Evolución. Toda la historia

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EVOLUCIÓN TODA LA HISTORIA

Prólogo de Alice Roberts

Steve Parker


El camaleón pantera, Furcifer pardalis, es endémico en el nordeste de Madagascar. Estos lagartos han evolucionado desarrollando la capacidad de cambiar el color de su piel para, por ejemplo, marcar su territorio. Cuando no están estresados, los colores son más tenues. Nota sobre los cladogramas: estos diagramas muestran un consenso de los estudios científicos actuales y la última revisión es de mayo de 2015.

Título original Evolution. The Whole Story Edición Sophie Blackman, Rebecca Gee, Frank Ritter, Dorothy Stannard, Jane Laing, Ruth Patrick, Mark Fletcher Diseño Isabel Eeles, Tom Howey, Thomas Keenes Traducción AntØn AntØn, Remedios Diéguez, Dr. Ing. Alfonso Rodríguez Arias Revisión de la edición en lengua española Laura Gómez Montoto, doctora en Biología

Coordinación de la edición en lengua española Cristina Rodríguez Fischer Primera edición en lengua española 2016 Nueva edición 2018 © 2018 Naturart, S.A. Editado por BLUME © 2016 Art Blume, S.L. Carrer de les Alberes, 52, 2.º, Vallvidrera 08017 Barcelona Tel. 93 205 40 00 e-mail: info@blume.net © 2014 Quintessence Editions Ltd, Londres ISBN: 978-84-17492-38-0 Impreso en China Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, sea por medios mecánicos o electrónicos, sin la debida autorización por escrito del editor.

WWW.BLUME.NET Este libro se ha impreso sobre papel manufacturado con materia prima procedente de bosques de gestión responsable. En la producción de nuestros libros procuramos, con el máximo empeño, cumplir con los requisitos medioambientales que promueven la conservación y el uso responsable de los bosques, en especial de los bosques primarios. Asimismo, en nuestra preocupación por el planeta, intentamos emplear al máximo materiales reciclados, y solicitamos a nuestros proveedores que usen materiales de manufactura cuya fabricación esté libre de cloro elemental (ECF) o de metales pesados, entre otros.


CONTENIDO

PRÓLOGO por Alice Roberts

6

INTRODUCCIÓN

8

EDADES DE LA TIERRA

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1 | LA VIDA MÁS PRIMITIVA

22

2 | PLANTAS

54

3 | INVERTEBRADOS

98

4 | PECES Y ANFIBIOS

172

5 | REPTILES

228

6 | AVES

370

7 | MAMÍFEROS

416

GLOSARIO

560

COLABORADORES

563

ÍNDICE

564

CRÉDITOS DE LAS ILUSTRACIONES

574


PLANTAE/ARCHAEPLASTIDA/PRIMOPLANTAE Organismos pluricelulares que captan la energía de la luz (fotosíntesis, págs. 56 y 58)

OTRAS ARCHAEPLASTIDA

GLAUCOPHYTA

Algas glaucofitas, un pequeño grupo de Archaeplastida

VIRIDIPLANTAE

RHODOFYTA

Algas verdes, plantas terrestres (pág. 60)

Algas rojas

CHLOROPHYTA

STREPTOPHYTA

La mayoría de las algas verdes

Plantas terrestres, Charales

EMBRIOPHYTA

CHARALES

La mayor parte de las plantas terrestres y de agua dulce

Charales, como Chara (pág.64)

OTRAS EMBRIOPHYTA

MARCHANTIOPHYTA Hepáticas

EMBRIOPHYTA NO BRIOPHYTA

BRIOPHYTA

Musgos (pág. 66)

Eucariotas pluricelulares

TRACHEOPHYTA

ANTHOCEROTOPHYTA Hornwort (no angiospermas)

Plantas vasculares (pág. 66)

EUTRACHEOPHYTA

Cooksonia y Rhyniophyta, como Rhynia (pág. 64)

Plantas con verdaderas células conductoras de agua

EUPHYLLOPHYTA

LYCOPODIOPHYTA/ LYCOPHYTA

ISOETOPSIDA

Musgos, Pleuromeia, isoetes y árboles escamosos, como Lepidodendron (pág. 72) y Sigillaria

Helechos, plantas con semillas (pág. 70)

LYCOPODIOPSIDA

Licopodios (pág.70), como Lycopodium

EUSPORANGIATA

Detalles de formación de esporangios

Detalles de formación de esporangios

SALVINIALES

OSMUNDALES

CYATHEALES

HYMENOPHYLLALES

Como helechos arbóreos y otros

Con tejidos lignificados (xilema)

Helechos y género Equisetum

LEPTOSPORANGIATA/ POLYPODIOPSIDA

Como Salvinia

LIGNOPHYTA

PTERIDOPHYTA/MONILOPHYTES

Helecho real

OTRAS EUSPORANGIATA

Varios tipos de helechos

EQUISETOPSIDA Equisetos como Equisetum

PROGYMNOSPERMOPHYTA Grupo extinto de plantas leñosas con esporas

MARATTIACEAE

Grandes frondas y rizomas como Marattia douglasii (pág. 68)

PSILOTOPSIDA

Otros equisetos, Psilotum nudum


2 | plantas El avance fundamental de la plantas fue la capacidad de capturar la energía solar mediante la fotosíntesis. Al ser acuáticas, las primeras plantas estaban soportadas por el medio y no tenían grandes dificultades para mantener el contenido de agua o para absorber los nutrientes y minerales disueltos. Sin embargo, su invasión de la tierra implicó nuevas fases evolutivas tales como la vascularización, consistente en la creación de un complejo interno de vasos para distribuir el agua y los nutrientes por el cuerpo de la planta y tejidos para proporcionar rigidez y soporte para mantenerse erguidas, y la creación de un sistema para la reproducción mediante esporas o, preferentemente, semillas.

SPERMATOPHYTA

Plantas productoras de semillas

OTRAS SPERMATOPHYTA

PTERIDOSPERMATOPHYTA

Helechos con semillas, como Glossopteris (pág. 64)

ANGIOSPERMAE

GYMNOSPERMAE

Plantas con flores (págs. 86 y 96), como Archaefructus (pág. 88)

Plantas con semillas desnudas

PINOPHYTA/ CONIFEROPHYTA, GNETOPHYTES

OTRAS ANGIOSPERMAE

Cicas y ginkgos (pág. 76)

AMBORNYMPHAEALES Como lirios de agua

(pág. 80)

CYCADOPHYTA Cicas

PINES, GNETOPHYTES

GNETOPHYTES

Como Gnetum, Welwistschia y Ephedra

Lirios de agua, como Brasenia, Cabomba y Trithuria

Con un sistema definido de vasos de xilema, como Amborella trichopoda (pág. 90)

OTRAS ANGIOSPERMAE

AUSTROBAILEYALES

OTRAS CONÍFERAS

NYMPHAEALES

AMBORELLALES

GYNKGOPHYTA

Ginkgo (pág. 78)

(pág. 92)

Como el anís estrellado y lianas con aceites esenciales

PINACEAE

Pinos y píceas, como el pino marítimo, Pinus pinaster (pág. 84)

PODOCARPACEAE, ARAUCARIACEAE Como Wollemia y Araucaria

ANGIOSPERMAE NO MONOCOTAS

MONOCOTAS

Dos cotiledones (hojas primordiales)

(Monocotiledóneas) Un cotiledón (hoja primordial) Unas 60 000 especies vivas

CUPRESSACEAE

CHORANTHACEAE

Cipreses, enebros y sequoyas, como Metasequoia (pág. 82)

Ascarina, chloranthus, Hediosmum y Sarcandra

TAXACEAE

OTRAS DICOTAS

(Dicotiledóneas)

Tejos y otras coníferas

OTRAS MONOCOTAS (Monocotiledóneas)

COMMELINIDS

Palmas, Tradescantia, jacintos de agua, hierbas, juncos, bromelias, jengibre, bananas

Liliales, azucenas, alismatales, dioscóreas, llantén acuático y otras

DICOTAS NO MAGNOLOIDEAE

ASPARAGALES

Orquídeas, iris, xantorreas, asfódelos, amarilis, agapantos, ajos, agaves, espárragos y otros

EUDICOTIDEAE

«Verdaderas dicotiledóneas» Granos de polen con tres ranuras. La mayoría de las plantas con flores. 170 000 especies vivas

MAGNOLOIDEAE

Con flores con tres verticilos, como magnolias, canela y aguacate. Unas 5 000 especies vivas

CERATOPHYLLUM

Antoceros (especies de angiospermas)


LOS PRIMEROS MAMÍFEROS

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2

3

L

os primeros mamíferos verdaderos aparecieron durante el período Triásico medio, hace unos 225 millones de años, justo después de los primeros dinosaurios. Los mamíferos que coexistieron con los dinosaurios al principio se representaban

como unos asustadizos insectívoros parecidos a las musarañas. Esta visión sugiere que sobrevivieron gracias a su pequeño tamaño y a su gran metabolismo, que les habría permitido correr para ponerse a salvo. Sin embargo, a lo largo de las últimas décadas se han descubierto varios animales mamiferoides medianos con claras especializaciones y que, sin lugar a dudas, coexistieron con los dinosaurios como parte importante de, por lo menos, algunos ecosistemas. Los más significativos de estos hallazgos proceden de las regiones chinas de Mongolia Interior y de la provincia de Liaoning. Entre estos se incluyen

1 El Castorocauda medía hasta 50 cm de largo, mostraba adaptaciones para un estilo de vida semiacuático y parecía una mezcla de castor y nutria modernos. 2 El Volaticotherium guarda un gran parecido con la ardilla «voladora» moderna: se trata de un ejemplo de evolución convergente producida en grupos muy distintos y dirigida a adaptarse a un estilo de vida muy parecido. 3 El único fósil de Eomaia que se conoce está extraordinariamente completo, e incluso conserva el pelo. Representa a un mamífero de entre 10 y 12 cm de largo.

el Repenomamus (véase pág. 426), un animal del período Cretácico inferior, hace entre 125 y 123 millones de años, que asaltaba nidos y que tenía un aspecto parecido al del tejón; el Castorocauda (véase imagen 1), que se parecía a los castores, y el planeador Volaticotherium (véase imagen 2), ambos de hace 164 millones de años, del período Jurásico medio. Estos nuevos hallazgos revelan una inesperada diversidad entre los primitivos mamíferos, aunque no queda claro cómo encajarlos dentro del esquema global de la evolución. La combinación de pruebas genéticas y fósiles indica que los primeros mamíferos del «grupo corona» –los antepasados directos de todos los mamíferos actuales, incluidos los placentarios, los marsupiales y los monotremas– aparecieron en el período Jurásico inferior, hace unos 190 millones de años. Sin embargo, existen otros grupos anteriores de posibles mamíferos. Las pruebas fósiles, sobre todo óseas y dentales, apuntan a la existencia de estos otros grupos estrechamente emparentados que no han sobrevivido, a diferencia de dichos monotremas, marsupiales y placentarios. Al carecer de pruebas genéticas y de tejidos blandos fosilizados, hay diversidad de opiniones en cuanto a si fueron verdaderos mamíferos (descendientes extintos del grupo corona) o «parientes» de dicho grupo,

FECHAS CLAVE Hace 205 Ma El Morganucodon, con un aspecto semejante al de la musaraña, es el primer mamífero verdadero. Tiene un cerebro diminuto y pesa menos de 85 g.

424 MAMÍFEROS

Hace 195 Ma El Hadrocodium, hallado en la cuenca de Lufeng, China, muestra un cerebro y un oído interno desarrollados y está considerado pariente cercano de los verdaderos mamíferos.

Hace 193 Ma El Sinoconodon, otro pariente chino de los mamíferos, está considerado el más basal de los mamíferos y de los parientes más cercanos a estos, los mamaliaformes.

Hace 170 Ma Tal y como han sugerido los estudios de ADN mitocondrial, puede que los grupos de mamíferos existentes –monotremas, marsupiales y placentarios– se hayan separado en esta época.

Hace 164 Ma El Castorocauda y el Volaticotherium viven en Mongolia Interior. Los yacimientos fósiles de Daohugou ponen de manifiesto la diversidad que se da entre los mamíferos primitivos de esta época.

Hace 160 Ma Es la fecha aproximada en la que el Juramaia, un animal arborícola, vivió en China. Según algunos investigadores, se trata de un mamífero placentario muy primitivo.


los llamados «mamaliaformes». El más importante de estos grupos extintos es el de los multituberculados, así llamados por las masas o «tubérculos» que presentan en los dientes molares. Estos animales con aspecto de roedores, que cuentan con un registro fósil que abarca 120 millones de años, se extinguieron cuando se vieron derrotados por los verdaderos roedores (mamíferos placentarios) durante el Oligoceno, hace 30 millones de años. Puede que bien fueran una línea independiente de la evolución de los mamíferos que se separase de los terios (placentarios y marsupiales) o, también, que se tratase de unos mamaliaformes de aspecto engañoso que se sitúen fuera del grupo corona original. Existe un debate abierto acerca de dónde encajan los recién descubiertos mamíferos del Mesozoico en el esquema general de la evolución de los mamíferos. Resulta complicado identificar a los primeros representantes conocidos de estos importantes grupos de mamíferos. El monotrema más primitivo que se conoce es el Teinolophos, que, con sus 123 millones de años de antigüedad, parece ubicarse en algún punto de la línea evolutiva que conduce a los ornitorrincos modernos (véase pág. 428). Debe de haber descendido de un monotrema basal (original) muy anterior y muy extendido que se separase de los demás órdenes de mamíferos existentes mucho antes. El marsupial más antiguo conocido es el Sinodelphys, un animal parecido a la zarigüeya que se recuperó en un estado inmaculado en la provincia de Liaoning. Data de hace 125 millones de años, del Cretácico inferior. A diferencia del especializado Teinolophos, el Sinodelphys parece haber sido un arborícola bastante generalizado muy próximo al nodo evolutivo en el que los marsupiales y los placentarios se separaron entre sí. El descubrimiento de mamíferos casi contemporáneos tales como el Eomaia (véase imagen 3) y el Acristatherium –ambos también de China y descritos como placentarios– tiende a apoyar la idea de que esta separación se dio en el Cretácico inferior. Según algunos investigadores, el Eomaia y el Acristatherium no son animales tan avanzados como en principio se creyó y, además, el grupo placentario no habría surgido hasta poco después de la extinción masiva de finales del Cretácico, hace 66 millones de años. Hay otros investigadores que, por el contrario, sostienen que el primitivo Juramaia es un mamífero placentario, lo que haría retroceder la separación entre marsupiales y placentarios otros 35 millones de años, al Jurásico superior. El carácter contradictorio de las pruebas genéticas confunde más la situación. Las mediciones del reloj molecular basadas en el ADN mitocondrial de mamíferos actuales (véase pág. 17) sugieren que los tres principales grupos de mamíferos de la actualidad se separaron entre sí durante el Jurásico medio, hace 170 millones de años. Esta misma prueba genética fecha los orígenes de varios de los subgrupos de mamíferos actuales en el Cretácico, a pesar de que son pocas las pruebas con las que se cuenta para respaldar esta conclusión. A fin de conciliar estas fechas, existe una teoría según la cual los antepasados de los variados mamíferos actuales habrían sido pequeños y no podrían distinguirse entre sí en el registro fósil hasta que la súbita desaparición de los dinosaurios les allanó el camino para evolucionar. También circula la idea de que el reloj molecular se habría «acelerado» con la explosión evolutiva de los mamíferos acaecida durante el período posdinosaurios de hace 66 millones de años, lo que habría dado lugar a unos resultados engañosos al haberse obtenido con un método que indica que el cambio genético se da a un ritmo lento y constante. GS

Hace 130 Ma Los carnívoros triconodontos del tamaño del perro y pertenecientes al género Repenomamus parecen prosperar a la par que los dinosaurios durante esta época.

Hace 125 Ma El Sinodelphys, animal parecido a la zarigüeya que se encontró en la provincia china de Liaoning y que data de esta época, resulta ser el mamífero marsupial más antiguo de cuantos se hayan identificado.

Hace 125 Ma Más o menos contemporáneo del Sinodelphys, el fósil chino Eomaia probablemente fue un mamífero placentario primitivo, aunque son varios los que lo dudan.

Hace 123 Ma El Teinolophus, un mamífero parecido a la musaraña y que vivió en Australia, es el monotrema más antiguo conocido.

Hace 65,5 Ma La súbita extinción de los dinosaurios no aviares deja vía libre a la explosión de los mamíferos supervivientes en cuanto a su tamaño y diversidad.

Hace 35 Ma Los multituberculados se extinguen. Se trata de un importante grupo de mamíferos parecidos a los roedores que desciende de una línea distinta de la de los verdaderos roedores placentarios.

LOS PRIMEROS MAMÍFEROS 425


Repenomamus CRETÁCICO INFERIOR

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ESPECIE Repenomamus robustus GRUPO Gobiconodontidae TAMAÑO 50 cm UBICACIÓN China

l Repenomamus, el mamífero más grande e impresionante de la era de los dinosaurios que se haya descubierto hasta la actualidad, era un carnívoro del tamaño de un tejón y del que se sabe que devoraba crías de dinosaurio. Por el momento se han encontrado dos especies, ambas gracias a

la formación de Yixian, un excepcional yacimiento fósil de la provincia china de Liaoning muy conocido por el estado de conservación de varios dinosaurios con plumas. Estas dos especies son R. robustus, más pequeña, con unos 50 cm de longitud y hasta 6 kg de peso, y R. giganticus, que llegaba a medir 1 m y a pesar hasta 14 kg. Los fósiles de estos animales se suelen encontrar en una postura de acurrucamiento. Los paleontólogos creen que tal vez murieran mientras dormían a causa del humo tóxico que emanó de un volcán cercano, con lo que habrían quedado sepultados por las cenizas volcánicas, que conservaron sus restos con unos detalles inmaculados. Ambas especies datan del Cretácico inferior, hace entre unos 125 y 123 millones de años. Los análisis dentales revelan que el Repenomamus era un mamífero triconodonto, caracterizados por la presencia de una fila de tres cúspides a lo largo de los dientes molares. Durante mucho tiempo, dichos triconodontos se han considerado parientes cercanos de los mamíferos actuales, aunque lo cierto es que no pertenecen al mismo grupo, puesto que no tienen ningún antepasado común. De hecho,

NAVEGADOR

parece haber varios grupos distintos de triconodontos emparentados con los mamíferos modernos. Según este esquema de clasificación, el Repenomamus pertenece a un pequeño grupo llamado Gobiconodontidae, en el cual también está incluido el Gobiconodon, otro mamífero extinguido que se parecía a la zarigüeya y que era bastante grande. Los rasgos maxilares y dentales del Repenomamus

2

3

apuntan a un estilo de vida generalmente carnívoro, conclusión que se vio confirmada gráficamente gracias al descubrimiento de huesos de un joven ejemplar del dinosaurio Psittacosaurus (véase pág. 340)

1

4

en la zona del estómago de un fósil de Repenomamus. Esta es la prueba más sólida con la que se cuenta hasta ahora para demostrar que hubo mamíferos depredadores activos que convivieron con los dinosaurios, que los cazaron y que incluso puede que compitieran con ellos por el alimento. GS

426 MAMÍFEROS


PUNTOS DESTACADOS 1 MANDÍBULA FUERTE La mandíbula de R. robustus tenía el tamaño aproximado de la de un zorro, aunque con una constitución más robusta y con una mayor superficie para los acoples musculares. Esto le habría permitido morder con fuerza y, en conjunción con sus alargados y afilados dientes incisivos caninos, poder agarrar bien a sus presas y despedazarlas antes de comérselas.

2 NARIZ Las cajas craneales fósiles demuestran que tenía un cerebro pequeño en comparación con el de los mamíferos posteriores. La zona más desarrollada del cerebro era el bulbo olfativo (la región del olfato), que empleaba a la hora de cazar. Se cree que el crecimiento de esta región del cerebro desencadenó la expansión del cerebro de los mamíferos.

CLADOGRAMA DE REPENOMAMUS EUCYNODONTIA Dientes semejantes a los de los perros

CYNOGNATHIA Arco cigomático (pómulo) profundo

PROBAINOGNATHIA Rasgos carnívoros, dientes incluidos

OTROS MAMMALIAFORMES PROBAINOGNATHIA Articulaciones temporomandibulares, huesecillos del oído y dientes mamiferoides Como Probainognathus y Chiniquodon MAMMALIA OTROS MAMMALIAFORMES Huesecillos del oído y dientes Como Morganucodon mamiferoides; crías que se alimentan de leche

GOBICONODONTA Maxilares inferiores y estructuras dentales mamiferoides

OTROS MAMMALIA Como Monotremata Theria (incluidos Placentalia)

3 MANDÍBULA Y OÍDO La mandíbula había alcanzado el estado pleno de los mamíferos, ya que los huesos posdentales se habían reducido hasta convertirse en los huesecillos del oído. Sin embargo, el oído no había alcanzado el estado moderno: los huesecillos estaban unidos a la mandíbula por unos cartílagos. Esta disposición le limitaba la gama de frecuencias audibles.

4 POSICIÓN DEL ESTÓMAGO El descubrimiento de los huesos del Psittacosaurus dentro de un espécimen de R. robustus nos aporta datos acerca de los órganos internos del animal. Esta, su última comida, se encuentra en la zona inferior izquierda, al igual que el estómago de los mamíferos modernos, lo que confirma el primer plan corporal básico desarrollado en la historia de la evolución de los mamíferos.

KLAMELIIDAE GOBICONODONTIDAE Cráneo y detalles Cráneo y detalles dentales dentales mamiferoides, mamiferoides como Klamelia REPENOMAMUS Repenomamus robustus

OTROS GOBICONODONTIDAE Como Gobiconodon

Los rasgos del Repenomamus no nos permiten situarlo a ciencia cierta en ninguna de las principales categorías de los mamíferos. Así las cosas, hasta que se obtengan más pruebas, suele asignarse a un grupo elevado, Gobiconodonta, cuyos miembros son en su mayoría del este de Asia. En 2005 se descubrieron unos pequeños huesos de dinosaurio en el interior de un fósil de Repenomamus, cuyo hallazgo puso en tela de juicio la relación entre dinosaurios y mamíferos. Los restos pertenecían a una cría de Psittacosaurus, cuyos nidos prueban que este dinosaurio formaba grupos sociales. No se sabe si el Repenomamus atrapaba a las crías cuando no estaban protegidas o si sorteaba a los padres. Los restos parcialmente articulados de Psittacosaurus confirman que fue el resultado de una depredación deliberada.

LOS PRIMEROS MAMÍFEROS 427


Ornitorrinco

MIOCENO-ACTUALIDAD

ESPECIE Ornithorhynchus anatinus GRUPO Monotremata TAMAÑO 50 cm UBICACIÓN Australia UICN Preocupación menor

C

uando los primeros restos de ornitorrinco, Ornithorhynchus anatinus, llegaron a manos de los anatomistas europeos, a finales del siglo XVIII, casi todos pensaron que se trataba de una estafa. El pico de pato, los pies palmeados y el aspecto de castor del cuerpo hacen que

este peculiar animal resulte extraño al compararse con los mamíferos placentarios más conocidos que se dan en todas partes. Sin embargo, el ornitorrinco está adaptado a la perfección a su hábitat australiano y no se trata de un animal primitivo ni de un retroceso evolutivo. Sin embargo, su familia, los Ornithorhynchidae (ornitorrínquidos), ha seguido su propio camino evolutivo durante 60 millones de años, e incluso puede que más, y también conserva ciertos rasgos excepcionales que recuerdan a los primeros mamíferos, entre ellos a los terápsidos. Los tres subgrupos que existen de mamíferos son los monotremas –del que forma parte el ornitorrinco–, los marsupiales y los placentarios. Se cree que dichos grupos representan distintas etapas de la evolución de los mamíferos. Los terios fueron los antepasados comunes de los marsupiales y de los placentarios, y se cree que los monotremas se separaron de dichos antepasados en una etapa temprana. Por lo tanto, las distintas presiones evolutivas habrían hecho que los monotremas conservaran una forma de reproducción que desapareció en sus parientes mamíferos. No llevan consigo las crías, sino que ponen unos huevos como de cuero a través del orificio corporal conocido como «cloaca». Los equidnas también se reproducen de esta forma, lo que nos da una inusual visión de un primitivo modo de reproducción reptiliano que fue frecuente en los mamíferos primitivos y en sus antepasados directos hace más de 200 millones de años. A pesar de su hábito ovíparo, no cabe duda de que el ornitorrinco es un mamífero: tiene casi todo el cuerpo cubierto por un denso pelaje y produce leche con la que alimenta a sus retoños una vez que salen del huevo (aunque carece de unos pezones bien definidos). Los monotremas tienen una elevada tasa metabólica y son homeotérmicos, lo que quiere decir que pueden regular su propia temperatura corporal. Sin embargo, no son tan

NAVEGADOR

de sangre caliente como los mamíferos placentarios o los marsupiales. Debido a la fragmentación del supercontinente Gondwana, hace entre 180 y 150 millones de años, Australia quedó geográficamente aislada. Esto dio lugar a que el ornitorrinco no se viera expuesto a la competencia de los mamíferos

1

placentarios, lo que le permitió encontrar su propia forma de vida y evolucionar en función de ella.

2

Solo se conocen unos cuantos de los primeros monotremas (véase recuadro): entre ellos, el ornitorrinco 3

4

gigante, Obdurodon tharalkooschild, que medía hasta 120 cm, vivió en la época mucho más reciente del Mioceno, hace unos 10 millones de años. GS

428 MAMÍFEROS


PUNTOS DESTACADOS

1 PICO DE PATO

2 ESTRUCTURA MAXILAR

3 PELAJE ESPESO

4 COLA GRUESA

El ornitorrinco caza bajo el agua y utiliza el hocico para dar con las presas. El pico está cubierto de unas terminaciones nerviosas sensibles que detectan los cambios de presión en el agua provocados por el movimiento. También cuenta con filas de electrorreceptores con los que detecta las corrientes eléctricas que generan los músculos de los demás animales.

El maxilar inferior está formado en su totalidad por el hueso alveolar, y los tres huesos maxilares adicionales se han reducido para pasar a conformar el aparato auditivo, aunque no se han desplazado a un lateral de la cabeza. Su oído externo es un orificio parecido a una hendidura y se encuentra en la parte posterior de la mandíbula.

El ornitorrinco está cubierto de un pelo corto, denso, marrón e impermeable que atrapa una capa de aire cerca del cuerpo con la que mantenerlo aislado. Gracias a este sistema, el animal no se enfría durante las inmersiones, que suelen ser de 30 segundos. Necesita comer al día un 20 % de su peso, lo que hace que emplee la mitad de su tiempo en cazar.

La ancha cola del ornitorrinco guarda un cierto parecido con la del castor. Aunque se trata de una valiosa ayuda a la hora de nadar, también ha desarrollado una función secundaria, ya que le sirve para almacenar reservas de grasa. Esta característica y el hecho de que su temperatura corporal sea baja son probables adaptaciones para sobrevivir en climas adversos.

MONOTREMAS FÓSILES Existe un enorme hueco en el registro fósil entre el momento estimado de la divergencia de los monotremas con relación a los demás mamíferos y los primeros restos fósiles. Unos cuantos de los monotremas de los que se tiene constancia se conocen a partir de dientes o mandíbulas. Si nos basamos en dichos restos, es probable que los primeros monotremas fueran semejantes al ornitorrinco. Los fósiles de monotrema más antiguos que se conocen pertenecen al género Steropodon (inferior), de 110 millones de años de antigüedad con un tamaño y un aspecto parecidos a los del ornitorrinco, y a los del Teinolophus, una criatura más pequeña (de solo 10 cm de largo) que vivió hace unos 123 millones de años.

El ornitorrinco es un inusual ejemplo de mamífero venenoso. El dedo trasero del macho está equipado con un espolón con el que puede inocular un veneno tóxico para defenderse, e incluso puede que para pelear con machos rivales. La presencia de espolones en los equidnas sugiere que se trata de una herencia de los antepasados monotremas.

LOS PRIMEROS MAMÍFEROS 429


Esta obra exhaustiva y profusamente ilustrada le acompañará por un recorrido a lo largo de la sorprendente historia de la vida en la Tierra. Por el camino, encontrará los puntos de inflexión claves en la evolución, descubrirá líneas erróneas y desastres globales, y seguirá la pista a los avances científicos fundamentales que han contribuido al conocimiento de nuestro planeta y de las criaturas que lo pueblan.

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