Florent Silloray
Título original Capa. L’étoile filante. Concepto gráfico studio Casterman Tipografía Grey Buhry Traducción Eva Maria Cantenys Félez Revisión de la edición en lengua española Llorenç Esteve de Udaeta, Historiador Coordinación de la edición en lengua española Cristina Rodríguez Fischer
Primera edición en lengua española 2017 © 2017 Naturart, S.A. Editado por BLUME Carrer de les Alberes, 52, 2, Vallvidrera 08017 Barcelona Tel. 93 205 40 00 E-mail: info@blume.net © 2016 Casterman, Bruselas I.S.B.N.: 978-84-16965-16-8 Impreso en Eslovenia Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, sea por medios mecánicos o electrónicos, sin la debida autorización por escrito del editor.
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ESTRELLA FUGAZ
Florent Silloray
Soy fotógrafo.
Dicen que soy el mejor fotógrafo de guerra del mundo.
Mi nombre es Endre Friedmann y nací en Budapest en 1913, aunque se me conoce por mi seudónimo.
Actualmente, dedico la mayor parte del tiempo a recorrer los balnearios más selectos para la revista estadounidense Holiday.
El resto del tiempo dirijo la oficina parisina de la agencia de fotografía Magnum que creé en 1947.
A pesar de que en 1945 abandoné los campos de batalla.
Incluso rechacé cubrir la guerra de Corea para LIFE, la publicación más famosa con la que he colaborado.
Robert CAPA.
6
Este es mi último invierno...
Ayer conseguí vender dos de tus fotografías a la agencia Alliance.
París, hotel de Blois, barrio de Montparnasse, abril de 1936.
Endre, ¡esto no puede continuar así!
¡Bien, jefa!
Gerda, he recibido una carta de Buda. Mamá me promete que me enviará un paquete con zapatos nuevos para mí y medias y una blusa de su tienda para ti.
Tenemos que encontrar un modo de salir de la miseria.
Endre, no pienso pasar otro verano en esta habitación mohosa.
Se me ha ocurrido una idea.
Ya es la quinta vez que pongo suelas nuevas a los zapatos.
7
¿Estás lista para la única comida del día?
Costa normanda, 6 de junio de 1944.
Llego a Londres a principios de abril de 1944, dejando atrás a mis dos colegas Slim Aarons y Ernie Pyle, heridos por una bomba en Anzio.
La invasión de Francia se está preparando y yo he apostado como en el póquer.
No sé qué milagro hizo que saliera con vida de la batalla de Italia, de la lucha cuerpo a cuerpo de Montecassino, con mis películas empapadas de la sangre oxidada por los peñascos de los Abruzzos.
Lo he apostado todo al 2.º batallón del 116.º regimiento de infantería, que desembarcará en el primer asalto en la playa conocida con el nombre de Omaha Beach, sector Easy Red.
Algunos fotógrafos estamos acreditados para cubrir el Día D.
Las noches de amor que pasé en los brazos de Pinky no han logrado alejar de mí las visiones que me atormentan en mis insomnios.
Los oficiales de la oficina de prensa me han pedido dos cosas...
... que escriba mi última voluntad y que indique mi grupo sanguíneo.
58
Miro mi reloj Hamilton reglamentario; la puerta delantera se baja a las 6:30 horas de la mañana.
Avanzo zigzagueando entre los charcos de vómito y de excrementos que tapizan el fondo de la barcaza.
Voy equipado con dos cámaras Contax, una de ellas cargada. Están ligeramente protegidas por una bolsa estanca que también contiene mis carretes vírgenes.
Con los tímpanos afectados por los múltiples disparos de obuses que llueven a nuestro alrededor, a lo lejos percibo los restallidos secos de numerosas ametralladoras.
Enfoco sin prestar atención, y mis manos se agitan en espasmos incontrolables. ¡CLIC!
Me aferro a la cámara. ¡CLIC!
¡Mantén el ojo pegado al visor, kurva*!
Tú no estás realmente aquí. ¡CLIC!
Ese no es el muchacho que hace un rato ha vomitado en la barcaza, no es él el que flota con las entrañas mecidas por el oleaje. ¡CLIC! *Puto (en húngaro)
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Estambul, otoño de 1946.
Le escribo diciéndole que la echo mucho de menos.
Pero algo va mal entre nosotros...
Hay muchas complicaciones durante el rodaje de mi documental; la burocracia turca nos estropea la estancia. No he estado junto a Ingrid la noche de su estreno triunfal de Juana de Arco en Nueva York.
Una vez que concluyo mi encargo, regreso a Nueva York. Después, nos vemos por última vez en Sun Valley en febrero de 1947.
En el bar del hotel Bedford coincido con John Steinbeck, al que había visto por primera vez en las arenas de la Operación Torch.
La última noche, pierdo todo mi dinero en el casino de la estación de esquí.
Me propone ilustrar un libro sobre la Unión Soviética, una obra a cuatro manos detrás del implacable Telón de Acero.
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Tengo que encontrar un proyecto bien remunerado.
Mi reputación me impide obtener un visado para viajar a Rusia. Cuento con el renombre mundial del autor de Las uvas de la ira para visitar ese gran país.
Consulado general de Rusia en Nueva York, marzo de 1947.
Los rusos transigen, pero Steinbeck se rompe la rodilla una semana antes de partir y hemos de aplazar el viaje.
¿Qué necesidad tiene de llevar con usted a su socio? En Rusia disponemos de un gran número de fotógrafos de talento.
Acogemos con entusiasmo su proyecto, señor Steinbeck. No me cabe ninguna duda, señor embajador, pero ustedes no tienen a Robert Capa.
Solo hay un pequeño problema.
Expongo a mis colegas mi idea de crear una agencia de fotógrafos independiente gestionada por nosotros mismos como si fuera una cooperativa.
Aprovecho para reflexionar sobre mi porvenir y mi trabajo.
Nuestros negativos pertenecen a los periódicos...
... y cuando los revenden a otras publicaciones, nosotros no cobramos nada.
Cuando comenzó la guerra fría, la línea editorial de los periódicos que me contratan ya no me convenía. Henry Luce, el máximo jefe de LIFE, deseaba más que nunca apoyar la cruzada anticomunista.
Nueva York, mediados de abril de 1947, restaurante del Museum of Modern Art.
Podríamos incluso llegar a elegir los temas.
¿Y qué nombre vamos a poner a esta agencia, Bob?
Amigos, levantemos nuestras copas por la agencia... ¡¡MAGNUM!!
Organizamos un almuerzo para celebrar nuestra nueva aventura, que reunía a David Chim Seymour, Henri Cartier-Bresson, George Rodger, Bill Vandivert, Maria Eisner y a mí mismo.
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Robert Capa hace balance de una vida consagrada a cubrir los campos de batalla del mundo entero. Lejos de la imagen de aventurero impulsivo y temerario que llo caracterizó y que ha hecho de él una leyenda del fotoperiodismo, Capa habla de sí mismo claramente y revela la herida original que determinó toda su existencia…
Preservamos el medio ambiente • Reciclamos y reutilizamos. • Usamos papel de bosques gestionados de manera responsable.
ISBN 978-84-16965-16-8
9 788416 965168