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eran unos espacios sumamente sencillos. Acudíamos en grupos de tres, cuatro o cinco. Nos sentábamos cada uno en nuestra silla y a continuación, uno por uno, íbamos interpretando nuestras canciones. Todo era bastante comunitario. Había una comunión por nuestra parte y había una comunión sobre todo por parte de la gente». La cultura musical de Els Setze Jutges supone un revulsivo en la España de los años sesen-
Serrat atiende a los medios de comunicación tras su designación para representar a Televisión Española en el Festival de Eurovisión de 1968.
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BUSCANDO AMÉRICA
«América, de punta a punta, era una tierra que social, cultural y políticamente estaba en ebullición. Para un muchacho ansioso de libertad, ansioso de progreso, era sin duda un territorio abonado». El primer viaje de Joan Manuel Serrat a tierras americanas se produce en el otoño de 1969. Después del intenso y agitado verano de actuaciones, rodaje cinematográfico en la isla de Ibiza y Londres y alguna que otra polémica animando las páginas de los periódicos, se embarca hacia Brasil para participar en el Festival de la Canción de Río de Janeiro. Como pasaporte musical una canción escrita a medias con el compositor Augusto Algueró. El Festival Internacional de la Canción que se celebra desde 1966 en la capital brasileña 159
maestros. Probablemente, como él decía, “si es como dicen algunos que hay un cielo pa’l buen caballo, por ahí andará mi flete galopando, galopando…”». El recuerdo emocionado del maestro argentino permanecerá por siempre en la memoria del cantante. Durante la gira de Dos pájaros de un tiro, Serrat y Sabina, los dos «alumnos», homenajean al folclorista cantando «Luna tucumana»,
Serrat ante un público de más de 45.000 espectadores en la explanada del Zócalo en Ciudad de México, en la gira del disco Versos en la boca, 2003.
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