Ramón empezó a imitar a Membrillo, haciendo divertidos gestos entrecortados y sacudiendo la cabeza todo el rato. Todos reían a carcajadas, hasta que aparecieron las gallinas y un gallo muy, muy enfadado, al que Ramón le había arrancado la pluma más colorida de un tirón. ¿Qué hará Ramón para librarse del gallo? ¿Y Membrillo, al saber que alguien se hace pasar por él?