Este libro inicia su andadura con las figuras de animales trazadas en las paredes de la cueva de Chauvet (Francia) y un recorrido por el mundo de los antiguos egipcios, asirios, griegos y romanos, encarnados en imágenes del poder real o militar y de misteriosos ritos religiosos. Se analizan las representaciones medievales de Cristo junto con las de Visnú, Buda y las esculturas reales de las civilizaciones sudamericanas y africanas. Las joyas del Quattrocento comparten brillo con los logros, menos conocidos, de artistas aztecas y japoneses, mientras que los maestros renacentistas y barrocos se codean con virtuosos mogoles, árabes y chinos. El viaje concluye con el siglo xix, época de revoluciones, introspección y modernización.