al español se cotejó con las versiones en griego y en inglés. En segundo lugar, se indican con un asterisco (*) las notas originales al pie de página a las que se les actualizaron la fuente y/o la cita respectiva, y las incorporadas especialmente para esta publicación se marcaron como notas de la Editorial (N. de la Edit.). En tercer lugar, insertamos puntuales acotaciones entre corchetes, mientras que los paréntesis pertenecen al texto original.
iii «Análisis y conclusiones sobre la construcción socialista durante el siglo XX, fundamentalmente en la URSS. Percepción del KKE sobre el socialismo», 18º Congreso del KKE, 18 al 22 de febrero de 2009.
Continúa el debate sobre los resultados del Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros en La Habana1 .
Algunas fuerzas, e incluso periódicos burgueses, buscaron interpretar a través de su propio prisma los resultados del Encuentro Internacional de Partidos Comunistas. Así, el periódico ruso Nezavisimaya Gazeta [«Periódico Independiente»] habló de una «escisión en el movimiento de izquierda internacional» en La Habana, a causa de la «operación militar especial» rusa, como llaman los medios de comunicación rusa a la guerra en Ucrania. Lo primero que se nota es la evidente prisa de dicho periódico en sustituir incluso el título del «Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros» (EIPCO) por el título incoloro e insípido «movimiento de izquierda internacional».
Sin embargo, en realidad, el periódico burgués ruso está «tocando en puertas abiertas», ya que,
1 El 22º EIPCO se realizó en La Habana, Cuba, del 27 al 29 de octubre de 2022, con la participación de 78 partidos de 60 países (N. de la Edit.)
como ha destacado varias veces el KKE, en el movimiento comunista internacional se desarrolla un duro enfrentamiento ideológico-político sobre varios asuntos importantes. Hemos hablado de la crisis ideológica-política en las filas del movimiento comunista internacional, así como de la necesidad de su reagrupamiento revolucionario.
La confrontación a lo interno del movimiento comunista internacional, como ha resaltado el KKE varias veces, tiene muchas dimensiones, por ejemplo:
Entre aquellos partidos que apoyan que los partidos comunistas [PPCC] se diluyan en «amplias alianzas progresistas de izquierda» y los partidos que luchan por preservar la independencia ideológicapolítica de los PPCC y fortalecer sus vínculos con la clase obrera y las capas populares.
Entre aquellos partidos que siguen atrapados en la antigua estrategia de las «etapas hacia el socialismo» y que apoyan la participación en gobiernos burgueses de «izquierda», «antineoliberales», «progresistas», de «centro-izquierda» en el terreno del capitalismo, y los partidos que han rechazado la participación en gobiernos burgueses y la lógica de las etapas, y luchan por derrocar la barbarie capitalista.
Entre aquellos partidos que identifican el imperialismo exclusivamente con EEUU o con algunos países capitalistas fuertes de Europa o con la política exterior agresiva, y los partidos que apoyan la concepción leninista de que el imperialismo es el capitalismo monopolista, la fase superior y última del sistema de explotación.
Entre aquellos partidos que consideran que la lucha por la paz está indisolublemente ligada a un «mundo multipolar» que supuestamente «domará»
a EEUU, difundiendo ilusiones sobre una «arquitectura internacional pacífica», cultivada por la socialdemocracia y los oportunistas; y los partidos que consideran que el mundo capitalista no se puede «democratizar», no puede acabar con las guerras –por muchos «polos» que tenga– y que es imprescindible intensificar la lucha por el derrocamiento del capitalismo, por la nueva sociedad socialista.
Entre aquellos partidos que consideran que China es un país que «está construyendo el socialismo con características chinas» y los partidos que consideran que el socialismo tiene principios y que dichos principios han sido violados en China, que han predominado ya las relaciones de producción capitalistas, que es un país del mundo capitalista contemporáneo, que es un país que compite con EEUU y amenaza su primacía en el sistema imperialista.
Podríamos mencionar otros asuntos importantes en torno a los cuales se desarrolla un fuerte debate ideológico en los EIPCO, entre los cuales –tras la inaceptable invasión rusa– claramente se ha añadido la cuestión de la guerra imperialista en Ucrania. Por lo tanto, el «diamante» de la primicia de Nezavisimaya Gazeta de que acaba de producirse una «escisión en el movimiento de izquierda internacional», sólo resulta ser «carbón».
En cuanto a la postura de los partidos que se autocalifican de «izquierda», cabe destacar que el partido de «izquierda» Syriza votó en el Parlamento Europeo junto con el derechista Nueva Democracia (ND) y el socialdemócrata Pasok2 a favor del estable-
2 Syriza «Coalición de la Izquierda Radical»: oportunista y socialdemócrata; ND «Nueva Democracia»: conservador, partido gobernante; Pasok «Movimiento Socialista Panhelénico»: socialdemócrata (N. de la Edit.)
cimiento de un «mecanismo de ayuda militar a Ucrania», al igual que anteriormente ya había apoyado la expansión de las bases de EEUU-OTAN en Grecia y la adhesión de nuevos países a la OTAN, cuestiones a las que se ha opuesto el KKE.
En los Encuentros Internacionales de Partidos Comunistas se busca llegar a posiciones comunes que se expresan a través de la aprobación de la «Declaración Final», cuando esto es posible. Sin embargo, es cierto que este documento es el resultado de un debate y de una confluencia de opiniones, pero quien lea este documento concreto del 22º EIPCO3 se dará cuenta de que en él no hay análisis problemáticos acerca de «etapas», de apoyo a «gobiernos de izquierda y progresistas», de «la lucha contra el neoliberalismo» que sustituye la lucha contra el capitalismo, sobre un «mundo multipolar», etc., sino que, al contrario, se promueve la línea común de la lucha de los partidos comunistas contra el capitalismo, por el apoyo a las luchas obreras-populares, como el camino de la construcción de la nueva sociedad socialista.
Al mismo tiempo, en los EIPCO cada partido tiene la oportunidad de expresar sus posiciones con su discurso y plantear o apoyar resoluciones respectivas en diversos temas.
Así, a pesar de los diferentes enfoques expresados sobre la guerra en Ucrania en los discursos de los partidos en el 22º EIPCO, en la «Declaración Final» se hace una referencia particular a la situación en Ucrania, que la Sección de Relaciones Internaciona-
les del Comité Central del Partido Comunista de la Federación Rusa evita mencionar, y que responde a Nezavisimaya Gazeta. Se la recordamos:
3. Como consecuencia de la creciente agresividad del imperialismo y de la recomposición geopolítica en curso, enfrentamos una nueva espiral de la carrera armamentista, el reforzamiento y expansión de la OTAN, la aparición de nuevas alianzas militares, la agudización de las tensiones y los conflictos militares, como el de Ucrania, el resurgimiento del fascismo en varias partes del mundo y la «guerra fría» y la amenaza de una conflagración nuclear, que debemos rechazar. Además de esta posición común, se presentaron dos resoluciones: una de parte del Partido Comunista Obrero de Rusia (PCOR), del Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR) y del Partido Comunista de Ucrania [KPU, por sus siglas en ucraniano] que justificaba y apoyaba la invasión rusa reproduciendo los pretextos «antifascistas» que utiliza la burguesía rusa para esconder sus aspiraciones4. La otra resolución fue presentada por la Unión de Comunistas de Ucrania [SKU, por sus siglas en ucraniano] (y no por el KKE, como sostiene Dmitry Novikov, uno de los vicepresidentes del Comité Central del PCFR en el artículo de Nezavisimaya Gazeta). Esta resolución, que revela la naturaleza imperialista de la guerra, condena tanto al gobierno reaccionario de Ucrania como los objetivos de la burguesía rusa, y fue apoyada por el KKE5 .
4 Resolución «La lucha contra el imperialismo de EEUU y la OTAN que aspiran a la hegemonía mundial, es la tarea clave de las fuerzas progresistas». Entre los firmantes están 6 de los 44 partidos que en su momento suscribieron la «Declaración conjunta» del 26 de febrero de 2022, la cual no fue apoyada por PCOR, PCFR ni KPU (N. de la Edit.)
5 Resolución «Sobre la guerra imperialista en el territorio de Ucrania» Entre los firmantes están 26 de los 44 partidos que en su momento suscribieron la «Declaración conjunta» del 26 de febrero de 2022 [véase en Un año de guerra en Ucrania (Volumen 1), p. 30], la cual fue apoyada por SKU (N. de la Edit.)
La Sección de Relaciones Internacionales del PCFR, en su intento de restar importancia a esta resolución que demuestra el carácter imperialista de la guerra, se alinea con el escritor del artículo de Nezavisimaya Gazeta y recurre con él a la argumentación «conveniente» de que los partidos firmantes «casi ninguno de ellos ejerce influencia en su Estado». Pocos días antes, en una entrevista en la radio Aurora, Yury Afonin, primer vicepresidente del Comité Central del PCFR, se refirió despectivamente al KKE diciendo que sólo tiene 10 diputados, que en las elecciones logra un 5% a 6%, preguntándose «¿cuál es su influencia en la sociedad?» y añadiendo que «ha perdido muchas oportunidades de unir a las fuerzas de izquierda y progresistas» en Grecia.
Lo anterior demuestra que el PCFR parece medir la «influencia» de los demás partidos comunistas en función de criterios puramente parlamentarios como el número de diputados o el porcentaje electoral, mientras es bien sabido que para un partido revolucionario que lucha por derrocar el capitalismo, para lograr un porcentaje electoral se requiere un esfuerzo duro en las condiciones de la dictadura del capital. Además, tanto la trayectoria histórica como los acontecimientos recientes deberían haber enseñado que partidos comunistas que no están arraigados en la clase obrera, en el movimiento obrero-sindical, en las luchas de la clase obrera del país y su acción se limita dentro de las paredes del parlamento puede desaparecer de la noche a la mañana, y esto independientemente de su alto porcentaje electoral o del gran número de diputados.
Así pues, el vicepresidente de un partido que en sus 29 años de existencia no ha tenido ninguna con-
tribución sustancial al desarrollo del movimiento obrero sindical de Rusia, y más en un momento en el que los sindicalistas son encarcelados por su actividad sindical –como el presidente del sindicato de mensajeros de Moscú, Kirill Ukrayinchev–, debería ser menos engreído y estudiar la rica experiencia y acción del KKE que protagoniza las luchas de la clase obrera, de los campesinos pobres, los pequeños comerciantes y los jóvenes, lo cual fue conocido por los cuadros del PCFR en el período anterior.
Realmente, ¿cómo mide el PCFR su influencia, que mientras tiene decenas de diputados ha olvidado la lucha de clases y no ha logrado todavía decir una sola palabra de crítica al presidente ruso Vladimir Putin cuando ha atacado repetidamente al dirigente de la Revolución de Octubre, V.I. Lenin, y a los bolcheviques? ¿Cómo es posible que no se haya dado cuenta de que Putin en cada discurso importante emplea extractos de libros del filósofo ruso y fundador del fascismo ruso, Iván Ilyin?
En varias redes digitales, que apoyan el PCFR, la realidad es aún más brutalmente distorsionada. Así pues se afirma que en el 22º EIPCO se presentaron dos resoluciones, una «prorrusa» presentada por los dos partidos rusos, y una «antirrusa» apoyada por el KKE.
¿De dónde se deduce que una resolución fue «prorrusa» y otra «antirrusa»? El único criterio para esta distinción es si cada una de estas resoluciones apoya o no los pretextos y las opciones de la burguesía rusa en la guerra imperialista y en defensa de sus propios intereses.
Pero, ¿se puede caracterizar «prorrusa» una resolución que acepta que los hijos del pueblo ruso se conviertan en carne de cañón de la guerra imperialista, para servir mejor a los intereses de los monopolios rusos que chocan con los monopolios euroatlánticos en Ucrania, sobre la repartición de las materias primas, las tierras fértiles, los recursos naturales, la infraestructura industrial, la mano de obra, las cuotas de mercado?
A pesar de que hablar de «prorrusa» y «antirrusa» es un truco engañoso, lógicamente uno podría decir que «prorrusa» –según la terminología del PCFR– es justamente la resolución que revela y apoya los intereses propios de la clase obrera, de las capas populares de Rusia, en oposición a los intereses de la burguesía del país, sus alianzas y la guerra imperialista.
¿Se puede calificar de «antirrusa» una resolución porque choca con los intereses de la burguesía rusa?
Esa lógica no es nada sólida. Pensemos en lo siguiente: el KKE en sus declaraciones y en los EIPCO se posiciona en primer lugar contra todos los planes y la actitud de los gobiernos burgueses griegos –actualmente de ND y anteriormente de Syriza y de Pasok– que para servir a los intereses de los armadores, los banqueros, los industriales y de otros sectores de la burguesía, han atrapado al país en los planes de las organizaciones imperialistas de la OTAN y la Unión Europea (UE). ¿Podría alguien, aparte de los nacionalistas, acusar al KKE de tener una «postura antigriega» por oponerse y condenar las opciones de los partidos y los gobiernos burgueses griegos?
Cuando el KKE se moviliza contra las bases de EEUU y el acuerdo estratégico con EEUU, no se moviliza contra el pueblo estadounidense y la clase
obrera de EEUU, a cuyas luchas los comunistas griegos rinden honor y a las cuales han contribuido a través de los inmigrantes que llegaron a ese país.
Cuando el KKE se moviliza contra la compra de armamento francés y el acuerdo estratégico entre Grecia y Francia, lo hace porque considera que esto implica al país en nuevas intervenciones y guerras imperialistas –por ejemplo en la zona del Sahel6–, y no porque tenga sentimientos «antifranceses»; todo lo contrario, el KKE rinde honor a la contribución histórica de las luchas de la clase obrera de Francia, desde la Comuna de París hasta nuestros días.
Cuando el KKE se moviliza junto a los trabajadores del puerto del Pireo7, que es controlado por el monopolio chino de Cosco8, no es que tiene sentimientos «antichinos», sino que su «brújula» es la necesidad de apoyar la lucha de los trabajadores por condiciones de trabajo seguras, por salarios dignos y convenios colectivos de trabajo, etc.
El KKE, desde las posiciones de los principios del internacionalismo proletario, está del lado de los pueblos, del lado de la clase obrera de todos los países, contra los intereses de las clases burguesas y de las uniones imperialistas. El KKE está a favor de la cooperación de beneficio mutuo entre todos los países y los pueblos, y se opone a cualquier manifestación de racismo y todo tipo de xenofobia.
6 Franja geográfica y climática al norte de África, que se extiende del océano Atlántico al mar Rojo, limitando al norte con el desierto del Sahara y al sur con la sabana sudanesa, donde Francia encabezó desde 2013 fuerzas militares de intervención en algunas de sus antiguas colonias con el pretexto de la lucha antiterrorista (N. de la Edit.)
7 El mayor puerto marítimo de Grecia, uno de los mayores de la cuenca del mar Mediterráneo y está entre los diez mayores puertos de contenedores de Europa (N. de la Edit.)
8 «China Ocean Shipping Company», es una compañía estatal china y se ubica entre las mayores navieras del mundo (N. de la Edit.)
Es bien conocido el refrán de que «nunca se miente más que después de una cacería, durante una guerra y antes de las elecciones», y en nuestro caso aplican al menos las dos últimas situaciones, ya que algunos en nuestro país intentan difamar al KKE afirmando que –con su posición de principios contra la guerra imperialista– supuestamente expresa «antirrusismo». Sin embargo, tal cosa tiene «patas cortas», porque el KKE:
durante todos estos años ha resistido, destacado y denunciado los peligros de la expansión de la OTAN con nuevos países hacia las fronteras de Rusia. Ha condenado al gobierno anterior de Syriza que hizo un acuerdo con Macedonia Norte para que se integrara a la OTAN y la UE. El KKE también denunció el gobierno de ND que llevó al parlamento la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN, la cual fue aprobada también por los demás partidos del euroatlanticismo, supuestamente en nombre de la llamada «autodeterminación» de esos países.
Durante todos estos años el KKE ha denunciado y se ha opuesto al cerco a la Federación Rusa con nuevas bases militares y tropas de EEUU y de la OTAN, incluso en nuestro país. Caracterizó este desarrollo como una «acumulación de material combustible» antes de la guerra.
Se opuso a que las Fuerzas Aéreas de Grecia se encargaran de la vigilancia del espacio aéreo de los países balcánicos, la cual es una acción de claro carácter contra la llamada «amenaza rusa».
Durante todos estos años el KKE, en el parlamento nacional y europeo, ha denunciado y ha votado en contra de la guerra comercial y las sanciones de la UE contra la Federación Rusa, y ha destacado
que estas sanciones afectan en primer lugar a las capas populares, como por ejemplo los campesinos de nuestro país.
El KKE ha destacado que la llamada «reducción de la dependencia» de la UE al gas natural ruso lleva a la dependencia de la UE al carísimo gas natural licuado de EEUU, así como a la implementación de «impuestos verdes» para la llamada «transición verde».
Desde el inicio de la guerra imperialista, el KKE se opuso y condenó la decisión de la UE y del gobierno griego de prohibir el funcionamiento de los medios de comunicación rusos en nuestro país.
Desde el inicio de la guerra imperialista, el KKE se opuso y condenó la decisión de la UE y del gobierno griego de impedir eventos con organizaciones culturales de Rusia.
Por supuesto, partidos como el PCFR que están influenciados por puntos de vista nacionalistas y que apoyan plenamente las construcciones ideológicas de las clases burguesas –como el llamado «mundo ruso»–, no pueden ver nada más que «antirrusismo» en el rechazo de los pretextos que utiliza la burguesía rusa, y en la posición clara de condena tanto del imperialismo euroatlántico como de la burguesía rusa. Respondemos con los últimos párrafos de la Resolución de la Unión de Comunistas de Ucrania, apoyada por el KKE:
Es vergonzoso y criminal que los comunistas de todo el mundo vayan detrás de los gobiernos de los países burgueses y trabajen por los intereses de su burguesía nacional, que apoyen a uno u otro bloque de países burgueses. Nuestra tarea inmutable es ayudar a los trabajadores de todo el mundo a darse cuenta de que las guerras imperialistas no conducen a la emancipación del trabajo, sino que, por el contrario, lo esclavizan aún
más; que en el conflicto imperialista la clase obrera no tiene aliados entre los círculos dominantes, sino sólo enemigos; que sus amigos son sólo los proletarios, sean de la nacionalidad que sean.
El deber de los comunistas es lograr el fin del capitalismo como tal, tanto a nivel nacional como internacional: acabar con el capitalismo es acabar con las guerras. Por esta noble causa, comunistas de todo el mundo, ¡uníos con vuestros proletarios!9
Artículo de la Sección de RRII del KKE publicado en el diario Rizospastis, Nº 13.989, 23 de abril de 2022, p. 9.
«La lucha por los mercados y el saqueo de países ajenos, la aspiración a reprimir el movimiento revolucionario del proletariado y de la democracia dentro de los países y el afán de embaucar, desunir y aplastar a los proletarios de todos los países, azuzando a los esclavos asalariados de una nación contra los de otra en provecho de la burguesía, constituyen el único contenido y significación reales de la guerra.»1
V.I. Lenin9 Véase la nota 5 de este texto (N. de la Edit.)
1 *«Tareas de la socialdemocracia revolucionaria en la guerra europea» (agosto de 1914), Obras completas de V.I. Lenin, t. 26, Editorial Progreso, Moscú, 1984, p. 1.
odo lo anterior, señalado por el dirigente de la Revolución de Octubre hace más de cien años, sigue siendo absolutamente válido para la guerra que se desarrolla en Ucrania. En muchos artículos hasta ahora se han señalado aspectos de la lucha por los mercados, las materias primas, las rutas de transporte de mercancías.
El KKE ha expresado posiciones claras también en el marco del movimiento comunista internacional.
Desafortunadamente algunos partidos comunistas, como el Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR2), expresan posiciones a las que nos oponemos fuertemente.
El PCFR, fundado en 1993, es una fuerza importante en la vida política de la Rusia capitalista. En las últimas elecciones parlamentarias, en 2021, obtuvo el 18,9% de los votos y se convirtió en la segunda fuerza política, con 57 diputados (de los 450). En estos 30 años después de la disolución de la URSS, el PCFR también ha asumido cargos gubernamentales, en el período 1998-1999, bajo la administración del primer ministro Yevgueni Primakov, quien gestionó la crisis capitalista que había estallado en el país. El propio Programa del partido, que está en la «línea» de transformación gradual del capitalismo en socialismo, a través de varias etapas, favorece las diversas soluciones gubernamentales de «centro-izquierda». El PCFR, a pesar de su importante fuerza parlamentaria, no tiene ninguna participación significativa en el reagrupamiento del movimiento obrero-sindical de Rusia, cuyas fuerzas principales están bajo el
control del Estado y de la patronal.
Las posturas adoptadas por este partido, incluso antes del inicio de la invasión rusa, han estado en sintonía con las líneas del partido gobernante «Rusia Unida» y el presidente Vladimir Putin. El reconocimiento de la «independencia» de las llamadas «Repúblicas Populares» de Donbás (Donetsk y Lugansk), que fue el desencadenante de la invasión rusa en Ucrania, fue una propuesta suya aprobada por la Duma Estatal3. El PCFR suscribe todos los argumentos del gobierno ruso sobre la necesidad de que el ejército ruso aplaste el fascismo en Ucrania, por lo cual está llevando a cabo una «operación militar especial» en Ucrania, un término impuesto por Rusia para que no se utilice la palabra guerra. De hecho, el PCFR considera que esta política exterior «antifascista» debe ir acompañada de un «giro a la izquierda» en el interior del país, y repetidamente pide una remodelación del gobierno y su participación en éste.
Sin embargo, el peor de todos los servicios que ofrece el PCFR es el ocultamiento total de las verdaderas causas de las guerras imperialistas que, al igual que la guerra estallada en Ucrania, se libran para servir los intereses de los monopolios y de las clases burguesas, no de los pueblos. Son guerras por materias primas, recursos naturales, rutas de trans-
3 Véase: «La Duma rusa votará en febrero si reconoce a Donetsk y Lugansk», 24 de enero de 2022 (DW); «Duma rusa pide a Putin reconocer repúblicas de Donetsk y Lugansk», 15 de febrero de 2022 (Telesur); «Putin reconoce la independencia de las Repúblicas de Donetsk y Lugansk de Ucrania», 21 de febrero de 2022 (Sputnik News); «Sobre el reconocimiento de la “independencia” de las llamadas “Repúblicas Populares” de Donbás», 22 de febrero de 2022 (kke.gr) (N. de la Edit.)
porte de mercancías, apoyos geopolíticos, cuotas de mercado. No es posible que el PCFR no sea consciente de la importancia que tienen para el capital ruso, así como para el capital occidental, los recursos productores de riqueza que tiene Ucrania, sus recursos minerales, como el titanio ucraniano imprescindible para la industria de construcción de aviones y otras, o los puertos de Mariúpol y Odessa, o las tierras fértiles cultivables de Ucrania, o la base industrial de Ucrania que todavía sigue siendo importante a pesar de su reducción en comparación con el período del socialismo, y la enorme red de tuberías de energía que atraviesan este país. Además, no es posible que el PCFR no se dé cuenta de la competencia feroz que se desarrolla entre los Estados burgueses en muchas regiones del mundo por las fuentes, las rutas de transporte y las tuberías de energía, por las cuotas de los monopolios en el mercado energético europeo, por las cuotas del mercado de armas, etc. Se trata de una competencia imperialista en la que intervienen los monopolios y los Estados de la Unión Europea (UE), EEUU, Rusia, China y otros «actores» regionales como son Turquía, Israel y las monarquías del Golfo.
El PCFR, con su postura, se pone del lado de los monopolios rusos y chinos en su competencia con los monopolios occidentales y otros, que todos juntos han convertido al pueblo de Ucrania en un «saco de boxeo». Desde hace muchos años este partido ha estado «coqueteando» con enfoques y fuerzas nacionalistas que se presentan como «patrióticas». El presidente del PCFR, en su libro Globalización y el destino de la humanidad (2002), asume el punto de vista del politólogo estadounidense Samuel Phillips Hunting-
según el cual los conflictos ya no son entre Estados, sino entre fuerzas con diferentes tradiciones culturales. Por lo tanto, en los movimientos de cerco de Rusia por la OTAN, la UE y EEUU, distingue una «guerra total» contra Rusia, desatada por los países de los llamados «mil millones de oro», como son denominados los principales 30 países integrados en la Organización de Cooperación y de Desarrollo Económicos (OCDE)5, entre ellos Grecia, con una población total cercana a los mil millones de habitantes. Según esta percepción se nota una mitigación de las contradicciones socio-clasistas en la sociedad de los «mil millones de oro» y ya la contradicción básica se expresa a nivel internacional «sobre la base del eje “Norte rico-Sur pobre” no menos agudamente que antes separaban al proletario de su explotador en el marco de un solo país»6 .
El documento programático del PCFR no reconoce el carácter imperialista de la Rusia actual, mientras que se considera que «la Federación Rusa se convierte en objeto de una nueva redistribución del mundo, en un apéndice de materias primas para los Estados imperialistas», y además se señala que: «En la segunda mitad del siglo XX, mediante la explotación depredadora de los recursos del planeta, la especulación financiera, las guerras y la utilización de nuevos
4 Planteado por Huntington primero en un artículo de 1993, «The Clash of Civilizations?» («¿El choque de civilizaciones?»), ampliado luego en forma de libro, The Clash of Civilizations and the Remaking of the World Order («El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial»), de 1996 (N. de la Edit.)
5 Constituida mediante el Convenio de la OCDE suscrito por 20 países en París, el 14 de diciembre de 1960 –entrando en vigor el 30 de septiembre de 1961–, y que sustituyó a la Organización para la Cooperación Económica Europea (del 16 de abril de 1948), que administraba las ayudas del Plan Marshall para la reconstrucción europea luego de la II Guerra Mundial. Establece baremos para las políticas económicas y sociales de los Estados miembro. Actualmente la integran 38 países de Europa, América, Medio Oriente, Asia y Oceanía (N. de la Edit.)
6 *Guennadi Zyugánov, Globalización: ¿Un callejón sin salida o una salida?, 2001
métodos sofisticados de colonización, un grupo de países capitalistas desarrollados, los llamados “mil millones de oro” pasaron a la fase de la “sociedad de consumo”, en la cual el consumo, en vez de ser una función física del cuerpo humano, se transforma en una “meta sagrada” del individuo, cuya ferviente realización determina por completo su estatus social…»7. Según este enfoque desclasado y desorientador, los «mil millones de oro» se oponen el llamado «mundo ruso», que es una de las líneas principales de la actual política exterior del Estado burgués ruso. Bajo este concepto se esconde la utilización por parte de Rusia de millones de rusos y rusoparlantes para las decisiones del capitalismo ruso. «Todos estamos obligados a defender el mundo ruso (…) El mundo ruso se ha estado reuniendo durante mil años. Y lo han reunido no sólo rusos, sino además ucranianos y bielorrusos. Compartimos una fe común, victorias comunes, un idioma, una cultura», dijo el presidente del PCFR en su discurso en el parlamento ruso durante la sesión por el reconocimiento de las llamadas «Repúblicas Populares»8. Sobre esta base, el PCFR brinda pleno apoyo a la política exterior de la clase dominante rusa, a la formación de uniones capitalistas interestatales que forma en el territorio de la antigua URSS, como la Unión Económica Euroasiática9 y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC)10. Es característico que el PCFR, en enero pa-
7 Programa del PCFR. https://kprf.ru/party/program
8 *Guennadi Zyugánov, «El reconocimiento de las repúblicas populares de Donbás es para nosotros una cuestión de principios», 22 de febrero de 2022.
9 Establecida con base en el Tratado del 29 de mayo de 2014, suscrito por los presidentes de Rusia, Bielorrusia y Kazajistán, al que ese mismo año se sumaron los de Armenia (10 de octubre) y Kirguistán (23 de diciembre), todas exrepúblicas soviéticas. Se lanzó oficialmente el 1 de enero de 2015 (N. de la Edit.)
10 Constituida con base en el «Tratado de Seguridad Colectiva», suscrito el 15 de mayo de 1992, menos de un año después de disolver el Pacto de Varsovia y cuatro meses y medio después del formal desmembramiento de la URSS. Actualmente
sado, apoyó la misión militar de las fuerzas de la OTSC a Kazajistán para reprimir el levantamiento
obrero-popular11 .
En conclusión, mientras que el PCFR declara que su objetivo es el socialismo, al mismo tiempo su programa, que pretende implementar a través de procesos electorales-parlamentarios, es un programa de reformas para la gestión del sistema capitalista, plenamente alineado con los objetivos de la burguesía rusa y los planes del Estado burgués, lo cual se refleja también en asuntos de política exterior.
El PCFR, destacando solamente las grandes e indiscutibles responsabilidades de las demás potencias imperialistas –EEUU, OTAN, UE–, es decir, del «fascismo liberal», como denomina a estas potencias, no dice nada con respecto a las responsabilidades de la burguesía rusa. Sin embargo, después de la disolución de la URSS, millones de rusos y rusoparlantes se encontraron fuera de las fronteras de la Federación Rusa, como en las regiones de Crimea y de Donbás. Cuando las fuerzas contrarrevolucionarias rusas disolvieron la URSS, ¿plantearon el tema de los derechos de estas personas? ¿Plantearon la pregunta de a qué país pertenecerían las regiones en las que vivían? Claro que no. Estas poblaciones fueron tratadas por la recién formada burguesía rusa como «peones» en sus planes geopolíticos en los territorios de la antigua URSS.
→ está integrada por Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Armenia, Kirguistán y Tayikistán, todas exrepúblicas soviéticas (N. de la Edit.)
11 «La OTSC envía fuerzas de paz a Kazajistán para estabilizar la situación en el país», 6 de enero de 2022 (Sputnik News) (N. de la Edit.)
Al mismo tiempo, la burguesía de Ucrania, desde hace 30 años, ha estado envenenando metódicamente al pueblo ucraniano con el anticomunismo y la propaganda goebbeliana sobre el «genocidio» del pueblo ucraniano por los bolcheviques, los comunistas o los rusos. En 1998, el entonces presidente Leonid Kuchma [1994-2005] firmó el primer Decreto Presidencial relevante, con lo que esta propaganda se convirtió en narrativa estatal y se extendió en todo el sistema educativo. A partir de 2006, con el presidente Víktor Yúshchenko [2005-2010], comenzó la operación del «reconocimiento internacional» del llamado «genocidio», mientras que en el interior del país se impuso una prohibición penal a cualquier opinión disidente. En 2010, el presidente Víktor Yanukóvich [2010-2014], caracterizado como prorruso, mantuvo todo lo anterior y declaró que no era un genocidio del pueblo ucraniano sino «un crimen del régimen totalitario estalinista». Sobre este mito ha crecido toda una generación de ucranianos, y en ello se basaron organizaciones fascistas para reagruparse ideológica y políticamente.
¿Qué ha hecho durante todos estos años el liderazgo ruso actual para impedir este desarrollo inaceptable? Actividades empresariales; como alardeó el propio Putin: «en 2011 el volumen de negocios del comercio bilateral superó los 50.000 millones de dólares»12. Mientras en Ucrania se estaba desarrollando la propaganda goebbeliana, Rusia destinaba a Ucrania, en palabras de Putin, «apoyo material», y sólo en el período 1991-2013 (es decir, cuando se arraigaron allí las ideas fascistas) el presupuesto ucraniano tuvo un beneficio de unos 250.000 millo-
nes de dólares gracias a los préstamos preferentes de Rusia y los precios especiales en la energía rusa. Incluso las obligaciones de deuda de Ucrania desde la época de la URSS fueron cubiertas completamente por Rusia.
Entonces, ¿son unilaterales las responsabilidades con respecto al resurgimiento de la propaganda nazi-fascista en Ucrania? ¿La burguesía rusa no es también responsable de ello? ¿El PCFR no sabe nada sobre esto?
Durante varios años el Estado ruso ha estado presentando anualmente a la ONU un proyecto de resolución que condena la «glorificación» del nazismo y pide medidas para restringir el fenómeno nazi sobre todo en los países bálticos13 y Ucrania. EEUU permanentemente vota en contra y los países de la Unión Europea se abstienen de la votación.
Al mismo tiempo, una vez al año en Rusia, el día de la Victoria Antifascista de los pueblos, el 9 de mayo, se ondea la bandera roja. Sobre esta base la burguesía gobernante de Rusia busca apropiarse de la Victoria Antifascista y de los sentimientos antifascistas del pueblo ruso.
Mientras tanto, en Rusia incluso inoculan el veneno del anticomunismo a los niños en las escuelas, p.ej. a través del conocido novelista antisoviético
Aleksandr Solzhenitsyn [1918-2008], quien justificó a los colaboradores rusos de los nazis, era admirador de Franco y partidario de Pinochet. Los medios de comunicación públicos y privados están repletos de an-
13 Usualmente, en términos políticos, es una referencia para las exrepúblicas soviéticas de Estonia, Letonia y Lituania, aunque la totalidad de las costas de Finlandia y Polonia también es con el mar Báltico, y Suecia, Alemania, Dinamarca y Rusia cuentan entre sus costas con una porción báltica (N. de la Edit.)
ticomunismo, e incluso la Victoria contra la Alemania fascista se presenta como una hazaña supuestamente lograda sin la acción del partido bolchevique, y en ocasiones a pesar de éste. El propio Putin afirma públicamente que estudia y recomienda a los jóvenes las obras de Iván Ilyin [1883-1954], un ideólogo ruso del fascismo, cuya tumba ha visitado y en la que ha depositado flores.
Se demuestra una vez más que cuando la lucha contra el fascismo se separa de la «matriz» que la engendra, de la lucha contra el capitalismo, es una postura completamente hipócrita para promover otros objetivos, como ahora en el caso de Ucrania, donde la invasión militar rusa supuestamente tiene como objetivo «desnazificar» ese país. ¿Quién va a hacer eso? ¿El admirador del fascista Ilyin con la bandera y los símbolos del imperio zarista, la «cárcel de los pueblos» como decía Lenin? Es imposible que el PCFR no conozca esta actitud hipócrita.
El PCFR subraya el anticomunismo de las «autoridades fascistas» ucranianas, como las caracteriza, pero pasa por alto el anticomunismo de los más elevados voceros oficiales rusos, como el presidente Putin en su primera declaración antes de la guerra.
Cabe recordar que Putin utilizó todas las virulentas expresiones que suelen emplear la Unión Europea y EEUU contra la Unión Soviética, tales como «dictadura estalinista», «régimen totalitario», «terrorismo rojo», etc.
Es característico que el PCFR no reaccionó ante este inaceptable ataque anticomunista desatado por
el Kremlin y que es la base común del anticomunismo de todas las fuerzas del imperialismo. Ni siquiera respondió a las despreciables acusaciones del presidente ruso de que Lenin y los bolcheviques fueron los responsables de la disolución de la URSS y no las fuerzas sociales y políticas de la contrarrevolución en las que participó el propio Putin, al lado del entonces alcalde de Leningrado, Anatoli Sobchak [1991-1996], mano derecha de Boris Yeltsin, quien junto con Mijaíl Gorbachov encabezaron el ataque anticomunista y antisoviético contra las fuerzas que luchaban por salvar el socialismo y la URSS.
En estas circunstancias, el PCFR ha tratado de engañar al pueblo ruso sobre las posiciones del KKE con respecto a los acontecimientos en Ucrania.
El PCFR ocultó el hecho de que desde el primer momento el KKE condenó la invasión rusa de Ucrania14; que organizó una movilización en Atenas desde la Embajada de Rusia hasta la Embajada de EEUU15; que se opuso a ambas partes de la confrontación imperialista, llamando a los pueblos a no elegir entre «bandidos»16; y que realiza movilizaciones contra la creciente vorágine de la guerra imperialista con la continua y más profunda implicación de Grecia y con el traslado a través de su territorio de armas letales a la zona del conflicto17 .
Por otro lado, el PCFR buscó utilizar las moviliza-
14 «Declaración sobre la invasión rusa en Ucrania», 24 de febrero de 2022 (N. de la Edit.)
15 «¡No a la guerra imperialista! ¡Que se detenga la implicación de Grecia!», 26 de febrero de 2022 (N. de la Edit.)
16 «No elegimos entre campos de ladrones», 2 de marzo de 2022 (N. de la Edit.)
17 «KKE: Decenas de eventos y acciones contra la guerra imperialista», 21 de marzo de 2022 (N. de la Edit.)
ciones masivas del KKE para seguir manipulando al pueblo ruso, entre otros. Así, en las redes sociales, G. Zyugánov publicó fotos de la movilización del KKE presentándolas como apoyo al llamado «mundo ruso». Además, en el mensaje de solidaridad que envió el PCFR contra la detención de cuadros del KKE y la represión de la movilización en Tesalónica, se intenta reproducir la posición del PCFR sobre la «guerra total de la OTAN contra Rusia», una posición que busca justificar la invasión rusa de Ucrania. Este mensaje fue difundido en un periódico burgués de nuestro país que pretendía acusar al KKE de doble discurso y supuesto apoyo a la Rusia capitalista. Sin embargo, el hecho de que las movilizaciones populares en nuestro país se realizan fuera de bases, campamentos militares y puertos, estaciones de tren por donde pasan las fuerzas de EEUU-OTAN, tiene que ver con el hecho de que nuestro país ya forma parte de un lado de la confrontación, la parte de EEUU-OTAN. Exigimos, por tanto, la desvinculación de Grecia de la guerra y de los planes criminales del euroatlanticismo, que ponen a nuestro pueblo en el punto de mira. Nadie puede interpretar esto como apoyo a la Rusia capitalista a la que también hemos denunciado, a diferencia del PCFR y algunos otros partidos comunistas que dan cobertura ideológica y política a los planes de la burguesía rusa.
18 En referencia a las organizaciones que para ese momento habían suscrito la «Declaración conjunta» del 26 de febrero de 2022 [véase en Un año de guerra en Ucrania (Volumen 1), p. 30] que finalmente llegaron a ser 44 partidos, de los cuales 35 también firmaron el comunicado conjunto «Sobre el primer año de la guerra imperialista en Ucrania», en febrero-marzo de 2023 (N. de la Edit.)
Denunciaron la guerra imperialista y destacaron que «Los acontecimientos en Ucrania, que tienen lugar en el marco del capitalismo monopolista, están vinculados a los planes de EEUU, la OTAN y la Unión Europea y su intervención en la región, en el contexto de su feroz competencia con la Rusia capitalista».
Manifestaron su solidaridad con «los comunistas y los pueblos de Rusia y Ucrania», exhortándoles a fortalecer «la lucha contra el nacionalismo fomentado por la burguesía de ambos países. Los pueblos de los dos países, que vivieron en paz y prosperaron conjuntamente en el marco de la URSS, así como todos los demás pueblos del mundo, no tienen nada que ganar en alinearse con uno u otro imperialista o alianza que sirven a los intereses de los monopolios.»
Subrayaron que «El interés de la clase obrera y de las capas populares requiere que los comunistas fortalezcamos el criterio de clase para analizar los acontecimientos, para trazar nuestro propio camino independiente en contra de los monopolios y las clases burguesas, por el derrocamiento del capitalismo, por el fortalecimiento de la lucha de clases contra la guerra imperialista, por el socialismo, que permanece tan vigente y necesario como siempre.»
* * *
Artículo de la Sección de RRII del KKE publicado en el diario Rizospastis, Nº 13.992, 29 de abril de 2022, p. 20.